Tribuna Popular Nº 3.016

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¡Libertad para los trabajadores de Pdvsa Aryenis Torrealba y Alfredo Chirinos! Órgano del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela

¡EL SOCIALISMO SIGUE SIENDO LA ESPERANZA DE LOS PUEBLOS!

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Año LXXIII

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Edición digital

Ante la creciente desvalorización del salario

ACCIÓN CLASISTA Y UNITARIA DE LA CLASE OBRERA La pandemia que azota a la humanidad ha puesto al desnudo frente a las amplias masas, los límites del modo de producción capitalista. Es evidente cómo las anticuadas y caducas relaciones capitalistas de producción y apropiación, al constreñir el desarrollo de las fuerzas productivas (los avances científico-técnicos y la potencia del trabajo social de la clase obrera), no sólo crean condiciones de mayor vulnerabilidad de la sociedad frente a posibles crisis sanitarias, medioambientales y de otro signo, sino que también impiden el despliegue de estas poderosas fuerzas de la sociedad de forma coordinada y eficiente para superar rápidamente este tipo de epidemias y amenazas. Las precarias condiciones de los sistemas de salud a nivel mundial –en general privatizados–, la competencia entre los laboratorios de distintas corporaciones transnacionales y países para buscar la vacuna con fines lucrativos, los despidos masivos de millones de trabajadores y trabajadoras, la exacerbación de las políticas nacionalistas chovinistas, la agudización de las contradicciones intercapitalistas e interimperialistas, las amenazas de intervenciones y guerras de agresión que ponen en riesgo la paz mundial; entre otros muchos aspectos, demuestran la incapacidad natural del orden capitalista para resolver estas crisis sin tener que sacrificar la vida de miles de trabajadores y destruir invalorables fuerzas productivas. Algunos Gobiernos capitalistas no han tenido reparo en desarrollar medidas agresivas anti-populares y anti-obreras, que colocan los intereses de la acumulación del capital por encima de la salud de los trabajadores y del pueblo en general. Por otra parte, han existido experiencias de Gobiernos que en diferentes niveles e intensidades, han implementado medidas de protección de la población, colocándose como referentes internacionales de lucha por contener la expansión de la pandemia. Esta conducta de algunos Gobiernos capitalistas en el mundo, ha hecho resurgir el viejo mito sobre la neutralidad del aparato del Estado y su capacidad para colocarse al margen de la lucha de clases y actuar en representación e

interés de toda la sociedad. Incluso no han faltado teóricos que han aprovechado la pandemia para exponer extravagantes ideas acerca de la inevitabilidad del advenimiento de una era post-capitalista caracterizada por Estados fuertes capaces de garantizar los derechos elementales de toda la población sin distingo de clases. Otros plantean que está agotado el «capitalismo neoliberal» como fórmula para no reconocer la profunda crisis del modo de producción capitalista y la demanda histórica de su superación El Gobierno venezolano ha sido quizás el modelo más relevante de este tipo de experiencia de gestión de la crisis sanitaria, que desde su propia línea discursiva ha pretendido desdibujar la naturaleza y carácter de clase del Estado venezolano y de la abierta tendencia de su política económica en favor de los intereses del gran capital. Sin embargo, la realidad es incontrovertible y termina explotando en la cara de los modernos defensores del Estado burgués encubiertos bajo la vieja teoría del Estado benefactor. En Venezuela, al igual que en todos los países capitalistas del mundo, la pandemia y sus consecuencias golpean con mayor fuerza a los trabajadores de la ciudad y el campo, ya sean formales o informales. Sin desmeritar los plausibles esfuerzos y acciones del Gobierno venezolano encabezado por el presidente Nicolás Maduro, para contener la expansión del virus, asegurar asistencia gratuita a la población afectada y ejecutar un conjunto de medidas de protección social que atenúan, transitoria e insuficientemente, el impacto de la cuarentena en importantes sectores populares, vemos que en el campo de las medidas económicas que deben acompañar el plan contra la pandemia, el Gobierno y el Estado venezolanos han mantenido la misma tendencia de su política de liberalización económica, que no ha tardado en empezar a causar estragos en la frágil economía y en las precarias condiciones de vida del pueblo trabajador. Ciertamente, el pueblo venezolano y la economía nacional sufren las consecuencias de la

agresión sostenida, multifacética, multiforme y criminal del imperialismo estadounidense y sus aliados europeos quienes, en contubernio con la derecha latinoamericana y los «pitiyanquis» núcleos fascistas venezolanos, mediante el bloqueo y la imposición de ilegales y unilaterales medidas coercitivas, pretenden restaurar su dominio sobre el país. Al hacer tal cosa, han agudizado la crisis del capitalismo dependiente y rentista venezolano, que a su vez se expresa en la profundización de las limitaciones históricas del debilitado aparato productivo nacional, reduciendo la capacidad de ingreso nacional con la caída de la producción y venta del petróleo, limitando mediante diversas modalidades de bloqueo las pocas importaciones que el Estado está en capacidad de realizar, generando deformación en todas las variables socioeconómicas, así como mayores sacrificios a la ciudadanía e incapacidad para la recuperación de servicios y la reactivación del proceso productivo nacional. A la descomunal devaluación del bolívar, tanto en el mercado oficial como en el paralelo de divisas, que se ha traducido en un significativo escalamiento de los precios en bolívares de los bienes de consumo esenciales para la población, se agrega el deterioro de los servicios públicos de electricidad, agua y gas doméstico en todo el territorio nacional, y la anarquía en la distribución de los inventarios disponibles de combustibles que ha impactado en los precios de los alimentos y viene generando conatos de corrupción alrededor del tráfico y venta ilegal del combustible. En consecuencia, mientras por un lado el Gobierno venezolano hace demostraciones de ejecutar eficientes estrategias para controlar la propagación del virus, por otro persiste en mantener su política económica al servicio de los intereses capitalistas, exacerbando las deformaciones inherentes al carácter dependiente y rentista del capitalismo venezolano, y por ende altamente nociva para las condiciones de vida de las y los trabajadores. Continúa en la página 3


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TEMAS

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Diversos sectores, una sola voz: ¡Imperialismo, manos fuera de Venezuela! CARACAS/NA.- Al grito de «¡Imperialismo, manos fuera de Venezuela!», diversos sectores de la vida social del país se sumaron el 19 de abril a la Acción Mundial de Solidaridad con Venezuela, declarada por el Consejo Mundial de la Paz y organizada en el país por el Partido Comunista de Venezuela (PCV) a través del Comité de Solidaridad Internacional y Lucha por la Paz (COSI). Desde hace ya varios años, esta fecha se ha convertido en una referencia internacional para elevar la voz en favor de las luchas del pueblo venezolano por su derecho a la autodeterminación. Organizaciones como la Federación Democrática Internacional de Mujeres y la Federación Sindical Mundial se han adherido a estas jornadas con contundentes llamados a la defensa de la soberanía venezolana.

El coordinador del Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora, Pedro Eusse, hizo un llamado al movimiento clasista a levantar la voz para la lucha anticapitalista y detener la escalada agresiva del imperialismo contra Venezuela. También la presidenta del Movimiento de Mujeres «Clara Zetkin», Elena Linarez, aprovechó la oportunidad para enfatizar las severas consecuencias de las maniobras ilegales de EEUU para el desarrollo del país y advirtió: «así como defendemos nuestros derechos defenderemos nuestra patria. Por su parte, Elio Pimentel, del Frente Popular Comunitario «Alberto Lovera», advirtió que las maniobras recientes de la administración estadounidense están dirigidas a «extinguir cualquier vestigio del proceso bolivariano que aúpe a los movimientos populares de Latinoamérica». Asimismo, en nombre de los trabajadores de la

cultura agrupados en el Frente «César Rengifo», Adelaida Zerpa declaró: «exigimos la devolución de los recursos financieros de nuestro país retenidos ilegalmente por bancos internacionales». En la misma línea, Vladimira Moreno, del Frente de Profesionales y Técnicos «Belén Sanjuan», recordó que las sanciones unilaterales impuestas por EEUU «impiden la adquisición de alimentos, medicinas e insumos para el desarrollo productivo del país». Por último, el director general del Instituto de Altos Estudios Bolívar-Marx, Carlos Ojeda Falcón, hizo un llamado a la comunidad científica mundial comprometida con la paz para rechazar la escalada agresiva militarista contra Venezuela, y agregó: «mantenemos nuestra firme convicción y optimismo en las luchas de los trabajadores para derrotar al imperialismo y sus lacayos».

El triunfo del Ejército Rojo

Banderas nazis en el suelo de la Plaza Roja de Moscú, 9 de mayo de 1945 ENRIQUE GARCIA ROJAS. Especial para TP Profesor de Literatura

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a ocupación de la Unión Soviética en la que participaron tres millones de soldados alemanes y 950.000 de países aliados a los nazis, detuvo sus avances exitosos al fracasar militarmente en febrero de 1943 en Stalingrado, la desde entonces llamada «Ciudad Heroica». La gesta casi inimaginable de los héroes militares y civiles que resistieron allí por seis meses el asedio de las fuerzas nazis, a un costo de más de dos millones de vidas, es celebrada en versos gloriosos por el poeta comunista Pablo Neruda en sus tres «Cantos de amor a Stalingrado», obras extraordinarias de estremecimiento vehemente.

Fundado el 17 de FEBRERO de 1948 Premio Nacional de Periodismo 2002

Con la victoria del ejército rojo sobre los nazis y sus aliados en la batalla de Stalingrado, considerada por muchos historiadores como la segunda operación militar más sangrienta de toda la historia universal (la primera es la batalla y sitio de Leningrado, que estaba en pleno desarrollo al mismo tiempo), se inició la última etapa del Tercer Reich. Desde entonces, las fuerzas soviéticas pasaron de la resistencia ante la invasión alemana a la contraofensiva hasta lograr la liberación de todo su territorio, lo que quedó completado un año más tarde. Tras liberar su propia patria y salvar a la humanidad del terror nazi, el ejército soviético logró empujar a las tropas alemanas de regreso hasta Berlín, y obligarlas a su rendición final el 9 de mayo de 1945. Así terminó hace 75 años

la Segunda Guerra Mundial, una conflagración que se desarrolló en lo fundamental en el llamado frente oriental, es decir la línea de choque entre el ejército soviético y el alemán, donde se libraron las más importantes y decisivas batallas que significaron el viraje radical de la guerra y que fracturaron las fuerzas armadas de la Alemania nazi, el más potente complejo militar bélico creado hasta entonces. A su entrada en Berlín, el primero de mayo de 1945, las tropas soviéticas izaron la bandera roja sobre el Reichstag, y finalmente, el 9 de mayo, las últimas tropas de las Waffen SS cesaron de combatir. El mundo debe reconocer que gracias a la valentía y el enorme espíritu de lucha del ejército rojo y el Partido Comunista la humanidad no fue esclavizada por el nazi-facismo.

Nota de duelo El pasado 5 de abril falleció en la ciudad de Cumaná el camarada

Juan Pedro Padrón quien fuera un consecuente y destacado internacionalista que forjó su militancia revolucionaria en las Islas Canarias, bajo la férrea dictadura de Francisco Franco. El Comité Central del Partido Comunista de Venezuela (PCV) acompaña en este doloroso momento a sus familiares y amigos, en especial a su hijo, el camarada Carlos Armiche Padrón, miembro de este organismo y secretario político del PCV en el estado Sucre.

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POLÍTICA

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El PCV llama a luchar

Contra la pulverización del salario Viene de la primera página La masiva reacción de descontento de las masas trabajadoras frente a la devaluación de los salarios y el incremento acelerado de los precios de los productos de la canasta básica, fue nuevamente respondida por el Gobierno venezolano con la misma línea discursiva de los últimos 7 años. En nombre de la soberanía y la defensa de la patria, objetivos estratégicos y antiimperialistas en los que coincidimos (a lo largo de toda nuestra historia hemos luchado por la liberación nacional y el socialismo), buscan eximirse de toda responsabilidad, achacando toda la carga del actual estado de la economía a la guerra no convencional que efectivamente ejecuta el imperialismo contra nuestro país, y a las acciones desestabilizadoras del empresariado, cuando es más que evidente que en la actual situación también incide en una proporción importante –en algunos casos determinante– la aplicación durante varios años de una política económica gubernamental de carácter liberal denunciada por nuestro Partido, que, entre otros fines, se ha propuesto descapitalizar y desmejorar empresas estratégicas del Estado para avanzar en su privatización y reprivatizar las recuperadas en tiempos de Chávez. Nuevamente se anuncia una campaña contra la especulación y por el establecimiento de precios justos de los principales rubros de la canasta básica, y todo esto en nombre de los intereses de las y los trabajadores. Como de costumbre, el método empleado por el Gobierno es la negociación con los sectores empresariales del país y de espaldas a las organizaciones de los trabajadores (cuya representación y vocería se arroga), para acordar los precios que garanticen a los capitalistas la recuperación de los costos de producción y la máxima ganancia, mientras el Estado absorbe una buena parte del costo social. Antes de hacerse público el listado de los precios acordados de los 27 productos de primera necesidad, el Gobierno del compatriota presidente Nicolás Maduro, unilateralmente, sin consulta ni discusión con las organizaciones de trabajadores y trabajadoras del país, anunció el primer precio: el de la fuerza de trabajo, expresado en la medida de un incremento nominal del salario mínimo nacional para el Primero de Mayo. El insuficiente y desfasado incremento salarial, viene a confirmar la tendencia de la política del Gobierno nacional dirigida a destruir el ingreso real de las y los trabajadores venezolanos: es una variable que abarata el precio de la mercancía fuerza de trabajo y hace más atractiva la inversión capitalista para la obtención de mayores márgenes de plusvalía. Desde el incremento salarial de septiembre del 2018, en el marco del anunciado plan de reimpulso económico, que estableció el salario mínimo en el equivalente a 30 dólares bajo la modalidad de supuesto anclaje al petro, el mismo ha venido en una tendencia decreciente acelerada, y con el nuevo incremento salarial nominal (no real), se ubica en el equivalente a menos de 2,3 dólares. La estrategia planteada por el Gobierno venezolano para enfrentar la compleja situación económica, favoreciendo por un lado el acuerdo con los sectores empresariales a nivel productivo, mientras que por otro lado profundi-

za su política de pulverización de los salarios de las y los trabajadores, es una prueba más que deja al descubierto la naturaleza capitalista de la gestión gubernamental de la actual crisis. Más aún, el Gobierno nacional antes que obligar a la patronal a pagar un salario suficiente para, al menos, reproducir la fuerza de trabajo utilizada en el proceso de producción, prefiere conceder subsidios a la población que, al final de cuentas, significa subsidiar a los capitalistas. Adicionalmente, debemos destacar que en Venezuela existe un peligroso y abismal desfase entre el salario mínimo oficial y aquellos que se vienen pagando formalmente en muchas empresas privadas del país. Este desfase, que es característico del régimen de trabajo asalariado vigente hoy en Venezuela, no es improvisado y responde a una lógica: colocar a la clase trabajadora en una situación de vulnerabilidad frente a los patronos públicos y privados, porque permite a los capitalistas jugar arbitrariamente con los salarios de los trabajadores entre el monto excesivamente bajo del salario mínimo oficial de menos de 2,3 dólares y el que vienen pagando las empresas entre 20 y 100 dólares, creando las condiciones favorables para una sobreexplotación de la fuerza de trabajo en interés de los capitalistas. Por otro lado, este desnivel o desfase salarial, también permite a los capitalistas someter a los trabajadores a condiciones laborales cada vez más inseguras y de riesgos, aprovechando las necesidades materiales de las y los trabajadores. Es una descarada manipulación ideológica el discurso de protección de los trabajadores mediante una supuesta lucha contra la especulación y los altos precios, que en la práctica les asegura a los capitalistas la garantía de obtener la máxima ganancia, y adicionalmente un régimen salarial que les brinda excepcionales condiciones para la explotación de la clase trabajadora venezolana. En el complejo cuadro de la pandemia, la clase obrera y el pueblo trabajador de la ciudad y el campo no deben dejar en manos del Estado burgués la defensa de sus conquistas y derechos. Los efectos negativos de la pandemia sobre la debilitada economía nacional, se recargarán con más fuerza sobre los hombros de las y los trabajadores. Ya esa realidad la estamos viviendo, y su tendencia será a agudizarse. En

tal sentido, para las y los trabajadores es imperativo actuar con independencia de clase frente a la burguesía en la actual coyuntura y aún en el escenario de situación de emergencia nacional. Hoy más que nunca, frente a la agudización de la crisis capitalista por los efectos de la pandemia, la clase trabajadora en alianza con todas las capas explotadas de la sociedad tiene la obligación y el deber de luchar por una salida revolucionaria a la crisis del capitalismo dependiente y rentista venezolano. Así como no es posible combatir la propagación del virus mediante los planes capitalistas de retorno a las actividades regulares, tampoco será posible asegurarles a las y los trabajadores su derecho al empleo, salarios dignos, seguridad social y eficientes servicios públicos mediante una política de liberalización económica. Son tiempos de confrontar, deslindar y acumular fuerzas para avanzar en la construcción de la unidad revolucionaria obrera, campesina, comunera y popular que impulse procesos de acumulación de fuerzas capaces de derrotar las inconsecuentes políticas reformistas y entreguistas que se están aplicando desde el aparato del Estado venezolano y, a la vez, lidere la amplia alianza patriótica y antiimperialista por la liberación nacional, que abra perspectivas ciertas a la construcción del socialismo-comunismo en Venezuela y la gran patria latinoamericana y caribeña. La actuación clasista, consciente y protagónica de la clase obrera, el campesinado, las corrientes comuneras, la intelectualidad revolucionaria y las fuerzas populares, es la única garantía para afrontar los desafíos que plantea la pandemia en una dirección favorable a los intereses de las amplias mayorías de la población. Es momento de reagrupar, concentrar y realinear las fuerzas para luchar por una política revolucionaria de protagonismo obrero, campesino, comunero y popular que defienda y recupere el poder adquisitivo del salario y su incidencia en las prestaciones sociales, e impulse la producción nacional bajo un nuevo modelo de gestión colectiva y control obrero-campesino y popular, garantizando bajo su dirección, vigilancia y control la distribución y comercialización de los bienes de consumo esenciales para desmontar el acaparamiento, la especulación y la corrupción. Las tendencias capitalistas de las medidas económicas gubernamentales son inviables en las actuales condiciones especiales del país, a menos que se profundice el proceso de entrega al capital transnacional. Su profundización sólo preparará el terreno para una crisis más aguda acompañada de inevitables explosiones sociales y represión que pueden configurar una situación de crisis revolucionaria, la cual, en la medida que avancemos en la creación de las condiciones subjetivas de organización y conciencia proletaria, podría resolverse en favor de las fuerzas revolucionarias, derrocando el dominio de la burguesía y conquistando el poder para la clase obrera, dirigiendo el proceso revolucionario venezolano por los senderos de la liberación nacional y la verdadera construcción del socialismo-comunismo. Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela Caracas, 28 de abril de 2020


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ECONOMÍA

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Una «potencia energética» sin combustible ANDRÉS VILLADIEGO. Especial para TP Economista

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a escasez que afecta desde hace varios años al mercado interno de combustibles líquidos (ver TP N.º 2.976), y que se ha agudizado en las últimas semanas, suele ser explicada como un resultado de las llamadas «sanciones» que contra Venezuela y su principal industria ha impuesto el Gobierno de EEUU. Pero si bien es cierto que el bloqueo que sufre Petróleos de Venezuela (Pdvsa) ha contribuido sin duda a agravar la situación, no es este el único factor que causa la escasez. Por el contrario, al igual que muchos otros problemas que afectan la economía venezolana, es el resultado de una crisis que se ha venido incubado por años, como consecuencia de una combinación de políticas erróneas, ausencia de controles, gestión ineficiente y corrupción. Venezuela llegó a tener capacidad de refinación de 1.300.000 barriles diarios (b/d) de petróleo, y alcanzó a producir no sólo la gasolina suficiente para abastecer el mercado nacional, sino también varios de los componentes para su producción en el Complejo Refinador de Paraguaná (CRP). De hecho, además de autoabastecerse de estos refinados, Venezuela llegó a exportar a EEUU en el año 2000 un promedio de 75.000 b/d de gasolina terminada, más de 50.000 b/d de componentes de gasolina, más de 30.000 b/d de mezclas parcialmente refinadas, y 60.000 b/d de fuel oil destilado, según cifras de la Administración de Información de Energía de EEUU (US EIA). En total, a inicios del presente siglo se exportaban a EEUU en promedio cerca de 300.000 b/d de una amplia gama de productos refinados, incluyendo gasolina y sus componentes. Pero esta situación se revirtió a inicios de la década pasada, durante la cual comenzó a una reducción progresiva de la producción de crudo y un aumento descontrolado del parque automotor, mientras la irracional política de precios mantenida por Pdvsa fomentó el fenómeno del contrabando de gasolina. De todo ello nacieron las condiciones para la gradual pérdida de la ca-

pacidad de autoabastecer el mercado interno de combustibles. Además, se sumaron problemas técnicos y operativos que afectaron el funcionamiento de las refinerías del país. Frecuentes fueron las denuncias hechas por los propios trabajadores sobre las condiciones de seguridad, la falta de mantenimiento, el desmantelamiento de instalaciones, el deterioro de condiciones de trabajo, la deserción masiva de trabajadores, entre otras irregularidades que no fueron corregidas por ninguna de las autoridades responsables de la gestión de Pdvsa de los últimos años. Mientras se proclamaba acaloradamente la «soberanía petrolera», se estaba llevando a la nación a una situación de vulnerabilidad energética, aumentando su dependencia de las importaciones no sólo de gasolina y sus componentes, sino también de otros insumos necesarios para la producción en los yacimientos, lo que ha incidido en la reducción de la producción de petróleo crudo. En pocos años, Venezuela pasó a convertirse en

un importador neto de combustibles. Tomando en cuenta sólo las provenientes de EEUU, y sin incluir las originadas en Rusia, China y otras naciones, las importaciones por Venezuela de productos refinados se multiplicaron por 17 entre 2004 y 2018, llegando a un promedio de 124.000 b/d, incluyendo gasolina y componentes. A partir de 2019, cayó la importación proveniente de EEUU como efecto de las llamadas «sanciones», a lo que se sumaron los problemas de distribución; finalmente, a principios de este año las medidas punitivas de la administración Trump se extendieron a Rosneft Trading, empresa que servía de intermediario en operaciones de comercio y transporte internacional para eludir el bloqueo contra Pdvsa. Así que las «sanciones» apenas han agudizado una crisis cuyos orígenes se remontan al menos una década, resultante de una pésima gestión de la industria petrolera que ha arrastrado al país a una situación de precariedad extrema.

La crisis en el campo venezolano Corriente Clasista Campesina «Nicomedes Abreu»

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n Venezuela se mantiene el carácter capitalista de la agricultura, con el concurso de los monopolios terratenientes, agroindustriales y de comercialización que ejercen dominio sobre las actividades del campo y actúan como agentes que encarecen los productos agropecuarios. Además, estos factores se apropian de todo el esfuerzo logístico y financiero del Estado, incluyendo subsidios y suministro de insumos. Sigue siendo un reducido grupo que concentra la mayor capacidad de procesamiento y controla la comercialización de productos procesados. Persiste el monopolio de las tierras, muy a pesar de la lucha contra el latifundio y el rescate de tierras realizado por el Instituto Nacional de Tierras (INTI). Hoy, 251.369 productores, que representan el 78% del total, ocupan unidades de producción menores a las 50 hectáreas (ha); mientras que 2.973 productores, que representan sólo el 0,9%, ocupan extensiones de más de 1.000 y más de 5.000 ha.

Los componentes del sistema agroalimentario venezolano en medio de la crisis global y la pandemia de Covid-19, obligan a seguir orientando la política a la producción masiva de alimentos en forma acelerada, dando continuidad a las formas productivas altamente dependientes de tecnologías foráneas en semillas, fertilizantes, herbicidas, plaguicidas y uso indiscriminado de maquinarias que demandan repuestos, lubricantes y combustibles en su mayoría importados. Por tal razón se imponen decisiones obligantes, de carácter geoestratégico, en virtud de las amenazas imperialistas y las realidades económicas internacionales. En este sentido, el Gobierno nacional a través del Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras (Mppat) ha promovido acuerdos con las grandes organizaciones de productores para la producción de cereales (maíz, arroz) y oleaginosas del período de lluvias 2020, y acuerdos de precios para carne, leche y sus derivados con los grupos agroindustriales.

Por otro lado la agricultura de bajo impacto que viene impulsando el modelo sustentable agroecológico del sector de los pequeños productores y campesinos, quienes representan la mayor población del sector rural y sobre los cuales cae el mayor peso de la crisis, se ha mantenido produciendo en condiciones muy difíciles, sosteniendo parte de la alimentación del pueblo con los rubros de legumbres, hortalizas, raíces, tubérculos y frutas. Es necesaria la atención prioritaria por parte del Gobierno a los pequeños productores y campesinos; así como se abrieron espacios para el debate y acuerdos con los sectores de la burguesía, es urgente una integración de este importante sector productivo al programa nacional para el ciclo de invierno 2020. Asimismo, se requiere aplicar la política de subsidio directo y suficiente para herramientas de trabajo, bioinsumos y comercialización, todo ello con la finalidad de sumar esfuerzos ante la grave situación económica y el impacto de la pandemia mundial.


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30 de abril, glorioso hito de la historia nacional de Vietnam Mayor General Tran Don Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Vietnam, miembro permanente de la Comisión Militar Central y viceministro de Defensa Nacional de la República Socialista de Vietnam

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a Gran Victoria de la Primavera de 1975 entra para siempre en la historia de la nación vietnamita como un hito brillante, un gran ímpetu espiritual para que todo el ejército y pueblo vietnamita se mantengan firmes en el camino elegido por el Partido Comunista de Vietnam, el querido presidente Ho Chi Minh y el pueblo vietnamita. Esta hazaña final de la nación vietnamita en la guerra de resistencia contra los EEUU se inició durante la ofensiva y levantamiento general de 1975, y culminó en la histórica Campaña Ho Chi Minh. De esta victoria, los vietnamitas pueden extraer algunas valiosas lecciones: Primero: El Comité Central y el Buró Político del PCV tuvieron la apreciación temprana y correcta del enemigo, las pautas y líneas apropiadas para liderar la lucha contra el neocolonialismo del imperialismo estadounidense (1954-1960). Al apreciar con certeza la esencia agresiva del imperialismo estadounidense, la 6ª Conferencia del Comité Central del PCV (en julio de 1954) concluyó: «El imperialismo estadounidense es el principal enemigo de los pueblos amantes de la paz mundial y está convirtiéndose en el principal y directo enemigo del pueblo indochino». La 15ª Conferencia (1959) del Comité Central del PCV (2da legislatura) señaló claramente que EEUU y su lacayo «gobierno» de Ngo Dinh Diem en el sur no sólo eran enemigos del pueblo del sur de Vietnam dominado por ellos, sino también enemigos del pueblo del Norte ya liberado, de todo el pueblo vietnamita. En el discurso de apertura del 3° Congreso Nacional del PCV, el Presidente Ho Chi Minh dijo: «Nuestro pueblo sufría mucho a causa de los imperialistas y hoy el país todavía está dividido y el sur está pisoteado por los EEUUDiem. Hasta que no hayamos expulsado el imperialismo estadounidense fuera del sur de nuestro país, ni hayamos liberado al sur de la brutal dominación de los EEUU y su lacayo gobierno de Ngo Dinh Diem, nuestro pueblo no podrá comer ni dormir tranquilamente». Desde este punto de vista, el PCV afirmó: «El camino de desarrollo básico de la revolución vietnamita en el sur es el levantamiento para ganar el gobierno en manos del pueblo». Con esa correcta pauta, el movimiento Dong Khoi (rebelión simultanea) en Vietnam del Sur estalló y rápidamente se convirtió en un clímax y alcanzó la victoria, llevando a la revolución en el sur de una posición de preservación a la de ofensiva. Segundo: El Partido orientó a mantener y desarrollar una posición ofensiva, derrotando la estrategia de «guerra especial» de los EEUU y los títeres en el sur (1961-1965). Para enfrentar al desarrollo de la revolución en el sur, recuperar los territorios y las áreas pobladas perdidos después del movimiento Dong Khoi, el imperialismo estadounidense pasó a implementar la estrategia de «guerra especial». Este es el primero de los tres tipos de guerra que forman parte de la estrategia militar global de «respuesta flexible» de EEUU. En los años 19611964, el pueblo del sur, mientras luchaba, se centró en la construcción de las fuerzas armadas revolucionarias con el apoyo efectivo del norte.

Se establecieron muchos regimientos de tropas regulares en el sur; se expandieron activamente las bases revolucionarias; se desarrolló la guerra de guerrillas; se incrementaron los golpes a las bases militares enemigas claves, tales como aeropuertos, almacenes, puertos; se destruyeron aldeas estratégicas establecidas por el enemigo, ganando las batallas y operaciones en los teatros de operación, entre ellos sobresalieron la batalla Ap Bac (enero de 1963) y las operaciones Binh Gia (de diciembre de 1964 a enero de 1965), Ba Gia (de mayo de 1965 a julio de 1965) y Dong Xoai (de mayo de 1965 a julio de 1965). La 11ª Conferencia del Comité Central del PCV (marzo de 1965) y la 12ª Conferencia (diciembre de 1965), basándose en los análisis y comparación de fuerzas entre la parte vietnamita y el adversario, afirmaron la inevitable derrota del imperialismo estadounidense y tomaron la decisión de estimular a todo el pueblo y todo el ejército a elevar la voluntad de autosuficiencia, a poner en juego el poderío de toda la nación, a aprovechar la ayuda internacional, a derrotar decididamente a los invasores estadounidenses, liberando el sur y reunificando el país. Tercero: La dirección del PCV orientó a poner en juego el poderío integral y combinar estrechamente las distintas formas de lucha. Durante todo el transcurso de la guerra de resistencia contra los EEUU y de salvación del país, con las líneas y métodos revolucionarios correctos, el PCV movilizó y puso en juego al máximo el poderío integral de la guerra popular. De esta forma, mientras la poderosa gran retaguardia del norte luchaba, al mismo tiempo construyó y apoyó efectivamente con recursos humanos y materiales al sur, combinando con el poderío de los compatriotas y soldados del sur directamente en la línea delantera de combate contra EEUU. El PCV dirigió la combinación de lucha militar con lucha política y lucha diplomática; la combinación de la rebelión con la guerra revolucionaria; los golpes al enemigo con tres puntas de «convergencia»: militar, política, movilización militar, en las tres regiones estratégicas: montañosas, rurales y urbanas; la combinación de la guerra de guerrillas y la guerra regular, llevando a cabo el golpe al enemigo a todas las escalas: grandes, medianas y pequeñas batallas. Así, las fuerzas patriotas se adueñaron del territorio para destruir al enemigo, para obtener el control total.

Cuarto: Con dominio del pensamiento estratégico de ofensiva, se procuró crear posiciones ventajosas y generar oportunidades, para realizar resueltamente la ofensiva y levantamiento general en la primavera y alcanzar la victoria definitiva. Después de la Campaña de la Meseta Occidental y la Campaña Tri Thien-Hue-Da Nang, el Buró Político del PCV sacó la conclusión de que «Estamos ante una gran oportunidad estratégica, nunca hemos tenido suficientes condiciones en lo militar y político como en la actualidad, contando con una gran oportunidad estratégica para completar la revolución nacional-democrática-popular en el sur avanzando hacia el objetivo de lograr la paz y la reunificación de la Patria». La oportunidad estratégica llegó: el 27 de marzo de 1975, el Buró Político del PCV instruyó: «Hay que movilizar rápidamente a la masa armada a la rebelión, aplastando a las fuerzas mantenidas en la base, ocupando las oficinas [...] y convencer a las tropas enemigas de los fusiles y rendirse, desintegrando las unidades del ejército títere». Con esa idea, el 14 de abril de 1975 el Buró Político del PCV decidió abrir la Campaña Ho Chi Minh para liberar completamente el sur y reunificar el país. Haciendo realidad el pensamiento rector de «Rápido, audaz, sorpresivo, seguro en vencer», el 26 de abril de 1975 comenzó oficialmente la campaña Ho Chi Minh. Las unidades de tropas regulares de nuestro ejército llevaron a cabo una marcha rápida, avanzando hacia Saigon-Gia Dinh para liberarlas. A las 11:30 am del 30 de abril de 1975, las grandes agrupaciones de tropas regulares del Ejército Popular de Vietnam combinadas con las fuerzas armadas del sur rápidamente golpearon y ocuparon los objetivos vitales del enemigo. La histórica Campaña Ho Chi Minh logró el éxito total. Han pasado 45 años de la Gran Victoria de la Primavera de 1975, y hoy este hito histórico continúa siendo una gran motivación espiritual para que todo el ejército y pueblo se mantengan firmes en la ruta de la independencia nacional y el socialismo, continúen la obra de renovación nacional, realicen con éxito las dos tareas estratégicas de construir y defender firmemente la patria de la República Socialista de Vietnam, y se esfuercen para alcanzar el objetivo «Un pueblo rico y un país fuerte, democrático, justo y civilizado» que el PCV ha establecido.


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ESPECIAL 1º DE MAYO

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Mensaje con motivo del Primero de Mayo

Frente a la crisis capitalista construyamos la salida socialista-comunista El Partido Comunista de Venezuela (PCV) hace llegar a las y los trabajadores venezolanos y del mundo un saludo solidario y revolucionario, en el Día Internacional de la Clase Obrera, cuando rememoramos la gesta heroica del proletariado estadounidense y los mártires de Chicago, en los primeros días de mayo de 1886, en combate por la reducción de la jornada de trabajo, así como las gloriosas luchas obreras y populares en todos los países por el triunfo de la justicia social. En este Primero de Mayo, por primera vez en 130 años, no se efectuarán nutridas marchas y combativas concentraciones en la mayor parte del mundo, debido a las medidas de aislamiento social que los pueblos se ven en la necesidad de guardar para contener la propagación del nuevo coronavirus. No obstante, la clase obrera, los partidos comunistas y las fuerzas del sindicalismo clasista se expresarán de diversos modos, sin declinar las banderas de lucha en defensa de los derechos de las y los trabajadores y contra la dominación del capital sobre el trabajo. En todo el planeta la crisis del capitalismo, en su fase imperialista, se profundiza y acelera al extremo como resultado de la terrible pandemia, agudizando las contradicciones intercapitalistas e interimperialistas, generando mayores tensiones y conflictos globales, amenazando la paz mundial con nuevas guerras de agresión, destruyendo fuerzas productivas y ahondando las injusticias y desigualdades sociales. Se evidencia que la formación económico-social capitalista responde sólo a la egoísta lógica del lucro y la acumulación de capitales, no al interés de los pueblos. Los capitales monopolistas y la burguesía en general pretenden sacrificar a los trabajadores y a los pueblos con tal de preservar sus ganancias. El imperialismo, en particular el estadounidense, sigue siendo el enemigo principal de nuestros pueblos y de toda la humanidad. Ahora más que nunca es indispensable construir el amplio frente mundial antimperialista encabezado por las fuerzas más consecuentes del movimiento obrero, campesino y popular, que el PCV, junto a otros partidos comunistas y movimientos revolucionarios de diversos países, viene proponiendo. El difícil momento que atraviesa la humanidad es aprovechado por la alta burguesía y sus estados para aplicar políticas autoritarias, antipopulares y antiobreras, dirigidas a destruir derechos, precarizar las relaciones de trabajo, reducir empleos y sobreexplotar la fuerza de trabajo, pretendiendo desmontar las capacidades de resistencia y lucha del movimiento obrero. La crisis capitalista mundial es descargada nuevamente, con todo su peso, sobre los hombros de las y los trabajadores y los pueblos en general. Agresión imperialista y crisis del capitalismo dependiente venezolano En Venezuela, la clase obrera y el pueblo trabajador de la ciudad y el campo sufren las consecuencias del brutal ataque a la economía nacional por parte del imperialismo y sus lacayos, mediante el bloqueo y la imposición de ilegales y unilaterales medidas coercitivas con la finalidad de hacer rendir a la nación venezolana frente a las pretensiones hegemonistas de Estados Unidos y sus aliados europeos, agudizando

la crisis del capitalismo dependiente y rentista venezolano, cuya superación exige una contundente respuesta revolucionaria para vencer la arremetida imperialista y derrotar la voracidad de los monopolios y las mafias de la producción y la comercialización. El PCV considera apropiadas y oportunas las medidas adoptadas por el Gobierno del presidente Nicolás Maduro para contener el avance del coronavirus, recibiendo la oportuna y eficaz solidaridad de China, Cuba y Rusia, así como la insustituible y valiente entrega de la clase trabajadora venezolana. De igual manera, valoramos positivamente el conjunto de medidas de protección social –aunque insuficientes– que atenúan transitoriamente el impacto de la crisis capitalista y de la cuarentena en amplios sectores de la población, aunque las mismas no se corresponden con las decisiones de fondo que la clase obrera y el pueblo trabajador necesitan para protegerse ante la agresión e indolencia de los capitalistas, los terratenientes y los burócratas corruptos. El PCV exige cambios en las políticas económicas, laborales y agrícolas Hemos insistido en la necesidad de revertir políticas liberales que sólo sirven a los intereses de la burguesía, llevando a la destrucción del salario y de las prestaciones sociales, a liquidar conquistas contractuales, a producir despidos ilegales e injustificados (haciendo inaplicable la inamovilidad laboral), a flexibilizar y precarizar las relaciones de trabajo, a criminalizar luchas obreras y populares, a debilitar los derechos a la libertad sindical, negociación colectiva y huelga, debilitando al extremo las capacidades defensivas de las y los trabajadores frente a los ataques patronales. Las recientes medidas del Ejecutivo Nacional, concertadas con sectores del capital, sobre producción, precios y salarios, no revierten sino que más bien acentúan esta tendencia regresiva, que desvaloriza el precio de la fuerza de trabajo y amplía los márgenes de acumulación capitalista. La política de precios acordados con la burguesía no ha servido para defender los intereses de nuestro pueblo frente a la incesante alza especulativa del costo de la vida. En Venezuela se requieren urgentes cambios en las políticas económicas, agrarias y laborales, para revertir la liberalización económica y establecer control obrero, campesino, comunero y popular sobre los procesos productivos y de distribución de bienes y servicios esenciales, incluyendo en primer lugar un severo control social e integral sobre costos, precios y ganancias. Confrontar, deslindar y acumular fuerzas para avanzar El PCV llama a las y los trabajadores venezolanos y a sus organizaciones sindicales, delegados de prevención, consejos de trabajadores y demás expresiones organizadas de la clase obrera, a luchar por: el desarrollo de las fuerzas productivas bajo dirección obrera, campesina, comunera y popular; un salario suficiente para vivir dignamente, reiteramos nuestra propuesta de un salario mínimo equivalente a 5 petros o al costo de la canasta básica que publique el Banco Central de Venezuela (BCV);

que se supriman los inconstitucionales lineamientos del Ejecutivo Nacional (ministerios de planificación y del trabajo) para las convenciones colectivas, y que se dejen sin efecto las actas convenios suscritas en aplicación de tales lineamientos, incluyendo las fraudulentas suspensiones masivas autorizadas o permitidas en una serie de empresas privadas; que se reenganche a todos los trabajadores y trabajadoras ilegalmente despedidos; que se transforme profundamente el Ministerio del Trabajo y sean expulsados los funcionarios corruptos y patronales a todos sus niveles, estableciendo contraloría obrera de base sobre su funcionamiento. De igual modo, llamamos a luchar por la nacionalización revolucionaria (no al control burocrático, sí bajo control obrero, campesino, comunero y popular) de la banca, el sistema financiero y de todos los monopolios de la producción y la comercialización; por el rescate de la red pública de abastecimiento de alimentos bajo control obrero y popular; por un nuevo modelo de gestión democrático y participativo sobre todas las empresas estatales y sanción ejemplar a directivos corruptos; por un sistema único de salud con un modelo de gestión de dirección colectiva, entre otras medidas que nos permitan avanzar hacia una salida revolucionaria a la crisis del modelo capitalista dependiente y rentista venezolano. Para luchar por tales objetivos que se enmarcan en un programa revolucionario de la clase obrera y del pueblo trabajador de la ciudad y el campo, es necesario construir la unidad revolucionaria obrera, campesina, comunera y popular como núcleo fundamental de la amplia alianza antimperialista. En tal sentido, el PCV compromete su esfuerzo y convoca al reagrupamiento de las corrientes y organizaciones sindicales clasistas y consecuentemente progresistas, que actúan con plena independencia y autonomía frente a la patronal, al Estado y a los partidos burgueses y pequeñoburgueses, avanzando aceleradamente en la rearticulación y reunificación, en función de levantar un poderoso movimiento obrero y sindical de clase capaz de vanguardizar las luchas del conjunto de las y los trabajadores de la ciudad y el campo, tanto por las reivindicaciones económicas y sociales más inmediatas, como para luchar por el verdadero poder para la clase obrera y todo el pueblo trabajador. El socialismo no se construye haciendo concesiones al capital, mediante tímidas reformas que preservan y consolidan el modo de producción capitalista, sino con el derrocamiento de la burguesía y la toma del poder por las clases sociales explotadas y oprimidas, quienes necesitan demoler al viejo Estado burgués para iniciar el camino de la edificación de una sociedad libre de toda forma de explotación y opresión: el socialismo-comunismo, una sociedad plenamente dirigida por las y los trabajadores. ¡Luchar hasta vencer con las y los trabajadores al poder! ¡Unidad revolucionaria obrera, campesina, comunera y popular! ¡Amplia alianza patriótica para derrotar la agresión imperialista! Buró Político del Comité Central del PCV Caracas, 1 de mayo de 2020


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ESPECIAL 1º DE MAYO

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El movimiento clasista demanda un salario para vivir con dignidad

Pedro Eusse: El Gobierno no atiende las causas de la crisis en Venezuela TP/NA.- En entrevista con Tribuna Popular, el coordinador del Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora (FNLCT) y secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela (CUTV), Pedro Eusse, analiza las implicaciones de la pandemia global para la clase obrera, así como las luchas y demandas del movimiento clasista venezolano en este Primero de Mayo. ¿Cuál es la situación de la clase obrera en medio de la pandemia de Covid-19? Este Primero de Mayo, con la humanidad azotada por la Covid-19, la clase trabajadora está en una grave situación, y el futuro inmediato no es nada halagador. Se dice que el nuevo coronavirus es «democrático» porque afecta a todos por igual, pero la verdad es otra: los más afectados, tanto por contagios como por las consecuencias socioeconómicas, son los más vulnerables, los que viven de un salario o de lo que ganan al día, los que no tienen acceso a servicios de salud y no gozan de protección social, los que carecen de vivienda y servicios públicos básicos, los que no pueden permanecer en cuarentena sin padecer hambre y otras calamidades. La situación de la clase obrera tiende a complicarse a medida que la profunda crisis capitalista se agrava, mientras la burguesía pretende resolverla en favor de los monopolios. El orden que pretenden imponer está sustentado en la superexplotación: máxima concentración del capital, eliminación de puestos de trabajo, exterminio masivo de las personas que consideran «sobrantes», liquidación de derechos sociales, desregulación y flexibilización de las relaciones de trabajo. La clase obrera no tiene otra alternativa que luchar unida y organizada, acumular fuerzas para actuar con conciencia propia y nunca subordinada. Su vanguardia política y sindical debe ponerse al frente de un amplio movimiento mundial contra el imperialismo, comprendiendo que para derrotarlo hay que derrocar al capital mediante el triunfo revolucionario de los explotados y oprimidos, sin rendición ni conciliación de clases. En lo inmediato, una idea movilizadora y unificadora es que los capitalistas y sus gobiernos paguen la crisis que han creado, no los trabajadores. ¿Cómo valoran la CUTV y el FNLCT la situación de la clase obrera venezolana ante el coronavirus y las medidas tomadas por el Ejecutivo? En general, consideramos pertinentes las medidas extraordinarias que adoptó el Ejecutivo. Particularmente, hay que valorar altamente el papel que cumplen los trabajadores de la salud en esta batalla donde arriesgan su vida en precarias condiciones por los bajos salarios, las dificultades logísticas e incluso por la insuficiente dotación de implementos de bioseguridad. Por otra parte, con relación a las medidas económicas, sociales y laborales adoptadas antes y durante el estado de alarma, tenemos severos cuestionamientos: consideramos que son insuficientes, superficiales y timoratas frente a los desmanes de los capitalistas, de las mafias y de la burocracia corrupta.

tronal, más burócratas sindicales convalidando políticas que sirven al capital, más los denominados Consejos Productivos de Trabajadores (CPT) dirigidos a maximizar ganancias (salvo honrosas excepciones). Por otro lado, los oportunistas de la derecha sindical tratan de pescar en río revuelto. Es necesario que las fuerzas clasistas les cerremos el paso.

Venezuela atraviesa una crisis estructural con agravantes coyunturales a los que se suman las agresiones económicas de EEUU y sus satélites y ahora la Covid-19. Las víctimas son las masas populares, pero el Gobierno insiste en ser complaciente con los burgueses, particularmente con sectores especuladores. El Gobierno no actúa sobre las causas de la crisis, ni mucho menos apunta a cambiar revolucionariamente la realidad del pueblo que padece una hiperinflación prolongada, la pulverización del salario y las pensiones, el deterioro profundo de la calidad de vida y la extrema precarización del empleo. Al contrario, muchas de las decisiones responden a la concepción burguesa de descargar la crisis sobre los hombros de los desposeídos. En materia laboral es clara la política dirigida a desvalorizar la fuerza de trabajo. Por ejemplo, la reconversión monetaria de 2018 significó la evaporación de las prestaciones sociales y ahorros de los trabajadores, sin compensación alguna. Otra muestra es el famoso memorando-circular 2792, dictado por el ministro del Trabajo Piñate y usado por los patronos para destrozar beneficios alcanzados a través de negociaciones colectivas. Además, el Ministerio ha validado acuerdos entre patronos y direcciones sindicales traidoras para desmejorar contratos colectivos y autorizar suspensiones masivas. Con el reciente aumento salarial y del bono de alimentación, la suma de ambos montos no alcanza 5 dólares al mes (la mitad sin incidencia salarial); es verdaderamente ridículo frente a los astronómicos «precios acordados» con los empresarios. Para completar, el Gobierno promueve el sindicalismo reformista, es decir la cúpula de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadoras y Trabajadores (CBST), y utiliza descaradamente las instituciones para imponer su hegemonía, desconociendo la existencia de corrientes clasistas. La fórmula de la colaboración de clases es: Ministerio del Trabajo complaciente con la pa-

¿Cuáles son las demandas del movimiento clasista para este Primero de Mayo? Una política salarial que recupere y fortalezca la capacidad adquisitiva de salarios y pensiones. Exigimos un salario mínimo que tenga como referencia 5 petros (equivalente a 300 dólares a la tasa actual), en tanto no exista un índice oficial de la canasta básica. Un nuevo y revolucionario modelo de gestión de la salud, que coloquear bajo control de los Consejos de Dirección Colectiva a todas las Áreas de Salud Integral Comunitarias (ASIC) y al sector en general. La nacionalización de toda la industria farmacéutica para que no responda al lucro sino a las necesidades del pueblo. Respeto a la inamovilidad laboral, lo que implica el reenganche para los despedidos ilegal e injustificadamente, y la anulación de las suspensiones masivas por ser despidos simulados (casos de Coca-Cola, Inlaca, Mondelez, Envases Venezolanos, Firestone, entre otros). Además, prisión para los patronos que desacaten órdenes de reenganche, y garantías de ejecución de los reenganches para trabajadores despedidos írritamente, restableciendo la posibilidad de interponer amparos constitucionales. Dotación de implementos de bioseguridad para reducir riesgos de contagio entre trabajadores que asisten a sus puestos de trabajo. Declarar prioritarios los servicios que prestan las inspectorías del trabajo, las procuradurías y el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (Inpsasel), para atender de forma expedita las denuncias que hagan trabajadores, delegados de prevención y organizaciones sindicales. Dejar sin efecto los nefastos Lineamientos para las Convenciones Colectivas, es decir el Memorando-Circular 2.792, y revertir sus efectos negativos. Transformar el Ministerio del Trabajo, incluyendo la destitución del ministro Piñate y demás funcionarios patronales. Que se establezca la contraloría obrera de carácter vinculante sobre todas las actuaciones del Ministerio, principalmente de las inspectorías. Que se reactiven las empresas paralizadas por boicot patronal, colocándolas bajo control obrero en aplicación del artículo 149 de la Ley Orgánica del Trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores (Lottt). Férreo control integral sobre costos, precios y ganancias, particularmente de alimentos, medicinas y artículos de higiene, con participación dirigente de los trabajadores y del pueblo organizado. Plan de recuperación y desarrollo de la producción nacional, bajo control obrero, campesino, comunero y popular.


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75º aniversario de la victoria sobre el nazi-fascismo

En nombre de la libertad, de la paz y de la verdad –contra el fascismo y la guerra

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a victoria sobre el nazi-fascismo en la Segunda Guerra Mundial, constituye un acontecimiento álgido de la historia, cuya memoria es necesario preservar y defender ante reiterados intentos de falsificación histórica, que persiguen que se olvide el papel determinante que desempeñaron la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), los comunistas y antifascistas de todo el mundo. Generado por el capitalismo, el nazi-fascismo fue la expresión más terrorista del capital monopolista. Fue responsable por el desencadenamiento de esa guerra de agresión y rapiña que provocó cerca de 75 millones de muertos, entre ellos casi 27 millones de ciudadanos soviéticos, numerosos sufrimientos y el horror de los campos de concentración nazis. Los pueblos no pueden tampoco olvidar páginas negras como los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki por parte de EEUU, sin justificación militar, que representaron una demostración de su poderío y sus planes hegemónicos a nivel mundial. La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fue el resultado del agravamiento de las contradicciones interimperialistas y, simultáneamente, del objetivo de destrucción del primer Estado socialista, la URSS, expresado, particularmente, en el apoyo y connivencia del Reino Unido, Francia y EEUU con el rearme y ambición expansionista de la Alemania nazi. Celebrando el 75º aniversario de la victoria en el histórico 9 de mayo de 1945, los partidos comunistas y obreros que firman este documento, convencidos de que interpretan los sentimientos y deseos de los trabajadores y de los pueblos del mundo: - Rendimos homenaje a todos los que entregaron su vida en los campos de batalla contra las hordas nazi-fascistas, especialmente a los heroicos resistentes y combatientes antifascistas

y a los heroicos pueblo soviético y ejército rojo, dirigidos por el Partido Comunista, cuya participación, escrita en páginas heroicas como las batallas de Moscú, Leningrado o Stalingrado, fue decisiva para la victoria sobre la barbarie. - Consideramos que la victoria sobre la Alemania nazi y sus aliados del pacto anti-Komintern, fue alcanzada gracias a la contribución decisiva de la URSS, a la naturaleza de clase del poder soviético, con la participación de las masas populares, al papel dirigente del Partido Comunista, a la superioridad demostrada por el sistema socialista. Esta victoria constituye un enorme legado histórico del movimiento revolucionario. - Valoramos los avances extraordinarios en el proceso de emancipación social y nacional de los trabajadores y de los pueblos que la victoria y el avance de las fuerzas de progreso social y de la paz posibilitaron, con el ensanchamiento del campo de los países socialistas a Europa, Asia y América Latina, las conquistas del movimiento obrero en los países capitalistas, el impetuoso desarrollo del movimiento de liberación nacional y la consecuente liquidación de los imperios coloniales. - Denunciamos y condenamos las campañas que intentan disminuir, distorsionar y negar el papel de la URSS y de los comunistas en la derrota del nazi-fascismo e incluso culpar injusta y falsamente a la Unión Soviética por el inicio de la Segunda Guerra Mundial, disminuir las responsabilidades del gran capital (y de los gobiernos a su servicio) en la promoción y ascensión del fascismo y en el estallido de la guerra, y lavar la cara y rehabilitar el fascismo; al mismo tiempo que destruyen los monumentos y la memoria del ejército soviético libertador, promueven el anticomunismo y criminalizan a los comunistas y a otros antifascistas. - Denunciamos y condenamos las resoluciones anticomunistas de la Unión Europea

(UE) y su intento calumnioso de falsificación histórica al equiparar el socialismo y el monstruo del fascismo. - Alertamos que el imperialismo apuesta cada vez más por el fascismo y por la guerra como «salida» para la profundización de la crisis del sistema capitalista, cuyo carácter inhumano se vuelve particularmente evidente cuando, ante el gravísimo surgimiento epidémico de la Covid-19, EEUU, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la UE y las potencias capitalistas aliadas, continúan con una criminal política de bloqueos y agresiones contra países y pueblos. - Consideramos que la lucha por la paz, por el progreso social y por el socialismo son inseparables; y nos comprometemos a contribuir para el fortalecimiento de la acción común de la clase obrera, de los trabajadores y de los pueblos de todo el mundo, de las fuerzas políticas interesadas en cerrar el camino al fascismo, y en la lucha contra el imperialismo, las agresiones imperialistas y una nueva guerra de trágicas proporciones. La situación con la que los trabajadores y los pueblos del mundo se enfrentan, pone de relieve la importancia de reforzar la lucha antimperialista, por la soberanía de los pueblos y la independencia de los Estados, por los derechos de los trabajadores y de los pueblos, en el camino hacia la superación revolucionaria del sistema capitalista, que es la causa del fascismo, la guerra, las injusticias, los peligros y contradicciones de la actualidad. Tal y como sucedió hace 75 años, la lucha de los comunistas y de todos los que enfrentan la explotación y la opresión capitalista abrirá caminos de futuro para la humanidad. Firman 58 partidos comunistas y obreros, incluyendo el Partido Comunista de Venezuela.

Exigimos el inmediato levantamiento del bloqueo criminal a Cuba A

medida que la pandemia de Covid-19 continúa extendiéndose por todo el planeta causando enormes dolores y pérdidas humanas, se confirma trágicamente la existencia de dos enfoques diferentes: uno que insiste en poner las ganancias y la imposición del control mundial por encima de la salud pública y el bienestar de los pueblos, y otro que prioriza a las personas, su salud y su bienestar por encima de todos los demás intereses. En medio de la pandemia de Covid-19, en diferentes continentes los pueblos son testigos del internacionalismo y la solidaridad mostrada por Cuba en respuesta a los llamados de asistencia, con el envío de equipos médicos a decenas de países. Esta respuesta humanitaria es la continuación de décadas de prácticas desinteresadas, a lo largo de las cuales médicos y enfermeros cubanos han acudido en ayuda de

los países afectados por desastres naturales o epidemias. Mientras que la palabra «solidaridad» se repite en diferentes rincones como el enfoque necesario para que todo el planeta se enfrente a la pandemia, el Gobierno de EEUU ha optado por endurecer aún más el ilegal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba. En estos momentos críticos en los que está en peligro la vida humana, el Gobierno de EEUU, al hacer cumplir la cláusula de extraterritorialidad de la Ley Helms-Burton, dificulta que equipamientos de protección personal, ventiladores y materiales para las pruebas de detección puedan ser adquiridos por Cuba. Esta es la más espantosa manifestación del criminal bloqueo de 60 años y sus consecuencias negativas para la vida y el desarrollo económico de Cuba y su pueblo.

Bajo estas condiciones, los partidos comunistas y obreros abajo firmantes: - Denunciamos el criminal bloqueo económico, comercial y financiero de EEUU contra Cuba - Exigimos el inmediato levantamiento del ilegal bloqueo de EEUU a Cuba - Expresamos nuestra gratitud por la solidaridad de Cuba con los pueblos necesitados a través de sus equipos médicos - Reiteramos nuestra solidaridad con el Partido Comunista de Cuba, el Gobierno y el pueblo cubanos en su lucha por defender el camino del desarrollo socialista ¡Solidaridad SÍ - Bloqueo NO! Firman 67 partidos comunistas y obreros de todo el mundo, incluyendo el Partido Comunista de Venezuela.


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Sobre los 150 años del nacimiento de Lenin

¡Honramos al gran líder revolucionario V.I. Lenin, nos comprometemos a continuar su obra!

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os partidos comunistas y obreros que firmamos este comunicado conjunto, queremos honrar de esta manera a un gran revolucionario y teórico del socialismo científico, Vladimir Ilich Lenin, ya que el 22 de abril se celebran 150 años de su nacimiento. En las condiciones actuales en particular, y mientras la pandemia del Covid-19 se sigue extendiendo, demostrando de forma trágica las grandes deficiencias de los sistemas sanitarios en los países capitalistas así como la naturaleza antisocial y parasitaria del sistema capitalista; frente a la nueva crisis cuyas cargas serán pagadas, nuevamente, por los trabajadores y las trabajadoras; y frente a la naturaleza agresiva del imperialismo y la escalada de las competencias imperialistas, que plantean nuevos peligros para la paz y los pueblos, sentimos aún más la necesidad de referirnos a la figura histórica de V.I. Lenin, una personalidad que dedicó su vida a la causa de la clase obrera y de las demás capas populares en la lucha por la abolición de la explotación y la construcción de la sociedad socialista. Honramos a V.I. Lenin como fundador del partido contemporáneo de la clase obrera, del «partido de nuevo tipo», que se separó decisivamente del oportunismo y la apostasía de los viejos partidos socialdemócratas. Tal fue el caso del Partido Bolchevique, que estuvo a la vanguardia de la lucha de clases del proletariado y las demás capas oprimidas de Rusia. El partido de Lenin llevó la clase obrera rusa a la victoria, con el derrocamiento de las clases explotadoras y al establecer la dictadura del proletariado, el gobierno de los trabajadores y campesinos, al servicio de los intereses de la mayoría, de los explotados y los oprimidos. V.I. Lenin definió y demostró el papel de vanguardia del Partido Comunista, no sólo en el establecimiento del poder obrero, sino también en la construcción del socialismo. Honramos a V.I. Lenin como el teórico que, teniendo en cuenta la realidad concreta, desarrolló aún más las partes constituyentes del marxismo; es decir, la filosofía, la economía política y el comunismo científico. Como un opositor a cualquier distorsión oportunista y revisionista de la teoría y la práctica revolucionarias, del dogmatismo, del sectarismo, de las ilusiones parlamentarias, sin negar la intervención en el parlamento. Obras suyas, como ¿Quiénes son los amigos del pueblo y cómo luchan contra los socialdemócratas?, El desarrollo del capitalismo en Rusia, ¿Qué hacer?, Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática, Materialismo y empiriocriticismo, Marxismo y revisionismo, La bancarrota de la Segunda Internacional, Socialismo y guerra, Acerca de la consigna de los Estados Unidos de Europa, El Imperialismo, fase superior del capitalismo, El Estado y la revolución, Tesis de abril, La enfermedad infantil del «izquierdismo» en

el comunismo, Las tareas inmediatas del poder soviético, o Una gran iniciativa, son hitos de la propagación y el desarrollo del marxismo y la lucha revolucionaria. En general, el valioso trabajo teórico de Lenin sigue siendo absolutamente relevante y un faro para la educación ideológica y política y la acción de cada nueva generación de revolucionarios. Honramos a V.I. Lenin como líder de la Gran Revolución Socialista de Octubre, que hace aproximadamente un siglo estremeció a la humanidad, la revolución triunfante que iluminó el poder de la lucha de clases, el poder de los explotados y los oprimidos cuando toman el caso de sus intereses en sus propias manos y hacen girar la rueda de la historia hacia adelante, en la dirección de la liberación social, la llama de octubre, que condujo y aceleró el establecimiento de una serie de partidos comunistas, partidos obreros revolucionarios. Lenin tenía una capacidad estratégica visionaria y manejaba hábilmente las alianzas, capacidades que dedicó a la causa de la revolución socialista. Honramos a V.I. Lenin, como líder del primer Estado socialista del mundo, que por primera vez estableció el poder de los obreros sobre la base de nuevas instituciones revolucionarias, como los soviets, persiguió el funcionamiento económico de la sociedad sobre una base nueva, sobre la base de la satisfacción de las

necesidades populares contemporáneas, el desarrollo libre y completo de todas las personas, no en favor del desarrollo de la rentabilidad de los pocos. La URSS, el primer Estado socialista del mundo, el cual fue hecho realidad con la contribución especial de V.I. Lenin, puso en primer plano nuevas conquistas económicas, sociales, políticas y culturales sin precedentes para la clase obrera y las amplias capas de los trabajadores, que tuvieron un profundo efecto en los desarrollos progresivos históricos de todo nuestro planeta. Fue el apoyo de los pueblos en la lucha por el socialismo y la paz. Honramos a V.I. Lenin como el gran internacionalista, el líder que alzó la bandera del internacionalismo proletario, frente a la posición traidora de la Segunda Internacional en la Primera Guerra Mundial Imperialista, quien se opuso al nacionalismo burgués y otras percepciones burguesas, como el cosmopolitismo del capital, el protagonista de la fundación de la Tercera Internacional Comunista, la cual contribuyó enormemente al movimiento obrero y comunista internacional y que hoy es una principal fuente para sacar lecciones útiles de la experiencia que acumuló a través de su acción. Las posiciones de Lenin sobre el colonialismo llevaron a los comunistas a comprender la cuestión de las colonias y los inspiraron a liderar las luchas anti-coloniales, tanto en los países coloniales como en las colonias. Honramos a V.I. Lenin como el incansable y constante oponente de la guerra imperialista, partidario de la lucha popular por la liberación nacional y social, la justicia social, la paz, el socialismo. La contrarrevolución y la restauración capitalista no pueden ocultar las conquistas del socialismo. Las catástrofes y la injusticia en que vivimos, los problemas agudos de la clase obrera, las capas populares, los campesinos y generalmente de los pueblos, causados por la explotación y opresión capitalista, enfatizan la necesidad y actualidad del socialismo hoy en todo el mundo. Los partidos comunistas y obreros denunciamos ante los trabajadores y la juventud, la «ola» de silencio y de distorsión reaccionaria y anticomunista, desatada en todo el mundo por las fuerzas políticas que sirven a los intereses del capital, contra V.I. Lenin. Luchamos por la continuación de su obra y nos comprometemos a continuar defendiendo su herencia, a difundirla, y llamamos a los trabajadores y los pueblos a aprender de ella. 22 de abril de 2020 Firman 92 partidos comunistas y obreros de todo el mundo, incluyendo el Partido Comunista de Venezuela.


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La pandemia es la cara mortal del capitalismo PRENSA DPI.- La crisis económica generada por la rápida, masiva e incontrolable propagación del coronavirus en EEUU, hoy epicentro de la pandemia mundial, ha expuesto la pobreza y la inseguridad generalizadas en esa nación. Como en la Gran Depresión de los años 30, se repiten imágenes de cientos de miles de personas en filas de beneficencia para recibir alimentos. Un incontable número de vehículos se aprecia en colas kilométricas de hasta 12 horas, para recibir bolsas de comida. Amplios sectores de la clase trabajadora de EEUU están necesitando de esa ayuda. Cerca de 30 millones de trabajadores han perdido su empleo desde marzo. Mientras, la administración Trump ha destinado billones de dólares para el rescate de bancos y corporaciones. Un tercio de los estadounidenses dejó de pagar el alquiler en abril, una cifra que aumentará en mayo, cuando la gente agote sus ahorros. Para junio, miles estarán siendo arrojados a las calles. Por su parte, la anarquía del mercado capitalista ha llevado a los agricultores estadouni-

Millones de trabajadores desempleados esperan recibir ayuda en EEUU

denses a destruir sus cosechas, aunque aumentan el hambre y el desabastecimiento. Trump explota esta devastación económica para impulsar el retorno prematuro de los trabajadores a sus puestos cuando todavía es muy alta la posibilidad de nuevos contagios, amenazando a quienes temen arriesgar sus vidas con perder su trabajo y recortar los beneficios. Ante esta situación, existe la posibilidad de disturbios sociales masivos en EEUU y otros

países capitalistas, donde la desigualdad hace insostenible la cuarentena. En estas condiciones, el capitalismo ha expuesto su carácter mortal en un grado sin precedentes en la historia moderna. Los trabajadores deben sacar lecciones. Un sistema que garantiza millones de dólares en ganancias a un puñado de parásitos financieros y condena a millones a la pobreza y la muerte, debe ser barrido de la faz de la tierra.

La sinofobia de Trump amenaza al planeta PRENSA DPI.- La ofensiva racista de Trump, quien, en una feroz campaña de demonización, trata de responsabilizar a la República Popular de China por la pandemia del coronavirus, tiene repercusiones en todo el mundo. Esta oleada de sinofobia ya se ha hecho presente en los medios de comunicación occidentales, creando un clima de sospecha, miedo, ira y odio. Misteriosos incendios destruyen antenas de 5G en Europa, se hace ver a los asiáticos como «seres primitivos», se especula con la posible creación deliberada del virus en la ciudad china de Wuhan; en fin, una avalancha de fake news sobre China se amontona a través de las redes sociales. Trump ha creado una nueva narrativa de una «conspiración» de China para afianzar su hegemonía mediante la llamada «diplomacia de las mascarillas», menospreciando la contribución del gigante asiático, de su revolución y de los dirigentes de su Partido Comunista, en el combate de la letal amenaza de la Covid-19 que ha puesto en jaque a toda la humanidad. Hoy más que nunca se necesita la cooperación internacional, porque el virus no conoce fronteras y no puede ser abordado sólo con la acción nacional. Los Estados deben unirse para com-

China ha enviado ayuda médica a docenas de países

partir información, intercambiar buenas prácticas médicas y desarrollar una vacuna que sea accesible para todos los habitantes del planeta. China, a partir de su exitosa experiencia en el combate al coronavirus, ha enviado especialistas médicos para ayudar en la emergencia a otras naciones, y por ello, los intentos de presentarla como país «adversario» carecen de sentido. Las tensiones con China pueden empeorar aún más a medida que las economías capita-

listas se deterioren y los Gobiernos traten de achacar culpas al «peligro amarillo» del que advierte la retórica trumpista. Por ello, los argumentos a favor de la paz y la cooperación internacional hoy deben ser más fuertes. Los activistas en Venezuela contra la guerra y por la paz deben unirse para defender y respaldar a nuestra hermana nación asiática: «el enemigo no es China, es el virus», como lo subraya la cancillería de Beijing.

La solidaridad: la gran aliada del pueblo venezolano PRENSA DPI.- El pasado 19 de abril se registró una nueva edición de la Acción Mundial de Solidaridad con Venezuela, iniciativa impulsada por el Partido Comunista de Venezuela (PCV) a través del Comité de Solidaridad Internacional y Lucha por la Paz (COSI) y respaldada a nivel internacional por el Consejo Mundial de la Paz (CMP). Desde Caracas, el secretario general del PCV, Oscar Figuera, denunció la sostenida política de agresión del imperialismo contra el pueblo venezolano: «Hoy, cuando el sistema capitalista de dominación profundiza su crisis, agudizada por la pandemia del nuevo coronavirus que impacta en todos los ordenes a los pueblos del

mundo, el Gobierno de EEUU y su retrógrado presidente escalan su agresión contra Venezuela y aprovechan las circunstancias para amenazar con intervenciones militares, bloqueos navales y para promover la violencia interna, con el objetivo de propiciar la fractura institucional y el golpe de Estado». Por su parte, el secretario de Relaciones Internacionales del PCV, Carolus Wimmer, explicó que durante la jornada cientos de organizaciones han enviado mensajes «para exigir al gobierno estadounidense y a la Unión Europea el fin del bloqueo y de las acciones ilegales» contra Venezuela.

Asimismo, la Juventud Comunista de Venezuela (JCV) también se hizo eco de la iniciativa entre las organizaciones juveniles pertenecientes a la Federación Mundial de Juventudes Democráticas (FMJD). «Nuestra arma más potente ha sido y será siempre la solidaridad», declaró la secretaria general de la JCV, Janohi Rosas. El Departamento de Política Internacional del PCV «agradeció todas las manifestaciones de solidaridad de los pueblos y organizaciones políticas, sociales y de trabajadores que han levantado su voz a favor del pueblo venezolano» en esta nueva jornada mundial, informó Yul Jabour.


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ESTUDIAR Y LUCHAR

MAYO de 2020

La crisis capitalista, la pandemia y las tareas del PCV Comisión Nacional de Ideología

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uando el capitalismo estornuda, se espera que la clase trabajadora diga «salud»; cuando tose más fuerte, toca pagar las medicinas. Vivimos una profunda y prolongada crisis del sistema capitalista mundial en su fase imperialista. Lenin describe al imperialismo como un «capitalismo agonizante»; hoy, esta agonía cobra un carácter inédito: la pandemia por Covid 19 ha estremecido al mundo y ha dejado en evidencia una formación económico-social incapaz de resolver los acuciantes problemas de la humanidad, al tiempo que crea las condiciones objetivas para su derrocamiento. Cuando el capitalismo tiene fiebre la receta es siempre la misma: reducción del precio de la fuerza de trabajo, mayor explotación, destrucción de empleos y reducción de derechos sociales y laborales, así como la privatización del sector público. Mientras ya hay más de tres millones de contagiados por Covid 19 en todo el mundo, la mayoría de los gobiernos se limitan a administrar opciones para «mitigar» la pandemia sin «afectar» a los capitalistas. Los analistas dicen que la pandemia da lecciones; para los trabajadores sólo puede haber una, como apunta Lenin: «La crisis demuestra que los obreros no se pueden limitar a luchar por obtener de los capitalistas concesiones parciales. Cuando la industria está en auge, tales concesiones pueden ser obtenidas [...] pero cuando se produce el desplome, los capitalistas no sólo retiran las concesiones

que habían hecho sino que se aprovechan de la debilidad de los trabajadores para dejarlos en condiciones aún más precarias». Mucho más precarias: la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lavarse las manos para la prevención, pero en América Latina, 13,5% de los hogares no tiene acceso a fuentes de agua dentro de casa. También se exige confinamiento, pero 21% de la población vive en estructuras informales o inadecuadas y en hacinamiento. Mientras tanto, los trabajadores informales se debaten entre quedarse en casa o salir a buscar el sustento diario. Este año se inició con canguros huyendo del fuego en Australia y la Amazonía ardiendo. Cuando el capitalismo tiene fiebre, todas las formas de vida lo resienten. Se trata de la contradicción capital-naturaleza, y en la fase imperialista esto significa máxima depredación de los bienes y recursos naturales. Pero los centros de poder apenas plantean aplicar algunas compresas para bajar la temperatura del planeta. Con una retórica que privilegia la responsabilidad individual y deja de lado la esencia de este sistema, la cena está servida para que nuestros derechos sean vulnerados. El capitalismo agonizante no tiene cura, pero no guardará reposo en cama. Importantes combates de clase se libran en estos momentos, y el distanciamiento físico no puede ser confundido con distanciamiento social. Hoy, como nunca, el antídoto para este virus se compone de la organización, la lucha y la solidaridad de clase. A ello debemos aplicar la acción fecunda del Partido Comunista de Venezuela (PCV).

Jóvenes campesinos en lucha para producir PRENSA JCV.- Los jóvenes del campo se mantienen consecuentes junto al pueblo, ante la crisis del modelo capitalista dependiente venezolano que no ofrece garantías de futuro, agudizada por la situación resultante de la pandemia de Covid-19 que representa una amenaza para quienes sustentan la vida en el trabajo diario. Esta situación obliga a producir los alimentos que el pueblo necesita en condiciones profundamente complejas. En la lucha por la transformación revolucionaria del campo en los Bajos de Amana de Maturín, estado Monagas, los jóvenes aportan su fuerza de trabajo para la producción de alimentos con la siembra y la cría de animales. Muchos han emprendido iniciativas en la toma de terrenos baldíos que fueron nacionalizados en el año 2004, y posteriormente en el año 2016 a través de títulos agrarios. Dichos terrenos fueron designados para producir, pero, pese a ello, nunca fueron limpiados, ni sembrados, ni trabajados de alguna forma; sus adjudicatarios los dejaron cubrirse de malezas o los dejaron convertirse en basureros, cementerios de vehículos robados o espacios para la comisión de delitos, y en algunos casos los ofrecieron en venta de manera irregular a terratenientes, propiciando así focos de latifundio. Los trabajadores del campo, de manera consciente, a pesar de la situación económica agudizada por las llamadas «sanciones», el bloqueo

económico y las pretensiones imperialistas de hacerse con los principales recursos que posee el país, continúan su lucha diaria contra el latifundio, la reprivatización de las tierras, la judicialización y criminalización de sus luchas y el sicariato. Siguen demandando programas que rompan con la lógica impuesta por las transnacionales del agronegocio, hoy agravada con la subida despiadada de los precios de suministros para la siembra, de implementos para el trabajo agroproductivo y del alimento para animales. La Juventud Comunista de Venezuela (JCV), promoviendo la consigna «¡Si hay tierra para los campesinos, hay comida para nuestro pueblo!», acompaña las luchas campesinas, y hace un llamado al Instituto Nacional de Tierras (INTI) y demás entes del Estado a atender esta situación, para romper con prácticas mafiosas, y latifundistas que violan la constitución.

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jovenguardia1947@gmail.com

#Lara: Deterioro de condiciones de vida

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l impacto social que ha traído consigo la pandemia desatada por el coronavirus ha tenido una fuerte repercusión en las y los jóvenes estudiantes y los que trabajan en el campo. Los primeros no pueden continuar su formación y desarrollo intelectual, con un plan de universidad en casa truncado por los recurrentes recortes de energía eléctrica que duran entre 3 y 12 horas, y la pésima señal de internet. Los jóvenes del campo, por su parte, no pueden atender a sus labores ni distribuir su producción debido a la crisis de escasez de gasolina, que los obliga a padecer largas colas para abastecerse con apenas 30 litros mensuales, y que en algunos casos ya ha causado que se pierdan las siembras o animales.

# Sucre: Nuevos costos de la educación

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n medio de la cuarentena social, la situación de las y los jóvenes estudiantes sucrenses empeora. Ahora, con la modalidad de educación no presencial o «virtual», se presentan nuevos obstáculos para la mayoría de estudiantes. La gratuidad de la educación queda en entredicho, ya que deben sumarse los costos de servicios de acceso a internet, planes de datos para smartphones, cable TV o TV satelital, que superan los 2 salarios mínimos mensuales, y que muchas familias no pueden cubrir. La lucha sigue siendo por educación gratuita y de calidad, aspiración dificultada en la actualidad por la pandemia y el confinamiento.

#Zulia: Los flagelos de la crisis en la línea limítrofe

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n el Zulia la población vive en alerta debido a su condición de estado fronterizo. Los jóvenes se encuentran en la primera línea de esta crisis social, económica y sanitaria, al ser presa fácil para grupos criminales y mafias policiales quienes los coaccionan para colaborar en la venta ilegal de gasolina, contrabando de alimentos y productos de primera necesidad, alejándolos de sus verdaderas responsabilidades: las actividades académicas y el resguardo familiar. El pueblo trabajador y las autoridades competentes deben proteger a los jóvenes víctimas de esta situación, que se está agudizando en el marco de la pandemia de Covid-19.


MAYO de 2020 Año LXXIII

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Primero de Mayo de 2020

¡Que los capitalistas paguen la crisis! El Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora (FNLCT) y la Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela (CUTV) entregan un saludo clasista a las y los trabajadores y a todo el movimiento obrero y sindical, ante la más grave crisis del sistema capitalista agudizada por la pandemia de Covid-19. Han transcurrido 130 años desde la primera vez que la clase obrera salió a las calles un Primero de Mayo en lucha por sus derechos. Hoy no podemos manifestarnos en las calles, pero con igual combatividad y determinación nos levantamos contra el gran capital y sus gobiernos genuflexos, que descargan todo el peso de la crisis sobre las y los trabajadores activos y jubilados, el campesinado y, en general, sobre los pueblos explotados y oprimidos del planeta. Las y los trabajadores y el pueblo en general, sufrimos las consecuencias del bloqueo económico y demás agresiones del imperialismo, así como la ausencia de políticas gubernamentales que sirvan a las mayorías, en medio de la crisis del capitalismo dependiente y el colapso del rentismo petrolero. Si bien el Gobierno del presidente Maduro adoptó medidas para contener el coronavirus, también es cierto que la burguesía ha logrado que se apliquen políticas económicas y laborales que sólo sirven a la patronal, tales como los precios acordados y un «salario mínimo» que

consolida la destrucción del valor de la fuerza de trabajo, entre otras medidas dirigidas a flexibilizar y precarizar el empleo, eliminar conquistas contractuales, suprimir el derecho a huelga, criminalizar la protesta obrera y popular e imponer la hegemonía del sindicalismo desclasado, auspiciando el colaboracionismo, el reformismo y la rendición de clase. Ante esta situación, luchamos por medidas revolucionarias y efectivas en favor de la clase obrera y el pueblo trabajador de la ciudad y el campo: - Salario suficiente para vivir dignamente: que el salario mínimo y las pensiones se eleven al equivalente a 5 petros - Control social e integral sobre precios, costos y ganancias - Control obrero, campesino, comunero y popular sobre la producción y distribución de bienes y servicios - Reenganche para las y los trabajadores despedidos o suspendidos de forma ilegal e injustificada - Suprimir los Lineamientos del Ministerio del Trabajo para las Convenciones Colectivas (memorando 2792) - Aplicación estricta de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat), para fortalecer la salud y seguridad en el trabajo - Acabar con la criminalización y judicialización laboral

- Rescatar las empresas del Estado con sus trabajadores y trabajadoras. No a la reprivatización de empresas estatales y fundos agrícolas recuperados - Reactivar empresas cerradas y/o abandonadas, para ponerlas bajo control obrero - Transformación profunda del Ministerio del Trabajo, expulsando a funcionarios corruptos y patronales - Nacionalización revolucionaria de la banca y de todos los monopolios - Suspender el pago de la deuda externa - Encarcelar a corruptos y especuladores, confiscar sus bienes mal habidos Es necesario reunificar a todas las organizaciones sindicales clasistas y demás movimientos de lucha de las y los trabajadores, para, fortalecidos, pasar a la ofensiva revolucionaria en unidad obrera, campesina, comunera y popular con los objetivos de defender nuestros derechos, derrotar la agresión imperialista, desplazar al reformismo entreguista y acumular fuerzas para conquistar la plena emancipación de la clase obrera y del pueblo trabajador de la ciudad y el campo: la construcción del verdadero socialismo. ¡Que la salud y la vida de las y los trabajadores esté por encima de la ganancia! ¡Contra el imperialismo, el entreguismo y la corrupción, todo el poder al pueblo trabajador!


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