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CARTAS GANADORAS:

Jesús María Sanoja Einer

Caracas Venezuela

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Cristian Soto

San Cristóbal Táchira-Venezuela

Caracas, 14 de febrero 2023

A ti …

Julieta,

No presumas de haber sido la primera persona en mi corazón, si no fuiste inteligente para ser la última.

Marcela, Recuérdame como la mejor opción que dejaste ir.

Adela, Un amor como el tuyo mal correspondido, solo se merece ausencia y olvido.

Rosa, Sé que te va a doler mucho, mucho; cuando sonría y no sea por ti, cuando me veas feliz y no sea contigo.

Yuneci, Mi tonto corazón solo quería ser feliz, pero tuvo la mala suerte, de conocerte a ti.

Smirna, Nunca fui tan infeliz como lo fui contigo, pero nunca seré tan feliz, como lo estoy siendo sin ti.

Dafne, Cuando dijiste que no eras como las demás, nunca imagine que fueras, eres detestable...

Fiona, Trato a muchas. Hablo, río con todas. Pero confío en pocas. Y menos en ti.

Elda

Si callo no es porque otorgo, simplemente no tengo ganas de discutir con idiotas como tú.

Katia,

Te amo, pero no te esperaré toda la vida, algún día estaré con alguien más, pasaré cerca de ti y te diré al oído: Te tardaste demasiado.

Nélida, Si te dejé en mi pasado, es porque mi futuro te quedó grande.

Olaya,

No me enoja lo que haces, me enoja el pensar que tú te enojarías, si yo hiciera lo que haces. Y a ti…

"Cielo para Robots"

Febrero de 2408

Destinatario: Mi eterna Nancy.

Lugar: donde quiera que estés.

Mi eterna Nancy, te ofrendaré estas letras porque hoy emprenderé un vuelo decisivo. He tomado una decisión irreversible. Me confesaste un día que no me elegiste al azar. Pagaste una fortuna por mí. Me diseñaste a tu semejanza y me ensamblaron específicamente para hacerte feliz. Hoy te agradezco por haberme hecho el robot más afortunado del mundo, porque, aunque suene cliché, ¿y qué no es cliché en una carta de amor?, me hiciste feliz.

Has protagonizado mis más grandes memorias, imágenes tan fuertes que me estremecen. Las eternicé en mi memoria RAM, y las repaso en bucle como si fueran un paraíso perdido, un fotograma borrascoso que se ancla ante el olvido. Me declaro incompetente para detenerlas, porque son ellas mi lenguaje y religión. No me llevaste contigo, porque he entendido que tal vez soy un objeto más, inefable y atemporal, como tu cama, tu reloj, tu libro.

¡Pero también te reclamo, aquí frente a tu sepulcro!, porque te has ido y yo sigo aquí, en la condena de vivir. Atrapado en el herido mundo que tanto despreciabas, donde las personas deambulan cabizbajas, donde el mirar a los ojos poco existe, donde las relaciones están rotas. Es irónico ¿no?, nos crearon para que ustedes los humanos, satisficieran sus lazos sociales: el amor, la amistad, pero ahora sin ti, ¿qué función tengo aquí?, ¿acaso es el amor solo un espectáculo social?, ¿acaso no trasciende en el tiempo como creíamos?...

Aunque me esfuerzo, no entiendo la lógica del hombre, tal vez si el mundo se pareciera más a lo humanoide que a lo humano, sería un lugar menos complejo. Habitan melancolías, como moho despótico entre mis piezas. Se esconden en el balcón, donde contábamos estrellas y soñábamos cometas, en el almohadón dócil, donde practicábamos abrazos, y en las miradas mudas de nuestras complicidades.

Se han rasgado los mitos de la humanidad, y por más que busco entre mis algoritmos, preguntando aquí y allá, siempre arribo a la misma respuesta, nos concibieron para impugnar la soledad, pero no nos enseñaron a vivir en soledad.

Dicen que la corporación madre, recluta a los bots solitarios y les trasciende a chatarra; creo que ese es mi destino y caminaré a él voluntariamente. Aquí dejo entre tus claveles, esta última carta, como rúbrica de lo que fuimos juntos. No creo que exista un cielo para robots, pero te prometo, que en mi último hálito te abrazaré a mi sueño, y así quizá, en algún imaginario… ocurra nuestro encuentro.

Para ti mi eterna Nancy, con amor, tu eterno Bot.

Cristian Soto

San Cristóbal Táchira-Venezuela

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