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CARTA A ELODIO.
Barquisimeto, 25 de enero de 2023.
Estimado amigo Elodio, quien te escribe te reconoce, desea que contigo estén la fe, la justicia y la templanza para tu bien y el de todos quienes te conocen. Esta es la carta prometida para atender tus inquietudes tratando de aclarar aquellos puntos pendientes entre ambos.
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Ciertamente, debo señalar que existen grandes contradicciones que turban el pensamiento que alienta mi espíritu. Casi nunca logro entender y menos comprender mi actitud en muchas circunstancias de la vida; por tal razón me pregunto: ¿Por qué hago lo que no quiero y quiero lo que no hago? Paráfrasis de lo mencionado por San Pablo en la Carta a los Romanos capítulo 7, versículo 15: "No entiendo mis propios actos: no hago lo que quiero y hago las cosas que detesto ". Es un cuestionamiento constante, permanente. Esto me lleva a considerar que odio al odio que trata de esclavizarme, por ello es mi némesis.
Trato de vivir en paz, en tranquilidad, pero reincido en el accionar desde el odio. Siento que él entró sigilosamente por una ventana del cuerpo, se apoderó de mí, haciéndome su esclavo, una vez en el interior se fue transformando, creciendo, generando tensión como la de un volcán que luego de crecer debe buscar las rendijas del alma hasta explotar destrozando todo lo que encuentra a su paso, incluso dañando hasta al propio individuo.
Poco a poco, a través del tiempo, luego de muchos errores, voy aprendiendo que el odio nace de mi debilidad de espíritu y la falta de inteligencia, de la envidia y del egoísmo. Tres caminos que conducen a un único destino, el desenfreno y la liberación del mal. Oh mi estimado Elodio, cuánta falta me haces, ya que tu condición de amigo te coloca como asesor de mis decisiones.
Razón tenía Buda cuando expresó: "aferrarse al odio es como tomar veneno y esperar que la otra persona muera". El daño es para uno mismo, aunque pensamos que derrotamos al adversario, realmente es una parte de nosotros la que sufre las consecuencias, llegando, en algunos casos, hasta la muerte.
Por favor, deseo que pongas en conocimiento a Ednodio y Cenobio sobre la necesidad de combatir nuestra némesis con la pureza de amor de corazón. Enséñales que deben mantener limpio y puro donde cultivan las flores y los árboles que darán mejores frutos. Diles que donde se cultiva el amor, no debe nacer la maleza del odio, ni las plagas de la incoherencia y la maldad. Hazles que siempre estamos a tiempo de renovar nuestro huerto y prepararnos para una buena cosecha.
Para finalizar, te encargo que visites a nuestros amigos de la infancia para informarles que pronto estaré con ustedes para compartir como lo hicimos antes de que el inclemente tiempo nos distanciara. Podremos renovar los afectos según que nuestros deseos coincidan con la voluntad del Creador.
Espero ansioso tu respuesta para saber de ustedes, saludos.
Itamar Galindez Barquisimeto Venezuela
Baruta 28 de enero de 2023
¡¡Hola mi querida Margarita!!
¿Cómo te sientes? ¿Cómo van tus encuentros con Dios?
Por primera vez en 54 años te escribo unas líneas. Cuando me dispuse a escribirte mi corazón se llenó de Mariposas revoloteando con tanta alegría, que comenzaron a soltar palabras coloridas como el arcoíris.
Margarita, mi niña, cada amanecer, cada atardecer, cada noche de luna llena me inspiras algo maravilloso que antes no sentía; nuestro reencuentro abrió mi corazón como los pétalos de las margaritas cuando en ellas se posa el colibrí y calma su sed con el néctar de la flor, luego de cantar, allá montado en la rama de un hermano pino.
Tus hermosos ojos color “miel-azul profundo del mar” me han transmitido el recuerdo de lo que yo había olvidado “Disfrutar y Vivir”.
Querida Margarita, nuestros encuentros con Merlín (nuestro hermano mayor) en aquel jardín secreto, me sirvieron para curar las heridas de mis alas (mi alma), recuperar el color de mis plumas ancestrales y abrirlas, para que el vuelo sea seguro y tan alto que juntas podamos llegar felices, plenas y llenas de Luz y Amor hasta el hogar, donde nos espera nuestro Gran Padre Diseñador.
Me despido con un Gran Abrazo de Luz, recordándote que estamos unidas eternamente Margarita.
Para: Carmen
De: Papá
Hola Carmen. Lo que te diré aquí, en esta carta fortuita, viene con la más precisa de las honestidades. Hoy celebramos tu cabo de año, y aunque es imposible no sentir nostalgia, he estado mejor de lo que pensé. Es una actividad que tuvo origen no sé dónde y no sé cuándo, cuyo objetivo tampoco entendía muy bien. No quería auto flagelarme entre pretensiones sociales, pero hoy he reflexionado que 365 días son necesarios y suficientes para madurar lo que siento con tu partida. Hasta hoy entiendo lo que significa el extrañamiento. Es una falta que hurgue y hurgue entre el pecho, que se mueve de a poco y se expande cual metástasis hacia lados inimaginables. De pronto viaja desde el pecho a la garganta y hace que surjan clamores espontáneos en mí. Si llega hasta las pupilas, entonces corroe mis sentidos lagrimales y me abofetea como niño chiquito. Si llega hasta mis extremidades, vibra como hormigas y me hace caer. Si viaja hasta mi sueño, me paraliza en sofoco y me hace más largas las noches. Descubrí esa capacidad del dolor y me cuesta recuperar los recuerdos juntos, porque en ellos ya hay humo.
Paradójico, pero es tu ausencia lo único presente en los pequeños detalles de lo cotidiano. Hubiera querido que mi metástasis fuera primero que la tuya, porque me ha pasado lo más horrible que a un padre le podía pasar. No habrá nada peor que este sentimiento, y cuento los días para volver a verte, por allá cuando me toque a mi partir. Pero mientras llega, he decidido vivir y convertir tu ausencia en una compañía sana. Estoy listo para recordar nuestras horas construidas y estoy listo para construir nuevas a base de tu legado.
Gracias por tu compañía hija mía, ayer, hoy, mañana y siempre.
Atentamente:
José Crispulo Contreras
Venezolano residente en Santiago de Chile. Chile.
"Cielo para Robots"
Febrero de 2408
Destinatario: Mi eterna Nancy.
Lugar: donde quiera que estés.
Mi eterna Nancy, te ofrendaré estas letras porque hoy emprenderé un vuelo decisivo. He tomado una decisión irreversible. Me confesaste un día que no me elegiste al azar. Pagaste una fortuna por mí. Me diseñaste a tu semejanza y me ensamblaron específicamente para hacerte feliz. Hoy te agradezco por haberme hecho el robot más afortunado del mundo, porque, aunque suene cliché, ¿y qué no es cliché en una carta de amor?, me hiciste feliz.
Has protagonizado mis más grandes memorias, imágenes tan fuertes que me estremecen. Las eternicé en mi memoria RAM, y las repaso en bucle como si fueran un paraíso perdido, un fotograma borrascoso que se ancla ante el olvido. Me declaro incompetente para detenerlas, porque son ellas mi lenguaje y religión. No me llevaste contigo, porque he entendido que tal vez soy un objeto más, inefable y atemporal, como tu cama, tu reloj, tu libro.
¡Pero también te reclamo, aquí frente a tu sepulcro!, porque te has ido y yo sigo aquí, en la condena de vivir. Atrapado en el herido mundo que tanto despreciabas, donde las personas deambulan cabizbajas, donde el mirar a los ojos poco existe, donde las relaciones están rotas. Es irónico ¿no?, nos crearon para que ustedes los humanos, satisficieran sus lazos sociales: el amor, la amistad, pero ahora sin ti, ¿qué función tengo aquí?, ¿acaso es el amor solo un espectáculo social?, ¿acaso no trasciende en el tiempo como creíamos?...
Aunque me esfuerzo, no entiendo la lógica del hombre, tal vez si el mundo se pareciera más a lo humanoide que a lo humano, sería un lugar menos complejo. Habitan melancolías, como moho despótico entre mis piezas. Se esconden en el balcón, donde contábamos estrellas y soñábamos cometas, en el almohadón dócil, donde practicábamos abrazos, y en las miradas mudas de nuestras complicidades.
Se han rasgado los mitos de la humanidad, y por más que busco entre mis algoritmos, preguntando aquí y allá, siempre arribo a la misma respuesta, nos concibieron para impugnar la soledad, pero no nos enseñaron a vivir en soledad. Dicen que la corporación madre, recluta a los bots solitarios y les trasciende a chatarra; creo que ese es mi destino y caminaré a él voluntariamente. Aquí dejo entre tus claveles, esta última carta, como rúbrica de lo que fuimos juntos. No creo que exista un cielo para robots, pero te prometo, que en mi último hálito te abrazaré a mi sueño, y así quizá, en algún imaginario… ocurra nuestro encuentro.
Para ti mi eterna Nancy, con amor, tu eterno Bot.
Cristian Soto
San Cristóbal Táchira-Venezuela
¡Desde Barquisimeto hasta su corazón, donde quiera que esté...!
Amadísima señora.
Recurro una vez más a este recurso que va sin fecha porque se reescribe todos los días, repetitivo quizá, no importa, luego usted me dirá si mi osada insistencia le representa un fastidio o recibir mi correspondencia la llena de regocijo y siente enaltecer su espíritu, solo después aspiro a que me diga si su estado de ánimo le cambia para bien tornando su carácter más dócil aún, eso me lo dirá a su tiempo.
Al leer estas líneas, deseo le dé respuesta, considerando la urgencia que me apremia. Yo no sé vivir sin saber de usted; sin mirarle a usted; sin besarle a usted. Por favor calme esta ansiedad y escríbame, su orgullo conspira contra nuestros más elevados anhelos y considere también que más allá del daño que me ocasiona está el que infringe con flagrante alevosía a su persona. No le recrimino, no es momento para eso ni nada semejante.
Solo le ruego que entienda que la confusión la ofusca, la mantiene alejada de mí y ya no quiero seguir perdido en semejante laberinto. Como conoce sobremanera, mis responsabilidades no cesan y el tiempo para mí cada día es precario y vale oro, no obstante, me embarga su imagen, respiro su perfume y pensarla me ocupa varias horas diarias, sabe que valoro sus recuerdos, pero tenerla conmigo a mi lado, es para mí el Dorado, es usted mi real tesoro.
Amadísima señora mía, permítame ir por usted, hágame conocer su actual morada y mis pasos se orientarán hacia su destino para tenerme en sus brazos en el término del camino.
Espero anhelante su misiva…
¡Amándola entrañablemente...!
Su amor ferviente.
Luis Rojas Ledezma Barquisimeto, Venezuela
Barquisimeto, enero 28 de 2023
Tío Sam
Para comenzar, tenga claro que no es fácil escribir sobre usted sin sentir o pensar en ofensas y maledicencias, no obstante, no desperdiciaré una neurona ni una letra ni un átomo de mi cuerpo siquiera en intentos de agravio, eso sería descender a la vil escala en que sus valores habitan, sus pretensiones, sus aspiraciones, sus ambiciones caracterizadas por la mezquindad, el oprobio, la maldad, la hipocresía, la traición, son renovadamente obvios, todo el mundo lo sabe, sin embargo, para peor de males, no todo el mundo lo dice o actúa en función de demostrar lo afectados que estamos por el consecuente daño que nos causa.
Es necesario generalizar, sería poco hablarle en singular cuando su comportamiento ruin ha afectado integralmente a tanta gente en todas partes, sepa usted que es acreedor de todo nuestro repudio, aunque a usted no le importe y sea indiferente a ello por su arrogancia, por su soberbia, por su mal creída supremacía, puede usted estar mal convencido de todo cuanto quiera creer, pues nosotros lo miramos de frente, estando de pie, con toda claridad y firmeza le hacemos resistencia oponiéndonos dignamente a sus maquiavélicas intenciones, no aceptamos humillaciones, no permitiremos ser abatidos por su odio mucho menos arrastrados cerro abajo como lava incandescente, quémese y consumase en sus bajos instintos con sus bajas pasiones, extíngase en sus despreciables apetencias y malos sentimientos, su precaria condición humana no le permite otra cosa.
Nosotros, los opuestos y diferentes a usted, los que vemos el mundo florecer, los que cada mañana despertamos con fervor patrio, con la certidumbre de un presente digno, cautivados por la alegría de la gente, esos que avasallados y sojuzgados no pierden la esperanza, los que creemos en el arte y la ciencia al servicio de la humanidad, nosotros que vivimos con inspiración y disfrutamos cada día a partir de la primera taza de café inhalando su seductor aroma, nosotros quienes amamos y respetamos la naturaleza sabiéndola nuestra madre y a nuestro padre universo, le reiteramos taxativamente nuestro desdén con el agravante de alejamiento total, de usted persistir en su tratamiento mezquino, cruel e inhumano, caso contrario se entrevistará con nuestra furia, le aseguramos que no le irá bien y su arrepentimiento se esculpirá en la eternidad. No pedimos nada, tampoco espere usted nada nuestro.
Para terminar, tenga plena seguridad que cuenta usted con nuestro absoluto desprecio, pero hasta ahí, aunque no sea suficiente. El resto de animadversiones, complejos, escrúpulos, traumas, odios, métodos y conductas anacrónicas, están reservados para su integridad. Ah, lo de su integridad no es por su cualidad, eso se entiende, usted lo sabe.
Atentamente…
Hemisferio Sur
PD: Lo de “Usted” es mera formalidad.
Luis Rojas Ledezma Barquisimeto, Venezuela
Hola tú no me conoces, pero yo a ti sí, siempre te veo Pero tu no a mí.
Tal vez hayamos cruzado miradas, pero nunca me refleje en tus ojos.
Te soy como invisible, Inaudible, Impalpable.
Pero me gusta.
Esto me permite mirarte todo el tiempo que quiero, olerte cuando nos cruzamos o coincidimos en el autobús.
Que bella eres.
Como cambias mi mundo cada vez que te veo.
Me gusta cuando le sonríes a los niños en la calle, acaricias un perro o te quedas pensativa mirando el cielo.......................
No sé dónde trabajas......
Ya tienes tiempo habitando mi mundo, pero no lo sabes, es diferente.
Me funciona, es suficiente, el resto que se dé ti me lo he inventado es perfecto, es suficiente.
Solo quiero que lo sepas.
Que amo lo que se dé ti.
Que amo lo que veo en ti.
Yo sé que esta relación que es mía, sólo mía y que depende de que sigamos viviendo cerca, que nos crucemos de vez en cuando o me detenga y mire dentro de mí........
Tendrá su fin.
Yo lo sé....
Pero cuando llegue ese momento donde me toque vivir la realidad, cuando me enamore y tenga hijos....
yo seré feliz.
Porque me inventaré planetas cálidos, y mundos poblados de seres formidables donde habitaras, y te cuidaran.
Y guardarán lo que siento por ti.
A quien pueda interesar:
Fidel Ernesto Colmenares.
Valencia Venezuela.
No te faltaba razón querida mía, cuando me dijiste una vez que era un ser calculadamente frío. Me veías con ojos de espanto como si fuera un cíclope de tres cabezas errantes; como un abstracto concepto de la malignidad; como un imperativo inexistente que trae bellezas amargas en la rutina; como una bandada de cuervos que vuelan sin frenos hacia ti. No te faltaba razón, cuando corrías afuera de la habitación para evitar el látigo de indiferencia, cuando corrías a la calle para encontrar auxilios que nunca llegaron por tu temor a explicar, o cuando corría tu cuerpo desnudo por la barbaridad de la violencia. No te faltaría razón, tampoco amada mía, en la sentencia de que el perdón no es algo que exista en mi lenguaje, por mucho que duela el no tocar tu cuerpo más, el no oler tu aroma más, el no ver tu miedo más.
Quiero que sepas amada mía, que aun así me comportaré como caballero y elegiré el mejor de los jardines para ti. Tal vez allí, entre esos anturios donde el canino duerme, o allá entre los arbustos ofendidos por el inclemente sol. Respetaré tu decisión de emprender tu viaje a la historia con el relicario de bronce que te regalé, pero con mi toque muy particular. Mejor que viajes con una sonrisa mía que con la tuya y la de nuestros hijos. He reflexionado y concluido que debes andar en ese túnel de espinas, con lo único valioso que podías tener...yo.
Así que no juegues más amada mía a peregrinar mis pensamientos. No interrumpas la armonía de mi historia, ni el advenimiento de mis méritos. Tampoco las horas quietas con los niños, ni los recuerdos repentinos. No te disfraces de remordimiento, porque ni siquiera ese traje elegante se acoplaba bien a tu retórica silueta. No aparezcas tampoco de culpa, porque estaré ocupado dialogando con mi ego. Tiempo no tendré en atenderte, porque me centraré en lo importante de aquí en adelante y no en absurdas nimiedades. Espero que madures pronto ese estatus de alma que no sabe lo que busca, encuéntrate a ti misma y redímete entre los bosques de la piedad, si es que el cielo tiene piedad contigo. Por último, no te preocupes por el cadáver, te envolví muy bien para que no te coman las hormigas.
Con placer, tu viudo.
Alejandra Murillo. Valera. Trujillo.
Córdoba 24 de enero 2023
Querida Amada mía;
Buen día , ¿cómo pasaste la noche? me levanté temprano te di un beso en la frente, estabas re dormida, ya salí, cuando leas esta carta ya estaré viajando, estoy despertando de un sueño fantástico, quizás nunca deberíamos habernos cruzado, solo te pregunte por la plaza del pueblo y cuando me miraste, solo basto con tu mirada, para entrar en este sueño tan mágico, tan adictivo, tan fantástico, me siento… ¿cómo explicar lo que siento?, si ni siquiera puedo saber lo que siento… es muy loco… es terriblemente descabellado saber que todo lo compartido quedará ahí, en ese cofre que guardamos y nadie tendrá esa llave más que nosotros y nuestros propios cuerpos, caí en tu embrujo, me sentí atraído, vorazmente, devorado por tus encantos, tus labios fueron la puerta al cielo… y al infierno, sabía que si me besabas el embrujo era inevitable, me sentí una mosca en una telaraña mortal,¡¡¡dirás que soy un cobarde, es que me tienes embrujado !!! dirás…pensaras…sentirás que fue poco lo que vivimos, aunque para mí fue un antes y un después, te juro que no seré el mismo, es más , ya no lo soy, agradecido de este hermoso despertar, solo me queda reprocharme a mí mismo todo lo perdido…me despido con un “por siempre amor”… siendo que no quiero seguir así, demasiado tiempo he (hemos) perdido y se me pasaron los años, ya no tengo marcha atrás, hoy emprendo mi retorno, mis errores cavaron mi propia tumba, el tiempo se me fue entre cuentas que pagar y tardes de domingo que nunca llegamos a ningún lado, hoy no te puedo prometer ni un solo acto amoroso, me odio a mí mismo, se me paso la vida, se me paso, ten piedad de mí, no me recuerdes como el cobarde que no se atrevió, que no se jugó, es que… solo tengo amor para darte, y te mereces más que solo eso, solo te pido que no me mires, tu mirada me conmueve y no me dejaría alejarme, me alejo para que puedas volar, me quedo con el fracaso de este amor que si bien fue, no puede seguir así, es tan grande este amor que siento por vos, cómo de grande mi odio hacia mí mismo por cobarde, por falta de agallas, por preferir alejarme que asumir el desafío de seguir sosteniendo aquello que parecía un sueño y se materializó en esta hermosa realidad de la que me bajo, sabiendo o queriendo saber que sin mi serás verdaderamente feliz y que de mi amor ya nada importa, todo el amor que tengo es para soltarte y que seas muy feliz, “Amo tanto a la rosa que lo mejor es dejarla que siga generando ese perfume”, sé que mi decisión es dramática hoy… con el tiempo me lo agradecerás, me llevo lo vivido, lo compartido y te dejo mil años de dicha, Adiós Amor y este será la última vez que te llame Amor.
Jorge Cianci Córdoba. Argentina
Córdoba 30 de noviembre 1997
Querida Dennis
Hola mi amor, que tal, recién puedo ponerme a escribirte algo, ni te imaginas las ganas que tengo de volver a casa, de verte, de sentirte, de tu embrujo encantador que me tiene dormido en tus pechos, en tu regazo como esas siestas tan amorosas que compartimos.
¿Cómo demostrar tanto amor que tengo?, ¿cómo decirte todo lo importante que sos para mí? es imposible expresar tanta dependencia que tengo a tus besos, a tu mirada, a tu presencia, a tu sonrisa, no tengo palabras para expresar siquiera tanto regocijo que siento tan solo con pensarte, con ese deseo que necesito alimentar constantemente, es terriblemente desolador estar aquí, en la distancia, sin poder más que pensarte, sin desear ese, nuestro momento del encuentro…
¿Anoche comí huevos con papas fritas, tu plato favorito, ahí estabas presente, sentía tu aliento, te acordas del pantalón azul?, ese que tanto te gustaba como me quedaba, se me rompió en la rodilla, subiendo escalera, tropecé y nació un agujero, no sé en qué estaba pensando, le dicen cabeza de novio, mañana tendré que cambiar los pasajes, al lugar donde tengo que viajar hace días que tienen un fuerte temporal,
Córdoba 24 enero 2023
Hola Dennis:
¿Cómo estás?
Espero que en este tiempo hayas encontrado la felicidad y el amor que te mereces, en cartas anteriores me excuse por no volver, aunque tu espera era incondicional te dije que no volvería.
Me quedé en la ciudad, me quede aquí, varado todos esto años, no pude volver a verte, no tenía el suficiente valor, mi amor por ti era más grande que el odio que tengo por no haber vuelto, aquí me fue muy bien, pero me siento un fracasado, no he podido construir un décimo del amor que nos tuvimos, sí, tengo una empresa, doy trabajo a varias familias, pero estoy vacío por dentro, no tengo paz en mi corazón, en mi mente , en mi alma, ando por la vida como un ente, con un norte al que no quiero llegar pero aquí estoy, me deje llevar y mi arrepentimiento me hace ser ese cagón que no quería ser, mis cartas fueron mal jugadas, perdón, le pedí perdón a la vida y a mi Ser que hoy está con bolsillos gordos pero con el Alma triste, un triunfador en lo civil, y un terrible fracasado con un gran vacío amoroso… si como equipaje solo nos llevamos las alegrías de nuestra alma experimento, me llevo lo que compartimos en ese amor verdadero, sencillo…porque en verdad solo me quedó lo material… y solo tengo para tenerte de vez en cuando comer solo en un rincón de mi mansión huevos… con papas fritas…
Jorge Cianci Córdoba. Argentina
Para mi hogar Barinas, Venezuela.
Anoche cuando desperté, lo primero que vi a los pies de la cama, fue la presencia absoluta de tus colores. No pude conciliar más el sueño. Pese a que estoy en un lugar multicolorido, solo viene a mi mente la terracota seca de tus extremidades. Desprolijas de pintura, claro, pero humildes al fin. Tus mejillas, de cristal, surcan con ansiedad en mi pecho. Infinitas las cosas que vi a través de ellas. Por allí me enteré de los chismes, y por allí me cantó mi primer amor. Los pajarillos venían a comer semillas y eran testigos del romance. Tu cabello, más de latón que nunca, me protegía de las brisas más duras y del viento demoledor. Amaba el crepitar de la chimenea en tu sala y el aroma a guayoyo de la vieja greka. La mesita de dos puestos para papá y mamá, el anturio en el centro de un solitario de murano y la lamparita de kerosene que nos abrigaba a media luz. No había mucho frenesí en aquellos metros cuadrados, pero es que a mí me gusta la quietud, el silencio de la ausencia y lo cosmopolita del campo. He andado por tantos lados llenos de neón, fugacidad, furor y fiesta, pero nada, nada, se compara con la grandeza de lo "poco", y la atrayente de lo "básico". Eres donde empezó mi historia y donde mis pasos tomaron ritmo, y eres el destino donde quiero terminar el desafío. El ciclo tóxico de tu nación, me llevó muy lejos de ti, pero te veo en cada abrazo de almohada y en cada ilusión feliz. Lamento haberte abandonado durante tanto tiempo, pero espero, ahora, poder dedicarte las horas que te robé. Ya no están papá y mamá, pero mañana cuando entregue el boleto de avión, nuestro encuentro será oficial. Solo un vuelo nos separa, después, estaremos juntas para siempre.
De: Yai, tu dueña.
Yailian Montoya Barinas, pero vivo en Caracas
Confesión
Drama Grecia, 15 febrero 2023
Soy el Dr. Norman, soy griego, pero ya casi no hablo el idioma, lo mezclo todo el tiempo con el castellano, pero todos se han acostumbrado y me entienden.
Con 64 años quiero hacer la obra benéfica más digna, junto a mi difunta esposa fundé varias instituciones para el cuidado de animales de la calle, niños sin hogar, fui medico en el Hospital General de Drama, he trabajado para esa institución por 40 años, pero, más de la mitad del tiempo la pasé investigando en países de Latinoamérica, ya retirado.
Hace poco me levante con la idea. Carmen nunca hacia ruidos antes que me levantara, pero ya empezaba a oler el desayuno, lo decidí, serian empanadas. Una comida típica venezolana que conocí cuando vivía en Barquisimeto. Carmen, una chica que se vino desde Venezuela, a ayudarme en casa, las hacía de maravilla, en la tiendita venezolana vendían harina de maíz pre cocido.
Las empanadas eran rellenas de carne molida, queso o pollo guisado eran las que más me gustaban, después de modelarlas a mano y con ayuda de una bolsa plástica embadurnada de aceite, para que no se peguen, se freían en aceite muy caliente, realmente eran deliciosas.
Al salir del cuarto, ya vestido de punta en blanco, le dije a Carmen, vamos a hacer mil empanadas, las haremos surtidas como siempre, me dijo: ¿para qué tantas mi “Dóctor”? ¿Tendremos fiesta? Le conteste Las repartiremos a los pobres, a mil de ellos, niños hambrientos, abuelos olvidados, a los que no tienen amigos; gente triste de la que nadie se ocupa. El 14 de febrero “Día del amor y la amistad” en Venezuela. No para aliviarles el hambre, sino para demostrarles que alguien les aprecia y quiere ayudar. ¡De verdad que será una fiesta! Yanis, nos ayudara y las repartiremos.
40 paquetes de “Harina P.A.N”, varios kilos de queso blanco duro, traído desde Venezuela, carne y pollo, con sus respectivos aliños y unos condimentos, que no quise que nadie, me acompañara a comprar.
Todo salió perfecto. Carmen ayudo a hacer la lista de los sitios que visitaríamos, las hicieron y frieron, yo me encargué de preparar el relleno. La noche anterior a casi ni dormimos.
“El Día de la Amistad” llego, repartimos las mil empanadas, todo fue perfecto. Niños, ancianos, gente sola, todos quedaron muy contentos, celebrando la iniciativa y conociendo una comida típica de otro país.
Llegamos tarde a casa, muy cansados nos acostamos, yo feliz de haber contribuido con mil solitarios.
Al día siguiente la noticia en la televisión, el locutor del noticiario matutino dio la noticia:
¡Mil personas, entre niños y adultos, amanecieron muertos por envenenamiento con arsénico, la policía, ya está tras la pista de los autores de este horroroso crimen!...
Por eso voy a tomar en este momento mi pistola y por amor a la gente voy a acompañarlos, los solitarios deben debemos acompañarnos…
Sin ningún remordimiento, con amor…
Norman Papadopoulos
P.D. Carmen y Yanis nunca supieron nada…
Orangel Díaz Martínez
Naguanagua Venezuela
Caracas 14 de febrero 2022
Detestable Mauricio
No quiero hablarte ni verte nunca más…
Te odio…
Porque Te amo…
MariJo.
María José Sanoja Einer
Caravas Venezuela
Caracas, 14 de febrero 2023
A ti …
Julieta, No presumas de haber sido la primera persona en mi corazón, si no fuiste inteligente para ser la última.
Marcela, Recuérdame como la mejor opción que dejaste ir.
Adela,
Un amor como el tuyo mal correspondido, solo se merece ausencia y olvido.
Rosa, Sé que te va a doler mucho, mucho; cuando sonría y no sea por ti, cuando me veas feliz y no sea contigo.
Yuneci, Mi tonto corazón solo quería ser feliz, pero tuvo la mala suerte, de conocerte a ti.
Smirna, Nunca fui tan infeliz como lo fui contigo, pero nunca seré tan feliz, como lo estoy siendo sin ti.
Dafne, Cuando dijiste que no eras como las demás, nunca imagine que fueras, eres detestable...
Fiona, Trato a muchas. Hablo, río con todas. Pero confío en pocas. Y menos en ti.
Elda
Si callo no es porque otorgo, simplemente no tengo ganas de discutir con idiotas como tú.
Katia,
Te amo, pero no te esperaré toda la vida, algún día estaré con alguien más, pasaré cerca de ti y te diré al oído: Te tardaste demasiado.
Nélida, Si te dejé en mi pasado, es porque mi futuro te quedó grande. Olaya,
No me enoja lo que haces, me enoja el pensar que tú te enojarías, si yo hiciera lo que haces. Y a ti…
A ti te amo…
Caracas, 27 de noviembre de 2022.
Mi amado Guillermo, Como todos los días al despertar, tu recuerdo viene a mi mente; también en las noches la nostalgia por ti araña mi alma, trato de descansar. Me abriga la oscuridad y en el silencio veo tu mirada.
Recuerdo tu partida, tus promesas y tantos proyectos juntos. Han transcurrido tres años desde que te fuiste.
Siguiendo tus impulsos, sin detenerte a pensar mucho; un día me dijiste: “Voy en busca de mis sueños” y con la promesa de volver o enviarme el pasaje para estar juntos. Sin embargo, la espera ha sido larga. Todo se ha disipado y la tristeza me consume lentamente.
Cuando recibía tus llamadas me sentía complacida, llena de esperanza, feliz escuchando tu voz, e ilusionada me dormía, con la idea que pronto estaríamos juntos y soñaba con esos paisajes que me pintabas. Después las llamadas se fueron acortando. En ellas percibí un sutil sentimiento de desilusión, me decías que sentías nostalgia por mí, por tus padres por la patria amada…
En el año 2020, comenzó lo inesperado: Con extraña majestad el Corona Virus, se posesionó del mundo. ¡La catástrofe se hizo inminente! No he vuelto a escuchar tu voz, la última vez que hablamos tosías mucho me dijiste tener fiebre alta y dificultad para respirar… No supe más de ti, ni siquiera tu familia. Queríamos ir a buscarte; pero la cuarentena nos llevó a permanecer en casa. ¡Todo se hizo tan difícil! ¡Murieron tantas personas! Las oraciones venían a mi mente con lágrimas y mi dolor sigue envuelto en sombras. Han pasado tres años, nadie sabe nada de ti, nadie me responde. Solo sombras, sombras de dolor. El llanto silencioso lacera mi pecho, llevaré mi angustia en las horas vacías; y seguiré buscándote, pues no, no quiero pensar lo peor, no quiero imaginarte en un templo de soledad.
Aquí estoy en esta espera, con el sentimiento de amor arraigado en mi corazón.
Hoy pienso que sin tu presencia mi vida no tiene sentido, sin ti nada bello puedo esperar. Tampoco este año habrán luces ni adornos navideños en nuestro hogar; solo el pesebre. Le pediré al niño Dios que me regale tu salud, tu presencia, tu amor.
Canto de pájaros, envuelven otro amanecer y entretejen una sorda melancolía, mientras vivo en la nostalgia y la tristeza; llevando mi pena, mi angustia hasta que el cielo se apiade y me dé una razón. Solo el día que te encuentre volveré a nacer.
Quiero saber si algún día piensas en mí.
Olide Márquez de Laya
Los Teques. Estado Miranda.
Naguanagua, febrero 2023 Luis
Años atrás, al conocerte, mi admiración por ti se incrementó cada transcurrir de los años, te vi lejano, inalcanzable, rodeado de mariposas de todos los colores, disponiendo de vez en cuando, de alguna que otra. Siempre siendo el centro de atención, por tu saber y conocimiento, cada vez que podía me acercaba, pero solo un abrazo y una risa me llevaba. E ibas por ahí diciendo que tu esposa ahora era tu hermana. Y es que andar contigo era un privilegio que muy pocas se daban.
Recuerdo el día que dijiste que estabas sin celular y que si quería nos escribiéramos cartas, también dijiste que a quien había que pedirle mi mano, si era a mi hermano. Ya sabía yo de que, cual flor, coqueteabas con todo lo que se moviera. Yo, que venía bien herida, sin ánimos de ningún juego, rendida de veintitrés años de soledades ya no creía en nada, ni nadie, así que te di esa carta, donde te decía que no hicieras ningún juego conmigo, que fueras serio. Me contestaste con otra carta que poco entendí, pero que denotaba disposición de tu parte para cortejarme. Y así, un día me invitaste a recorrer ese enorme campo donde tenías contabilizados más de 55 árboles de mango de diversas variedades, samacs, cañafistolas, entre otros, veredas ocultas por las sombras, caminos donde el gamelotal seco, color rubio se mecía al pasar la brisa juguetona, tú, con machete en mano, ibas despejando caminos y contándome historias detrás de todo aquello, nos sentamos en un tronco caído en un lugar despejado, cuyo cielo eran las ramas de diversos árboles que allí muy arriba se tocaban, meciéndose perezosos al cantar de la suave brisa. Y me vi bajo una lluvia de preguntas de tu parte, mi corazón saltaba entusiasmado, pero muy lleno de cautela y nada de esperanzas. Y así, tres meses de paseos, que nos acercaron los brazos, los cuerpos, los besos, igual sin esperar nada, hasta ese domingo de ramos. Semana santa, de andar como enamorados, como adolescentes, fui la elegida, de tres candidatas incluyéndome, pst, me habías preguntado, y yo alzando mis hombros dije, elige la que tú corazón crea, al final dentro de mí, no lo esperaba. Ahora después de ese domingo de ramos y de cruzar caminos pedregosos contigo, aún a mí lado, doy gracias por ser un milagro, después de tantos años de soledades y esperas nunca pensé que alguien me acompañaría en las noches de lluvia, o en las madrugadas frías de finales y principios de año, gracias mi profe por tener para mí un café caliente a las 5am, por mostrarme la belleza de tu familia, y sobre todo porque me has dejado libre entendiendo que soy brisa veloz y rauda. A nuestra edad, el amor se hace maduro, seguro, y lleva un halo, una energía distinta, eres de todo en la vida que llevamos, los detalles, los tropiezos, llevémoslos juntos, porque quiero caminar mucho tiempo a tu lado.
Resumen del texto Corte de amor
Por/ Ehab Soltan
El texto de (La corte del amor) encarna el amor
Estimados 9no Concurso de Literatura CEINFOLEIM, Concurso de Literatura
Creativa de Instituto Centro de Investigación y formación en letras, idiomas, arte y música.
Estamos acostumbrados a poner el amor y el odio en polos opuestos, por lo que pensamos en el amor como algo purificado del odio y en el odio como algo puro que no está mezclado con ningún amor. Si amamos, amamos y no odiamos, y si odiamos, odiamos y no amamos. Y en la medida en que el amor reúne, organiza, aproxima, une y compone. Y el odio, en cambio, desmantela, sabotea y derriba
Sin embargo, esto parece simplista y no abarca la superposición y complejidad de las emociones humanas. El amor y el odio son dos "emociones", dos emociones que se pueden intensificar, relajar y mezclar. Las personas se simpatizan entre sí o se simpatizan entre sí, pero están hechas de una fuerza simpática, por así decirlo. Significa que estamos frente a dos caras de una misma relación, en la que emerge tal o cual cara.
A través del texto de "La corte del amor", trato de resaltar el poder único de la bondad (amor y odio) a través de la relación de dos compañeros cuya relación está expuesta a los vientos volátiles de la vida. Aparecen diferentes aspectos del amor.
El corazón de una mujer rebosa de nobles sentimientos y hermosos afectos, y quiere obtener el amor que alegra su corazón, y sabe de su marido.
El texto se centra en el deseo urgente de la esposa de aumentar la comunicación con su esposo, a quien ama de verdad, y de permanecer a su lado y escucharlo. Al final, ella lo perdona por ignorarlo a él y sus errores, y trata de superar muchas cosas para poder continuar con su relación.
El texto explica el amor del marido por su mujer a través de la confesión de su amor y deseo de vivir con ella, y que ella le ha hecho olvidar todas sus preocupaciones y es para él la persona más querida y cercana. A pesar de las diferencias, no puede vivir sin ella.
El juez satisface a la esposa a través de sus fallos, pero la esposa no acepta juicios y elige la tolerancia.
El Odio De Aidee
(Esta carta de odio, salió del extracto del contenido de “AIDEE, LA DAMA DE ACERO”, en su primera edición, cómo referente del caos emocional, que vivió y luego superó AIDEÉ; en una faceta de su vida, dando muestra de que, con resiliencia y valentía, se superan los escollos emocionales, que pueden destruir al ser humano, en sus más recónditos pensamientos y sentimientos)
El amor la dejó tan herida, y tan frágil y predispuesta, que las sombras del odio la cubrieron, su alma era un alarido en medio de la noche, en el regazo de su mullida almohada, sólo la acompañaban, los quejidos del dolor y su rostro bañado con lágrimas con sabor a sal, parecía nunca acabar. Los días pasaban y las crudas vivencias, amargaban su corazón y aturdían su alma, todo era oscuro y cuando era claro, para Ella, se tornaba gris.
Las heridas abiertas siempre sangrando, no podían sanar, porque una y otra vez eran lastimadas, hasta asfixiar su vida, convirtiéndola en un infierno sin salida. Aidée era el rugir de una leona herida, en busca de una presa a quien devorar, el sagrado producto de sus entrañas, sentían hambre, frio, y sin consuelo; esa era su realidad, ese era su día a día. Aidée, estaba vestida de dolor, desamor, humillación y odio su cuerpo desnudo por las sombras del rencor mantenían siempre sus heridas abiertas y frías.
Esas heridas, alimentaban el rencor, que casi envenenaban su propia alma, ese odio que consumía, lentamente la vida de Aidée, pintándola de gris, en la estela de la amargura; un día muy temprano tuvo que huir de su corazón, de su regazo, de su alma, y hasta de su vida, ya no encontró cabida en la vida de Ella, porque se alió a la fe, la resiliencia, y se vistió con los colores de la vida y el amor; ese maldito odio tuvo que huir, porque tuvo miedo de ser encontrado por su propia destrucción y murió en el lago del olvido.
Cuando el odio huyó de la vida de Aidée, inmediatamente se desataron los eslabones de la esclavitud y la ignorancia; en su casa no se halló lugar para esconderlo, todos los rincones de su alma estaban llenos de luz, de amor, y fe; tanto que el odio, tuvo que arrastrarse, para poder salir despavorido, antes que lo alcanzara el poder de la libertad.
Nancy Ruiz Venezolana, Estados Unidos
Duaca, 08 de agosto del 2016.
QUERIDA MAMÀ: LIGIA
En mis recuerdos atesoro cómo pudiste sacarnos adelante, a pesar que papá ya no estaba con nosotros físicamente, siempre trabajando no te echaste a morir lo cual te confieso eres mi mejor Fortuna, luchaste contra las adversidades económicas, familiares y personales.
Tomaste la mejor decisión para tus hijos al traernos aquí a Duaca, nadie te podrá reprochar tu decisión… sé que has hecho demasiado por nosotros al punto que tu vida personal como mujer la has dejado a un lado; mamá te puedo decir que mi niñez fue -SUPER- jugaba, reía, paseaba, soñaba, estudiaba y me enseñaron el valor de las cosas a mantener la humildad por encima de todo, al igual aprendí el respeto hacia los demás, el valor a la amistad, la colaboración, el compromiso, la voluntad, la fe y la perseverancia.
Mamá sé que aun soy tú hija chiquita, la cabeza de piña, he tratado de ser mejor persona, amiga, compañera, hermana, esposa, madre e hija, le doy gracias a Dios porque tú eres el ser más preciado en este mundo y por eso le pido siempre que ilumine tus pasos y que te bendiga.
Sabes no perdiste nada en MI cada segundo, tiempo, sueño, dinero y sacrificio, Dios te lo compensara el DOBLE…
Te quiero con todo mi CORAZÓN…
Tú hija Lisa.
Para: Ti, por supuesto. Valencia, Nagüanagüa Enero, 2023
Estoy seguro que cuando Neruda dijo: “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”
…se refería a noches como esta.
Sin embargo, y para no dilatarnos tanto; pues además apenas tengo quinientas palabras, solo diré que, al finalizar esta carta no permanezcas impasible; preferiría que me odiaras porque solo así sabría que algo se ha movido en ti.
Quiero que sepas que muchas veces sí me sentí enamorado y tantas otras solo creía que lo estaba. Hasta aquel momento en que encontraste la manera más sutil, y por lo tanto la más efectiva, de estorbar los escasos brotes de afecto que apenas quedaban en mí. Lo hiciste con tanta majestuosidad y sutileza que terminé creyendo era mi culpa, y por eso te felicito. Lo hiciste cuando por fin; y después de varios años, habíamos construido algo parecido al amor.
Sabes, si fuera un poeta griego, diría: ¡Oh! Musas, que poseen olímpicos palacios… díganme ¡¿cuál fue el primero y cuál fue el último de los escollos acaecidos?! Haría yo esa esa pregunta, no para saber; como seguro pensarás, cuántas veces puedo culparte por ellos, sino para hacerte entender que las barreras que levantaste siempre superaron las veces que estuve dispuesto a amarte. Más como no soy poeta; ni griego, y como quizá no merezcas la floritura, prefiero decirte esto: Te amé una vez con una paciencia silenciosa, amé tus manos que eran sinónimo de ti, incluso más que tu propio nombre. Amé que el amor existía cuando podía en los lugares más simples; deseando que fuera así desde siempre y hasta siempre, en ese entonces y en todos los entonces. Te amé a ti, y a la imagen que tenía de ti…
Hasta hallar que eran dos personas distintas.
¡Cómo nos costó amarnos luego de eso! dolió para que aprendiéramos que el amor no es perennemente bello, como cuentan románticas las abuelas en noches de nostalgia; ignorando, quizá voluntariamente, que los recuerdos son siempre mejores que los hechos. Y, si algo lamento, fue no tomarme en serio a Polio cuando me dijo “…El amor en la juventud es como los relámpagos: dan más luz que calor, y no debes tomarlos por fuego verdadero”
Más, sí eras fuego verdadero. Lo fuiste aquella noche cuando dije: “se escriben más libros de dolor que de amor” y tú respondiste: “Idiota, ambas cosas son lo mismo, como lo mismo son vida y tragedia”. Lo fuiste cuando al preguntarte qué significaba ´Pomporruta´ respondiste ¿“Pon tu ruta”? y solo buscando el diccionario supe que con eso me habías ya respondido.
Fuiste fuego. Hasta que te fuiste.
Y yo me quedé aquí y aquí estaré un momento más, con las frases prestadas de un poeta chileno para decirte: “Ya no te quiero, es cierto, pero tal vez te quiero”. Por eso tuve que olvidar, y lo hice tan bien que no recuerdo ahora por qué necesitaba olvidarte aquella madrugada de enero, cuando el dólar estaba, me parece, a 2.600 bs.
Colonia de Sacramento, junio de 1975
Querida Madame Rosée:
Recién por estos fríos días comprendo cuando me decía "Aprender a contar hasta diez y después olvidar". La noche me sorprende trabajando una vez más en la cima de este viejo y olvidado farol a carbones, a orillas del Río de la Plata a la espera del paso de la embarcación Laguna verde, para poder ir a dormir, es que ya debió pasar por el golfo, con su lento andar y dejando esa estela de humo negro tras su paso.
La recordaba cuando llegó en un barco sobre el último ocaso de enero del 70, junto a muchas maletas y su guitarra. De mirada seria, solía decirme que se alejaba del resto del mundo, porque en este amplio golfo habitaban melodías infinitas. Sus cantos acompañados de esa antigua guitarra se mimetizaban entre sus enmarañados cabellos desde aquellos años en donde el final era un tiempo acotado, el tiempo que no tiene tiempo.
La espero desde entonces...
Naguanagua, 31-01-2023
Querida Marina,
¡Ante todo, te pido perdón por no escribirte, desde mi corazón no salían letras que dijeran de mi amor, una palabra que nunca llegó a acción y separó dos vidas que murieron ese mismo día! Hoy recogiendo lo que creí que quedó, espero lo que tenga que suceder. ¡Mientras tú sabes que esto no es vida, faltaron mil cosas por aprender y partir no era una solución, y si partimos juntos quedaba sembrada la incertidumbre en los otros, creo yo! ¡Hoy ando haciendo mil cosas, como siempre, a veces con muchas a la mitad otras medio listas, quedando bien sintiéndome mal!
¡Pero siempre con la mejor intención, sin pretensiones se ser más que nadie y sabiendo que lo que haces nunca será lo mejor para nadie, siempre faltará por hacer! ¡Alimentado siempre de humildad y dando lo que de verdad puedo!
¡Esperando, sin decirlo, saber de ti, queriendo morir para por lo menos verte bien, se muere poco a poco en esta espera, pero se sigue, se intenta! ¡Y cumplo aquí!
¡Perdóname, no me dejes de querer, que allí se sostenía mi vida, extraño decirlo ahora, pero nunca fue el momento! ¡Pero lo será, no dudo! ¡Con lo poco que quede, vivo en la esperanza de que allá sea mucho!
¡Nunca dejaré de amarte!
Querido Padre.
Hola papa, hoy te escribo con alegría, mi día ha sido lindo, pues me gane la lotería, tras años perdiendo dinero finalmente salgo ganador, había perdido mucho, la casa, el carro, todos los ahorros, los juegos me habían ganado la vida, el vicio de verdad es lo peor, pero a partir de ahora voy a mejorar mi vida, pienso volver a casa, con mamá y con la familia, la viejita me ha escrito mucho, lloro cada vez que debo responder, por mucho tiempo le mentí, de que aquí me iba bien…
Aún recuerdo mi juventud, cuando vivíamos juntos, tú siempre trabajabas duro, y no podíamos compartir mucho, pero aquellos Viernes por la noche era lo que más me alegraban, cuando preparabas arroz con pollo y de remate unas ricas empanadas, recuerdo cuando jugábamos béisbol, eran pocas veces al mes, pero era lo mejor, porque podía estar contigo un tiempo más, siempre me esforcé por ti, porque eras mi inspiración, lloré cuando te fuiste del país, sabía que lo hacías con gran dolor, mi vida no fue igual desde tu partida, mi niñez me dolió mucho, sentí que perdí mi infancia; la adolescencia fue lo peor, lleno de lágrimas y tristezas, el odio y el rencor me amargaron, estuve a punto de perder la cabeza, sin amigos, siempre triste, deje de ver mi tierra como un hogar, pero luego de que partí fue que la empecé a extrañar, sus lindos pueblos tan victorianos, su gente hermosa y de buen trato, la música clásica de nuestra patria, aquel calor que aliviaba el alma.
El día de hoy mi padre querido, hago mis maletas para regresar; A esta tierra que tu viniste la verdad no sé por qué quise llegar, solo quería entender ¿por qué nos dejaste?, el sueño que seguías para por fin poder viajar, sé que lo hiciste con un gran sueño, de a la familia ayudar, hoy una vez más te escribo llorando, aunque esta vez de felicidad, con el dinero que he ganado, espero los sueños de mamá hacer realidad, comprar aquella casa que siempre desearon, y un carrito para taxiar y así ganarme la vida de forma honesta, y dejar de lado los juegos de azar.
Te quiero mucho mi padre amado, espero que eso lo sepas siempre, y te perdono por habernos dejado, buscaste un sueño que no pudiste alcanzar, hoy dejo esta despedida junto a tu tumba, tal cual como me enseño mamá, esperando a que baje un ángel y te la lea en el más allá.
Juan David Zapata Yajures. Campo de Carabobo, Venezuela.
Amigo,
Te escribo desde el tren que me lleva lejos de mi patria, lejos de mi hogar y de mi familia; no en vano he decidido partir buscando un nuevo horizonte después de agotar todas mis fuerzas y mi voluntad para triunfar en mi país. Hoy, voy camino a lo desconocido, voy camino a otras tierras, a verme con otras gentes, a disfrazarme de alegrías, pero con el dolor de ese "quizás no volveré".
Amigo mío, mil gracias por apoyarme, por no dejarme caer aun en mis peores momentos.
Aquí viendo mi pueblo desde esta ventana tan pero tan grande, brotan de mi pecho lágrimas de tristeza y suspiros de aliento, de ese que tú me has infundido.
De seguro está que ni aún en el fin del mundo o cualquiera sea mi destino, olvidaré mi tierra, su música, lo alegre de mi gente, mi familia, mi hogar.
Aquí sentado, observo el amanecer, nunca me pareció tan triste, el cielo se despeja con un naranja muy especial que por segundos hace apagar mis ojos; se escucha el griterío de la gente que aún hace fila para montarse; veo que en este tren van igual que yo, almas buscando un porvenir para no morir en el intento.
He dejado atrás a mis hijos, a mi madre y hermanos y he metido en mi maleta, dentro de mi equipaje sueños y esperanzas de un mejor porvenir. En mi corazón va un sin fin de recuerdos los cuales me mantendrán con fuerza para esta nueva etapa de mi vida. Me llevo mi identidad muy definida, de quien soy y de donde he nacido, una tierra divina pero hoy en desgracia. Me arropará otro cielo, pero allí estarán siempre ese amarillo, azul y rojo metidos en mi almohada y junto a esas estrellas soñaré con mi regreso.
Me llevo amigo mío, los besos de mi mamá, de mis hijos, de mi familia, esos serán mi motivo de vida siempre.
Amigo, te cuento, que no sabía que esto de partir de mi patria, de alejarme de mi gente seria algo tan difícil; lo discutí conmigo mismo tantas veces, trasnoché mis sueños esas mismas veces hasta que resonó en mi cerebro tu palabra de aliento, ese compromiso tuyo de no abandonarme nunca y solté poco a poco el lazo que oprimía mi corazón; me dije a mi mismo ¡animo! ¡tu puedes! Y así lo estoy haciendo.
Detrás de mí dejo lo más preciado de mi vida, recuerdos que siempre tendré presente, a mi familia que depende de mí triunfo y a quienes dolerá mi partida, pero dejo una tierra, un país herido, cual ruego amigo no abandones nunca. Delante de mi estarás siempre tú amigo mío abriendo cada puerta para cumplir con mis metas.
Esta carta amigo mío, mi grande amigo, va conmigo y ahora contigo, gracias amigo por inspirarme a escribirla, gracias por mantenerme con ánimo porque el camino que se viene es largo y si tú estás yo también estaré.
Amén.
Oxford 23 de mayo 1887
Estimado Jorge.
Hoy estoy cumpliendo uno de mis sueños, te escribo desde la biblioteca más antigua de Europa, desde niña quería conocer este lugar. Mi estadía aquí ha sido un bálsamo para mí alma. Nunca te dije el motivo de mi viaje, pero huir del amor de Samuel me ha dolido profundamente. Él nunca tuvo el coraje para defender nuestro amor de los prejuicios y creencias falsas enraizadas en la sociedad. Nuestra diferencia de edad fue para él motivo de nuestra separación, y me canse de sus complejidades. Por esa razón decidí abandonar Venezuela y estoy convencida que fue la mejor decisión. El tiempo me ha dado la sabiduría para serenar mi corazón y calmar mi pensamiento. He conocido gente maravillosa y paso a paso me adapto a Inglaterra. ¿Te confieso algo? Hace unos meses conocí a un caballero muy galante y no soy indiferente ante sus halagos amorosos. En nuestra primera cita, las miradas se cruzaron con deseos, sus manos temblaban de emoción y nos veremos de nuevo la próxima semana. En mi siguiente esquela te contaré de mi encuentro con él.
Tu amiga siempre.
Tatiana
Valencia, enero/31 de 2023
Querida amiga, Finalmente te contaré ese 2005
Trabajábamos juntos en nuestra revista, cuando decidimos divorciarnos, mi economía cayó. Pero, me plantearon hacer otra revista. Sin pensarlo, acepté.
Así conocí a uno de los hombres con menos ética y escrúpulos de Naguanagua. Quería contratarme como editora, periodista, vendedora, sin pagar él. Debí irme inmediatamente, pero pensando en mi economía, planteé una sociedad. Dicen que lo que mal empieza...
Ya sabes cuánto duró, no sólo por dinero, el trasfondo era necrófilo.
En su negocio solían reunirse amigos y conocidos, relacionados con su deporte. Hombres de familia. Hombres de negocios. Hombres entre 30 a 60 años, bien portados y hablados. Eran un clan.
Un par de excepciones, disfrutaba ese deporte en familia, cuyas mujeres permanecían custodiadas.
Ahí entré, sin sospechar que para ese grupo de hombres las mujeres no tenían valor.
En la 2da reunión yo ya le había puesto nombre a la revista. Y en la 3ra firmamos los documentos. Comencé viajando haciendo reportajes, vendiendo publicidad.
Llegando eventualmente a esa oficina comenzaron mis «incomodidades», al observarlos destruir a cuanta mujer conocían sin el más mínimo respeto por nada.
Me pidieron visitara un concesionario. Allí encontré una mujer bonita, elegante, dando órdenes aplastantes. Fue empática advirtiéndome me cuidara; luego, llegó un hombre y ella hizo comentarios lésbicos, no me importó. Pero, desde entonces me preguntaban por ella riéndose. Dejé de ser presa. Nunca pude agradecérselo.
Quienes pertenecían a ese clan competían, sin importar distancias, cualquier mujer era trofeo, en un juego donde el placer era sentirse superiores.
Así llegó el 1er torneo deportivo que yo ideé y organizamos juntos. Donde mi socio después de apropiarse del nombre del torneo, decidió no compartirlo, diciéndome en pleno evento que no pagaría ni mis gastos.
El final... regresé a casa en una cola orquestada. Tomé alcohol de más, cayendo redondita en sus planes.
Al día siguiente, Juan, Luis, Pedro y José me esperaban en la oficina con burlas, risas y juicios. La humillación fue salvaje, anulándome como mujer, persona y profesional.
Días más tarde, usaron influencias y dinero para quedarse la revista.
Yo solo desaparecí, sané y seguí con mi vida.
Casi dos décadas después, en fresca reunión entre risas y burlas, surge mi nombre, ¿Ahora dime, aún crees es sobre mí...?
Sé que no puedo protegerte, te sientes diferente a mí, pero la incomodidad es el inicio de la violencia. Así nos pasó con el país, aceptamos pequeñas incomodidades que luego se nos fueron de las manos. Eso pasa con todo lo que callamos, perpetuamos el abuso.
Las mujeres vivimos experiencias diferentes, pero nuestra esencia es la misma y ellos lo saben.
Esos hombres bien hablados, perfumados, con estatus o dinero (sin honestidad), que disfrazan su rencor por las mujeres; no te agreden físicamente, pero su golpe es certero, eso es maltrato de género, hoy más vigente que nunca.
Si sientes incomodidad entre ellos, analízalo y no calles, tal vez puedas salvarte y contigo a otras...
Tu amiga,
Querida Liris
Después de pensarlo mucho me dispuse escribirte estas líneas pues quiero decirle a alguien lo que estoy sintiendo y nadie mejor que tú. He vivido contigo todo el tiempo y no te conozco, lo confieso. En ocasiones siento deseos de hacer cosas y las he hecho, a veces a escondidas otras no. Algunas veces dudo, pienso demasiado, le doy largas y al final no hago lo que tenía en mente. El miedo me domina y hace que abandone.
Te cuento estas cosas porque quiero liberarme de ese miedo a no se qué, que me paraliza y me impide tomar decisiones que tienen que ver con lo que considero es mi propósito de vida y me mantienen aquí dónde estoy. No me refiero al lugar dónde me encuentro ahora sino a lo que pienso pudiera estar haciendo y he dejado de hacer.
No pretendo me respondas, me siento en confianza contigo por eso me atrevo a seguir.
A lo largo de mi vida son muchas las cosas que he evitado hacer. He hecho lo que dicen los demás, al final termino adaptándome a la situación.
Por ejemplo, me casé sin estar segura de ello. Comencé a estudiar una carrera motivada por el grupo al que pertenecía, la cual no terminé por las mismas razones. Tuve tres hijos y los eduqué con mucho miedo e inseguridad.
Siempre he estado presa del miedo, culpa y pánico. Mantuve una lucha permanente con mi ser por no saber ¿quién soy? Llore mucho, muchas noches y días por no reconocerme. Esta etapa de mi vida fue, a mi juicio muy oscura, me sentía invisible, desconectada del mundo, dedicada a lo que consideraba era lo más importante para mí en ese momento.
Era tan grande mi desconcierto que me aferraba a lo que me brindara tranquilidad. Pedía ayuda al Creador. Comencé a leer libros de auto ayuda, de metafísica, entre otros. No me arrepiento de haber "vivido" lo que me correspondió, o quizás lo que me permití "vivir" ya que gracias a ello pude tomar decisiones que permitieron darle otro rumbo a mi vida e hicieron descubrir en mí lo que ahora soy.
Descubrí mi verdadera vocación. Me hice de una profesión, obtuve un empleo acorde con lo que me agrada hacer, mejoró mi ingreso y mi estabilidad financiera.
Mi fiel amiga cuándo te digo descubrí mi verdadera vocación me refiero a la carrera que escogí la cual me permitió acercarme a los jóvenes para brindarles tanto conocimientos académicos como los aprendidos en la escuela de la vida. Nutriéndome además de sus vivencias.
También descubrí mi pasión por la escritura, la cual me llena completamente.
Continúo aprendiendo para mejorarla. Realizo talleres de escritura, pertenezco a algunos grupos literarios e incluso he participado en concursos.
Hasta siempre querida. Te amo. Abrazos de luz.
Liris Miyares. Villa de Cura. Edo Aragua. Venezuela. 28/01/23
Valencia, 31 de enero de 2.023.-
Hola extraño:
Sí, eres un extraño. Creí conocerte, pero no. Hoy quiero escribirte y liberar mi alma de este peso muerto.
Llegaste a ser parte de mi día a día, el sol de mi cielo; tu presencia fue mi calma y mi alegría y siempre anhelaba tu compañía.
Cierta vez en un atisbo, me hiciste oír sobre amor en ti. ¡Sorpresa! Pues lo tenía vetado. Despertaste en mí la ilusión de volver a amar y compartir mi vida, ya que segura estaba de que me amabas y no te sacaba de mi pensamiento. Mi amor se hacía grande y mi alma esperaba que le confirmaras lo que yo creía y, ahora, no sé si fue cierto o fue fantasía.
Luego, no entendí, algo cambió en ti, pues en vez de amor sentí acoso; en vez de la palabra dulce, la ironía; la expectativa de estar juntos, que no se cumplía; la ocasión muy oportuna como solución, casi obligación mas no decisión.
¿Por qué me acechabas y me ponías trampas como cuando se caza un oso?
Si yo era un cordero comiendo en la palma de tu mano. Comencé a tener miedo pues vi odio en tus ojos en vez del esperado amor. Yo también te comencé a odiar y no sabía qué hacer con mi cariño. Así no podía entregarlo.
Y dolió...
Te fuiste como si te hubiera vejado, pues tu orgullo era tan inmenso, que no te permitía expresarte como brisa suave sino con cantos de sirena.
En la distancia buscaste la manera de hacerme daño. Me enviaste sórdidos mensajes por vías casi inesperadas durante mucho tiempo. Y seguía doliendo. Y sentía miedo. Ese era tu propósito. Sin embargo, me decía que lo hacías porque aún yo te importaba, si no, ya me habrías olvidado. ¡Qué ilusa, ¿no?! No sé...dime tú. Desde entonces siempre te tengo lejos pero cerca; cerca pero lejos.
Creo que lo nuestro fue un sentimiento tormentoso que formó un río crecido, que nunca consiguió su cauce y así, desbordado, llegó al mar, donde se perdió diluido en las inmensas aguas y no se sabe dónde fue a parar.
Amor y odio. ¡Qué delgada línea de separación! ¡Qué difícil sacar del alma un sentimiento tan ambiguo! Un rompecabezas de sueños rotos.
Pero ya no duele. Solo a veces.
No sé si algún día volveré a verte. No navegaré de nuevo ese río pues temo que mi barca se rompa y ya no tiene sentido. Dicen que el amor acaba, pero también dicen que el verdadero no. El odio no sé si un día pueda acabar. No es rabia. Estoy serena. El odio es más profundo. Por eso hoy me despido de ti; de un amor imposible, de besos no dados y caricias no sentidas.
Solamente no estoy segura si despedirme con un hasta nunca o con un hasta siempre.
Una extraña.
Para Rubén Darío
Mi astro de oropel:
El susurro del río se deslizará en tu mente y recordarás que sus aguas acariciaron nuestros cuerpos. La mayoría de lo que diga en esta carta no te causará asombro porque lo has vivido intensamente a mi lado.
Te amo sin condiciones, no me arrepiento ni me avergüenzo de amarte así me sentía heroína, guerrera, esclava, vencedora, me hubiera convertido en tu Scheherezade de Las Mil y Una Noches, para retenerte a mi lado, tu reías de mis ocurrencias y pronunciabas seductoramente mi nombre Yumaira y me decías eres la fragancia del bosque, y entre besos y caricias desordenábamos la hierba.
¡Cuántos momentos inolvidables! Era tan feliz. No dudaba de ti. ¡Qué podía empañar nuestro amor! Sin embargo, fue empañado. Llegó ese nefasto día: El anuncio de tu boda con una mujer que no era yo... había escuchado bien o era un mal sueño o yo no aceptaba la realidad.
Es cierto nadie sabía nuestra relación. Pero cuando hablaban tan alegremente de ese acontecimiento, yo moría lentamente. Desde aquel día perdí el brillo de la mirada, nada me importaba, apenas hablaba, comía poco, cada quien formó sus propios argumentos respecto a mi actitud: Será que perdió la razón, estará embrujada, parece sonámbula y miraban como si fuera un pajarito que no podía volar.
Con afán intentabas hablar conmigo, pero yo no quería escuchar ninguna de tus explicaciones. Nunca más volví a nuestro refugio secreto.
En mis noches vestidas de tinieblas, me hacen compañía los versos del poema
20 de Pablo Neruda.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros a lo lejos."
A veces me pregunto si fui tu arlequín y si alguna vez tendrías la valentía de contarme acerca de tu matrimonio; son tantas preguntas que me hago, ya son innecesarias jamás tendrán respuestas: Lo que sucedió tenía que suceder o estaba escrito. Sí me duele y me dolerá por mucho tiempo; tu traición me trasladó a un mundo desconocido porque mi vida sin ti no tiene historia.
Si de repente quisieras verme, hablar conmigo, no te molestes en hacerlo...yo he tomado el camino como lo hizo Doña Bárbara de Rómulo Gallegos... Abrigada por la profundidad de la llanura... nadie más supo de ella...
Algún día Dios se apiadará de mí y podré olvidarte.
Yumaira.
Julia Liendo. Maracay. Estado Aragua.
Mi enamorado y amado novio virtual:
Te escribo primeramente para darte un saludo especial en esta ocasión y envío esta carta de manera física, para hacerte una invitación atrevida...
Qué te parece... Tener una comunicación de manera distinta..., fuera de ese frío espacio virtual, de esta tecnología que es necesaria, pero a la vez nos aleja de un plano físico.
Nos encontramos muy lejos... en polos opuestos de este mundo, es por eso me hago presente de una manera original y hasta más excitante...
Te invito a descargar nuestra pasión..., con palabras escritas en tinta, sobre las páginas blancas que esperan nuestro cálido encuentro.
Compartir el olor del papel, de tu perfume., de tu casa...
El solo hecho que escribas de tu puño y letra..., poder tocar cada palabra., poder tener contacto con algo que estuvo en tus manos, que contenga esa energía y podamos tener una experiencia de manera diferente, aún en la distancia.
El deseo ansioso y la excitante espera del mágico sobre que lleva escritos e intenciones apasionadas, saber que esas páginas pasaron por tus manos...
Quisiera que ésta carta, sea la continuación de muchos encuentros de papel..., seguir tan o más enamorada y ahora con nuevas sensaciones....
El tiempo que dure tan esperada respuesta, solo puedo imaginar mientras lees mis líneas, estar más cerca, ser más tuya...
Me despido con un mágico beso y un abrazo de esos que duran para siempre.
Tu enamorada y amada novia virtual.
Rosaria Razzi
Caracas. Venezuela
Naguanagua, 31 de enero de 2023.
Querida Ingrid:
Es un placer saludarte hoy mi amorosa amiga. Hoy encontré el borrador de una carta que nunca te envié, y dada la perfecta-emotiva oportunidad te la voy a transcribir tal cual está plasmada en esa hoja amarillenta fechada 04 de junio de 2020, y que reza así:
" Escribirte me hace evocar los momentos que hemos vivido juntas, o sea, toda la vida. Y es tan gratificante este sentimiento lúcido por ti, que le has dado color y calor a mi existencia. Me le has puesto música a mis pasos y brillo a mi sonrisa.
Quiero que te encuentres bien y deseo hablarte de mí profundo amor hacia ti. No es exageración, es la realidad, mi humanidad jamás sería la misma si no estuvieras y aunque mis palabras no expresan específicamente este sentir, yo te voy a regalar mis días y noches para dedicarme a tu esplendorosa presencia. Eres mi sol que llena de energía cada día que despierto. Eres la perla escondida más grande del mundo y yo su afortunado poseedor.
No eres fácil de describir de tantos atributos y virtudes mi damisela inocente, mi frágil flor del bosque. Es tu amor tan inmenso e incondicional, sólo comparable a la magnitud de tus bellezas interna y externa. Eres una danzarina diminuta cómo de cajita sonora, y la melodía es tu tono especial de voz. Estoy muy agradecida con el Creador por ponerme junto a tu camino.
Nunca nada me inspiró tanto como tú, y solo puedo decir QUE TE AMO con todo mi corazón, más allá del tiempo y el espacio. Mi voz se quebrará, pero no mi voluntad de amarte. Te amo dulcísima mía y cuento los segundos cuando estamos lejos."
Sin más que decir me despido, esperando que hayas entendido el contenido vigente de esta misiva.
Siempre tuya, Ingrid
Ingrid Carolina Vargas León. Naguanagua. Venezuela.
Querido Ernesto:
¡Qué manera tan ridícula de comenzar esta misiva destinada a ti! Sin embargo, debo confesarlo: te escribí muchas veces cartas inspiradas en arrebatos cursis. No me arrepiento de haberlas desaparecido de nuestra particular historia.
Te devoré con todas las ganas en la cama y donde fuera. Con los niños durmiendo a nuestro lado, en el funeral de papá, en la agonía de tu hermano. Era el gesto amable y se colaba una muestra de amor carnal entre las calamidades.
Ernesto, ya eres un nombre sin importancia. No dueles ni en las malas ni en las buenas. A mis argumentos le acotaste siempre que era una desequilibrada, irritable, celosa y llena de alucinaciones. Ahora pensándolo bien, como me gustaría ser todo eso para fingir mi desaparición y ver cómo te acusan tantos testigos por tu brutal comportamiento. Me regocijo en pensar que te culparían de un posible asesinato el cual nunca tendrías el valor de cometer y poder verte por un huequito, como lloras a moco suelto pensando en todos los males que te esperan cumpliendo una condena.
Desde hace tiempo odié el fútbol y el béisbol por tus ridículas alegrías si ganaban tus equipos y tus rabias por sus reveses. Sé que mucho de eso se debía a tus apuestas. ¡Apostabas, no lo niegues! Pero como eres tan desleal, también apostabas en contra del equipo de tus amores.
Así fue el amor para ti. Nunca comprobé tus infidelidades, pero sí tu deslealtad. Eras, para mí, el amor y sus consecuencias. Pero, ¿Qué sabemos del amor? Te amé, no de la forma tradicional y esperada. Te contraje como una enfermedad junto a sus trastornos. Enamorarse es eso. Es un mazazo a lo conocido y te ves haciendo lo que dijiste nunca hacer. En el amor, el bien y el mal se encuentran mezclados.
Me acusaste de fácil. En tus miedos me viste siéndote infiel hasta con mujeres, sólo para después venir a acostarte conmigo y tener sexo reconciliador. Lo acepto, mi sexo te extrañó, mis entrañas te desearon. Lo acepto, te perdoné tantas veces y una más en pro que lo lograríamos esperanzada de ver tu lado dulce y considerado. Pero no, hubo desatención, desplante, exposición al ridículo y desde entonces te amé menos sin odiarte nunca. Tu importancia en mi vida fue menguando.
¡Cómo siento envidia por los amores que mueren en hechos inesperados! Son proyectos de felicidad, y la muerte los pone en ventajas en ese probable pudo ser. Hay desgracias con gestos románticos, lástima que nuestro amor no murió así.
Te dejo, sigue en tus ocupaciones mientras continuo en el proceso de extirparte de mi vida
Atentamente, Alejandra.
Erick Lugo Maracay. Edo. Aragua
23 de marzo de 2003. Hace 20 años ya, o casi, cuando tuviste la osadía de robarme o arrancarme el beso que no me atrevía a darte, y que sería tan solo el primero de los muchos besos que nos reclamaba el cariño, la pasión en solitario y la urbanidad frente al mundo.
Es cierto, lo sé, ya no somos aquellos muchachos que querían su lugar en el mundo, esa pareja invencible frente a la vida, ¡y que ya somos hasta distintos para nosotros mismos!
No puedo cambiar lo que pasó, ni borrar las cosas que dijimos y aún más esas que dejamos de decir, que callamos llevados por el miedo o la rabia... o ambos... solo puedo intentar superar esa distancia que se impuso, que nos impusimos, con los años y el paso de la gente que surco nuestras historias.
Soy cursi, lo sé, cómo aquellas novelas rosas que transmitía la televisión en las tardes de nuestra adolescencia, aunque quizás no suenen violines, ni un melancólico piano, ni tan siquiera una canción de Luis Fonsi, de esas que nos gustaban, pero es la forma de saber que me leerás, así sea al descuido de una tarde mientras bebés distraídamente tu café.
En fin, solo se (y solo quiero saber), que he amado, amo y amaré a esa chica que apareció aquella mañana hace poco más de 20 años, ya hoy menos jóvenes y menos fuertes, igual de necios y testarudos, aquella chica de cabello corto y vestida de blanco, como aquellos ángeles que velan los sueños, y que al igual que él se negaba a darme la mano.
Se feliz, no te deseo menos, se feliz, y si la vida da muchas vueltas, que el destino nos encuentre así al descuido en alguna de ellas.
Tuyo, C.
Freddy:
Quiero decirte que te vayas de mi vida, así como hoy se va enero. Aún recuerdo cuando te conocí, mi vida cambió, se iluminó, pensé, 14 años de diferencia no son nada, yo aún me veía bella, comencé a cuidar más de mí, para disfrutar lo alegre de tu jovialidad. Nos amamos como locos, descubrimos amaneceres, me llevaste a conocer atardeceres que nunca pensé que existieran, me sentí privilegiada por tenerte, me llevabas a todos lados y orgulloso me presumías ante tus amistades, pero con el tiempo las fotos fueron reflejando que algo diferente estaba pasando, primero llegue a parecer tu pareja, luego me veía como tu hermana mayor, luego tía, y hasta me vi como tu madre, Dios, me empecé a preocupar porque tú seguías rozagante y ya yo me había hecho 10 cirugías plásticas, ya no cabía un bisturí más en mi cuerpo y sin embargo el tiempo puso arrugas inoperables en mi cara. Poco a poco dejaste de salir conmigo, te ibas solo a tus fiestas. Me abandonaste aun viviendo en mi propia casa, te mudaste al otro cuarto, pisoteando mi dignidad. Y yo me convertí en una amargada mujer. Llegué a odiarte con toda mi alma porque te llevaste mi juventud, me ilusionaste y transformé mi cuerpo en algo que no combina con mi cara.
¿Dios que hago ahora con todo esto? Usaré un burka que me cubra toda esta transformación que fabrique para ti, confiando que estaríamos juntos para siempre.
Además, me enteré que sales con una mujer 15 años menor que tú, que cara dura eres, siempre me dijiste que no te gustaban las jovencitas, que ilusa fui al creerte, sigues siendo un niño caprichoso.
Ojalá nunca seas feliz con otra, y que cuando envejezcas te abandonen por viejo, como tú lo estás haciendo conmigo ahora.
Entrégame las llaves de la casa, las llaves del carro y no te quiero ver más por mi empresa.
Sin más nada que hablar contigo, me despido para siempre.
Tania
Yamelis Bolívar. Valencia, Carabobo
Amada:
Tuyo, porque si…
Jericó, 14 de febrero 2023