Pecatum pdf

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Pecatum, Vitium et Virtutis

UNIVERSIDAD DE CARABOBO FACLTAD DE EDUCACIÓN CASTELLANO INSTRUMENTAL PROF. MARÍA VIERA LIBRO ARTESANAL

JOSÉ LUIS TROCONIS BARAZARTE



Pecatum, Vitium et Virtutis

PECADO (del latín pecatum) m. Hecho, dicho, deseo, pensamiento u omisión contra la ley de Dios y sus preceptos./ Cosa apartada de lo recto y justo./ Exceso o defecto. VICIO (del latín vitium) m. Falta de rectitud o defecto moral./ Hábito de obrar mal./ Excesivo apetito de una cosa que incita a usar de ella con exceso. VIRTUD (del latín virtus, virtutis) f. Integridad de ánimo y bondad de vida./ Hábito y disposición para las acciones conforme a la ley moral./ Recto modo de proceder. Diccionario de la Real Academia Española

José Luis Troconis Barazarte


PROLOGO

Fácil tarea hablar del trabajo literario, investigativo, agudo, incansable, trascendente, el solo momento de dedicar un tiempo a la creación literaria, a desarrollar esas habilidades, a transmitir, a regalar situaciones, a entretener, a colocar a las personas en situaciones de reflexionar ante ficciones que amenazan nuestras intimidades, soñar y ser tan generoso de invitar a soñar con ellos, habla del desborde de talento, de las grandes condiciones, de quien escribe. Escribir de José Luis Troconis B. es difícil.. Un artista sin tiempos, comunicador innato, exacto y concreto en el momento de comunicar, solo pocos colocan al receptor ante una situación de desarme ante su emisor, es su caso, nunca dejas de ser sorprendido por sus creaciones, hoy en su mundo de cuentos y narraciones nos deja sin esperar más pero preparados para disfrutar, sorprendernos e inevitablemente admirar y disfrutar de su talento. Recrearnos en sus pecados, vicios y virtudes es realmente placentero, gratificante y muy constructivo. Lcdo. Antonio Valentín Díaz B. 26 de febrero de 2017


Avaricia ¡Pececito, pececito! ¡Pececito, ven acá! Que Isabel está enojada ¡Y hay que hacer su voluntad! El pez se le acercó y dijo: — ¿Y qué desea ella?, El pescador respondió: — Mi esposa dice que cuando te pesqué, como eres mágico, debí haberte pedido algo antes de liberarte. No le gusta vivir en nuestra choza. Quiere una casa cómoda. —Pues regresa—dijo el pez, —Ella ya está en la casa que desea, además, la casa es un palacio. Con catorce cuartos, cuatro patios, con diez perros de raza y tres gatos persas; con su alimento para muchos años. En el garaje, tienes dos carros de carrera, uno de paseo, una camioneta para viajar donde quieras. Tienes un mayordomo y dos mucamas; para que hagan todas las tareas de la casa. Tienes todos los electrodomésticos necesarios, para vivir lo más cómodo que te puedas imaginar. En los clósets, ropa de invierno y verano, zapatos de todo tipo, abrigos, joyas para tu mujer, relojes, corbatas, también, una caja fuerte con dólares y muchos euros. En cada uno de los baños de las catorce habitaciones, hay un jacuzzi, jabones, champús y todos los cosméticos de aseo personal y de cuidado diario. Porcelana para comer con cubiertos de plata, abastecimiento de víveres para los próximos quince años. Eres el dueño y presidente de una corporación internacional, donde no tendrás que trabajar, solo cobrar; porque ya se maneja sola, con sus gerentes y directores. ¿Quieres algo más?... —Sí, ¿puedes divorciarme, presentarme una mujer joven, bella y que no se queje? — ¡No! — y se fue nadando.


A LA LUNA A Laura Antillano — ¡Te la pasas en la Luna!, ¡Te la pasas en la Luna!... Todos lo dicen cada vez que me ven. Siempre estoy muy distraído pensando en escribir poemas, novelas y un cuento que empieza así: Vivo en la Luna desde que la maestra Marcela, mi mamá y el director del colegio “Niño Jesús” me mandaron en un avioncito de papel bond 20 que yo hice. Tomé la hoja sin permiso del estante de la maestra, mientras el gordo Mateo explicaba el orden de los planetas. Yo estaba muy callado, inspirado, doblando las alas de mi avión. Iba a viajar con en una misión secreta con él; recorreríamos dos países que estaban en guerra. La maestra llegó por la espalda, agarró mi oreja y me llevó hasta la oficina del director casi sin tocar el suelo. Mientras yo esperaba en una de las sillas, llamaron a mi mamá. Como vivíamos al lado del colegio, en una casa que casi era parte de este, llegó en menos tiempo que lo que mi oreja tardó en volver a su sitio. Hablaron un buen rato, la maestra Marcela les explicó a mi mamá y al director que yo nunca atendía a la clase y que vivía en la Luna todo el día con los benditos avioncitos; el director propuso un castigo, mi mamá dijo que si esa era la solución, mejor sería aplicarla de una vez para arreglar lo más pronto posible esa situación. No pude tomar nada, ni siquiera la merienda, eso dolió mucho porque todavía no habíamos salido al recreo y ya tenía hambre. Yo creí que tendría que hacer algunas planas repitiendo una frase como: “No debo hacer aviones en clase”. Pero el castigo fue montarme en el avión y viajar a la Luna, el director dijo que había un lugar donde solucionaban estos trastornos de conducta. No pude explicar que cuando preparaba mi avión nos dirigíamos a una misión secreta de dos países en guerra. Ellos lanzaron al espacio con rapidezal avión y a mí directo a la Luna. Según el director me esperaban los lunáticos con su sombrero de copa, listos a hacer cambiar mi actitud incorrecta hacia la sabiduría que nos regalaban en las clases de la maestra Marcela. Llegue al satélite muy rápido, a un país de la Luna que se llama Lundalia. Claro mi avión tenía unas alas dobladas en tres que aumentaban de una manera increíble la velocidad, de 0 a 100 kilómetros por hora en 2 segundos; nada mal para un avión de papel bond 20. Al aterrizar me esperaban cuatro lunáticos vestidos de negro con su respectivo sombrero de copa y una jaula donde entré y me llevaron ante su rey. El rey de Lundaliapreguntó cuál era la causa de mi presencia. Le conté todo lo sucedido en el salón: la oreja, la dirección y la decisión de todos de mandarme a la Luna, para que tuviera un castigo por lo de mi avión. Quiso ver la nave, los lunáticos le mostraron el avión. Quedó fascinado, más impresionado cuando le hablé de la velocidad. Le explique todos los detalles de su fabricación y de inmediato me nombro jefe de ingenieros dobladores de aviones de papel bond 20. Colocaron un sombrero negro de copa en mi cabeza y desde entonces trabajo y vivo en la Luna, nunca habló de un castigo, su interés por los aviones eclipso todo el tema. El rey estaba en guerra con un país vecino y solo le interesaba ganarla. No queda bien de mi parte, pero, gracias a mí ganamos la disputa con el país vecino, con una flota de aviones que preparamos con papel bond 20 de Venus, el rey mandó a traer todo


un cargamento; fue cuando me enteré que Venus era famosa por la fabricación de papel bond 20. En la Luna ahora todo marcha de maravilla, vendemos aviones a todo el sistema solar, cada día nos quedan mejores. De la tierra, mi mamá, la maestra Marcela y el director no supe más nunca, yo sigo aquí de ingeniero de la fábrica de aviones. A veces pienso si me extrañan. Paso muchas horas en la fábrica, diseño y doblo aviones 8 horas al día, me pagan bien y tengo todo lo que necesito. En el tiempo libre acostumbro escribir historias, poemas, novelas y un cuento que empieza así: Vivo en la Luna desde que la maestra…


CARIDAD El Dr. Norman, uno de los hombres más decentes y respetados de toda la ciudad de Drama en Grecia, era griego pero ya casi no hablaba el idioma, lo mezclaba todo el tiempo con el castellano, pero casi todos se habían acostumbrado a esta excentricidad y le entendían. Ya a sus 64 años cumplidos tenía la necesidad de hacer la obra benéfica más digna de su vida, había fundado, junto a su ya difunta esposa, varias instituciones para el cuidado de animales de la calle, niños sin hogar y con su trabajo había sido siempre muy generoso con todo el que pedía su ayuda, fue medico en el Hospital General de Drama, había trabajado para esa institución por 40 años, pero, más de la mitad del tiempo la paso investigando para el hospital, en países de Latinoamérica, ya retirado, la jubilación no moderaba todavía, su energía para hacer el bien a todos. Ese día se había levantado con la idea mucho más clara, que la noche anterior. En la casa no se oía nada, Carmen nunca hacia ruidos antes que él se levantara, pero ya empezaba a oler el desayuno, afuera ya los ruidos típicos de la mañana empezaban a despertar la ciudad. Esa mañana, antes de salir del cuarto lo decidió, serian empanadas. Una comida típica Venezolana que conoció cuando vivía en Barquisimeto, en casa de sus primas. Carmen, una chica medio pariente, que se vino desde Venezuela a estudiar y ayudarlo en casa, las hacía de maravilla, en la tiendita latina, cerca de casa, tenían muchos paquetes de harina de maíz precocida, la vendían hasta por bultos. Las empanadas eran hechas de masa, de forma de media, rellenas de carne molida, queso o pollo guisado, eran las que a él más le gustaban, después de modelarlas a mano y con ayuda de una bolsa plástica embadurnada de aceite, para que no se peguen y se freían en aceite muy caliente, realmente eran deliciosas. Al salir del cuarto, ya vestido de punta en blanco, como era su costumbre, comento a la chica: — Carmen, vamos a hacer mil empanadas, las haremos surtidas como siempre. Esta contesto, un poco extrañada: — ¿para qué tantas mi“Dóctor”? ¿Tendremos fiesta? — Las repartiremos a los pobres, a mil de ellos; niños hambrientos; abuelos olvidados; a los que no tienen amigos; gente triste de la que nadie se ocupa.El 30 de julio, “Día Internacional de la Amistad”. No para aliviarles el hambre, sino para demostrarles que alguien les aprecia y quiere ayudar. ¡De verdad que será una fiesta! ¡Hay que ayudar en todo! Dijo el Doctor. —Tardaremos como dos días en prepararlas, dijo Carmen, y el Doctor respondió: —Si lo sé, ¡Pero, esta vez yo te ayudare con todo!, Sobre todo, con el guiso. Yanis, nos ayudara y las Repartiremos “El Día de la Amistad”. Yanis, era un muchacho griego de padres españoles, estudiaba idiomas con Carmen en la Universidad, trabajaba con el Doctor muchas veces, hablaba perfecto español y se había hecho novio de Carmen, desde que esta llego de Venezuela. Compraron los materiales en la tienda latina, 40 paquetes de “Harina P.A.N”, varios kilos de queso blanco duro, también traído desde Venezuela, carne y pollo, con sus respectivos aliños y unos condimentos, que no quiso que Yanis, lo acompañara a comprar. Gasto mucho dinero pero, lo hiso con gusto,


se corrió la voz de lo que harían y la gente comentaba y celebraron su decisión. Todo salió perfecto, las empanadas estuvieron listas para la fecha. Carmen ayudo a hacer la lista de los sitios que visitarían, Yanis y ella las hicieron y frieron, el Doctor se encargó de preparar el relleno. La noche anterior a casi ni durmieron, el Doctor estaba muy excitado por evento de caridad. “El Día de la Amistad” llego, repartieron las mil empanadas, todo se hizo en perfecto orden, como al Doctor le gustaba realizar todas sus actividades, muy metódico. Niños, ancianos, gente sola, todos quedaban muy contentos, celebrando la iniciativa y conociendo una comida típica de otro país. Les tomo todo el día, al terminar y llegar a casa, el Doctor, comento: —Quédate a dormir Yanis, estamos todos muy cansados, ¡fue un total éxito! ¡Hay que ayudar a todos a todo, incluso a morir!Y se retiró a su cuarto a descansar. Carmen, no lo oyó.Yanis, que si lo escucho, no le dio importancia, pensó: “el doctor siempre hace comentarios raros y fuera de lugar”. Al día siguiente, Carmen, vio la noticia en la televisión, el locutor del noticiario matutino daba la noticia: —¡Mil personas, entre niños y adultos, amanecieron muertos por envenenamiento con arsénico, la policía, ya está tras la pista de los autores de este horroroso crimen!... Carmen grito: — ¡Yanis!... Este contesto: —¡no está en su cuarto, sus cosas tampoco están!...


El último beso Me besó en la mejilla y me abrazópor la espalda con mucha fuerza.Abrió sus alas y empezamos a volar. Cerré los ojos, siempre he sido muy cobarde a las alturas.Comencé a recordar la mañana del día que la conocí. Iba en el taxi por la avenida siete; casi nunca tomo pasajeros allí, me detuve, eran dos hombres y una mujer, pregunte dónde iban, dijeron que al “Billy”, un centro comercial, yo quería decirles que no los llevaría, iba tan distraído que no supe inventar rápido una excusa, de esas que siempre digo. Al tomar la autopista sacaron una pistola y me dijeron la frase estúpida: Esto es un asalto. Me hicieron llevarlos hacia “La Cota”.Es una vía amplia, solitaria; a las afueras de la ciudad, donde acostumbran los ladrones a hacer sus fechorías. Al llegar, me bajaron, la mujer tomó la pistola, me apunto y dijo: — ¡Corre! Mi miedo se transformó en terror; corrí, cuando logré voltear estaba solo, con la extraña sensación de no haber oído nada, ni disparos, ni el carro arrancando. Era como que había llegado allí sin recordar cómo. Caminé mucho, tenía sed, llegué a una calle con varias casitas, toqué en la primera y no salió nadie; no sé qué hora era, en la casa de al lado oí ruido, llamé a la puerta y el ruido cesó, miré por la ventana; vi a una muchacha, de pelo negro muy largo; muy blanca y bella, creo que me desmayé. La muchacha me hizo despertar con un guarapo muy dulce, estaba sentado en una mecedora de ratán, le pude decir que me diera agua, entró en la casa y me la trajo en un vaso de peltre. Le pregunté si estábamos lejos de Drama, me dijo que no conocía nada, que nunca había salido de allí. Tenía un vestido, especie de bata de casa, se notaba que era delgada y que aquel traje era ancho para ocultar algo. Se lo comenté y me dijo que era para cubrir las alas; se quitó la bata y se quedó con un pequeño vestido azul, que dejaba ver unas alas que salían de la zona de sus omoplatos, eran muy grandes, con plumas azules oscuras, al moverse cambiaban de color. No las extendió, seguro tenían más de dos metros. No me impresionó y eso era lo raro, dijo que debíamos irnos, porque el hombre que la cuidaba era muy celoso y no la dejaba hablar con nadie, por miedo a lo que pensarían de sus alas, pero ella sabía que eran celos de hombre. Comencé a sentía amor por ella, era de esas bellezas que nadie puede resistir, por eso comprendía lo que podía pensar el hombre que la cuidaba desde quién sabe cuándo; eso no lo pregunte, para no tener cargo de conciencia de llevármela. Yo haría lo mismo que él, ella sería para mí, nadie tendría que verla. Ella me miró como si se diera cuenta de mis pensamientos y sonrió.Pensé que iba a recoger algo, sus pertenencias para irnos, cuando le pregunté por sus cosas, me dijo que no tenía nada más que sus alas y su vestido azul. Salimos corriendo porque oímos ruidos y pensamos que podría ser el hombre. Nos escapamos por la puerta de atrás de la casa, avanzamos muy rápido por unas calles llenas de árboles muy grandes, llegamos a un jardín muy amplio. Allí fue donde me besó y abrazó. Sentía la brisa muy fuerte en mi cara, su abrazo era más fuerte que la brisa. Aunque le temía mucho a las alturas, sentí que esta no era la primera vez que yo volaba. Abrí los ojos


y dejé de recordar; estábamos muy alto. Los árboles se veían tan pequeños. Volamos sobre su casa. Allí estaba él, no nos vio. Pasamos sobre las calles que llegaban a La Cota y vi mi carro, no pude hablar. Allí al lado de mi carro estaba yo tirado en el piso con una bala en la espalda, estaba muy alto, pero era yo. No paró de volar, y yo abrazado por ella, seguía volando también…


Gula Todos estaban sentados a la mesa. La cocinera servía el segundo plato, pero ya ninguno quería comer más después del primero, estaban todos satisfechos, no estaban acostumbrados a tanto, pero el Papá, les había dicho que no podían despreciar nada, debían ser agradecidos, de eso dependía su aumento y nuevo cargo en el trabajo, con las carencias con que vivían; el nuevo sueldo los haría salir adelante y empezar a vivir mejor. El señor Braun Müller era bastante delgado. No había probado nada de la cena, incluso, no le habían colocado plato ni cubiertos, cuando la Mamá le pregunto si no los iba a acompañar, él respondió: —siempre me alimento a solas, pero disfruto mucho ver a otros comer, para mí es un verdadero placer. El Papá la miro con reproche. El Señor Braun Müller sonrió con malicia. A Carlos, el hijo menor, le dio escalofríos el comentario, pensó que la mamá tenía razón cuando decía, que el señor Braun Müller era muy extraño, por vivir solo en aquella casa tan grande y que la soltería era antinatural. La cocinera servía más, Carla la hija mayor, estaba mareada. Su hermanito empezaba a jugar con el tenedor, los padres hacían gesto con los ojos para que siguieran, sin poder continuar tampoco. El señor Braun Müller, los miraba con placer, solo hablaba para ordenar más. Carlos empezó a llorar en silencio, las lágrimas le corrían por las mejillas. Todos seguían, sin hablar, solo comer y beber, el rostro del señor Braun Müllerera de éxtasis,eran obedientes, seguían, ya no coordinaban comoutilizar los cubiertos, comenzaron a usar las manos, las bebidas chorreaban por las bocas, los cuellos y la mesa, todo era un completo reguero. El señor Braun Müller no podía ocultar su encanto por lo que hacían, la familia ya no se miraban entre ellos, solo una euforia enferma los invadía, masticaban sin tragar, los alimentos se salía de sus bocas, la escena llevo al señor Braun Müllera una explosión de placer, que termino tirado sobre la mesa con los ojos abiertos y una sonrisa congelada, muerto. Pararon de comer, no levantaban las miradas, había una vergüenza cómplice. Entro la cocinera y dijo: —¡por fin!, voy a llamar al abogado.


No tardó en llegar, con unos papeles que tenían que firmar de inmediato. —El señor Braun Müller había dejado por escrito en su testamento que quien o quienes lograran llevarlo a la muerte por placer, heredarían todo, absolutamente todas sus per tenencias, La Cocinera servirá de testigo, la fortuna incluye la casa, las propiedades, las empresas y todo lo que el señor Braun Müller poseía, incluso sus empleados, por su orden tendrán que seguir como si no hubiera pasado nada, yo me encargare de todo. —dijo el abogado, con tranquilidad. Ninguno podía creerlo, todavía el cuerpo estaba allí. Carlos, el hijo menor, fue el único que comento: — ¿Qué vamos a cenar? …



De madera y raso blanco Ese sábado Alfredo cumplía 55 años de edad y un año de divorciado, despertó con la sensación que tenía que hacer algo; era hacerlo con madera y tela. La idea no estaba del todo clara. Lo que si estaba muy seguro era que tenía que fabricar algo, rápido y urgente. Sabía cuanta madera y cuantos metros de tela necesitaba, aunque, no tenía ni la menor idea de lo que resultaría, si sabía todo lo que necesitaba, raro, pero era así. Salió a la tienda y compró lo que necesitaba. No falto absolutamente nada, tenía todas las herramientas y todos los materiales, incluso, pensó que había demasiado de todo. Empezó a trabajar, corto maderas con medidas exactas, lijó, uso el martillo, la caladora, corto telas y las coció, todo de manera automática. Seguía un impulso, era como si alguien ajeno a él le dictara las instrucciones de la labor. Paso todo el fin de semana trabajando en silencio, solo paro dos veces a comer una tontería, no más de tres para tomar algo e ir al baño, y definitivamente, no durmió, solo trabajo como un autómata. Cuando termino de trabajar en el proyecto, todavía, no tenía ni idea de lo que era. Limpio todo el desastre de la labor y se quedó viendo la pieza, camino hacia atrás para verla completa y fue como despertar, “le cayó la locha”:¡era un ataúd! No se extrañó, sintió tranquilidad de haber terminado, cansado, se sirvió un whisky seco y se lo tomo. Trataba de explicarse por qué no sentía nada raro por lo que había construido, nadie se lo había encargado. En algunas ocasiones realizaba trabajos manuales para algún vecino o amigo, nada muy elaborado, él nunca decía que no al trabajo ¿Pero quien carrizo le iba a decir a él que hiciera una urna? Tampoco le pareció inusual las ganas que tenia de meterse dentro, ni siquiera porque él era claustrofóbico. Se metió en el Ataúd y lo cerró. Que cómodo se sintió, una paz inusitada lo invadió, pasaron 15 minutos, abrió la puerta de la caja y se incorporó, ya sentado se sintió tan descansado como que había dormido por más de ocho horas. Ese fin de semana había trabajado de más y antes de entrar al ataúd estaba muy cansado por no haber dormido bien; pero ahora se sentía lleno de energía, que incluso le costó dormir esa noche en su cama. Despertó y se fue al trabajo, era operario en una fábrica de galletas. Todo el día lo paso callado solo pensaba en la urna; varios compañeros la preguntaron cómo se sentía, les respondió que estaba bien, que tenía cosas que hacer en casa y que estaba organizando las ideas para que le diera tiempo de todo lo que quería hacer. Pero en verdad lo único que deseaba era volver a experimentar la calma y la paz de estar dentro de esa cómoda caja forrada en tela de raso blanco. Llego a casa y ni siquiera cenó, era perfecto que Martha y los niños ya no vivieran con él, si no se hubieran ido a vivir con la abuela no sabría explicar por qué había hecho la urna que estaba en el medio de la sala y por qué tenía que meterse dentro. Sin saber la causa, acostarse allí era ahora una necesidad. Así empezó la nueva rutina, dormir dentro del ataúd, ir a trabajar, no preparar cena, con la comida que le daban en la fábrica para almorzar era más que suficiente. Solo tenía espacio en su mente para lograr terminar todo rápido y llegar a casa a la paz de la oscuridad, el silencio y lo agradable que era trancar esa puerta de madera. No sabía cuántas noches ya había dormido allí, no quería salir pero tenía que ir a trabajar. No fue a la fábrica ese día, total nunca había faltado en la asistencia, 8 horas de trabajo no significaban nada para un buen empleado como él. Se quedó todo el día metido


en el ataúd, dentro no hacía falta ir al baño, no necesitaba tomar ni comer porque no le daba ganas de hacer nada, pero el placer de estar allí era maravilloso, una paz que no tenía nombre, que a quien le importaba definir. El día siguiente salió de su cama de madera y fue al trabajo, se sintió totalmente fuera de lugar, casi no almorzó, no le dirigió la palabra sino a los que le preguntaban algo referente al trabajo. Desesperado a las 5 de la tarde se fue a casa, dando gracias a Dios nadie le pregunto por haber faltado el día anterior; no sabía que les hubiera dicho, seguro que habría dichola verdad porque no podía inventar ningún argumento creíble, su cabeza solo daba para desear entrar en la caja y allí no pensaba en absolutamente nada. Llego a la casa, sintió tanto alivio que esta vez no supo cuánto tiempo pasó allí dentro, no pudo calcular las horas, todo lo que importaba era simplemente dejarse caer dentro, cerrar los ojos y no existir. Pasaron tres días y el jefe de Alfredo decidió pasar por su casa, no contestaba el teléfono y nadie sabía de él. En varias oportunidades cuando Alfredo vivía con Martha lo habían invitado a cenar, por eso sabia donde vivía. Al llegar se extrañó que estuvieran una patrulla de policía y una ambulancia frente a la casa. —Soy amigo del dueño de la casa, ¿me puede explicar que pasa? Le pregunto el jefe de Alfredo a uno de los policías. El policía respondió: — ¡disculpe! Hemos encontrado muerto al señor Alfredo Castro, los vecinos se quejaron del mal olor, forzaron la puerta y encontraron muerto al señor dentro de un ataúd, según el experto forense llevaba más de un mes muerto, por eso lo del olor, al parecer de muerte natural. ¡¿un mes?! No puede ser, hace tres días estaba en la fábrica trabajando… El jefe de Alfredo no paraba de repetir lo mismo: —Tres días, hace tres días… Dentro de la urna Alfredo sonreía, tranquilo, con mucha paz y sin pensar en nada.


Ira Amaranta y Pietro Crespi Macondo 2 de noviembre. La traición es el peor crimen que puede cometerse contra un ser, las jugué todas por ti, quise brillar y me opaco cualquier nubecita gris, te adule, no entendiste, quise hacerte sentir como lo mejor, pero te creías poco, todos los sueños donde te veía con amor, los convertías en pesadillas, un día ella triunfó, solo ella y tú lo creyeron, me volví tan creativa, solo por amor pude evitar se concretara de aquella boda, un día los odiaba a matar, otros te quería defender hasta de la lluvia y el sol, pero persistías en hacerme invisible, no lo podía entender. Sería mala venganza dejarte caer en las manos de quien hasta desconocía sus propios orígenes. Me ofendía el verte feliz. Las pesadillas pesaban más que mis sueños, podía pensar en una pócima, para secar tus venas poco a poco, y tu sangre no tuviera por donde canalizar sus pasiones; tu cuerpo se cubriera con la piel de un sapo, causando la repulsión de todo quien te viera, así perderías el encanto, pero mis sentimientos corrían a cuidarte, y me enterraban viva. ¿Cuánto tiempo sin tener vida queriendo estar muerta? para no mirarte con amor cuando debía sentir odio. Pero todo se cae, no tuve que matarte, sin dejar el amor, el embrujo que abría todas las ventanas de las mujeres cuando tocabas la citara, moriría solo. Mi cuerpo en lugar de desearte, ahora te repelía, pero mi sed, ya era de odio crudo, sin maneras de cambio, no se sació con nada. Cuando llego aquel cuerpo sin dueño, el más viril con el miembro más grande, una mentira llena de banalidades, solo ella, que era igual se pudo encaprichar, se creyó ganadora otra vez, le pretendió, se rindió ante él, y se alejó. Ahora vienes, este cuerpo se agita, creo firme que ya no debo hacer nada, esperar un tren diferente, que no vaya a ninguna parte, pero me deje verte distinto. Después de tanto desprecio, sin saber dónde estaba parada, si lo estaba, llegan tus propuestas, como la muerte. Dices no soportar más esta espera, pudiera llorar pasiones ante una caricia o mirada, volteas como una media sucia mi espacio, que se quedó pequeño ante tanta maldad acumulada. Todos los sí, que guarde durante tanto tiempo, se convierten en odios reprimidos, solo anhelan tu muerte, no soy yo, soy la ira engrandecida, que no me deja respirar, cargada de olvidos, vacía de desprecios, quiero llenarme de nuevo, no verte más. Y no seas ingenuo, Crespi, ni muerta me casaré contigo.

Amaranta


Diligencia y humildad No hay mas araña que la que teje (Anónimo)

La Araña María creía en cuentos de hadas y duendes. Estaba segura que al besar a un sapo, este se convertiría en un príncipe, que la llevaría a su palacio. Pero el único sapo que logro besar una tarde no se transformó. El resultado fue una vomitona y una quemadura de segundo grado. Pasaron años, la rutina llenó sus días de trabajo, alejándola de sus sueños. Un día en el metro, repleto de gente, una gitana de extraña hermosura, con ojos color cielo, olorosa a jazmines, pegada a su cuerpo con voz suave, le dijo: —Tendrás las cosas que más deseas, si besas a una araña tres veces, el 29 de junio día de San Pedro y San Pablo, a la tarde, no antes de las cinco y no después de las seis; repitiendo lo querido con cada beso; sin dudar y sin decirle a nadie, porque si lo cuentas, tendrás justo lo contrario de tus deseos. Si lo haces al pie de la letra todo será como lo pidas y no habrá vuelta atrás. Las puertas del vagón se abrieron y la gitana desapareció. — ¿Me estaré volviendo loca o será una de esas bromas de algún canal de televisión? Dijo en voz alta. Los que estaban cerca la miraron extrañados. Se prometió no pensar en lo que sucedió y menos contarlo, no por lo que la gitana había dicho, ya era suficiente con lo que decían de ella en la oficina. El viernes pasado había oído sin querer desde el cubículo del baño, cuando sus dos secretarias comentaban que la llamaban solterona. Salió del metro, con aturdimiento por el gentío y el olor a Jazmines. Creyó oír una voz que decía: —Escena 31 toma 2 “Fuera del metro”. ¡Acción! Llego a casa, no quiso comer, estaba atormentada por el ruido de la calle y las ideas que llegaban a su mente, se acostó como estaba vestida y con tacones. Soñó con arañas, mujeres y palabras que se dibujaban en el aire, que la hacían chocar con las personas que venían con ella en un vagón de un metro en donde en una de las paredes decía —Escena 45 toma 4 “El Sueño” grabando. Despertó sudorosa y con la sensación de que la observaban. Sonó su celular ya era hora de levantarse. Al mirar el teléfono se dio cuenta que era 29 de junio día de San Pedro y San Pablo, ¡qué casualidad! Ese día pasó rápidamente, un poco antes de las cinco de la tarde, recordó lo que le había dicho aquella mujer. Se puso tensa y fue al baño a tratar de calmarse. No podía creerlo, allí estaba una araña, de ojos azules. No eran posibles tantas coincidencias. No le dio asco, solo pensó que si perdía esta oportunidad tendría que esperar un año completo para que llegara de nuevo esta fecha ¿qué podía perder besando la araña y pidiendo sus deseos? Tomo al insecto con sus manos Primer beso, —Quiero ser amada con locura por una persona bella, sensible y que me entienda. Segundo beso,


—Deseo ser admirada ¡muy bella! Tercer beso, —Que mi vida sea como una película. … —Escena 77 “Toma final” en el balcón de la mansión, iluminación cenital plano americano. María y Judith se toman de las manos, mirándose a los ojos se besan con pasión. — ¡Corten!


La chica de la casa de al lado Todos dicen que vive sola en esa casa gris que nadie mira, porque le dicen la casa de los muertos. Nadie sabe cómo se mantiene, ni cómo puede vivir allí, en la casa de los muertos. ¿Cómo compra su comida? ¿Cómo se alimenta? Unos dicen que son habladurías de la gente, otros dicen que es un fantasma, los más optimistas y soñadores, que es una princesa abandonada; que no puede envejecer. Todos se equivocan, allí no vive nadie. La casa se siente tan sola que inventa historias para que no la derrumben…


LA REALIDAD DEBERÍA ESTAR PROHIBIDA Sola en la sala está sentada la señora Margarita Cedeño, un tazón lleno de cotufas en sus piernas, debajo de este, una servilleta de tela roja y en la mesita, justo al lado de la poltrona donde está sentada, una botella de Pepsi ligera de dos litros, un vaso de vidrio transparente. Frente a ella el televisor está apagado. —¿Piensa Ud. Que hay algo que no marcha en su cerebro? —Para nada. ¡Soy una maravilla de la ciencia! —Esta película con Jack Nicholson me aburre y me encanta. Más cotufas, quiero más cotufas, más cotufas, quiero más cotufas, 1 y 2 ¿Por qué no habrán venido? Tan buena esta película y yo aquí sola, sola, sola 1 y 2, 3, sí 3. Yo lave la ropa, limpie la casa, compre las cotufas y busque en el diccionario Cotufas: Corn to fry = cotufas /Cor tu frai/ = Cotufas. Así, sí así. —No entiendo si esta película es tan buena por qué no vinieron, yo las invite, pero no vinieron. —Te volverán a meter en la cárcel. —No, no lo harán. ¡Estamos locos! Nos volverán a llevar al manicomio, eso es todo. —“Locos” que palabra tan perturbadora, deberían eliminarla del castellano, y la otra, la de ayer ¿A quién se le ocurre una película basada en un libro, que trate de la historia de una madre que descubre que su hija ha matado a su padre después de que éste intentara violarla; y que para que nadie se entere, la madre lo hiberna en la cámara frigorífica del restaurante de un vecino?, que horror esas películas españolas. No, que no me traigan más películas españolas son Horroroso, horroroso es horroroso… —Mi padre era grande. Hacía lo que se le antojaba. Por eso se desquitaban con él. La última vez que lo vi, sus ojos estaban quemados por el alcohol. Y cada vez que acercaba la botella a la boca ni siquiera la chupaba. Era ella la que le chupaba el cerebro, hasta que se volvió tan arrugado, tan amarillo que ni siquiera los perros lo reconocían. —¿Le habrán puesto la comida al perro? Ya aquí no hay nada, ni comida, ni para los perros. Entra una enfermera al salón y le suministra las pastillas que trae en un vaso de plástico. Le pregunta: — Señora Margarita, ¿Quiere que le prenda el televisor? — No, ¿Para qué? Ya yo he visto todas, todas, todas, 1, 2, 3. Llévate las cotufas. —¿Cuáles cotufas? Bueno, me avisa cuando se quiera ir a su cuarto a dormir. —Quiero es irme es a mi pueblo. La enfermera sale y la señora Margarita se queda con la mirada vacía viendo el televisor. Qué hermosa está la mañana, la luz del sol centellea, las flores dan sus perfumes, sus rumores la arboleda. De rama en rama cantando, sin cesar revolotean


los alegres pajarillos, cuyos trinos me embelesan. Se escucha el tierno balido de los rebaños de ovejas, que como copos de nieve se destacan en la hierba. Aquí se eleva una choza que es de pastores vivienda. Allá una casita blanca, más blanca que la azucena. Más adelante un cortijo, junto al cortijo una huerta, junto a la huerta una casa, y junto a la casa la iglesia. Lleno de encinas está el monte, rica de fruta la vega, el río con muchos árboles, ¿no lo sabéis? Es mi aldea. —¿Es de “La flor de mi secreto” verdad mamá? — comenta Martha, que acaba de llegar y la estaba oyendo sin interrumpirla hasta que termino. — ¿Qué?...¿Quién eres, te conozco?... — Ya es tarde mamá, vamos a acostarte. — Gracias, quienquiera que seas siempre he confiado en la bondad de los desconocidos Martha responde: —A los padres no se les elige, son los que son. La señora Margarita:—Vamos a beber y así aflojamos un poquito. Martha: — No hay nada como un Chanel pa´ sentirse respetable. La señora Margarita: —Yo lo único que tengo de verdad son los sentimientos y los kilos de silicona que me pesan como cristales. Martha: — Vamos mamá, te quiero… … Alicia (Gloria Muñoz) a Leo (Marisa Paredes) en “La Flor de mi Secreto”: — ¡La realidad! ¡Bastante realidad tenemos cada una en nuestra casa! La realidad es para los periódicos y la televisión... Y mira el resultado. Por culpa de ver y leer tanta realidad el país está a punto de explotar. ¡La realidad debería estar prohibida!


La botella, el barco, el faro y el mar, todo tapado por un corcho Dicen que nada es casualidad y aunque suene a lugar común es la pura realidad. JLuisTroconisB.

Anoche tomé la decisión de dejar todo, ya esta situación no se puede soportar más. Incluso no dormí con ella, ya no la amo. Amaneció más rápido que de costumbre, salí a la calle dispuesto a terminar todo de una vez, fui a hablar con Juan, el de la agencia de viajes. — Me quiero ir en barco— le dije. —¿Estás seguro? Ya se todo lo que te ocurre ¿pero estás seguro? —Sí, quiero dejar todo e irme lejos y en barco para no llegar rápido a ningún lugar, ya está decidido, la dejo. —¿Trajiste todos los recaudos que te pedí? Me quedé mirando una botella que tenía en el escritorio, de esas que tienen un barco adentro y un pequeño faro. Así atrapados estaban mis sueños. Sonó el celular, un mensaje de ella, no deseaba leerlo, no quería que nada me hiciera dudar. —Sí, aquí está todo lo que me habías dicho que te entregará. Salí de la agencia a caminar a la calle, andando sin saber a dónde. Llegué al malecón, al mar. Pensaba en todas las nuevas posibilidades, todo se puede empezar, como un cuaderno nuevo. Pero la imagen de la botella estaba en mi mente, con el corcho atrapando la libertad, como ella coartando mis planes. No es fácil tomar decisiones, tendría que empezar de cero. Recordé el mensaje de ella en mi celular, lo saqué de mi bolsillo. — Estoy embarazada. Me quedé Mirando al mar y vi un barco pasar, al fondo un faro, como la botella, y el mensaje de ella, como el corcho que me obliga a regresar.


Indebida Obediencia Mergenlencia, Colomzuelo. 24de diciembre de 2015. Memorándum Para: Mauricio Moral, Director General Hospital - Maternidad “Niño Santo” De: Luz Durán Dirección de proyecto “Exterminio”. Asunto: Proyecto secreto “Exterpronto” Ya se encuentra en su instalación hospitalaria el equipo “Exterpronto”. Por orden del Ministro de Salud y la Presidencia de la Republica, el equipo debe comenzar de inmediato sus funciones de exterminio, atodos los pacientes que resulten positivos a la prueba: Malhechor en Potencia (M.E.P). Dicho estudio tiene que aplicarse de forma secreta, a todos los exámenes de rutina de su centro hospitalario; de ser positivo el despiste, deben someter de inmediato al individuo(s) al Exterpronto. En anteriores comunicaciones se ha explicado, que el proceso es totalmente indoloro para los pacientes. Dicho equipo señalará la causa del deceso delos pacientes para informar a las autoridades y familiares y no levantar sospechas. Este procedimiento debe ser aplicado a todos los pacientes de todas las edades, que sean sometidos a cualquier actividad dentro del centro hospitalario y sobre todo, en el área de los quirófanos, que hayan resultado positivos en el M.E.P. Felicitamos a todo su equipo médico, por haber sido elegido como centro piloto para este proyecto, que será implementado en toda la nación. Recordamos su total discreción, so pena de extradición y remoción de los títulos profesionales de los involucrados en el proyecto, sin derecho a ningún beneficio legal. Es muy importante contar con el inmediato acatamiento a las órdenes dictadas. Saludos a UD. Atentamente Luz Durán Directora de EXPRON


La Bruja en el ascensor — ¡Piso 10 por favor! Dijo al entrar, era una gitana de extraña hermosura, con ojos color cielo, olorosa a jazmines.Aunque llevaba una cesta llena de rosas para seguramente vender, el olor era a jazmín. El ascensor marcaba planta baja, solo estábamos en él ella y yo, me miró de arriba abajo, yo nervioso por su mirada, volteé a verme en el espejo, soloencontré mí reflejo, giré de nuevo y la gitana no estaba. Pensé que había salido del ascensor con mucha rapidez. — ¡Tling! Piso uno. Dijo una voz en “off” con acento de España. — ¡Piso 10 por favor! Dijo al entrar de nuevo la gitana, me extrañó que ya hubiera llegado al piso uno, me miró igual que antes y sucedió exactamente lo mismo, volteé a verme en el espejo, de nuevo solo estaba yo reflejado, giré otra vez y la gitana ya no estaba. — ¡Coño que vaina más rara! —Dije en voz alta. — ¡Tling! Piso tres. Volvió a decir la voz en “off” con el mismo acento de España. — ¡Piso 10 por favor! La gitana de nuevo, era imposible que subiera tan rápido, pensé. Esta vez no le quite la vista de encima, la misma mirada incomoda. En esa oportunidad no desapareció, todo fue mucho más extraño. Me preguntó la hora y sin dejarme responder dijo: — ¿me compras una rosa para tu amada? Pensé que era ridículo pero, la voz de la gitana era la misma voz en “off” del ascensor. — ¡Disculpa! no tengo a quien regalar una rosa, no tengo esposa, ni novia y mucho menos amada, ando en busca de una, cuando la tenga te compro la flor. — le respondí — Soy bruja, ¿Sabes? Y si no la compras, tu memoria desaparecerá, no lograrás recordar ni tu nombre, ni nada de tu vida. —Contestó. — ¿Cómo? —dije. — ¡Traicionero!—respondió. — ¡Tling! Piso diez. La puerta del ascensor se abrió, entró mucha gente, entre ellas, mi esposa, me saludó y beso en la boca como de costumbre. La gitana ya no estaba en el ascensor. La cabina metálica empezó a descender.Al bajar cada piso empecé a sentir como todo se volvía extraño, la voz de mi esposa, el recuerdo de la gitana, un diccionario en mi mano que no sabía por qué estaba allí, incluso no podía recordar cuándo y cómo había llegado al ascensor. — ¡Tling! La voz en “off” dijo: — ¿Cómo? ¿Nodijiste que no tenías a quien amar? Abrí el libro en mi mano, leí la primera palabra que vi: Traición Nombre femenino 1.


Falta que comete una persona que no cumple su palabra o que no guarda la fidelidad debida. Todos bajaron del ascensor. Una mujer extraña me dijo: — ¡Vamos querido! No pude salir, entraron otras personas, todas ajenas a mí. … No sé dónde estoy, entran y salen hombres, mujeres, no entiendo que pasa… — ¡Tling! Piso uno, ¡Tling! Piso dos, tres, cuatro, cinco…


Obsesión “El trastorno obsesivo compulsivo es una de las afecciones de tipo neurótico, que lo padecen en su mayoría mujeres y que en particular provoca problemas emocionales, como miedos, inseguridad, fobias y complejos”. — ¡Justo esto era lo que me faltaba! Una obsesión y de mujer… Fue lo que la Dra. Sosa le había dicho, pero quien era ella para decir eso. —la muy estúpida, como carajo me va a decir que no soy profesional de la medicina, que se lo deje a ella y al psiquiatra, ¿quién es ella o ese otro, para que me ordenen lo que tengo que hacer?, yo voy averiguar todo sobre ese desorden, que ridículos, yo con un desorden, cuando yo vivo para el orden y la limpieza. Decidió escribir una carta, no deseaba verle la cara de nuevo a la doctora, y menos tener que pagar otra consulta para decirle lo que tenía muy claro debía expresar, su opinión. Que era sin lugar a dudas lo más importante, así había sido siempre y así tendría que ser para toda su vida. — ¡Querida Doctora! No, eso era de mucha confianza que pensaría de esta palabra. Volvió a empezar; — ¡Estimada Colega! ¡No! Era una ridiculez, porque no eran colegas. —Doctora, dos puntos. Así estaba mejor, sigue escribiendo, al mismo tiempo lee en voz alta. La siguiente carta es para informarle, una decisión que he tomado; no voy a seguir sus recomendaciones de acudir al Psiquiatra, cosa que usted tan amablemente me sugirió. Mis comportamientos son del todo sanos; el orden y la limpieza siempre han sido aspectos muy importantes en mi familia. Desde temprana edad, me acostumbraron a limpiar mi cuarto, y colaborar con el aseo de toda la casa, una casa bastante grande, para solo dos personas, mi madre y yo. Desde mi infancia, siempre recibí premios por la colaboración y extremada pulcritud con la que realizaba mis tareas; mi único temor es no poder encontrar lo que necesite a la hora de una emergencia, por eso la importancia del orden en todo lugar; con


tanta inseguridad y tantos robos en la zona donde vivo, hay que estar pendientes de todos los aspectos, tanto al llegar como al salir y ¡el orden lo es todo!, así fue como pude eliminar la escandalosa situación de tener una infestación de 3 cucarachas en un mes (totalmente imperdonable acontecimiento en la casa de una familia como la mía), ya he logrado, después de superar esa tragedia, dor mir más de 4 horas sin despertar; que hubieran dicho “Las Marín” si se hubieran enterado de este escándalo. Después del incidente ya la toma de los calmantes la he bajado, como se lo comente en la última cita que tuvimos, de 6 diarios ya solo tomo solo 3. Lo que si no he cambiado es el antihipertensivo, el anticoagulante, la de la diabetes, y las dos de dormir, junto con las píldoras para despertar y las de oxigenar el cerebro, aunque usted me dijo que las iríamos suspendiéndolas poco a poco, no me parece el momento adecuado todavía, solo las he tomado por 5 años, creo que no es suficiente. Ya gracias a Dios la persona que compartía mi vida se marchó, no podía seguir tolerando ese desenfreno sexual que tenía, imagínese tener sexo más de una vez al mes, es demasiado intercambio de gérmenes, era agotador la tarea de desinfección de toda la cama y mi, después de tan desagradable acto y con tanta frecuencia. Y el constante acoso para satisfacer sus deseos carnales tan desbordados, era intolerable. Por otro lado mi madre no está entre nosotros y ella era la única que me entendía y compartía, mi orden y mi moral. Así que he decidido como le dije no seguir su consejo de acudir a un psiquiatra y la incomodidad de asistir a una consulta de perturbados mentales, que dirían mis conocidos. Atentamente…

Miro la carta, quito el papel de la máquina de escribir y la volvió a leer, pero esta vez en voz baja. La rompió y la tiro al cesto de la basura, tomando el teléfono, con voz monótona y la mirada vacía, hablo — Buenas tardes, soy la Señora Margarita Cedeño, ¿me comunica con la secretaria de la doctora Sosa? Necesito el número telefónico del Doctor Martínez, el psiquiatra…


Colgó la llamada, se quedó viendo la mesita que tenía al lado, donde estaban su monedero, algunas monedas se tamaño.

habían salido de este, las movió y acomodo por orden de


Paciencia Vampiros, cadĂĄveres, resucitados, duendes y brujas, todos ellos esperando ser atendidos, atormentan la mente del escritor, mientras este, toma puntualmente su medicina, de la mano de quien el cree otro, que tampoco sabe quĂŠ hacer con todos estos seres, que hacen cola en la sala de espera de la clĂ­nica.







Biografía MSC. EN ARTES MENCIÓN ARTES VISUALES Y ESCÉNICAS (DANZA Y MUSICA) MASTER EN MUSICA UNIVERSIDAD DE ARTES Y CIENCIAS “STRAYER COLLEGE” WASHINGTON D.C. U.S.A. DOCTORADO Ph.D. en Historia del Arte Bircham International University /Universidad de Salamanca. España. Ex Director de Cultura Universidad Arturo Michelena Diplomado Diseño Programación WEB, Diseño Visual Digital. Instituto AR Sistema Valencia-Venezuela Interprete lenguaje señas. Director del Coro y Orquesta de Cámara de la Sinfónica Libertador Edo Carabobo Venezuela, Director de La Fundación Unidad Terapéutica para la Educación y Apoyo en Patologías Crónicas FUNDÁCRO. Narrativa/ Poesía/ Guion Cinematográfico/ Escritura Creativa en La Letra Voladora con la Profesora Laura Antillano y en el Departamento de


Literatura de la Universidad de Carabobo, Coordinador Cultural Alianza Francesa de Valencia. la Fundación la Letra Voladora, Publicaciones: “Urgencias del Relato” de la Universidad de Carabobo, 1er premio del 7mo Certamen del Relato Breve Instituto ISELES en España 2016 y Mención Especial En Alicante febrero de 2016 III concurso de micro relatos, Novum, de ciencia ficción. Presidente AVAC Asociación Venezolana de Artistas y Creadores, Estudiante en la actualidad de Educación en la Universidad de Carabobo y la UPEL Universidad Pedagógica Experimental Libertados


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