17 minute read
Hacia una etnografía del tianguis: el caso de León, Guanajuato José Hugo Barco Ramírez
from Re-tratando Entornos 2: Los andares de los actores Transitando por la historia, la vida y el territo
Hacia una etnografía del tianguis: el caso de León, Guanajuato
José Hugo Barco Ramírez 2
Advertisement
Resumen
El artículo deriva del proyecto de tesis 3 que tiene como finalidad presentar avances hechos en investigación sociológica. La mayoría de los comerciantes que laboran en estos espacios ingresaron por alguna necesidad económica o mediante una herencia familiar y los tianguis representan un espacio de trabajo donde se intercambian experiencias, costumbres y creencias. Por tanto, realizamos una descripción en torno al espacio (ubicación territorial), puestos y tipo de mercancías, esto para comprender su funcionalidad en la ciudad y sus elementos históricos que perduran en la actualidad.
Introducción
En la ciudad de León han prevalecido históricamente actividades agrícolas, servicios, comercio y posteriormente orientadas a la industria textil durante el siglo XIX. No obstante, el calzado y la curtiduría se desplegaron con mayor rapidez hasta mediados del siglo XX con la implementación de nuevas tecnologías y maquinaria (Labarthe, 2000). La llamada tecnificación del trabajo entre las décadas del cuarenta y setenta, generó dos cambios importantes en el contexto laboral: por un lado, se reemplazó la mano de obra ocupada en las actividades industriales por la nueva maquinaria, provocando que la población leonesa se empleara en nuevas formas de trabajo como el ambulantaje, negocios en el hogar como tiendas de abarrotes y comida, y en los tianguis. Por el otro, esta coyuntura también generó graves desequilibrios en los ámbitos poblacionales y espaciales. La población perteneciente al campo emigró hacia la ciudad con la finalidad de emplearse en el sector industrial y tener mejores condiciones de vida, generando un cambio en la estructura poblacional ya que no toda la gente que emigró pudo insertarse en empleos del sector industrial.
2 Egresado de la licenciatura en Sociología por la Universidad de Guanajuato, Campus León. Correo electrónico: rey_mysterio16@hotmail.com. 3 Lo que se presenta es un avance del capítulo III del trabajo de tesis titulado “Factores que inciden en la permanencia de comerciantes informales en la vía pública: el caso de León, Guanajuato”, para optar al grado de
Licenciatura en Sociología.
Estos cambios tuvieron como escenario la segunda mitad del siglo XX e incidieron en la reconfiguración de las relaciones sociales en el mundo laboral. El comercio ambulante revive en este periodo a causa de la absorción de la fuerza de trabajo expulsada de los sectores industriales. Esta población encontró, junto con la migrante, una vía en la informalidad para subsistir mediante el desarrollo y asentamiento de los tianguis y mercados en León.
Por lo tanto, buscamos comprender y analizar el desarrollo de los tianguis en la ciudad leonesa a partir de una aproximación etnográfica, que consiste en describir no solamente aspectos superficiales que integran estos espacios de trabajo, sino, también aquellos elementos que tienen un significado social y cultural para los comerciantes, los cuales han perdurado en una línea de tiempo, es decir, mediante la herencia familiar.
Dividimos el artículo en tres apartados. El primero está dedicado a presentar cómo se ha constituido el tianguis históricamente y los elementos que han perdurado. En el segundo se presenta una descripción densa de algunos tianguis de León. Por último, presentamos algunas reflexiones.
Configuración histórica de los tianguis
Haciendo un recorrido entre las épocas prehispánica y colonial, encontramos que los tianguis ya funcionaban como un medio de subsistencia para los indígenas de diversas comunidades como mixtecas y nahuas. Es en esta época donde se presenta por primera vez la noción de tianguis o mercado, y con el paso del tiempo su estructura y composición ha evolucionado.
Las primeras nociones las encontramos con Villegas (2010) quien nos menciona que los orígenes del tianguis están en la época prehispánica y eran considerados centros de comunicación y comercio entre los indígenas. Su función principal era el intercambio (trueque) entre diversos productores, pero una vez consumada la colonia se convirtió en un lugar donde se realizaban rituales y castigos. La Iglesia católica sacó provecho de esta transición para utilizar estos espacios como un medio para predicar y construir cátedras.
En la época prehispánica, como nos menciona Durán (Citado en Villegas, 2010: 94), el mercado era el único lugar donde se podía intercambiar cualquier tipo de mercancía, pues contaban con un sistema de trueque bien establecido. En cambio, los indígenas que eran sorprendidos vendiendo fuera del espacio sagrado, eran condenados instantáneamente a la muerte. Este hecho fue impuesto por las ordenanzas en la segunda mitad del siglo XVI con la finalidad de que tanto españoles, como mestizos y mulatos no compraran en las casas de los indígenas, sino en el mercado o tianguis.
Tanto la imposición de las ordenanzas como la caída de la plaza Tlatelolco 4 significaron la conquista de los españoles sobre el pueblo indígena. Estos escenarios marcaron la pauta para modificar la función de los tianguis. Con la construcción de la nueva ciudad de México y sobre el antiguo recinto ceremonial mexica, quedó la ciudad habitada solamente por españoles y conocida como “la traza”. En el corazón de la traza se encontraba el centro administrativo, comercial y religioso, y donde el tianguis de México se convirtió en la plaza más grande de la nueva España (Villegas, 2010).
Los vendedores eran principalmente indígenas que ofrecían productos de primera necesidad tales como fruta, verdura, huevo, carne, animales, algodón y plantas que se instalaban sobre petates u hojas de maguey (Villegas, 2010: 95). Un rasgo similar aborda Paré (1975) con respecto a los productos que comerciaban los campesinos en el tianguis: principalmente intercambiaban por mercancías que no producían.
Los indígenas que conformaban los mercados en los barrios cercanos a la ciudad de México vendían principalmente productos locales como frijol, maíz, jitomate, aguacate y chile. Con el paso del tiempo se incluyeron productos de procedencia europea como cebolla, ajo, cerezas y manzanas.
4 En manos del conquistador Pedro de Alvarado, ya que la conquista sobre la plaza significaba el dominio de toda la ciudad.
De manera contraria a los tianguis antiguos, apreciamos que hay algunos cambios entre las décadas del cincuenta y setenta, con los estudios abordados desde la antropología. Al respecto, Licona Valencia (2014) nos menciona que debido a la continuidad histórica y la función económica en regiones tanto campesinas como indígenas, han sido objeto de estudio por su origen prehispánico y su complejo sistema de mercados. Un ejemplo cercano es lo estudiado por Malinowski y De la Fuente (1957) quienes se enfocaron en estudiar los sistemas de mercados en el estado de Oaxaca y con especial atención en el cambio cultural en los valles y en las múltiples formas en que comerciantes campesinos e indígenas distribuían sus mercancías hacia otras regiones del estado o “circuitos” conectados entre sí. Las plazas como se les denominaba eran importantes para analizar la economía de una sociedad (Licona Valencia, 2014) y más concretamente si es una economía local regida por la producción agrícola y conservada por la población indígena.
Descripción de los tianguis en León
En la ciudad de León existen aproximadamente 220 tianguis conformados principalmente por comerciantes del estado de Guanajuato y algunos de la Ciudad de México. Se instalan semanalmente, y su horario, por lo general, va desde las 5:30 a.m. hasta las 6:00 p.m.
Camionetas de carga ubicadas en frente del tianguis “La azteca”.
En los días de tianguis se puede apreciar una gran cantidad de comerciantes de distintos puntos del Estado (Silao, Irapuato y Sn. Francisco del Rincón). Llegan en sus camionetas para descargar la mercancía que pretenden poner a la venta, ocupando calles, postes y banquetas, así iniciando su día de trabajo. Entre sus principales instrumentos para montar el puesto se encuentran lazos, lonas, tablas, cajas y estructuras metálicas; y la extensión del mismo varía entre los cinco y diez metros. En cambio, otros comerciantes no tienen la suficiente infraestructura para lograr mayor visibilidad en el tianguis y son los llamados “ocasionales” o “chachareros”. Los tianguis están ubicados regularmente entre calles o sobre avenidas, y cuentan con la autorización del municipio para funcionar. Cada uno tiene la “obligación” de estar asociado o afiliado a alguna Unión de comerciantes, esto con la finalidad de mantener un registro y llevar el control de los lugares asignados en el interior del tianguis. Las uniones están representadas por un líder, el cual se elige mediante votación entre los mismos agremiados. Estos últimos son comerciantes que están registrados/afiliados en alguna unión y el líder tiene las facultades para asignar a un delegado en cada tianguis y entre las funciones de este último son distribuir los lugares, cobrar cuota para limpieza, mantener el orden y verificar el cumplimiento de reglas.
Según se ha encontrado en esta investigación, en las entradas de los tianguis se localizan los puestos de abarrotes, de verduras, de flores y algunos chachareros 5 . En la zona media predominan los puestos de
5 Son comerciantes que no tienen un lugar bien definido y venden principalmente artículos usados o de poco valor.
ropa, calzado, juguetes y accesorios personales (aretes, collares, pulseras y relojes). En los costados se ubican los puestos de comida rápida, ya que por cuestiones higiénicas permanecen aislados de las alcantarillas, manteniendo un estado de limpieza en la comida. Los comerciantes que regularmente atienden los puestos están acompañados de sus familias completas, tanto para brindar apoyo en momentos de “buena venta” como para cuidar de los hijos. Al caminar entre los puestos, se puede apreciar la convivencia entre los mismos comerciantes, que platican sobre diversos temas referentes al tianguis y también sobre cuestiones personales. En el tianguis el principal objetivo es comercial, pero a la par se generan interacciones que derivan en relaciones de amistad y de confianza mutua.
A través de esta observación densa de las dinámicas de este mercado informal, identificamos cuatro tipos 6 de tianguis. Los primeros los llamamos tianguis a gran escala, por sus dimensiones territoriales (abarcan aproximadamente cuatro cuadras) y por la excesiva regularización del municipio hacia el desarrollo del comercio.
En este tipo de tianguis, es frecuente que cada mañana una multitud de comerciantes se instalen en las calles “no autorizadas” para montar su mercancía sobre lonas extendidas en el suelo, situación que genera descontento entre los inspectores del municipio. Sobre las periferias del tianguis, estas personas se enfrentan cada día al riesgo de ser desalojadas por no tener un espacio asignado en el interior. Un ejemplo de ello es el tianguis de León ii ubicado sobre la calle Vicente González del Castillo, en el que desde muy temprano se nota la presencia de comerciantes instalándose sobre los límites espaciales de éste.
Los segundos, los denominamos de mediana escala, por tener una extensión territorialmente pequeña y con una escasa presencia de comerciantes y consumidores. Estos tianguis están ubicados regularmente en las periferias de la ciudad y predominan puestos de ropa, calzado y algunos de comida. Son atendidos por comerciantes de entre 20 y 30 años, mientras que los puestos de verdura y comida son atendidos por familias completas. Un rasgo central que los distingue es su ubicación en la ciudad misma. Las calles donde comúnmente se encuentran están pavimentadas y cuentan con servicios como drenaje, postes de luz y agua, aunque en algunos casos los comerciantes tienen que trabajar sobre las calles sin pavimento y postes 7 metálicos, como en el tianguis de San Bernardo. Su trabajo se ve obstaculizado por las condiciones que presentan las colonias y para los comerciantes es una situación que afecta su actividad económica.
6 Clasificación propia del autor con base a trabajo de campo realizado en los periodos de agosto-octubre 2015 y marzo-junio 2016. 7 Estos postes son indispensables para montar el puesto, ya que, sujetan los lazos que a su vez sujetan las lonas.
El municipio se encarga de instalar estos postes en las colonias con la finalidad de que los comerciantes no utilicen los árboles.
El tercer tipo de tianguis es el que catalogamos como de menor escala. Ubicados en una zona céntrica y periférica, se caracterizan por mantener el espacio de trabajo libre de conflictos entre comerciantes y personas externas al tianguis.
Puesto de bonetería y bóxer ubicado en el tianguis “La azteca”
Cada semana, comerciantes entre 20 y 35 años buscan comercializar productos tanto de primera como de segunda mano, predominando la primera sobre la segunda. En los primeros tramos se pueden observar puestos de ropa (caballero, dama, íntima y de segunda mano), en la parte media puestos de verdura y, en los costados, puestos de comida (tacos, quesadillas, tacos al vapor y menudería). Estos son los más visibles, y en menor medida se encuentran los puestos de flores, materia prima, accesorios de mujer y hombre y bonetería. La distribución de los puestos depende en gran medida de la mercancía que se venda, por eso se encuentran ubicados en zonas estratégicas dentro del tianguis (por ejemplo, los de abarrotes y verduras al inicio, y los de comida a un costado).
En algunos puestos la familia nuclear participa directamente en las labores relacionadas con la venta, en tanto que los puestos con mayor infraestructura son atendidos por personas jóvenes (entre 18 y 25 años) que también pueden trabajar en empleos formales, y que participan en los tianguis como una actividad laboral adicional o por tradición familiar. En estos tianguis es característico que algunos comerciantes tengan más de dos puestos en el mismo espacio de trabajo, pero atendidos por otros miembros de la familia.
El cuarto y último de tipo de tianguis son los Polígonos de pobreza, ubicados mayormente en las periferias de la ciudad. En los tianguis de Balcones de la Joya y Cañón de la
India se encuentran aún sin pavimento en sus calles y no cuentan con servicios básicos (luz y alcantarillado). Un rasgo particular de estos tianguis es su composición poblacional, cerca del 40% es perteneciente a colonias aledañas y sus condiciones sociales son precarias, es decir, no cuentan con calles pavimentadas, centros educativos, servicios y seguridad social. En estos espacios de trabajo se mantiene una excesiva regularización por parte del municipio, por la cantidad de comerciantes que se instalan en las orillas del tianguis.
La mayoría de ellos no cuenta con un espacio en el interior del tianguis y venden principalmente mercancías de segunda mano: ropa, herramienta, calzado y electrodomésticos. Estos comerciantes se instalan en las afueras del tianguis, lo cual no es permitido por el municipio (por cuestiones de seguridad y vialidad). El tema de la excesiva regularización no ha permitido comercializar libremente en las periferias del tianguis, ocasionando enfrentamientos entre inspectores del municipio y comerciantes. Como consecuencia, la población cerca al tianguis decide retirarse del lugar o colaborar con los comerciantes.
Esta situación corresponde a una lucha por imponer normas, porque los comerciantes no aceptan un orden impuesto por el municipio. Esto debido a que hay otro tipo de reglas no escritas que rigen la dinámica de este tipo de comercio, las cuales están determinadas por elementos sociales y culturales propios, no oficiales y no reconocidos por las autoridades. En este panorama hay una confrontación entre autoridades y comerciantes. La disputa se da debido a que existen reglas más válidas para la gente y los vendedores, y unas que son más útiles para llevar un control de estos intercambios comerciales. Tanto las autoridades de municipio como los comerciantes tienen mecanismos para imponer sus reglas, y esto genera algunos conflictos que suceden en los tianguis.
Ante esto, los comerciantes que integran estos espacios de trabajo buscan precisamente encontrar alternativas para que prevalezcan sus normas, aunque no sean avaladas jurídicamente por el municipio. No todos tienen la oportunidad de acceder a mejores lugares en el interior del tianguis, por tanto, los comerciantes buscan nuevos medios para alcanzar sus aspiraciones.
Consideraciones finales
La población que compone estos espacios de trabajo ha sido resultado del cambio en los mercados. Con la pérdida de la capacidad adquisitiva, la población se vio forzada a implementar estrategias de subsistencia para contar con una mayor solvencia económica. Por lo tanto, creemos que esta es la razón por la cual los tianguis resurgieron y crecieron como actividad productiva.
“Interior del tianguis “agua azul”, ubicado sobre la calle Yaqui en la colonia Agua azul. En el fondo se ubica un puesto de verdura y frutas, seguido de un puesto de ropa “americana” o de “paca”; en el costado derecho se aprecian puestos de bonetería, flores y plantas, y algunos puestos de café”
Una gran cantidad de personas que hoy en día conforman estos espacios son parte del proceso migratorio campo-ciudad que se dio en la década del setenta y ochenta. Familias que se dedicaban al campesinado se asentaron en la ciudad a consecuencia de los cambios en las formas de producción y por el auge de la inversión extranjera.
El ingreso a estos establecimientos de carácter informal es regulado por los grupos de poder que existen para organizar los tianguis. Son liderados por uniones que asimismo están regidos por un líder, que tiene la función de representar a todo el “gremio”; también, tiene las facultades de asignar lugares en el tianguis con la condición de que tienen que estar “asociados” y cubrir con un monto de registro para tener un lugar asegurado. Los comerciantes, a partir de su vínculo con las uniones, mantienen una organización que gira en torno a los beneficios 8
que conlleva estar “afiliado”. También ser parte de la unión permite tener apoyo para ocasiones de carácter personal, como apoyo funerario. Esta íntima relación entre comerciantes y dirigentes se sustenta por el vínculo que existe por compartir un mismo espacio de trabajo. Se identifican entonces dos elementos generales que estructuran los tianguis: por un lado, los días más importantes para trabajar. La mayoría tiene la concepción de que los sábados, domingo y lunes son los días con más ganancias. No obstante, los miércoles, jueves y viernes son considerados por los comerciantes los días “menos productivos” o “flojos” por las escasas ventas. La lógica de esta situación, según los comerciantes, es que a mitad de semana la población no acostumbra salir, y los días jueves y viernes no cuentan con el dinero suficiente para consumir
en los tianguis. También se hace referencia a que la mayoría de la población cobra por quincena y no por semana.
El segundo componente son los denominados tianguis públicos y privados 9 . Esta distinción emerge en un principio por el trabajo de campo y entrevista a comerciantes, quienes identifican una variedad de tianguis con características particulares. Para profundizar sobre esta distinción fue necesario indagar a través de entrevistas a comerciantes y a servidores públicos, la diferencia entre un tianguis público y privado: el primero está sujeto a la regularización del municipio y se instala entre calles; mientras que el segundo es regulado por otra instancia municipal (Desarrollo Social) y la mayoría de los comerciantes que lo integran son propietarios del lugar donde se instalan. Otra característica de esta diferenciación, es que
9 Se pueden mencionar algunos: “Siglo XXI”, “Súper tianguis del Coecillo” y “La pulga”. en los públicos es más fácil apreciar comerciantes instalados fuera de los límites del tianguis, en tanto que en los considerados privados no pueden abundar comerciantes en sus periferias.
Por último, las actividades económicas en los tianguis han contribuido de manera significativa en la vida cotidiana de los comerciantes, tanto económica como personalmente. En lo económico, han encontrado mayor estabilidad debido a los mayores ingresos, situación que también se refleja en el acceso a distintos espacios privados como centros educativos, centros recreativos y atención médica. En cambio, también los tianguis han contribuido a la creación de nuevas relaciones de amistad y lazos entre comerciantes y consumidores. Aunque trabajar en los tianguis conlleva diversas implicaciones tanto sociales como legales, estos espacios se han mantenido con el tiempo y han contribuido a la subsistencia de familias en condiciones desfavorables.
Referencias
Geertz, Clifford (1973). La interpretación de las culturas. Barcelona: editorial gedisa. Girola, Lidia (2007). “Normas para vivir juntos sin matarnos”. En Gina Zabludovsky (coord.), pág. 70-103 Hoffman Kelly, Portes, Alejandro (2003). Las estructuras de clase en América Latina: composición y cambios durante la época neoliberal. CEPAL, Políticas sociales, Serie 68. Labarthe Ríos, María de la Cruz (2000). Yo vivo en León. H. ayuntamiento Municipal de León. Pp. 231. Licona Valencia, Ernesto (2014). “Un sistema de mercado hibrido: el mercado/tianguis La purísima,
Tehuacán-Puebla”. México Antípoda, Revista de antropología y Arqueología. Enero-abril, 1137-163. Pollack, Molly; Jusidman, Clara (1997). El sector informal urbano desde la perspectiva de Género. El caso de México. Santiago de Chile: Unidad mujer y desarrollo/CEPAL. Villegas, Pascale (2010). “Del tianguis prehispánico al tianguis colonial: lugar de intercambio y predicción”. Estudios mesoamericanos. Nueva época, 8, enero-junio 2010.
Fotografía 3 Título: Personas migrantes centroamericanas en México
El grabado tiene que estar en espejo porque al momento de imprimir, la imagen queda volteada. Bajo la lógica de que los pedazos de material que se extraen serán las partes blancas de la imagen ya impresa.