La mujer en la Tuna: del balcón a la calle

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La autora es Tuna Honoraria de la Tuna Femenina Javeriana (Pontifica Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia), Psicóloga (Pontificia Universidad Javeriana), Psicoanalista (Sociedad Colombiana de Psicoanálisis), Máster en psicología psicosomática, especialista en psicología clínica, especialista en duelo y tanatología (UNAM), especialista en Trastornos de la conducta alimentaria.

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“Las “tradiciones” que aparecen o reclaman ser antiguas son a menudo bastante recientes en su origen, y a veces inventadas” (Eric Hobsbawm, La invención de la tradición,1983)

Dedicatoria

A Félix mi amigo, mi compañero y el cómplice de la aventura de la tuna y de mi vida…

A todas y cada una de las mujeres que han pasado por la Tuna Femenina Javeriana las cuales durante 41 años con ingenio, inteligencia y pasión han llevado en alto el hecho de ser tunas y mujeres

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A MANERA DE INTRODUCCIÓN… Son ya veinte años los que cumplo de hacer parte de la Tuna femenina Javeriana y 16 años de psicóloga, como verán he sido primero tuna que profesional, lo que ha hecho que estos dos aspectos entre otros se mezclen y se dé en mi una interesante alquimia para pensar los temas que alrededor de la tuna se gestan. Las preguntas y los porqués, están a la orden del día en mi cabeza y son los que han llevado a que hoy este aquí compartiéndoles lo que alrededor del tema de la mujer en la tuna, he podido de la mano de grandes maestros e investigadores plasmar en este texto. No podemos negar que quizás este es uno de los temas que más controversia ha generado en el mundo de las tuna. Muchas de las personas involucradas en dichas disertaciones, argumentan motivos que atribuyen en primera instancia a la tradición (que hace referencia a trasmisión de conocimientos inamovibles y no al pasado) y en segundo lugar, a factores relacionados con el papel o los roles que se ha atribuido a la mujer a lo largo de la historia, como el que la conquista amorosa no es un espacio que le compete ni pertenece.

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Menos mal estamos en este siglo y me puedo sentar aquí en este auditorio, por qué si siguiéramos en la edad media, quizás mi destino seria ser quemada en la hoguera por hereje y excomulgada por la iglesia por no cumplir con mis deberes ante Dios y la sociedad, o si mi destino fuera más afortunado estaría en mi lugar algún tuno leyendo mi ponencia y yo firmando con un seudónimo, como le ocurrió a Jeanine Baganier compositora de piano que tuvo que cambiar su nombre por Freddy Anoka o a Cecilia Böhl de Faber que publico su obra bajo el seudónimo de Férnan Caballero o como le ocurrió a Concepción Arenal en el año 1841 quien se vio obligada a acudir como oyente a las clases de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid disfrazada para esconder su figura de mujer. Aclaro que no intento hacer una defensa feminista del tema aunque sea un tema que se encuentra enlazado, si no traer los hechos que contrastados históricamente hasta el momento se han recabado y tratar de ver la situación no con el acaloramiento de los foros de internet o la ceguera apasionada con la que se habla de la mitología romántica de la tuna como si de hechos verdaderos se tratara.

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Así que por un lado esta ponencia mostrara y contextualizara un poco como eclosionan las tunas femeninas, su evolución y su situación actual. Todo ello pincelado con datos sobre el contexto cultural y social de cada momento. Hare un recorrido por España y mencionare algunos otros países de Europa como Holanda, Portugal y Francia y posteriormente como la tuna femenina se instaura en América. Durante toda esta ponencia cuando hable de tunas y mujer estas serán denominadas TUNAS FEMENINAS y no tuniñas, ya que este es el nombre específico y propio de la tuna femenina de Eindhoven y busca resaltar algún atributo específico de este grupo, ni tampoco se hablara de tunas mujeriles como lo anota Dionisio Granados en 1884,citado por Ramón Andreu Ricard en su libro “Estudiantinas Chilenas origen, desarrollo y vigencia”(1995), ya que aunque hace relación a un hecho que involucra a la mujer, como lo define el diccionario de la lengua española (2005) tiene un tono despectivo y peyorativo. Así que son Tunas femeninas o femeniles como se denominan también en México, Perú y Chile.

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Ya mis compaùeros durante la tarde han arado el territorio para esta ponencia, por tanto yo no entrare en todos los hechos tan significativos que han relatado, pero rescatare algo muy importante y es de donde voy a partir, y es la imagen del tuno‌ esa que surge a mitad del siglo XIX y principios del XX y que sigue siendo la imagen de referencia en la actualidad; yo no hablo de tuno moderno porque nos daría la idea de un tuno antiguo que a mi parecer con todos los elementos que conocemos no existe.

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Existieron una serie de hechos que juntos crearon el puzle del tuno actual y lo que se denomina la “tradición”.

Así el toque romántico y la conquista de balcón aportado por juglares y juglarescas, la forma de tocar y componer de los trovadores, la picaresca e ingenio del estudiante pobre 7


que se buscaba la vida e iba de su colegio mayor o universidad de regreso a casa en las vacaciones y viceversa, la organización jerárquica aportada por las estudiantinas apócrifas del siglo XIX, las iniciaciones y novatadas estudiantiles que han regido por más de 500 años la vida escolar de los noveles estudiantes, los pasacalles y desfiles que recuerdan la participación de las estudiantinas en el carnaval, el correr la tuna por diversión más que por necesidad, el carácter iniciático de las fraternidades o hermandades de estudiantes, entre otros muchos componentes dan ese carácter de pasado que en realidad la tuna no posee. Como ven hemos retomado una cosa de aquí y otra allá y gracias a la estudiantina Española le hemos puesto un traje acorde y el resultado es el que conocemos. Bueno, me falta ponerle una beca que como ha rastreado Rafael Ascencio González es más o menos de los años 50, aunque como sabemos ha sido un símbolo colegial antes, uno de los argumentos es que la universidad lo incorpora para diferenciar una facultad de otra, aunque bien se sabe que también parece ser un símbolo que aparece como un sucedáneo de las identificaciones creadas durante la dictadura de Franco momento en que se crean el sindicato Español de estudiantes (SEU) y en este momento la tuna lo agrega a su traje entre otras cosas creo, yo como un nuevo distintivo para diferenciarse de otros grupos que los emulaban. Hace un tiempo leí un texto del mismo Rafael Asencio González llamado “Estudianterías de antaño y hogaño” del que no tengo la fecha, pero en que al final del mismo menciona refiriéndose a la historia de las tunas femeninas:

Así que seré yo en esta ocasión y con los datos de que dispongo hasta el momento la que lo intente. Pido excusas a mis colegas de las tunas femeninas si faltan datos, pero pues 8


esta no es una ponencia cerrada y acabada, se debe seguirse elaborando, investigando y complementando.

Volvamos a pensar en el momento de la eclosión de las tunas para ubicar la mujer en ese contexto histórico y cultural y su participación en el ámbito académico. Esto es muy importante porque tenemos que ver cómo llega ella, a acercase a las estudiantinas. Estamos más o menos a mitad del siglo XIX, momento en el que existían las estudiantinas que como sabemos eran básicamente de dos tipos: las estudiantinas apócrifas que eran pues estudiantinas “profesionales” una especie de grupo de pulso y púa u orquestas de plectro que vestían un remedo del traje escolar y que no tuvieron distinciones de género ni de edad ya que existieron estudiantinas mixtas, infantiles y femeninas; y las estudiantinas de carnaval que eran comparsas que simulan también vestirse como escolares y estas logran ser el germen que aglutina los estudiantes y que dará lugar a las estudiantinas conformadas de verdad por escolares; que con el paso del tiempo ocupan un lugar especial en dichas celebraciones e incluso se dice de ellos que “sin su presencia el carnaval carece de animación y encanto”. Lo significativo de esto es que las estudiantinas de escolares, que luego se denominaran tunas, intentan retomar su carácter dentro de la universidad y esta va a sustentar posteriormente parte de su esencia. 9


Para ese entonces, retomemos el tema de la mujer a nivel académico, ya muchas mujeres habían pasado por la universidad en Bolonia, Salerno, París y Padua entre otras o cursado estudios superiores no solo en España sino en otros países de Europa como Italia y Alemania, pero con muchas dificultades. 10


Cuando se investiga se descubre que la lista de mujeres es amplia en diferentes áreas del conocimiento pero no solo se dudo en aquel entonces de la autoría de sus textos e investigaciones aludiendo entre otros motivos que resultaban "demasiado intelectuales " para ser obra de una mujer. Vemos como las mujeres que habían tenido algún tipo de vinculación o crecimiento académico lo habían hecho pasado por toda una suerte de problemas derivados de la imagen y connotaciones atribuidas a la mujer a nivel social y religioso.

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Desde el principio de la Edad Media (siglos V al XV) las ideas predominantes fueron la de "la inferioridad de la mujer frente al hombre", discriminación basada simplemente en su sexo considerado este como inferior y la de "la sujeción de la mujer frente al hombre". Se carga entonces con el lastre de ser denominadas el “sexo débil” o “fragilitas sexus” como lo menciona el Derecho Romano con el que se incapacita jurídica y cívicamente a la mujer. Imbecilitas, infirmitas, humilitas, han sido otros conceptos y expresiones aplicados en exceso y por demasiados siglos al sexo femenino; el imbecillior sexus o el “sexo más imbécil”, como lo menciona María José Arana o como olvidar las palabras de Santo Tomás de Aquino (1225 - 1274) quien estaba absolutamente convencido de la inferioridad femenina, de su “estado de sumisión”, e incluso de que “la imagen de Dios se encuentra en el hombre de forma que no se verifica en la mujer; así, el hombre es el principio y el fin de la mujer como Dios es el principio y el fin de toda la Creación”.

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Fíjense a manera de ejemplo como se dividen tareas y habilidades para hombres y mujeres, el Papa Inocencio IX declaró: “La música es totalmente dañina para la modestia que corresponde al sexo femenino, porque se distraen de las funciones y las ocupaciones que le corresponden…

Ninguna mujer con ningún pretexto debe aprender música o tocar ningún instrumento musical”. Este edicto fue renovado en 1703 por Clemente XI.

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Y Más tarde otro ejemplo es Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) quien tuvo una amplia influencia en la revolución francesa y quien sobre la mujer menciona: Es función de las mujeres "dar placer [a los hombres], serles útiles, hacerse amar y honrar por ellos, criarlos de jóvenes, cuidarlos de mayores, aconsejarlos, consolarlos, hacerles agradable y dulce la vida, esos son los deberes de las mujeres en todos los tiempos, y lo que se les ha de enseñar desde la infancia".

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Así que las pocas mujeres que habían conseguido estudiar excepcionalmente en las universidades o colegios mayores, tenían que ir travestidas o cambiando su nombre por uno masculino para burlar el ingreso (como es el caso de George Sand y Daniel Stern en Francia, a Ernest Ahlgren en Suecia, George Elliot y Curre Bell en Inglaterra); y algunas otras que si habían sido aceptadas como mujeres, se veían rodeadas de toda una serie de restricciones como asistir a clase con un hermano o familiar masculino como ocurrió en 1875, a María Elena Masseras quien, asistió a clases en un curso, acompañada por su hermano, estudiante también de medicina en la Universidad de Barcelona o salir y entrar por puertas por las que no pudieran encontrase con los varones, entre otras circunstancias, entre las que están estudiar en casa y solo ir a la universidad a rendir los exámenes.

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La imagen femenina se escinde y se divide el género en madonas y prostitutas; castas e impuras, brujas o princesas o somos consideradas una imagen cercana a la divinidad virginal, o se poseen todos las características para ser consideras objetos cercanos a lo demoniaco. Es el caso de María de Zayas y Sotomayor en Madrid, una de las principales novelistas españolas del Siglo de Oro a quien la Inquisición prohíbe reeditar su obra por considerarla obra de fuerzas oscuras. En el caso de lo femenino la curiosidad científica o la pulsión de saber es un acto producto de la brujería, con lo que esto implica y es la cercanía a los excesos de todo tipo.

Esta es una imagen que se mantiene y se intelectual o escasas capacidades cognitivas “cosas que no están hechas para mujeres”. espacios culturales y académicos, y confinada virgen discurso que es reforzado por la iglesia.

favorece con la idea del bajo potencial en la mujer, y es donde se hablaría de Y de nuevo la mujer es alejada de los a su tarea de cuidadora, madona, madre y

Son lastres que se cargan y que atraviesan el discurso e imaginario social, incluso en la actualidad, donde yo sigo escuchando hoy sin demasiados argumentos y con el tema que hoy nos reúne que “la tuna no es espacio para mujeres”.

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Sobre 1814 en España se permite que se enseñe a la mujer a leer y a escribir y solo 70 años más tarde, sobre 1888 es cuando aquí se regulariza el acceso de la mujer a la universidad, en este año se promulga la Real Orden (con fecha 11 de junio) que reconoce su derecho a estudiar en la universidad con restricciones o ciertas exigencias entre ellas solicitar un permiso ante entes superiores que estudiarían el caso y determinarían si la interesada podía realizar su matrícula o estudiar bajo alguna condición especial. 17


Luego de esas primeras matrículas entre 1882-1883 hasta el 1888-1889, la enseñanza universitaria fue prohibida de nuevo hasta 1910 momento en el que se deroga dicha prohibición y se abren matriculas en Salamanca, Madrid, Palencia, Alcalá de Henares, Barcelona entre otras.

Se percibe el ingreso a la universidad posteriormente como un problema a ojos de aquellos que buscan preservar la imagen femenina ligada a aquellos códigos sociales ya mencionados (sometimiento e inferioridad, sumado a la falta de independencia económica.

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Las mujeres que deciden romper con las ideas de la época y llegar a la universidad a cualquier costo lo hicieron por diferentes y conjugados hechos ligados entre sí como lo menciona García Lastra: “una mezcla de curiosidad intelectual, deseo de formación profesional, preparación para una profesión futura…y con un objetivo último, alejarse de una situación que a algunas comenzaba a asfixiar. No podemos olvidar que ya se ha iniciado una importante revolución también a nivel industrial y la mujer entra a ella con salarios y condiciones diferentes a las instauradas para los hombres. En Latinoamérica ocurre una situación similar y es sobre 1880 que también se permite el acceso a la universidad siendo protagonista también la carrera de medicina.

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Aquí se da un momento de no retorno y aunque el ingreso y el mantenimiento en la universidad es progresivo y de la mano de las luchas feministas por la igualdad de derechos, ya no se detiene ni siquiera en los momentos más complejos de la historia Española en los que se intentan retomar los roles anteriormente impuestos, es el caso de la imagen de la mujer durante la dictadura de Franco donde se establece por ejemplo la guía de la buena esposa y hay un retraimiento de los espacios conquistados antes.

En otros países donde hubo guerra se empodera el papel de la mujer ante la ausencia del hombre y donde ella retoma las tareas antes ejercidas por el hombre como ocurre en Norte América.

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Volvamos al momento de eclosión de las estudiantinas. Como ven cuando las estudiantinas aparecen ya la mujer ha empezado su progresivo ingreso a la universidad y es un fenómeno musical que conoce a través de las festividades populares y con el que se encuentra familiarizada. Pero nos encontramos con el segundo gran problema (el primero era la idea de mujer que se tenia) y es que el número de estudiantes universitarias es escaso; para finales del siglo XIX no supera las 30 mujeres en toda España. Y en 1910, eran tan solo 21 alumnas mujeres frente a 15.000 estudiantes varones, es decir el 0,1%.

Así que aquellas mujeres que muestran algún tipo de interés por organizar agrupaciones de este tipo no tiene como conformarlas; por tanto se ven obligadas a organizarlas o pertenecer a ellas por fuera de la universidad, es decir estudiantinas profesionales es el caso de la “estudiantina Mujeril” organizada por Dionisio Granados fundador de la estudiantina Fígaro en 1879, con la intensión de hacer una gira por América, la estudiantina de actrices del teatro princesa en 1887y la estudiantina femenina de Mallorca).

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La otra opción era hacer parte de las estudiantinas conformadas para carnaval como queda constancia en el periódico la “correspondencia de España” donde se menciona que 23


“se está formando una estudiantina femenina en Madrid con motivo del próximo carnaval”(2).

Recordemos algo y es que en esa época del año el orden establecido sufre un cambio y se modifica y surgen otras normas de funcionamiento que son las normas del carnaval, así que son días en que se dan importantes licencias es época de excesos y licencias e inversión de valores se establecen el “mundo al revés” en el caso de las mujeres encontramos que, “las mujeres utilizaban todo lo que encontraban en las arcas de la familia para confeccionar sus atuendos. Las más osadas se disfrazaban con la ropas de los hombres de su casa, se vendaban fuertemente el pecho con un trozo de lienzo, se cubrían el pelo con sombrero y la cara con una máscara, vestían sus manos con guantes de varón rellenos de trozos de tela para que aparentasen mayor tamaño y circulaban calle arriba, calle abajo”. Así que no es de extrañarse que con el carnaval también allí surgiera algo del germen que mantendría luego la idea de las estudiantinas femeninas fuera de esa época del año.

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En el caso de América la situación es un poco diferente, el acceso de las mujeres a los estudios universitarios se produjo a partir de la década de 1880 Fueron cinco los países latinoamericanos que incorporaron mujeres a la universidad en el siglo XIX: Brasil, México, Chile, Cuba y Argentina.

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Norteamérica brinda un importante apoyo a la educación universitaria femenina y recibe estudiantes de otros países a través de la asociación de mujeres universitarias que se creó en 1881.

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Con el surgimiento de las primeras estudiantinas de varones (en América) al poco tiempo aparecen las primeras agrupaciones femeninas, todas estas de carácter no académico ya que allí también la mujer está haciendo grandes esfuerzos por integrarse a la universidad y hacer parte de la vida social y cultural de una manera más activa

Se tiene la evidencia de la primera estudiantina en Lima denominada la Estudiantina femenina de Lima en 1886, hay un dato en el periódico la Republica de Costa Rica de una estudiantina femenina de la que no se dan muchos detalles en 1887. Posteriormente en Chile el crecimiento es muy especial y es quizás donde hayamos un importante auge de estudiantinas femeninas a finales del siglo XIX y principios de XX tenemos pues la Estudiantina femenina de señoritas Rosa Salinas y las hermanas Tagle Salinas en 1886,la Estudiantina Serenense en 1889 bajo la dirección del maestro Manuel Padilla, ex-integrante de la Estudiantina Española de Iquique.

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La Estudiantina de se単oritas en Santiago de Chile en junio de 1889 La estudiantina del Liceo Le Brun de Pinochet, en 1898; La Estudiantina de Se単oritas del Centro Espa単ol, de 28


la capital (1899) y las Estudiantinas Femeninas de Osorno y Valdivia (1903).En 1890 se habla también de la estudiantina de señoritas de Quetzatenalgo (Guatemala y en 1915 hay referencias de la estudiantina Cervantes de Valparaiso, la Estudiantina Femenina de la Benemérita Escuela Normal de Jalisco, 1924 que tiene la particularidad de que es escolar y en 1926 de la estudiantina Española de Brasil

Pero la mayoría de estas estudiantinas femeninas no se mantienen por mucho tiempo; entre otras cosas porque no es “bien visto” en ese momento que la mujer trabajara o se expusiera públicamente a actividades que pudieran poder en entre dicho su capacidad 29


para ser esposa y “su virtud” por tanto se ve relegada a las tareas de servicio o docencia esto solo ocurría si su condición económica no era buena o no se casaba. Pero si contraía matrimonio su rol estaría alrededor del cuidado de los hijos y el mantenimiento del hogar.

Encontraremos posteriormente una segunda oleada de tunas femeninas en América pasados los años sesenta, donde ya se han dado importantes cambios y revoluciones sociales y una consolidación de la mujer dentro de la universidad. 30


Ahora bien volvamos a España. Según la evidencia mi siguiente hipótesis es que las mujeres universitarias (ya sabemos eran pocas y debían someterse a medidas de protección especial durante su formación) y que manifestaron su deseo de hacer parte de las estudiantinas de este tipo fueron integradas a ellas.

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Alguna prueba de ello es la tuna escolar coru単esa de la que hace parte Azucena Touri単o; o la tuna de la universidad central de Madrid, y la tuna de Valladolid. No voy a decir que fueron una gran cantidad pero resulta significativa teniendo en cuenta los factores antes descritos.

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Es decir al interior de la universidad Española hubo, primero tunas mixtas que tunas femeninas, y estas solo se consolidaron hasta que hubo número suficiente de estudiantes que las conformaran y cuando los cambios sociales permitieron una variación de los roles antes impuestos, esto solo será sobre la segunda mitad del siglo XX.

Para el curso de 1919-1920 ya había 439 mujeres estudiando en la Universidad española, lo que representaba el 2 % de la población universitaria (Laorden A, Gimenez P 1978) y ya para 1930 las mujeres son más o menos el 5% de los estudiantes matriculados en la universidad. Los prejuicios que se tienen sobre la tuna femenina no son claros en esta época y no hay evidencia de ello en los textos escritos de ello. A pesar del ideal de respeto a la mujer en la que se tiene aun “en el balcón” también se ve como la sociedad era implacable cuando no se cumplía con lo dispuesto. Se evidencia como la sociedad en general acepta las estudiantinas y posteriores tunas femeninas y la discriminación de género parece ser un tema que aparece de forma evidente posteriormente y específicamente al interior de las tunas de varones, no en la sociedad en general. En 1927 se tiene evidencia de la existencia de la “tuna femenil la Liga verde” y en 1929 de la tuna femenina Almeriense. Así que la primera etapa de las tunas femeninas serían 34


estudiantinas o tunas no académicas (tanto en España como en América) y estudiantinas o tunas mixtas (solo en España).

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Esta etapa ir铆a hasta la guerra civil y posterior dictadura de Franco donde hay una situaci贸n importante de tensi贸n y donde hay un gran retroceso a nivel de los logros conseguido por la mujer, por tanto la aparici贸n de nuevas tunas femeninas se ve estancada.

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De nuevo la mujer es replegada al cuidado de la casa y los hijos y no se favorece la vida académica. Se incentivan otros valores y de nuevo la mujer es “trepada al balcón”.

En América la evolución de las tunas femeninas continúa de manera escalonada a imagen de las estudiantinas profesionales (mixtas o masculinas) y las primeras estudiantinas universitarias de varones. Sobre los años 20 aparece la estudiantina femenina de la Benemérita Escuela Normal de Jalisco.

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Para 1940 el nĂşmero de mujeres en la universidad en EspaĂąa es del 12,6%, y han aumentado el de estudiantes mujeres en secundaria; sin embargo la evidencia sobre la presencia de las tunas femeninas desde los aĂąos 30 hasta finales de los 60 es escasa.

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En este momento se da una segunda oleada de tunas femeninas donde se ve como hay creación de tunas dentro de los colegios femeninos de secundaria donde ya hay un número suficiente de estudiantes para conformarlas y ejemplo de ellos son la Tuna Femenina de Bilbao, la Tuna Femenina de Villa Cañar (1958), la Tuna de Ex-alumnas del Colegio de las Esclavas de Cádiz, a Tuna Femenina de Bilbao, la tuna de Cabonara, (1962), la Tuna Femenina del Colegio de las Madres Escolapias de Carabanchel (1963), la Tuna Femenina de Barcelona que por cierto es la invitada de Honor al VII Certamen Nacional de Tunas 1964, la Tuna Femenina del Colegio de la Concepción de Ceuta, La Tuna Femenina del Grupo Escolar Mixto Numero 1 de Coria del Río (1965), la Tuna Femenina 'La Milagrosa' de Lebrija (1969), la Tuna Femenina del Colegio de San José, la Tuna del Colegio San Antonio de Carcaixent y la Estudiantina Femenina ’Las Alegres Estudiantes’ del SEU de Barcelona.

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Para este momento las mujeres son el 53% de los estudiantes en la universidad en Espa単a.

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Al final de los años 60 y principios de los años 70 vienen cargados de nuevas revoluciones sociales y se ha consolidado una imagen de mujer más liberal en América y encontramos en la Tuna de la UNAM en México y la Tuna Femenina de la Universidad Javeriana de Bogotá.

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Mientras tanto en España fallece el dictador Franco en 1975 dando paso a la transición democrática y posterior constitución española. ¿Qué pasa en ese entonces con la mujer? La mujer había disminuido su participación en la universidad se había pasado del 53% en los 60´s a un 38% en los 70`s, no se ha detectado la creación de ninguna tuna femenina, y durante este tiempo la mujer intenta reafirmar su libertad y autonomía. Hay un resurgimiento del fenómeno de las tunas y estudiantinas en los varones a nivel universitario, a finales de los años 80 y principios de los 90´s y está situación en el caso de las mujeres también se da. Entre otras cosas porque ya el porcentaje de mujeres en la Universidad tanto en España como en América es del 60%, y ya para este momento si hay un número suficiente de mujeres que conformen las tunas.

En España surgen aproximadamente 25 tunas femeninas en ese período, muchas de las cuales duraron entre 1 y 5 años entre otras cosas por la fuerte oposición masculina y en la actualidad solo dos de las de aquella época perduran, y son la Tuna Femenina de Derecho de Alicante (1989) y la Tuna Femenina de Distrito de La Laguna (1993). Muchas de estas tunas son apadrinadas y reciben formación por las tunas de varones, comparten espacios y se enriquecen mutuamente. En 1982 se crea en Holanda la Tuniña de la Universidad de Eindhoven.

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Sobre este mismo momento aparecen las primeras tunas femeninas en Portugal. Y el fenómeno de las tunas femeninas fuera de España crece y ya no se detiene.

Durante los 90`s en América aparecen agrupaciones de mujeres en Chile, México y en Colombia. Pero el gran crecimiento se dará a finales de esta década (1998-1999) aparecen tunas en el Perú y aumenta el número de las existentes en casi todos los países. Sin embargo la tarea sigue siendo muy complicada y viejos modelos relacionales en algunos tunos se imponen, las tunas femeninas hacen un importante esfuerzo por encontrar su espacio en un lugar que había sido predominantemente pero no exclusivamente masculino. Para esta época se ve como se intenta detener el crecimiento de las agrupaciones de mujeres argumentando motivos como la “tradición” o retomando patrones de lo que su rol le permite, muchas de nosotras hemos tenido que oír comentarios que resultan absurdos en pleno siglo XXI sobre por ejemplo sobre las rondas o las serenatas o lo vergonzoso que puede resultar para un muchacho que le canten. En ese sentido el modelo relacional ha cambiado para los dos géneros. Estas ideas además de otros motivos entre ellos agresiones de diferentes tipos y exclusiones han desanimado a muchas de las tunas femeninas. Sin embargo el crecimiento no se detiene para el año 2012 y según los datos del Censo de Tunas hispanoamericanas que ha levantado Félix Martín Sárraga tenemos en total 86 Tunas Femeninas, distribuidas por países así: 46


Colombia: 12 Perú: 12 (han desaparecido 3) Chile: 15 México:38 España: 5 Puerto Rico: 3 Republica Dominicana:1

En el caso de Portugal, sin haber concluido el censo europeo, se encuentran detectadas 20 tunas femeninas y 2 en Holanda.

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Ya la mayorĂ­a de estas tunas son apadrinadas por otras tunas femeninas lo que empieza a darles un carĂĄcter y una identidad propia conservando las enseĂąanzas de las tunas 48


masculinas que han sido sus padrinos. Es absurdo si siguiéramos pegados del modelo “tradicional” de mujer de principios de siglo XX. No hay vuelta atrás, las tunas femeninas no pretenden ser tunas de varones aunque se intenten comparar, son tunas femeninas con las particularidades que ello impone pero esto no las hace ni más ni menos que las tunas de varones.

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La mujer mantiene el 60% de plazas universitarias y estรก presente en todas las รกreas del desarrollo y saber humano.

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Era cuestión de tiempo que saltáramos del balcón y ocupáramos un lugar en la calle siendo mujeres. Concluyo diciendo que no somos rivales y solo somos compañeras de Tuna.

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