Paisajes,mitos y leyendas de teopisca

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PAISAJES, MITOS Y LEYENDAS

TEOPISCA

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INDICE

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01.02.03.04.05.06.07.08.09.10.11.12.13-14.15.16.17.18.19.20.21-22.23.24-25.26.27.28.-

Presentación Índice Introducción Leyenda de los tres cerritos de Teopisca. El sombreron La yegüalzihuatl La vaca El bebé El jolote Misterioso ser La piedra muchachita Los niños que se salvaron del encanto La quebrantahueso El niño La laguna El Cerro de Junakerém La piedra tecolote o piedra cansada El Cerro del Amahuítz El baile de los negros El vecino de enfrente El nagual del cerdo El sombreron y sus joyas El hombre de blanco El cajón viejo Agradecimientos

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INTRODUCCION Hoy en día estamos viviendo en un mundo globalizado, el que de una u otra manera nos envuelve y nos involucra a seguir sus tendencias, lamentablemente con esas tendencias va orillando a las nuevas generaciones, a olvidarse de la importancia que representa nuestro patrimonio cultural material e inmaterial de nuestro pueblos. En este trabajo de investigación denominado: “Paisajes, Mitos y Leyendas de Teopisca”, hemos focalizado nuestro objetivo en recopilar las aportaciones que; a través de la tradición oral, nos han regalado algunas personas que aún conservan esta riqueza cultural del pueblo de Teopisca. En muchas ocasiones hemos escuchado decir la frase; el tiempo no perdona, y es precisamente esa; la razón por la cual nos hemos trazado como meta en la Casa de la cultura de Teopisca, el desarrollo de este trabajo en pro de la conservación de nuestro patrimonio cultural de Teopisca.

Quizá mucho se ha perdido u olvidado, pero consideramos que aún queda buena parte del acervo cultural en nuestro pueblo, y precisamente la tradición oral es un medio por demás importante, que nos permite no solo conocer, sino también acercarnos a nuestro pasado a través de los relatos, transmitiendo lo que ha sucedido con anterioridad para que las nuevas generaciones; en el presente, las conozcan, así pues, la tradición oral obedece a que nuestros ancianos, cuentan los sucesos importantes que recuerdan de sus vidas, y lo que en su momento escucharon de sus padres y abuelos. Ha existido tanto que conservar y contar a través de los tiempos, pero lamentablemente en la mayoría de las ocasiones, los portadores de esa riqueza histórica, se han marchado al otro mundo, llevándose sigilosamente el secreto de su historia.

Con el objetivo de preservar parte de los relatos que aún se guardan en Teopisca, nos dimos a la tarea de recopilar durante los meses de marzo a noviembre de 2011, lo que a manera de tradición oral nos transmitieron las siguientes personas:Sr. Jesús ortega Carpio; Sra. Hipólita Villafuerte Moreno; Sra. María Pérez González; Sra. Juana López Jiménez; Sra. Francisca Espinoza Coronel; Sra. Josefa Espinoza Moreno; Sr. Belisario Ortega González; Sra. Juana Pérez Ramos; Sr. Isidro Zúñiga Zúñiga; Sr. Antonio Álvarez Jiménez; Sr. Santiago Estrada Cruz; Sr. Asunción Gutiérrez Hernández. Todos ellos originarios de Teopisca, Chiapas.

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LEYENDA DE LOS TRES CERRITOS DE TEOPISCA

Se dice que en Teopisca en los años de 1966- 1967, en las noches entre 11:00 p.m. y 2:00 de la madrugada, del lado norte, del mero Cerro pelón; como le decimos en Teopisca, solía salir una luz en forma de antorcha, y se pasaba al cerro que le llamamos la Cueva del Gallo; del otro lado del pueblo por el barrio ojo de agua, después de unos minutos volvía a salir cruzando todo el poblado, hasta llegar al cerro que conocemos como el Cerro el Tecolote; esa luz no siempre salía del mismo lugar, algunas veces salía de otro cerro y se pasaba a los otros dos y así se cambiaba de lugar; nuestros antepasados contaban que esa luz era el dinero que habían enterrado las personas que antes habitaron en esos lugares, y según la leyenda que contaban los viejitos, dicen que a través de esa luz salían a visitarse las personas que antiguamente habían habitado en esos lugares, pero hasta hoy en día, nadie ha sabido en realidad, el significado de esa luz que se paseaba en los tres cerritos de Teopisca.

LA YEGUATZIHUATL

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EL SOMBRERON

Hace mucho tiempo, Teopisca era un pueblo muy pequeño, no había más que dos calles empedradas y uno que otro callejón, en sus alrededores se podía contemplar una vasta vegetación, enmarcada de campos muy verdes y extensos trigales. Como no había luz eléctrica, la gente no tenía más que ocotes; y en algunos casos quinqués para alumbrarse, por eso, cuando ya el crepúsculo del atardecer empezaba a asomar, nadie salía de su casa, sobre todo si estaba nublado y tenían que ir solos, el temor de la gente se debía a que en alguno de esos días especiales, de repente la gente al estar caminando, se sentían confundidas y mareadas, y sin darse cuenta se perdían en aquellos grandes y espesos bosques, donde en algunas de las ocasiones los encontraban después de tres o cuatro días, pero algunos llegaban a morir debido a que un misterioso hombre que le decían el sombreron, los tiraba en un barranco; o los dejaba atorados bajo de un ocote; o les dejaba sembrados en los pantanos que estaban en las afueras del pueblo, por eso hasta hoy en día, en los días en que la niebla está muy espesa, los papás suelen no dejar salir a sus hijos a la calle o principalmente al campo, porque pueden encontrarse con el sombreron y se los puede llevar a uno de los lugares que acostumbra llevar a perder a la gente.

LA VACA

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LA YEGUALZIHUATL

Platicando con el señor Jesús Ortega, me contó que este personaje femenino es muy misterioso, que sale todas las noches y se puede transformar de diferentes maneras, así mismo me empezó a narrar, que hace mucho tiempo existía un señor de nombre Miguel; que sembraba campos de trigo. El construyo un lugar donde guardar el grano de trigo, y a aquel lugar le llamó “La Era”, en el cual este señor se quedaba todas las noches a velar para cuidar su trigo, y así evitar que los animales fueran a comerlo o en otros casos que algún amigo de lo ajeno lo considerara suyo y luego cambiara de dueño; un día este señor por cuestiones personales tuvo que dejar la cosecha en la Era, pero para evitar que su cosecha le sucediera algo, aunque ya de noche; regreso a su terreno, pero antes de llegar, al pasar a lo que hoy es el rastro municipal, se encontró a una mujer muy hermosa, el solo verle le embelesaba el grado de su belleza, de pronto la mujer hermosa empezó a caminar, y haciendo señas con la mano, le indicaba a don Miguel que le siguiera, pensando que era una mujer normal y que podía tener una oportunidad de pasar un buen rato con ella, la siguió, pero aburrido de seguirla; cansado de tanto caminar, y con el frío que cada vez era más intenso, comenzó a tener una sensación de temor que le recorría hasta lo más profundo de su ser, y fue entonces que decidió ya no seguirla más, en ese instante aquella hermosa mujer empezó a burlarse de él con tremendas carcajadas, y poco a poco empezó a desaparecer, en ese momento don Miguel se dio cuenta de que se encontraba en los terrenos donde actualmente se localiza el Centro Ovino; enredado entre el matorral y confundido, comenzó a salir de aquel lugar y con un miedo tremendo emprendió el regreso hacia su casa, llego todo tembloroso y le conto a su esposa lo que había sucedido, y juntos concluyeron en que había sido una víctima más de la Yegüalzihuatl.

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LA VACA Platicando con una señora que le tocó convivir muy de cerca las historias de los naguales, me conto que cuando ella era joven, los muchachos tenían por costumbre llevar serenata a las muchachas que ellos pretendían; en ese entonces nuestra ciudad no contaba con el servicio de energía eléctrica, las calles eran empedradas y únicamente las dos calles principales, ya que lo demás eran callejones llenos de mogotes (monte), zanjas y con una oscuridad impresionante; pero a pesar de todo esto, los jóvenes disfrutaban dando serenata. Esta señora, vivía sobre la calle principal y en repetidas ocasiones era despertada por las dulces notas de la marimba, que era el instrumento con lo que llevaban las serenatas. Cierta ocasión estaban en plena serenata cuando de la nada apareció una enorme vaca que paso muy pegada a los muchachos, y haciendo sus necesidades fisiológicas dejo literalmente sobre ellos, todo su excremento, además de destrozarles la marimba. Esa misma situación se repitió en varias ocasiones, hasta que se pusieron de acuerdo los muchachos y fueron a platicar con un buen curandero, este les explicó que lo más seguro es que se tratará de un nagual; les pidió que consiguieran cabresto (pelo de la cola de los caballos), una faja roja y una riata (lazo); el curandero curo las cosas y les enseño como debían de usarlas; siguiendo las instrucciones que les dieron esperaron pacientemente, cuando estaban a media serenata nuevamente apareció la enorme vaca, los jóvenes hicieron lo que les dijo el curandero y lograron capturar a la vaca, se la llevaron arrastrando hasta el parque central, que en ese entonces era un corral donde los arrieros amarraban sus animales, en un árbol muy grande la amarraron de los cuernos y le pegaron mucho, en ese momento, la vaca empezó hablar suplicando que ya no le pegaran más. Los jóvenes se asustaron y salieron corriendo dejando a la vaca amarrada, al día siguiente muy de mañana la fueron a ver y para la gran sorpresa de ellos, se encontraron a una señora de nombre pascuala, que en Teopisca era muy mentada como curandera, la encontraron amarrada de las trenzas y desnuda, con gran suplica pidió perdón los jóvenes diciendo que nunca más volvería a hacerlo, haciéndola prometer todo esto, los jóvenes la desamarraron y la dejaron ir, Tiempo después se supo que Pascuala la curandera, había muerto, y que murió a causa de que le habían pegado con cabresto, porque se había ido secando poco a poco hasta que falleció.

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EL BEBE

Hace muchos años, cuando Teopisca lo formaban unas cuantas familias, todo estaba lleno de monte y sin luz eléctrica; cuentan los abuelos que un joven originario de esta población gustaba mucho de desvelarse con sus amigos platicando e ingiriendo alcohol, cuando este joven iba caminando rumbo a su casa; con unas copas de licor en la cabeza se sentía muy seguro de sí mismo y con mucha alegría. Al ir caminando empezó a escuchar el llanto de un bebé, un llanto muy lastimero, y cada vez lo escuchaba más fuerte, dentro de sí; pensaba en que alguien tenía un bebé enfermo, como fue avanzado escuchaba el llanto más fuerte, empezó a ubicarse de donde prevenía tal llanto; fue buscando y metiéndose en los matorrales y el llanto era cada vez más fuerte, el muchacho llego a la conclusión que alguien había abandonado a su criatura en el monte, maldiciendo y diciendo un montón de palabras por el coraje de lo que estaba pensado, llego hasta donde el bebé se encontraba llorando, sin pensarlo levanto al bebé y lo tomo en sus brazos para tranquilizar al pequeño, cuál fue su sorpresa que al tenerlo ya cerca, el supuesto bebé le dijo: “mira mi boquita, mira mis ojitos” el pobre muchacho quedo paralizado, pues lo que era una inofensiva criatura, se había convertido en un monstruo horripilante, no era más que el mismo satanás, el muchacho intentaba aventarlo y no podía, en su cabeza solo escuchaba las palabras del monstruo, después de mucho luchar y pedirle a Dios que le ayudara, logro deshacerse del supuesto bebé, empezó a caminar para regresar por donde había llegado, y a lo lejos escuchaba una risa penetrante del malévolo ser. Después de muchos esfuerzos el joven logro llegar a su casa, sus papás se asustaron de verlo en qué situación estaba su hijo, le ayudaron para que pudiera llegar a su cama y ahí les platicó la terrible experiencia que le toco vivir; los papás del muchacho llegaron a la conclusión que era el mismísimo satanás quién había atacado a su hijo. Tiempo después el joven tomo la decisión de irse del pueblo y desde en ese entonces nunca más se volvió a saber nada de él.

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EL JOLOTE

Nuestros abuelos cuentan que fueron víctimas en muchas ocasiones de los famosos y peligrosos nahuales, por lo mismo que la mayor parte del pueblo estaba cubierto por matorrales, zanjas llenas de agua y en la completa oscuridad. Era muy común escuchar de dichos seres, que son personas que se dedican a la hechicería y que con los poderes que les da el maligno, se pueden transformar en diferentes animales. Se dice que algunos muchachos a pesar de la oscuridad y el silencio que reinaba en ese entonces; gustaban de salir a pasear, ingerir alcohol, y platicar con sus amigos por las noches; en una ocasión, un joven caminaba ya rumbo a su casa por la parte donde en la actualidad se encuentra el velatorio municipal, de la nada se apareció un enorme jolote que le tapaba el paso y lo picoteaba, el muchacho trataba de defenderse pero resultaba complicado, después de mucho batallar con el supuesto animal logro arrancarle una pluma del ala del jolote; fue entonces que este animal desapareció como llego, sin ver qué rumbo tomo, el muchacho hasta la borrachera se le quito y muy aturdido por lo que había pasado siguió caminando hacía su hogar, con la pluma del jolote en su mano llego y la puso en el altar que tenía en su casa. Se acostó, pero con mucho esfuerzo logro conciliar el sueño, al otro día muy temprano se despertó y de inmediato fue a ver qué había pasado con la pluma; se sorprendió cuando vio que la pluma era un pedazo de camisola en colores blanco y negro, sin decir más y magullado como estaba por la batalla con el supuesto animal se fue a sus labores del campo, por la tarde cuando regreso de su trabajo, se encontró con la noticia de que un señor llamado Santiago estaba muy enfermo, el muchacho decidió ir a visitarlo, puesto que tenían mucha amistad ambas familias, pero al llegar a la casa de don Santiago, este le encontró en la cama en muy mal estado, el joven pregunto qué le había pasado, y el señor dijo que alguien le quería hacer daño y aseverando agregó; y tu sabes quién es; me fregaste le dijeron al joven; el muchacho no pudo articular palabra primero por lo que le dijo esta persona y segundo cuando don Santiago levanto su brazo y vio que la camisola le hacía falta un pedazo, en ese momento el muchacho comprendió que era la parte de la supuesta pluma que él tenía en su casa. Don Santiago tardo mucho en recuperarse de sus heridas, después de mucho tiempo vendió su casa y se fue con toda su familia, ya que la mayoría de sus vecinos se dieron cuenta que era un brujo peligroso y amenazaron con matarlo si seguía molestando con su nahual.

MISTERIOSO SER

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Un día del año 1877 como a las 9 de la noche mi bisabuelo el señor Juan Sánchez, que en ese entonces contaba con unos 18 años de edad, fue comisionado por la autoridad municipal, para que a esas horas llevará una carta a la ciudad de San Cristóbal (el viaje lo realizaría a pie), empezó su largo viaje encomendándose a Dios, cuando iba por donde ahora se conoce como San Gerón, empezó a escuchar gemidos muy lastimeros, sintió mucha pena; no miedo, y lo único que llevaba para cualquier emergencia era un cuchillo, siguió caminando sin ver algo y así llegó a la comunidad Dolores, pasó una laguna que en ese lugar había pensado que se encontraría con el motivo de los gemidos y nada, pero cuando llegó a la zona donde ahora es Betania, sentía que no podía avanzar tenía muchos escalofríos; en ese tiempo había mucha vegetación y entre unas ramas ve a un ser misterioso con una forma indescriptible, pero si con mucha fuerza, que con una sola mano derribaba los árboles y veía con qué facilidad se desplazaba de un árbol a otro por las ramas; por la gracia de Dios ese ser no logró ver a mi bisabuelo porque él como única salvación se tiró al suelo y se ocultó con el monte, y al ir de rama en rama el ser misterioso desapareció. El tiempo pasó; el no supo cuánto porque estaba atónito, cuando decidió continuar con su camino hasta después cuando iba por Sivacá, Flores Magón y Mitzitón, se dio cuenta que era la media noche. A las 4 de la mañana llegó a la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, entregó el documento y emprendió su regreso como a eso de las 7 de la mañana, pasó por el mismo lugar donde se había encontrado con el ser misterioso y había visto como derribó tantos árboles, pero cuál fue su sorpresa mayor? que todo estaba intacto, continuando su camino más a prisa rumbo a Teopisca, el aseguró haber visto al mismo demonio.

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LA PIEDRA MUCHACHITA

Cuentan las abuelas que por la zona de la Ventana, en un humilde hogar (jacalito), un día por la tarde una mamá aconsejaba a su hija de unos 8 o 9 años de edad, que debía ser trabajadora, ordenada y obediente, la niña tenía cargada en la espalda a su hermana pequeña, la niña estaba cansada, lo cual hizo que le contestará muy mal a su mamá. La señora

siguió con sus labores del

hogar

muy triste por el

comportamiento de su hija, por lo cual no se dio cuenta que su hija enojada se salió LOS NIÑOS QUE SE SALVARON DEL ENCANTO de su casa y empezó a caminar sin rumbo, ya casi era de noche cuando llamo por muchas veces a su hija, al ver que no contestaba empezó a buscarla pero no la encontró; ni a la hermanita que tenía cargando. La Ventana es una zona a la altura del Ocotal la cual; cuando pasaban las personas por ahí sentían cierto temor porque la gente mayor comentaba que ahí habían encontrado el difunto Andresito (se desconoce quién fue y de que murió). Actualmente a la altura de donde empieza el Ocotal; termina la tierra colorada y empiezan los pedregales, se encuentra una piedra con aproximados 25 o 30 mts. De altura con forma de una niña cargando a otra y se cree que la niña que contesto mal a su mamá; junto con su hermanita se convirtieron en piedra. A esa piedra enorme se le conoce como “LA PIEDRA MUCHACHITA”, en esa zona hubo un asentamiento poblacional pero de muy pocas familias, y sólo eran jacalitos, por lo cual no quedan vestigios; hasta hace 30 años esa zona también se le conocía como la CASA DE LOS COYOTES, porque ahí vivían esos animales. A esa gran piedra no se le ha dado mucha importancia y como la vegetación va creciendo, poco a poco va desapareciendo entre el monte y prácticamente está quedando olvidada.

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LA QUEBRANTAHUESO

Un día platicando con doña Panchita Coronel, nos digo que una noche se le olvido meter su olla de frijoles que estaban en el fogón; en la galera de la parte de atrás de su casa. Doña Panchita nos contó que eran aproximadamente las doce de la noche, cuando al momento de salir de la casa y dirigirse hacia la galera, escucho un ruido muy feo en la parte de arriba del techo de su casa; ya que esta era de lámina, doña Panchita se asomó a ver qué es lo que producía aquel ruido, para su sorpresa lo que ella alcanzo a ver fue un montón de huesos volando, y era lo que producía ese horrible ruido, doña Panchita se le acabo la valentía que sentía, pensó que era su fin porque ese montón de huesos estaba volando muy cerca de ella; lo que ella hizo es pedirle ayuda a Dios y poco a poco se controló, en ese momento desapareció el montón de huesos, doña Panchita empezó a gritar pidiendo auxilio con los vecinos ya que ella vivía sola. Doña Panchita nos comentó que hace muchos años, le contaba su mamá que existía LA QUEBRANTAHUESO (un esqueleto humano volador), ella dice que se trataba de una mujer que practicaba la magia negra; al principio nadie sabía que era, varias personas habían sido testigos cuando a altas horas de la noche el esqueleto se le veía flotando en el cielo, una noche se reunió un grupo de personas, que ya estaban cansados de que siempre los asustara el esqueleto, decidieron seguir al esqueleto hasta donde llegara su recorrido, fue muy pesado ya que estas personas tenían que irse escondiendo para que el horrible ser no los viera; de esta manera llegaron hasta un matorral que está cerca del panteón, el esqueleto bajó y empezó a decir palabras que ellos no entendían, lo que sí pudieron entender ya al final, es que el esqueleto decía “subíte carne, subíte carne” las personas completamente sorprendidas vieron como la carne se fue acomodando hasta cubrir al esqueleto y quedar normal, la mujer salió del matorral como si nada hubiera pasado.

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Las personas no podían ni moverse de la impresión de lo que habían visto, después de un buen rato ya más recuperados, empezaron a platicar que es lo que iban hacer, uno de ellos; un viejecito, dijo que tenían que ir a ver a un buen curandero para que les ayudara, de esa manera ellos emprendieron el regreso a sus casas, al otro día muy de mañana fueron a buscar a un curandero al que le explicaron todo lo que habían visto, y él les dijo de lo que se trataba, y también como podían castigar a esa mujer que se dedicaba hacer maldades. Esa misma noche se reunió nuevamente el grupo de personas ya instruidos por el curandero, esperaron pacientemente hasta que apareció nuevamente la mujer; haciendo movimientos muy raros y hablando cosas que no se entendían; después de un tiempo la mujer empezó a decir “bájate carne, bájate carne” y toda la carne se le caía quedando amontonada, en ese momento el esqueleto salió volando hacer sus maldades; los señores muy valientes se acercaron dónde estaba la carne y con unos palos la separaron y le pusieron sal colorada, pues eso les había indicado el curandero, después de eso se retiraron del lugar a esperar a ver qué pasaba; regreso el esqueleto y nuevamente pronuncio “subíte carne, subíte carne” y la carne ya no subió, el esqueleto batallo por mucho tiempo sin conseguir nada y desde ese momento el esqueleto quedo vagando, dicen que todavía de repente se aparece por los cielos buscando venganza.

EL NIÑO

EL NIÑO

sorprendidas vieron como la carne se fue acomodando hasta cubrir al esqueleto

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EL NIÑO

Hace mucho tiempo, cuando Teopisca era apenas un pequeño pueblo y no había más que dos calles empedradas; uno que otro callejón y muy pocos barrios, el barrio de el “Ojo de agua" que es uno de los más antiguos, estaba muy enmontado con un gran campo solitario y muy pocas casas. Doña Chepita Espinoza que ha vivido siempre en ese barrio, nos cuenta que en el puente que está en la entrada del barrio; en la parte de abajo del puente, se aparecía un niño de aproximadamente 8 años de edad que vestía todo de blanco, las personas que tenían la mala fortuna de verlo se llevaban una desagradable experiencia, ya que conforme se iban acercando las personas, el supuesto niño empezaba a darse de vueltas, y cuando la gente era muy valiente y decidía seguir al niño, este se dirigía a un gigantesco árbol de trueno que estaba cerca del río, y ahí desaparecía; estas personas que lo veían quedaban muy mal y empezaban a soñarlo a diario, se dice que el remedio para controlarse y dejar de soñar al niño era volver al lugar, esperar que saliera el niño y ponerle una veladora cerca del árbol de trueno, con esto dejaban de sentirse mal y de soñarlo. De esto hace ya mucho tiempo, en la actualidad no se ha vuelto a saber de la aparición del niño, quizá sea porque ya todo está muy poblado.

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LA LAGUNA

Un día platicando con el señor Belisario Ortega, nos platicó que hace ya muchos años, cuando Teopisca lo formaban unas cuantas familias y no se contaban con los servicios de luz eléctrica ni de agua entubada, las mujeres tenían que salir a lavar sus ropas en los pósitos que anteriormente abundaban mucho en nuestra ciudad. En ese entonces donde actualmente se encuentra ubicada la laguna, era un sólo pósito donde abundaba mucho el agua, y las señoras preferían lavar ahí, porque era una agua muy limpia. En un día normal muchas señoras acudieron a lavar la ropa; una de ellas tenía cargando a su bebé, era una niña pequeña, en un movimiento que hizo para agarrar agua, la niña se le cayó de una manera increíble, puesto que ella aseguraba que la tenía bien cargada; la pobre señora lucho mucho para poder sacar a su bebé del pozo, entre más luchaba se daba cuenta que era un pozo profundo y con mucho lodo; las demás señoras también lucharon y otras vinieron al pueblo para pedir ayuda con las autoridades municipales, pero la búsqueda no tuvo ningún éxito, la señora estaba desconsolada por la pérdida de su criatura que jamás recupero. Paso algún tiempo, y el que era un pósito empezó a crecer y crecer hasta convertirse en lo que ahora es; una gran laguna, esto por el encanto de la niña que murió ahogada en aquel posito. Se dice también que en fechas próximas a todos santos si una persona llega sola a las 12:00 del día se le aparece una sirena; si la quedan viendo fijamente los atrae con la mirada hasta llevárselos con ella. Otro dato curioso que nos platica don Belisario, es que varias personas han intentado cruzar nadando la laguna y han muerto en el intento sin ninguna explicación, ya que en ocasiones no está muy profunda.

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CERRO JUNAKEREM

Se dice que nuestros antepasados llegaron a tener mucho dinero, y eso los hacía que fueran muy desconfiados con todo y con todos, este grupo de personas tomó la decisión de enterrar su dinero en un lugar muy seguro, esto por el mismo temor que ellos tenían de que se los fueran a robar. Esta gente junto su dinero y pensaron que la mejor opción era llevarlo al cerro Junakerem, tenían tanto dinero que juntaron diez recuas (el equivalente a una docena) de mulas y las gentes cargaron el dinero durante cuarenta días, y lo depositaron en la cueva ubicada en el cerro Junakerem; en la entrada de la cueva se colocó una puerta de piedra, de las personas que trabajaron, seleccionaron a las cuatro más fuertes, 2 entraron y 2 se quedaron afuera, los de afuera colocarían la puerta para que los de adentro la empujaran y probar que no podía abrirse, pero las dos personas que se quedaron adentro ya no pudieron salir, y por eso hoy en día se dice que son los cuidadores de la cueva. El sacerdote de la iglesia de ese entonces, estuvo como testigo de todo este movimiento, y se dice que él redactó un documento con medidas y contraseñas para llegar a la cueva, para que el dinero fuera sacado si el pueblo tuviera alguna necesidad. Nos platican que estas son las medidas: frente a la cueva y de lado oriente, a una distancia de 20 mts. Se encontraba o se encuentra un árbol de roble grande, al centro un ojo de agua y a 18 mts. Al lado derecho un canal de agua donde sembraron plantas de kekexte. Con estas señas se encontraba la puerta de la cueva donde quedo enterrado el gran tesoro, sé dice que la petición de las personas que escondieron aquel dinero; era que si se llegaran a destruir las iglesias de San Agustín y la de San Sebastián, podrían utilizar ese tesoro para la reparación de los templos, y lo que sobrara sería entregado a la gente pobre del pueblo. Como dato curioso nos cuentan que mucha gente ha intentado ir en busca del gran tesoro, pero nadie ha tenido éxito, puesto que por una u otra razón se pierden del camino y no llegan a la cueva. También se dice que el motivo de no encontrar la entrada de la cueva es porque los dos hombres que se quedaron adentro de la cueva, siguen fielmente cuidando del gran tesoro que les encomendaron.

LA NEGRADA

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LA PIEDRA DEL TECOLOTE O PIEDRA CANSADA

Frente al pueblo; del lado poniente en la cima del cerro, se encuentra una roca fragmentada de tipo calizo; de gran dimensión, juntada con arcillas y terreno vegetal, estos fragmentos están separándose al dispersarse las arcillas por los cambios atmosféricos; el viento, temblores y otros fenómenos, así como por lo más importante; la perdida de humedad, también los nervios rocosos donde está asentada se están descubriendo y da lugar a la perdida de humedad, y da lugar a la pérdida de estabilidad de está roca, lo que se observa actualmente es que el fragmento que estaba en la punta se resbaló por la parte de atrás, quedando sostenido por un fragmento de mayor tamaño; por lo que se encuentra expuesta a sufrir un desprendimiento total. En su probable caída; señala al lado del poblado, debido a su gran tamaño y la pendiente muy pronunciada, se considera alcanzaría un recorrido de entre 200 a 400 metros de distancia, y el poblado que se encuentra debajo es el que sufriría las consecuencias. A estas piedras nuestros antepasados les llamaron “las piedras cansadas”, según ellos, estos fragmentos rocosos eran arriados con vara y ahí están porque se cansaron. En otro sentido, este cerro fue usado como banco de piedra para la construcción de las iglesias de San Agustín y la de San Sebastián; para entonces los frailes españoles, constructores y dirigentes, ordenaron la enseñanza y la forma de arrancar y empujar las piedras desde la parte alta; para que en el trayecto de la caída se rompieran y fueran apropiadas para que el hombre las cargara hasta el lugar donde el albañil las mampostearía, y formara la base de cimentación y levantara los muros de la obra, hasta estos tiempos existen huellas de la zona rocosa que fue explotada, ya que se deja ver el frente rocoso vertical hasta donde la roca fue extraída.

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CERRO DEL AMAHUITZ

CERRO DEL AMAHUITZ Nos cuentan que en las faldas del cerro Amahuítz, se encuentra una gran cavidad y que adentro de esta cueva hay de todo; granos, verduras, frutas, animales de toda clase y hasta dinero; es donde se puede pedir de todo lo que quiera, pues se le concederá sin ningún compromiso aparentemente, porque dicen que el dueño del cerro es muy comprensible. Se platica que unos hombres fueron a la cueva y lo que solicitaron fue dinero para trabajar sus tierras que eran muy grandes, cuando ellos llegaron a sus casas se encontraron con grandes cajones llenos de dinero en plata, desde ese momento no hacía falta el dinero, lo que sacaban era para gastos y compra de animales o más tierras, en el día se vaciaban los cajones dependiendo las compras que hacían y por la noche ya estaban completamente llenos, los hijos de estos hombres trabajaban con sus padres, y nunca les hacía falta nada porque nunca se independizaban. Al paso del tiempo estos hombres murieron y así como salían los cuerpos al panteón para ser enterrados, al regresar los familiares ya no encontraban los cajones de dinero, se dice que el dueño del dinero se cobró con el alma de los hombres, y se llevó lo que le pertenecía. La gente comenta que con el paso del tiempo, las personas que iban a traer leña al monte, se encontraban con un hombre de aquellos ricos montado en un gran venado surcando los montes, nadie ha podido hablar con esos hombres solo los ven y luego desaparecen con su animal. Las tierras que les pertenecieron lo siguen trabajando sus hijos y nietos, pero es gente muy celosa y callada, no tan fácil se hacen de amistades, nadie sabe cuáles son sus secretos.

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EL BAILE DE LOS NEGROS

Cuenta la leyenda, que hace mucho tiempo un grupo de personas; habitaron en ese entonces el llamado pueblo viejo, un pueblecito pequeño ubicado al poniente de lo que hoy conocemos como Teopisca, exactamente donde ahora se ubica el panteón municipal, se dice que en ese entonces las personas se contagiaron de una grave enfermedad llamada “tifoidea”, la cual causaba pánico entre sus habitantes, ya que cada vez eran más las personas que fallecían a causa de esta enfermedad, en su desesperación trataron de evitar el contagio, enterrando a todas las personas tres metros bajo tierra cuando ya tenían algún síntoma de la enfermedad, así que cada una de estas personas eran enterradas vivas, por no encontrar la cura para esta terrible epidemia. Los pocos pobladores que tuvieron la fortuna de salvarse del contagió, decidieron emigrar y llegaron a poblar un nuevo lugar el cual llamaron Teopisca, al llegar a este nuevo poblado realizaron una encomienda a una imagen llamada “Virgen de la Merced”, en donde le pidieron con mucha fe

que la

enfermedad cesara, sus peticiones fueron escuchadas y en agradecimiento ellos se disfrazaron utilizando pieles de borrego, cuernos de venado

y cadenas,

simbolizando con esto la muerte y el diablo, bailaban por todo el pueblo acompañados con música tradicional de esa época, que eran guitarras

y

mandolinas. Desde ese entonces tomaron esta actividad como una tradición que hasta nuestros días se sigue realizando cada 13 de Septiembre.

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EL VECINO DE ENFRENTE

Platicando con uno de nuestros ancianos, nos dice que el vecino de enfrente se cansó de vivir en la miseria, era tan grande su angustia que una noche soñó, que si quería dinero lo recibiría en la cueva del cerro del Amahuítz, donde entregan lo que piden; ganado, caballos, abundancia de sus cosechas de maíz, dinero; todo lo que quieran, por lo que este hombre se llenó de valor y fue a la cueva tal como se lo recomendaron; el día jueves a las doce de la noche. A su regreso y al paso del tiempo, se apartó de su familia y ya no tenía amigos, se escondió en un cuarto y su mujer lo atendía con su comida, a nadie permitía entrar a su casa, vivía cuidando su dinero. En el cuarto tenía cuatro cajones llenos de dinero, cuando compraba algo tomaba el dinero y al otro día de donde lo agarraba ya estaba otra vez lleno, desde ese tiempo ya no le falto nada. La gente del barrio rumoraba que se fue a la cueva y que vendió su alma por dinero, con el tiempo este hombre enfermo y dicen que por las noches se escuchaban muchos ruidos, que llegaba un tecolote y se posaba en el techo de su casa a cantar, ya los vecinos no soportaban, las mujeres se ponían a rezar; cuando llegaba el sacerdote lo invitaba para visitar la casa y le rociara agua bendita, le rezara, pero la enfermedad de este hombre cada vez empeoraba más; día con día se veía más enfermo, de nuevo la gente comenta que tiene pacto con el diablo y no tardo mucho, a los cincuenta y cinco años de edad murió. La gente acude al velorio del cadáver, a rezar; encienden velas pero así como se encendieron se empezó a escurrir la parafina, se tendió en el piso y el pabilo nadando se movía como culebras, las mujeres rezaban fuerte; asistieron los ancianos con la biblia, llego el momento de llevarlo al panteón y enterrarlo; la gente regresa ya tarde y el sacerdote que oportunamente se encuentra en la iglesia, lo invitan y acuden a la casa vacía y realizan oficios y ornamentos con luz y agua bendita, el sacerdote asiste vestido de negro.

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Primero para la vela en el piso y lo encienden, se empieza a escurrir por los lados el pábilo caído, pero a medida de su introducción a la biblia, la vela fue levantando y la flama también; hasta quedar vertical, el sacerdote ordeno traer flores blancas y dejarlas cerca de la pared, así se retiró la gente. Hasta el otro día por la tarde se reunieron de nueva cuenta, pero unos familiares entraron en duda y fueron al panteón, y unas personas que vivían cerca del panteón, les comentaron que en la noche escucharon muchos ruidos, y vieron un toro negro con los ojos brillantes; sacar el cajón de la tumba y se lo llevo, cuando los familiares llegaron al panteón tuvieron mucho miedo, la tumba estaba vacía y dijeron que se llevó todo, el cuerpo y el cajón. Con el tiempo en las calles del pueblo, en las noches de luna llena escuchaban el caminar de un caballo bien herrado de las patas, con sonidos de cadenas y espuelas; la gente que lo escuchaba pretendía abrir sus puertas en el momento que pasaba, para conocer de quien se trataba pero no lo lograban, si no era una cosa era otra pero este siempre desaparecía, hasta que una noche alguien logro verlo pero a una cuadra de distancia, era un caballo blanco grande y su jinete vestido de negro. Para este tiempo dejo de pasar, ya no se escuchaba, pero las gentes que van al monte para traer su leña, lo veían entrometerse en el monte; dicen que es el mismo hombre vestido de negro, en la cabeza lleva puesto un zaracop (sombrero de corcho), y va montado sobre un venado con una cornamenta muy grande.

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EL NAGUAL DEL CERDO

Nuestros abuelos dicen que los brujos pueden transformarse en algún tipo de animal; a esta transformación de animal se le llama nahual. Cuentan que cuando nuestro pueblo de Teopisca era más pequeño, todo era más tranquilo, y por supuesto, no había muchas familias que vivieran en nuestra ciudad; los pocos pobladores que había se encerraban temprano de la noche, pues como no se contaba con energía eléctrica, estaba muy oscuro y casi todo era monte. Cuentan que había una ancianita que vivía sola y que con nadie se metía para nada; resulta que los vecinos se quejaban que por las noches, un animal rondaba sus hogares, y les hacía un sin fin de travesuras; como romper los cercos, excavar los jardines, a veces se metía en la cocina y rompía los trastes y devoraba los alimentos. Los que aseguraban que habían visto este animal, decían que era un gato, otros que era un perro, los demás que era un puerco. Cierto día uno de los vecinos decidió vigilar y estar atento cuando este animal se acercara a su propiedad, y así lo hizo. Era casi la media noche cuando un puerco se acercó al patio e iba destruyendo

lo que

encontraba a su paso, cuando el animal estuvo más cerca, el valiente señor golpeo al puerco dándole de garrotazos, le pego con una silla y hasta con machete le hirió; el puerco como pudo logró escapar de los golpes del enardecido vecino en la oscura noche.Al día siguiente los demás vecinos le dijeron que la ancianita había sido asaltada y golpeada en su casa; cuando este señor se acercó para visitarla, se dio cuenta que los golpes que sufría la indefensa viejecita eran los que él le había propinado al puerco la noche anterior, fue ahí donde todos los habitantes descubrieron que el nagual de la ancianita era el puerco que hacia las travesuras en sus propiedades.

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EL SOMBRERON Y SUS JOYAS

Con frecuencia se escuchaba esta frase en nuestro pueblo: “seguro tiene tratos con el diablo”, este comentario se escuchaba entre los pobladores de nuestra antigua localidad; se cuenta que en aquellos años nuestra ciudad contaba con muy pocas familias, relativamente era un pueblo pequeño; sus calles empedradas y muchos callejones que en la oscuridad parecía un monte virgen. Según las pláticas de los abuelos, nos cuentan que doña “Josefa” tenía mucho dinero, que las fiestas que organizaba eran muy esplendidas, ya que echaba la casa por la ventana ofreciendo a sus invitados suculentas y abundantes comidas, así como aguardiente; lucía elegantes y finos vestidos de encajes, unas hermosas y finísimas joyas que casi no se veían en nuestro humilde pueblo, cuentan que esas riquezas se las había dado el sombreron, en cierta ocasión nuestros abuelos vieron a Doña Josefa que se dirigía a su terreno; por el rumbo de los pósitos, en busca de verduras para su comida, cuando de repente se le presento un hombre muy galante; cabe decir que ella era muy... guapa, el galán apareció portando un buen traje de charro; algunas veces, y otras se presentaba con vestimenta originaría de nuestro pueblo. En esta ocasión lucía; apretado calzón negro de paño con botonadura de plata en los costados, al igual que la chaqueta; un elegante charro, espuelas de plata, reluciente botines y una corbata roja que hacía resaltar su apostura y grandes bigotes. Salió al encuentro de la Josefa, diciéndole que estaba muy guapa; le hablo por su nombre sin conocerla, por lo que ésta se quedó asustada pensando entre sí ¿cómo es que sabe mi nombre este fulano?, el galán se acercó a ella y tratando de tomarle las manos y hasta abrazarla de la cintura, le decía que se fuera con él, que en la cueva donde vivía tenía muchos cofres con tesoros, que allí podía tomar alhajas, monedas de oro y todo cuanto quisiera, cuando dijo que vivía en la cueva se sorprendió y recordó que así le habían hablado del “Sombrerón”, al pensar en eso se le enchinó el cuerpo y trató de escapar lo más pronto posible, pero ella sentía que se le aguadaban las piernas y que no podía correr.

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Invocó a todos los santos que en ese momento se acordó; haciendo al aire unas cruces y al momento desapareció aquel extraño hombre. Rápidamente se regresó a su casa, pero siempre con la tentación del ofrecimiento que le había hecho el galán, decía entre sí; “voy a regresar otro día, a lo mejor esta es mi suerte”,y así lo hizo, y este personaje se le volvió a aparecer casi por el mismo lugar que en la ocasión pasada, elegantemente vestido de charro, en cuanto divisó a la Josefa, pronto se encamino a su encuentro y la tomo de las manos; como por encanto puso en ella una gruesa cadena de oro con su respectiva cruz de filigrana, unos aretes de canasta y doce anillos de planchita, la Josefa abrió tremendos ojotes, preguntándole: ¿que más me vas a dar?, al momento puso a sus pies mucho dinero, macacos, pesos de balancita, más alhajas, hasta ropa donde se dejaba ver muchos encajes finos; pero eso no paro allí, pronto le dijo que si quería ser siempre joven, hermosa y sana; a lo que ella respondió que sí, entonces el galán le dijo: “pues ven conmigo a darte un buen baño en el arroyo de la Cueva donde nace el agua”, como por encanto, al momento se vio en el claro arroyo, sintiendo que su cuerpo estaba más liviano y terso; lo malo fue que al mismo tiempo iba sintiendo más fuerte el olor a azufre, por lo que pronto trató de huir; pero eso sí, no soltó lo que había recibido, al hacer lo mismo que la vez anterior y rezando algo entre sí, desapareció el personaje y el arroyo. Cuando regreso a su casa contó que se había encontrado con un hombre muy guapo, rico y bien vestido, sin contar; por supuesto, todo lo que le había dado; después de hacerles a los vecinos una descripción perfecta, todos al mismo tiempo le dijeron ¡es el sombreron que se te apareció!;se dice que cuando la Josefa murió; sufrió mucho a pesar de tener mucha riqueza, ya que su alma le pertenecía al sombreron y dicen que aún en estos tiempos el alma de la Josefa sigue penando.

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EL HOMBRE DE BLANCO

Platicando con mi abuelo, me contó

que un día

25 de diciembre de hace

aproximadamente 40 años, él tenía que salir de Teopisca para ir a trabajar a una finca que se llamaba “Mispía”; es un lugar que se encuentra en el municipio de Venustiano Carranza, ese trayecto lo tenía que hacer a píe; eran como las 9 de la noche cuando emprendió el viaje, por lo regular a esa finca iba mucha gente de Teopisca a trabajar, pero ese día nadie quiso salir y él tuvo que irse solo; se fue jalando 2 caballos con carga y un perro que lo seguía por donde quiera, empezó la caminata ya casi llegando al arroyo que se encuentra cerca del

Cerro Grande, el perro empezó a ladrar

desesperadamente, mi abuelo levanto la cabeza y vio que en medio del camino estaba parado un hombre grande; gordo, completamente vestido de blanco, de pelo largo y los ojos le brillaban como brasas encendidas; el hombre estaba levantando las manos a manera de taparle el camino, mi abuelo se paró soltó los caballos y sacó el machete de la cubierta para defenderse, le apuntó y le hizo un movimiento de cruz con el mismo machete, en ese momento el hombre misterioso se volteó y comenzó a correr con los brazos extendidos y sacudiéndose las manos. Mi abuelo en ese momento temblaba completo por lo sucedido, pero como pudo amarró los caballos y trató de seguirlo para ver a donde se iba el hombre, pero conforme avanzaba; la imagen del hombre de blanco se fue desapareciendo, hasta que mi abuelo lo perdió de vista, con esa sensación que produce el temor, él continuó su camino en medio de la oscuridad y soledad de la noche.

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EL CAJON VIEJO

Los abuelos cuentan que hace muchos años, vivió una señora que se llamaba Chole, esta señora era una persona ya grande que vivía con su hijo llamado Fermín, doña Chole se levantaba todas las mañanas muy temprano para prepararle el desayuno a su hijo; ya que Fermín siempre salía temprano para ir a trabajar. Doña Chole tenía su casa cerca de una iglesia vieja; llamada el cajón viejo, porque la estructura de la iglesia parecía una caja de muerto muy antigua. Doña Chole salía muy temprano disque a comprar azúcar, pero en realidad salía hacer sus maldades, esta señora tenía poderes sobre naturales para convertirse en perro negro, gato, o ave; pero en especial en marrana grande. La gente se quejaba de que había un nagual en ese lugar, un grupo de jóvenes que vivían cerca de la iglesia, aseguraban que habían sido asustados por los naguales de doña Chole; don Fermín acostumbraba a emborracharse con sus vecinos, y en esas borracheras los vecinos criticaban a don Fermín, diciéndole que su mamá era una bruja, razón por lo cual se enojaba mucho y les pegaba. Y así siguió transcurriendo el tiempo, don Fermín empezó a sospechar de su mamá, por lo que él decidió vigilarla pero nunca encontraba nada, los vecinos seguían quejándose de las maldades de los nahuales de doña Chole. Una madrugada don Fermín iba a su sitio para ver a sus gallinas, cuando se encontró con un perro negro que trato de morderlo, don Fermín tomo un palo grande y le pego en todo el cuerpo dejándolo tirado. Don Fermín salió de su casa muy enojado y se fue a trabajar, cuando regreso encontró a su mamá tirada en el sitio; toda quebrada y muerta, don Fermín se extrañó al ver que de la cabeza de la difunta brotaban piojos y más piojos, los cuales desaparecieron el cuerpo de doña Chole; después de un tiempo don Fermín murió con la culpa de haber matado a su mamá; y todo… por los naguales.

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AGRADECIMIENTOS

 A Dios por darnos la vida y la oportunidad de estar en esta noble labor cultural.  Al CELALI por direccionar por tantos años nuestra labor como promotores culturales.  A nuestros ancestros por el legado histórico que nos dejaron.  A las personas que tan amablemente aportaron sus secretos para la recopilación de esta investigación.  A mis compañeros de la Casa de la cultura de Teopisca, Chiapas; promotores culturales de actitud comprometida e incansable.

Respetuosamente Paco Mazariegos.

Teopisca, Chiapas; Diciembre de 2011

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