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Tipología de las empresas informativas: la concentración

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Ley N° 10.381

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Las cuestiones que se plantean son inagotables, y están en función de los sistemas socioeconómicos y políticos situados entre dos extremos: Solución autoritaria: familiar a la prensa se ha desarrollado en los regímenes totalitarios fascistas (que consideraron los medios de comunicación como instrumentos del poder político); en la órbita comunista (en donde las empresas informativas tienen por misión formar, dirigir, educar y movilizar a las masas para que asimilen las directrices que da el partido, y se estereotipa la información para adoctrinar a las masas), y sistemas de determinados países que llegan incluso a un régimen de control absoluto.

Solución liberal: en su manifestación más extrema, parte del supuesto de que la prensa es un instrumento PRIVADO de información, con fines comerciales. Este régimen de libertad de empresa atenta contra la libertad económica, la garantía del pluralismo y la misión educadora de la información.

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Contra la libertad económica, porque conduce al oligopolio o monopolio de los grandes grupos financieros; contra el pluralismo, porque se benefician del orden establecido; y contra la misión educadora de la información, porque procura dar sólo productos originales, no monótonos.

Soluciones intermedias: la misión fundamental de las empresas informativas es informar, y si realizan bien ese objetivo, es indiferente que el promotor gane o no dinero.

Tipología de las empresas informativas: la concentración.

Empresas privadas: en la prensa escrita, las empresas que predominan en Occidente son privadas. Las primeras empresas eran individuales. Hoy, para subsistir, tuvieron que organizarse como una verdadera industria.

Hasta el siglo XlX era posible lanzar un periódico con un capital modesto. Hoy, crear un periódico, en una ciudad media norteamericana, requiere de un capital de 5 millones de dólares. Introducida por primera vez en las hojas inglesas, nace una nueva fuente de ingresos: la publicidad.

La clase capitalista se disoció. Los capitalistas dejaron de ser patrones y viceversa, porque la dirección empresarial se separó de la propiedad y pasó a la nueva clase de administradores y técnicos. La empresa privada es excepcional en el ámbito de las agencias informativas, la radio y la TV. Hoy, entre las grandes agencias internacionales, sólo la UPI conserva la fisonomía de una empresa mercantil privada.

Cooperativas y sociedades de redactores: El periodista debe participar en el gobierno de la empresa informativa, que se somete a una especie de autogestión que exterioriza la finalidad no lucrativa que se predica de la función informativa. Las cooperativas aseguran esta participación de los periodistas, que procuran que el capital no domine la orientación del periódico. Se adaptan a este esquema la Associated Press y la Reuter.

El problema de la participación de los redactores está erizado de dificultades por la diversidad de formas, de cauces y de grados que pueda ofrecer. Resulta difícil concebir una forma de participación directa y plena del periodista. Se generalizan, en cambio, las formas de participación indirecta o incompleta. Las sociedades de redactores tienen participación indirecta (poseen títulos de la sociedad propietaria). Estas sociedades nacieron en Francia, dadas las circunstancias posbélicas.

Schwoebel considera las sociedades de redactores como una fórmula de transición para llegar a las sociedades de lucro ilimitado. Estas se lograrían con el apoyo de un organismo que cuidaría de asegurar la independencia informativa.

Empresas públicas: Son públicas las entidades que realizan una actividad de orden económico, fundamentando su gestión en consideraciones de interés general. Podemos establecer la siguiente tipología: 1. Sistemas de monopolio estatal: Monopolio directo de los poderes públicos sobre las empresas informativas, que actúan como instituciones al servicio de la propaganda (la oficial), y de la educación política, de acuerdo a la orientación autoritaria a que nos hemos referido. 2. Sistema mixto con predominio estatal: Con presencia del Estado en el medio, sin llegar a constituir monopolio. 3. Sistema mixto de carácter autónomo: Las empresas son organismos autónomos. Tienen personalidad jurídica y financiera, y las facultades necesarias para asegurar el cumplimiento de sus fines. En Europa Occidental, la prensa escrita es generalmente privada; la radio y la TV, en cambio, son empresas públicas (esto es por problemas técnicos - reparto de longitud de onda-, o políticos - apoyar la acción gubernamental-).

La cuestión es que las democracias occidentales, al organizar los servicios de TV, tropiezan con un problema que según Santiago Varela, “radica en hacer compatible el monopolio estatal con el respeto a la imparcialidad informativa y el libre acceso a la pequeña pantalla de los diferentes grupos políticos, religiosos, culturales, etc.” El régimen europeo es de corporaciones o empresas públicas de carácter autónomo, pero sujetos a un amplio control por parte de la Administración. Existen: -Las empresas públicas sin monopolio estatal. Ej., BBC. Su funcionamiento respeta el pluralismo ideológico, concediendo iguales oportunidades a los diferentes partidos para expresarse. Hay sistemas análogos en Japón, Canadá y Holanda. -Las empresas públicas con monopolio pero sometidas a diversos controles. Ej., en Italia la RAI funciona como una empresa mercantil (mayoría de las acciones del Estado; tiene controles: Comité Cultural, Comisión Parlamentaria). Instituciones similares: Alemania, Bélgica, Suiza y Suecia. -Las empresas públicas con monopolio estatal en régimen de servicio público. Ej., la ORTF en Francia.

Los trusts: Es resultado de la concentración de las empresas informativas. De acuerdo con la estructura socioeconómica mundial, las empresas periodísticas tienden al monopolio, como todas las grandes empresas. Por un lado, la revolución técnica ha entrado en el mundo de la información, y generalizado nuevos procedimientos de transmisión y composición nacional e internacional. Por otra parte, las exigencias económicas enseñan que, concentrando se reducen los gastos: producción, transporte, personal, etc. La publicidad mediatiza y condiciona la vida de la prensa. Es masiva, porque los anunciantes condicionan las ofertas y las tarifas; por lo tanto, a mayor publicidad, mayor tirada, y a mayor tirada mayor publicidad. Así se explica la concentración: se reduce el número de periódicos y aumenta la tirada de los que quedan.

La prensa diseminada es característica de otro siglo. Ahora, o crece, o muere. Esta tendencia fue la causa de la creación de grandes trusts (unión de una pluralidad de empresas informativas – concentración horizontal), y de empresas conexas (concentración vertical), que pierden su independencia económica, con el peligro de perder también la cultural al integrarse o fusionarse con una unidad económica superior. Las organizaciones profesionales consideran que la concentración de empresas periodísticas se debe a cuatro causas principales: -El aumento de los gastos técnicos (impresión, publicación, distribución), que condena a corto o largo plazo a las pequeñas y medianas empresas. -La necesidad de efectuar considerables inversiones para la modernización de equipos. -La insuficiencia de los recursos previstos por la publicidad. -Los gastos suplementarios necesarios para hacer frente a la competencia.

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