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LA SOCIEDAD DENTRO DE 20-30 AÑOS Y LA ESCUELA DE HOY Dr. Marino Latorre Ariño Universidad Marcelino Champagnat Lima, 2017 Recordemos cómo se vivía y organizaba el trabajo cuando no había smartphones, e-mail, facebook, twitter, youtube, whatsapps, skype, etc. Con la aparición de estas herramientas electrónicas todo ha cambiado: la forma de relacionarnos, de trabajar, de buscar información, de aprender , etc. Hoy en día es muy difícl encontrar a una persona sola; o está en compañía de otra persona o está con su smartphone… pero “cuanto más conectado, más desconectado”. Se pueden imaginar los cambios que habrá cuando los estudiantes actuales de educación Inicial o Primaria sean profesionales, es decir, dentro de unos 20-30 años? La Secretaría de Educación de los EE.UU. decía el año 2006 que las 8 carreras --o trabajos-- que tendrían mayor demanda en el año 2016 aún no habían sido creadas. Entre el 70-80% de los actuales puestos de trabajo desaparecerán en los próximos 20 años. Se crearán otros puestos de trabajo distintos pero aún no se sabe cuáles serán las competencias (habilidades, conocimientos y actitudes) que deberán tener los que los desempeñen, etc. La misma Secretaría predecía que en los años próximos, una persona desempeñaría hasta 14 trabajos diferentes antes de cumplir los 40 años. Hoy, una de cada cuatro empleados trabaja contratado por menos de un año, y más de la mitad no llega a alcanzar los cinco años de antigüedad en ningún trabajo. En el pasado la función de la escuela era transmitir conocimientos enciclopédicos y acumularlos en la cabeza del estudiante. El éxito de un estudiante llegaba si era capaz de evocar esos conocimientos de manera precisa en el momento del examen. A finales del siglo XX y preincipios del XXI se ha puesto en tela de juicio el modelo de aprendizaje acumulativo y memorístico y se ha asignado a la escuela la función de desarrollar habilidades cognitivas y emocionales – capacidades y valores-- que generen competencias para saber vivir, relacionarse con otras personas y ser profesionales competentes. La adquisición de los conocimientos no es un fin en sí mismo sino que el fin es el desarrollo de habilidades cognitivas y emocionales que permitan al estudiante aprender y seguir aprendiendo durante toda la vida y ser personas honestas y bienechoras de la sociedad. En este mundo incierto y cambiante hay que preparar personas con competencias blandas, capaces de adaptarse con rapidez a los cambios, con pensamiento crítico, capacidad de comunicación y de resolución de problemas. El documento de la UNESCO (2015) Repensar la educación. ¿Hacia un bien común universal?, dice que “urge replantear el propósito d ela educación y la organización del aprendizaje” y pide hacerlo “desde una visión holística que supere la dicotomía tradicional entre aspectos cognitivos, emocionales y
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éticos”. Es decir lo que pide la UNESCO es que la educación sea inegral y para ello “debe desarrollar en el estudiante la inteligencia, el corazón-la voluntad y la conciencia”. La escuela del siglo XXI tiene que tomar conciencia de que ha de preparar a sus estidioantes para poder afrontar todos estos desfíos. Hay unos principios pedagógicos que hay que tener en cuenta: El aprendizaje no se produce cuando alguien quiere enseñar (el docente), sino cuando alguien (el estudiante) quiere y puede aprender. Hace referencia a las condiciones previas de aprendizaje del estudiante y a la motivación y autoregulación que tenga para aprender. No hay aprendizaje sin emoción; lo cognitivo y lo emocional deben ir juntos. Aprender haciendo o aprender a través de la acción (J. Dewey); el aprendizaje implica producir de forma personal conocimiento, mediante la actividad mental y manual, trabajando de forma personal y colaborativa, utilizando la mediación del profesor cuando la necesite. La pedagogía activa no es la que mueve el esqueleto sino la que hacer mover las neuronas de los estudiantes. La labor del profesor no es la de enseñar; la labor del docente es poner al estudiante en condiciones en las que pueda aprender y orientarle de forma ajustada para que aprenda. El aprendizaje basado en problemas (ABP) o por indagación (API), el aprendizaje por proyectos (APP), el estudio de casos y dilemas morales, etc. son metodologías que permiten aprender de forma constructiva, significativa y funcional. Así mismo, la realización de actividades de aprendizaje desafiantes, creativas, globalizadoras y progresivas en cuando al nivel de desarrollo de las competencias, (el arte de enseñar es saberse mover en la ZDPróx de Vygotsky) etc., son instrumentos que permiten desarrollar habilidades y actitudes y aprender los contenidos de cualquier área de estudio. Hoy se valoran, y se seguirán valorando en el futuro, las lamadas “habilidades blandas” –solt skils--. Según Goleman, D. (1996) “la inteligencia emocional habilita para identificar, expresar y canalizar las propias emociones, y también para captar y comprender las emociones de las otras personas”. Está formada por la: Inteligencia intra-personal: faculta para formarnos una imagen veraz y precisa de nosotros mismos, conocer nuestra propia identidad y para distinguir lo que somos de lo que representamos, en las relaciones sociales. Para comprender nuestros más íntimos deseos y necesidades. Inteligencia inter-personal-social: faculta para entender y comprender a los otros. Esta persona posee empatía, puede ponerse en la piel del otro, puede trabajar en equipo; posee el don de gentes.
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“En un estudio reciente 82 de 93 ganadores de premio Nobel convinieron en que la intuición desempeña un papel importante en los descubrimientos. Hoy en día las grandes compañías importantes están buscando a personas con intuición e inteligencia emocional” (Robert K. Cooper-Ayman Sawaf, 1997). Se refiere también a la inteligencia espiritual como inteligencia existencial o trascendente; según Zohar, D. y Marshall, I. (1997) la inteligencia espiritual complementa la inteligencia emocional y lógico-racional. Responde a una serie de preguntas, como: ¿Quién soy yo? ¿Qué será de mí? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Existe Dios? ¿Dónde está? Torralba, F. (2012 b, p.25), habla de “la educación en el desierto espiritual” y afirma que afirma que en el mundo educativo hay tres tipos de analfabetismo: Analfabetismo emocional intrapersonal Analfabetismo emocional interpersonal Analfabetismo espiritual Desarrollo de la inteligencia emocional. Supone el cultivo la dimensión axiológica y trascendente de la persona, --valores-actitudes--. Se trata de enseñar a vivir como personas con criterios de vida. Gardner, H. (2008) invita al desarrollo de lo que él llama “las cinco mentes del futuro”. La mente disciplinada: Se trata de aprender a pensar para aprender a aprender durante toda la vida. La mente sintética: Nos encontremos ante una cantidad excesiva de información y deberemos ser capaces de resumirla con precisión, sintetizarla de una forma productiva y hacer que nos sea útil. La mente creativa: Las personas valiosas son capaces de crear algo nuevo, capaces de descubrir nuevos fenómenos, nuevos problemas y nuevas preguntas y puedan contribuir a su resolución... por lo menos hasta que se presente el siguiente enigma. La mente respetuosa: Se trata de educar a las personas para que sean tolerantes y valoremos las diferencias. Si no podemos aprender a convivir con los demás, el planeta pronto quedará despoblado. La mente ética: El respeto se da entre las personas; la ética se ocupa de la forma de vivir en sociedad. Según indica Goleman (1999), por competencia emocional se entiende la capacidad de expresar nuestros propios sentimientos del modo más adecuado y eficaz, posibilitando la colaboración en la consecución de un objetivo común. A su vez la competencia emocional se puede dividir en dos apartados o categorías relacionadas: competencia emocional-personal y competencia emocional-social
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La primera hace referencia a la relación que tenemos con nosotros mismos, por ejemplo: la conciencia de uno mismo y de sus emociones, la motivación, el autocontrol, la autoconfianza, etc. La segunda hace referencia a las relaciones que establecemos con nuestros semejantes, por ejemplo: la capacidad de entender diferentes puntos de vista, la predisposición a ayudar altruistamente, la tolerancia y la flexibilización de planteamientos, la cooperación y el dinamismo grupal, etc. COMPETENCIA EMOCIONAL-PERSONAL Reconocer las propias emociones y sus efectos. Conciencia Conocer las propias de uno mismo fortalezas y debilidades Seguridad en sí y en sus capacidades. Control de impulsos. Autorregula- Sinceridad e integridad. ción Flexibilidad para afrontar cambios.
Motivación
COMPETENCIA EMOCIONAL-SOCIAL Comprensión e interés por los demás. Empatía
Predisposición a ayudar. Conciencia de las relaciones jerárquicas de un grupo. Aprovecharse de la diversidad. Comunicación eficaz. Inspirar y dirigir a grupos.
Ser catalizador de cambios en Hacia consecución de logros. Habilidalas organizaciones. des Capacidad de negociación y Compromiso con el grupo. sociales resolución de conflictos. Iniciativa. Habilidades para trabajar en equipo: colaboración y Optimismo. Cooperación.
Fuente: Castro Santander, A. Alfabetización emocional. Universidad Católica Argentina
En el último documento del Forum Económico Mundial (marzo, 2016) propuso 16 competencias para toda la vida. De ellas hay seis competencias duras parecidas al informe DeSeCo y diez que son blandas; he aquí algún ejemplo de las blandas: Trabajo en equipo, tolerancia, curiosidad, constancia, compromiso, adaptabilidad, capacidad de liderazgo, respeto a la cultura social, empatía, respeto, etc. Estas serán las competencias que se valorarán, sin ninguna duda, en los años próximos, y ninguna se enseña explícitamente en el colegio o la universidad. He aquí una lista de cosas que no se enseñan en los colegios y escuelas:
No enseñan a amar a las personas. No enseñan a cómo manejar el ser famoso. No enseñan a cómo ser rico o pobre y saber vivir con dignidad. No enseña a manejar el dinero y a saberlo gastar de forma adecuada.
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No enseñan cómo saber recuperarse de un fracaso en una empresa y volver a recomenzar. No enseñan a cómo apartarte de una persona a la que ya no amas. No enseñan a saber vivir en medio de la corrupción sin dejarse corromper. No enseñan a “leer” lo qué pasa por la cabeza de alguien. No enseñan qué decir y hacer con alguien que se está muriendo. No enseñan a expresar los afectos y las emociones a las personas de manera asertiva. Hay escuelas que enseñan cómo ganarse la vida, pero no enseñan a vivir, y, lo peor es, que con eso creen que ya han cumplido con su respondabilidad social. “En la escuela se enseñan muchas cosas pero no enseñan nada que valga la pena saber” (R. Kipling).
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