No se puede obligar a aprender Dr. Marino Latorre Ariño 2019 Dice Claxton (1987, pp. 213-239) que si los profesores no saben en qué consiste el aprendizaje, tienen las mismas posibilidades de favorecerlo que de obstaculizarlo. El mayor enemigo del aprendizaje es el maestro que no para de hablar en clase, dice Holt (citado por Marina 2015, p. 95). Enseñar es, pues, una actividad subversiva en la que el estudiante se convierte en el sujeto subversivo1 de la situación en que vive (el sistema). Es lo que quiere decir Bruner al afirmar: “La educación es peligrosa, porque introduce… [en la conciencia de las personas] el sentido de la posibilidad”. Es lo que afirmó Malala en la ONU: “Un niño, un maestro, un lápiz y un libro pueden hacer la diferencia y cambiar el mundo” (Malala, 2013). He aquí algunos principios para que el aprendizaje-subversivo se produzca: 1. No se puede obligar a aprender. El aprendizaje y el desarrollo se dan espontáneamente, en tanto que no se puede forzar sino tan solo facilitarlo. La tarea del profesor no es enseñar sino poner al estudiante en situaciones en las que pueda aprender, porque el que aprende es el estudiante. 2. Lo que se necesita o se quiere saber, se aprende antes. No se aprende nada que no esté relacionado con la satisfacción de una necesidad, deseo o para evitar alguna amenaza. La única motivación es la calidad de nuestra supervivencia. “El interés es el motor de la actividad y del aprendizaje”. 3. Cuando las personas se sienten amenazadas, dejan de aprender. El profesor debe diferenciar entre el desafío y la amenaza. 4. El profesor debe reconocer las señales del estudiante que se siente amenazado. Cuando un estudiante no puede seguir el proceso de aprendizaje lo que conviene hacer es una pausa. Un sermón no mejorará las cosas. 5. No se puede aprender aquello para lo que no se está preparado. La sugerencia sería la de tener una idea intuitiva de lo que se irá enseñando y ajustarlo a la respuesta del estudiante. El arte pedagógico de un buen profesor es saber moverse en la ZDPróx de Vigotsky. La preparación que se exige al estudiante es: a) preparación emocional – querer aprender-- y b) preparación psicológica –disponer de los conocimientos previos que permitan aprender los nuevos contenidos--. El interés del estudiante indica claramente su preparación y disposición para aprender lo que se le quiere enseñar.
1 Significado de subversivo: “Que pretende alterar el orden público o destruir o cambiar la estabilidad política, social o moral de un país.”
6. El estudiante no puede ceder su responsabilidad al profesor. El estudiante es quien aprende, no el profesor. El poder del profesor es un poder prestado, circunstancial, mientras el estudiante va alcanzado la autonomía. El alumno tiene el derecho y la responsabilidad de decidir su objetivo y la responsabilidad del profesor es proporcionar el mejor camino para lograrlo. 7. De todas las cosas que el profesor enseña lo que mejor hace es “enseñar su propia personalidad”. Un estudiante aprende sobre sí mismo y sobre el profesor. Un profesor puede ser o no ser un buen modelo para el estudiante. Si el profesor no da ejemplo de lo que dice, de poca utilidad será toda prédica que haga. Los estudiantes aprenden más por los ojos que por los oídos. 8. El aprendizaje tiene su tiempo. Todo aprendizaje demanda un tiempo para ser asimilado. Seguir el consejo de Juan Amós Comenio: “El arte educativo es seguir e imitar a la naturaleza” (citado por Latorre, 2016, p.248). 9. La "enseñanza" es parte de un contexto de aprendizaje. La esencia del aprendizaje es la creación de asociaciones entre las diversas partes de las ideas que tenemos sobre el mundo, que se activan a la vez consecutivamente; lo que se aprende, queda ligado al contexto en el que se ha aprendido. Por lo tanto, una de las tareas del profesor es la de variar los rasgos no esenciales del contexto de aprendizaje para que éste no domine a los contenidos y se fijen los rasgos relevantes del proceso.
¿Qué se le pide al profesor? Si el profesor no es comprensivo, difícilmente podrá ayudar a un estudiante bloqueado. El profesor debe tener la sensibilidad suficiente como advertir hasta dónde ha llegado el estudiante para entender cómo guiarlo a destino. Un docente que se identifica con el estudiante, acaba proyectando sus deseos en él, entonces el miedo del profesor al fracaso del estudiante, puede paralizarlo. Es preferible desear el éxito del estudiante antes que poderlo obtener –efecto Pigmalión--. En algunos casos, el profesor impide el éxito del estudiante simplemente porque necesita a quién enseñar. Y no se trata de una necesidad meramente económica, puede ser una necesidad emocional. ¿Entonces, cómo puede un profesor ayudar al estudiante? Puede actuar como un maestro, guiando un curso en particular, creando situaciones o diseñando secuencias de actividades y de experiencias, o puede actuar como entrenador-instructor, calificando las consecuencias de la acción por medio de la recompensas o de castigos (conductismo). Suponiendo que el estudiante quiera aprender y el problema consista en que el nuevo conocimiento no se integre en su mente de forma significativa, el profesor podrá ayudarle tendiéndole otro tipo de puentes, a través de los cuales establecer conexión: 1. Puentes lógicos: estrategias de inducción-deducción que vinculen los conceptos, clarificando los conocimientos previos exigidos para el nuevo aprendizaje.
2. Puentes analógicos: la metáfora, esto es, establecer una conexión entre un conocimiento existente que posea alguna característica comparable al nuevo conocimiento. 3. Personal: datos de la experiencia personal, esto es establecer un vínculo a través de la propia existencia. A veces se pregunta si es mejor el aprendizaje por descubrimiento que el aprendizaje por exposición. Probablemente, la respuesta sea que da lo mismo en tanto el estudiante pueda aprender de forma significativa y funcional el conocimiento. En los primeros años de educación todo está por aprender--descubrir. En ese momento es posible que sea mejor el aprendizaje formal por descubrimiento dirigido. Cuando pasan los años el estudiante ya tiene más conocimientos y lo que s ele pide aprender es más complejo; en ese momento la ayuda del docente es indispensable para aprender de forma significativa y funcional conocimientos más difíciles. Es difícil suponer que la mayoría de los estudiantes de secundaria puedan ser capaces de inventar-descubrir la combinatoria, el cálculo diferencial e integral, algo que solo dos genios pudieron hacer: Isaac Newton y Gottfried Wilhelm Leibniz.
El mejor servicio que un profesor puede prestarle a un niño enseñarle a aprender a aprender, ayudarle a desarrollar un conjunto de habilidades cognitivas –capacidadesdestrezas-- y emocionales –valores-actitudes para que pueda utilizar estrategias útiles para potenciar lo aprendido –aprendizaje funcional-- y desarrollar una actitud de aprendizaje en las diferentes experiencias de la vida.
REFERENCIAS Claxton, G. (1987). Enseñar, en Claxton, G. Vivir y aprender. Madrid, España: Alianza. Latorre Ariño, M. (2016). Teoría y Paradigmas de la educación. Lima, Perú: SM. Malala, (2013). Discurso ante la Asamblea de la ONU. Nueva York. Recuperado de https://www.diarioregistrado.com/cytogenetic_straw-hat_inst Marina, J. A. (2015). Despertad al diplodocus. Una conspiración educativa para transformar la escuela y todo lo demás. Barcelona, España: Ariel.