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El peso profesional detrás del telón
Por Sebastián Ormeño Oporto
Para muchos, Concepción es la cuna del rock, pero también un suelo fértil para otros campos de la cultura: las artes escénicas. Las de ayer y las de hoy -con reconocidas compañías, agrupaciones y elencos que reforzaron la escena local- y las futuras -con la apertura de la carrera de Teatro en la Universidad de Concepción que llama a preguntarse: ¿Estamos frente a la consolidación de un sueño que compartieron tantos y tantas artistas locales como Gloria Varela Betancur, nuestra ex directora de extensión artística y cultural de la Ucsc, ex alumna del Teatro Universitario de
Concepción (TUC) y afamada actriz?
Veamos:
“Nuestra propuesta es muy exigente e integral, la idea es que nuestros alumnos salgan con la capacidad de gestionar sus propias obras y escenografías, con conocimiento en el área actoral, vocal, corporal y en las artes plásticas”, dice de la iniciativa académica de la UdeC, la integrante del Departamento de Música de este plantel y una de las partícipes del proyecto, Marioly Inostroza Morales.
Pero resulta difícil dimensionar y valorar este acontecimiento cuando se desconoce el esfuerzo de autogestión, vinculación y resistencia que han mantenido los actores sobre las tablas; los dramaturgos y sus reinventadas historias y las distintas compañías e instituciones que aún mantienen arriba el telón.
Teatro penquista tras bambalinas
La búsqueda de un teatro auténticamente penquista, pero con problemáticas sudacas y latinoamericanas crecieron al alero de una gran experiencia universitaria en Concepción durante los años ’60: El teatro universitario de Concepción (TUC) marcó un precedente no solo por la creación de diversas compañías bajo su alero, sino porque las casas de estudios democratizaron y otorgaron un carácter popular a un espectáculo que era elitista. En el ámbito nacional, en los ’40 ya habían germinado algunas: El Teatro Experimental de la Universidad de Chile (1941) y el Teatro de la Universidad Católica (1943).
A Ovidio Ovillo representó en su primera presentación de “Sueños de una noche de verano” en la Ucsc, el alumno de periodismo y actor Joaquín Fernández Rojas.
Tan apasionada como siempre y dueña de una memoria infalible, la actriz Gloria Varela, recuerda su primera obra: “La canción rota” de Antonio Acevedo Hernández en 1963. Su voz se entrecorta y viaja a los tiempos donde dejó parte de su alma en las tablas, donde Nelson Villagra Garrido, reconocido director llevaba el timón de la obra y el arte se respiraba por doquier. Fue tal el impacto que generó el TUC, que los diarios El Sur, Crónica y La Patria difundían con gran despliegue noticioso la trayectoria teatral del elenco penquista, titulares que Gloria Varela incluso cita.
Pero, tristemente, y así como toda obra tiene un clímax y un final, el del TUC fue dramático y violento en 1973. “Lástima que la dictadura se nos cruzara tan dura, tan siniestra y oscura”, dice la actriz Leyla Selman, aunque reconoce que el telón no cayó del todo, el teatro no murió y con la habilidad corporal propia de la gente de las tablas, surgieron nuevas aspiraciones teatrales.
Nativa de Tomé e investigadora del archivo digital Teatro y memoria Concepción, Marcia Martínez Carvajal, declaró que en Concepción “desde 1973 hasta 1990 hubo cerca de 32 compañías. Por su continuidad destaca “El Rostro” y “Fantoche”. Por entonces, Tomé contaba con al menos tres compañías; Lota con el teatro del Carbón y Laja, con la Casa de la Cultura de la Papelera de Laja, ligada fuertemente al teatro infantil.
Las obras “Anacleta Avaro” en 1977 en las tierras carbonizadas de Lota, “Operación Zapato” en Laja y la compañía El Rostro que -irreverente, pero valiente- osó presentar en 1986 el Retablo de Yumbel, de Isidora Aguirre. La obra recurre a la metáfora de la persecución de los cristianos en el siglo III para referirse al fusilamiento de los19 detenidos-desaparecidos de Laja-San Rosendo durante el gobierno militar, cuyos cuerpos fueron hallados en 1979 en la localidad de Yumbel, Octava región” (Memoria Chilena). En el marco judicial por violación a los derechos humanos, esta causa investigada por el ministro de la Corte de Apelaciones de Concepción, Carlos Aldana Fuentes, está hoy radicada en la Corte Suprema para la confirmación o revocación de la sentencia final.
“EL ARTE ES LO MÁS PROFUNDO DEL SER HUMANO, DONDE LA PASIÓN, EL AMOR Y EL RESPETO HABLAN UN SOLO IDIOMA Y ES LABOR NUESTRA INCULCAR ESTOS VALORES A NUESTRA JUVENTUD”, GLORIA VARELA BETANCUR.
Posteriormente, algunas escuelas de teatro y universidades privadas intentaron incluir el teatro, sin embargo, cerraron. Desde entonces, Concepción no cuenta con un teatro institucionalizado.
Historias que se entrelazan en distintos escenarios
En una visita a la Sala de Teatro del Centro de Extensión de la Ucsc, el reconocido dramaturgo Juan Radrigán Rojas declaró: “Necesito tanto escribir como respirar”. Con la misma pasión y necesidad los artistas locales