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“Hai que ser como a xente” o el catálogo de Ikea
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Sálvora Feliz
Josefa Lorenzo da Casa está de pie en su cocina, en Nogueiroa, Galicia,asus79años.Seagachayremuevelostroncosdepinopara que la cocina de leña no muera. En sus manos se ven las arrugas y durezas de toda una vida trabajando: en la emigración haciendo camas en hoteles, en su madurez regentando una mercería, en su vejez limpiando colegios… siempre compatibilizándolo con sus labores de costura y con trabajar el campo. Ella ha sido mayor desde siempre… desde que se casó en su mayoría de edad. Se sienta y, pelando una naranja, dice mirando por la ventana: “hai que ser como a xente”. En la esquina opuesta de la habitación, su nieta la observa mientras se apoya en la pared, y le contesta: “la gente tiene que ser como es”.
Si la disciplina de la arquitectura fuera realmente contemporánea, existirían tantas casas como personas hay. Existirían de facto, y no mediante su cualificación por medio de muebles de Ikea. Si vemos las fotografíasdecómoeranlos hogaresde antaño,cadaunoensu contextogeográfico,esposible queseamos capacesde rememorar lacasasdenuestrasabuelasybisabuelas(fig.1),aunquenolosean específicamente. Hay un mimetismo que inunda estas estancias, diferenciándolas por su finalidad: la cocina, el dormitorio… Lo habitualhaceunsigloeraque todasvivieranenelmismoescenario doméstico, pero ya no… tismoqueinundaestasestancias,diferenciándolasporsufinalidad: la cocina, el dormitorio… Lo habitual hace un siglo era que todas vivieran en el mismo escenario doméstico, pero ya no… Osí.Ikea,aligualqueelimperiodeAmancioOrtegaenelmundode lamoda(Villaseñor,2018),hamotivadounnuevofenómenodefast fashion en torno a la escenografía doméstica digna de mención. El concepto de renovación estacional del hogar se propicia cada temporada al aparecer nuevos productos que “necesitamos”, ya seaparaadecuarnuestrobalcónoparamejorarnuestrodormitorio. Cambiar lámparas, alfombras o sillas, ya no parece que sea tarea a realizar cada década, si no que se convierte en nuestra cita de cada temporada.
¿Pero como hemos llegado a esto? Desde su nacimiento en 1943, Ikea facilita la introducción de mobiliario o accesorios de diseño cuidado a precios módicos (AA.VV., 2022a). La producción estandarizada y expandida a todo el planeta, convierte estas piezas en productos globalizados que, con determinados ajustes publicitarios (Espinosa, 2012), pueden encontrarse tanto en una vivienda mediterránea, como en un piso en el centro neurálgico de Teherán (fig. 2 y 3). Sus tiendas a modo de showroom, nos ayudan a visualizar nuestro día a día en los platós propuestos, mediante un catálogo de habitaciones que nos permite tomar ideas de aquí y de allá. El diseño se cuela en nuestra casa y convierte reflejos o imitaciones de piezas tan conocidas como el taburete de Alvar Aalto, en elementos cotidianos de nuestra realidad doméstica. Lo que antes estaba al alcance de unos pocos, es ahora el imaginario de la comunidad global, o en palabras de Ingvar Kamprad (AA.VV., 2022b): “¿Por qué los productos bonitos se hacen sólo para unos compradores? Debería ser posible ofrecer buen diseño y función a precios económicos”.
Infinidad de imágenes inundan Pinterest o Instagram de ideas para nuevos “ambientes” en nuestra casa. El contenedor ya no tiene importancia, se ha vuelto anónimo para dar paso a la singularidad desucontenido.Lapersonalizacióndenuestroterritoriomásíntimo se encuentra en la elección y combinación de objetos de menor escala,que nos facilitan el día a día. Lo que nos representan son ahora los objetos que se encuentran en nuestro hogar, que tienen significado propio. Las campañas de Ikea de los últimos años se han encargado de introducirnos esta idea: “Una habitación con vistas”catálogo2014Relajarse;“Luzdondequieras”Catálogo2015 Iluminación; “Una fiesta en la terraza” Catálogo 2017 cocinas; “Los monstruos están debajo de mi cama” Catálogo 2017 Descanso; o “Eres único y tu hogar también” Catálogo 2018 Salones (Barahona, 2018).Nuestracasayanoestásólodefinidapornuestrosrecuerdos físicos,sinoqueunnuevoimaginariosehaimpuestoparaindicarnos cómo es una casa en la que poder vivir momentos felices.
Hogares todos diferentes, porque todas queremos ser singulares, pero todos iguales. Porque quizás no haya tanta diferencia entre la unidad de principios del siglo xx y la de nuestro inicio del siglo xxi. Al final, todas pertenecemos, o queremos pertenecer, a la misma realidad. Todas queremos ser “como a xente” o tener en nuestra casa una parte del catálogo de Ikea, y así, nos autoconvencemos de que somos únicas perteneciendo a la comunidad de nuestro tiempo. Aunque esta reflexión solo puede tener sentido si obviamos el verdadero significado de lo que abarca la arquitectura.
Bibliografía
AA.VV. (2022a). “Sobre nosotros” en Ikea - tienda oficial. Disponible en: https://www.ikea.com/es/es/this-is-ikea/ about-us/
AA.VV. (2022b). “Nuestra historia” en Ikea - tienda oficial. Disponible en: https://www.ikea.com/es/es/this-is-ikea/ about-us/nuestra-historia-pubad29a981
Barahona, Gonzalo (2018). Tu casa, nuestro reino. El imaginario colectivo en el catálogo de Ikea España. TFM. Madrid: Máster en Comunicación Arquitectónica. Espinosa, Ángeles (2012). “Ikea borra a las mujeres de su catálogo para Arabia Saudí” en El País, 1 de noviembre. Disponible en: https://elpais.com/sociedad/2012/10/01/actualidad/1349106915_875612.html
Villaseñor, Santiago (2018). “Amancio Ortega: el padre de Zara y el fast fashion” en ELLE online, 17 de marzo. Disponible en: https://elle.mx/moda/2018/07/17/amancio-ortega-padre-zara-fast-fashion
Fuentes de figuras
Fig. 1:_ Llano, Pedro de. (2006). Arquitectura popular en Galicia. Razón y construcción, p.59. A Coruña: Edicións Xerais de Galicia y Fundación Caixa Galicia.
Fig. 2 y 3: _ AA.VV. “Ikea elimina a las mujeres de su catálogo para Arabia Saudí” en La Vanguardia online, 2 de octubre. Disponible en: https://www.lavanguardia.com/vida/20121002/54351503226/ikea-elimina-mujeres-de-su-catalogo-para-arabia-saudi.html