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Mistery in London

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La verdad de Sonia

La verdad de Sonia

¿Por dónde empiezo? Lo primero que tienen que saber es que mi mamá me nombró Grace, insistió en ese nombre, de alguna forma me decía que podía ver la gracia de la vida reflejada en mí. Además me decía que me iría muy bien sola, sin embargo siempre estábamos juntas. Mi padre murió cuando era niña, la verdad no me acuerdo de él, y mis dos hermanos se fueron al poco tiempo, así que tampoco tengo recuerdos de ellos, solo éramos nosotras dos y era maravilloso. No me enseñó a bordar o hacer manualidades, hacíamos otras cosas, incluso diferentes tipos de ejercicios, tanto físicos como mentales. Mamá decía que éramos libres de hacer lo que quisiéramos en Ferndell... Ella era mi mundo entero, pero no compartía todo conmigo. Para mamá la privacidad era la mayor virtud y la que otros menos respetaban. Lo que me lleva al segundo punto. Hace una semana, la mañana en la que cumplí diecisiete, desperté… y mi madre había desaparecido. Había dejado nuestro hogar en Ferndell en algún momento de la noche, y ya no regresó. Pedí ayuda a mis hermanos por medio de un telegrama para que vinieran a casa, pero lo único que terminaron haciendo es que Frank, el detective más conocido de Londres dijera que se va a encargar de la investigación de mamá, mientras que mi otro hermano, Jared, se encargara de mi tutoría, enviándome a un internado de señoritas para que me convirtiera en una, ya que él cree que lo único que hizo mi madre conmigo fue malcriarme. Lo único que dejó mamá era unas pinturas de flores y un pequeño libro sobre el idioma de las mismas, en un mensaje me decía que usara estos regalos con sabiduría pero no entendía cómo, hasta que un día encontré una nota en la que me decía que “Nuestro futuro depende de nosotros”, pero no entendía de qué futuro hablaba, y recordé que alguna vez me dijo. - “Hay dos caminos que puedes tomar Grace, el tuyo… o el que otros decidan por ti”- y comprendí. Mi madre escapó a Londres, ¿cómo lo sé? En algunos planos y agendas que estaba buscando en su habitación dijeron que en estas fechas estaría en Londres, además había unos mapas con diferentes lugares, así que empezaré por ahí. Así como mamá escapó de Ferndell, yo también debo hacerlo… voy a encontrarte madre. Obviamente use una línea distinta de transporte, con mis hermanos buscándome no sé por dónde empezarían. Cuando entré a mi vagón y me senté a esperar a que acabe el recorrido, me asusté demasiado al ver una navaja saliendo de una maleta.

Temerosa, intento alejarme al ver que se mueve e intenta caer al piso ¿qué hay dentro de ella? No me demoro al descubrirlo cuando veo que se asoma una cabeza y quedo asombrada al ver, cómo la maleta se cae, y de esta sale un chico… bastante guapo de verdad, pero bueno, en fin él se arregla su traje, (que al verlo bien, parece de alta costura y muy elegante) y se sienta enfrente mío en el vagón. Me saluda, e inmediatamente le pido que salga del vagón, pero él me dice que no puede porque se está escondiendo y además soborno a un maletero para que lo ponga en aquel bolso. Aunque le vuelvo a decir que se vaya, el me mira de pies a cabeza y comenta. - Luces… extraño “caballero”- Me lo dice porque estoy vestida con la ropa de mi hermano, para mantener un bajo perfil. - ¿Y tú no? –- No eres un varón- responde extrañado - Podría serlo- ¿Quién eres?- me cuestiona - ¿Qué eres?- dije a la defensiva - Soy el vizconde Louis Patridge, el marqués de Basilweather.- Comenta, mientras estira su mano en forma de saludo. - Tú eres un tontoAl escuchar mi respuesta, él vuelve a decir. - Para que sepas acabo de orquestar un escape osado…- Antes de que continúe, lo interrumpo. -¡Tú no escapaste! Allá afuera hay un hombre buscándote. Cuándo te encuentre, creerá que te ayudé y estaré en peligro. Por lo tanto, te pido que te vayas. – Exclamé un poco frustrada. Afuera de la estación, había un grupo de personas de muy alta clase, diciendo que buscaban a su hijo. ¿Habrá sido el inútil que acabo de ver? En fin, no es mucho cuando en segundos más tarde, él regresa y me dice que el señor de sombrero marrón está buscándolo por cada vagón y que debo ayudarle. ¿Por qué no me sorprende? Después de una pelea interna conmigo misma y recordando que mi mamá me dijo alguna vez que me concentrará en mis asuntos y no dejarme llevar por otras personas (en especial por los hombres), algo me dice que debo hacerlo, entonces… voy ayudar a ese inútil. - ¿¡Estás segura de esto?!- ¿¡Se te ocurre algo mejor?!Vuelvo a ver el túnel al que nos dirigimos y definitivamente la única opción

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que tenemos es saltar del tren o morir. - ¡Escucha marqués, tenemos dos opciones!- ¿¡Y con cuál de las dos no muero!?- Me grita desesperado. - ¡Con esta!Tomo su mano y saltamos hacia el campo que hay abajo, antes de que el tren entre por el túnel y no haya otra salida. Cuando nos recuperamos de la caída, empezamos a caminar. Frustrada le comenté. - ¿Sabes que arruinaste la primera fase de mi plan, no? - ¿Fase qué?- Dijo sin entender. – ¿Oye pues quién eres?- Al ver que no respondí, volvió a hablar. - Creo que después de nuestro encuentro con la muerte, merezco saber tu nombre.- Grace Wembley.- ¿Wembley? ¿Cómo Frank Wembley?- Y estoy encubierta, así que olvida esa información.- ¿Encubierta, trabajando para él?- Encubierta, escapando de él.Se detiene un momento a pensar y me dice. - ¿Es por eso que estás vestida de varón, no?- Y es por eso que no dirás nada- Digo mientras sostengo su brazo con fuerza. - ¿Entonces?- Vuelvo a preguntar. - ¿Entonces qué? – Dice él. Frustrada, señalo el lugar de dónde saltamos y vuelvo a decir. - ¿Gracias? Se supone que deberías darme las gracias.- ¿Por qué? –Suspiro enojada y vuelvo a caminar. Definitivamente no entiendo a los hombres. Cuando anocheció, Louis preparó comida con algunas plantas que encontró en el campo. Corto el silencio cuando le comento una idea. - Estuve pensando. Tienes que disfrazarte un poco. ¿Qué opinas de tu cabello? - Nunca me ha importado- confiesa. Cojo una piedra y empiezo afilar mi navaja. Sorprendido me pregunta. - ¿Quién te enseñó afilar así?- Mi madre. - Tú madre es muy diferente a la mía. - dice entre risas. - ¿Quién te enseñó sobre flores y hierbas?- me escucho preguntar.

- Mi padre. –- Nunca conocí a mi padre- confieso. - El mío también murió. Los dos nos regresamos a ver y volvemos a hablar. - Lo siento. – Decimos a la vez. - ¿Por qué huiste de tu casa?- Pregunta. - No quería ir a una escuela de modales. ¿Y tú? –Lanza un suspiro y mientras le corto el pelo, vuelve a hablar. - Iba a unirme a la Cámara de los Lores. Tenía ideas de cómo mejorar la nación, pero mi familia me quería en el ejército, cómo mi tío. Y me di cuenta que si lo hacía, odiaría cada minuto del resto de mi vida. –Después de un pequeño silencio, le vuelvo a decir. - Debemos huir rápido mañana. Ese hombre te perseguirá…- ¿A dónde vas? – Me interrumpe. - Londres. –- Bueno… podríamos seguir juntos. Si quieres. –- No. Iremos a Londres y nos separaremos…- ¿Tienes que ser tan brutal con el pelo?- Si. – Dije mientras se lo jalaba más fuerte. - Te agradezco, Grace Wembley, por haberme ayudado hasta aquí. –- Te dije que olvidaras ese nombre. –- Entonces busca otro. – Me dice, mientras se va alejando en el carruaje… Va a estar bien. Debo admitir que Londres no era cómo pensaba. La gente es un poco más intensa que en el campo. Así que si quiero encajar y esconderme de mis hermanos, debo convertirme en algo… inesperado. Vestida muy refinada (como una dama respetable) sigo mi investigación, dirigiéndome al primer lugar que estaba en el mapa. Resulta que es una cafetería en dónde mujeres practican artes marciales y mi primera profesora, (Susan Lexon) es la instructora de esa clase, empezamos hablar y me preguntó las razones del porqué estaba aquí. - ¿Crees que quieren que la encuentren? – Me pregunta. Al ver mi cara extrañada, vuelve a decir. - Mary se escondió toda su vida. Si quiere ocultarse, lo hará. Además tiene trabajo que hacer.–- ¿Qué trabajo? –Susan se da cuenta que habló de más y se abstiene de decirme algo más sobre el tema. Antes de volver a su clase me da un consejo.

- Si quieres quedarte en Londres, sé fuerte. Vive tú vida, pero no lo hagas por buscar a alguien. Hazlo por buscarte a ti misma. –Después de que Susan se fuera, vi un plano escondido con el nombre de Ellie Houseman, nombre que si desordenas la palabra, queda “Limehouse lane” y recordé que en uno de los mapas de mamá, había un callejón llamado de esa forma, así que ya saben lo que pasó. Cuando me dirigí a ese lugar, parecía un callejón abandonado. De repente, vi una puerta con un listón morado, era el mismo que mamá se sabía poner en la muñeca. ¿Debe significar algo, no? Cuando entré, me quedé paralizada. Había muchas cajas con pólvora y folletos para una reunión del feminismo, pero lo peor es que mis hermanos tenían razón, mamá tiene un plan. Una caja estaba llena de planos sobre un plan que estaban ejecutando, mientras que alado había muchas bombas. ¿Qué estas planeando madre? Al salir de ese lugar, un hombre me cogió del cuello y metió mi cabeza dentro de un barril lleno de agua, no entendía que pasaba hasta que resulta que era el mismo hombre que intentó matar a Louis en el tren. - Te lo preguntaré una sola vez. ¿Dónde está el marqués? –- ¡No lo he visto! ¡No tengo nada que ver con él! Ante mi respuesta siguió intentando ahogarme, pero puse a prueba las clases de combate físico que me daba mi madre. Luego de haber peleado con él y provocar algunos daños, pude escapar. Pero no fue mucho cuando en el camino me encontré con… mis hermanos. Oh no. Es mi fin. Estos últimos días han sido horribles. Lo único que he hecho es recibir clases de educación para actuar como una señorita. Ya voy varias semanas aquí y he recibido una visita de mi hermano Frank. En pocas palabras me confesó que visitó los mismos lugares que yo para encontrar a mi madre, pero no ha tenido éxito. Además descubrió que el chico que saltó del tren con el marqués desaparecido, fui yo. Lo único que dijo al respecto después de una larga charla fue que, la decisión siempre es mía, a pesar de lo que la gente piense. Volví a mi habitación, y me llegó un paquete muy grande, supuestamente de mi hermano Jared. ¿Ahora qué quiere? De pronto, este paquete se mueve y dentro de ella se escucha un estornudo. Cuando decido abrirla, resulta que es el marqués desaparecido. - ¡Louis! – Grito emocionada, mientras me meto dentro de la caja para abrazarlo.

- Tendrías que ayudarme a salir, no meterte tú – dice entre risas. - ¿Cómo diste conmigo? – Pregunto curiosa. - Bueno, dijiste que no querías ir a la escuela de modales, de la Srta. Harrinson. Tengo una memoria prodigiosa, cuando decido usarla. –Después de una pequeña discusión sobre cómo íbamos a escapar de ahí, lo logramos. No pregunten cómo. Cuando cogimos el automóvil de la instructora para poder escapar, nos encontramos con dos caminos. Una dirigía a Londres y otra a Basilweather. Mientras que Louis me decía que no era una buena idea, cualquier cosa que estuviera pensando, las palabras de mi madre, rondaron por mi cabeza. - Va a ver un momento, en que tendrás que tomar una decisión difícil, y ahí descubrirás cuánto coraje tienes… y que estás dispuesta a arriesgar… por lo que importa.- Tenemos que ir a Basilweather. – Digo decidida. - ¿Qué?- Exclama Louis. -Ha ocurrido una injusticia. Y tenemos que enmendarla. Si quieres al culpable, encuentra el móvil- Digo mientras le entrego el periódico. - No entiendo nada- ¿Cuándo iban a sumarte a la Cámara de Lores? –- De inmediato. –- ¿Por qué hubieras votado en la reforma? –- Por lo mismo que mi padre. A favor. –- ¿Quién lo sabía? –- Mi familia. –- ¿Y quién hereda la propiedad si tú y tu padre mueren? –- Mi tío. – Al parecer ya va entendiendo el punto. - ¿Crees que esto es obra de mi tío? – Me pregunta, mirándome a los ojos. - ¿Acaso no tiene sentido? –- Es muy peligroso. ¿Qué podemos hacer? - Pues resolver el crimen, ¿no? –- Grace, ya somos afortunados de estar con vida. ¿Y ahora quieres ir al lugar en dónde podrían matarnos? –. Es un buen punto. Pero ya no podemos arrepentirnos. - ¿Por qué hacemos esto? – Me pregunta Louis cuando estamos al frente de la puerta. - A diferencia otras damas, a mí no me enseñaron a bordar. Me enseñaron a observar, a escuchar. Me enseñaron a pelear. Esto es para lo que mi madre me preparó. Confían en mí.–

- ¿No sabes bordar? Le dedico una mirada seria mientras él se ríe. - Te extrañé Grace Wembley. –- Y yo a ti inútil. – Los dos sonreímos y le estiro mi mano. - ¿Listo? –Entrelaza mi mano con la suya y me dice: - Contigo siempre. –Bueno… después de esa noche, pasó muchas cosas. Cuando entramos al palacio, había una trampa para matar a Louis, y aunque la misma abuela fue quién le disparó en el pecho, resulta que no era el completo inútil que me imaginé. Tenía puesto una armadura dentro de su traje, e hizo que la bala desviara y salvara su vida. En fin. Louis pudo dar su voto en la cámara de Lores y se está realizando un cambio para un futuro mejor. Y, en cuanto la relación de nosotros dos… digamos que dejé de ver el lado malo de él, así que… con el paso de los meses, nos hicimos más cercanos y digamos que tenemos una relación. En otros temas… encontré a mi mamá, me explicó todo. Me contó que la razón por la que se fue, era porque no soportaba ver que este mundo fuera mi futuro, y me dijo que para ser escuchado hay que hacer ruido, y es justo lo que ella está haciendo. Y aunque me duele no tenerla conmigo a cada momento, sé que está haciendo lo que ella quiere y debo respetarlo. Ahora sé, que estar sola no significa sentirme sola. Mamá nunca quiso eso. Quería que encontrara mi libertad, mi futuro, y estoy segura que lo hice. Soy detective y descifro cosas. Mi vida es mía. Y mi futuro depende de mí.

Fin.

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