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La verdad de Sonia

La verdad de Sonia

Los fuertes golpes en la pared del cuarto de hotel provocaron que Theo abriese sus ojos, fastidiado mientras apartaba las cobijas sobre su cuerpo con brusquedad. Suspiró profundamente, sentándose con rapidez, obteniendo un pequeño mareo a cambio. Los golpes cesaron mientras se recomponía, pero fue tan solo unos segundos. -Ya voy- Murmuró mientras se ponía de pie. Finalmente la abrió, observando con sus ojos entrecerrados a la persona que tenía frente a sí. Liam, su mejor amigo, apenas tenía veintiún años de edad, y Theo lo conocía desde que él tenía 17 años. - ¿Por qué estás despierto a esta hora? Mañana tenemos un r.…- Ni siquiera pudo finalizar su oración cuando su mejor amigo ya se había adentrado al cuarto en el cual se encontraba hospedado, observando a su alrededor con notable paranoia ¿Li? Hubo un tenso y breve silencio. -¿Puedo dormir contigo esta noche? Solo será por esta noche, es que no quiero estar solo. -Uh sí, claro - Cierra la puerta- Theo siguió aquella orden unos segundos después, no sin antes observar los pasillos. ¿Acaso algún fanático estaba molestando a su mejor amigo? Tenía muchas teorías en su cabeza del porqué Liam quería dormir junto a él, y la más probable era aquella. Theo se detuvo cerca de la cama - ¿Vas a decirme qué está sucediendo y por qué quieres dormir conmigo? Porque estoy un poco emocionado por ello - intentó bromear. - No me siento muy bien como para dormir solo- Respondió el rubio. Mirando la ventana con temor. Theo se sentó bruscamente sobre la cama, sobresaltando al menor - De acuerdo. ¿Qué sucede? - También dirigió su mirada hacia la ventana antes de regresar a observar a su mejor amigo - ¿Hay alguien afuera? ¿Alguien te ha hecho daño? - ...no. - Tienes que decirme, Liam- este último lucía algo avergonzado - ¿Mh? - No es eso. - ¿Entonces? ¿Qué ocurre? - He tenido una pesadilla - Soltó. El mayor suspiró de alivio - Ha sido horrible. - Me imagino - Se arrodilló en la cama, inclinándose hacia la mesa de noche - Si esa pesadilla te ha hecho pensar en dormir conmigo...- no pudo evitar

reírse silenciosamente antes de servir un poco de vino en una copa de cristal, sosteniendo ésta su mano antes de volver a su sitio … debió ser horrible. ¿Quieres contarme? Si te escucho, tal vez pueda hacerte sentir mejor. El rubio suspiró profundamente, luciendo preocupado -. Es que fue... muy extraño. No lo sé, nunca me había asustado tanto-. Se removió un poco en su lugar. Theo sintió escalofríos por su columna vertebral-. Soñé que morías. - Para ti es una pesadilla, y para mí es un sueño-. Bromeó, intentando suavizar el tenso ambiente-. Bien. ¿Cómo moría? ¿Era interesante? - Continuó Theo, sonriendo con amabilidad -. ¿Lucía bien? Cuando alguien muere en las películas, luce bi- Era horrible, lucías horrible- Liam tragó saliva, abriendo sus ojos un poco más de lo normal, cómo si su mente estuviese divagando en aquella horrorosa pesadilla -. En mi sueño nos perseguía un hombre, a nosotros, y yo lo había soñado antes. - Wow. Espera, espera- Theo detuvo las palabras del menor, algo impresionado mientras no podía evitar reír un poco-. ¿Soñaste en tu sueño? Woh... El rubio asintió rápidamente. Asustado. -Liam...- El mayor buscó la mano contraria, tomándola y entrelazando los dedos de ambos-. Fue solo una pesadilla, ¿de acuerdo? Nada está pasando, ni me pasará. Hay que dormir porque mañana tenemos dos recitales, eso lleva mucha preparación para un solo día, y aún más tú siendo el cantante. -Lo sé, lo siento. Yo solo...- Un trueno resonó en toda la habitación, y Theo pudo sentir el cómo Liam presionaba fuertemente su mano con la propia-. Está lloviendo- Murmuró, aterrado. Un relámpago iluminó el cuarto completo y, pronto, todo se encontraba oscuras. La luz se había ido, y el frío llegó de manera abrupta. Sacudió el brazo de Theo con rapidez, llamándolo mientras sentía una presencia alrededor de la cama. Probablemente era la paranoia, pero se sentía lo suficientemente real. - ¿Sientes eso? -. El pánico en la voz de Liam lo dejó helado. - ¿Qué co-...? -. No pudo terminar la pregunta cuando empezó a sentir exactamente a lo que el rubio se refería. Era una fuerte, muy fría brisa detrás suyo, sentía constantes escalofríos por su columna vertebral, y un inevitable malestar en su cuerpo. Permaneció quieto, a la expectativa, aferrando el tembloroso cuerpo de su mejor amigo.

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La luz regresó repentinamente y, girándose sin siquiera dudarlo, notó que no había absolutamente nada detrás de sí. Respiró hondo antes de regresar su mirada hacia Liam, el cual cubría sus ojos con ambas manos y contenía su respiración. -Hey, no. Mírame, soy yo-. Le apartó con sumo cuidado las manos del rostro, obligándolo a verlo -. Soy yo, estoy aquí. - ¿No es un sueño? - No. Tan solo fue la luz, no sé qué sucede -. Intentaba mantener la calma en su voz, aunque su rostro demostraba todo lo contrario. Después de unos momentos, Liam se levantó, sentía que debían irse de la habitación -Hay que salir. Tenemos que irnos, y rápido. - ¿Qué? Detente, ¿estás loco? - No lo sé, pero no me quedaré aquí. A ver... estamos en el sexto piso, ¿verdad? - El mayor asintió-. No hemos subido por las escaleras, ¿Dónde estaban las escaleras? - Usualmente están a poca distancia de los ascensores. Hay sólo dos ascensores. - Debemos ir. Miremos antes de salir y no nos soltemos. No volvamos a ver alrededor una vez estemos fuera. Ambos se acercaron hasta estar frente a la puerta, se mantuvieron en silencio por unos leves segundos, intentando oír algo del otro lado. Theo miró a Liam. -T omemos el ascensor de la izquierda. ¿Theo? Jura que vas a hacer lo que yo te diga. Si no lo hacemos, sabes lo que puede suceder. Júralo. Theo sintió un vacío en su estómago-. Lo sé. No te preocupes. No pienso morir hoy. - Más te vale, Theo. Theo ni siquiera esperó. Abrió la puerta y asomó su cabeza. Pudo sentir la correntada fría mientras apuntaba a los lados con la pequeña de interna que tenía, notando una leve niebla en la oscuridad, y el vapor salir en cada exhalación que daba. - Vamos-. Susurró. Y ambos empezaron a correr en la dirección que habían decidido, esperanzados de encontrar la salida o de despertar repentinamente. Un portazo fuerte detrás los hizo detener su andar. Ambos giraron, aunque habían prometido no hacerlo, notando que la puerta por la cual habían salido, muy probablemente se había cerrado, debido a que la luz del cuarto ya no iluminaba parte del pasillo anterior.

Por supuesto, no pudo haberse cerrado de la nada. Aquel hombre del sueño estaba detrás de ellos. Theo aferró mejor la mano de su amigo antes de apresurar el paso, alumbrando el camino. Sin embargo, un familiar sonido los hizo volver a detenerse. No hizo falta que la luz de la linterna alumbrara la dirección de la cual se había oído aquel suave tintineo, porque la luz del botón del ascensor estaba encendida. -Theo, ¿alguien...? -Sí. Alguien estaba subiendo por el ascensor. No era moralmente posible, pero estaba sucediendo, y Theo no iba a permanecer allí para esperar a lo que sea que estaba en camino. Sostuvo con más fuerza la mano de su mejor amigo y ambos corrieron hacia la puerta. -Rápido. Entraron y cerraron la puerta, Theo la sostenía como si su vida dependiese de ello, aunque así era. Liam tomó una pequeña linterna que sostenía en una de sus manos e inconscientemente apuntó con la luz hacia Theo. Lo que había visto... creía no poder olvidarlo en toda su condenada vida. Claramente, no era un hombre, pero lucía como uno disfrazado. El típico de las películas de terror, con rostro distorsionado, color de ojos realmente claros y pupilas extremadamente dilatadas. Había pocos mechones de cabello claro en su cabeza, y su boca era lo suficientemente grande para espantar a cualquiera con la tensa sonrisa de dientes enormes que ofrecía. Liam no pudo ver su vestimenta debido a que se encontraba detrás del vidrio rectangular de una de las puertas, viendo fijamente a Theo. Parecía no estar haciendo ningún movimiento, pero, aun así, la puerta estaba sacudiéndose como si del otro lado hubiese alguien extremadamente enorme y fuerte. El menor frunció apenas su ceño cuando notó como aquella cosa dejaba de mirar a Theo y borraba su sonrisa tensa, tirándose y dirigiéndose en una dirección, por el pasillo. Tan solo bastó unos pequeños segundos para que Liam notara que aquella cosa había ido en dirección hacia el ascensor. Iba a atraparlos. - ¡Theo, debemos irnos, ahora! Theo abrió sus ojos, soltó la puerta y bajó los escalones a la velocidad de la luz, saltando los dos últimos, provocando que su cuerpo chocara contra la pared del descanso. Ambos comenzaron a bajar los escalones como podían

debido a la poca luz que la pequeña linterna emanaba. Oyeron la puerta que anteriormente Theo había bloqueado abrirse bruscamente, y una respiración pesada entre gruñidos, seguido de fuertes pasos por las escaleras. - ¡Theo, no mires atrás!¡No importa lo que sientas! Theo se apartó con brusquedad -. ¡¿Pero qué mierda es eso?! - ¡He dicho que no lo mires! Empezaron a bajar las escaleras hasta llegar al segundo piso. - ¡Hay luz! - Liam casi sonríe en medio de la desesperación al notar una puerta con luz del otro lado. Aquel lugar era la recepción, estaban a tan solo un par de pasos, tan pocos. Finalmente llegaron, y cuándo Theo empujó fuertemente con su hombro, está demostró estar cerrada-. ¡NO! La respiración de Theo se cortó cuando estuvo a punto de girarse, pero se quedó viendo al frente, con sus ojos abiertos de par en par al notar la pesada respiración en su nuca, y algo parecido a una larga uña acariciando lentamente está, de arriba a abajo. Liam volteó lentamente el rostro, viendo la expresión en el pálido rostro de su mejor amigo antes de observar a la figura que se encontraba detrás de este. Jamás se recuperaría de ver visto algo así, era inexplicable. El rostro estaba casi pegado a la nuca de Theo, pero los ojos de aquella cosa observaban los de Liam fijamente, sin su sonrisa. -...No te gires. - Logró decir el rubio al mayor. Este obedeció, aunque Liam estaba casi seguro que no se debía al obedecer sus órdenes, sino a qué temía enfrentar lo que le rozaba la piel. La respiración de aquella cosa era cada vez más pesada, con gruñidos en cada exhalación. - Elige. - Dijo. Liam pareció pensar mucho más rápido que el mayor. - Yo. Entonces, la perturbadora y tensa sonrisa del demonio volvió de manera repentina. Theo sintió una explosión, fue lo suficientemente cerca para actuar y empujar nuevamente la puerta tirando de la mano de su mejor amigo. Salió del otro lado, tropezando un poco y con la respiración agitada mientras observaba a su alrededor, notando a las personas de recepción observarlo, extrañados por el aspecto. Aquello no importaba. Lo que importaba era que la mano de Liam no sostenía la suya. Llevó su mirada hacia atrás, notando que las luces de la escalera

parpadeaban, antes de recomponerse por completo. Con sus oídos zumbando por el repentino susto que lo invadió, oyó distraídamente algunas palabras en francés que le decían algunas personas, las cuales se acercaban al creer que Theo necesitaba ayuda. Theo no necesitaba ayuda. Necesitaba a Liam. - No, no.- Con sus piernas pesadas y temblorosa, corrió nuevamente hacia las escaleras, empujando la puerta. Nada a cambio. Comenzó a subir a pasos apresurados, dirigiéndose a el sexto piso nuevamente. En su cabeza solo estaba el rostro de su mejor amigo antes del estallido, y la manera en la que se había sentido la respiración del demonio contra su nuca. No podía ser, no podía haber dejado a Liam atrás. Llegó el sexto piso más rápido de lo que planeaba, empujando la puerta y corriendo por el pasillo. Este lucía tranquilo, limpio y hasta se oía a las personas del otro lado de los cuartos. No sintió ni un poco de alivio por ello, para nada. Simplemente continuó corriendo, con su respiración agitada y vacío en el estómago. - ¡LIAM! -. Gritó apenas llegó a la puerta de la habitación de éste, comenzando a dar fuertes golpes. - ¡LIAM, ÁBREME! Un chico de cabello rosado, adormilado y confundido fue el que abrió la puerta. Theo lo observó unos segundos antes de negar, retrocediendo. ¿Se había equivocado de cuarto? Aquella persona intentó hablar en inglés, pero no recibió respuesta. Preguntó a todo el que conocía, pero todos le daban la misma respuesta. Ahora había oscuridad, tanto para él como para Liam Dumbar, quien ya no existía… o jamás lo hizo. El 27 de agosto de 2019, Theo Reaken fue internado en un centro psiquiátrico debido a su demencia hereditaria. Sus amigos lo visitaban, pero, con el paso de los años, dejaron de hacerlo, ya que éste no quería saber de nadie a menos que llevasen a un tal Liam Dumbar con ellos.

Fin.

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