Manual de Orientaciones Pedagógicas para el Ayudante PUCV

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MANUAL DE ORIENTACIONES PEDAGÓGICAS PARA EL AYUDANT E PUCV




Pontificia Universidad Católica de Valparaíso Vicerrectoría Académica Dirección de Desarrollo Curricular y Formativo Unidad de Mejoramiento de la Docencia Universitaria


MANUAL DE ORIENTACIONES PEDAGÓGICAS PARA EL AYUDANT E PUCV COORDINACIÓN GENERAL David Contreras Guzmán EDICIÓN GENERAL Evelyn Palacios Paredes REDACCIÓN Y EDICIÓN Emanuel Arredondo González Daniel Canales Escobar Sebastián Matus Toro Ma. Fernanda Rejas Viera Francisco Rivera Angulo Patricio Zelada Cordero DISEÑO GRÁFICO Tatiana Godoy Villanueva

ESTE LIBRO HA SIDO POSIBLE GRACIAS AL PROYECTO MECESUP UCV1303 DE LA DIRECCIÓN DE ASUNTOS ESTUDIANTILES EN CONJUNTO CON LA UNIDAD DE MEJORAMIENTO DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA, PERTENECIENTES A LA VICERRECTORÍA ACADÉMICA.




ÍNDICE 10 12 13 15 17 22 25 25 27 32 35 36 36 37 41 42 44 45


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PRESENTACIÓN ¿PARA QUÉ ELABORAR UN MANUAL DE ORIENTACIONES QUE APOYE A NUESTROS AYUDANTES? En las últimas tres décadas, la educación superior ha enfrentado una importante serie de transformaciones. El gran aumento en las matriculas ha derivado en que personas tradicionalmente marginadas de la Universidad, hoy estén accediendo a ella. Esto ha generado que actualmente exista una mayor diversidad en cuanto a la capacidad, motivación y base cultural de los estudiantes (Biggs & Biggs, 2004). En el contexto nacional, el informe OCDE (2009) señala que la educación superior en Chile se caracteriza por las siguientes debilidades: un bajo aseguramiento y promoción de la calidad de la docencia de pregrado; un uso mayoritario de métodos pedagógicos tradicionales, con énfasis en la memorización y contenidos; la falta de uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y de formación práctica. En ese sentido, es necesario que las universidades del siglo XXI logren avanzar desde un modelo tradicional de educación, a uno que incluya este nuevo contexto y las necesidades actuales de los estudiantes. En este marco la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y la Vicerrectoría Académica, en su compromiso por lograr procesos formativos de calidad en el pregrado, ha querido potenciar a los ayudantes como actores relevantes del proceso formativo para fomentar, junto con los profesores, los cambios necesarios en el enfoque de enseñanza y aprendizaje. El ayudante PUCV se caracteriza por ser un estudiante destacado académicamente y con interés en el mejoramiento a los procesos de enseñanza y aprendizaje de la asignatura en la que colabora. Por lo general, posee un vínculo especial con los docentes y con los estudiantes a quienes apoya. En su rol de colaborador, facilitador y promotor de diálogo con los estudiantes, es un agente relevante para potenciar la innovación en procesos formativos de calidad y para contribuir a una sociedad equitativa y justa, como lo reconoce nuestro Proyecto Educativo (PUCV, 2013). La literatura nos plantea que el ayudante se presenta como una figura colaborativa del proceso enseñanza y aprendizaje. Es relevante señalar que no es un sustituto del profesor ni de las actividades diseñadas por éste, sino que es un importante apoyo en la materialización del repertorio de actividades de enseñanza y aprendizaje, que facilitan la calidad de la educación (Boud, Cohen & Sampson, 2014).

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La figura del ayudante puede ser vista bajo la óptica del aprendizaje entre compañeros o pares, lo que vendría a relacionarse fuertemente con la comprensión constructivista del proceso de enseñanza y aprendizaje, ya que se asume que este último ocurre entre las personas en vez de entre personas y cosas (Whitman & Fife, 1988), en este caso entre ayudantes y estudiantes, quienes construyen y comparten conocimientos en el espacio de la ayudantía e instancias de tipo más informales. Comprendiendo el rol fundamental que cumplen los ayudantes al apoyar procesos formativos de calidad en el pregrado, la PUCV se ha comprometido con su formación. Desde el 2012 se imparte el “Programa de Formación para Ayudantes”, que mediante metodologías activas y participativas, entrega herramientas pedagógicas que buscan potenciar el desempeño en las ayudantías y la colaboración al docente de la asignatura. Como una manera de sistematizar las herramientas y reflexiones que han surgido a lo largo de 4 años de formación, surge este Manual, el que pretende ser una guía práctica para quienes se inician en el camino de ayudar a otros en su proceso de aprendizaje, con la finalidad de formar profesionales y personas íntegras y útiles para nuestra sociedad.

CLAUDIO ELÓRTEGUI RAFFO Rector Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

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INTRODUCCIÓN Este manual para ayudantes está destinado a entregarte apoyo conceptual, práctico y herramientas pedagógicas especialmente orientadas para tu ayudantía. Siempre en el intento de darle un enfoque práctico, este manual emerge desde las problemáticas más frecuentes que hemos ido recopilando de las experiencias de ayudantes que han pasado por nuestras formaciones. La idea es entregar consejos concretos que, en base a los nuevos avances teóricos, puedan facilitar tu rol en el apoyo de la construcción de aprendizajes de los estudiantes. La estructura de este manual va desde la organización de las primeras sesiones, hasta la profundización de estrategias para incentivar el aprendizaje de los estudiantes. La idea es que puedas recorrerlo libremente, según tus necesidades, aspectos de interés, o secuencialmente para, encontrar respuestas o consejos que puedan fortalecer tu rol como ayudante. En el primer capítulo encontrarás aspectos relativos a la docencia y en especial sobre nuestra casa de estudios. En el segundo capítulo nos adentraremos en la preparación de la ayudantía y entregaremos estrategias y metodologías para aplicar en la sala de clases. El tercer capítulo se relaciona con la comunicación efectiva tanto con el docente como con los estudiantes. En el cuarto capítulo se tratarán temas relativos a mejorar la participación y motivación de los estudiantes. El quinto capítulo aborda el fomento del trabajo colaborativo. En los capítulos seis y siete encontrarás temas referidos a la evaluación para el aprendizaje, instrumentos evaluativos y al monitoreo de los aprendizajes. En el octavo capítulo se profundizará en las tecnologías para el aprendizaje que se pueden integrar en el aula. Esperamos que este proceso de aprendizaje implique un viaje a tu realidad, para producir cambios en ella, en ti y en los estudiantes, contribuyendo a mejorar la calidad de la educación superior en la PUCV.

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SIMBOLOGÍA

EJEMPLO:

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capítulo I

LOS AYUDANTES EN LA UNIVERSIDAD DEL SIGLO XXI Lo primero que necesitas considerar es el sistema de educación superior actual, ya que en este contexto, los estudiantes y los métodos de enseñanza están en constante transformación. Por esta razón, es necesario conocer los desafíos y las posibilidades que tiene dicho sistema para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje. El siguiente cuadro especifica los cambios más importantes que se han generado en los últimos años:

Acorde a los cambios y las necesidades actuales de la educación, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso ha enfatizado la importancia que tiene entregar una educación de calidad a sus estudiantes, debido a que: “Sus egresados poseen el sello de la propuesta valórica institucional, competencia para un desempeño profesional prestigiado, preocupación constante por su formación, actualización y capacidad para asumir tareas en diferentes ámbitos y culturas” (PUCV, 2016).

“Nuevas condiciones socioeducativas, ciudadanas, laborales, tecnológicas e interacción que rodean la realidad formativa, obligan a revisar lo que el profesorado hace” (Garrido, Arenas & Contreras, 2014, p. 11).

Otro documento que refleja la mirada institucional sobre la docencia y los procesos de enseñanza y aprendizaje es el Marco de Cualificación de la Docencia Universitaria PUCV. Éste corresponde a una iniciativa de la Unidad de Mejoramiento a la Docencia Universitaria (UMDU). Este documento busca potenciar en los profesores las competencias que requieren para ejercer, desde su autonomía académica, una docencia universitaria de calidad.

Para la Universidad, tanto los estudiantes como los docentes se convierten en actores fundamentales del proceso de cambio.

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Las competencias que especifica el Marco de Cualificación de la Docencia Universitaria no apuntan a la imposición de un modelo de docencia común para todas las áreas del conocimiento. Más bien, rescatando las diferencias que implica la enseñanza y el aprendizaje en disciplinas diversas, se pretende instaurar la promoción de un docente de calidad, que se adecúe de la mejor manera a las situaciones emergentes dentro del contexto universitario y cuyas capacidades en común revelen una docencia acorde a lo que la Universidad y la sociedad requieren. De este modo, generar un círculo beneficioso que involucre a la Universidad, sus docentes, ayudantes y egresados como un aporte a la sociedad. Probablemente, tú como ayudante también puedes aportar en los diversos aspectos que señala el Marco de Cualificación de la Docencia Universitaria. Veamos cuáles son esas dimensiones:

PERSPECTIVA DE GÉNERO Antes de continuar, debemos advertirte que de aquí en adelante nos referiremos a “el ayudante PUCV” o “los ayudantes”. Es importante entender que en estos conceptos que utilizaremos se incluye completamente al género femenino y masculino. La Universidad comprende que este rol, de gran relevancia para el apoyo a la docencia y el aprendizaje de los estudiantes, puede ser perfectamente ejercido tanto por mujeres como hombres, y de hecho, en la realidad universitaria eso es justamente lo que sucede. Sin embargo, dentro de este documento, no se utilizará la doble forma para referirse al “ayudante” dentro de proceso de enseñanza y aprendizaje, principalmente por un tema de espacio y para hacer más fluida tu lectura.

“Ser Ayudante me permitió adquirir herramientas que hoy en día me ayudan a desenvolverme mejor en mi trabajo” (Ayudante de Matemáticas)

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1.1. EL AYUDANTE PUCV Todos tenemos alguna idea de lo que es ser ayudante, pero cuando se trata de definirlo o establecer sus funciones resulta complejo. Por eso es necesario preguntarse: • ¿De qué estamos hablando cuando nos referimos a ser ayudante de la PUCV? • ¿Qué implica ser ayudante de un profesor en la PUCV? • ¿Cuáles son las tareas que deberían desempeñar? Los siguientes párrafos pretenden dar respuestas a las inquietudes planteadas. Te invitamos a revisarlos.

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1.1.1. ¿Qué significa ser ayudante? El término ayudante se utiliza para referirse a estudiantes y/o egresados de alguna carrera de pregrado, o a profesionales que realizan algún estudio de postgrado, que desempeñan tareas de apoyo a los procesos de enseñanza y aprendizaje con algún docente o en alguna asignatura en particular. Bajo esta definición tan amplia, se cumplen un sinfín de realidades presentes en nuestra Universidad, es así como los ayudantes realizan diferentes tareas, dependiendo de los contenidos del curso, las características de éste, de su unidad académica, de su profesor, entre otras situaciones. Algunas actividades son:

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Un ayudante debe ser un puente, y a la vez un filtro, entre los estudiantes y el docente. Puede proveer de feedback a los estudiantes, y, en menor medida, ayudar a estos, en especial a los estudiantes más complicados y con problemas de adaptación (Trent University, 2002).


Puede que hagas una o varias de estas acciones, e incluso otras que no estén en esta lista.

1.1.2. ¿Cómo debe ser el ayudante PUCV? El ayudante PUCV se caracteriza por ser un estudiante destacado académicamente y con intereses relativos al proceso de aprendizaje, la docencia o la investigación. Por lo general, posee un especial vínculo, ya sea con los docentes como con los estudiantes a quienes apoya.

1.1.3. Un ayudante con un sello valórico distintivo Pero, ¿cuál es el sello valórico que deben de tener los Ayudantes de la PUCV? Cuando nos referimos a este término hablamos concretamente del compromiso, de los valores y desafíos éticos que hay que tener presentes a la hora de asumir una responsabilidad como la de ser ayudante.

1.1.4. Un ayudante que propicia un buen ambiente Cada ayudantía es un mundo propio en el cual convergen distintas realidades, personas con diferentes habilidades e intereses. Considerando la diversidad de posibilidades, uno de los esfuerzos a los que se debe atender en una ayudantía es fomentar un ambiente propicio para el aprendizaje.

Todas las acciones anteriores tienen como foco el prestar un apoyo a los procesos de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes, ya sea directa o indirectamente. Por esto, muchas veces sentirás que cumples un doble rol: por un lado, como ayudante, eres un guía que puede orientar y establecerse como un modelo de compromiso frente a los estudiantes, Por otro lado, como estudiante, eres un par que puede comprender mejor las dificultades de aprendizaje de los estudiantes, ajustando tus explicaciones y herramientas de apoyo.

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Por consiguiente, los factores afectivos y las dinámicas al interior de los grupos impactan considerablemente en el proceso de aprendizaje. Un buen ambiente en el aula ayuda a eliminar ciertas barreras psicológicas que limitan el flujo de la información, generando un espacio de aprendizaje mucho más ameno y motivante.

Algunos aspectos claves para un ambiente propicio son:

No debes olvidar nunca que la clase se entiende como un proceso de comunicación, donde debes establecer una constante retroalimentación con tus ayudados. Aquello te permitirá interpretar cómo se está comprendiendo nuestro mensaje. Mantener un ambiente de aprendizaje adecuado es fundamental para un buen desarrollo de tu ayudantía. Para eso, es necesario que sepas cómo reaccionar frente a cualquier situación conflictiva que pueda surgir dentro de la sala de clases. Los siguientes consejos te pueden orientar en caso de verte inmerso en cualquier situación de conflicto:

Los valores y actitudes clave son: la responsabilidad de ser parte del proceso de enseñanza, la honestidad para manejar situaciones e información delicada, la proactividad para apoyar la labor del docente, la humildad para tratar adecuadamente a los estudiantes y la asertividad para resolver situaciones problemáticas que se pueden presentar.

También deben ser certeros al enfrentar distintos desafíos éticos al momento de ejercer esta función, ser imparciales a la hora de evaluar o no generar diferencias en el trato con compañeros de generación o amigos. También es importante no caer ante prejuicios de sus estudiantes ni discriminarlos por sus desempeños o antecedentes académicos anteriores.

“Intento enseñarles, pero no todos se interesan, a veces conversan mucho y no trabajan, no sé a qué vienen a clases. No quiero terminar echándolos de la sala” (Ayudante de Ingeniería)

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CASO 1

AMIGOS EN LA AYUDANTÍA

Constanza comenzaba su tercer año de carrera y estaba feliz por haber sido seleccionada como ayudante de uno de los cursos que aprobó el semestre anterior. Siempre le encantó enseñar, por lo que creía que esta sería una gran oportunidad para desarrollar esas competencias. En la primera reunión con el profesor del curso, él le explicó a Constanza que tendría que hacer una ayudantía a la semana de ejercitación, además de apoyarlo cuando tomara pruebas. Varios de sus compañeros que cursaron con ella el ramo el semestre anterior lo reprobaron, por lo que sería ayudante de sus compañeros e incluso de algunos de sus buenos amigos. Sin embargo, esto no era algo que la preocupara, sino más bien algo que la motivaba. Las primeras ayudantías fueron muy entretenidas, existía un grado de confianza importante para Constanza con sus “ayudados”, lo que hacía más fácil el proceso de preparar las ayudantías y realizarlas. Para las primeras pruebas, Constanza ayudó al profesor a fotocopiar las pruebas, a ordenar la sala, y se quedó con él toda la hora de la prueba en la sala, para así observar a los estudiantes mientras el profesor daba vueltas por el aula respondiendo algunas preguntas. En la tercera prueba del curso, se encontraban el profesor y Constanza en la sala, cuando el profesor tuvo que salir a hablar por teléfono. Constanza comenzó a pasearse por la sala y uno de sus mejores amigos, quien estaba peligrando el curso, le pide desesperadamente que lo ayude con una de las preguntas. Estaba por segunda vez cursando el ramo y si lo reprobaba, podía peligrar su beca y con esto, su única oportunidad de estudiar.

▶¿Crees tú que existe algún dilema al que Constanza se está enfrentando? ▶¿Qué principios crees que están entrando en conflicto? ▶¿Qué posibles soluciones identificas para Constanza? ▶¿Qué consecuencias hay para cada posible solución?

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1.2. SITUACIONES COMPLEJAS SOBRE TU ROL “Cuando soy nuevo y necesito confianza en mí mismo” Debes preparar bien tus ayudantías, para que no te queden dudas, y para eso puedes apoyarte en el profesor de la asignatura. También es importante que conozcas a tus estudiantes, generando una cercanía con ellos. Invierte tiempo en tus explicaciones.

“Cuando tengo la misma edad que mis estudiantes, o incluso menos” Es importante que en esta situación demuestres manejo de los contenidos a abordar, demostrar tu competencia para la labor de ayudante. Si eres capaz de responder sus preguntas de forma adecuada, los estudiantes no se preocuparan de esa diferencia de edad.

“Cuando me pregunta algo y no conozco una respuesta” Ten en cuenta que detenerte a pensar en algo, les muestra a los estudiantes que está bien detenerse y pensar antes de responder. Respuestas como “no lo sé, pero veamos si podemos averiguarlo entre todos” o “no lo sé, pero lo averiguaré y les traeré una respuesta” son también adecuadas en esta situación. No olvides que tú también puedes cometer errores, y si llegas a entregar una información que no es correcta, es importante que les expliques tu error, el porqué te equivocaste y cómo ellos pueden evitar ese error en el futuro.

AMBIENTE DE APRENDIZAJE “(...) es el lugar en donde confluyen estudiantes y docentes para interactuar psicológicamente con relación a ciertos contenidos, utilizando para ello métodos y técnicas previamente establecidos con la intención de adquirir conocimientos, desarrollar habilidades, actitudes y, en general, incrementar algún tipo de capacidad o competencia” (Herrera, 2006, p. 2).

Aclara tus funciones, labores y tareas con el profesor al inicio del curso.

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Ser un ayudante que propicie aprendizajes desde un rol de apoyo, poseer un sello valórico distintivo y generar un buen ambiente que facilite el aprendizaje representa un gran y motivante desafío, que requiere herramientas concretas. Para cumplir este desafío, en los próximos capítulos te orientaremos y entregaremos estas herramientas, las cuales te orientan para realizar ayudantías significativas, que le permitirán a tus ayudados tener un apropiado proceso de aprendizaje y a ti fortalecer y/o adquirir habilidades transversales a cualquier disciplina y fortalecer tus conocimientos en tu área de estudios. Te invitamos a revisar los siguientes capítulos.

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capítulo II

ESTRATEGIAS DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE Es importante que al momento de realizar tu ayudantía esta posea un hilo conductor claro y coherente con la asignatura, tanto en términos de metas o resultados de aprendizaje a lograr por los estudiantes, como en torno a los contenidos y actividades.

2.1. ¿CÓMO PREPARAR TU AYUDANTÍA?

“A veces cuando termino la clase me doy cuenta que me faltaron cosas importantes que decir, mientras que otros temas tuvieron más relevancia de la que deberían” (Ayudante de Geografía)

Al momento de planificar tu ayudantía debes considerar tres preguntas claves: •

Resultado de aprendizaje

¿Qué es lo medular que los estudiantes deben aprender en la ayudantía? •

Evaluación

¿Cómo voy a cerciorarme de que lo aprendieron? •

Actividades

¿Qué oportunidades daré para que se preparen y practiquen los aprendizajes esperados? Estas preguntas relacionadas con los resultados de aprendizaje del curso, las estrategias de aprendizaje y la evaluación estarán influenciadas por el ambiente de aprendizaje que se genere en la ayudantía. Así lo plantea el Diseño integrado de Cursos postulado por Fink (2003):

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2.1.1. Planificación Para lograr una buena planificación lo primordial es que se tenga claro cuál o cuáles son las metas o logros que se pretenden alcanzar tanto en la sesión de ayudantía como a lo largo del proceso, es decir, cuáles son los resultados de aprendizaje esperados para tu ayudantía, los que deben estar alineados o aportar a los del curso en que ayudas (Yániz & Villardón, 2006). Ya teniendo claro eso, lo importante es planificar tus sesiones con tiempo, para que proyectes esa ruta a los estudiantes. Para esto recomendamos dar una estructura clara y definida a tus sesiones, distribuir adecuadamente los tiempos y verbalizar las metas a lograr. Acá puedes ver una estructura básica de cómo podría ser tu ayudantía.

2.1.2. Organización Al momento de planificar, lo más importante es mantener una coordinación con el docente a cargo de la asignatura, así estarás al tanto de las actividades realizadas en la clase. Además podrás darle mayor coherencia a tu ayudantía en base a lo que se esté desarrollando en cátedra. Aun cuando conozcas la asignatura y por ende tengas una idea en mente de cómo organizar la ayudantía a lo largo del semestre, siempre ten presente que la actividad educativa debe ser “flexible” y tener la capacidad de adaptarse a las nuevas condiciones de la asignatura o de las dudas que presentan los estudiantes. Como consejo puedes ver el siguiente esquema, el cual te puede servir para enfrentar tus ayudantías, distribuyendo tus tiempos de manera adecuada.

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2.2. ¿CÓMO INVOLUCRAR A MIS ESTUDIANTES EN EL PROCESO? Gran parte de nosotros tiene experiencias de aprendizaje inolvidables, y la mayoría de las veces, han sido vivencias sobre cosas motivantes. Uno de los mayores problemas de los sistemas de educación actuales es que el proceso de aprendizaje está centrado en quienes enseñan y no en quienes están ahí para aprender. Como se puede ver en el comics más abajo, uno de los primeros desafíos a la hora de desarrollar una ayudantía es cambiar este paradigma centrado en lo que tu haces y buscar estrategias para involucrar a los estudiantes en su proceso de enseñanza y aprendizaje. En este capítulo comentaremos implicancias, técnicas y estrategias de enseñanza y aprendizaje que te pueden servir para este propósito.

2.2.1. Aprendizaje activo, motivación y promoción de la autonomía Antes que todo, estas distintas estrategias se centran en un principio básico, el desarrollo del aprendizaje de forma activa. Los nuevos avances en la neurociencia y psicología del aprendizaje, han permitido conocer con mayor cercanía cómo aprenden los seres humanos. Estudios actuales afirman cada vez con mayor énfasis la eficacia de las estrategias de aprendizaje que promueven el aprendizaje activo. Sin embargo cabe destacar que la magnitud del efecto varía según método de evaluación y el tamaño de la clase, según se indica, es más efectivo en grupos menores de 50 estudiantes. (Freeman, Eddy, McDonough, Smith, Okoroafor, Jordt & Wenderoth, 2014).

“A veces cuando explico veo que los estudiantes me están escuchando, pero sólo es una actitud corporal, en realidad su mirada está en otra parte, es como si estuviesen pensando en otra cosa mientras explico” (Ayudante de Historia)

APRENDIZAJE ACTIVO Se entiende por estrategia de aprendizaje activo aquella que propicia una actitud activa del estudiante en clase, en contraposición con lo que ocurre en el método expositivo clásico, en el que el alumno se limita a tomar notas de lo que ve en la pizarra (Barrado, Bofill, Díaz de Cerio, Herrero, Morancho, Navarro & Valero-García, 2001).

Para saber más sobre cómo aprenden los seres humanos te recomendamos ver el siguiente documento: Cómo aprendemos los seres humanos.

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Pero entonces, ¿qué podemos ganar utilizando este tipo de estrategia de aprendizaje?, ¿por qué vale la pena el cambio? Como podrás suponer, este tipo de estrategias donde el estudiante se vuelve un agente activo de su propio aprendizaje tienen sus recompensas, ya que la asimilación de los contenidos, si es que se desarrolla y planifica de buena manera, es mucho mayor como podrás evidenciar en al siguiente esquema:

Además, la motivación de los estudiantes aumenta al sentirse parte del proceso, fomentando también la autonomía, habilidad que es imprescindible en el mundo laboral actual (Brauer, 2013). En resumen, el aprendizaje activo aumenta el nivel de atención de los estudiantes, facilita la adquisición de conocimiento y la retroalimentación, ya que al tener que desarrollar ellos mismos las actividades de aprendizaje, las dudas correspondientes al proceso sirven para evaluar el nivel de comprensión y tomar medidas correctivas durante el transcurso de la actividad. Si bien esto es beneficioso, generalmente el diseño de actividades de aprendizaje activo demanda una alta dedicación y energía.

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El proceso de reflexionar sobre nuestros errores, se llama metacognición, y está relacionada con la comprensión de nuestras formas de aprender determinados contenidos.


2.2.2. ¿Cómo incorporar el aprendizaje activo en mi ayudantía? Cada una de las estrategias o métodos que se realizan en el aula, tiene una finalidad central implícita. Aquí te mostramos algunos de ellos:

Las estrategias de enseñanza y aprendizaje que veremos a continuación encuentran su potencialidad al permitir que los estudiantes transiten de un aprendizaje pasivo a uno activo.

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CASO 2

PARTIR DE LO CONOCIDO

“A Pedro no le gusta mucho hacer las ayudantías presenciales, por eso siempre llega más tarde y las termina temprano. Siente que no tiene mucho manejo de las materias del curso, así que planifica cuidadosamente lo que hará para no tener inconvenientes. Pedro se informa muy bien de las evaluaciones a realizar y con el profesor coordinan el tipo de ejercicios que realizará en las sesiones de ayudantía para apoyar los aprendizajes. Además, Pedro considera que cuando se le da mucho espacio a los estudiantes para opinar en la ayudantía algunos sólo reclaman acerca de la asignatura y del profesor, así que prefiere escribir un ejercicio en la pizarra y dejarlos trabajar en grupos. Así, él permanece en su computador preparando sus trabajos, y cualquier estudiante que tenga dudas se acercará. Eso es lo que él siempre hace en sus ayudantías. Por el contrario, a Pedro le encanta trabajar virtualmente con sus estudiantes, así que les da su correo y se comunican frecuentemente vía e-mail. Es un espacio informal que le permite aclarar las dudas siempre que los estudiantes lo requieren y no sólo antes de la prueba. Los estudiantes saben eso y aprovechan este medio de comunicación con su ayudante. Este semestre, Pedro está complicado con un curso, así que olvida dejar unos materiales para la prueba del curso en que hace ayudantía en el aula virtual, porque está muy preocupado de terminar su trabajo y pasar la asignatura. Se da cuenta a las doce de la noche porque revisa su correo y está lleno de mails de los estudiantes para pedirle el texto. Lo sube rápidamente al aula virtual y se da cuenta de su error, pero sabe también que todos estudian a última hora, sino se habrían dado cuenta antes, así que no se preocupa mucho”.

▶ ¿Cómo evalúas la formar en que Pedro se comunica con los estudiantes? ▶ ¿Qué podría mejorar Pedro en su ayudantía?

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2.3. SITUACIONES COMPLEJAS SOBRE LA ORGANIZACIÓN DE LA AYUDANTÍA “Cuando quiero lograr un aprendizaje más activo de los estudiantes” Cuando preparas situaciones de aprendizaje activo para tus estudiantes, ellos necesitarán recibir la información e instrucciones de manera dirigida, y será el ayudante quien debe ir poco a poco invitándolos a reflexionar sobre su progreso y sus problemas (Huber, 2008). La mayoría de ellos lleva toda su escolaridad actuando como un recipiente pasivo de información, muy poco crítico y con miedo a equivocarse. Una forma indirecta de potenciar la reflexión sobre cómo se está aprendiendo es ir haciendo preguntas acerca de cómo el estudiante comprende las ideas, pidiéndole que explique el proceso de un ejercicio o situación, que comente qué elementos fueron claves para comprender el fenómeno, etc. A medida que el estudiante verbaliza, debe ordenar y entender qué procesos se están poniendo en juego en su aprendizaje, para reforzar los que le han servido y reutilizarlos o desechar y justificar aquellos que están provocándoles el error.

“Cuando quiero potenciar preguntas y diálogo en clases” No olvides que de los errores se aprende. Muchas veces el estudiante no tiene tiempo de cometer errores en clases porque no se le permite “hacer”. Dale espacio a la práctica y los errores, porque de ahí surgen las preguntas. Puedes partir realizando breves actividades en parejas, ya que al estar con otros se sentirá más seguro de responder. Posteriormente puedes ir avanzando hacia tareas individuales y el estudiante tendrá más confianza de preguntar. La mejor estrategia para interesarlos es que ellos vean que lo que están aprendiendo les será útil para la cátedra, el examen o su vida profesional.

“Cuando no llevo la ayudantía preparada o lo que preparé no era lo adecuado” Primero, date un tiempo para reflexionar en las necesidades de los estudiantes, para esto puedes hacer una lluvia de ideas donde ellos compartan sus expectativas para la sesión. Luego, visualiza un resultado de aprendizaje que sea apto de lograr en esa clase y en torno a ella organiza la sesión. Si algo queda fuera, envía material complementario para que puedan reforzar las ideas más débiles en su casa. Procura preparar con tiempo y en coordinación con el docente la próxima sesión, de modo que no tengas que improvisar.

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Para que la ayudantía tenga los efectos deseados es importante que puedas planificarla pensando en los tiempos y actividades que deseas realizar, pero sobre todo en los resultados de aprendizaje que esperas que los estudiantes logren al final de la sesión. Para esto es importante fomentar un aprendizaje activo, en base a actividades pedagógicas que los inciten a hacer cosas y reflexionar sobre lo que hacen (Brauer, 2013). Los estudiantes que aprenden activamente son dinámicos en su aprendizaje, reflexionando y monitoreando procesos y resultados. Por lo tanto, autorregulan mejor su desempeño.

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capítulo III

MANTENER UNA COMUNICACIÓN EFECTIVA Para mantener una comunicación efectiva, es imprescindible que la información fluya entre tú (el ayudante), el profesor y los estudiantes, así como también con cualquier otro participante de la actividad docente que tenga un rol activo en el desarrollo de la asignatura (como un coordinador docente o más ayudantes, de darse el caso). Pero… ¿Qué entendemos por mantener una comunicación efectiva? Se entenderá por comunicación efectiva la capacidad de expresar con claridad y oportunamente las ideas, conocimientos y sentimientos, adaptándose a las características de la situación y la audiencia para lograr su comprensión y adhesión. A su vez, es la capacidad de relacionarse positivamente con otros a través de una escucha empática y expresando con claridad y asertividad las ideas y sentimientos, por medios verbales y no verbales (Villa & Poblete, 2007). La empatía es un concepto de gran relevancia al referirnos a la comunicación, debido a que muchas veces los conflictos de comprensión se amplifican por la imposibilidad de ponernos en el lugar del otro al momento de comunicarnos.

“A veces, nadie comprende lo que quiero decir…” (Ayudante de Ingeniería)

COMUNICACIÓN: “Es un acto de encuentro que lleva a sus participantes a la elaboración conjunta de significados, que se crean en la reflexión del contacto entre ellos, produciéndose momentos generadores de emociones, interrogantes y reflexiones; los cuales dependen de la interacción y las significaciones elaboradas por los participantes, dado que son los impulsadores en la construcción o reconstrucción del conocimiento” (Valverde, 2009, p. 2).

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3.1. CON EL PROFESOR La comunicación con el docente a cargo de la asignatura es muy importante para crear una sensación de “totalidad” respecto al curso, y evitar así que la ayudantía parezca descontextualizada o un motivo más de preocupaciones y carga para el estudiante. Para esto te sugerimos: definir claramente las expectativas de ambas partes, así como también las obligaciones, responsabilidades y competencias de cada uno, programar reuniones regularmente, usar el correo electrónico, correo de voz u otra herramienta apropiada para mantener el contacto, comunicar apropiada y oportunamente las actividades desarrolladas y posibles eventualidades ocurridas en el transcurso de la ayudantía. Establecer desde un inicio la modalidad en la que serás evaluado como ayudante, si es que corresponde, en lugar de dejarlo al final del periodo de la asignatura.

Enviar al docente semanalmente un reporte por correo que responda a las preguntas ¿Qué trabajamos en la sesión? ¿Cuáles fueron las dudas más frecuentes de los estudiantes?

3.2. CON LOS ESTUDIANTES Independientemente de la diversidad y masificación en las aulas universitarias, existen ciertos elementos que te pueden ayudar a captar la atención de los estudiantes y poder comunicarte de forma efectiva con ellos, tales como organizar tu discurso con anterioridad, no improvisar en tu ayudantía, que tu expresión corporal esté acorde a lo que estás tratando de expresar, usar un vocabulario correcto, que sea formal y técnico, pero que no marque una distancia que impida una relación cercana. Ejemplos de esto, serían el referirse siempre a los ayudados como estudiantes, y no como alumnos, como también incluirse en los ejemplos y acciones, hablar de un “nosotros” y no de “ustedes” (hoy aprenderemos, hoy revisaremos, nosotros los estudiantes, etc.). Recuerda que, aunque seas ayudante, sigues siendo también un estudiante, igual que tus ayudados. Otros elementos a considerar en tus ayudantías pueden ser: mantener contacto fluido mediante Aula Virtual (muchos estudiantes no interactúan por timidez al comienzo de los cursos). Otro marcador de comunicación es establecer desde el comienzo el objetivo y modo de funcionamiento de la ayudantía, pues se aclaran expectativas de ambas partes; prestar atención a claves no verbales de los estudiantes en la ayudantía que te permitan monitorear qué sucede y hacer algo al respecto. También es importarte mostrarse abierto y accesible a las preguntas, lo que ayuda a mantener la motivación dentro de tu ayudantía. Junto con lo anterior, el respeto de los estudiantes se logrará al mostrarte responsable y profesional con tu labor, por ejemplo, al cumplir con las fechas de entrega de notas, interesarte en los problemas académicos de los estudiantes, realizar retroalimentaciones constructivas y evaluar según pautas y rúbricas. Por otra parte, es importante prestar atención al volumen y entonación de tu voz, evitando la monotonía, para resaltar aquellos aspectos importantes del contenido o la explicación y también para variar el ritmo o hacer pausas y así captar la atención de tus estudiantes. Si debes exponer un contenido muy extenso, invítalos a participar pidiéndoles que lean una parte de las diapositivas. Pregúntales su opinión, esto abrirá espacio al diálogo y cuestionamiento durante la sesión.

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La diversidad de estudiantes en la sala de clases es una de las características de la masificación de la universidad en los últimos años a nivel mundial (Bain, 2006).

Considerar la diferencia como un desafío para renovar tus explicaciones y fortalecer tus ejemplos con las experiencias de los estudiantes.


Finalmente, una buena forma de mantener una comunicación efectiva con tus estudiantes es ser empático ante sus inquietudes y dificultades, comprendiendo que tu rol como ayudante es facilitar el aprendizaje de éstos. Recuerda que hace poco tiempo tuviste ideas o consultas similares.

3.3. SITUACIONES COMPLEJAS SOBRE COMUNICACIÓN EFECTIVA

Es importante darle un buen uso a tu voz, imaginando cómo debe escucharte el estudiante que se encuentra más lejos de tu ubicación.

“Cuando siento que mis estudiantes no toman en cuenta lo que digo” Para establecer un discurso interesante, es necesario preguntarnos qué espera oír el otro. Esto es un elemento importante para elaborar un discurso motivante y relacionado con las inquietudes de nuestro receptor. Partir de los intereses es clave para lograr la motivación y la atención de nuestros estudiantes.

“Cuando quiero mantener la atención de mis estudiantes” Además de moverte por la sala mientras explicas, mira a los estudiantes a los ojos. La capacidad de leer sus gestos y claves no verbales (caras de confusión, duda, aburrimiento, enojo, etc.) te permitirán reconocer si el mensaje está llegando con éxito a los receptores y tomar decisiones que aporten al respecto.

No expongas más de 20 minutos seguidos, los momentos de atención profunda de los seres humanos no duran más que eso. Introduce su participación estableciendo pausas con preguntas que puedan resolver con sus pares, actividades breves u otras técnicas para activarlos antes de retomar la exposición.

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CASO 3

RESOLVIENDO EL CONFLICTO

“Camila está en último año de Ingenieria Bioquímica, es una estudiante destacada y bastante profesional, gracias a esto ha sido considerada para ser ayudante de una asignatura práctica. Su profesor a cargo le ha asignado las funciones de supervisar las actividades de laboratorio de la asignatura y de coordinar a los respectivos grupos. Camila se sentía un tanto incómoda al tener como ayudados a algunos de sus compañeros de generación, y más aún, amigos. Así que decidió dejar las reglas claras desde un principio para todos y evitar interactuar en demasía con los que fuera del laboratorio eran sus amigos, para prevenir confusiones o malas interpretaciones.”

▶ ¿Estás de acuerdo con la decisión de Camila? ▶ ¿Cómo habrías actuado tú en el lugar de Camila, considerando los elementos abordados en este capítulo?

“Al principio todo marchaba perfecto, los estudiantes eran puntuales con los horarios de laboratorio, presentaban interés por los fundamentos de la asigatura y se mostraban participativos a la hora de tomar deciciones en las sesiones prácticas, pero con el correr de las semanas esto fue cambiando drásticamente, cada vez eran más los estudiantes atrasados y desinformados que llegaban a las sesiones prácticas. Al ser su primera ayudantía, Camila se sintió abrumada y deprimida al pensar que era responsabilidad suya el mantener a sus estudiantes motivados. Pese a ir en contra de sus principios, decidió acudir a los estudiantes que eran sus amigos para consultarles los motivos de tal cambio, estos últimos le comentaron que el desinterés venía de las continuas inasistencias del profesor, que además de llegar tarde a algunas de las clases, tampoco cumplía con las fechas acordadas para la revisión de trabajos. Con esta información Camila no sabía qué hacer, por una parte estaba tranquila al saber que no era ella el factor del problema, pero ¿Cómo podría ella interferir para solucionar esta situación? ¿Debería hablar directamente con el profesor o los estudiantes? ¿Debería recurrir a otra autoridad competente? ¿O simplemente hacer oídos sordos y continuar con sus labores de ayudante?”

▶ ¿Qué harías tú en este caso?

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Como pudiste apreciar en este capítulo, la comunicación efectiva es un elemento importantísimo en una sala de clases. El proceso de comunicar ideas, información, emociones, sentimientos y actitudes con el fin de provocar alguna reacción en quien recibe el mensaje, en este caso tus estudiantes, es un primer paso fundamental para contribuir de manera significativa en su aprendizaje. La comunicación con los estudiantes, con el profesor, con otros posibles ayudantes, como también la empatía y la comunicación no verbal, son elementos claves que te permitirán mantener una relación positiva con estos participantes del curso, propiciando también un buen ambiente de aprendizaje.Esto es un paso importante para lograr una buena participación en las sesiones, fortaleciendo aún más el proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, no es el único elemento que juega un papel en la participación. A veces los estudiantes, a pesar del buen ambiente que existe en el aula, no se animan a participar en las clases, por diversas razones. Te invitamos en el siguiente capítulo a descubrir algunas posibles razones de por qué ocurre esto, y cómo puedes mejorar la participación de tus estudiantes en tus ayudantías.

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capítulo IV

MEJORAR LA PARTICIPACIÓN Y MOTIVACIÓN DE LOS ESTUDIANTES Dos de los elementos más importantes en el aprendizaje de los estudiantes son la motivación y la participación. Hace algunas décadas atrás, el profesor llegaba, dictaba su clase, los estudiantes la oían y tomaban apuntes. Hoy en día, esta metodología aburre a los estudiantes, evita que participen en clases y disminuye su motivación. Para evitar lo mencionado anteriormente, es clave generar un cambio en la actitud pasiva de los estudiantes y motivarlos a ser partícipes activos de su propio aprendizaje. Shulman (2002) considera que el aprendizaje comienza con la participación del estudiante. Esto puede ser complicado por momentos, dado que ellos pueden ver muchas razones para preferir sentarse en silencio. Por ejemplo, algunas de ellas pueden ser resultado de sus experiencias pasadas, como clases expositivas donde una actitud pasiva suele ser lo normal. Otras pueden venir del escaso involucramiento con la asignatura o una falta de comprensión de los contenidos a aprender, que hacen que el estudiante se retraiga y se mantenga en silencio en su intento por comprender. Otras vendrán del hecho de que el aula universitaria tiene dinámicas sociales y emocionales. Finalmente, es posible que la baja participación se deba a una desmotivación por otros motivos personales o contextuales del estudiante.

“Mis estudiantes no responden a las preguntas que realizo a viva voz en clases, o terminan participando siempre los mismos… ¿Cómo fomento que participen?” (Ayudante de Agronomía)

La participación, en general, implica tomar parte y ser parte de algo. Representa un proceso de comunicación, decisión y ejecución que permite el intercambio permanente de conocimientos y experiencias. Además, clarifica el proceso de toma de decisiones y compromiso de la comunidad en la gestación y desarrollo de acciones conjuntas.

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4.1. ESTRATEGIAS QUE PUEDES UTILIZAR Las siguientes estrategias son útiles para reducir el temor que perciben los estudiantes a participar y que pueden beneficiar al resto de estudiantes al hacer que todos se sienten más cómodos con la interacción en el aula, como también te presentamos formas y consejos para motivar a los estudiantes y así también lograr una mayor participación. Marzano y Pickering (2013) señalan que el compromiso del estudiante se relaciona con distintos factores como, por ejemplo, el cómo se siente, que a su vez se relaciona con el nivel de energía que tiene, la actitud que el profesor muestra y la aceptación que el estudiante percibe. Un segundo factor corresponde al interés que despierta en él la actividad, pues pese a que tenga sentimientos positivos que impulsen su compromiso, sin interés esto se verá anulado. Te recomendamos partir por transmitir entusiasmo y confianza, pues son características que los estudiantes valoran mucho. Este entusiasmo puede ser transmitido al reforzar de forma positiva las intervenciones de los estudiantes, aportando nuevos puntos de vista a la clase y que ésta no sea un monólogo. Las palabras que describen la participación de los estudiantes son la pasión y el entusiasmo (Barkley, 2009).

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Al momento de realizar una pregunta a la clase, considera esperar una respuesta. Sé paciente. No respondas la pregunta tú mismo, ten fe en tus estudiantes, no la repitas, ni reformules, tampoco llames a otro estudiante para que responda, por lo menos hasta que haya pasado un tiempo adecuado (ejemplo, unos diez segundos). Otra posibilidad es plantear una pregunta para la discusión en parejas o pequeños grupos y a partir de ello pedir que se comparta con el resto. De este modo, los estudiantes pueden reafirmar o corregir sus percepciones con sus pares antes de exponerlas abiertamente en la ayudantía.

CLICKERAS Estas te permiten fomentar la participación de todos desde el anonimato, haciendo que puedas comprobar la comprensión de cierto tópico para luego corregir y retroalimentar las respuestas de los estudiantes.

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4.2. FOMENTAR EL ROL ACTIVO DE LOS ESTUDIANTES Los estudiantes aprenden mejor cuando adoptan un rol activo, cuando discuten lo que están leyendo, practican lo que están aprendiendo y aplican conceptos e ideas (Davis, 2009). A continuación, te presentamos algunos tips para motivar la participación, ya sea en pequeños grupos o en grupos más numerosos: • Cuando prepares tus ayudantías, decide en qué punto dejarás de exponer y le darás a tus estudiantes un ejercicio o tarea. Esta puede ser individual, en pareja o grupal. Además, considera cómo entregarás las respuestas: llamarás individualmente, pedirás voluntarios o las entregarás tú mismo. • Apunta a la variedad de actividades. No caigas en la monotonía, ya que eso también atentará en contra de la participación de los estudiantes. • Si el curso es muy numeroso, considera separarlos desde un comienzo, ya sea en parejas o en tríos, y que trabajen juntos el resto de la ayudantía, apoyándose en caso que no entiendan algún concepto. Para disipar cualquier información errada, ofréceles tu apoyo y al final de la clase, responde las preguntas y/o ejercicios dados. • Puedes usar la técnica de la “bola de nieve”: dile a la clase que se junte en pares. Plantéales un ejercicio o una discusión de cierto tema, y que hagan lo que más puedan en un tiempo no mayor a 10 minutos. Luego, que cada pareja se junte con otra, formando grupos de a cuatro. Nuevamente, que continúen generando ideas y/o resolviendo ejercicios, para finalmente seleccionar a un miembro del grupo que exponga los resultados a la clase. Puedes realizar esta misma dinámica en un control. • Puedes usar la regla de 35/5: cuando el 35% de la clase haya completado una actividad de la ayudantía, el resto de los estudiantes tiene 5 minutos para completarla (Michaelsen, 2004). • En un momento de tu exposición, detente, y dale a los estudiantes unos minutos para resolver un problema en sus asientos. Una vez que lo hagan y tú expliques la respuesta, continúa con tu exposición. • Genera errores intencionales en tus ejercicios o exposición, para incentivar a tus estudiantes a estar atentos e intervenir. Para evitar problemas, cuéntales de esta estrategia al comienzo de tu ayudantía. • Si los estudiantes realizan una pregunta en la clase, dale la oportunidad a otros estudiantes que las respondan, incentivando la participación. • Siempre recuérdales que no hay problema si se equivocan, que el fin de todo esto es su aprendizaje. Están en la ayudantía para aprender y los errores son un aprendizaje valioso. Valora sus errores y que ellos también aprendan a valorarlos.

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Explica a tus estudiantes tu estrategia y expectativas al comenzar la ayudantía. Déjales claro que participar en clases y realizar actividades le dará un comienzo al estudio que posteriormente deben realizar en casa (Felder & Brent, 2003).


4.3. SITUACIONES COMPLEJAS DE MOTIVACIÓN Y PARTICIPACIÓN “Cuando debes esperar mucho tiempo por una respuesta” No debes olvidar lo que ocurre en la mente de los estudiantes cuando estás en silencio: algo de tiempo es necesario para que los estudiantes simplemente recapitulen la información que pueda ser necesaria para la pregunta. También necesitan un tiempo para decidir qué partes de la información son relevantes y qué partes no. Algunos estudiantes necesitan unos segundos extra para decidir si es apropiado intentar contestar ellos mismos o dejar que otros lo hagan. Unos cuantos ensayarán mentalmente su respuesta para asegurarse de que será lo suficientemente clara. Todo ese pensamiento (y espera) puede ser necesario antes que una mano sea alzada. Al comienzo del curso, asegúrate de esperar un largo tiempo de forma que los estudiantes sepan lo que quieres y que esperas que se involucren con la ayudantía. Si te es difícil esperar este tiempo, planea cosas que hacer para rellenar unos cuantos segundos: cuenta silenciosamente, mira la sala para hacer contacto visual con todos, borra la pizarra, bebe un poco de agua o café, camina hasta el otro lado del aula y repite la pregunta. Todas estas actividades te pueden permitir esperar más cómodamente. Además, algunos elementos físicos de la sala pueden poner barreras a la participación. Si realizas ayudantía en un aula en la que estás alejado de los estudiantes, asegúrate de reducir esa distancia.

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“Cuando los estudiantes parecen no estar preparados para las clases” Si los estudiantes no son capaces de responder a tus preguntas, puede ser debido a que no leyeron los apuntes, no se prepararon o leyeron el material con el foco equivocado en mente. Realizando preguntas guiadas, especialmente para estudiantes de primeros años, preparás a los estudiantes a leer eficientemente. Para los estudiantes de cursos superiores, puedes pedirles que escriban preguntas para la discusión en casa, tareas calificadas. Si no te es posible asignar tareas con décimas para alguna evaluación, otra opción es dar a los estudiantes unos minutos en la ayudantía para responder a alguna pregunta o problema clave para mejorar su preparación de cara a las evaluaciones de cátedra. Estos métodos funcionan mejor si los estudiantes llevan sus apuntes y libros a la ayudantía.

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“Cuando los estudiantes parecen desinteresados” No les des mucho tiempo para relajarse. Mantén tu clase despierta; haz que se involucren. Llamar a los estudiantes por su nombre puede mejorar la atmósfera de participación y promover el entusiasmo por el aprendizaje significativo. Puedes llamar selectivamente a aquellos que parecen listos, preguntando en un tono amable, de forma que fallar al responder no sea percibido como vergonzoso por el estudiante (ejemplo: “Daniela, ¿Quíeres intentar el siguiente paso en este proceso?). A veces, sólo unos cuántos estudiantes desmotivados pueden dañar tu motivación en alguna clase. Dado que es importante que mantengas tu moral alta para los otros estudiantes, puedes intentar realizar un esfuerzo especial para llegar a aquellos estudiantes, hablando más con ellos (antes y después de la ayudantía, realizando pequeñas charlas en horarios fuera de ésta). El objetivo más importante es mostrar el entusiasmo suficiente para que los estudiantes vean que su tiempo de ayudantía es valioso y que no dejarás de enseñarles sólo porque algunos estudiantes parecen desinteresados. Muchos estudiantes aprecian un ayudante feliz, por lo que, aunque no puedas generar mucha expectativa acerca de la materia, puedes mostrar a los estudiantes que estás disfrutando el proceso de enseñanza y aprendizaje, interactuando con ellos en la ayudantía. Una sonrisa ayuda mucho a mostrar aquello.

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CASO 4

PARTICIPACIÓN Y MOTIVACIÓN

“Esteban es un estudiante de Ingeniería, al cual le fue ofrecida una ayudantía. A Esteban nunca le había llamado la atención realizar ayudantías, pero pensó que sería una buena oportunidad de aprender más y ayudar a los estudiantes, así que aceptó. Coordinó con la profesora los tópicos a repasar y comenzó con sus ayudantías. Las ayudantías tenían una estructura clara: Esteban llegaba, resolvía ejercicios, y le consultaba a la clase si tenían alguna duda, a lo cual, por lo general, ningún estudiante contestaba. Esteban sentía que realizaba un buen trabajo, considerando que casi nunca había dudas de los ejercicios que él realizaba. Sin embargo, cuando llegó la prueba de cátedra, Esteban se sorprendió cuando la profesora le comentó que varios estudiantes entregaron en blanco los ejercicios, y lo poco que algunos desarrollaron, no estaba del todo correcto. Se extrañó, ya que en ayudantía nadie preguntaba, por lo que él pensaba que comprendían. Considerando los resultados, decidió cambiar radicalmente la estructura de sus ayudantías. Comenzó a hacerle preguntas al grupo en ayudantía, dejarles pequeñas actividades en clases como ejercicios o preguntas sobre la materia. Realizó actividades en pareja y talleres grupales, motivando a sus estudiantes a participar en las ayudantías y también en las clases. La profesora se dio cuenta de esto, ya que en sus cátedras los estudiantes también participaban más y le consultaban bastante sobre la materia. Finalmente, cuando llegó la evaluación de cátedra, Esteban y la profesora quedaron gratamente sorprendidos: los resultados mejoraron. Además, los estudiantes opinaron que con esta nueva metodología, aprendieron mejor”:

▶ ¿Crees tú que la forma en que llevó la ayudantía Esteban era la correcta? ▶ ¿Consideras que los cambios fueron las adecuados? ¿Por qué? ▶ ¿Qué otra acción realizarías para motivar y fomentar la participación?

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Como en toda actividad en la que uno pretende ser exitoso y obtener buenos resultados, la motivación y la participación son elementos esenciales para cumplir esos objetivos. Una actitud más activa de los estudiantes también es un valioso aporte en su aprendizaje, para así abandonar la concepción del aprendizaje pasivo, posicionándolo como eje central de su propio aprendizaje. La participación de los estudiantes es el producto de la motivación y del aprendizaje activo (Barkley, 2009). Fomentar estas actitudes en tus estudiantes es un gran aporte para su aprendizaje, actitudes que te recomendamos potenciar tanto individualmente, como de forma grupal, a través, por ejemplo, del trabajo colaborativo, eje central del próximo capítulo. Te invitamos a descubrir más sobre éste.

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capítulo V

FOMENTAR EL TRABAJO COLABORATIVO La ayudantía es muchas veces el entorno por excelencia en donde los estudiantes tienen la oportunidad de discutir y poner en ejercicio los conceptos abordados en la clase. La evidencia nos señala que el aprendizaje puede ser mucho más provechoso si se realiza con otros, porque es posible compartir información, resolver dudas y poner en práctica una serie de habilidades de comunicación y trabajo en equipo tan necesarias para su desarrollo profesional integral, como también para su desarrollo personal. Tsay y Brady (2012) concluyen a partir de un análisis empírico, que la participación activa en el aprendizaje basado en equipos tiene una relación positiva con los resultados académicos del estudiante. Además, el estudio apoya la idea de que el aprendizaje cooperativo resulta una pedagogía activa que fomenta un mayor rendimiento académico. En este contexto, el aprendizaje colaborativo se presenta como una alternativa que como ayudante puedes planificar e implementar, favoreciendo de este modo una participación activa de los estudiantes en la ayudantía.

“No los dejo trabajar en grupos porque al final uno de ellos termina haciendo todo el trabajo” (Ayudante de Ingeniería)

Las cátedras tradicionales sufren un gran defecto: Es una comunicación unidireccional en donde los estudiantes se sientan, escuchan y toman apuntes (Davis, 2009). Por ende, el trabajo colaborativo dentro del aula representa una alternativa para romper ese esquema y fomentar el aprendizaje activo.

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5.1. EL TRABAJO COLABORATIVO El aprendizaje centrado en el trabajo colaborativo se sustenta en la idea de la cooperación entre estudiantes, en donde el docente propicia el ambiente de clase para que los estudiantes trabajen de forma cooperativa en grupos pequeños, asegurando que todos los integrantes dominen los materiales asignados. Por ello, se señala que el aprendizaje colaborativo es el uso educativo de pequeños grupos que permiten a los estudiantes trabajar juntos para mejorar su propio aprendizaje y el de los demás (Abaroa, 2013). Pero promover que nuestros estudiantes se sienten juntos para hacer una tarea, no asegurará que aprendan. Es más, puede generar una individualización de las actividades, o que unos pocos trabajen y otros no. Para que efectivamente tenga los resultados que se espera se debe superar el modelo tradicional de enseñanza, y para ello es necesario que el ayudante considere y estructure cinco componentes esenciales del aprendizaje centrado en el trabajo colaborativo (Johnson, 2003).

5.1.1. Interdependencia positiva Ocurre cuando los integrantes del grupo sienten que están vinculados con los demás de tal modo que uno solo no podrá alcanzar el éxito si todos los demás no lo alcanzan. Sólo se tiene éxito si todos también lo tienen. Esto se puede lograr aplicando algunas estrategias, como: Incentivos conjuntos: cada miembro obtiene puntos extra si todos los compañeros alcanzan un alto nivel de logro, por ejemplo, si todos pueden resolver algún ejercicio de una guía de trabajo, cada miembro obtiene puntos adicionales en alguna evaluación. Distribución de recursos: se distribuyen recursos, información u otros materiales que sólo serán útiles si los comparten. Ejemplo: puedes entregarle a cada uno un fragmento de una historia, y su objetivo común es redactar un resumen de ésta. Asignación de roles complementarios: tales como secretario, moderador, animador, etc., a los distintos miembros del grupo. Ejemplo: un grupo donde uno debe redactar, otro debe escribir, otro debe explicar la materia al resto del curso y otro debe responder las preguntas del resto de los estudiantes.

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No dejes de lado el trabajo colaborativo en el aula. Busca alguna forma de integrarlo en tu ayudantía, ya sea mediante ejercicios resueltos en pareja, análisis grupales o incluso controles/quiz en parejas o grupales.


5.1.2. Interacción cara a cara Se refiere a una extensa interacción fomentadora en donde la tarea implica interacciones continuas y directas entre los miembros. Por ejemplo, la explicación oral de cómo resolver problemas o una discusión sobre la naturaleza de los conceptos que se están aprendiendo. Es un paso fundamental para que los integrantes de un grupo se conozcan de mejor forma. También es necesario que este paso se realice con todos los miembros del grupo, y no se generen interacciones entre unos cuantos.

5.1.3. Responsabilidad individual y personal para lograr las metas del grupo Cada miembro no sólo responde por su propio aprendizaje, sino también por el de sus compañeros. La responsabilidad individual existe cuando se evalúa el desempeño de cada estudiante individual y los resultados se devuelven al grupo y al individuo, asegurando que los integrantes sepan quién necesita más ayuda, apoyo y estímulo para completar la tarea, y sea consciente de que no puede depender exclusivamente del trabajo de los otros. Un ejemplo sería que, una vez se haya desarrollado en grupo una actividad, los integrantes analicen los resultados, vean dónde están sus falencias y sus fortalezas, mejorando los aspectos donde presentan debilidad y fortaleciendo aún más los aspectos positivos, siempre en el contexto del grupo y del objetivo común que se tiene.

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5.1.4. Habilidades interpersonales y en grupos pequeños Esto hace que el trabajo cooperativo sea esencialmente más complejo que el aprendizaje competitivo o individualista. Habilidades tales como el liderazgo, la toma de decisiones, la construcción de confianza, la comunicación y el manejo de conflictos deben enseñarse con tanta atención y cuidado como las habilidades académicas propiamente dichas. Un ejemplo de esto sería motivar a los estudiantes a participar en roles que no sean su fuerte, como que una persona no preparada socialmente deba exponer los resultados frente al resto de sus compañeros.

5.1.5. Procesamiento por el grupo Éste se da cuando los integrantes del grupo discuten cómo están alcanzando sus objetivos y cuán eficaces son sus relaciones de trabajo. Los grupos necesitan analizar qué acciones de sus miembros son útiles y cuáles son inútiles y deben tomar decisiones sobre las conductas que conviene mantener y las que es preciso cambiar. Vendría siendo la reflexión final que les permitirá conocerse mejor y conocer mejor a los integrantes de su grupo, y así generar acciones que les permitan conseguir los objetivos planteados como equipo.

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5.2. SITUACIONES COMPLEJAS SOBRE EL TRABAJO COLABORATIVO “Cuando hay conflictos en un grupo de trabajo” En ocasiones, el ayudante hará el rol de facilitador cuando los grupos (o parejas de trabajo) experimentan problemas, como por ejemplo, que un miembro tiene demasiado control de las actividades o es dejado fuera del proceso. En algunos cursos, tendrás la opción de dejar a los estudiantes elegir que trabajen de forma independiente o que formen parte de otro grupo. Otra posibilidad es reunirte con el grupo que tiene problemas y ayudarlos a encontrar objetivos comunes, comprender sus diferencias y encontrar compromisos o desviaciones para evitar conflictos mayores. Si estás inseguro sobre cómo manejar una reunión así, apóyate en el profesor encargado.

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CASO 5

MEJORANDO LOS APRENDIZAJES

“Bastián es estudiante de Magister de la Escuela de Ingeniera Eléctrica, y como buen estudiante de postgrado, tiene amplios dominios de los cursos de su carrera profesional y ha logrado entender cómo las asignaturas se van compenetrando unas a otras para lograr que los estudiantes logren las competencias necesarias para cumplir con el perfil que la escuela desea para sus estudiantes. Ésta es la tercera ocasión en que le toca ser ayudante de electromagnetismo, una de sus asignaturas favoritas, por lo que ha decidido planificar de antemano sus ayudantías en base a las ocasiones anteriores donde cree haber conseguido buenos resultados, utilizando una metodología de resolución de ejercicios en la pizarra y en la demostración de algunos trucos útiles para simplificar el desarrollo de éstos. Luego de los primeros exámenes, se percata que, aún cuando existía un porcentaje de estudiantes que habían logrado una buena calificación, la gran mayoría no había logrado captar los aprendizajes mínimos esperados para el certamen, por lo que luego de meditar un tiempo la situación, decide consultarle a Pablo, otro estudiante de postgrado que realiza una ayudantía similar a la de Bastián. Pablo le cuenta que su modalidad es hacer que los estudiantes realizen en grupo las guías de ejercicios y que posteriormiente uno de los estudiantes de cada grupo al azar salga a la pizarra a explicar uno de los ejercicios planteados (escogido de forma aleatoria). Con esta metodología ha obtenido buenos resultados, ya que los estudiantes se ven obligados a compartir sus conocimientos para el desarrollo de los ejercicios. Además, este flujo de información se hace en un lenguaje más cercano a ellos mismos, utilizando ejemplos que a él, como ayudante, no se le habían ocurrido pero que eran muy certeros y fáciles de comprender para sus ayudados. Luego de esta conversacion Bastián decide implementar este cambio en su ayudantía, agrupando a los alumnos en grupos de 2 o 3 personas, para el desarrollo de guías de ejercicios. A la vez, decide otorgar décimas (como incentivo a la participación) para la siguiente evaluación de ayudantía a cada grupo que salga a la pizarra a demostrar alguno de los ejercicios propuestos, así como también a cada grupo que retroalimente de forma constructiva los errores de algún desarrollo”.

▶ ¿Consideras adecuada la estrategia implementada por Bastián? ¿Por qué? ▶ ¿Qué otra estrategia hubieras implementado tú para mejorar el desempeño de tus estudiantes?

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El trabajo colaborativo no sólo es una parte importante del aprendizaje de los estudiantes, también es un elemento transversal que juega un papel fundamental en toda labor o actividad. Muchas veces, nuestra visión es acotada o nuestros recursos son limitados para conseguir nuestros objetivos, generando una brecha muy difícil de abordar por nuestra cuenta. Sin embargo, la colaboración con personas que persiguen el mismo objetivo o similar, genera un complemento entre esos individuos y nosotros, entregándonos las herramientas necesarias para eliminar esa brecha. En el caso de tu ayudantía, el trabajo colaborativo entre los estudiantes o entre tú mismo y ellos, genera un impacto positivo en su aprendizaje y también en el tuyo, considerando que sigues siendo un estudiante y estás constantemente aprendiendo, al igual que tus ayudados. No obstante, también pueden surgir conflictos dentro de las ayudantías, producto de diferencias entre los estudiantes o de algún estudiante contigo mismo. Manejar de forma adecuada cualquier conflicto que pueda surgir en las ayudantías es clave para mantener un buen ambiente de aprendizaje, dando paso a una comunicación efectiva, que permita el trabajo colaborativo. Cada elemento revisado está estrechamente relacionado con el anterior y con el siguiente, generando una sinergia en post de un objetivo claro: el aprendizaje de los estudiantes. En el siguiente capítulo, se analizan formas de evaluar para fomentar los aprendizajes de los estudiantes. Te invitamos, entonces, a continuar aprendiendo.

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capítulo VI

EVALUAR Y CORREGIR PARA EL APRENDIZAJE Tan necesario como mantener a los estudiantes atentos e involucrados con la asignatura y de mantener un hilo conductor planificado de forma correcta, es que la evaluación esté alineada con el proceso. Las evaluaciones, por lo tanto, también deben ser acordes a los contenidos y aprendizajes que abordan la asignatura. Para asegurar esto es importante poner atención a las siguientes indicaciones y definiciones. Las evaluaciones pueden llegar a ser tanto o más relevantes que el mismo contenido para los estudiantes y, además, son consideradas como una guía sobre lo que “es importante” en la asignatura. En este sentido, se ha evidenciado que la evaluación guía el aprendizaje del estudiante (Biggs & Biggs, 2004).

6.1. ¿EN QUÉ CONSISTE LA EVALUACIÓN? Primero, necesitas diferenciar el hecho de que evaluar el aprendizaje de nuestros estudiantes no es sinónimo de calificar. Evaluar es emitir un juicio de valor fundado en evidencia acerca de un desempeño, con el fin de determinar su calidad y mejorarlo; por lo tanto, tiene un énfasis cualitativo (se centra en la descripción y la retroalimentación). Mientras que el calificar es el acto de asignar un símbolo (letra, número, tick, etc.) a algún o algunos desempeños, con el fin de representar el valor y/o calidad de dicho logro, por lo que tiene un énfasis cuantitativo (se centra en la calificación). Desde estos antecedentes, los procesos de enseñanza y aprendizaje se deben enfocar en evaluar el aprendizaje de forma que este mismo pueda ser parte de un proceso de mejora continua, en donde el concepto de retroalimentación (abordado en el siguiente capítulo) juega un papel clave, de la mano con la evaluación, tema central de este capítulo.

“A veces, las pruebas contienen ejercicios mucho más difíciles y que incluso no vimos en clases” (Estudiante de Ingeniería)

Evaluar es formular juicios en base a criterios para la toma de decisiones (De Zubiría, 1994).

La evaluación sumativa es un tipo de evaluación utilizada al final de un semestre, curso o programa “con el fin de calificar y evaluar el progreso obtenido, o con el fin de investigar respecto a la efectividad de un currículo, ciclo de estudios o plan educativo” (Bloom et al., 1971, p. 117, citado en Newton, 2007, p. 152).

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6.1.1. ¿Cómo puedo apoyar el proceso de evaluación que realiza el profesor? Para apoyar el proceso de evaluación que realiza el profesor, puedes desempeñar tareas como: Evaluación sumativa

• Apoyar en la construcción de las evaluaciones, ya sean de cátedra o de ayudantía. • Validar las pruebas, resolviéndolas y calculando la dificultad y tiempo de realización. • Ayudar en aplicar evaluaciones de cátedra (pruebas, controles, quiz). • Participar en la corrección de evaluaciones de cátedra o trabajos escritos y explicitar a los estudiantes los criterios de evaluación (por medio de rúbricas).

“La evaluación formativa se refiere a cómo se juzga la calidad de las respuestas de los estudiantes (desempeños o trabajos o composiciones) y puede usarse para moldear y mejorar la competencia del estudiante interrumpiendo el azar y la ineficiencia del aprendizaje por ensayo y error” (Sadler, 1989, p. 120). Usualmente no lleva calificación o nota.

Evaluación formativa • Monitorear el aprendizaje de los estudiantes dentro de tu ayudantía teniendo una libertad parcial o total de las herramientas con las cuales realizarás dicho proceso. • Retroalimentar a los estudiantes en instancias previas a las evaluaciones sobre errores comunes.

6.1.2. ¿Qué pasos seguir para la elaboración de una prueba, control o quiz?

La elaboración de una evaluación siempre será responsabilidad del docente encargado de la asignatura, pero eso no implica que no puedas colaborar con él o diseñar alguna evaluación menor como un quiz o un control.

Si te toca realizar esta tarea, o aportar con una pregunta en una prueba, recomendamos tener en consideración las siguientes acciones: Planifica todas tus acciones de apoyo a la evaluación en conjunto con el profesor de la asignatura.

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6.1.3. ¿Qué debo considerar para la construcción de una evaluación parcial? Al planificar un procedimiento evaluativo, debes dar respuesta a las siguientes preguntas: Resultados de aprendizaje: ¿Cuáles son los conocimientos o competencias que uno espera que los estudiantes adquieran a través de las sesiones? Unidad(es), contenidos: ¿Cuáles serán las unidades temáticas que serán evaluadas en particular? Tipo de procedimiento evaluativo: ¿Cuál es la herramienta de evaluación que permite evidenciar de mejor manera el aprendizaje de los estudiantes para esos contenidos? En base a estos aspectos tus herramientas de evaluación variarán en: Nivel de exigencia: La cual va a depender principalmente de los resultados de aprendizaje esperados. Esto variará el puntaje que le asignas a cada ítem o la escala de calificación. Propósito del instrumento: Esto dependerá de los contenidos que deseas evaluar, como también de los conocimientos o competencias. Puedes usar pruebas, presentaciones, debates, tareas, talleres. Siempre dependerá de lo que deseas evaluar.

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Cantidad de estudiantes: Esto más que una variable, va a ser una condicionante para el tipo de instrumento que deseas utilizar. Momento y fecha de aplicación: Dependiendo del objetivo de la evaluación también variará la fecha o periodo de la misma, por ejemplo si deseas hacer un diagnóstico de los conocimientos previos, la evaluación deberá ser al principio de la asignatura. Tiempo de respuesta: Esto va muy acompañado con el nivel de dificultad y exigencia que se ha fijado. Cabe acotar que no siempre es válido dar un tiempo en función de lo que tú te demoras en resolver una evaluación, ya que tú sí tienes los conocimientos y/o competencias para desarrollarla. Calcula un tiempo mayor de respuesta para los estudiantes.

6.2. BUENAS PRÁCTICAS DE CORRECCIÓN Una vez que has diseñado (o ayudado en el diseño) la evaluación considerando los puntos anteriores, y los estudiantes la realizan, ésta debe ser corregida. Este proceso es tan importante como el diseño de la evaluación y está estrechamente relacionado con el concepto de retroalimentación. De hecho, la corrección en sí se considera una retroalimentación. Acá encontrarás una serie de tips y consejos para la corrección, tanto de trabajos escritos como controles.

6.2.1. Trabajos escritos Si estás revisando una entrega parcial o final, una tarea necesaria es el “marking” o marcado de los trabajos, para que los estudiantes sepan que hiciste lectura de éste y que además les darás información para mejorar. Uno de los tips es utilizar una simbología sencilla que te ahorre tiempo de escritura al margen de los trabajos y que sea conocida y compartida por los estudiantes. A continuación, algunos ejemplos y tips:

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Recordar que la evaluación no necesariamente debe ser individual. Así mismo, considerar un tiempo de respuesta para la evaluación tres veces superior a lo que tú demores en realizarla.

La metacognición es “el conocimiento que las personas construyen respecto del propio funcionamiento cognitivo. Un ejemplo de este tipo de conocimiento sería saber que la organización de la información en un esquema favorece su recuperación posterior” (Carretero, 2001, citado en Osses & Jaramillo, 2008, p. 191).


• Usa un lenguaje constructivo. Haz comentarios sobre el desempeño y no sobre la persona. Orienta la motivación del estudiante a aprender más (mejorará su disposición al no a sentirse atacado por tus palabras).

• Destaca tanto los aspectos a mejorar (digiriendo cómo hacerlo), como las fortalezas del trabajo. A veces cuesta, pero todo tiene un lado bueno que es importante destacar para que sea más positiva la asimilación del estudiante del proceso de retroalimentación.

• Incluye comentarios escritos como pregunta, esto hace que el estudiante dialogue consigo mismo o su grupo y desarrolle la metacognición (ver más).

• Evita la ambigüedad o sarcasmo en tus comentarios (mientras más descriptivo, más sencillo que el estudiante comprenda estos comentarios).

• Resalta lo realmente importante, el error principal del trabajo y su mayor fortaleza (si marcas todos los errores ortográficos e ideas de la misma manera, el estudiante pierde el foco sobre lo más relevante).

• Pedir una entrega de avance mejora la calidad y los tiempos en la entrega final, revisando y solicitando que entreguen el ensayo o trabajo retroalimentado y la nueva versión de éste.

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6.2.2. Controles Los controles o quiz les permiten a los estudiantes enfrentarse a una evaluación de similares características a las evaluaciones de cátedra. Por esa razón, su corrección es muy importante, puesto que les permite conocer la naturaleza de sus fortalezas, como también sus errores para mejorarlos. De esa forma, podrán orientarse hacia la mejora y comprometerse con el aprendizaje activamente. A continuación, algunos ejemplos y tips: • Asigna más tiempo de lo esperado y sé realista con tus tiempos para corregir (en general uno se demora más en retroalimentar de lo calculado). • Asegúrate de que todos los grupos o estudiantes entregaron sus controles, cuéntalos. • Lee las instrucciones antes de comenzar el control. • Si hay errores muy frecuentes, anótalos en un documento, numéralos, ponles el número correspondiente en el control y entrégalos en general a los grupos para que los lean. • Usa más de un color si deseas destacar en especial dos áreas de la corrección (te invitamos a salir del rojo). • Revisa un control que califica para reprobado y uno que apenas aprueba. Esto te ayudará a conocer y preparar los argumentos para explicar a los estudiantes por qué no aprobaron en el control y qué deben mejorar para la evaluación de cátedra. • Recuenta los puntajes antes de poner la nota.

6.2.3. ¿Qué hago con los resultados de la evaluación? Como lo hemos ilustrado antes, en el esquema general de la evaluación, una parte importante es la retroalimentación que se hace al docente. Esta etapa contempla notificar al profesor tanto de los resultados obtenidos por el curso, como también las observaciones pertinentes a la evaluación. Las temáticas varían desde los errores más frecuentes y las principales fortalezas demostradas por los estudiantes, como también el tipo de complicaciones o dudas más comunes en el desarrollo de la evaluación o en la comprensión del instrumento. Esto facilitará tomar acciones correctivas que permitan mejorar las herramientas de evaluación, así como también permitirá al docente identificar cuáles son los aspectos fuertes o débiles de los aprendizajes del curso.

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Realiza una constante retroalimentación de los resultados de las evaluaciones, tanto con el docente como con los estudiantes. Consulta a los estudiantes por las fortalezas del instrumento de evaluación, sus debilidades y las mejoras que le realizarían.


CASO 6

TIEMPOS DE CORRECCIÓN

“Gonzalo es estudiante de Ingeniería de quinto año y éste es su segundo semestre de ayudante del ramo “Operaciones Unitarias”. El semestre pasado salió muy bien evaluado, por lo que la profesora decidió tenerlo como ayudante otro semestre más. Está muy contento porque además se está forjando una relación laboral y de confianza con la profesora del ramo. Este semestre, la profesora ha decidido que, además de las evaluaciones sumativas de cátedra, existan evaluaciones formativas en ayudantía. Para eso, le pidió a Gonzalo que diseñe controles y pautas de evaluación, y que las aplique en la ayudantía. La profesora apoyó a Gonzalo en estos temas y diseñaron cuatro controles a aplicarse durante el semestre, de los cuales Gonzalo diseñaría posteriormente la pauta. Para el último control de la asignatura, Gonzalo estaba muy atareado, dado que debía estudiar para todas sus pruebas finales, además de entregar tareas. Como estaba muy complicado con el tiempo, dejó la revisión de estos controles para último minuto. Como postergó su revisión, debió pasar la noche en vela revisándolos todos y así cumplir con los plazos pedidos por la profesora, quien le solicitó que los entregara revisados a los estudiantes al otro día, para que estos pudiesen preparar su prueba final de cátedra. Como estaba muy justo con el tiempo, no alcanzó a diseñar una pauta y revisó los controles sin ella. A la mañana siguiente, entregó los controles a sus ayudados. Éstos lo revisaron y se dieron cuenta que habían correcciones muy disímiles (producto, probablemente, del cansancio de Gonzalo), y dado que no tenía pauta, los criterios para asignar los puntajes fueron totalmente arbitrarios, perjudicando a algunos estudiantes y favoreciando a otros. Además, sólo habían cruces o tickets, no existía una retroalimentación en el control que le permitiera a los estudiantes saber en qué se equivocaron. Posteriormente, las notas de los estudiantes en la prueba de cátedra fueron bajas, lo cual hizo sentir culpable a Gonzalo”.

▶¿Cuál crees tú que fue el error que cometió Gonzalo? ▶¿Que debió haber hecho Gonzalo? ▶¿Qué habrías realizado tú para evitar una situación como ésta?

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6.3. ESTRATEGIAS PARA SITUACIONES COMPLEJAS EN TORNO A LA EVALUACIÓN “Cuando los estudiantes solicitan re-corrección de alguna evaluación” Es importante que, para comenzar, exista una pauta de evaluación clara y/o una rúbrica. Además, sé claro a la hora de la corrección, para que el estudiante comprenda cuáles fueron sus errores. Establece un horario concreto en donde podrán revisar sus evaluaciones. A menudo, realizar una revisión en ayudantía de las evaluaciones puede despejar las posibles dudas que puedan tener los estudiantes respecto a Ésta. Finalmente, si no pudiste evitar la situación, escucha atentamente al estudiante y responde a sus inquietudes, considerando que también es posible que te hayas podido equivocar. Si la situación se torna complicada o el/los estudiante/s toman una actitud agresiva, mantén la calma, no respondas de mala forma y apóyate en tu profesor para solucionar el tema.

“Cuando no estás de acuerdo con los criterios del profesor para la evaluación” Si llegas a estar en desacuerdo con el profesor sobre sus métodos y/o criterios de evaluación, haz lo posible para entender los principios detrás de ellos. Realiza las suficientes preguntas al profesor para que posteriormente puedas explicarle de forma adecuada a los estudiantes acerca de los criterios y métodos del docente. No dejes que los estudiantes sepan que estás en desacuerdo con el profesor, puede atentar contra la relación que estos posean con el profesor, como también a tu relación con él.

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La evaluación es un tema complejo, tanto para los docentes como para los ayudantes y estudiantes. En ese sentido, se plantea la interrogante del diseño: ¿de qué forma puedo medir correctamente el aprendizaje de mis estudiantes? Por otra parte, muchos de los estudiantes no están tan interesados en aprender, sino simplemente en obtener una calificación que les permita aprobar el curso y seguir avanzando en su carrera. Pensar la evaluación como un proceso formativo les permitirá a tus estudiantes aprender y a la misma vez obtener buenas calificaciones. Toda actividad educativa que exige comprobar un aprendizaje significativo implica hacer una evaluación y expresar un juicio de valor; es decir, que al realizar una práctica evaluativa siempre existe una intencionalidad educativa (Muñoz, 2004) que en este caso es el proceso de aprendizaje. Sin embargo, y como todo proceso, este debe ser monitoreado y revisado para comprobar si se está realizando de una buena forma y aplicar correcciones en caso de ser necesario, utilizando como herramienta principal el concepto de retroalimentación que comenzamos a revisar en este capítulo. El monitoreo del aprendizaje en la ayudantía es el eje central del próximo capítulo. Te invitamos a conocer más sobre él.

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capítulo VII

MONITOREAR Y RETROALIMENTAR PARA EL APRENDIZAJE Tan importante como construir una actividad de evaluación acorde a los resultados de aprendizaje y los contenidos del curso, es comprobar que efectivamente los estudiantes están comprendiendo estos contenidos y se están cumpliendo los resultados de aprendizaje. Para esto es fundamental realizar un monitoreo. Bajo ese paradigma, la retroalimentación juega un papel fundamental. Básicamente se refiere a la información sobre la brecha entre un estado de referencia y un estado deseable, la que es usada para cerrar dicha brecha (Ramaprasad, 1983). En el caso de los estudiantes, el estado deseable es el resultado de aprendizaje y el estado de referencia sería la situación actual en que se encuentran (medido a través de la evaluación). En este capítulo se profundizará en el concepto de retroalimentación, en sus diversas formas y en cómo realizarla de manera correcta y eficiente.

“Cuando quiero saber en qué me equivoqué en la prueba, no logro entender nada, ya que sólo salen tickets y cruces” (Estudiante de primer año)

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7.1. ¿EN QUÉ CONSISTE LA EVALUACIÓN COMO PROCESO FORMATIVO? Cuando hablamos de evaluación formativa, hacemos referencia a que la evaluación bien aplicada y focalizada puede convertirse en una herramienta de aprendizaje para los estudiantes. Por lo cual, la evaluación no es una nota o una prueba necesariamente, sino una instancia que releva información del aprendizaje de los estudiantes. Se aconseja realizarla durante el proceso, lo que permite a los estudiantes obtener información sobre su estado de aprendizaje y a partir de aquello, tomar decisiones que ayuden a mejorarlo. Ten en consideración que la evaluación formativa: Permitirá que el estudiante desarrolle mecanismos de autorregulación, es decir, sea capaz de evaluar sus formas de aprendizaje con un apropiado manejo de los recursos, siempre dirigidos a alcanzar metas de aprendizaje. Los aprendices ‘autorregulados’ están conscientes de cuánto saben, de sus capacidades cognitivas. (Matus, Torres & Parra, 2009, p. 9)

Al realizarla durante el proceso, la evaluación permitirá llevar un monitoreo del aprendizaje. El monitoreo es el proceso sistemático de recolectar, analizar y utilizar información para hacer seguimiento al progreso del aprendizaje de los estudiantes en pos de la consecución de los objetivos. Por ejemplo, si tu meta es ayudar a que los estudiantes aprendan los puntos A a la Z durante el curso, entonces primero necesitas saber si todos los estudiantes realmente están en el punto A y, a lo largo del curso, verificar que estos hayan alcanzado los puntos intermedios B, G, L, R, W y los otros. Para asegurar aprendizajes de alta calidad, no es suficiente evaluar a los estudiantes cuando hayan alcanzado los puntos M y Z. Como ayudante puedes enfocarte en los siguientes factores que permitan facilitar y agilizar este proceso: • Ser empático con los estudiantes. • Promover la motivación personal. • Orientar la evaluación para favorecer el progreso del estudiante. • Comunicar los objetivos del instrumento de evaluación. • Promover el desarrollo de las competencias que corresponden a la actividad en que se desempeña. • Entregar y retroalimentar las evaluaciones formativas de los estudiantes.

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Genera la confianza suficiente con tus estudiantes para que estos puedan retroalimentarte. De esa forma, sabrás de que forma llevar la ayudantía y cómo poder ayudarlos de mejor forma.


7.2. ¿CÓMO PUEDO MONITOREAR EL APRENDIZAJE DE MIS ESTUDIANTES? Existen diversas técnicas de monitoreo para el aprendizaje, que puedes aplicar según estimes conveniente. Algunas de estas técnicas son:

7.2.1. Técnicas para contenidos de ciencias Preguntas de prueba: Se les solicita a los propios estudiantes que planteen ejercicios o preguntas que podrían aparecer en una prueba, para saber si logran captar la información importante de una sesión o unidad. Parafrasear: Explicar un concepto o procedimiento con sus palabras, de un modo sencillo, como si tuviese que explicárselo a un cliente o alguien que posea menos conocimientos técnicos que él. Pro y contras: Los estudiantes deben identificar pros/contras, costos/beneficios, ventajas/desventajas frente a un problema, estrategia de resolución, una pregunta o concepto importante. Ejemplo:

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7.2.2. Técnicas para contenidos humanistas Lista de conceptos: El estudiante se enfrenta a una lista de conceptos que debe categorizar según grado de importancia revisados en las sesiones de clases. Puede clasificar según presencia o ausencia de elementos importantes. Ejemplo: apoyo al aprendizaje-calificar-proceso-formación-producto-final-cumplimientoobjetivos. Analogías: El estudiante establece una equivalencia entre términos que sólo pueden lograrse luego de dominar el contenido: Ejemplo: invierno es a verano como otoño a primavera. Palabra clave: Se divide en dos tareas, primero escoger una o dos palabras claves de la sesión y luego justificar en un párrafo la elección de esa palabra como clave para la clase. También puedes monitorear el aprendizaje por medio numerosas formas, tal como se puede apreciar en la siguiente imagen:

Formal

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Informal


¿Cómo puedes utilizar esta pirámide? La pirámide ayuda a pensar en la creación de múltiples maneras de monitorear y hacerse preguntas parar retroalimentar, tales como: • ¿Es conveniente crear valoraciones informales, verbales o autovaloraciones desde el comienzo de la unidad? • ¿Cuáles pueden ser algunas formas de valoración escrita, informal o valoraciones de compañeros? • ¿Qué tipo de valoraciones formales debo construir? Por lo cual, la pirámide se convierte en una herramienta que puedes utilizar para crear una retroalimentación que apoye el aprendizaje (Wilson, 2002) mediante la construcción de experiencias de valoración.

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7.3. LA RETROALIMENTACIÓN COMO MONITOREO DEL APRENDIZAJE La retroalimentación es considerada un elemento clave para la evaluación formativa y es definida como cuán exitoso algo ha sido o está siendo hecho. También puede ser entendida en términos de sus efectos como “información sobre la brecha entre el nivel actual y el nivel de referencia de un sistema de parámetros” (Ramaprasad, 1983, p. 4, citado en Sadler, 1989). En concreto, entrega la información sobre los logros obtenidos por nuestros estudiantes en base a los objetivos de aprendizaje establecidos previamente.

7.3.1. ¿Cómo debe ser la retroalimentación?

“La retroalimentación debería ayudarle al estudiante a comprender mejor el objetivo del aprendizaje, el estado de sus logros en relación con ese objetivo y las maneras de acortar las diferencias entre su estado actual y el estado deseado” (Sadler, 1989, citado en Sadler, 2010, p. 120).

Ante todo, una retroalimentación, para que mejore los aprendizajes, debe ser, según Veslin y Veslin (1992): • Coherente con los aprendizajes esperados. • Localizar claramente el error (mensajes entendibles y legibles). • Hacer referencia a criterios de evaluación preestablecidos y precisos. • Aconsejar sobre un método a seguir. • Inducir a los estudiantes a identificar sus errores y a auto-corregirse. Además, debe poseer las siguientes características: • Puntaje o nota para representar la calidad global del trabajo.

Monitoreo del aprendizaje es un acercamiento diseñado para ayudar a los profesores/ayudantes a encontrar qué están aprendiendo en el aula los estudiantes y cómo lo están aprendiendo (Angelo & Cross, 1993).

• Una explicación o justificación detallada para el puntaje. • Una descripción de la calidad del trabajo. • Elogios, estímulos u otro tipo de comentarios que abarquen las fortalezas del trabajo. • Diagnósticos de las debilidades (dónde se encuentran y de qué tipo son). • Sugerencias a partir de qué podrían haber hecho mejor y lo que podrían hacer la próxima vez para un trabajo similar.

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Integrar lo más posible la retroalimentación en tu ayudantía. Realizar una ayudantía de retroalimentación sobre resultados de evaluaciones y profundizar en éstos es de gran ayuda para los estudiantes.


7.4. ¿DE QUÉ MANERA PUEDO RETROALIMENTAR? La siguiente infografía te muestra las cuatro formas de retroalimentación, además de algunos tips y sugerencias para cada una de ellas.

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CASO 8

COMPROBANDO LOS APRENDIZAJES

“Florencia es una estudiante de pregrado que ha decidido postular a ayudantías de su carrera, dado que le gusta enseñar y sus compañeros siempre le dicen que es muy clara cuando les explica algo y que les ayuda mucho para las pruebas. Para su fortuna, fue elegida como ayudante en una asignatura que disfrutó mucho, así que se encontraba altamente motivada. Gracias a su buen manejo de los temas y su motivación, todo marchaba bien en sus ayudantías. Florencia realizaba sus repasos de contenidos y cuando preguntaba a los estudiantes si estos habían entendido y/o aprendido, nadie le decía que no, por lo que asumia que todos, o la gran mayoría, habían entendido. Además, en el primer control las notas fueron bastante buenas, por lo que se sintió aún más contenta al comprobar que sus estudiantes realmente habían aprendido. Cuando se acercaba la prueba de cátedra, Florencia realizó una ayudantía para resolver dudas, pero se sorprendió al recibir sólo 3 preguntas de todo el curso. Asumió que todos estaban preparados para la prueba, a pesar de que la dificultad y la cantidad de tópicos que se evaluarían era superior al de los controles. Sin embargo, se sintió muy frustrada al ver que sus estudiantes obtuvieron, en general, bajas calificaciones. Lo conversó con el profesor, el cuál se mostró igual de sorprendido. Dentro de su conversación, ambos coincidieron que los estudiantes no solían realizar muchas consultas y que al momento de ellos preguntar si habían dudas, nadie decía nada. Debido a esto, es que decidieron comprobar de forma más directa si los estudiantes realmente estaban aprendiendo. Aplicarían una técnica de monitoreo en donde pensaban realizar un taller en grupos, y cada grupo debía elaborar una pregunta sobre la materia que ellos creerían que entraría en la prueba. Para motivarlos, cada una de estas preguntas sería evaluada por el profesor y ayudante, eligiendo una que efectivamente aparecería en la prueba. Al realizar esto, se dieron cuenta que los estudiantes no estaban aprendiendo los conceptos realmente relevantes del curso. Retroalimentaron fuertemente esta actividad y cambiaron el enfoque de enseñanza, remarcando los elementos importantes de cada tópico, y antes de la segunda cátedra, realizaron otro monitoreo, esta vez un taller grupal, en donde debían entregar ejercicios tipo pruebas resueltos. Tanto en esta actividad, como en la prueba posterior, los estudiantes obtuvieron mejores calificaciones”.

▶ ¿Crees tú que fue una buena estrategia la utilizada por Florencia y el profesor? ▶ ¿Qué habrías hecho tú en su caso? ▶ ¿Qué estrategias de monitoreo del aprendizaje podrías aplicar en tu ayudantía?

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7.5. ESTRATEGIAS PARA SITUACIONES COMPLEJAS EN TORNO AL MONITOREO DE LOS APRENDIZAJES “Cuando los conocimientos previos necesarios de tus estudiantes están débiles” Si un gran número de estudiantes requiere un repaso, puedes agendar una ayudantía extra sólo para esto, o preparar una serie de puntos claves y recursos (puedes apoyarte en el Aula Virtual). Si sólo algunos estudiantes lo requieren, puedes idear junto a ellos una forma de que se pongan al día. También es importante que discutas tus opciones con el profesor, para saber si está de acuerdo con tu decisión y también saber en qué puede contribuir él, como responsable de la asignatura.

“Cuando los estudiantes tienen conceptos erróneos” A veces, es bueno preparar algún resumen o documento para explicar el concepto con mayores detalles o entregar ejemplos adicionales para clarificar. A medida que vayas adquiriendo experiencia, sabrás con claridad qué conceptos generan más complicaciones a los estudiantes y cuáles es necesario aclarar. Ocasionalmente, cuando un estudiante hace una pregunta en la ayudantía, puede revelar un error de concepto significativo pero inusual, el cual no puedes analizar inmediatamente. En esta situación, lo mejor es hablar con el estudiante en una situación uno a uno, en vez de ocupar el tiempo de la ayudantía. Puedes invitar a este estudiante y a otros que pueden estar interesados en la pregunta a reunirse contigo después de la ayudantía o en otro horario.

“Cuando no alcanzas a cubrir lo suficiente en la ayudantía” Comienza por saber qué tipo de preguntas se deben responder fuera del horario de ayudantía. En general, preguntas que son revisadas preliminarmente o son del interés de solo unos cuántos estudiantes, son buenas candidatas. Si consideras que estás teniendo más preguntas de las que puedes manejar, pero aún cumples con el objetivo de la ayudantía y no logras cubrir lo solicitado por el profesor, quizás necesitas discutir con él sobre cómo establecer prioridades. Además, establecer tópicos específicos que pueden ser discutidos o repasados en otros horarios o con consultas personales puede ayudar a los estudiantes, tranquilizándolos de que sus necesidades son un uso legítimo de tu tiempo. En ocasiones, el cronograma o una evaluación cerca requerirá que avances a nuevas materias cuando no lograste abordar por completo la anterior. Cuando esto ocurra, remarca a tus estudiantes cuánto pueden aprender complementando la ayudantía con el estudio personal, a la vez de mostrarte dispuesto a responder cualquier duda que haya quedado con los contenidos previos y, de ser posible, subir material complementario al Aula Virtual.

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“Cuando necesitas explicar un problema complejo” Llegar al núcleo del problema puede ser complicado. Por lo general, no existe una sola forma de hacerlo, sino que hay muchas. Para definirlas, tanto tú como los estudiantes deben conocer la materia y mirar activamente, buscando múltiples formas de resolver los problemas. Además, debes ser flexible en la forma de abordar, explicar y solucionar el problema. Puede ser necesario que dividas el problema en componentes, cambies de ecuaciones a gráficos, y hacer que los estudiantes hablen entre ellos sobre cada componente antes que puedan ver la solución completa. Complementa tus explicaciones con analogías y ejemplos para mayor claridad.

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La idea central de este capítulo es poner de manifiesto la importancia del monitoreo del aprendizaje y cómo puedes realizar este monitoreo desde tu rol de ayudante. Mediante distintas técnicas de monitoreo, y principalmente, mediante la retroalimentación, puedes realizar una gran contribución al aprendizaje de tus estudiantes. Puedes ajustar la retroalimentación a lo que necesites en tu ayudantía, y de esa forma, sacarle el máximo provecho a esta poderosa herramienta pedagógica. De este modo, y considerando todos los elementos revisados en este manual, dimos un vistazo general al rol del ayudante PUCV, cómo comunicar de forma efectiva y motivar a tus estudiantes. Vimos también cómo planificar las evaluaciones y retroalimentar, para así cumplir con los resultados de aprendizaje del curso. Pero también es importante considerar los recursos y actividades de aprendizaje que utilizaremos para cumplir estos propósitos. Frente a eso, las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) constituyen un recurso clave. Te invitamos a conocer más de ellas, en el siguiente y último capítulo de este manual.

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capítulo VIII

INTEGRAR LAS TECNOLOGÍAS PARA EL APRENDIZAJE Ya teniendo claro cuáles son los aprendizajes de la asignatura y la planificación de las sesiones, se han de escoger los recursos y actividades de aprendizaje para llevar de mejor manera lo que se ha planificado. En este contexto, las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), permiten fortalecer el proceso de enseñanza y aprendizaje mediante el uso de diversas herramientas tecnológicas. Una de estas herramientas es el Aula Virtual de nuestra Universidad.

“Hay profesores que nunca activan el aula virtual, lo que imposibilita contactarlos, que compartan material de apoyo o que suban las notas” (Ayudante de Historia)

8.1. EL AULA VIRTUAL PUCV ¿Qué es el Aula Virtual? El Aula Virtual es un entorno virtual de aprendizaje, “donde los docentes y estudiantes pueden desarrollar las acciones e interacciones típicas de los procesos de enseñanza y aprendizaje sin la necesidad de coincidir en el espacio ni en el tiempo” (Barberá & Badia, 2005, p. 10). Esta herramienta te permite mantener la comunicación con los estudiantes, Además de disponer de los recursos y las actividades de aprendizaje de forma permanente mientras se imparte el curso. Dentro del Aula Virtual, como ayudante tendrás la opción de editarla, subir archivos, crear actividades, retroalimentar, enviar mensajes a los estudiantes, entre muchas otras alternativas. Las potencialidades que posee el Aula Virtual son variadas y tu rol como ayudante respecto del uso de la misma debe ser acordado con el profesor al comienzo del curso.

Utiliza el Aula Virtual en conjunto con el profesor, coordinando las actividades y roles dentro de ésta en la reunión inicial, como también utilizarlo como medio oficial para la comunicación con los estudiantes.

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8.1.1. Potencialidades del Aula Virtual El Aula Virtual posee una serie de herramientas que te permitirán realizar y/o coordinar todo tipo de labores que debas realizar como ayudante: entrega de tareas, retroalimentación, asistencia, mensajes al curso, evaluaciones, subir material, entre muchas otras. A continuación, te presentamos un cuadro descriptivo con las potencialidades más relevantes del Aula Virtual, con descripción y un ejemplo de aplicación.

Para acceder a los tutoriales y al funcionamiento de cada herramienta del aula virtual, te recomendamos ingresar a: http://aula.virtual.ucv.cl/ wordpress/rol-docente

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8.2. OTRAS TIC PARA LA AYUDANTÍA 8.2.1. Prezi Es una herramienta que te permite dar animación a las transiciones entre diapositivas o imágenes, otorgando un sentido de guía o camino a tu presentación. Destaca, además, que esta herramienta es totalmente compatible con el Aula Virtual, pudiendo incrustar las presentaciones en nuestro entorno virtual de aprendizaje. Para visitar los tutoriales y al funcionamiento de prezi, recomendamos ingresar a: https://prezi.com Te sugerimos incorporar videos en las presentaciones (ppt o prezi), pues son una herramienta de gran apoyo a la docencia, ya que la presentación visual del contenido aumenta el grado de retención.

8.2.2. Latex Es un sistema de composición de textos (como Word), orientado a la creación de documentos escritos que presenten una alta calidad tipográfica. Por sus características y posibilidades, es usado de forma especialmente intensa en la generación de artículos y libros científicos que incluyen, entre otros elementos, expresiones matemáticas. Estas características hacen que LaTeX se utilice en el contexto universitario para la realización de ejercicios y fórmulas matemáticas (KopKa & Daly, 1995). Es aconsejable pedir a tus estudiantes que utilicen este programa para entregar sus informes, ya que permite mejorar su calidad. Es importante considerar que Aula Virtual lee códigos latex, por lo cual podrás subir ejercicios matemáticos a la plataforma. Para acceder a un editor de latex, te recomendamos ingresar a: https://es.sharelatex.com

8.2.3. Geogebra Es un software matemático interactivo, en donde se pueden hacer demostraciones en geometría, álgebra, estadísticas y cálculo en un sistema fácil de usar. Este programa fomenta una matemática más interactiva, en donde las representaciones pueden ser ejecutadas por los mismos estudiantes del curso. Para acceder a Geogebra, ingresar a: https://www.geogebra.org

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8.2.4. CMapTools Permite a los usuarios construir, navegar, compartir y criticar modelos de conocimiento representados en mapas conceptuales. Entre sus características, permite construir tus “CMaps” en tu computador personal, compartirlos en servidores (Servidores Cmap) en Internet, enlazar tus Cmaps a otros en servidores, crear automáticamente las páginas web de tus mapas conceptuales en servidores, editar los mapas de forma sincrónica (al mismo tiempo) con otros usuarios en Internet y buscar en la web para obtener información relevante para tus mapas conceptuales (IHMC, 2016). Por lo tanto, es una herramienta muy adaptable a las distintas necesidades del aula. Puedes pedir que realicen mapas conceptuales de forma cooperativa o individual o puedes realizarlos tú para mostrarlos en las sesiones de ayudantía. Actualmente es una de las herramientas más utilizadas a la hora de crear mapas conceptuales, debido a su sencillez y comodidad para realizar dicha tarea. Para acceder a CMapTool y obtener toda la información, ingresar a: http://cmap.ihmc.us

8.2.5. PSeint Es una herramienta útil para asistir a un estudiante en sus primeros pasos en programación. Su simple e intuitivo pseudolenguaje en español (complementado con un editor de diagramas de flujo), te permite centrar la atención en los conceptos fundamentales de la algoritmia computacional, minimizando las dificultades propias de un lenguaje y proporcionando un entorno de trabajo con numerosas ayudas y recursos didácticos (SourceForge, 2016). Es un programa muy útil para los primeros años de ingeniería. Sus principales fortalezas están en que su lenguaje está en español, además de que entrega un esquema del algoritmo programado. La simpleza de su pseudolenguaje puede verse como una desventaja si es que se quiere ser riguroso a la hora de escribir los comandos.

Para acceder a PSeint, ingresar a: http://pseint.sourceforge.net

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8.2.6. Draw.io Es una herramienta que te permite elaborar diagramas en línea sin necesidad de instalar software en tu PC. Su interfaz es bastante sencilla y fácil de utilizar. Además, es tan completa que nada tiene que envidiarle a cualquier software de pago para escritorio. Los diagramas pueden ser guardados en tu computador como también en Dropbox o algún servidor particular. A diferencia de CmapTools, que permite sólo crear mapas conceptuales, en Draw.io puedes realizar distintos esquemas, ya sean procesos, figuras esquemáticas, o lo que sea necesario, de una forma rápida y sencilla. Para acceder a Draw.io, ingresar a: https://www.draw.io

8.2.7. MiniTab Pese a que no es un programa gratuito, es una herramienta muy útil para realizar los distintos análisis estadísticos, muy necesarios en el quehacer de un ingeniero. Es un recurso que además te permite diseñar distintos experimentos. El diseño intuitivo de Minitab pone el poder de la estadística en las manos de los estudiantes desde el primer día. • Las hojas de trabajo conocidas hacen que sea fácil escribir, cargar o copiar y pegar los datos. • Los menús están organizados para complementar los principales libros de texto. • Los cuadros de diálogo son claros, sencillos y fáciles de completar. • Las gráficas informativas y enriquecidas ayudan a los estudiantes a visualizar y explorar los datos. • Todos los análisis se archivan para facilitar su revisión.

Para acceder a MiniTab, ingresar a: http://www.minitab.com/en-us

Otras herramientas para el aprendizaje:

• Matlab • Google Sketchup • AutoCAD • Microsoft Word • Microsoft Excel

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• Microsoft PowerPoint • Wolfram Alpha

Nuestra universidad cuenta con un portal que entrega información sobre las mejores Tecnologías que fomentan el aprendizaje. Te invitamos a acceder a: recursostic.ucv.cl


CASO 9

COMUNICANDO A LOS ESTUDIANTES

“Carolina es una estudiante muy destacada y ya está cursando cuarto año de su carrera. Siempre le ha gustado enseñar a los demás y por eso ha sido elegida desde hace varios semestres para la ayudantía de Cálculo 2. Este semestre, nuevamente será la ayudante de esa asignatura, en donde el profesor a cargo del curso ha decidido no sólo realizar tres pruebas de cátedras, sino tres controles en ayudantía y dos talleres, también en ayudantía, y todos calificados. Coordinó las actividades con Carolina y ambos quedaron de acuerdo. La noche anterior a uno de los controles, el profesor se comunicó con Carolina para decirle que, debido a un improvisto de último momento, la sala donde normalmente se realiza la ayudantía (y donde se debía tomar el control) no podrá ser utilizada, pero que ya había realizado las gestiones para conseguirse otra sala con la misma capacidad. Le pidió a Carolina que le avisara a los estudiantes, de forma que todos supieran y nadie faltara al control. Así, les avisó a todos mediante el grupo de Facebook que había hecho para la ayudantía, que la sala del control había cambiado. Varios estudiantes acusaron recibo de la información, así que Carolina se fue a dormir confiada en que todos se enterarían del cambio de sala. Al otro día, al momento de tomar el control, Carolina notó que la gran mayoría del curso había llegado a rendir la evaluación, excepto tres estudiantes. Cómo ya había pasado media hora desde el inicio de éste, en la lista los puso como ausentes. A los cuarenta minutos de haber rendido el control, llegó uno de los estudiantes, argumentando que no se enteró del cambio de sala, y cinco minutos después, llegaron los otros dos. Dado que llegaron tarde, no tuvieron el tiempo suficiente para realizar el control de buena forma y, por ende, no obtuvieron una buena nota. El profesor se percató que la prueba de estos tres estudiantes estaba parcialmente en blanco, y le preguntó a Carolina si sabía algo. Ésta le comentó la situación, a lo que el profesor le señaló que los avisos debían ser a través del Aula Virtual, un medio oficial y donde todos están inscritos, y no por Facebook, ya que además de ser un medio no oficial, es posible que no todos estén en el grupo. Carolina le dijo que no había pensado en esa posibilidad y quería saber si podía solucionar la situación de alguna forma. El profesor le indicó que deberá tomarles otro control a estos estudiantes, ya que fue injusto para ellos tener menos tiempo para realizarlo”.

▶¿Qué debió hacer Carolina para notificarle a sus ayudados el cambio de sala? ▶¿Qué otros potenciales usos puede tener el foro novedades del Aula Virtual para apoyar la comunicación y el aprendizaje de los estudiantes?

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8.3. SITUACIONES COMPLEJAS EN TORNO AL USO DE TECNOLOGÍAS “Cuando la herramienta TIC que elijo en la clase no me funciona” Repasa mentalmente los pasos que debías seguir y recuerda si te faltó alguna acción. Intenta comprobar que esté todo conectado. Algunos estudiantes más hábiles en las tecnologías pueden ayudarte a revisar que esté todo en orden. Si no funciona, recuerda que las tecnologías deben ser un apoyo al aprendizaje y no el foco fundamental, por lo tanto, busca una estrategia para lograr la misma meta de aprendizaje sin las TIC. Para las próximas ocasiones prueba todo antes y no te confíes.

“Cuando no estoy seguro de qué TIC utilizar” Lo más importante es recordar que las TIC apoyan un resultado de aprendizaje que esperas que los estudiantes logren. No debes incluir las tecnologías porque sí, sino para ayudarte en una situación compleja o para facilitar los procesos de aprendizaje. Tomando estos criterios como referencia puedes agregar otros que te ayuden a elegir, como la accesibilidad del recurso, la sencillez en su utilización y lo interesante que puede ser para quien la utiliza.

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Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) constituyen una poderosa herramienta que permite fortalecer el proceso de enseñanza y aprendizaje mediante el uso de diversas herramientas tecnológicas, dentro de las cuales destaca el Aula Virtual, un entorno virtual de aprendizaje “donde los docentes y estudiantes pueden desarrollar las acciones e interacciones típicas de los procesos de enseñanza y aprendizaje sin la necesidad de coincidir en el espacio ni en el tiempo” (Barberà & Badia, 2005, p. 10). Gracias a ella, tanto tú como el profesor encargado de la asignatura pueden llevar un control de la asistencia, comunicarse directamente con los estudiantes, retroalimentarlos, realizar cuestionarios, entre muchas otras actividades y recursos. A su vez, existen una serie de TIC disponibles como PowerPoint, Prezi y Latex, que te pueden permitir fortalecer y mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Cada uno de estos recursos puede ser adaptado en tu ayudantía y ser utilizado a tu libre disposición, por lo que te invitamos a integrar estas tecnologías en tus ayudantías y sacarles el máximo de provecho.

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