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Estado y Educación

UNIVERSIDAD MARIANO GÁLVEZ DE GUATEMALA FACULTA DE HUMANIDADES EXTENSIÓN: SAN SEBASTIÁN H. HUEHUETENANGO LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PRIMARIA CON ESPECIALIZACIÓN EN GESTIÓN EDUCATIVA INTERCULTURAL

Curso: Políticas Educativas

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Lic. Víctor Manuel Matías León.

“Estado y Educación”

Nombre del estudiante: Alex Omar Pérez Sales.

Carnet: 9751 – 16 - 12366

San Sebastián Huehuetenango, 19 de marzo de 2021

INTRODUCIÓN

Cuando se habla de política hacemos una inclinación hacia el Estado, ya que una política lo administra el Estado, la política es una lucha, parece ser un dato admitido por todos; lo que pasa es que para unos la política es esencialmente una contienda a fin de que reinen los valores morales, u otros, mientras que para no pocos pensadores la política se integre desde ella misma, desde el ejercicio del poder. En la actualidad la política se cuela de mil maneras en los centros y en cualquier ámbito educativo. Una constatación obvia porque, a fin de cuentas, los acontecimientos cotidianos, por irrelevante que sea aparentemente, no deja de ser político, el agente educativo y social no está afectado por la política porque no hay argumentos mínimamente sólidos que puedan sostener hoy por hoy el mito o la falacia de la neutralidad, aunque curiosamente quienes más alardean de este suelen ser quienes defienden intereses económicos y políticos más poderosos, perversos e inconfesables. Hablar de educación es hablar de conocimientos, cultura, valores e ideales. Existe una manera sistemática de educar a través de la escuela y otra asistemática, mediada por el hogar, la iglesia, el trabajo o las organizaciones que forman valores. Desde esta dimensión, el ser humano es un ser en sociedad. Ha creado el Estado como organización jurídico-política, de donde se desprenden las normas que regulan nuestra conducta social. Es impensable una sociedad sin Estado, a no ser aquellas hordas primitivas en las que se agredían unas a otras irracionalmente. Hablar de educación es hablar de conocimientos, cultura, valores e ideales. Existe una manera sistemática de educar a través de la escuela y otra asistemática, mediada por el hogar, la iglesia, el trabajo o las organizaciones que forman valores.

POLITICA Y EDUCACIÓN

Históricamente, conceptos como democracia, Estado, gobierno, libertad, igualdad, fraternidad, confianza, bien común, derechos ciudadanos, participación, tolerancia, transparencia, corrupción, han estado presentes en la vida política de todas las sociedades. La democracia ha asumido todo esto, de manera diferente. Ahora, surgen otras formas que van desde el proceso de globalización hasta el nacimiento de ideas como escenarios contrapuestos. El lenguaje de la política de la educación es aquel lenguaje político que pretende dictar los lenguajes, influidos sobremanera por político, implica maneras de pensar y de sentir y, en consecuencia, maneras de proceder. Los análisis metalingüísticos permiten descubrir el peso histórico de lo político sobre lo educacional. Desde esta dimensión, el ser humano es un ser en sociedad. Ha creado el Estado como organización jurídico-política, de donde se desprenden las normas que regulan nuestra conducta social. Es impensable una sociedad sin Estado, a no ser aquellas hordas primitivas en las que se agredían unas a otras irracionalmente.

La educación es el agente de transmisión de una cultura, significa que la educación juega un papel fundamental en la cultura, tiene como tarea básica la transmisión de la cultura, su papel es entregar a las nuevas generaciones los conocimientos teóricos y prácticos, transmitir las creencias, costumbres, tradiciones, ideologías, etc. El objetivo de la educación es la conservación de la cultura, la igualdad, que sea capaz de integrar y no de excluir, de transmitir.

La educación nos prepara para ser profesionales, a ser cultos, a desarrollar nuestras habilidades cognitivas e intelectuales, para que tengamos la aptitud de enfrentar y solucionar problemas en la sociedad.

La meta de la educación es crear y desarrollar en el niño y el adolescente los conocimientos y las aptitudes del hombre culto tal y como se reconoce en el medio sociocultural existente. Sabemos que a través de la educación el niño va adquiriendo conocimientos, ayuda a los jóvenes a solucionar los conflictos.

La educación se puede considerar como un instrumento de integración del cuerpo social (socialización), empezando con la práctica de cada uno de los valores morales, decía un autor “la educación es el medio a través el cual la sociedad logra crear en el corazón de las nuevas generaciones las condiciones indispensables para la propia existencia”. El proceso educativo consiste en una socialización de la generación joven, la escuela no debe basarse solamente en impartir conocimientos, sino que debe permitir un proceso de socialización entre todos los integrantes de la misma, debe facilitar espacios para la realización de tareas en grupo y para la participación de cada alumno en dinámicas integradoras. La educación tiene que darse cuenta de que la socialización no solo es importante en la escuela, sino en todos los ámbitos en que el individuo se desenvuelve.

Existe una estrecha relación entre político y educación, la educación es uno de los factores fundamentales del desarrollo, enriquece la comprensión de las personas de sí mismas y del mundo, mejora la calidad de sus vidas, y conduce a amplios beneficios sociales para las personas y la sociedad. Juega un papel muy importante para asegurar el derecho político, como también mejorar la justicia y una cultura de paz.

El político como educador es el que aclara el sentido de la democracia y el futuro de la nación. Es una persona que conoce su país orienta, sugiere y forma una conciencia colectiva capaz de proponer salidas adecuadas a los diversos problemas que aquejan al país.

El político es quien logra dimensionar la política como búsqueda del bien común. Deberá eliminar de su discurso el electoralismo, la corrupción, la componenda, el acomodo, el incumplimiento, el ser mercader de la política, comprendiendo que la política real tampoco es angelical, sino terrenal. Somos seres de este mundo quienes bajo el principio de una conciencia lúcida de nuestros límites, entendemos que es posible aún, en medio de tantas turbulencias, que se puede construir una nación sobre la base de acuerdos mínimos.

Política y educación, educación y política, dos artes y dos ciencias muy erosionadas, en nuestro país, y que no han logrado alcanzar la mayoría de edad ninguna de ellas, más bien parece que se desenvuelven aún en su infancia, con atisbos de haber llegado a la adolescencia en algunas etapas históricas. Hoy, los graves problemas que sufrimos, en diversos órdenes de la vida social, demuestran que no logramos salir de esas etapas primitivas, caracterizadas por la mediocridad, la corrupción y la demagogia. Esta arma política, la demagogia, tan utilizada por los gobernantes irresponsables, lleva a decir —dudo que lleve a creer— que somos un gran país, mientras los hechos demuestran lo contrario: la corrupción ha penetrado en casi todas las administraciones públicas; las injusticias sociales van en aumento, solo crecen los más ricos, mientras los más pobres se empobrecen aún más; hay una incapacidad para el diálogo social y predomina la intolerancia y la falta de respeto a las ideas diferentes. En cuanto a la política, es evidente la falta de madurez, al contemplar cómo pueden acceder a ella fácilmente tantos mediocres e incompetentes, ciudadanos sin ninguna preparación para esta importante y difícil tarea de gobernar, de la mayor responsabilidad social. Ciudadanos que se deslumbran y se corrompen fácilmente, al comprobar el poder y los privilegios que pueden ostentar, y para lo que no están preparados, sino alejados de lo que el propio Platón pensaba: «El poder no debería concederse a quien lo desea». A la política solo deberían acceder aquellos que han superado las tendencias egocéntricas y aspiran al servicio público, aquellos que, en lugar de servir a su propio partido, sirven al Estado, son verdaderos estadistas. Respecto a la educación, en nuestro país, no se puede hablar de la verdadera educación, dirigida al desarrollo de las potencialidades de toda persona y a la satisfacción de sus necesidades más esenciales, sino de una simple formación de ciudadanos para hacerlos sumisos y dóciles a las élites dominantes, sin la capacidad de crítica y sin el desarrollo de la libertad y la responsabilidad, como medios imprescindibles para una participación comunitaria y social. De ahí surgen, fácilmente después, los mediocres, incompetentes y corruptos, que pueden llegar a políticos gobernantes. El filósofo Emilio Lledó dice que nuestra democracia está condenada al fracaso si no se plantea y se resuelve el problema de la educación.

Conclusiones

 La educación tiene un efecto fundamental en el Estado debido a que las personas inciden en el presente y futuro de la educación.

 La política tiene un papel importante en la educación influyendo en ella directamente, siendo importante, ya normas podría llevar a cabo una educación de calidad.

 Todo país tiene su política, y la educación mejora la calidad de vidas y conduce a amplios beneficios sociales para las personas y la sociedad.

COMENTARIO PERSONAL

Hablar de educación es hablar de conocimientos, cultura, valores e ideales. Existe una manera sistemática de educar a través de la escuela y otra asistemática, mediada por el hogar, la iglesia, el trabajo o las organizaciones que forman valores. Desde esta dimensión, el ser humano es un ser en sociedad.

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