Proyecto de Extensión Periodismo en la Universidad y la Escuela Secundaria / Año 10 - N° 11 / Paraná, Entre Ríos, diciembre de 2016
Mal de Ojos Mirar fuerte los temas que nos comprometen
Edición impresa: ISSN: 2524-9401 Edición en línea: ISSN: 2545-7381
Miradas presentes del ayer A 40 años del último golpe de Estado / Malvinas, los sentidos de la soberanía / Represión en democracia y crisis de diciembre de 2001 / Inundaciones en Santa Fe / Memoria e identidad
Equipo Mal de Ojos DIRECCIÓN Y EDICION GENERAL: Aixa Boeykens SELECCIÓN Y CORRECCIÓN: Aixa Boeykens Ignacio González Lowy Martín Maldonado EDICIÓN: Ramiro García Valentinuz Yanina Morini DIAGRAMACIÓN, DISEÑO E ILUSTRACIONES: Rosina Espiro PROFESORES DEL TALLER DE PRODUCCIÓN PERIODÍSTICA EN 2016 Aixa Boeykens Oscar Bosetti Ignacio González Lowy Martín Maldonado AUXILIAR ALUMNO Mauro Re BECARIO Ramiro García Valentinuz INTEGRANTES DEL PROYECTO DE INTEGRACIÓN DE FUNCIONES UNIVERSITARIAS “Periodismo en la Universidad y la Escuela Secundaria” Lautaro Alarcón Halle Antonella Carrizo Verónica Gareis Jairo Mio Yanina Morini Juan Andrés Herrera Victoria Natiello Guido Povolo Rosina Espiro AUTORIDADES DE LA UNER: Rector: Jorge Gerard Secretario de Extensión Universitaria y Cultura: Daniel de Michele AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN: Decana: Gabriela Bergomás Vicedecano: Alejandro Ramírez Secretario General: Mauro Alcaraz Secretaria Académica: Virginia Kummer Secretario de Extensión: Juan Manuel Giménez Secretario de Investigación y Posgrado: Mario Sebastián Román Alumnos del Taller de Producción Periodística -Año Académico 2016Octavio ALARCÓN Cintia ALMEIDA Sofía ARNAUDIN GUERRERO Juliana BARRIENTOS Fernanda BERNASCONI Camilia CETTA Milagros COLAUTTI
Sabrina COLLIARD Clara COSOY Hernán DE LOS SANTOS Juan Pablo ESTAPE Walter FERNANDEZ Fabián FORTUNATTI Keili GONZALEZ
Federico GRASSI Pablo GRIMALDI Ayelén HERBEL Camila MAGNANO Augusto MANDILE Iván NIELLO Jésica OLDANI
Pablo ORTIZ Stefanía PEREZ Rocío RAMONDA Rocío RÍOS Natalia SALAS María Laura SCATTINI Jimena VUOTO
Edición impresa: ISSN: 2524-9401 Edición en línea: ISSN: 2545-7381 Facultad de Ciencias de la Educación- UNER. Alameda 106- Paraná- Entre Ríos-Argentina. Teléfono: 0343-4222033 Impresa en el Departamento Imprenta y Publicaciones de UNER. Concepción del Uruguay- Entre Ríos- Argentina -Diciembre de 2016-
Editorial
Los jóvenes y los desafíos de revitalizar el pasado desde el presente Aixa Boeykens
A
unque se refiera al pasado, las memorias -o la falta de ella- habita el presente; nos ronda y a veces interrumpe sin pedir permiso y a pesar nuestro. Cuando las sociedades atraviesan situaciones traumáticas que impactan tanto en lo individual como en lo colectivo, el desafío es hallar los modos de elaborar ese pasado para poder comprenderlo, intervenir en el espacio público, exigir justicia y trabajar para que las nuevas generaciones conozcan esos hechos y puedan apropiarse de ese legado para reinventarlo con formas propias y darle sentido. El genocidio y la violencia que inauguró la dictadura cívico militar empresarial en Argentina, como en otros países de América Latina, dio lugar a un arduo pero persistente trabajo para recordar vinculado a la necesidad de justicia y al mandato de que no vuelva a suceder. Primero, lo hicieron las propias víctimas o familiares que se agruparon en las organizaciones de derechos humanos. Luego, en gobiernos como el de la primera parte de Ricardo Raúl Alfonsín y de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, el reclamo se convirtió en política de Estado. En esta undécima edición de Mal de Ojos nos propusimos conocer cómo miran los jóvenes hechos fundamentales de nuestro pasado y de qué modo esas interpretaciones inciden en sus modos de mirar y comprometerse con la democracia actual. En este camino surgió nuevamente la importancia de los docentes y la escuela como actores y espacio fundamental de transmisión y elaboración del pasado. Con mayor o menor conceptualización; con más o menos influencia del grupo familiar, es esta institución en donde los jóvenes reconocen haberse acercado a estas temáticas. No es menor esta constatación. Sobre todo, si tenemos en cuenta que históricamente la escuela tuvo el mandato de no trabajar temáticas consideradas “polémicas”. Esto también venía acompañado de un modo de enseñar la historia que tendía más a brindar una sumatoria de fechas y nombres que en nada contribuían a comprender las tensiones, las luchas que suelen caracterizar los distintos intereses y proyectos políticos y económicos. Por lo tanto, el ingreso a la escuela de temáticas vinculadas con el pasado reciente implicó también reflexionar sobre los modos de hacerlo. Evitar el dogma, brindar herramientas que contribuyan a que se pueda conocer, analizar y reflexionar es uno de los desafíos al transmitir hechos de la historia cercana. La entrada a la escuela de temáticas del pasado reciente se vio reconocida a través de normativas que consideraron fundamental promover en los estudiantes sentimientos democráticos. El artículo 92 de la Ley de Educación Nacional promueve que entre los contenidos curriculares se aborde la defensa por la soberanía de las islas Malvinas y el ejercicio y construcción de la memoria colectiva sobre los procesos históricos y políticos que quebraron el orden
constitucional y terminaron instaurando el terrorismo de Estado. A esto se sumó la incorporación del 24 de marzo como efeméride en que se recuerda el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia así como la producción de un renovado material pedagógico y audiovisual que contribuyó a que los debates en torno al pasado reciente se pudieran trabajar en las aulas. En Entre Ríos, el Programa de Educación, Derechos Humanos y Memoria Colectiva del Consejo General de Educación trabaja en las escuelas con profesores y estudiantes. A esto se agrega la labor coordinada con el Programa de Educación y Memoria del Ministerio de Educación de la Nación. En esta Mal de Ojos, los estudiantes universitarios de la Licenciatura en Comunicación Social de la UNER que cursaron el Taller de Producción Periodística durante 2016 investigaron y escucharon voces de los distintos lugares a los que pertenecen. Es así que, además de Paraná y Santa Fe, también podemos conocer cómo se recuerda Malvinas en San Carlos Centro; cómo se trabaja la dictadura militar en Chajarí o como se transmiten las costumbres en la aldea de descendientes de alemanes del Volga en Santa Anita. También trabajamos sobre los recuerdos de la crisis política económica de 2001 y la violencia institucional que en el presente lleva adelante la policía generalmente contra jóvenes de sectores sociales más pobres. Esta naturalización de la violencia en que resuenan prácticas represivas de la dictadura militar nos preocupa y nos interpela a asumir con urgencia políticas de Estado que lo reviertan. Los caminos por distintos lugares de la memoria nos llevó asimismo a recobrar las voces de los jóvenes sobre la inundación del 29 de abril de 2003 en Santa Fe cuando desbordó el río Salado y los silencios que sobre esta problemática aún circulan en la sociedad. Otro de los informes periodísticos se acerca a los modos en que los jóvenes de la Asociación Israelita trabajan con el conocimiento y transmisión de lo que significó el genocidio nazi, una metáfora que en Occidente se ha convertido en el símbolo del horror y la barbarie planificada del siglo XX que la humanidad debe evitar que se repita en cualquier intento de exterminio. Ahora es el turno de leerlo. Deseamos que esta publicación contribuya a conocer más sobre los modos en que los jóvenes, se vinculan y comprenden los hechos del pasado desde el presente. Como señala el psicoanalista egipcio Jacques Hassoun en Los contrabandistas de la memoria, se trata de la confianza en que estas nuevas generaciones tomarán los legados sobre el pasado pero con modos propios, renovados, heterogéneos, que les permitan construir un presente vital para forjar sociedades democráticas. 3
El pasado presente: a 40 años del último golpe de Estado
Los desafíos del trabajo con el pasado reciente en las escuelas secundarias de Paraná
Los jóvenes y sus miradas sobre la dictadura militar A cuatro décadas del inicio de la última dictadura militar, los jóvenes recorren la historia del pasado reciente. Estudiantes y profesores de Paraná comparten los modos en que se trabajan estos temas en el aula; los debates que aún faltan y los programas de educación y participación que buscan mantener viva la memoria. Por Laura Scattini
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E
s como una basura en el ojo. Se puede pestañear muchas veces, pero cerrarlos no sirve de nada. Una serie de cuadros colgados de la pared rompen la monotonía del amarronado color arena en las paredes de la Escuela Normal de Paraná. Es la obra “Ausencias”, de Gustavo Germano, una serie fotográfica que muestra en simultáneo fotos de la vida cotidiana de jóvenes en los 70 y, haciéndoles compañía, su respectiva foto en color, actual, con los mismos protagonistas, y el espacio vacío de los que ya no están porque fueron asesinados por los responsables de la política de terror llevada adelante por el Estado durante la última dictadura militar de 1976-1983. Xavier es alumno de la Escuela y está apoyado en la baranda, mirando las fotos. Se ve sorprendido y corre la mirada, pero ya es tarde: —No sé, nunca me frené bien a mirar estas fotos. Creo que me produce una cosa fuerte adentro mirar esas familias incompletas. La última dictadura cívico militar en nuestro país secuestró, torturó y desapareció forzadamente a 30.000 personas. Cuarenta años después, la basura en el ojo obliga a pestañear continuamente y moverse para resignificar el pasado y construir el presente. I Las escuelas de educación media de Paraná han adoptado de manera aun heterogénea prácticas educativas y de debate sobre la última dictadura cívico militar. Los cruces entre políticas públicas, prácticas docentes y participación estudiantil, todas con sus movimientos y sus resistencias, configuran el entramado sobre el que se teje la posibilidad de “hablar de dictadura” dentro de las instituciones educativas. Florencia Amestoy vive en un departamento al que, para ingresar, hay que bordear una hilera de macetas de diferentes colores y tamaños: verdes, rosas, azúcares, cactus, suculentas. Adentro suena una lista de reproducción musical de autoras latinoamericanas. Y un mate servido. Florencia está acostumbrada a dar entrevistas, pero nunca repite el mismo discurso de memoria. Se entrega a la charla, a repasar una y otra vez su historia, la de describir
a sus tíos asesinados durante la dicclandestino de paso durante la dictadura, en lo que se conoce como la tadura: “Esa investigación nació de “masacre de la calle Juan B. Justo”. un relato popular que recorría el baMilitante de H.I.J.O.S. (Hijos por la rrio y los chicos decidieron investiIdentidad y la Justicia contra el Olgar qué había de real en esa historia. vido y el Silencio) Paraná, Florencia El dato de esa investigación sobre la Amestoy forma parte de la Coordicomisaría de Bajada Grande fue innación del Programa “Jóvenes por corporado a las causas judiciales de la Memoria” desde 2010, año en el la dictadura en nuestra provincia.” que el Programa comenzó a gestarSon las 2 de la tarde. La escuela se en nuestra provincia de la mano n° 91 de la Baxada del Paraná está de H.I.J.O.S., la Subsecretaría de Devacía. Victoria Frank, docente de rechos Humanos de Entre Ríos y el Historia en la escuela, está acompaConsejo General de Educación. ñada por dos estudiantes que fue“Jóvenes por la Memoria es un ron a contraturno para trabajar en proyecto de educación no formal un proyecto de investigación para que nació por iniciativa de H.I.J.O.S. el “simulacro de la Organización a nivel nacional. En 2010 trabajade las Naciones Unidas (ONU)” en mos con sieel que deberán te escuelas de representar a “Muchas veces no se entiende Paraná, en las Arabia Saudita. el presente como una conseque se abordaVictoria, la docuencia del pasado. Es enseñar ron temas como cente que llevó para prevenir pero no entender Malvinas, hisa cabo en el 2012 que el presente está completatoria de vida de la investigación mente condicionado por la hisdesaparecidos, toria” (S. Nadalich, Responsable sobre la comitemas sobre la saría de Bajada Programa Educación y Derechos dictadura baGrande, relata: Humanos del CGE). sados en Entre “cuando empeRíos”, recuerda zamos a trabajar Florencia. Aclara además que con con las representaciones sociales y la el correr de los años los temas de comisaría hubo un disgusto grande investigación se fueron moviendo de los directivos porque no querían hacia otros relacionados con preoponer en discusión la institución pocupaciones sobre violencia institulicial. No nos dejaron participar de cional, trata o violencia de género. la Feria de Ciencias, argumentando A partir de 2012 el Programa se que el trabajo no era científico, y fue abriendo a otras ciudades de la no nos dejaron ir al encuentro. Nos provincia. “A veces parece que los acercamos a las organizaciones de temas elegidos por los chicos no Derechos Humanos y vinieron a la forman parte de lo que entendemos Escuela para trabajar con nosotros. por memoria. Pero el presente tieAllí fue que empezamos a participar ne una gran relación con el pasado en Jóvenes por la Memoria”. en tanto hay deudas, ausencias que II siguen presentes”, aclara Florencia. Entre Ríos forma parte desde 2012 Agrega además que los estudiantes de la Red Nacional de Educación comienzan la investigación guiay Memoria. En marzo de 2016, se dos por sus respectivos docentes. promulgó en nuestra provincia la Presentan un trabajo escrito donde Resolución 289 del Consejo General hay exigencia conceptual y luego el de Educación, mediante la cual se trabajo se plasma en el soporte que creó el Programa Educación, Dereelijan: una obra de teatro, una mueschos Humanos y Memoria. Dicha tra fotográfica, un audiovisual. En la resolución expresa que “educar con Edición 2016 participaron más de 56 memoria se constituye como un escuelas de nivel medio de la proaporte fundamental para construir vincia: públicas, privadas y técnicas. una sociedad justa, profundizar el Florencia recuerda una experienejercicio de la democracia, la defencia de investigación en la Escuela sa de la soberanía, el respeto por los nº 91 de la Baxada del Paraná, ubiDerechos Humanos, la construcción cada en el barrio Bajada Grande, colectiva de la memoria, la verdad en la que los alumnos investigaron y la justicia”. Susana Nadalich coorcómo la comisaria 11° (la comisaría dinadora del Programa “Educación, del barrio) funcionó como un centro 5
El pasado presente: a 40 años del último golpe de Estado Derechos Humanos y Memoria”expresa que cuando se trabaja la temática de la dictadura en las escuelas “muchas veces no se entiende el presente como una consecuencia del pasado. Es enseñar para prevenir pero no entender que el presente está completamente condicionado por la historia”. La socióloga Maristella Svampa dijo en un artículo publicado en el suplemento cultural Ñ de Clarín el 18 de marzo de 2006 que: “el golpe inauguró una forma atroz de desigualdad’”. Nadalich da cuenta de que es posible hacer abordajes desde diversos aspectos de lo que significó la última dictadura militar. Por ejemplo, desde las variables económicas y sociales. “Es posible trabajar este período no como un bloque cerrado. Insisto en que los chicos exigen además algo menos necrológico, menos dramático. Ellos quieren y tienen esta vitalidad y esta fuerza propia de la juventud”, señala. Victoria Frank, de la Escuela de la Baxada, opina que todos los docentes deberían trabajar sobre la dictadura como eje transversal de la currícula: “Yo lo que siento es que solamente los profesores de Historia y los de Ética son quienes pueden hablar del tema. Como si no pudiéramos hablar por ejemplo de los textos de literatura que se prohibieron, o que se prohibió la teoría de los conjuntos matemáticos”, explica.
participaron más de 100 docentes. Sin embargo, Susana Nadalich expresa que “el material está, los insumos también. Hay que ver cómo llevar eso a la escuela” y reconoce tres grupos generalizados de docentes en relación con el tratamiento de la dictadura: quienes ya están coordinando programas como “Jóvenes por la Memoria”, aquellos docentes que deciden seguir formándose en el tema porque consideran que su formación de base fue insuficiente y aquellos docentes que contribuyen a lo que Nadalich enmarca dentro de “currículum nulo”, es decir, que
“Hay muchas experiencias aisladas de participación y de debate. Pero aun cuesta trabajar la dictadura. Parece ya haber docentes específicos abocados a esos temas pero no se genera una participación de conjunto” (S. Nadalich, Responsable Programa Educación y Derechos Humanos del CGE). La docente hace referencia a que el gobierno militar eliminó la matemática moderna porque consideraba que fomentaba la idea de lo colectivo y de los agrupamientos como una relación indispensable para solucionar un problema. En el primer informe semestral de 2016, el Programa “Educación, Derechos Humanos y Memoria” refleja que se ha trabajado con directores departamentales y supervisores zonales. Asimismo se realizaron las “Jornadas de Asistencia técnica con asesores pedagógicos”, en las cuales
se niegan a dar el tema: “Hay muchas experiencias aisladas de participación y de debate. Pero aun cuesta trabajar la dictadura, por ejemplo, en un día institucional. Parece ya haber docentes específicos abocados a esos temas pero no se genera una participación de conjunto”. III —Mis tíos son Marta Bugnone y Jorge Ayastuy, que desaparecieron en Buenos Aires en 1977. Su hijo, Matías, busca hasta hoy a su hermano o hermana. Mi tía estaba embarazada 6
cuando desaparecieron. Cuando los desaparecieron. Así se presenta Violeta, estudiante de la Escuela N° 1 de Comercio de Paraná. Tiene el pelo del color de su nombre y está junto a Alfonsina, con quien comparte todas las mañanas en la escuela. Alfonsina milita en H.I.J.O.S; Violeta, en el Centro de Estudiantes. Ambas comparten la misma inquietud: transmitir a otros jóvenes el interés por transformar las cosas que duelen, las injusticias que se perpetúan. Si tienen que definir en pocas palabras a la última dictadura cívico-militar en nuestro país, ambas dirán que se puede definir con dos palabras: impotencia y abuso. Abuso del poder, impotencia del pueblo, definirán. Además de militar, Alfonsina y Violeta participaron por primera vez en 2016 en Jóvenes por la Memoria. Su trabajo consistió en investigar el rol de la Iglesia durante la dictadura. —Un tema heavy—dice Violeta y se ríe. “Sólo cinco chicas de la Escuela participamos en Jóvenes por la Memoria. Desde el Centro de Estudiantes hemos hecho charlas el 24 de Marzo. Hicimos una pegatina, una charla con H.I.J.O.S y con los chicos del Registro Único de la Verdad. Cuando a la historia te la cuenta alguien que tiene onda, los pibes se enganchan. Si te lo cuentan como la efeméride de San Martín, olvídate”. Violeta dice además que es tarea de los jóvenes interesar a sus com-
El pasado presente: a 40 años del último golpe de Estado pañeros en el tema: “Nosotras estamos más adentro porque militamos, y también por la historia familiar, un tema que siempre se charló en casa. No en todas las familias se habla tan fluidamente de la dictadura. Entonces hay que ver cómo hacemos para que ellos también quieran saber”. No son las únicas. Victoria, estudiante de la Escuela Normal “José María Torres” de Paraná, cuenta que también está participando: “Primero entré a Jóvenes por la Memoria para interiorizarme y así poder trasformar o movilizar la mente de algunos adolescentes como yo. Hoy la educación sobre la dictadura no tiene tanta relevancia, y es eso lo que me movilizó a querer aprender y ser el conector entre mis propios amigos y los años en que, a mi parecer, los Derechos Humanos fueron más que vulnerados”. A fines de 2014 el Ministerio de Educación de la Nación firmó un convenio con la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) para relevar las representaciones de los estudiantes secundarios del país sobre nuestra historia reciente y nuestro presente. Frente al interrogante de “quiénes fueron los responsables de la última dictadura militar”, el 96,3 por ciento identificó a los militares. El mismo trabajo revela que casi no aparece en el imaginario juvenil la idea de “los Dos Demonios”, es decir, la de una guerra entre subversivos y militares. Asimismo, más del 70 por ciento de los jóvenes supo-
“La memoria es algo que se construye. Cada vez que abordamos el tema de la dictadura y su herencia en el presente intento resignificarlo para los chicos; para mí es a través de ese ida y vuelta con ellos, que construyen de una manera diferente a la nuestra, de manera de no vivirlo como un mero relato” (Profesora V. Frank). nen que desaparecieron “por pensar distinto” o “tener ideales”. “Hubo mucha violencia, muchas muertes, todo se tapó con el deporte”, dirá Priscila, estudiante de la Escuela de la Baxada. Su compañera, Aldana, agregará que no hay que olvidarse nunca de lo que sucedió ya que hubo muchas muertes y se secuestraron muchos bebés. No se escucha en sus testimonios las palabras subversión, dos demonios, guerrilla. Sin embargo, una pregunta sobrevuela todavía: ¿Puede volver una dictadura? IV —Sería posible. En el gobierno que hay ahora hay mucho conflicto interno entre el gobierno anterior y el actual— dice Aldana, alumna de la Escuela de La Baxada en referencia al actual presidente Mauricio Macri, referente de Cambiemos, una alianza entre el PRO y la Unión Cívica Radical y el opositor Frente para la Victoria que representaba la anterior Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. —¿De verdad te parece posible? — replica Victoria, la docente. Un silencio reflexivo invade el aula. Priscila se apura a contestar: “no,
con todo lo que sabemos ahora no creo que lo podamos permitir”. Trabajar sobre la memoria a 40 años del inicio de la última dictadura en nuestro país sigue siendo materia imprescindible. Victoria reflexiona al respecto y dice que “la memoria es algo que se construye. Cada vez que abordamos el tema de la dictadura y su herencia en el presente intento resignificarlo para los chicos; para mí es a través de ese ida y vuelta con ellos, que construyen de una manera diferente a la nuestra, de manera de no vivirlo como un mero relato”. Violeta, alumna de la escuela Comercio, también piensa y dice que “el contexto latinoamericano es otro. En la época de la dictadura todos los países estaban pasando por lo mismo. Hoy las características son otras. Hay elementos que todavía están, como los desaparecidos en democracia, pero hoy ya no te van a llevar por participar en política o en una agrupación. Quizás sí te lleven por usar una gorra”. Para sacarse la basura del ojo hay que pestañear fuerte. También lagrimear, sacar algo de adentro para poder mirar con claridad otra vez. Sentir algo fuerte, incomodarse, sacarse la duda, volver a buscar.
Detalle del Moumento a la Memoria, ubicado en la Plaza Sáenz Peña de Paraná y realizado por la artista Amanda Mayor. 7
El pasado presente: a 40 años del último golpe de Estado
Los jóvenes de Paraná y sus memorias sobre la dictadura
Son las 8:45 de la mañana de un día gris, de lluvia y frío. Cuatro chicos se encuentran sentados en la sala del preceptor del Instituto de Enseñanza D-112 EDU-PRO de Paraná. María y Fiorela cursan el 6to año; a Milagros y Joaquín todavía les queda un año más. Cuando se les pregunta si saben lo que sucedió en la última dictadura militar nadie contesta y se miran entre todos para ver quién comienza a hablar. —Se lo llamó el Proceso de Reorganización Nacional – responde Milagros con un tono suave- porque los militares tomaron el poder y comenzaron a gobernar bajo sus leyes. —Se privó a la gente de su libertad –se anima JoaquínLos que estaban en contra de lo que ellos decían eran detenidos. —Hacían uso de poder, fue un gobierno tirano y había mucha censura y también hubo muchas deudas –dice María con confianza. La situación en la escuela República de Entre Ríos N° 50 es distinta. Son las 15:30 de un día soleado y los chicos de 6to año del turno tarde, se ofrecen a contestar a cambio de salir de clases. —La dictadura del ´76 fue liderada por un militar llamado Videla y sus encargados que también apoyaron ese proyecto –narra el joven más alto y robusto del grupo. Luego, ante la consulta “¿qué opinan de vivir en democracia?”, se suma el resto: —Y está bien, pero el tema es que siempre hay gente que
Por Jimena Vuoto (Fragmento del informe periodístico)
se aprovecha y se abusa demasiado. Está bien que haya leyes y todo eso, pero siempre va haber alguien que use eso en contra de todo el mundo, para querer ganar más, eso está mal. Me gusta vivir en democracia, pero si todos fuéramos sinceros –sugiere el más delgado, ojos oscuro y castaño. Otro responde que “sí, está bueno porque uno se siente libre de hacer lo que quiere. O sea dentro de las leyes podés elegir, hacer. Pero en parte también me han comentado que en las épocas militares la inseguridad se había reducido muchísimo, no era como se vive hoy en día. Pero yo hubiera preferido la libertad que hoy tenemos”. “Si, está bueno tener libertad —coincide, sin saberlo, Milagros en la sala de preceptores de EDU-PRO.—Yo sé lo que fue el período con el tema de los desaparecidos, no sé qué otras consecuencias dejó”, advierte. “Es un sistema justo —reflexiona María sobre la democracia —por suerte no tuvimos que pasar por esa época, porque no está bueno vivir en represión. Poder expresarse libremente, poder elegir a quien te va a representar en el gobierno está bueno”.
Las representaciones sobre el pasado en escuelas de Chajarí
humanos. En su argumentación pone en condición de igualdad el poder de asesinar y matar que ejercieron los militares desde el Estado con el de un grupo político como era Montoneros. Así, afirma que el golpe sucedió porque las Fuerzas Armadas no estaban de acuerdo con el poder que estaba a cargo del gobierno en ese período, por lo que, sumado a la crisis económica, “los militares decidieron intervenir para derrocar a Isabel Perón, iniciando una dictadura y una limpieza de Montoneros, que eran quienes causaban disturbios”. Magalí, otra alumna del San José, sostiene una mirada que coincide con el análisis que se hizo durante el inicio de la democracia: la teoría de los dos demonios. Explica: “lo que tiene de importante la escuela es que te ayuda a formar una mirada crítica” y cree que “había buenos y malos de ambos bandos, por eso es que algunos la llaman dictadura cívico militar”. Su compañera Josefina concluye que “pensando en retrospectiva, lo que pasó nos hace valorar mucho más la democracia que hoy tenemos” y asegura que gracias al trabajo que hace la educación secundaria en la formación crítica de los alumnos sería imposible que vuelva a suceder un golpe de Estado.
Por Stefanía Pérez (Fragmento del informe periodístico) A media mañana, la Escuela de Comercio, está repleta. Los alumnos, con sus uniformes verde y gris, se multiplican en los diferentes espacios de este gran edificio. Vicente, de quinto año, cuenta que al llegar de México a vivir a Argentina aprendió que cuando se jugaban los partidos del Mundial de Fútbol de 1978 se torturaba gente. “Lo más importante de vivir hoy en democracia es la libertad que se tiene para expresarse libremente y sin represalias”, expresa. A pocas cuadras, Josefina, alumna de sexto del Colegio San José, piensa que la dictadura cívico-militar fue un gobierno ilegítimo y que lo sentimos “como algo muy cercano. No vivimos en ese período, pero es una herida abierta en todos nosotros que aún no cicatriza”. Martín, estudiante de sexto año de la Escuela de Comercio, sostiene una visión que justifica la política del terrorismo de Estado y ubica a los militares como “salvadores”. Su versión es contraria a la que se trabaja desde el Ministerio de Educación y los organismos de derechos 8
El pasado presente: a 40 años del último golpe de Estado
Santa Fe: renovar los modos de trabajar las memorias Por Fernanda Bernasconi (Fragmento del informe periodístico)
clandestinidad terrorismo condena
poder
La libertad y el valor son palabras muy frecuentes en los alumnos de 4to de la Escuela Nº 331 Almirante Guillermo Brown y de los de 5to Humanidades del Colegio La Salle Jobson, de Santa Fe. A partir de 2002, cuando la Ley 25.633 estableció el 24 de marzo como Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el análisis de este pasado reciente pasó a ser trabajada en el aula. En ambas escuelas se habla poco de la última dictadura cívico-militar o la información es reducida y solamente se hace alusión en la fecha. “No se habla mucho y siempre lo reducimos a los 30.000 desaparecidos, a la quema de libros y a la falta de libertad de expresión y punto”, dice Tamara a modo de reclamo. Sin embargo, aclara que “lo que aprendí fue en la escuela. En mi familia no se habla mucho”. Más exigente, Sol explica: “No vamos a lo que pasó económicamente, cómo la sociedad fue cayendo, cómo asumen el gobierno los militares. Sólo hablamos de los desaparecidos.” Su reclamo se suma al de sus compañeros. Consideran que es necesario saber más, que los temas se vuelvan más atractivos a la hora de estudiarlos, que haya anécdotas, que les cuenten otras historias, lo que sentían. “Cómo vivían los maestros, queremos escuchar su historia”, dice Santiago. Por su parte Mariana da cuenta que es importante no olvidarse de desarrollar la capacidad crítica ya que ellos son los futuros ciudadanos y la dictadura no ha sido un simple proceso. Su recuerdo de la dictadura “es una historia familiar” que la hizo vivir de cerca las consecuencias de lo que significó el terrorismo de Estado.
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El testimonio como fuente del pasado Por Fabián Fortunatti (Fragmento del informe periodístico) Silvia Schönhals es docente de Literatura y trabajó durante décadas con adolescentes de diferentes instituciones. Haber sido arrebatada de su pensión de estudiante universitaria para ser apresada en un centro de detención durante la dictadura fue un episodio que marcó su juventud. La profesora explica que al comienzo de su carrera sus alumnos no tenían intenciones de conocer qué había pasado. “Cuando les contaba mi experiencia, los chicos sí se mostraban interesados. Siempre les impresionaba que jóvenes de su misma edad hayan luchado por idea-
les y por un país mejor. Sin embargo creo que los chicos se quedaban más en la anécdota y no estoy muy segura que después investigaran por sus propios medios. Ojalá haya sido así”. Hablar sobre la dictadura en la escuela secundaria es uno de los grandes desafíos de toda política educativa en el siglo XXI. Promover la empatía constituye uno mucho mayor. Esa es la manera de construir lo que Tzvetan Todorov definió como “memoria ejemplar”: una manera de recordar para tener presente el rostro del otro y recuperar su propia existencia personal. 9
El pasado presente: a 40 años del último golpe de Estado
Hijos de DESAPARECIDOS: el trabajo de construir la IDENTIDAD
Alberto ´”Tato” Giovanello Díaz y Laura Méndez Oliva son víctimas directas del terrorismo de Estado. Perdieron a sus padres en la década del ´70 cuando eran niños. Sus historias, como la de miles de argentinos, se vieron transformadas por la última dictadura cívico-militar. Sus casos son testimonios de lo sucedido durante el gobierno de facto y revelan las dificultades particulares a las que se enfrentan los hijos de desaparecidos.
Por Juan Pablo Estapé
Fotografías pertenecientes a la muestra Ausencias, del fotógrafo Gustavo Germano. Arriba, Laura Cecilia Mendez Oliva en 2006. Abajo, Laura junto a sus padres en 1976.
T
ato perdió a su padre, Alberto Tomás Velzi. Laura perdió a su papá, Orlando René Méndez y a Leticia Margarita Oliva, su madre. Las desapariciones forzadas transformaron sus vidas obligándolos a construir su identidad desde características especiales: duelo postergado, una gran ausencia y las cicatrices que dejó aquel gobierno de facto. El 21 de agosto de 1977 un grupo de inteligencia, conformado por policías y militares, secuestró a Alberto Tomás Velzi. Alberto, había nacido en San Salvador (Entre Ríos), era docente de Filosofía, trabajó en el Poder Judicial de la provincia de
Santa Fe, en el diario El Litoral y además hacía copias con un mimeógrafo de su propiedad en el marco de su militancia política. Esa noche de invierno tardío, irrumpieron en la casa del barrio Sargento Cabral de Santa Fe, 15 personas que se llevaron con vida al docente. En el lugar también estaba Liliana Mabel Díaz, su pareja, que estaba embarazada de dos meses. “Me dijeron que no hablara hasta que ellos no me autorizaran, sino me iban a llevar a mí también” recordó Liliana en una entrevista que realizó en 2014, para un cortometraje que formaba parte de un proyecto 10
de cambio de nombre del Instituto Superior de Administración de Empresa (ISAE) en San Salvador, Entre Ríos. Siete meses después del secuestro, Liliana Díaz dio a luz a Alberto Rodolfo Manuel Giovanello Díaz el 7 de marzo de 1978. Tato, como le dicen sus amigos más cercanos, fue anotado con su apellido materno, dejando en blanco los lugares que ocupan los datos del padre en la partida de nacimiento. — ¿Por qué la decisión de que no figuren los datos de tu papá? — El miedo que sintió mi mamá la llevó a hacer eso. Ella lo siguió bus-
El pasado presente: a 40 años del último golpe de Estado Forense (EAAF), ayudó a Laura a reconstruir algunos detalles de lo que ocurrió con su padre. “En el año 2001 fui a dejar sangre para el Equipo de Antropología. Cuando entro digo: `Soy Laura Méndez y quiero dejar sangre. Mi papá era Orlando Méndez y mi mamá Leticia Oliva´. La respuesta inmediata de quien la recibió fue: “¡Ah!... sí, tu papá cayó en la ESMA.” Laura recuerda la sorpresa que le provocó que le revelaran esa información. Había pasado años sin saber qué había ocurrido con su padre. En 2003, el Equipo de Antropología se volvió a comunicar con Laura. En esa oportunidad, le informaron que el día Orlando Méndez y Leticia Oliva, secuestrados y que se llevaron a su papá desaparecidos en la dictadura de 1976. ella estaba con él, y luego de pasar unas horas en la ESMA la trasladaron Laura estuvo presente en la escena a Casa Cuna. Entonces tenía 11 medel secuestro. Tenía tres años. ses y pasó cuatro días en el orfanato — Yo estaba con mi niñera cuando hasta que sus abuelos paternos puentraron los milicos a casa. Nos tudieron dar con ella. Una vez que la vieron encerradas como tres horas encontraron, volvieron a Concordia hasta que llegó mi vieja con Susana. donde residían. Transcurrieron cuaAhí las secuestraron a ellas dos. Mi tro meses hasta que su madre, Letimamá, antes que se la llevaran, picia Margarita Oliva, pudo viajar a la dió darme un beso. casa de la familia Méndez. Ese fue el último contacto entre En calle Andrés Pazos 182 se ellas. Bajo orden del grupo militar encuentra la Subsecretaría de Deque entró en la casa, la niñera dio rechos Humanos de Entre Ríos. En aviso de lo sucedido a la familia un escritorio que rebalsa de papeMéndez y Laura regresó a Concordia con sus abuelos. “Yo estaba con mi niñera cuando entraron los milicos a casa. Nos A principios de 2016, el EAAF se tuvieron encerradas como tres horas hasta que llegó mi vieja con contactó con Laura para informarle Susana. Ahí las secuestraron a ellas dos. Mi mamá, antes que se la que, mediante la comparación de llevaran, pidió darme un beso.” (L. Méndez Oliva, hija de desaparehuellas digitales, encontraron una cidos). coincidencia entre su mamá y una mujer hallada en la playa de Verónica (cerca de la ciudad de La Plata) les, Laura busca algo con insistencia llevado al centro clandestino de deenterrada como NN, en un cemenhasta que logra hallarlo: “Acá está, tención de la Escuela de Mecánica terio cercano a la localidad. Si bien es ella” dice mientras exhibe una de la Armada (ESMA). Junto con él, todavía no han podido dar con los foto de su madre. alrededor de 200 militantes Montorestos de su mamá, Laura reconoce Leticia Oliva fue secuestrada neros de todo el país fueron detenique para ella “saber eso fue doloel 27 de diciembre de 1978 junto a dos en lo que se conoció como “el roso, pero totalmente reparador”. Susana Míguez, con quien comparDía de las Citas Nacionales”. Sobre Orlando, su papá, todavía no tía la vivienda en lo que por entonDécadas después, el trabajo del ha surgido nueva información que ces era Capital Federal. Otra vez, Equipo Argentino de Antropología cando y le pegaron un apriete bárbaro. En una entrevista con un integrante de las Fuerzas Armadas en Rosario, le dijeron que se dejara de joder o le iba a pasar como a mi viejo, y me iba a tener en una palangana.— cuenta el psicólogo, docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). En 1980, Liliana Díaz contrajo matrimonio con Humberto Giovanello quién reconoció a Tato como su hijo. Actualmente, Alberto está tramitando un juicio para que él y su hija puedan llevar el apellido Velzi. Al igual que Alberto, Laura Méndez Oliva siempre supo que era hija de desaparecidos. En su caso perdió a ambos padres durante el terrorismo de Estado que vivió Argentina entre el 24 de marzo de 1976 y diciembre de 1983 cuando tras las elecciones democráticas asumió el gobierno Raúl Alfonsín. A Laura, algunos la identifican como “la chica de la foto”. Es que su mirada impacta cuando uno la observa en la muestra fotográfica Ausencias que realizó el fotógrafo Gustavo Germano. En una fotografía está Laura con sus papás cuando era chiquita. Luego, está ella en la actualidad. Su historia también ha sido reflejada en el libro “No sólo son memoria. Historia de detenidos-desaparecidos de Concordia” una compilación de la comunicadora social Gisela Romero. El 21 de octubre de 1976, en Buenos Aires, Orlando René Méndez fue secuestrado en la vía pública y
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El pasado presente: a 40 años del último golpe de Estado permita establecer su paradero final. Construir Identidad “El empedrado está tapado, pero allí está”, recrea el cantautor uruguayo Fernando Cabrera. Si uno se imagina esa postal, es muy probable que su mente lo lleve a la esquina de las calles La Paz y Pasaje Baucis en Paraná. En esa intersección, el asfalto parece tener su fin y deja al descubierto los viejos adoquines ya desgastados por el paso del tiempo. A escasos metros, está el Registro Único de la Verdad de la Provincia
como bola sin manija y pasé momentos muy difíciles. Hablo de rondar la depresión, de tener algo acá —dice y se toca la garganta con la mano—; de sentirme ahogada y no saber qué hacer. A mí me costó mucho estar bien e intentar resolver mis cosas”, describe. Con tono pausado, Tato reflexiona en que para quien ha perdido a un ser cercano hay una parte que es una especie de agujero negro. Si bien se va reconstruyendo a través de los años, esa falta siempre va a estar. El nacimiento de Hijos e Hijas
“La identidad es un proceso subjetivo que se va construyendo en los primeros años de vida a través de los otros que cumplen diferentes funciones parentales y a partir de ciertas identificaciones que el sujeto va adquiriendo en el tiempo” (A. Bressán, psicóloga). de Entre Ríos. De no ser por una pequeña placa, la vieja fachada color amarillo pastel con grandes ventanales, pasaría inadvertida entre el resto de las construcciones de principio de siglo que se encuentran en la zona. En una de las oficinas trabaja la psicóloga Analía Bressán, que forma parte del “Programa de Acompañamiento, Asistencia y Protección de testigos, querellantes, víctimas y/u operadores intervinientes en las causas judiciales contra el Terrorismo de Estado”. Mientras guarda algunas carpetas de colores en un pequeño gabinete junto a su escritorio, busca explicar qué es la identidad. “Es un proceso subjetivo que se va construyendo en los primeros años de vida a través de los otros que cumplen diferentes funciones parentales y a partir de ciertas identificaciones que el sujeto va adquiriendo en el tiempo. Esta construcción con los otros, incide en cómo el sujeto se muestra ante los otros en las interacciones sociales”, explica. Crecer con una ausencia forzada Alberto y Laura coinciden en que ser hijo de desaparecidos es un camino que se va desandando con el correr del tiempo. Laura identifica este proceso con un malestar interior. “Durante mucho tiempo estuve
por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S) en 1995 tuvo que ver con esa necesidad de agruparse a partir de esta experiencia que significó haber perdido a sus padres durante la dictadura militar. También con la exigencia de justicia; la reivindicación de la lucha de sus progenitores y de los 30.000 desaparecidos así como la exigencia de restitución de la identidad de los hermanos apropiados. Dictadura y políticas de Estado El sol comienza a tomar fuerza, parece despertarse para iluminar la oficina de Débora Grand, licenciada en Ciencias Políticas y referente en Entre Ríos del Centro de Asistencia a Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos “Dr. Fernando Ulloa”. Entrecerrando los ojos por el sol, la licenciada, sostiene que: “El Estado argentino, a través de sus políticas, ha realizado un proceso de reconocimiento y reparación que deberá ser sostenido en el tiempo.” La elección a partir de diciembre de 2015 de un gobierno de derecha como el que encabeza Mauricio Macri vuelve a plantear interrogantes sobre el futuro de la política de derechos humanos como una política estatal. “En el Juicio a las Juntas, el Estado reconoció que había cometido crímenes y que debía castigar a 12
quienes lo cometieron, esto fue una reparación legal. En los 90, con un gobierno neoliberal, hubo un reconocimiento económico por los daños causados. Desde 2003 a esta parte, hubo un reconocimiento no sólo material sino también simbólico, y un consecuente acompañamiento de diversos organismos estatales”, historiza Grand. En su despacho, el subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia de Entre Ríos, Matías Germano, agrega que a partir de 2003, los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner introdujeron un cambio de sentido en la política de derechos humanos. “Los Derechos Humanos volvieron estar en la agenda, con un gobierno que realizó acciones concretas: Derogó los indultos, reactivó los juicios, bajó los cuadros de los generales genocidas de la ESMA, construyó programas de asistencia a las víctimas”, explica. El coordinador del Registro Único de la Verdad Marcelo Boeykens, señala que en el período que va desde 1976 a 1983 hubo 500 chicos apropiados. La persistencia de la búsqueda desde los primeros años a la actualidad permitió que se restituyera la identidad a 121 jóvenes. Aún faltan 400. Esta situación plantea un desafío para el Estado y las organizaciones de derechos humanos. “En un trabajo en conjunto con la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER tratamos de apelar a nuevas estrategias que permitan llegar a esos jóvenes que aún permanecen con las familias apropiadoras o que fueron adoptadas de buena fe pero nunca se preguntaron sobre su identidad”, explica Boeykens. La identidad es un proceso individual pero también –y sobre todocolectivo. Para que las situaciones traumáticas tengan la posibilidad de elaborarse es necesario un arduo trabajo. Allí, la justicia y la búsqueda de la verdad son condiciones para ayudar a transitarlos.
Malvinas, los sentidos de la soberanía
Las escuelas y los modos de transmitir la historia
Las memorias de Malvinas en los jóvenes de Paraná La guerra de Malvinas que llevó adelante el gobierno de la última dictadura militar generó marcas profundas en la historia argentina del siglo XX. Treinta y cinco años después, los estudiantes secundarios admiran a los soldados que combatieron y se identifican con quienes al momento de participar en 1982 tenían casi la misma edad que ellos. Sin embargo, rechazan la guerra y creen que la diplomacia dentro del sistema democrático son los modos de defender la soberanía. Por Iván Darío Niello
Malvinas, los sentidos de la soberanía
U
na joven apura el paso al oír el sonido del timbre que anuncia la entrada a clases. A pesar del calor sofocante que se coló en el invierno, viste la campera que diseñaron con sus compañeros de sexto año. En la manga superior del brazo derecho sobresale la figura de dos islas celestes. Son Gran Malvina y Soledad, la representación de un archipiélago de más de 200 islas en el Atlántico Sur y que desde 1833 está en litigio entre Gran Bretaña y Argentina. Esta imagen estará repetida en infinidad de lugares a lo largo y ancho del país. Monumentos, carteles en las rutas, murales en paredes, leyendas en autos, dan cuenta de que en Malvinas los argentinos condensan sentimientos diversos y actuales. Port Stanley, rebautizado como Puerto Argentino tras la recuperación argentina de Malvinas en 1982, es la única ciudad y la capital de las Islas. Se encuentra en las latitudes 51°41’32’’S 57°51’32’’O en el océano Atlántico, a 1.800 kilómetros de Buenos Aires y a 12.656 de Londres. Tiene menos de 2.500 habitantes, aglomerando alrededor del 75% de la población de las islas. No es un centro económico, político o social, pero es un territorio en disputa. Su posición estratégica la convierte en un lugar privilegiado en el reclamo sobre la Antártida y presencia en el hemisferio sur con acceso al continente americano. En los últimos años, además, se ha convertido en una base prolífica para la extracción de hidrocarburos. Para Inglaterra, las Islas Falkland son territorio británico de ultramar y responden al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Para nosotros, las Islas Malvinas son argentinas. Aunque el territorio fue usurpado por los ingleses en 1833, la referencia a las Islas Malvinas remite a la guerra entablada entre los dos países entre abril y junio de 1982. Malvinas en la escuela El artículo 92 de la Ley Nacional de Educación N° 26.206 establece que la causa de la recuperación de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur debe ser parte de los contenidos curriculares comunes a todas las jurisdicciones del territorio nacional.
Mural ubicado en el barrio Francisco Ramírez de Paraná, pintado en homenaje a los veteranos y caídos en Malvinas. Además, debe estar enmarcado en el fortalecimiento de la perspectiva regional latinoamericana, particularmente de la región del MERCOSUR, en el marco de la construcción de una identidad nacional abierta y respetuosa de la diversidad. Con el objetivo de producir materiales pedagógicos y actividades que permitan “consolidar una política educativa que promueva la enseñanza del pasado reciente en las aulas como un aporte a la construcción de una nueva ciudadanía política”, el Ministerio de Educación creó, luego de que se sancionara la Ley de Educación, el Programa
Además, según el equipo docente y las escuelas, la temática se trata de abordar de forma interdisciplinaria. A pesar de las dificultades de enseñar y educarse sobre la cuestión Malvinas en el ajustado calendario escolar, los jóvenes aseguran querer saber más y apoyan el reclamo sobre las Islas y la resolución por vías diplomáticas. Paula, de la Escuela N° 82, considera que “hay otras formas de defender la patria, no sé si una guerra es la única manera. Una propuesta es sentarse a hablar en una mesa, no ir a una guerra a matar a otro”. Damián, de la Escuela de Educa-
“Estos chicos sabían que los mandaban a morir, sabían que no iban a ganar esa guerra, no estaban preparados. Algunos agarraban un arma por primera vez, los mismos que sobrevivieron nos dijeron eso” (Karen, estudiante). llamado “Educación y Memoria”. Entre las diversas producciones pedagógicas que se han desarrollado, un cuadernillo distribuido en las escuelas secundarias del país llamado “Malvinas: Educación y Memoria”, cuenta que la causa Malvinas está incluida en los contenidos escolares desde 1941 cuando el reclamo por la soberanía se trabajaba en las materias de Historia y Geografía. Luego de la guerra de 1982, se incorporó también a través de las efemérides. 14
ción Técnica N° 3 expresa que “estaría bueno que se haga un acuerdo por la paz, que dejen vivir argentinos en Malvinas”. En torno a los modos en que la escuela trabaja la temática, la profesora de Historia de la Escuela de Enseñanza Técnica N° 5 Malvinas Argentinas, Belén Ramos, explica que el tema se aborda dentro de la Semana de la Memoria, que se conmemora en marzo, en el contexto de lo que significó la dictadura militar
Malvinas, los sentidos de la soberanía que comenzó el 24 de marzo de 1976. Los trabajos por la memoria Uno de los estudiantes de la Escuela de Enseñanza Técnica N°3 Teniente Luis Cenobio Candelaria, ubicada en las inmediaciones de la II Brigada Aérea de Paraná, responde a la pregunta sobre qué saben sobre la guerra de Malvinas: “muchos chicos de nuestra edad fueron a pelear una guerra y no sabían dónde se metían”. A su turno, los otros jóvenes brindarán respuestas similares. En la Escuela N° 82 Liga de los Pueblos Libres, Karen asegura: “estos chicos sabían que los mandaban a morir, sabían que no iban a ganar esa guerra, no estaban preparados. Algunos agarraban un arma por primera vez, los mismos que sobrevivieron nos dijeron eso”, explica y hace referencia a la charla que mantuvieron con un veterano que concurrió a la escuela en el último acto del 2 de abril. La interpretación que vincula la decisión de ir a la guerra como una actitud irresponsable de los jefes de la dictadura militar, suele primar en las representaciones que tienen los jóvenes. A esto se suma la crítica al destrato de gran parte de los responsables militares argentinos a los que se acusa de haber hambreado y torturado a los jóvenes soldados. En los primeros años de democracia la película “Los chicos de la guerra” que dirigió Bebe Kamin en 1984 a partir del libro con el mismo nombre de Daniel Kon, contribuyó a fortalecer esta visión no siempre compartida por los excombatientes que se oponen a que se los victimice. Algo de eso explican los excombatientes Roberto Andrade y Raúl Portillo en la charla que matienen en el Centro de Veteranos de Malvinas ubicado en calle Montevideo 266 en Paraná. Para ellos, que se les diga que fueron la carne de cañón de un borracho que los mandó a pelear, (en referencia al General Leopoldo Galtieri que era quien gobernaba y fue el que expresó la declaración de la guerra) es parte de un proceso de desmalvinización. En el mismo sentido, Luis Sacha Almeida, veterano y fundador de la Vigilia por Malvinas que se realiza
el 1° de abril, dice: “fue el pueblo el los inicios del gobierno del radical que apoyó la guerra. Si no se levanRaúl Alfonsín en diciembre de 1983; taba ninguna bandera, no iba ni un el conflicto bélico era difícil de abormuchacho a las Islas. Nosotros tudar ya que el reconocimiento a la vimos la oporparticipación de tunidad de palos jóvenes que “Si bien Malvinas se trata de una habían combasar a la historia causa justa que tiene una larga tido se mezclacomo los granhistoria en la cultura argentina, ba con el de los des héroes que no hay modo de desligar el acon- jefes militares pudimos recutecimiento bélico del contexto y que, en muchos perar Malvinas. de la aplicación sistemática del casos, estaban Si yo culpo sólo terrorismo de Estado”.(A.Sileoni, i n v o l u c r a d o s al gobierno miexministro de Educación). litar de que, a en los delitos de mí, gurí, me torturas y asesimandaron a morir, nos colgamos natos durante la dictadura militar. todos. Fuimos a defender la patria”, Décadas después, el gobierno de se explaya. Néstor Kirchner (2003-2007) y luego Como analiza la socióloga argende Cristina Fernández de Kirchner tina Elizabeth Jelin en su libro “Los (2007-2011 y 2011-2015) hicieron del trabajos de la memoria”, los relatos trabajo de transmisión de la historia por dar cuenta de hechos traumáreciente un eje central. Como parte ticos de nuestro pasado reciente de ello, buscaron insertar a Malvi-como el de la guerra de Malvinasnas en un contexto más amplio que confrontan con las distintas percepla exclusiva referencia a la guerra de ciones y puntos de vista de distintos 1982. Es así que inscribieron el reclagrupos sociales. La prevalencia de mo por la recuperación de estas tieuna memoria sobre otra forma parte rras como vinculado a la soberanía de una negociación y de una lucha latinoamericana. Además, intentade poder. ron que la historia diera cuenta de En Argentina, en la posguerra, la los distintos pedidos diplomáticos e referencia a la guerra de Malvinas intentos de recuperación de la sobese tornó un tema incómodo para los ranía desde que en el siglo XIX fue gobiernos democráticos. Como anausurpada por Inglaterra. liza la antropóloga Rosana Guber en La narrativa buscó además consu libro “De chicos a veteranos”, en textualizar la guerra como una ac
Frente del Centro de Veteranos de Malvinas de Paraná. 15
Malvinas, los sentidos de la soberanía ción de la dictadura militar. Un ejemplo de esto puede leerse en la introducción al cuadernillo elaborado por el Programa Educación y Memoria. En el prólogo, el entonces ministro de Educación Alberto Sileoni señala que “acercarse a este tema vuelve necesario tener en cuenta que la decisión de ir a la guerra fue tomada por los responsables de la última dictadura”. Agrega además que, “si bien Malvinas se trata de una causa justa que tiene una larga historia en la cultura argentina, no hay modo de desligar el acontecimiento bélico del contexto y de la aplicación sistemática del terrorismo de Estado”. La Guerra: el informe Rattenbach El 2 de abril de 1982 Argentina desembarcó en las Islas Malvinas; depuso al gobierno británico, izó la bandera albiceleste en la alcaldía y recuperó la soberanía como patrimonio nacional. El hecho generó una sensación de triunfalismo en la mayoría de la población. Es así que, cuando el 14 de junio nuestro país declaró la rendición, la mayoría de la población pareció olvidarse de la guerra y de los jóvenes soldados que habían concurrido. En 2012 el Ministerio de Defensa de la Nación, por medio del Decre-
to 200/2012, desclasificó algunos archivos sobre la Guerra de Malvinas, entre los cuales se encuentra el llamado “Informe Rattenbach”, hoy disponible en la web. Este documento fue el resultado del trabajo de una comisión que creó el gobierno de la dictadura luego de la rendición para que se analizara y evaluara el desempeño de las Fuerzas Armadas durante la guerra de Malvinas. El trabajo tuvo un desenlace inesperado para los jefes militares. Al concluir, el Teniente General Benjamín Rattenbach, expresó que la decisión de ir a la guerra había sido una aventura irresponsable de las autoridades que no resistía un análisis lógico. Las razones por las que Argentina reclama la soberanía En el cuadernillo “Pensar Malvinas” que el Ministerio de Educación imprimió en 2012, se exponen las razones en las que se funda el reclamo de Argentina sobre la soberanía de las islas. Por un lado, el reclamo geográfico se sostiene en que las islas están sobre la plataforma continental argentina además de la cercanía geográfica con nuestro país. Luego se enuncia el hecho histórico vinculado a que los archipiélagos constituían parte del territorio he-
redado de la corona de España tras la independencia declarada en 1816. Finalmente, el reclamo jurídico se funda en la Resolución 1514 de la Organización de las Naciones Unidas de 1960. En ésta se establece que los países miembros deben respetar la soberanía de los países y convoca a los países involucrados a poner fin al colonialismo en todas sus formas. Desde el otro lado, Gran Bretaña arguye que los habitantes tienen derecho a declarar su libre determinación puesto que son un país soberano que tiene la potestad de aliarse con Inglaterra. Ciento ochenta y tres años después de que Inglaterra usurpara las islas Malvinas; el reclamo argentino por el reconocimiento de nuestra soberanía continúa. Treinta y cinco años después de la guerra de 1982, la referencia a Malvinas continúa movilizando sentimientos y también visiones contrapuestas en torno al conflicto bélico y a cómo defender nuestro territorio. En la escuela, los jóvenes muestran que la referencia a las islas los conmueve e interpela. En la tapa de un cuaderno, en el hombro de la campera de egresados; en una mochila…el dibujo de las islas los conmueve y enuncia que “las Malvinas son argentinas”.
El Centro de Veteranos, la visión de los hijos Por Clara Cosoy (Fragmento del informe periodístico)
Las paredes que dan al frente de la calle tienen el dibujo de la bandera argentina que ocupa todo el frente, y en un costado un soldado apuntando con un rifle. Arriba, casi en el techo, un cartel con el dibujo de las Islas y la leyenda “Volveremos”. Es el Centro de Veteranos de Malvinas, ubicado en calle Montevideo 266 de la ciudad de Paraná. Allí se reúnen los ex combatientes y sus familiares. Es el rincón de Paraná donde permanece viva la memoria de aquella guerra entre Argentina e Inglaterra por la soberanía del territorio de las Islas Malvinas. Maximiliano Barzola tiene 31 años y es hijo de Oscar Barzola, veterano de Malvinas y presidente de la agrupación “Hijos de Veteranos de Malvinas”, que nuclea a hijos, nietos, bisnietos y familiares de los ex combatientes. “El objetivo central de la agrupación es reivindicar la gesta. El Centro de Ex Veteranos de Malvinas permanece abierto a todo público”, explica Maximiliano y se interroga por qué la gente no se acerca. Sobre todo, subraya, “si se tiene en cuenta que en este espacio es posible encontrarse con héroes que estuvieron en el frente y pueden contar algo que no es película, no es ficción, es real y lo tenés al alcance de tu mano solamente acercándote a la institución”. Entre las actividades de la agrupación, ellos organizan la Vigilia por Malvinas cada 2 de abril y han coordinado diversas jornadas solidarias para juntar donaciones. Además, en el segundo piso del Centro de Veteranos se está armando el Museo de Malvinas, donde cada excombatiente está dejando una pertenencia que utilizó durante la guerra. Como un objetivo constante, la agrupación se plantea la reivindicación de Malvinas todo el año: “nosotros buscamos que la memoria de los que están, de los que dejaron la vida por nuestra bandera, no sea olvidada, eso es una meta fija”. Para Maximiliano se trata de continuar reivindicando a sus padres y pelear en calidad de hijos por las conquistas obtenidas. A él le interesa que el día de mañana los nombres de quienes participaron sean recordados en un aula escolar o calle de la ciudad.
Malvinas, los sentidos de la soberanía
El reclamo por la soberanía y su abordaje en las escuelas de San Carlos Centro
Los pasadizos de la MEMORIA en los jóvenes Para los jóvenes, la guerra de Malvinas es un suceso del pasado cuyo recuerdo continúa vigente en el presente. La escuela ocupa un rol sustantivo en la construcción de la memoria y la Ley de Educación Nacional establece la obligatoriedad de trabajar nuestra historia reciente en el aula. Sin embargo, en San Carlos Centro, en la provincia de Santa Fe, los jóvenes consideran que la temática se trabaja poco en clases y se desarrolla más como una efeméride. Por Rocío Ramonda
Un joven descansa en el monumento a los caídos en la guerra de Malvinas en San Carlos.
E
l espacio de la memoria es entonces un espacio de lucha política, y no pocas veces esta lucha es concebida en términos de la lucha ‘contra el olvido’: recordar para no repetir”. (Elizabeth Jelin en Los trabajos de la Memoria). I El sonido de los pasos que marchan al unísono retumba como tambores en los oídos. La formación de hombres verdes le da vida a un cuadrado perfecto que avanza al compás de la marcha. El desfile cívico–militar que se realiza para celebrar el Bicentenario de la Independencia argentina, acaba de comenzar en San Carlos Centro, ciudad perteneciente a la provincia de Santa Fe. Al final de las dos cuadras que ocupa el des-
file, un pequeño grupo de personas marcha sin trajes alusivos ni tajes de época. Una ola de aplausos avanza con ellos al grito de ¡Jorge Peralta, presente!, junto a un cartel en el que se lee la frase “No los olvidaremos”. Se trata de los excombatientes de la Guerra de Malvinas de San Carlos junto a sus familias. Sin embargo, en medio del bullicio ensordecedor que habita en la plaza, Sofía, adolescente de 12 años, pregunta a sus compañeros de curso: “¿Quiénes son?” Inseguro, uno de ellos responde: “Creo que son los excombatientes.” Este momento fue uno más, de otros a lo largo del año, en el que se recordó a quienes fueron a luchar por la soberanía argentina sobre las 17
Islas Malvinas, en medio de un gobierno militar. El resultado de esta guerra: más de 12.000 soldados argentinos en el frente, de los cuales 649 murieron en combate, y más de 350 se suicidaron durante la postguerra. A 35 años del conflicto bélico, ¿qué saben los adolescentes sobre la Guerra de Malvinas y cómo construyen su memoria acerca de hechos históricos que no vivieron pero cuyo reclamo por la soberanía mantiene su vigencia? La Ley de Educación Nacional 26.206, en su artículo 92, introdujo la necesidad de trabajar dentro del aula la soberanía argentina de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. Para desarrollar
Malvinas, los sentidos de la soberanía este objetivo, el Ministerio de Edu“Los años anteriores, nos daba una profesora de Historia cuyo escación de la Nación creó el Prograposo había ido a la guerra de Malvinas. Ella nos contaba muchos ma “Educación y Memoria”a través detalles que nadie más hacía. Pero creo que es porque el tema le del cual se producen materiales petocaba de cerca y, como todo familiar de excombatiente, quiere que dagógicos y se promueve el abordael tema no quede en el olvido. Nos gustaba escucharla”. (Milagros, je de estos hechos en las escuelas. estudiante). Entre éstos, la revista “Malvinas para todos. Memoria, soberanía y desde cuándo este territorio está en “Yo trato de introducir la Guerra democracia” y “Pensar Malvinas”, poder de los ingleses. Conocen las de Malvinas como un caso especial permiten trabajar la temática en el condiciones en las que se desató la de soberanía del Estado nacional, aula. guerra en medio de la dictadura y tratando de problematizar sobre Santa Fe es una de las pocas procómo pasaron sus días los combalos recursos que poseen las islas y vincias que aún no cuenta con una tientes argentinos en las Islas. Sin también los fundamentos sobre los ley de educación propia y el trabaembargo, sobre la cantidad de fallecuales se apoya Argentina para rejo con temáticas del pasado reciencidos, sobre el rol que ocupó Chile clamarlas. Pero el material que hay te se prevé dentro de la materia durante el desarrollo del conflicto es demasiado y siempre algo queda Formación Ética y Ciudadana, en bélico, y sobre lo que sucedió en la afuera”, concluye. segundo año. El diseño curricular post guerra, se consideran analfabeLas agujas del reloj corren carrepropone que se trabaje “la discusión tos. Tampoco dicen poder hablar sora. La bulliciosa reunión con cuary argumentación sobre la validez bre los modos en que en el presente to año del Colegio llega a un final de la guerra, la reivindicación de se trabaja el reclamo por la soberaforzado por el timbre. “Ahora que una soberanía argentina plena y los nía. pienso, hay algo sobre Malvinas fundamentos posibles de una causa Sabrina de 17 años, alumna de la que me eriza la piel —dice Facundo, colectiva en diferentes contextos. El Escuela de Educación Técnica Benel joven de cuarto año del Colegio análisis del caso Malvinas en el esjamín Gorostiaga, señala que cada y comienza a cantar la canción Hécenario del terrorismo de Estado”. año la temática se desarrolla duranroes de Malvinas de Ciro, el músico En San Carlos Centro hay tres te la semana del 2 de abril, Día del de rock argentino. “Y por siempre escuelas secundarias: la Escuela de Veterano de Guerra y de los Caídos serán héroes, por siempre serán héEducación Técnica Benjamín Gorosen Malvinas. En ese momento, se inroes, por siempre nuestros héroes tiaga Nº 631; la de Enseñanza Media vita a participar a un excombatiente de Malvinas…”, tararea y luego sale Nº 213 y privada Colegio Corazón local que cuenta su experiencia y al recreo. de Jesús. En las tres el tema de Malluego se lo homenajea. vinas se trabaja en las efemérides. II Milagros, de 16 años admite que —Que no me pregunte a mí porque “La memoria es obstinada, no se resigna la temática le interesa poco pero lo de Malvinas no sé nada. —aclara de a quedar en el pasado, insiste en su preprimero que se le viene a la cabeza antemano Facundo, uno de los 25 sencia”. (Elisabeth Jelin en Los trabaal hablar de Malvinas es una profealumnos de cuarto año del Colegio. jos de la memoria). sora de Historia. El aula está revuelta. El olor a encie—A veces conocer tanto sobre un “Años anteriores, nos daba una rro, propio de los días fríos de junio, hecho tan triste, duele. Duele todos profesora de hace arrugar el los días, no sólo el Día del Veterano Historia cuyo ceño al entrar. “Yo trato de introducir la Guerra esposo había y de los caídos en la guerra de MalLas voces de de Malvinas como un caso espe- ido a la guerra vinas, el 2 de abril. —dice Aldana, los 25 estudiancial de soberanía del Estado na- de Malvinas. joven de 20 años, cuyas hermanas tes que ocupan cional, tratando de problemati- Ella nos contason hijas de José Luis Peralta, cabo el aula se pezar sobre los recursos que poseen ba muchos deprimero de la Fuerza Aérea Argenlean por ser las las islas y también los fundamen- talles que nadie tina que falleció en el primer comprotagonistas tos sobre los cuales se apoya Ar- más hacía. Pero bate inglés en Pradera del Ganso, en del encuentro, gentina para reclamarlas” . (M. creo que es porIsla Soledad en 1982. todas a la vez. Cassini, docente). Sentada sobre un colchón de hoque el tema le —No sé qué es jas secas y apoyada sobre uno de los tocaba de cerca lo que querés dos monumentos a los caídos en la y, como todo familiar de excombaque te contemos exactamente, porguerra que hay en la ciudad, Aldatiente, quiere que el tema no quede que de Malvinas mucho no damos. na recuerda que en sus años de seen el olvido. Nos gustaba escucharAunque a mí me encantaría saber cundaria el abordaje de la Guerra de la”, recuerda Milagros. más sobre esa guerra. —explica Malvinas y el reclamo por la soberaPara la profesora de Geografía Camila, de 16 años. Luego de unos nía era un tema “casi ignorado”. Melisa Cassini, que da clases tanminutos las palabras comienzan a Durante la secundaria la joven to en el Colegio como en la Escuefluir. Tanto Camila como la mayoría fue alumna del Colegio Corazón de la Técnica, trabajar con la temática de sus compañeros afirman no coJesús, y en su último año de cursaMalvinas implica sacarle horas de nocer en profundidad lo que signifido redactó un trabajo de 15 páginas clases a otra unidad obligatoria. có la Guerra de Malvinas. Tampoco 18
Malvinas, los sentidos de la soberanía
Monumento a los Caídos en Malvinas, en San Carlos Norte, Santa Fe. denominado “Islas Malvinas” que narra desde el descubrimiento de las Islas, pasando por las causas económicas y políticas que abrieron terreno para la Guerra, hasta las cartas que escribieron post guerra los excombatientes. “El trabajo tenía como consigna el abordaje de un hecho que hubiera sucedido en la historia reciente. Dentro de las opciones Malvinas no estaba. No ha-
menzó a darse en el acto del 9 de julio de 2016, donde se honró a todos los próceres argentinos y entre ellos, a los excombatientes de Malvinas. Al igual que Aldana, en la casa de Fernando Calegari se vive a diario las consecuencias de lo que significó la Guerra de Malvinas. Tiene 23 años y es hijo del excombatiente Sergio Calegari. Todos los años, además de asistir al acto conmemo-
hacerlo. No lo presionamos. Demasiado tenemos con oírlo despertarse a los gritos en medio de la noche”, afirma. Entre las actividades que realiza la familia, cada 2 de mayo, día del hundimiento del Crucero Belgrano, acuden al monumento de los caídos en la guerra y dejan un ramo de rosas blancas junto a dos rojas para Adolfo y Jorge, los compañeros que murieron en el Belgrano.
“Nosotros dejamos que mi papá cuente lo que él quiera, cuando sienta que pueda hacerlo. No lo presionamos. Demasiado tenemos con oírlo despertarse a los gritos en medio de la noche” (F. Calegari, hijo de excombatiente).
III El desfile cívico militar termina. No falta la chocolatada caliente ni los copos de azúcar. En menos de 15 minutos no queda nada. Los familiares de los ex combatientes desarman sus pancartas. —Qué bueno que nos hayan invitado. —dice Patricia, la mamá de Aldana, viuda de Jorge Peralta. La memoria es parte del presente. Construir la historia reciente es tarea de la sociedad y es, también, una lucha por los distintos sentidos que circulan en torno a los modos de recordar, hacer justicia y lograr que el reclamo de la soberanía se transmita para que sean los jóvenes quienes encuentren en él hoy modos renovados de continuar.
bía sido un tema tratado durante las clases. Yo me opuse y, obviamente, mi trabajo fue el único sobre este tema. Ahí me terminé de convencer de lo poco que se tiene en cuenta”, concluye Aldana. Sus palabras transmiten su enojo y decepción. Tanto Aldana como los demás familiares de excombatientes vivieron y aún viven la historia de Malvinas de cerca, y sienten que no hay un reconocimiento a los excombatientes ni a la guerra por parte de la sociedad. Sin embargo, en medio de una catarsis compulsiva, Aldana reconoce un leve cambio que co-
rativo del 2 de abril, Fernando y su familia acuden a las escuelas locales para contar a los jóvenes las experiencias que vivió su padre durante la guerra. El padre fue sobreviviente del hundimiento del Crucero General Belgrano y sus dos hermanos llevan el nombre de pila de los dos amigos que fallecieron cuando -producto de la bomba que arrojaron los inglesesla embaración se incendió y hundió. Fernando reconoce que en su casa no se habla de Malvinas. “Nosotros dejamos que mi papá cuente lo que él quiera, cuando sienta que pueda 19
Malvinas, los sentidos de la soberanía
Más que una fecha patria Por Camila Magnano (Fragmento del informe periodístico)
Cada año suele ser igual para la mayoría de los profesores: se presenta un Programa con los contenidos a desarrollar. Luego, se hacen malabares para dar la mayoría de los temas incluidos en éste. En el transcurso surgen feriados; paros; trabajos institucionales... El tiempo se agota y se jerarquizan los contenidos a desarrollar. En medio de esa vorágine entre los temas está “Malvinas” que abordan no sólo los profesores de Historia, sino también de Geografía, de Formación Ciudadana y del Seminario de Ciencias Sociales. Para los profesores de Historia el trabajo sobre Malvinas comprende: geografía argentina, derechos humanos, Estado, ciudadanía, guerra, soberanía, plataforma marítima, identidad, kelpers, soldados, dictadura. Las Malvinas son preguntas, son múltiples representaciones, son cabos sueltos. No son una afirmación, ni una verdad absoluta, no son odio a los ingleses o a los chilenos. El desafío para los docentes es que los jóvenes se den cuenta de eso. Las metodologías varían. La forma de dar el tema también: El Programa del Ministerio de Educación de la Nación “Educación y Memoria” propone modos de desarrollar la temática y material pedagógico como cuadernillos; libros y videos. Entran cartas de ex combatientes; el libro del historiador Federico Lorenz “La ilusión y la pérdida”. Fotografías. Mapas. Películas como “Iluminados por el Fuego” de Tristán Bauer. Recortes de diarios de la época. El libro de la antropóloga Rosana Guber “Pensar Malvinas”. Testimonios de ex combatientes. Líneas de tiempo. La revista “Malvinas para todos. Memoria, soberanía y democracia”, del Ministerio de Educación.
Hernán Apaza, profesor de Historia en la Escuela Nº684 Mariano Quiroga de la ciudad de Santa Fe, hojea un libro distraído. El aula está vacía y a cada movimiento que hace le sigue un eco. “La historia para mí tiene una función crítica y cuestiona los discursos. En mi disciplina hay mucho de interpretación. Yo no quiero abonar a una identidad que sea fanática. Muchas veces parece que el tema Malvinas se termina reduciendo a eso.” El profesor apuesta a recuperar los saberes y las representaciones que tienen los chicos para generar una polifonía. Porque la historia se construye colectivamente. La Guerra de Malvinas y todo lo que conlleva vive en las sombras de un gigante: la última dictadura cívico-militar que empezó en 1976. El historiador y profesor universitario Marcelino Maina también piensa la confrontación bélica como el punto focal del comienzo del colapso dictatorial. Es decir, Malvinas inaugura la transición a la democracia, por eso es tan importante. El profesor universitario no quiere que sea sólo un 2 de abril todos los años. Y en algún punto de la charla remarca que es importante presentarle a los jóvenes un escenario en torno al debate de Malvinas tan complejo como lo es en realidad. Sin simplificaciones nacionalistas de por medio.
Malvinas en el aula Por Camila Cetta (Fragmento del informe periodístico) En cuanto a los actos conmemorativos que se realizan en las escuelas el segundo día de abril de cada año, suele suceder cada vez más que en ellos se hace hincapié en la “guerra”, en el carácter “heroico” de los soldados que combatieron y en los aspectos vinculados a la soberanía. Se dice muy poco, en cambio, sobre el contexto político de la dictadura militar. “Pareciera ser que la escuela está más orientada a contribuir a reproducir una representación sobre el pasado completamente despolitizada, que encubre las responsabilidades colectivas y penales que corresponden”, concluye el estudio del Programa de Educación y Memoria del Ministerio de Educación de la Nación.
En la publicación “Pensar Malvinas: una selección de fuentes documentales, testimoniales, ficcionales y fotográficas para trabajar en el aula” que produjo el Ministerio de Educación en 2010 se da cuenta que 9 de cada 10 estudiantes asocia la palabra “Malvinas” sólo con la guerra, sin vincularla con la dictadura. Revela, además, que los jóvenes logran hacer algunas referencias directas al gobierno militar, con elementos aislados. En algunos casos dichas referencias se encuentran acompañadas de algún tipo de juicio moral (como ser “una época oscura de nuestra historia”, “un manotazo de ahogado”) pero, este aspecto sólo sobresale como un elemento histórico más.
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Represión en democracia y crisis de diciembre de 2001
El mural que influenció en la reapertura de la causa Gómez - Basualdo
Jóvenes que construyen memorias barriales Un mural recuperado en 2015 por un grupo de jóvenes y docentes de una escuela del barrio La Floresta, al sudoeste de Paraná, impactó en la conciencia de un ex agente de policía, que contó un sombrío relato sobre lo que sucedió con Gómez y Basualdo. Los jóvenes que aportan a la memoria de un caso que espera ser resuelto también denuncian persecuciones por parte de la policía como hace 20 años atrás. Por Octavio Alarcón
Represión en democracia y crisis de diciembre de 2001
L
a cuadra se ve descuidada, algunos pozos en las calles obligan a realizar un esfuerzo físico para sortear los obstáculos, el pasto todavía no crece con fuerza y hay bolsas de basuras rotas. Las hojas están desperdigadas por el suelo aunque el lapacho rosado sigue vestido. Es un día soleado, de esos que auguran buenos tiempos. Sobre las ventanas de las casas de la única mano que parece habitada, asoman algunas narices que se pegan a los vidrios. En uno de los laterales del club Sportivo Urquiza, ubicado en calle Ameghino al 500 en Paraná, un grupo de personas está haciendo algo inusual. El paredón que protege el club tiene cien metros de largo, de los cuales un mural, y otro a medio hacer, ocupan dos tercios. Niños, jóvenes y adultos toman pinceles y dejan su marca, rellenan una mano, también el pelo de quien parece ser una persona y hasta un pájaro en el horizonte. Nadie toca el manchón
ter a quien la hace, sin incorporar la subjetividad de el/la investigador/a, sus propias creencias, sus experiencias y emociones”. En la preceptoría de la Escuela Secundaria Pública Nº 28 Nuestra Señora de Guadalupe, a tres cuadras del club Sportivo Urquiza, el docente Fabricio Almada comenta: —A la escuela le costaba encontrarle la vuelta al tema de la memoria, porque hablar de la dictadura le quedaba lejano, viejo, casi imperceptible. Es por eso que se nos ocurrió trabajar sobre el caso Gómez y Basualdo, rescatando la historia del barrio. Decidimos recuperar el mural que se había tapado, siempre sosteniendo la gráfica original. La idea primigenia fue retratar a policías golpeando a jóvenes, a la vez una denuncia por persecuciones y un recordatorio de un caso impune. Basta pasar delante del mural para que las manchas rojas se apropien de las miradas. El docente desconoce qué motivó el hecho:
“El mural se pintó miércoles, jueves y viernes, durante la Semana de la Memoria. El sábado se inauguraría y se harían los retoques finales. Cuando llegamos vimos que estaba escrachado con pintura roja en la parte donde el policía está reprimiendo a los chicos” (F. Almada, docente). rojo que direcciona las miradas, evidente, perturbador, violento. —Eso apareció un día antes de la inauguración —comenta una señora mientras camina con un mate en la mano. Parece necesario aclarar por si hay malentendidos— Nadie lo toca. El mural es un homenaje a dos jóvenes que faltan de sus hogares desde hace 22 años, Héctor Gómez y Martín Basualdo. Fue inaugurado en 2015 y en 2016 se realizan algunos retoques, ya que el clima lo fue desgastando. La iniciativa de recuperar La memoria, en este caso, no sólo trata de recordar, sino que también conlleva un reclamo de justicia. Como menciona la escritora y socióloga Elizabeth Jelin en la introducción de su libro Los trabajos de la memoria: “La discusión sobre la memoria raras veces puede ser hecha desde afuera, sin comprome-
—El mural se pintó miércoles, jueves y viernes, durante la Semana de la Memoria. El sábado se inauguraría y se harían los retoques finales. Cuando llegamos vimos que estaba escrachado con pintura roja en la parte donde el policía está reprimiendo a los chicos. ¿Quiénes eran Martín y Héctor? En su casa de barrio Mosconi II, Isabel Vergara de Basualdo, madre de Martín, no necesita esforzarse para recordar hechos que ocurrieron hace dos décadas: —Le gustaba mucho el fútbol, era arquero y tenía el sueño de atajar en River, me decían que era un buen jugador. Martín tenía cinco hermanos, había concluido la educación primaria en la Escuela Hogar de Paraná y algunos años de secundaria en el Centro de Educación Laboral para Jóvenes (actual Escuela de Educación Técnica Nº 4), que luego aban22
donó, aunque había demostrado interés por la herrería. Se encontró con el fútbol, jugando en las juveniles del club de La Floresta. Todo iba muy bien, hasta que, según el relato de Isabel: —Un día, en un partido, se quebró la clavícula y desde ahí fue dejando, supongo que le daba un poco de miedo tirarse al piso como hacen los arqueros. Comenzó a frecuentar la cancha desde la tribuna y “ahí empezó a tener problemas con la policía”, recuerda su madre. Dos por tres lo llevaban a la comisaría, supongo que lo hicieron desaparecer porque le tenían bronca.” El joven había sido detenido en varias ocasiones entre 1993 y 1994 por delitos de robo simple, daño, resistencia a la autoridad y amenazas reiteradas. Isabel había acompañado a su hijo a realizar denuncias por apremios ilegales: —Una vez le dieron una paliza tan grande... Hasta le habían tirado gas pimienta. Estuvo tres días sin moverse. El caso de Héctor Gómez es, al menos, diferente. Con Martín se conocían del barrio, pero no tenían una amistad entrañable. Era hijo de un ex policía, no registraba antecedentes y cuando lo secuestró la policía hacía unos días había sido padre. Su familia apoyó la búsqueda junto a Isabel, pero hace tiempo dejaron de tratar de encontrar a Héctor. Ahora, el hijo que entonces era recién nacido, tiene 22 años, la misma edad que tenía su padre al desaparecer. Sin embargo, jamás se ha mostrado ante la prensa, porque, según Isabel, “tiene miedo de que tomen represalias con su familia”. Las crónicas de la época mencionan que Gómez había tenido una hija, cuando en realidad era un varón. En una crónica realizada en 2009, el sitio APF Digital recuerda cómo sucedieron los hechos: “La mañana del jueves 16 de junio de 1994 Gómez y Basualdo pasaron por la sede del Instituto de Obra Social de la provincia de Entre Ríos (IOSPER) a retirar dos kilos de leche para la nena del primero, que había nacido hacía 10 días. Una hora más tarde se los vio en un lavadero ubicado en la esquina de Salta y Victoria, donde
Represión en democracia y crisis de diciembre de 2001 fueron a pedir trabajo”. Fue la última vez que se los vio y la causa, en manos del juez Héctor Toloy, se archivó en 2006. Durante los últimas dos décadas la Comisaría Quinta, que está a 200 pasos del mural, fue señalada por casos de gatillo fácil como el de Marcelo “Totín” Pérez, encontrado en la zona de Las Piedras, en 1995, con un disparo en la cabeza; o el de Elías Gorosito, en 2002, que gracias a un testigo se comprobó que había sido introducido en un móvil policial de esa dependencia y nunca más apareció. El abogado querellante en la causa Gómez-Basualdo, José Iparraguirre, había advertido en 2004 que la Comisaria Quinta “fue un verdadero centro de torturas y de apremios”. Durante la Segunda Jornada Interescolar de Derechos Humanos en la Escuela 28, el abogado expresó: “Detienen a los jóvenes de los barrios periféricos, los requisan y tratan de meterles miedo para que no vayan al microcentro”, advierte. Un mural que hace hablar David tiene 30 años y asiste al Centro de Actividades Juveniles (CAJ) desde 2004, vive en Mosconi I y recuerda lo que significó la desaparición para la zona en aquellos días: —Fue un boom para el barrio, los llevaron por su forma de vestir o por juntarse en la esquina— dice en referencia a Gómez y Basualdo. David empezó en Mate Libre con la murga y luego se fue relacionando con la radio. Actualmente, trabaja como vendedor ambulante en la Peatonal San Martín de Paraná y fue partícipe de la recuperación del mural: —Ayuda a que los chicos tengan presente esto que ocurrió y se puedan cuidar, que aprendan a no quedarse callados y a pelear por su verdad. Es injusto cuando te culpan de algo que vos no hiciste. Yamil vive en La Floresta, tiene 17 años y le gusta asistir al CAJ porque siente que lo apoyan en lo que a él le gusta: la música. Con el estudio de radio da sus primeros pasos y se muestra muy optimista con el disco que acaban de editar junto a otros compañeros. Mientras habla, a cada rato se acomoda la gorra: —El mural lo pintamos para no ol-
Mural del club Sportivo Urquiza, en homenaje a Héctor Gómez y Martín Basualdo vidarlos y tenerlos presentes. También para que la gente se dé cuenta de lo que pasa en el barrio. Porque a veces cuentan lo malo del lugar para que después digan “está bien que le pase a esos negros, algo hicieron”, y capaz sólo eran pibes del barrio que tenían problemas con la policía, como yo ahora. A pesar de ser menor de edad, esquiva a los patrulleros porque le resulta molesto tener que responderle siempre las mismas preguntas: “¿Qué hacés acá? ¿Para dónde vas?” Cuando se terminó el mural, un personaje secundario en 1994 hizo su aparición y volvió a colocar el caso Gómez-Basualdo en la agenda pública y judicial. El periodista Mauricio Antematten dio a conocer en su programa Códigos, que se emite por Canal 11, el audio de un diálogo entre él y Miguel Ángel Villaverde, un ex agente de policía retirado hace más de una década. Desde las instalaciones de El Diario, el periodista recuerda el momento: —Fue un encuentro casual, yo no estaba tratando de reflotar el caso ni nada parecido. En el diálogo, Villaverde manifestó que hablaba con el periodista ya que deseaba limpiar su conciencia. Según narró en la época en que desaparecieron Basualdo y Gómez él trabajaba en la Jefatura Departamental y escuchó una conversación. Según él, el ex jefe de la División Investigaciones de la departamental 23
Paraná, Alonso Cayetano le dijo al ex jefe de la Policía de Paraná que los jóvenes estaban enterrados. En la charla con el periodista de policiales, Villaverde dijo que no pudo escuchar el lugar en el que estaban los cuerpos. Dos meses y medio después de la nota, en el Juzgado de Transición 6, a cargo del juez Gustavo Maldonado, Villaverde se desdijo delante del fiscal Juan Ramírez Montrull y del abogado José Iparraguirre, con el argumento de que él no había hablado con nadie. No obstante, su irrupción en la agenda sirvió para reabrir la causa caratulada como “Basualdo Martín y Gómez Héctor sobre averiguación de paradero”. Isabel se siente contenida por los chicos de la escuela Nº 28 y agradecida por ayudarla a recuperar el mural, que es la memoria de su hijo y también la del barrio que exige un Nunca Más a la desaparición de jóvenes en democracia. Acerca de su hijo comenta: “A Martín me gustaría decirle que las noches son muy tristes, porque es el momento en el que pienso mucho en él, que lo extraño y que lo quiero mucho”. El mural está casi listo, comparándolo con el del año anterior ha mutado, tiene colores más llamativos. Los policías no se apropian de toda la escena y aparecen denuncias por otros derechos vulnerados, esta vez contra el Estado. Es una memoria que crece, que recuerda, que vive.
Represión en democracia y crisis de diciembre de 2001
Crisis de 2001: la memoria pendiente
que repensar el rol de las instituciones, hay que discutir la función de la policía y la mayoría de las personas no lo hace”. Micaela, alumna de sexto año de la Escuela Normal Superior “José María Torres” de Paraná, repasa que “sé que fue una crisis socioeconómica y también política. Una de las consecuencias fue el ‘corralito’ de Cavallo (Se refiere a Domingo Cavallo, ex ministro de Economía), que consistía en la restricción de la extracción de dinero en efectivo de los bancos. Hubo una alta inestabilidad institucional. Muchos ciudadanos salieron a protestar con la consigna de ‘que se vayan todos’, cuando el Gobierno mandó a reprimirlos”. Sin embargo, reflexiona sobre la escasez de espacio para la discusión que tiene el tema dentro de clases: “De la crisis aprendí hablando con mis viejos y sacándole el tema a mis abuelos. Después compartiendo con mis otros compañeros la experiencia de sus familiares también. Creo que tendríamos que trabajar de forma más concreta en las escuelas, para que los pibes vayamos teniendo conciencia de que vivimos una época distinta a la que nos está tocando vivir ahora.”
Por Pablo Ortiz (Fragmento del informe periodístico) El 20 de diciembre de 2001 el entonces presidente de la Nación Fernando De la Rúa renunciaba y pretendía huir de la peor crisis socioeconómica de la historia argentina, en el helicóptero Sikorsky S76B del Ejército. El Diseño Curricular de Educación Secundaria vigente en Entre Ríos desde enero de 2011 hace una mención a las consecuencias que provocaron los integrantes de la clase política-empresaria en los primeros años de este siglo. Mónica Palacios, directora del Nivel Secundario del Consejo General de Educación, reconoce que “falta avanzar más con el trabajo de memoria sobre la crisis de 2001”. María Cecilia Soliz, que dicta talleres de comunicación en el salón comunitario “La Casita de los Gurises de Mi Barrio”, en barrio Mosconi de Paraná, opina que “como sociedad en su conjunto nos debemos una mayor reflexión y debate. Para hablar de este período en las aulas, hay que cuestionar el modelo capitalista, hay
Las víctimas de Santa Fe Por Juliana Barrientos (Fragmento del informe periodístico) Entre los cientos de personas y las puertas del supermercado Kilgelman, ubicado en Blas Parera al 7.000 al norte de la ciudad de Santa Fe, un policía lee un documento que tiene en sus manos: “Hay 40.000 kilos de mercadería para ustedes”. Un hombre del montón le dice: “Comisario, esto va a ser un desborde ¿ustedes no ven que la gente no se va a controlar?”. “¿Qué van a comer los chicos mañana?”, le pregunta, mientras tanto, una señora a un periodista. “De acá no nos vamos a ir hasta que no saquemos un bolsón de mercadería, por favor le pedimos”, culmina. Después de varios minutos, tal como había advertido aquel hombre, todo se descontrola. Hay gente que corre por los pasillos del supermercado, repleto de productos
desperdigados por el suelo y con buena parte de las góndolas vacías. Corren sin nada en las manos, sólo queriendo salir de ahí. Afuera la policía traslada a Marcelo Pacini, de 15 años, en la parte trasera de un patrullero. Le sostienen el cuello de donde sale la sangre que empapa su ropa: campera azul, remera blanca y bermudas de jean. Tiene los ojos muy abiertos y no se mueve. Fallece antes de llegar al hospital. Santa Fe fue la provincia con más muertos en ese “diciembre trágico” de 2001: siete en Rosario: Graciela Acosta en Villa Gobernador Gálvez y Marcelo Pacini en la ciudad de Santa Fe. En todo el país fueron 39 las víctimas fatales.
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Represión en democracia y crisis de diciembre de 2001
La violencia policial hoy: los jóvenes, los más vulnerables Jésica Oldani (Fragmento del informe periodístico)
Aunque pasaron 33 años desde que retornó la democracia en Argentina, Weldemar Claus, integrante de la organización política “Antirrepresiva Santa Fe”, afirma que existen hilos de continuidad con lo ocurrido durante el terrorismo de Estado. Según explica Claus, a través de los años pervivieron situaciones de torturas en las comisarías de la ciudad, así como la muerte de jóvenes en falsas versiones de enfrentamiento. En materia discursiva, Claus sostiene que se mantiene vigente en las jerarquías policiales la ‘teoría de los excesos’, es decir, casos considerados aislados llevados adelante por policías fuera de control. No es la única interpretación que surge del seno policial. —Si sos buen policía no necesitás utilizar el arma. Los suboficiales quieren hacerse respetar sólo porque tienen pistola, les falta autoridad, les falta formación. Yo trabajé durante 30 años y jamás disparé un tiro— sostiene un Comisario-Inspector jubilado de la policía de Santa Fe que prefiere mantener su nombre en reserva. Sin embargo, Weldemar Claus, rechaza esta declaración y la considera cínica y falsa. El carácter sistemático y extendido de estas prácticas desmienten la afirmación. “Difícilmente una práctica tan extendida, que ha pervivido durante tanto tiempo, pueda ser el resultado de una mala formación de los agentes”, argumenta. La Plaza Mitre, emplazada en la intersección de calles General López y Doctor Zavalla en Santa Fe, es uno de los pocos espacios de aire libre que tiene el barrio San Lorenzo. Es el lugar que las familias de la zona eligen para pasar los domingos. Desde 2015, allí también se encuentra emplazado un tráiler de la Policía de Acción Táctica (PAT), una fuerza de seguridad que nació en 2014 con el fin de “tomar el territorio” para mantener el “orden público” y reprimir el “delito común.” —Es verdad que disminuyeron los robos pero la violencia policial aumentó un poco más. Nos tratan mal. Antes la policía te paraba si buscaban a uno; desde que está la Táctica en el barrio paran a todo el mundo y sobre todo si sos menor—explica Javier, de 17 años. —Te piden los documentos y si no lo tenés… al patrullero— agrega Jesús, de 16 años y vecino del barrio.—Te llevan por averiguación de antecedentes. A mí me llevaron un montón de veces ya los cobanis; nunca tengo el documento encima. A su vez, David, de 18 años, sostiene que “la policía cree que sos sospechoso porque andás con gorrita cerca del centro. Me cansé de que me lleven a la comisaria porque sí. Encima te tratan muy mal, como si fueras nadie”. Es necesario construir memoria y desarrollar políticas públicas fuertes que no permitan que la violencia desde las fuerzas del Estado tenga lugar. Pese a que el terrorismo de Estado terminó hace más de tres décadas, cada 28 horas una persona muere en manos de la represión estatal, selectiva e invisible.
Qué hacer si sos menor de 18 y te para o detiene la policía La Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional recomienda cómo actuar: SI TE PARAN EN LA CALLE: la policía puede pedirte que le digas tu nombre y apellido. Si no lo hacés, se considera una contravención. Aunque no es obligatorio llevar el DNI, es recomendable que lo lleves. La falta de identificación es la excusa habitual para que la policía te detenga. Si no tenés el DNI, podés pedir que te dejen ir a buscarlos o que alguien te los traiga. TE PUEDEN DETENER: por averiguación de identidad o de antecedentes. Porque violaste el código de contravenciones o de faltas. Por un delito. RECOMENDACIONES: hablarles mirando a los ojos. No gritarles. Hablar con firmeza y seguridad. Tratar de memorizar el número del patrullero y, si es posible, el nombre de los policías. SI TE DETIENEN. PRIMERAS ACCIONES: la policía tiene la obligación de dejarte hablar por teléfono con un familiar, abogado o persona de confianza. La policía tiene que decirte por qué estás detenido. SI TE DETIENEN Y TENÉS MENOS DE 18 AÑOS: no te deberían esposar, ni llevar en un auto que no se identifique como policial. Si lo hacen, al salir, podés denunciarlos. No deberían encerrarte en un calabozo, ni tenerte junto a mayores de edad. En Paraná deberían llevarte a la Comisaría del Menor y la Mujer, en calle Tucumán 368. Lo primero que tiene que hacer el Policía que te detuvo al llegar a la Comisaría es avisar al Juez de Menores de turno. Vos podés preguntar si lo hicieron. El único que puede revisarte es un médico. Una persona mayor de edad que sea responsable por vos tiene que ir de inmediato a la Comisaría. El Juez sólo ordena la “entrega” del menor a los padres o tutores. De lo contrario te envían a un instituto de menores. QUÉ DEBE HACER LA FAMILIA EN LA COMISARIA: el Jefe de Servicio u Oficial son quienes están a cargo de la Comisaría. Hay que pedir hablar con ellos. La primera pregunta, si el detenido es menor, es: ¿ya dieron intervención al juez de Menores? Si responde que sí, se pregunta: ¿Qué dispuso? Generalmente, el juez ordena la restitución a sus padres. Si contestan que no avisaron al Juez se debe exigir que lo hagan.
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Inundaciones en Santa Fe
Efectos individuales y colectivos de la inundación de 2003 en Santa Fe
Martes 29: memorias de jóvenes inundados El 29 de abril de 2003 la capital santafesina fue víctima de la inundación más fatal registrada en la historia de la ciudad, debido al número de pérdidas humanas y materiales. Los jóvenes de los barrios del cordón oeste reconstruyen el episodio: cómo se vive y qué recuerdos trae.
Por Natalia Salas
N
o podés pensar”, es la respuesta de una persona que se inundó. No importa quién es el responsable, ni por qué. Tampoco importa el devenir. Afuera se escuchan tiros. Se hace de noche y no hay luz. Una bala le pasa a un hombre por el costado. Se escuchan gritos. Un hombre está colgado en el ventilador de techo con el cuerpo sumergido. Tres días. Un militar pierde a un nene en el agua, que muere. El militar no lo soporta. Se suicida enfrente de su capitán. Decenas de viejos no salen de sus casas porque no quieren. “Mami, el esfuerzo de toda mi vida, mi casa”, dice otro hombre, llorando, en barrio Piquete Las Flores. Hay muertos que vienen con el agua. Animales y humanos. “Mi perro y mis pajaritos se murieron en el agua también”, dice el chico. Infancias amputadas. En una sala de pre-escolar, dos familias dividen sus límites con mesas. Un chico ve por televisión a un medio nacional en canoa a dos cuadras de su casa. Es la primera vez que el hijo ve llorar al padre. “Avenida Freyre es una zona de guerra”, dice la mujer después de llevar a su hijo de cuatro años en brazos con el agua hasta los hombros. Un hombre va con un par de borcegos, una foto de su hijo y un perro en cada hombro por barrio Alfonso. El agua le llega al cuello. Otro hombre, cerca de esa manzana, quiere nadar pero no sabe. Una mano lo saca y respira. El mismo hombre, tiempo después, le dice a su hermana: “escuchá: son los helicópteros”. No hay ningún helicóptero. “Evaluación del Impacto de las inundaciones y el desbordamiento del río Salado en la provincia de Santa Fe” es un documento elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en 2003 en cooperación con el Sistema de las Naciones Unidas en Argentina, del que solicitó su colaboración el gobierno de la Provincia de Santa Fe. Indica que “las inundaciones ocurridas en el mes de abril fueron consecuencia de un fenómeno climático que acarreó lluvias en magnitud extraordinaria que ocasionaron el desbordamiento inesperado del Río Salado en su afluencia sobre el Paraná, afectando de manera particular a la
Ciudad de Santa Fe”. El resultado, sintetiza, fueron pérdidas de vidas humanas, destrucción e inundaciones en numerosos barrios en dicha ciudad, sobre el cordón oeste, y en otras poblaciones de la provincia. A partir de ese 29 de abril de 2003 se produjo una bisagra en las vidas de las personas afectadas. A partir de ese martes, hay dos tipos de santafesinos: los que se inundaron y los que no. A 13 años de la inundación, los jóvenes de los barrios del oeste toman el protagonismo para reescribir la historia y construir el relato desde sus casas, sus barrios y el regreso a las escuelas. Cordón oeste, mi ciudad I: antes y durante Malcon “Toti” Di Stéfano tiene 26 años y es licenciado en Artes Visuales. Se crió en barrio Villa del Parque, escenario de su infancia y de las vivencias de la inundación. Su mamá fue directora de la escuela Padre Catena de Villa del Parque y hoy Toti trabaja con los chicos del barrio enseñándoles arte. Cuando recuerda los sucesos de ese período, define aquellos días como “jugar al rol de detective”: —Siempre supe que íbamos a sobrevivir con mi familia. Entonces era: ‘¿dónde están mis amigos?’ ‘¿adónde van a ir a parar?’ —cuenta y señala —el recuerdo más vívido es esa cuestión de ir atando cabos y recolectar pistas. Fue como una semana de buscar a los más cercanos. Con mi hermano juntábamos figuritas. Quien recuerda es Federico Ardana, de 22 años. Habita barrio Roma desde que nació y, con esfuerzo, recrea los detalles: “cuando íbamos al kiosco no conseguíamos las figuritas porque no llegaban. Venían de Buenos Aires y se ve que estaba cortado. Eso fue clave”. Después, las imágenes de la televisión que comunicaban el pedido de donaciones para la ciudad le hacían preguntarse: “¿Por qué hay tanta gente que no está en sus casas?”— El actual estudiante de la Universidad Tecnológica Nacional relata también: “con mi hermano (dos años menor) tirábamos botellas con mensajes creyendo que alguien lo iba a ver o buscar, pensando ‘no importa que estemos inundados’, sino como un juego”. También describe el después: “todo triste y oscuro”. 27
Las paredes de su casa ilustran la medida que alcanzó el agua a través de las cerámicas que llegan hasta la mitad de la pared. Lucía Ferreira, de 22 y estudiante del Profesorado de Historia, tuvo que evacuarse de su casa de barrio Piquete las Flores. “No recuerdo que se estuviera hablando de lo crecido que estaba el río”, piensa y agrega: “es muy loca la memoria en la cuestión de cómo uno recuerda ciertas cosas y no otras, y cómo se va construyendo la memoria según el relato del resto. Me acuerdo que ese día mi mamá me despierta y metía cosas en un bolso”. Ella tuvo que quedarse en la casa de su abuela hasta que sus padres alquilaron una para habitar. Lucía recuerda la sensación. “Somaticé mucho esa semana: dolor de panza, nerviosismo de no entender la situación llevada al cuerpo. De que me ‘quiero ir a mi casa’, ‘no sé qué es lo que está pasando’, y no ver lo que pasa. El peor recuerdo que tengo es ver a mi viejo llegar llorando a lo de mi abuela”, cuenta y agrega: “Otro recuerdo también es que, después de todo eso, un vecino murió de leptospirosis.” Darío Barboso, de 26 años, estudia Ingeniería en Sistemas. La inundación llegó a la puerta de su casa en el barrio Santa Rosa de Lima la mañana del 29. Por la noche, Prefectura lo llevó de su casa, separado de su familia. Solo y con su gato en brazos, recorrió la ciudad y durmió en la calle. Logró llegar a la casa de su hermano y más tarde se reencontró con su familia en un centro de evacuados en el que permaneció un mes hasta volver a su casa y empezar de cero. Al recordar ese martes 29, se refriega los ojos como si quisiera aliviar algo: “No sentía el hambre ni el frío y no sabía qué pasaba”. Darío recuerda que nunca nadie les dijo que iba a pasar algo. Que había sólo un rumor de que se estaba inundando Recreo y se decía que podía llegar a inundarse Santa Rosa: “A mí me llegó a la mañana. Ese día me había levantado y no había luz. No sabía por qué”, narra. El agua y las decisiones Los días previos al 29 en la capital santafesina había rumores sobre una posible inundación. Pero los ciudadanos comenzaron ese martes normalmente con sus actividades
Inundaciones en Santa Fe cotidianas: el trabajo, el recorrido que no iba a pasar nada, inundada. del colectivo, los graffitis flamantes Nenes a los que les llegaba el agua de Colón y de Unión en todas paral cuello, gritando toda la noche”. tes. Los primeros minutos de ese Entonces confiesa: “escuchar a un martes, el intendente Marcelo Álnene morir a la vuelta de mi casa fue varez, del Partido Justicialista, daba lo peor que me pasó en la vida. Creo un mensaje que que la historia permanece aún era algo de que “Era como una película de terror: un militar trató hoy en boca veía la gente, que se había que- de salvarlo y se de quienes esdado pensando que no iba a pa- le cayó al agua. cucharon el sar nada, inundada. Nenes a los Y a un linyera, programa “El que les llegaba el agua al cuello, que le decían Cuarto Poder” gritando toda la noche” (D. Bar- El Cordobés y por la radio boso, estudiante). AM LT10 esa también murió mañana: “los ahí, ahogado. barrios Centenario, Chalet, San LoVivía en una casa abandonada y grirenzo y Arenales no se van a inuntaba desde adentro pero no podía dar”. El mismo mediodía informó salir. Nosotros escuchamos todo.” que la inundación por la crecida del Cordón oeste, mi ciudad II: Salado ya había afectado a más de el barrio y la escuela 50 mil personas en el oeste. En abril de 2012, el organismo mul—Vino en un minuto –dice del agua tisectorial Foro Santafesino Contra Darío Barboso—. Era todo negro la Impunidad y por la Justicia pidió por los millones de ratas que venían. al por entonces gobernador AntoMares de ratas. En ese momento ya nio Bonfatti, del Frente Progresista empecé a dudar de mi viejo que, seny Cívico y Social, que la fecha 29 de tado en la puerta de mi casa, decía: abril se incorporara en el calenda“no nos vamos a inundar”. Se quedó rio oficial de la provincia de Santa ahí hasta que tuvo el agua el cuello Fe como efeméride y de ese modo y lo llevamos arriba del techo como se contemple en la currícula escolar. pudimos. Todas las cosas quedaron El propósito: construir memoria. ahí. El joven recuerda el hecho como Uno de los integrantes del Foro, Jor“una película de terror: veía la genge Castro, expresó en ese momento te, que se había quedado pensando
a Diario Uno: “Queremos que los estudiantes y los chicos tengan memoria de lo que pasó, de lo que fue uno de los momento más dolorosos de la ciudad en más de 400 años. La justicia es una lucha, pero la verdad, que está dentro de la mente y la piel de los santafesinos, es imborrable”. Hoy se observa en el Calendario Escolar 2016 oficial, que dispone la página del Gobierno de Santa Fe, que dentro del apartado “Fechas Destacadas. Conmemoraciones del mes” el 29 de abril sólo existe para el Día del Animal. Los actuales jóvenes, que en el 2003 eran niños, reconocen que sus conocimientos sobre la inundación no se han construido en las instituciones educativas. Malcon “Toti” Di Stéfano, de barrio Villa del Parque, recuerda que el 2003 había empezado como un año difícil para él porque comenzaba en una nueva escuela, que era privada (la N° 3080 Dante Alighieri). Sin embargo, reconstruye que la inundación lo ayudó a romper barreras con sus nuevos compañeros, y explica: “la profesora de Lengua nos hacía escribir sobre lo que había pasado y salieron poemas hermosos. Me di cuenta de que mis compañeros no eran malos porque querían, sino por una cuestión de crianza. No sos so-
Las cruces que se erigen en la Plaza 25 de Mayo de Santa Fe fueron plantadas en memoria de las víctimas de la inundación. 28
Inundaciones en Santa Fe
Mural que recuerda la mayor tragedia hídrica en la historia de Santa Fe, en la Plaza de la Memoria 29 de abril. rete porque querés a esa edad”. Lucía Ferreira también recuerda la vuelta al colegio San Eugenio de Mazenod: “cuando volvimos a la escuela el tema de la inundación no se trató, sólo fue asistencialismo, darnos cosas si las necesitábamos. No hubo ninguna instancia de reflexión sobre lo que pasó”, cuestiona y da
necesites, llamame’. Pero cuando ya pasó todo, nunca más se habló”, concluye. Y también recuerda el regreso a su escuela N° 1 Domingo Faustino Sarmiento: “nunca se habló, ni a palos. Solamente algunos recibimos útiles. Creo que fue una forma de decir de la escuela ‘ya hice mi parte’. Pero jamás. Menos, los
“Cuando volvimos a la escuela el tema de la inundación no se trató; sólo fue asistencialismo, darnos cosas si las necesitábamos. No hubo ninguna instancia de reflexión sobre lo que pasó” (L.Ferreira, estudiante). su punto de vista al respecto: “para mí no se toma como parte de la historia reciente. Sin embargo hay gente que cuando llueve sigue traumada. En abril de este año –recuerda-, hubo muchos días en los que llovió. Mi papá justo había pintado y se descascaró el techo. Se puso como loco. Año 2016 y nos quedan secuelas. Hay repercusiones en la casa”. Por otro lado, menciona que en abril de 2003 “el barrio se unió”. Lo mismo reconoce Federico Ardana: “Ahí te dabas cuenta de que los vecinos tenían buenas intenciones. Las reuniones entre vecinos; la gente que se juntaba y prestaba un lugar dónde repartían comida”, dice y aclara: “sobre todo estaba ese tema de vigilar: ‘cualquier cosa te miro la casa’, o ‘cualquier cosa que
años posteriores, ni el mes aniversario, ¡ni al final de ese año!”, exclama. Federico opina que el tema inundación debería darse en las escuelas para generar conciencia ciudadana: “en materias como Formación Ética dan cada boludez y ¿no van a dar eso? Para que después no se vuelva a votar a alguien como (Carlos) Reutemann, también”, señala, en referencia al gobernador de Santa Fe en 2003, perteneciente al Partido Justicialista. Darío Barboso mecha los vínculos en Santa Rosa de Lima durante lo sucedido con el presente. “En el momento en que nos sentimos abandonados nos acordamos de que existió la inundación, porque en aquel momento también nos sentimos abandonados. Cada vez que 29
nos sentimos así puede ser que recordemos ese momento”, remarca. El recuerdo que tiene de la vuelta a su escuela López y Planes es claro. Todo estaba igual que antes, salvo por los guardapolvos: no usaban porque ya no tenían. “Siempre supimos que no nos iban a dar nada”, comenta. Entre compañeros, era como si nada había ocurrido, cuenta Darío: “hablamos de dónde estábamos, dónde quedábamos y después de eso nada más, porque todos ya sabíamos por lo que habíamos pasado”, y agrega: “éramos chicos, no nos poníamos a reflexionar. Preferimos seguir jugando y olvidarnos del tema”. Darío cree que la inundación debe recordarse para que no vuelva a suceder “al menos de una forma tan trágica. Que no mueran tantos, ni que haya tanta destrucción; para escapar de ese daño psicológico que ha causado y que sigue causando. Que haya contención social.” No es necesario mencionar la palabra inundación para que se sepa de qué se habla. “¿Dónde estabas en el 2003?”: con eso alcanza para situarse entre aquellas paredes descascaradas y negras de hongos que a veces no necesitan revocarse; más bien intervenirse, porque es ahí donde el presente se reencuentra con la memoria.
Inundaciones en Santa Fe
¿Causas naturales o error humano?
Una mañana y sin previo aviso las aguas del río Salado ingresaron por el sector oeste de la ciudad de Por Hernán de los Santos (Fragmento del informe periodístico) Santa Fe anegando todo a su paso. No existía una memoria colectiva de inundaciones: la última vez que había crecido el río Salado había sido en 1973. Ninguno de los Salado: causas naturales y antrópicas que provocaron la santafesinos tenía conciencia de la magnitud de lo que inundación de Santa Fe. podría pasar. Había pocos recuerdos de la entrada de El informe señala también que la crecida del río Saagua en la zona y tampoco existían prácticas vinculadas lado se originó por intensas precipitaciones sobre su al manejo de una emergencia hídrica por parte de los pocuenca baja, ocurridas principalmente entre los días 22 bladores. y 24 de abril de 2003, cuando “un sistema frontal calienEl santafesino de bajos recursos que vivía sobre la te semi-estacionario” se ubicó en el centro del litoral arcosta del río Paraná sí conocía sobre inundaciones: ser gentino. En seis días el Salado creció en niveles extraorinundado era sinónimo de carencia. En 2003 la situación dinarios, alcanzando el 30 de abril 6,28 metros, lo que fue distinta. El agua ingresó por otro lado, perjudicando desencadenó el desborde en zonas como la sección del a familias que no estaban preparadas para afrontar seviaducto ferroviario ubicado entre la Autopista Santa mejante situación. Fe-Rosario y el Puente Carretero Santa Fe-Santo Tomé, Los desencadenantes fueron varios: “Falta de datos, parte de la ruta provincial 70, la localidad de Recreo, el inexistencia de programas de monitoreo, obras inconHipódromo Las Flores, como así también la zona oeste y clusas, carencias de regulaciones, falta de control y de centro sur de la ciudad de Santa Fe. planes de contingencia, son más que el crudo reflejo de No sólo las causas naturales fueron el desencadenante políticas del Estado que no priorizan adecuadamente los de la inundación. La construcción inconclusa de la derecursos o lo hacen desde una mirada alejada de las nefensa oeste, la falta de luminaria en el puente en la Aucesidades de la gente”: así concluye el informe realizado topista Santa Fe- Rosario, más la falta de medidas no espor un grupo de expertos de la Facultad de Ingeniería y tructurales, fueron las principales causas antrópicas que Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral potenciaron los efectos de la creciente. en el año 2004, titulado La crecida extraordinaria del río
El rol de la escuela
Por Milagros Colautti (Fragmento del informe periodístico) Mónica Mondino es profesora de nueve materias en la escuela Almirante Brown, desde las específicas del área de Comunicación hasta Lengua y Literatura. Su entusiasmo por la profesión se trasmite en la manera en la que habla de la institución y de sus alumnos. Esta tradicional escuela está ubicada en el barrio Mariano Comas, en el corazón de la ciudad de Santa Fe, y ocupa casi una manzana. Recibe todos los días a cientos de alumnos que cursan sus estudios primarios, secundarios y terciarios. Debido a sus grandes dimensiones, la escuela fue albergue de miles de santafesinos damnificados por la crecida del río Salado. La docente recuerda lo ocurrido en aquel momento. “En el gimnasio de la escuela era donde dormían, comían y llegaban donaciones de alumnos, profesores y otros sectores de la comunidad. Estuvieron mucho tiempo acá, no se querían ir, aún cuando ya podían volver a sus casas. Costó bastante. Fue una de las últimas escuelas en desocuparse”, relata. Entre los recuerdos, le quedó grabada la imagen “de un abuelito que estaba en el medio del gimnasio sentado en un sillón de jardín, de esos que se pliegan, con la mirada en el horizonte, perdida. A su alrededor estaba todo el tumulto de gente hablando, durmiendo, comiendo. Fue un anegamiento de personas, ya que no quedaba otra”, describe. En los últimos años lo que significó la inundación ha
desaparecido de los temas que se hablan. “Se ha dejado de tratar, no existe, es algo muy lejano. Inclusive los chicos que han ingresado en los últimos años y no han vivido esa época desconocen totalmente cómo fue, que pasó y las consecuencias que tuvo.” La profesora cuenta que cuando tras la inundación se logró recuperar la rutina se habló un tiempo de lo que había pasado, pero se evitó seguir removiendo lo mismo. “Había muchos alumnos que habían perdido todo y que estaban tratando de recuperar su espacio, su mundo”.
Ilustración realizada por Rosina Espiro
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Memoria e identidad
Voces paranaenses acerca de la Shoá
Reflexiones de jóvenes sobre un genocidio Si un suceso se mantiene en la memoria, no es pasado, es presente. Cuando este hecho se transmite de una generación a otra, la memoria es el puente que lo vehiculiza a través del tiempo, recreando vivencias colectivas que pueden ser conocidas y resignificadas por los más jóvenes. Este es el caso del Holocausto, uno de los genocidios más dolorosos de la edad moderna, en el que los nazis exterminaron a millones de judíos con el pretexto de preservar la raza aria. Por Rocío Ríos
Memoria e identidad
E
l relato del Holocausto o la Shoá –el genocidio en el que aproximadamente seis millones de judíos fueron asesinados entre 1941 y 1945 en Alemania y otros países de Europa ocupados por el régimen nazi al mando de Adolf Hitler y sus colaboradores- se convirtió en el símbolo del horror planificado durante el siglo XX que debe recordarse con el fin de evitar que se repita. Desde el Consejo General de Educación de Entre Ríos, con la colaboración de la comunidad judía, se lleva adelante un programa que brinda lineamientos para guiar a las instituciones educativas en el desarrollo de esta temática. Este genocidio se llevó consigo a millones de personas. No sólo a judíos, sino también a gitanos, negros, homosexuales, discapacitados. Fueron obligados a vivir en ghetos (barrios encerrados por muros), en condiciones de hacinamiento, con escasez de comida y abrigo. Quienes sobrevivían en estos espacios muchas veces eran trasladados en trenes a un destino más doloroso aún, donde los obligaban a trabajar al límite de sus fuerzas o hasta la muerte: los campos de concentración. Cuestiones de identidad Para la comunidad judía el término Holocausto no es acertado a la hora de nombrar este genocidio: ellos prefieren la expresión Shoá. La palabra Holocausto significa ofrenda o sacrificio de una comunidad ante los dioses paganos de una cultura; en cambio Shoá en hebreo equivale a catástrofe o devastación. Esta definición se comenzó a utilizar en 1948 junto con la Declaración de Independencia de Israel, y ya con más énfasis cuando se realizó el juicio a Adolf Eichmann, teniente coronel nazi de las SS que fue sentenciado a muerte en 1962 por los crímenes cometidos contra personas judías durante la Segunda Guerra Mundial. En la capital entrerriana, la comunidad judía está representada bajo el nombre de Asociación Israelita de Paraná. Ubicada en el centro de nuestra ciudad, su sede es un edificio que alberga oficinas administrativas, una parte para las tareas culturales de jóvenes y de adultos,
salones de baile y de deportes, entre los que se destaca el básquet. Allí trabaja Julio Kovalsky, coordinador de los grupos de jóvenes y adultos de la Asociación. Es un hombre de estatura media, con más de 50 años, pelo entrecano y ralo, de mirada decidida pero que cuando habla de la Shoá se torna melancólico y triste. Él afirma que la Shoá es parte de la identidad judía, porque significó un antes y un después en
nista) y siguen yendo a la Escuela Hebrea, pero cumpliendo otro rol: realizan actividades para los niños. Muchas veces han dado charlas sobre la Shoá con el fin de que este tema no quede en el olvido. Pablo Vainstein, 19 años y jugador de básquet del club Sionista, expresa: —Es fundamental que se siga hablando sobre lo que significó la Shoá, más que nada porque es un hecho que trasciende a más de una
“Hoy la Shoá forma parte de nuestra identidad, los chicos lo estudian desde muy pequeños y tratamos de darle un sentido de pertenencia pensando en un significado que traspase el conflicto bélico” (J. Kovalsky, coordinador de la Asociación Israelita de Paraná). las familias de esta religión, y en torno de este tema tienen una responsabilidad muy grande con las generaciones recientes. Julio menciona: —Desde el momento en que los sobrevivientes empiezan a testimoniar a partir de los años 80 se estableció un compromiso por transmitir el tema. Hoy la Shoá forma parte de nuestra identidad, los chicos lo estudian desde muy pequeños y tratamos de darle un sentido de pertenencia pensando en un significado que traspase el conflicto bélico. Y agrega que desde su comunidad se intenta que la Shoá se convierta en un mensaje pacifista, antixenófobo y concientizador para evitar que hechos como este se repitan. Para la Asociación Israelita de Paraná, este es un tema muy importante no sólo por los que murieron bajo el dominio nazi sino porque quieren inculcarles a los jóvenes, desde pequeños, el sentido de la Shoá, que siempre se opongan a cualquier intento de violencia sistematizada y trabajen por la paz. Palabra joven Pablo, Brenda y Maián son tres jóvenes que desde temprana edad practican, estudian y comparten la religión judía. Hasta los 11 años asistieron a la Escuela Hebrea Martin Buber, donde aprendieron su cultura, el idioma hebreo, las fechas importantes para la religión y los valores que la comunidad judía promulga. Actualmente forman parte del grupo TNUA (del hebreo TNUOT Movimiento Juvenil Sio32
religión, porque los nazis mataron a distintos tipos de personas, y yo creo que no es la solución matar a la gente. Hay que aceptarnos como somos e ir aprendiendo de las diferencias de los otros, tratar de ser mejores, aceptar al otro, para vivir en un mundo mejor y sin violencia. El pueblo judío tiene una larga historia de luchas y persecuciones. A mediados del siglo XIX la situación fue cambiando y se fueron emancipando, ejercerciendo derechos que hasta ese momento no les eran permitidos. Los judíos se sentían ciudadanos europeos y, aunque aun había antijudaísmo, desarrollaban diversas actividades comerciales y artísticas. Con la persecución nazi se perdió mucho, pero a la vez fortaleció los lazos y la identidad de la comunidad judía. Brenda Kleiman, de 17 años, quien cursa sus estudios secundarios en la Escuela Normal José María Torres, afirma: “Yo me siento parte de esta historia, más que nada porque la religión viene de muchos años siendo perseguida y si después de que mataran a seis millones de judíos sigue estando, es porque realmente los judíos nos sentimos parte de eso”. Desde la Asociación Israelita todos los años se hacen diferentes tipos de actividades para recordar la Shoá. En general, se brindan charlas a la comunidad y un sobreviviente cuenta su experiencia bajo el nazismo. La joven Maián Bejar expresa: “hay que seguir recordando este tipo de cosas para que no vuelvan a
Memoria e identidad
Alumnos de la escuela hebrea pintando un mural en la fachada de la institución. pasar, porque la guerra no soluciona nada, y hay que aprender a vivir con respeto hacia los demás.” La Shoá en la escuela El Consejo General de Educación impulsa el programa Educación Derechos Humanos y Memoria Colectiva, que tiene como objetivo principal poner en relieve hechos de un pasado reciente, proponiendo diversas actividades, incentivando el diálogo, la interacción entre docentes y estudiantes, y promoviendo la defensa de los derechos humanos. Uno de los ejes de este programa es Holocausto y genocidios del si-
cismo, que es vaciar de sentido humano la mirada de lo que se estudia, sino que proponemos encontrarle una visión que tenga que ver más que nada con la reflexión.” La propuesta se desarrolla como complementaria a las jornadas escolares, se dan ciclos para la formación de los docentes con ejes para tratar el tema y, por otro lado, se realiza para los jóvenes la Semana de la Shoá, que en nuestra provincia es del 9 al 16 de noviembre, en conmemoración a la Noche de los Cristales Rotos que sucedió entre el 9 y el 10 de noviembre de 1938. En esa semana se realizan proyecciones
“Lo que hacemos es un aporte a los jóvenes tratando de evitar el historicismo, que es vaciar de sentido humano la mirada de lo que se estudia, sino que proponemos encontrarle una visión que tenga que ver más que nada con la reflexión” (E. Seigorman, docente encargado del tema Shoá). glo XX, en el que realizan diferentes propuestas para su enseñanza y aprendizaje. Dentro de la imponente construcción edilicia del CGE se encuentra una pequeña oficina con cuatro escritorios ubicados de manera casi encastrada. Allí trabajan las personas que llevan adelante el programa de Educación, Derechos Humanos y Memoria Colectiva. Eric Seigorman, el encargado del tema Shoá, cuenta: “lo que hacemos es un aporte a los jóvenes tratando de evitar el histori-
de películas, cine debate, obras de teatro y charlas testimoniales que brinda algún sobreviniente. Seigorman menciona que éstas y otras actividades las llevan a cabo junto con la Asociación Israelita, donde se destaca un grupo de docentes que viene trabajando esta temática desde hace cinco años. También trabajaron en la realización de la revista “Shoá: Recomendaciones para su enseñanza y aprendizaje”, con sugerencias para abordar la temática con los estudiantes de la es33
cuela secundaria. Paola Fálico es profesora de Filosofía y parte del equipo que realizó la revista. Actualmente desarrolla el tema con sus alumnos de escuela secundaria, pero desde una mirada filosófica, basándose en la concepción del hombre en el siglo XX. De su trabajo con los jóvenes sostiene: —Los chicos conocen poco sobre el exterminio judío, pero cuando vos les hablás del tema tienen curiosidad y un poco de mito también. A ellos les interesa la Shoá y quieren saber: les mostrás una película, un libro de un sobreviviente, les contás un cuento y realmente demuestran motivación. Es muy bajo el porcentaje de chicos a los que, al contrario, les produce rechazo el tema, y eso les pasa porque tienen una concepción del judío como el distinto. En la Escuela N° 50 República de Entre Ríos los alumnos del último año del secundario tienen una mirada histórica sobre lo que significó la Shoá. Felipe fue el que se destacó dentro del grupo de los nueve chicos que quisieron hablar del tema. A él le gusta mucho la historia mundial y sobre este genocidio menciona: —Para mí es un tema shockeante por todo lo que les hicieron, no sólo por lo que fue la guerra, sino cómo se pudo llegar a pensar y hacerle eso a la gente, no sé en qué cabeza cabe planear eso. Las cosas terribles que hacían en los campos de concentración alemanes me impactaron mucho, experimentaban con personas, las mandaban a las cámaras de gas, las enterraban vivas en la nieve. Felipe también cuenta que él aprendió mucho de este tema por su propia cuenta, leyó un libro sobre el nazismo y vio varias películas. Al finalizar la charla todos coinciden con la idea de que es importante evitar la guerra, trabajar por la paz, el respeto y la aceptación del otro. Brenda, Maián y Pablo, consustanciados con el mensaje de la Shoá, expresan a modo de reflexión que la memoria de este hecho no pertenece al pasado, está viva y hay que continuarla transmitiendo. Desde su lugar trabajan para concientizar sobre la aceptación del otro, el respeto a su procedencia, cultura o religión, evitando la violencia para poder construir así un futuro mejor.
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Alemanes del Volga: la memoria de los jóvenes de la comunidad Por Sabrina Colliard (Fragmento del informe periodístico)
Los alemanes del Volga llegaron a nuestro país a partir de 1878, impulsados por un incentivo del gobierno de Nicolás Avellaneda, que se plasmó en la ley n° 871 de 1876. En esta ley, conocida como “De inmigración y colonización”, se les aseguraban beneficios a los inmigrantes europeos que vinieran a habitar el territorio argentino. A pesar del paso del tiempo, muchas de las historias de estos inmigrantes rusos-alemanes, en relación a su llegada y a los primeros años en nuestro país, se conservaron gracias a la transmisión de los relatos de generación en generación. Dentro de la comunidad de los alemanes del Volga existe una preocupación por la conservación del idioma y de las costumbres que vinieron del otro lado del océano. Se empezaron a recopilar las distintas memorias en libros y revistas y surgieron organizaciones que tienen como principal objetivo mantener vivo ese pasado. Esta postura conservacionista choca con una realidad en la cual algunas costumbres y tradiciones se mantuvieron mientras que otras se fueron perdiendo. Y en el medio de todo esto están los jóvenes, que se apropiaron de algunos fragmentos de ese pasado que les llegó mezclado con otras costumbres y que construyeron su identidad en la unión de las dos banderas: la argentina y la alemana. La memoria y los jóvenes Esteban tiene 15 años, es estudiante del 4° año de la escuela secundaria en Santa Anita (departamento Uruguay) y descendiente de alemanes del Volga. Conoce la historia de sus antepasados por lo que aprendió en la escuela o lo que le contaron sus abuelos. Para él, de todas las costumbres, “la música es lo que menos se perdió, todavía se escucha y
Avenida de acceso a Santa Anita, municipio del departamento Uruguay, fundado por alemanes del Volga. se baila en las fiestas y en los bailes familiares”. Paulo, santanitense de 24 años, dice: “Como a mí me gusta tocar la guitarra, tuve interés por aprender las formas de la música tradicional. Pero es más una inclinación propia. La mayoría de las personas escucha la música, baila, pero no se interesa por aprenderla”. Victoria tiene 15 años y es compañera de Esteban en la escuela. Tiene el pelo rubio, peinado con un rodete, el rostro redondo y los ojos de un azul profundo. Con voz suave, que evidencia su timidez, cuenta que fue a ballet durante 10 años, en una escuela de su pueblo llamada Die Volga Hetzie: Corazoncitos del Volga. “Empecé desde chiquita, a los cinco años, porque en mi familia mi mamá bailaba. En la escuela de danza bailamos polca, schotis, vals… Ahora se está ensayando la polca rock, que es lo que se está bailando últimamente”. Para la danza usan la ropa típica: “antes usaban una pollera con un delantal, una camisa y alpargatas; ahora se usa vestido con delantal, cancán y zapatitos”, cuen34
ta la joven. Para estos jóvenes, hay costumbres que simplemente se conservan y otras que no. Y, para ellos, tiene mucho que ver con lo que les gusta a la gente. “Las comidas que son ricas, que les gustan a la gente, se mantienen. A eso, además, se le encuentra una salida económica y por eso se conserva”. En torno a la transmisión del idioma hay una gran preocupación por parte de los mayores. Paulo dice que “existen personas, de mediana edad para arriba, que están preocupadas porque los jóvenes no hablamos el dialecto. Piensan que si no hablamos el alemán se va a perder parte de la cultura". Hay costumbres y tradiciones del pasado que los descendientes de los alemanes del Volga todavía mantienen vivas. Otras, sin embargo, se han ido perdiendo hasta casi desaparecer. El paso del tiempo sigue haciendo su efecto, rescatando hechos que parecían olvidados y descartando otros. Ese es el funcionamiento de la memoria.
Proyecto de Integración de Funciones Universitarias “Prácticas Integrales & Territorio 2016” Periodismo en la universidad y las escuelas secundarias: las prácticas de extensión, reflexiones en torno a los procesos de apropiación de conocimientos en los estudiantes de la Orientación en Periodismo de Comunicación Social y de secundaria. En 2016 desarrollamos actividades de extensión e investigación entre escuelas secundarias y universidad. El objetivo es estudiar los aprendizajes que promueven en los estudiantes universitarios y secundarios así como en los docentes, las propuestas de extensión que venimos desarrollando con diversos proyectos de extensión desde 2008. A partir de la experiencia desarrollada con las escuelas secundarias públicas de Paraná, proponemos fortalecer nuestro marco teórico y complementarlo con la investigación “La inclusión digital a partir de la implementación del programa Conectar Igualdad en escuelas secundarias de Paraná. Una mirada de los procesos de apropiación.” Compartimos algunas de las producciones comunicacionales que realizamos en 2016.
“Va con Onda” La escuela secundaria hace radio ¡Se va la tercera…! Por tercer año consecutivo realizamos el magazine radial “Va con Onda” en radio UNER Paraná, FM 100.3. Estuvimos los miércoles de septiembre y octubre 16 a 17. La propuesta reúne a estudiantes de escuelas secundarias que producen una hora semanal de radio. Los acompañan los profesores de escuelas secundarias y estudiantes y docentes del Taller de Producción Periodística de la Licenciatura en Comunicación Social. En 2016 participaron las escuelas Liceo Paula Albarracín de Sarmiento; Provincia de Neuquén; Dr. Mariano Moreno; Humberto Záccaro; Normal José María Torres, Berduc, Evita y Entre Ríos.
“Parte del Aire” Una hora de radio con los pies en la tierra Es un magazine radial realizado integralmente por los estudiantes del Taller de Producción Periodística. Cada martes de 17 a 18 en Radio UNER Paraná FM 100.3 se proponen informes periodísticos, entrevistas, radiodramas, efemérides y agendas culturales de Paraná y Santa Fe.
“Maldito Lunes” Este ciclo radiofónico es producido de manera integral por estudiantes y docentes que participan del Módulo de Radio del Taller de Producción Periodística en el marco de propuestas de extensión. Se emite por la radio comunitaria Barriletes Fm 89.3 los lunes de 20 a 21.
Mal de Ojos, 11 años Desde hace 11 años producimos informes periodísticos sobre problemáticas de los jóvenes de Entre Ríos y Santa Fe que se plasman en una publicación gratuita financiada por la Secretaría de Extensión de la UNER a través de los proyectos de extensión. La revista circula en la Universidad, organizaciones intermedias, medios de comunicación y, especialmente, en escuelas secundarias, cuyos temas contribuyen al debate. En 2016 la revista se trabajó en las escuelas como material de discusión en la Jornada Federal “Educar en igualdad: prevención y erradicación de la violencia de género” que se realizó el 26 de octubre de 2016. Las publicaciones están disponibles en http://unertpp.blogspot.com.ar/ También en el Facebook, se puede consultar: Proyecto de Extensión “Periodismo en la Universidad y la Esc. Secundaria”.
SUMARIO 3
Editorial - Aixa Boeykens
4
Los jóvenes y sus miradas sobre la dictadura militar - Laura Scattini
8
Los jóvenes de Paraná y sus memorias sobre la dictadura - Jimena Vuoto
9
Las representaciones sobre el pasado en las escuelas de Chajarí - Stefanía Pérez
10 Santa Fe: renovar los modos de trabajar las memorias - Fernanda Bernasconi 10 El testimonio como fuente del pasado - Fabián Fortunatti 13 Hijos de desaparecidos: el trabajo de construir la identidad - Juan Pablo Estapé 17 Las memorias de Malvinas en los jóvenes de Paraná - Iván Darío Niello 17 Los pasadizos de la memoria en los jóvenes - Rocío Ramonda 20 Más que una fecha patria - Camila Magnano 20 Malvinas en el aula - Camila Cetta 21 Jóvenes que construyen memorias barriales - Octavio Alarcón 24 Crisis de 2001: la memoria pendiente - Pablo Ortiz 24 Las víctimas de Santa Fe - Juliana Barrientos 25 La violencia policial hoy: los jóvenes, los más vulnerables - Jésica Oldani 26 Martes 29: memorias de jóvenes inundados - Natalia Salas 30 ¿Causas naturales o error humano? - Hernán de los Santos 30 El rol de la escuela - Milagros Colautti 31 Reflexiones de jóvenes sobre un genocidio - Rocío Ríos 34 Alemanes del Volga: la memoria de los jóvenes de la comunidad - Sabrina Colliard
Edición impresa: ISSN: 2524-9401 Edición en línea: ISSN: 2545-7381