Mal de Ojos Nº 13: Participación

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Proyecto de Extensión Periodismo en la Universidad y la Escuela Secundaria / Año 12- N° 13/ Paraná, Entre Ríos, septiembre de 2019

Mal de Ojos

ISSN: 2524-9401

Mirar fuerte los temas que nos comprometen

Centros de estudiantes secundarios / Movimientos feministas Movimientos ecologistas / Partidos políticos


Equipo Mal de Ojos

DIRECCIÓN Y EDICION GENERAL: Aixa Boeykens SELECCIÓN Y CORRECCIÓN: Aixa Boeykens Ignacio González Lowy DIAGRAMACIÓN, DISEÑO E ILUSTRACIONES: Paula Pretti Camila Venturini FOTOGRAFÍAS CORTESÍA DE: Paula Kindsvater PROFESORES DEL TALLER DE PRODUCCIÓN PERIODÍSTICA EN 2018 Aixa Boeykens Oscar Bosetti Ignacio González Lowy AUTORIDADES DE LA UNER: Rector: Andrés Ernesto Sabella Vicerrectora: Gabriela Virginia Andretich Secretaria Académica: Roxana Gabriela Puig Secretario de Ciencia y Técnica: Gerardo Gabriel Gentiletti Secretario de Extensión Universitaria y Cultura: Roberto Ángel Médici Secretaria General: Alina María Francisconi AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN: Decana: Gabriela Bergomás Vicedecano: Alejandro Ramírez Secretario General: Mauro Alcaraz Secretaria Académica: Dariela Brignardello Secretario de Extensión: Juan Manuel Giménez Secretaria de Investigación y Posgrado: Carina Cortassa Alumnos del Taller de Producción Periodística -Año Académico 2018Carla ALBORNOZ FRISANCO Macarena ANDRÉS Macarena CARLOMAGNO Margarita BENEDETTI Tomás BODEÁN Gilsela GROSSMAN Nicolás JACOB Nicolás MACHADO Elizabeth MAIER

Paula PRETTI Paula QUINDT Brenda SCHÖNFELD Juan Manuel SOLANAS Araceli SOSA Camila VENTURINI Soledad VITALI MAYOR Agustín VISSIO

ISSN: 2524-9401 Facultad de Ciencias de la Educación- UNER. Alameda 106- Paraná- Entre Ríos-Argentina. Teléfono: 0343-4222033 Impresa en el Departamento Imprenta y Publicaciones de UNER. Concepción del Uruguay - Entre Ríos - Argentina - Septiembre de 2019


Editorial

Participar: las distintas formas de las expresiones colectivas

Aixa Boeykens

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ace mucho frío pero se la aguantan igual. Fueron juntas y están contentas de estar en la calle. Es la primera vez que participan. El pañuelo verde se alza como un conjuro contra el frío de esta tarde de invierno y expresa la emoción y los nervios de encontrarse en un espacio público para apoyar una postura de modo colectivo. En la esquina de la plaza un grupo de jóvenes se reúne y empieza a sacar plantines del baúl de un auto para ubicarlos sobre cajones de madera. En un rato, entregarán estas flores a cambio de los cartones y papeles de diarios que las personas llevarán para canjear y así facilitar el reciclado. Se trata, dicen los integrantes de ese espacio, de generar acciones que contribuyan al cuidado de nuestro ambiente. En una escuela las y los jóvenes del Centro de Estudiantes se reúnen para coordinar la Estudiantina. En otra, organizan un debate para analizar las diferentes posturas sobre el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo. En esta segunda década del siglo XXI las formas de participación conviven entre las que podríamos identificar como «tradicionales» en tanto se relacionan con la participación formal en movimientos estudiantiles o partidos políticos, con las que se llevan adelante en diversos sitios sociales y culturales. El doctor en Ciencias Sociales Pablo Vommaro (2010), explica que estas diferentes formas de participación se vinculan entre ellas de manera que entran en tensiones

y se transforman mutuamente en el espacio público. En esta edición de Mal de Ojos pusimos el eje en la experiencia colectiva que marcó el debate por el proyecto de Ley de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) en 2018. Aunque finalmente no se logró la aprobación, el debate estableció un hito en la participación por la ampliación de los derechos de las mujeres. Uno de los logros fundamentales fue que consiguió que un sector importante de la opinión pública esté a favor de su legalización. Que esta edición de Mal de Ojos se vista de verde tiene que ver con la convicción de que es indispensable contar con esta ley que garantice el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Se trata de una política de salud pública que busca evitar las muertes de mujeres que se producen como consecuencia de la clandestinidad. Se trata de que haya anticonceptivos para no abortar, y aborto legal para no morir. Al mismo tiempo, esta Mal de Ojos es un reconocimiento al lugar protagónico que tienen las generaciones más jóvenes en la participación de las diversas y plurales formas de pensar las relaciones de género. Por todo esto, y por lo que es necesario continuar aprendiendo y trabajando, esta publicación busca ser una invitación a que este entusiasmo colectivo se continúe abriendo espacio en la conquista de los derechos que aún es necesario lograr.

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La participación estudiantil en escuelas de Paraná

Jóvenes que luchan por sus derechos Los centros de estudiantes de las escuelas secundarias de Paraná son espacios de diálogo y aprendizaje, que tienen como propósito defender y asegurar el cumplimiento y pleno ejercicio de los derechos estudiantiles.

Camila Venturini y Paula Pretti

Por Araceli Sosa

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as discusiones, las risas, las propuestas de actividades y la votación son algunos rasgos distintivos de las reuniones de los centros de estudiantes en las escuelas secundarias de la ciudad. Esto es posible ya que la representación estudiantil, según la Ley Nacional 26.877, es reconocida por cada institución educativa pública como un órgano democrático. Las necesidades de cada centro de estudiantes difieren entre unos y otros, como así también las temáticas que les preocupan. Sin embargo, los representantes de la Escuela Secundaria N° 35 Cesáreo Bernaldo de Quirós, la Escuela N°28 Nuestra Sra. de Guadalupe y el Liceo Paula Albarracín de Sarmiento comparten un objetivo en común: la escucha hacia las demandas de los estudiantes y hacer valer sus derechos. Los tres órganos de participación estudiantil integran el listado de los 344 que están ingresados en el Registro Único Digital de Centros de Estudiantes, ya que así lo establece la Ley Provincial 10.215 que los regula. Sin embargo, según la Coordinadora de Organizaciones Estudiantiles del Consejo General de Educación (CGE), Eugenia Díaz Picó, hay 110 escuelas de la provincia que aún no han inscripto a sus representantes o que no tienen. El interés por participar e intervenir en la vida diaria de la comunidad educativa es lo que motiva a jóvenes como Micaela y Miguel, de la Escuela Secundaria N° 35 Cesáreo Bernaldo de Quirós de Paraná. Ella se desempeña como presidenta del Centro estudiantil y él es el vicepresidente. Las reuniones del centro estudiantil siempre se desarrollan en la biblioteca de la escuela. La Comisión Directiva está integrada por las secretarías como la de Bienestar Estudiantil, de Comunicación, de Deportes y de Género. Micaela es una estudiante a la que aún le queda por delante un año más en la escuela y considera que el Centro es una herramienta importante la comunidad educativa, ya que tratan de buscar una solución a los problemas que plantean los estudiantes. Además, es un espacio extra áulico que les permite conocerse más y estrechar lazos.

Jóvenes y Centros de Estudiantes

El Centro de Estudiantes es una forma de actuar y ser parte de la institución educativa que a diario transitan, pero con la intención de aportar y modificar algunas realidades, ya sea desde conseguir la pintura para mejorar una aula o debatir sobre temas que inquietan a los estudiantes.

Escuchar al estudiantado Son las 12 del mediodía de un viernes y pese al calor y el cansancio de la cursada de la semana, la Comisión se reúne para puntualizar sobre algunos temas como la estudiantina y la venta de alfajores de maicena para recaudar dinero. Miguel tiende a tomar la voz frente a sus compañeros y al momento de dialogar con el equipo directivo. Otras veces Micaela le disputa ese lugar y también sube su tono. Esto genera comentarios del tipo «se enojó la enana». Los chistes y bromas son habituales en el grupo, aunque hay momentos en los que se deben tomar decisiones y reina la seriedad. La presidenta del Centro de Estudiantes comenta que este año han realizado diferentes actividades como días deportivos, campeonatos de ajedrez entre los estudiantes del ciclo básico común y el ciclo orientado, pero que la jornada que más importancia tuvo fue la referida al proyecto de ley sobre la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ILE). —Lo importante de la actividad fue el aprendizaje que nos dejó— sostiene Micaela con entusiasmo— porque leímos el proyecto completo antes de que fuera tratado en el Senado de la Nación y también estuvieron presentes especialistas a favor y en contra de la ley. La idea no era confrontar con nuestros compañeros sino que podamos formarnos sobre el tema y respetar las diferentes opiniones y argumentos. —A veces cuesta llegar a un acuerdo en la toma de decisiones, más aún por las internas que tenemos al interior del Centro con la Secretaría de Género —comenta Miguel con cierto malestar en su rostro—; ya que las compañeras que la componen se sumaron después de que ganáramos las elecciones y a partir de ahí tenemos ciertos roces. 5

Más allá de eso, nos llevamos bien entre todos y compartimos momentos lindos. Habitar los espacios de participación política en la escuela posibilita el ejercicio pleno de la ciudadanía. El licenciado en Educación especializado en Infancias y Juventudes, Ramiro García Torres, señala en su investigación La participación política de las/os jóvenes en los Centros de Estudiantes de escuelas secundarias del distrito La Plata. Un análisis comparado de tres momentos históricos (’80, 90’ y 2000) de 2017, que «las/os jóvenes que participan en los Centros de Estudiantes son conscientes del lugar que ocupan y accionan de acuerdo a cómo piensan su posición política frente al mundo que los rodea, terciando incluso con las mismas políticas que habilitan (o limitan) dichos espacios de participación». Los integrantes de la Comisión Directiva, además de defender y asegurar los derechos de sus pares, trabajan para una convivencia armónica en el establecimiento educativo. Es por esto que cuando alguien recurre al Centro de Estudiantes, por diferentes cuestiones, como por ejemplo conflictos entre compañeros, ellos buscan la solución a partir del diálogo con las partes implicadas. María Mendy es magíster en Educación y señala en su investigación Acción política y participación de las y los jóvenes de las escuelas secundarias de la ciudad de La Plata, de 2015 que «los jóvenes se ‘sienten’ ciudadanos al producir acciones o intervenciones concretas; al decir cuáles son las ‘causas’ en las que quieren involucrarse; al expresarse con libertad a través de distintos lenguajes; al juntarse con otros en una lógica de redes y flujos cambiantes». En este sentido, el Centro de Estudiantes es una forma de actuar y ser parte de la institución educativa que a diario


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transitan, pero con la intención de aportar y modificar algunas realidades, ya sea desde conseguir la pintura para mejorar una aula o debatir sobre temas que inquietan a los estudiantes. Las problemáticas que urgen atender… En el Liceo Paula Albarracín de Sarmiento también ocurren situaciones que demandan mayor contención para que no vuelvan a ocurrir. En el aula las persianas están bajas, y en todo lo que se observa prevalece un mismo color: el beige. Las paredes están vacías, sin afiches y la sensación de frío te invade. Se escuchan las voces de un grupo que se acerca. Es Agustina, la actual presidenta del Centro de Estudiantes de la institución, junto a las siete jóvenes que componen la Comisión Directiva. Algunas tienen la campera azul, blanca y roja de la escuela, mientras que otras la remera con los mismos detalles y un 6 en la espalda que anuncia el último año escolar. Entre sus preocupaciones manifiestan que les inquieta que sus voces no siempre sean tenidas en cuenta. Por ejemplo, consideran que permitir que los estudiantes del ciclo orientado puedan tomar mate en algunos momentos de las clases permitiría que se sientan más cómodos a la hora de aprender. También cuestionan la exigencia hacia el uniforme. Por otra parte, con sus acciones, buscan reforzar el apoyo a los estudiantes y les preocupa cuando surgen situaciones de hostigamiento entre los jóvenes. Debido a esto realizan jornadas de concientización sobre redes sociales y las diferentes formas de violencia. Además les interesa que en la escuela se desarrollen efectivamente clases de educación sexual integral en todos los años.

Los representantes del Centro de Estudiantes dialogan con sus pares de otra manera de la que los directivos y el cuerpo docente pueden hacerlo. La licenciada en Ciencias de la Educación Débora Kantor expresa en su libro Variaciones para educar adolescentes y jóvenes de 2008, que «cada época tuvo sus nuevas adolescencias y juventudes a las que repensar y con las cuales lidiar […] Lo nuevo altera los modos conocidos y medianamente seguros —aunque siempre insatisfactorios— de ser adolescente o joven en estos tiempos y de conocerse como adultos y como educadores frente a ellos». Milagros es la vicepresidenta y remarca que conocen las legislaciones que los respaldan, además de la ley nacional y provincial de Centros de Estudiantes, tienen en cuenta la Ley 26.206 de Educación Nacional y su artículo 126. Conocer el marco legal les permite a los representantes estudiantiles organizar actividades dentro de la escuela y con el aval de la rectoría. Las mismas no sólo surgen de conocer las demandas de sus pares sino también de los encuentros con los centros estudiantiles de otras escuelas. Cada institución tiene sus necesidades y también los estudiantes. A diferencia de otras, la Escuela N° 28 Nuestra Señora de Guadalupe careció, hasta septiembre de 2018, de participación estudiantil política 6

hasta que se presentó una sola lista y Rita, una joven callada y tímida, asumió como Presidenta del Centro de Estudiantes. Pese al poco tiempo en la conducción, ella destaca que es necesario conocer qué es lo que sucede en la vida diaria de los estudiantes para pensar en cómo ayudarlos. Actualmente, tienen en proceso de elaboración un proyecto sobre acciones ecológicas y talleres de economía sustentable para desarrollar en la escuela. Esto se debe a que los jóvenes que asisten a clases viven cerca del Volcadero, una zona de extrema pobreza de la ciudad, ubicado al oeste de Paraná que está luego de la intersección de las calles Ameghino y República de Siria. En él se depositan a diario 300 toneladas de basura y muchas familias viven de lo que recogen allí. Los miembros de los tres órganos democráticos intensifican el ejercicio de la escucha con sus pares y trabajan para que la comunidad educativa se comprometa. Darle continuidad al centro de estudiantes Uno de los problemas que se renueva año a año es el desmembramiento de los centros estudiantiles, ya que quienes constituyen una Comisión Directiva finalizan sus estudios secundarios y por ende su participación política.


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La rectora de la escuela N° 28 Nuestra Señora de Guadalupe, Silvia Barzola, manifiesta su preocupación ante el desinterés de los jóvenes por intervenir en un Centro de Estudiantes, espacio que para ella posibilita instancias en las que la escuela se vuelve un lugar de debate. Sin embargo, Rita, la presidenta del Centro sostiene que los docentes no demuestran su apoyo a las prácticas democráticas que se desarrollan en la institución. María Mendy, magíster en Educación, se refiere al rol de la comunidad educativa y sostiene: «Se trata de potenciar la búsqueda de autonomía que encarnan los adolescentes a través del empleo de saberes y conocimientos que la escuela puede brindarles con el fin de fortalecer el juicio crítico. Un juicio crítico que le permita ser un agente social activo en la promoción y prevención de la vulneración de derechos, entre otros». Por lo tanto, las instituciones tienen la responsabilidad de propiciar instancias que garanticen grados crecientes de participación de los jóvenes. Desde el Consejo General de Educación (CGE), la coordinadora de los Centros de Estudiantes María Eugenia Díaz Picó, difiere con las palabras de Barzola y expresa que: «son los adultos los que no encuentran qué es lo que les importa a los jóvenes. Transformar la realidad en

Los representantes del Centro de Estudiantes dialogan con sus pares de otra manera de la que los directivos y el cuerpo docente pueden hacerlo. La licenciada en Ciencias de la Educación Débora Kantor expresa en su libro Variaciones para educar adolescentes y jóvenes, que «cada época tuvo sus nuevas adolescencias y juventudes a las que repensar y con las cuales lidiar […]»

la que viven seguramente es algo que los motiva. Un torneo de fútbol, por ejemplo, pareciera que no tiene nada que ver con la organización política pero puede derivar en la participación estudiantil. Considero que los estudiantes juntos logran muchos objetivos a diferencia de si están solos, aislados y sin poder organizarse», explica. Cada año la Coordinación intensifica las jornadas sobre el rol del centro de estudiantes y trabaja para que se creen en cada escuela. Se busca que los jóvenes se sientan motivados a hacer otras actividades en sus escuelas, ya sean recreativas, culturales, deportivas, pedagógicas, y primordialmente, que se interioricen y sean parte de lo que sucede con y en la comunidad educativa. Fueron los estudiantes quienes en 2013 pensaron y redactaron la Ley Provincial 10.215 que brinda el marco normativo que deben tener

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los centros de estudiantes y que promueve el ejercicio de los derechos democráticos en las escuelas. La fuerza de organización y consenso es una muestra de la capacidad de los jóvenes y del compromiso político que tomaron con sus pares y con la educación. Siempre que se inicia un nuevo ciclo lectivo hay una etapa de reordenamiento, de encontrar ese espacio que cada joven hace propio y desde el que considera que puede aportar ideas, pero siempre junto a otros/as para una construcción colectiva. A través de sus acciones concretas, los centros de estudiantes fomentan los ideales de solidaridad, democracia y justicia. Pero fundamentalmente se reconocen como actores democráticos y aprenden a ejercer y defender sus derechos.


Jóvenes y Centros de Estudiantes

Los centros de estudiantes secundarios en la zona rural Las y los jóvenes que asisten a escuelas rurales cuentan sus experiencias en los centros de estudiantes. También los profesionales piensan el rol y los vínculos que se dan en estos espacios de participación democrática. Por Elizabeth Maier (fragmento del informe periodístico)

«El Centro sirve para darle la idea a los chicos que, de alguna manera, tienen que manifestarse y hacerse escuchar. Ese es el ejemplo que tenemos que dar, sobre la necesidad de demostrar lo que se siente y lo que se piensa. Y que si no les gusta algo tienen que moverse para cambiarlo. Pero si les parece que es lo correcto, tienen que ir y militar por eso», así define Iara lo que para ella debe ser el Centro de Estudiantes. La joven es estudiante de la Escuela N° 3 Mariano Moreno, ubicada en Puiggari, a 46 kilómetros de Paraná. Administrativamente, el lugar es considerado un barrio de la ciudad Libertador San Martín. Sin embargo, los vecinos lo reconocen como un pueblo aparte, ya que su historia y tres kilómetros separan a ambos pueblos. A la escuela concurren chicos de la zona, mayormente rural, porque a pesar de ser una localidad antigua surgida a partir de la estación de tren, apenas cuenta con 500 habitantes y calles de tierra. Marina, vocal del Centro de Estudiantes de la Escuela Rural N° 11 Agustín de la Tijera, también dice que la tarea de ellos es «hacerse escuchar». El establecimiento está alejado ocho kilómetros de la localidad más cercana y linda con plantaciones de maíz, un camino de broza y una capilla. El presidente, dos vocales y la tesorera de la organización estudiantil, narran tímidamente cómo traba-

jan en este espacio. Sentados uno al lado del otro en el patio que tiene la secundaria, parecen decirse entre miradas cómplices: «hablá vos». La tesorera, Jazmín, piensa la idea unos segundos y finalmente expresa su opinión sobre la función del Centro: «El Centro de Estudiantes sirve para apoyar y mejorar la escuela. También cuando hay problemas, los chicos nos pueden contar y nosotros hablamos con la directora, 8

seríamos como mediadores». En mayo de 2013 en Entre Ríos se sancionó la Ley provincial de Centros de Estudiantes 10.215. La normativa propone, entre otras cosas, la profundización de la participación política de los jóvenes en escuelas secundarias. La sanción de la Ley Nacional de Educación N° 26.206 establece en su artículo 126, el derecho de los estudiantes a representarse.


Jóvenes y Centros de Estudiantes

«Son gurises que crecieron sabiendo que pueden cambiar las circunstancias en las que están. [...] Cuando los estudiantes dicen que los demás no se comprometen, muchas veces es porque caen en el engaño de una parte del mundo adulto que transmite ese mensaje. Pero lo que sucede es que nadie los escucha y por eso, ellos no se escuchan entre sí». (María Eugenia Díaz Picó - CGE)

rizan por comenzar su relación con el mundo laboral desde pequeños. Ayudar en la casa y el campo forma parte de sus rutinas naturales. Esta rutina se corta en la escuela. En muchos casos, la institución escolar es el único espacio de socialización de los jóvenes y de ella dependen los momentos recreativos en conjunto. La profesora de Historia y Formación Ética de la escuela Agustín de la Tijera, Dariela Gareis, es también la docente delegada del Centro de Estudiantes. Al establecimiento educativo asisten cerca de 70 jóvenes, a los que intenta introducir al mundo de la política estudiantil. —Como docente, trato de motivarlos para que se interesen por la política, pero en general vienen de familias con poco conocimiento, despolitizadas. Por eso los chicos del Centro trabajan exclusivamente para hacer actividades en la escuela,

no buscan expandirse hacia afuera, como en otras escuelas de ciudad. Es martes y en la escuela secundaria pública Mariano Moreno de Puiggari, hay reunión del Centro de Estudiantes. En la Biblioteca, rodeados de materiales educativos, mapas, láminas y algunas computadoras, los estudiantes debaten. La rectora de la institución entra y los chicos la saludan. A través de sus gestos indica que sólo quiere mencionar algo e irse. Aprovecha entonces el espacio que la presidenta del Centro le da, para recomendarles que no organicen tantas actividades porque «entre actos y feriados no van a tener clases si piden días para otros eventos». A los jóvenes la recomendación les parece razonable. Uno de ellos responde: «Ahora que nos explicás vemos que tenés razón». La rectora se va y la plani-

Elizabeth Maier

En los establecimientos en los que no existían Centros al momento de la entrada en vigencia de la ley, las autoridades debieron convocar a elecciones. Y es así que en 2019, a seis años, numerosos colegios dan sus primeros pasos en la materia. Este es el caso de las escuelas de zonas rurales Mariano Moreno y Agustín de la Tijera. Dentro de la órbita de la Dirección de escuelas secundarias del Consejo General de Educación (CGE), María Eugenia Díaz Picó preside la Coordinación de Centros Estudiantiles. Es politóloga y se dedica a generar mecanismos para fortalecer la participación política de los jóvenes. Tenaz y elocuente, articula sus saberes teóricos con todo aquello que recogió en la experiencia de su trabajo. «Los gurises entienden y reclaman el derecho a ser escuchados», expresa. —¿Cómo caracterizás a los jóvenes que participan en Centros? —Primero es importante saber que hablamos de juventudes diferentes y heterogéneas, a pesar de las marcas generacionales que comparten. Son gurises que crecieron sabiendo que pueden cambiar las circunstancias en la que están. Son creativos, participativos, solidarios, empáticos. Pero a lo que más tenemos que prestarle atención, es a que ellos saben que tienen el derecho de ser escuchados. Cuando los estudiantes dicen que los demás no se comprometen, muchas veces es porque caen en el engaño de una parte del mundo adulto que transmite ese mensaje. Pero lo que sucede es que nadie los escucha y por eso, ellos no se escuchan entre sí. Entre las juventudes, quienes viven en las zonas rurales se caracte-

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ficación continúa, entre el Día del Estudiante, un campamento y un torneo deportivo. —¿Qué temáticas trabajan en el Centro de Estudiantes? —Esto es muy tranqui, muy relajado. No es que nos juntamos por estar de acuerdo en alguna opinión ni por una misma ideología. Nos juntamos porque empezamos a buscarnos en los recreos y a preguntarnos si nos pintaba. Así nos fuimos reuniendo y bueno… salió. Además casi todos pensamos diferente, por ejemplo con el tema del aborto, por eso no charlamos esas cosas. Otros En Entre Ríos hay 374 escuelas secundarias y de ese total, en 2019, 331 tienen Centro de Estudiantes re-

gistrados. Desde la Coordinación de Centros Estudiantiles (CGE) Díaz Picó explica que estas organizaciones sirven para «generar un espacio de discusión y participación que contribuya a garantizar los derechos de los estudiantes y proponer a su vez actividades que representen sus intereses comunes, para participar de las soluciones a las problemáticas en su ámbito (escuela/comunidad), y para que su voz y la de sus compañeros sean escuchadas cuando se tomen decisiones importantes en su escuela». De acuerdo con el último Censo Nacional, 500.000 jóvenes están fuera del sistema educativo. En contextos rurales las cifras se intensifican ya que el 34% de los adolescentes de 15 a 17 años está fuera de la escuela.

En un país en el que la mayoría de los pobres son niños, adolescentes y jóvenes, las diferencias en cuanto a la garantía del cumplimiento de sus derechos son abismales. Las juventudes rurales se enfrentan a la doble complejidad, la de hacerse escuchar por ser jóvenes y aún más, por ser rurales. Su lejanía y aparente aislamiento los enmarca, los sitúa desde un otro lugar, los define como juventudes otras que, desde las realidades de sus contextos, también trabajan y tienen sus espacios de participación.

#Quiero llegar a mi escuela Almafuerte Por Tomás Bodeán (Fragmento del informe periodístico)

Lejos del ruido de la capital provincial, rodeado del verde de los árboles, del aroma de flores silvestres y entre cantos de pájaros y pequeños insectos, se encuentra la Escuela Normal Rural Almafuerte. Ubicada en la zona de La Picada y a metros de la Ruta Nacional N° 12, los docentes y estudiantes tardan al menos 45 minutos para llegar desde el centro paranaense hasta las aulas. En julio de 2018, las y los estudiantes integrantes del Centro de Estudiantes comenzaron a hacer un reclamo que fue visible en los medios locales: el pedido para que se revea la tarifa de los colectivos interurbanos de las empresas Expreso Villa Urquiza y San Vicente, medio indispensable para que muchos alumnos puedan llegar a la escuela. Lo que comenzó como un pedido de los estudiantes luego fue tomado por toda la institución educativa. En ese momento desde el Centro manifestaron la necesidad de que se abaratara el costo del boleto de colectivo, ya que había riesgo de que muchos compañeros dejaran de asistir a clases por motivos económicos. A la institución concurren 170 alumnos del nivel secundario, de los cuales 70 utilizan el transporte público a diario. Mientras que del nivel terciario asisten 80 estudiantes, más docentes y el resto de personas que conforman la comunidad educativa. Ana tiene 17 años. Cursa el anteúltimo año y preside el Centro de Estudiantes. Para ella, la importancia del Centro de Estudiantes reside en que los jóvenes muchas

veces identifican problemáticas que no siempre observan las y los profesores o el equipo directivo. A modo de ejemplo, explica: «Las autoridades muchas veces no ven las incomodidades o problemas que nosotros vivenciamos. Eso tiene que ver con los lugares en los que estamos cada uno. Cuando empezamos con el Centro, propusimos hacer una garita de colectivo de cemento, porque los chicos se embarraban antes o después de clases. Y las autoridades no sabían nada porque no tomaban el colectivo en esa esquina». 10


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La fuerza estudiantil de las transformaciones ¿Por qué los estudiantes deciden participar en política durante su paso en la secundaria? Jóvenes de distintas escuelas cuentan sus experiencias en los centros de estudiantes y por qué participan en ellos. Actores que intervienen en el ámbito educativo dan su opinión sobre el tema. Por Agustin Vissio (Fragmento del informe periodístico)

«Estoy en una posición que me permite cambiar algo, actuar para transformar y esa libertad me la da el centro de estudiantes, busco ayudar a mi escuela y poder contribuir con la educación», asegura Giuliana con tranquilidad y pasión a la vez. Es alumna de la escuela Normal Superior de Comercio Domingo Guzmán Silva de la ciudad de Santa Fe y forma parte del centro de estudiantes presidido por la Organización Integradora Estudiantil (OIE). Habla lento, con tono pausado y sus palabras transmiten tal seguridad que pareciera que forma parte del ámbito político desde hace décadas. Tiene 14 años. Múltiples escaleras conectan los pisos de la Escuela Normal. La más grande, situada sobre la derecha del edificio, es el conducto para llegar al segundo nivel donde, en un gran hall, se reúnen habitualmente los integrantes del Centro de Estudiantes. En ese preciso lugar, donde el techo se descascara día a día y el tiempo deja sus huellas sobre las paredes, todos saludan a Rodolfo, quien sonríe ante cada ademán que le hacen sus compañeros. «Al Centro de Estudiantes lo veo como un mediador entre el alumnado y el cuerpo directivo», explica Rodolfo, presidente por el Centro Estudiantil Democrático (CED) del Centro de Estudiantes de la Escuela Normal Superior 32. ¿Qué significa involucrarse activamente en la vida política escolar?, ¿qué importancia tiene para un ado-

Camila Venturini y Paula Pretti

lescente participar en estos ámbitos? No existe una única respuesta. En 2014 la provincia de Santa Fe, a través del Observatorio de Políticas de Juventud, elaboró un cuadernillo llamado Estudiantes al centro: Elementos para repensar la participación juvenil desde la escuela media. En el mismo se ahonda sobre la participación juvenil y política en el ámbito escolar y social, y cita al antropólogo social John Durston, quien argumenta que «los jóvenes ejercitan su ciudadanía al decidir dónde quieren involucrarse, qué quieren hacer, al juntarse con otros en organizaciones formales o informales, cuando ‘ponen el cuerpo’, cuando se expresan con diferentes lenguajes». Aunque no todos los jóvenes participan de la misma forma al involucrarse están 11

dando un paso hacia el ejercicio de sus derechos. La antropóloga Mariana Chaves asegura que «la participación juvenil en la construcción de las respuestas no es sólo un avance democrático: se ha convertido en una necesidad». Así lo vieron los estudiantes de la Escuela Nº 8.030 quienes consideraron prioritario formar su espacio dentro del establecimiento. Bautista, alumno de la institución, camina con sus 17 años nervioso en semicírculos, está nublado y de fondo se observa, a través de los vidrios de una ventana de madera vieja, un aula llena de alumnos que a los gritos discuten sobre algo que no se alcanza a escuchar con nitidez. —Decidimos crear un centro de estudiantes porque consideramos


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que es el espacio oportuno para la legitimación de las luchas estudiantiles —relata Bautista. —¿Qué los llevó a tomar esta decisión? —Es necesario luchar en estos tiempos, con un gobierno que avasalla derechos, y eso es lo que estamos institucionalizando con el Centro. Suena la campana que anuncia que termina el recreo, los chicos se movilizan y el bullicio aturde. Atrás de las corridas y risas de los jóvenes que se dirigen a las aulas el debate no cesa en la reunión del Centro de Estudiantes. Sus oídos desoyeron el timbre, están dispuestos a terminar con el debate sobre cómo van a llevar a cabo la próxima actividad. Desde la Secretaría de Finanzas ponen el grito en el cielo: —Vamos a necesitar más plata, tenemos que vender más rifas. —Eso es imposible, no hay tiempo —responden desde la vicepresidencia. De esta forma se viven las negociaciones a contrarreloj para llevar a cabo el festejo del Día del Estudiante. «Es una pelea linda, así se construye», dice con una sonrisa uno de los alumnos integrantes del Centro que sale eyectado de la discusión porque tiene un examen. Solo los postigos de un aula reservada para el Centro conocen cómo terminó la apasionada discusión, lo que sí se sabe es que días más tardes se realizó la estudiantina y fue un éxito. Parte de estos debates se replican en los 50 establecimientos educativos de la ciudad de Santa Fe que tienen centros de estudiantes. Gonzalo

Martorell, funcionario en la Dirección Provincial de Bienestar Estudiantil, del Ministerio de Educación de la Provincia, en consonancia con lo que dicen los alumnos, asegura: «El Centro de Estudiantes se tiene que volver parte de la institución educativa y debe tener una vida activa dentro del establecimiento». Participación, debate, militancia… ¿qué es un centro de estudiantes? Al recorrer páginas sepias de la historia educativa argentina, no se puede pasar por alto que en 1958 Arturo Frondizi firmó un decreto donde se autorizó a las universidades privadas a emitir títulos habilitantes. La medida generó una disputa entre los sectores que estaban en contra de esta legislación y a favor. De la mano de la lucha por la «laica o libre» se inauguró un período de alta politización y participación de los estudiantes secundarios, según detalla Marina Larrondo, en su libro Lápices de colores, El movimiento estudiantil secundario en Argentina. Es posible sostener que las décadas del 60 y 70 estuvieron caracterizadas, no sólo por un auge de participación, sino por la consolidación de modos de organización. Como explica Larrondo, la política estudiantil se conformó como ámbito de militancia, reivindicación educativa y protesta. Se combinaban y articulaban actividades en el marco de los centros de estudiantes, con actividades culturales, deportivas, y a la vez, con la militancia en partidos y otras organizaciones políticas, religiosas y armadas. Al volver al 2018, conceptualizar

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o poner en palabras lo que es un centro de estudiantes es complejo porque hay múltiples posturas y miradas sobre el tema. En el piso de la sala mayor del Sindicato Argentino de Docentes Particulares (SADOP) se observan banderas blancas con letras verdes, y hay bombos y redoblantes que delatan que se aproxima alguna manifestación gremial. Al llegar al lugar, Pedro Bayúgar, docente y secretario general de SADOP pide disculpas por el «desorden» y expresa: «El centro de estudiantes es parte de la vida democrática. Los alumnos tienen que tener participación, ser parte de la horizontalización de las escuelas y en ese sentido el ejercicio que implica participar es valiosísimo». Desde otro punto de vista, Gonzalo Martorell indica con entusiasmo que «el fenómeno del centro de estudiantes es fantástico porque todos los años se baraja y se da de nuevo». Giuliana se encuentra sentada en un banco de mármol de la Escuela Normal Superior de Comercio Domingo Guzmán Silva, mientras un rayo de sol encandila su ojo izquierdo. —¿Qué objetivos se plantean en el Centro de Estudiantes? —Buscamos que los compañeros se puedan sentir identificados y generar la confianza suficiente para que puedan llevarnos una problemática, porque en eso se basa un centro de estudiantes: poder compartir las problemáticas de los alumnos con los directivos —coincide Giuliana casi plenamente con Rodolfo sin conocerse. Centros amparados por la ley En la provincia de Santa Fe los centros de estudiantes están regulados desde el 2014 cuando se aprobó la Ley Provincial 13.392. La misma propone fomentar la creación de Centros de Estudiantes. Además, insta a «promover la participación activa de los estudiantes en la dinámica, constitución y sostenimiento de la vida democrática en la sociedad actual, desde su puesta en práctica en el ámbito escolar». Julio Garibaldi camina por el hall central de la Legislatura con varias carpetas negras que arrugan su camisa celeste, es diputado provincial


Jóvenes y Centros de Estudiantes

y fue Director Provincial de Políticas de Juventud y Coordinador del Gabinete Joven al momento en que se aprobó la ley. Al ser consultado, se detiene unos segundos, sonríe y sus ojos se vuelven cristalinos, para él la ley «vino a saldar un hueco legislativo que tenía Santa Fe». Por otra parte, y continuando con la argumentación de Martorell, el legislador asegura que «a partir de la sanción y reglamentación de la norma los centros fueron creciendo mucho en cantidad». Juventud, política y el contexto social La investigadora de la Universidad Nacional del Comahue, Raquel Borobia, explica en su libro Juventud y Participación Política, que al hablar de juventud muchas veces «se omite el carácter dinámico y relacional del término juventud que hace de ‘lo joven’ una categoría sociocultural y no una mera etapa biológica. Es decir que se asocia arbitrariamente a la juventud cierta inherencia, ya sea con la idea de transformación (juventud como rebelde) o con la idea de apatía política (juventud como desinteresada)». ¿Hay quienes creen que todos los jóvenes participan o ven la política de la misma forma? Ante esta problemática, Borobia analiza y expone: «Se naturalizan ciertos rasgos como propios de los jóvenes, y se homogeneizan hacia todas las juventudes, borrando por completo las cuestiones culturales e históricas de la que son parte los jóvenes». Una casa de chapas, donde el frio enferma en invierno y el calor te hacina en el verano. Una «vivienda» donde no hay agua corriente, donde no existen las cloacas, ni la electricidad. «Hogares» donde el piso de tierra ensucia los pies de niños que pasan hambre. Esta es la realidad de muchos jóvenes según la Encuesta Permanente de Hogares que realizó el INDEC en el primer semestre de 2018, donde da a conocer que el 32,9% de las personas que tiene entre 15 a 29 años vive bajo la línea de la pobreza. Es decir que no pueden «cubrir una canasta de alimentos capaz de satisfacer un umbral mínimo de necesidades energéticas y proteicas». Dentro de lo que parece solo

«Buscamos que los compañeros se puedan sentir identificados y generar la confianza suficiente para que puedan llevarnos una problemática, porque en eso se basa un centro de estudiantes: poder compartir las problemáticas de los alumnos con los directivos». (Giuliana, estudiante)

números están gran parte de los estudiantes secundarios santafesinos. Sin poder llenar su estómago con comida, ¿cómo pueden ejercer sus derechos, ¿cómo pueden estudiar y participar?, ¿pueden? El pasillo del segundo piso de alguna escuela santafesina está paralizado, las baldosas grises desaparecen entre las zapatillas de los alumnos. La discusión sube de tono. Las paredes blancas recién pintadas, que el olor que tiñe el ambiente da cuenta de ello, son testigos directos de la asamblea del centro de estudiantes que decidirá el camino político hasta fin de año. El tiempo se acaba, la hora y media que les otorgaron los directivos está llegando a su fin y la marea estudiantil presente permanece inquieta, pero en silencio, escuchando a una alumna integrante de la Secretaria de Cultura. La cuestión más inmediata es si desde el centro apoyaban o no una marcha contra las políticas económicas y educativas del gobierno nacional. Radios, canales de televisión y diarios dan cuenta de la tercera semana de paro de los docentes universitarios y cómo se agudiza día a día el conflicto por la discusión paritaria. «Creemos que hay intentos del gobierno de llevar a cabo el desfinanciamiento y desguace de la educación pública. Quieren que los estudiantes nos subordinemos a eso, pero los pibes no cambiamos de idea y luchamos por una educación pública, gratuita y de calidad», expresa Bautista mientras agita sus manos por los aires marcando el ritmo a sus palabras. Casi en la vereda contraria y con una visión totalmente distinta respecto a la «lucha» y discusión, Rodolfo, Presidente del centro de estudiantes de la Escuela Normal afirma con un tono de disgusto: «En el grupo hay una chica que es militante de La Cámpora y 13

tratamos de no generar discusiones dentro del grupo». —De alguna manera nosotros no queremos hacer política— indica Rodolfo con un temblequeo en su voz. —Entonces, a tu entender, ¿participar en un centro de estudiantes no es participar en la política? —Un centro de estudiantes es política, pero no queremos plantar una bandera partidaria. Nosotros queremos hacer cosas para los chicos, no para un partido político porque a nosotros no nos ayuda nadie. Acercándose a la postura de Rodolfo, Giuliana, integrante del centro de estudiantes de la escuela Normal Superior de Comercio Domingo Guzmán Silva, no deja dudas al decir que «nuestra lucha se tiene que dar por los estudiantes, no por alguien de afuera», haciendo referencia a los partidos políticos. «Si nos tocan la educación nos hacen ignorantes y es lo peor que puede pasar porque una persona ignorante es mucho más fácil de manejar, por eso al estar en el centro estoy en una posición que me permite cambiar algo» dice Giuliana mientras mueve con vehemencia la cabeza y cierra su puño derecho. El órgano representativo estudiantil, que es el centro de estudiantes, existe desde hace décadas, pero las formas de participación política en las esferas juveniles que integran los establecimientos educativos de la ciudad de Santa Fe van mutando ¿Cuanto tiempo persistirá la actual forma de participación?, ¿cómo se irá modificando a futuro?, ¿qué será de los centros de estudiantes santafesinos?


Adolescencia y feminismo en Paranรก

La lucha por la igualdad desde las aulas Distintos jรณvenes de escuelas secundarias paranaenses se unen al movimiento feminista en busca de reivindicar sus derechos. Reafirman esta idea desde las aulas y exigen que se cumplimente con la Ley de Educaciรณn Sexual Integral en todas las instituciones y niveles educativos.

Camila Venturini y Paula Pretti

Por Camila Venturini

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s lunes, las agujas del reloj marcan las 3 de la tarde y la brisa cálida indica la llegada de la primavera. Los lapachos dan color a la ciudad. Mientras tanto, en el edificio de radio UNER Paraná, algunas de las jóvenes que participan del programa radial Va con Onda que realizan secundarios junto a estudiantes de Comunicación Social, utilizan hojas de papel como abanico para refrescarse. Las estudiantes explican por qué decidieron unirse al movimiento feminista y también sobre el tratamiento que se le da en sus escuelas a la Ley N° 26.150 de Educación Sexual Integral. —Yo soy feminista porque quiero tener los mismos privilegios que los hombres. Viví toda mi infancia y preadolescencia en un ambiente de hombres y tenía tareas asignadas por el simple hecho de ser mujer, esa situación me molestaba y por eso me uní al movimiento feminista, para reivindicar mis derechos y el de todas las mujeres —explica Lucía. Está en sexto año de la escuela N° 12 Provincia de Neuquén de Paraná, luce el pelo rosa y se refugia del sol bajo la sombra de un árbol de toronjas. Como tantas otras adolescentes, Lucía dice estar indignada por las desigualdades de género. Asimismo, quiere que se aplique la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) que, si bien está vigente desde 2006, tiene una aplicación dispar. Considera, además, que sería necesario que todas las escuelas respeten los lineamientos de la ESI. Lucía comenta que en su escuela los talleres de educación sexual se dictan solo en el ciclo básico (1° a 3° año) mientras que en el ciclo orientado (4° a 6° año) hay debates esporádicamente. Remarca que no hay interés por parte de los directivos para promoverlos. La misma situación atraviesa Denise, que estudia en la Escuela Liceo Paula Albarracín de Sarmiento. Ella entiende al feminismo como una gran lucha de las mujeres que en el presente se visibiliza porque hay más unión y un acompañamiento mutuo que permite sacar a la luz voces acalladas. Se unió al movimiento en 2015, año en que se hicieron más frecuentes las marchas de mujeres. Entre ellas destaca la movilización

Jóvenes y Feminismo

«Soy feminista porque quiero tener los mismos privilegios que los hombres. Viví toda mi infancia y preadolescencia en un ambiente de hombres y tenía tareas asignadas por el simple hecho de ser mujer, esa situación me molestaba y por eso me uní al movimiento feminista, para reivindicar mis derechos y el de todas las mujeres». (Lucía, estudiante)

que se generó con el lema #Niunamenos, como reacción a la sucesión de feminicidios acontecidos en Argentina. —En mi familia hubo imposiciones de poder por parte de los hombres, por eso yo decidí rebelarme ante esta situación, ponerme en contra de las leyes de mi familia y pensar en mis derechos como mujer —explica Denise. Asimismo cuenta que a veces ella juzga las conductas machistas de sus compañeros de la escuela y éstos la agreden verbalmente. En ocasiones encontró en su carpeta o su banco escritos despectivos hacia su persona. Denise señala que estas situaciones dejarían de suceder si se le diera más interés a los talleres de ESI, para tratar de desinstalar de a poco los micromachismos que se viven a diario y que padecen todas las mujeres desde hace muchos años. La socióloga, historiadora y referente del movimiento feminista de Argentina, Dora Barrancos en su libro Mujeres en la sociedad Argentina: Una historia de cinco siglos, realiza un seguimiento de la historia del feminismo. La autora observa que «construir el estereotipo femenino significó al mismo tiempo la invención de la masculinidad (...) que les reservó la creación de los elementos fundamentales de la cultura, el trazado de las instituciones, entre otras múltiples experiencias de realizaciones trascendentes y de poder». Es decir, se construyó la idea de superioridad del hombre por sobre la mujer y se adjudicaron estereotipos que el feminismo pretende deconstruir, explica Barrancos. La ambivalencia de la ley Desde la mirada oficial afirman que la Ley de Educación Sexual Integral se cumplimenta en todas las escuelas de Paraná y en todos los niveles. Así lo sostiene Diana Cá15

ceres que en 2018 era responsable del área de Políticas Transversales del Consejo General de Educación. La funcionaria explica los cambios que se dieron a través de los años en cuanto a la aplicación de la ESI. —Cuando la ley se promulgó, las primeras escuelas la introdujeron tímidamente, enseñando apenas el funcionamiento del órgano reproductor, y a lo sumo cómo cuidarse. Hoy eso cambió, hay cinco ejes que deben ser respetados por los docentes a cargo de los talleres —explica Diana. Los principales ejes de la ley son el reconocimiento de la perspectiva de género, el respeto por la diversidad, valorar la afectividad, ejercer los derechos y el cuidado del cuerpo y la salud. Estos se van adaptando a cada etapa educativa y se incluyen de manera transversal en diferentes materias. La socióloga Martina Kaplan brinda talleres de ESI en la Escuela N° 194 Filiberto Reula de Lomas del Mirador, en la Escuela Normal Rural N° 8 Almafuerte de La Picada y en la Juan Bautista Alberdi de Oro Verde. —La ley 26.150 en el primer artículo señala que la educación sexual es un derecho para todos los educandos de la Nación. Pero en el artículo 5, dispone que cada institución educativa puede adaptar los contenidos. Entonces este artículo genera que la ESI sea obligatoria pero que al mismo tiempo no lo sea. No existe como espacio curricular obligatorio y el equipo directivo elige si lo aplica y de qué modo lo hace —recalca Martina mientras invita con un mate. El machismo se aprende, la igualdad también La biblioteca de la escuela N° 48 Domingo Faustino Sarmiento está repleta de estantes en distintas for-


Jóvenes y Feminismo

Los principales ejes de la ESI son el reconocimiento de la perspectiva de género, el respeto por la diversidad, valorar la afectividad, ejercer los derechos y el cuidado del cuerpo y la salud. Estos se van adaptando a cada etapa educativa y se incluyen de manera transversal en diferentes materias.

mas, tamaños, y colores, aunque predominan los colores pasteles. En el centro se ubica una mesa de madera oscura y sillas del mismo material. Florencia, Mélani y Ámbar ingresan al lugar y ocupan las sillas que rechinan al moverse. Al igual que Lucía y Denise, dejan en claro que les preocupa que no se le dé mayor trascendencia a la aplicación de talleres de ESI en las instituciones educativas. —Yo particularmente fui a muchas escuelas y en ninguna tuve ESI como cátedra, transversalmente. He tenido talleres que nacen de la iniciativa de los estudiantes o de un profesor o profesora, pero más allá de eso no —indica Florencia y da pequeños golpes a la mesa de madera. —Sí, desde la institución no hay demasiado interés en promover debates. De hecho, nuestros compañeros suelen hacer comentarios sobre el aborto sin que haya un cuestionamiento previo —expresa Melani, frunciendo el ceño. El día en que se trató el proyecto de Ley de la Interrupción Voluntaria del Embarazo en la Cámara de Diputados, Florencia, Melani y Ámbar pasaron por distintos cursos a plantear a grandes rasgos de qué se trataba el proyecto de ley y proponer un debate dentro de las aulas. —En algunos cursos, no interesaba debatir y en otros se dio un debate más amplio —enfatiza Florencia. —Sí, y eso bastó para darnos cuenta de la desinformación que se maneja —sentencia Ámbar, responsabilizando a las autoridades de la institución—. Es importante que se trabajen los lineamientos de la Ley porque se trata también de los objetivos del feminismo, es decir, poder realizar una lectura de una realidad que nos toca vivir para que en el futuro el mundo sea más justo para las mujeres.

No obstante, la vicerrectora de la institución Mirtha Campoamor remarca que desde la Rectoría sí se planifican actividades de diversas temáticas y se escuchan las propuestas del estudiantado. —A mí me parece muy bien que las chicas jóvenes se movilicen y se comprometan con algo que las toca tan de cerca. Yo soy feminista y persigo los mismos objetivos que ellas. Nosotros intentamos brindar el apoyo necesario para que desde el Centro de Estudiantes se desarrollen actividades y también acercamos materiales porque privilegiamos que, ante todo, estén bien informadas. Para Mirtha la promoción de debates y charlas invita a construir un espacio más democrático que conlleva un aprendizaje mutuo, es decir, tanto de los estudiantes como de los docentes. Ser feminista en una escuela religiosa Laura llega puntual para hablar de un tema que le apasiona: la lucha por los derechos de las mujeres. Es

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una adolescente de 16 años y asiste desde la primaria al Instituto N° 132 Santa Lucía, una institución católica paranaense. Próximamente finalizará la secundaria allí. Laura se define feminista, lo dice a viva voz y con una sonrisa en el rostro. Deja caer su mochila en el pasto verde que combina con el color del pañuelo que lleva anudado a ella. —Ahora voy a la escuela con el pañuelo verde en mi muñeca o en mi mochila, antes no lo hacía porque sentía que era una provocación, pero cuando vi que algunos iban con pañuelos celestes me encontré con la necesidad de mostrar mi postura también —menciona Laura. Mientras los pañuelos de color celeste distinguen a las personas en contra de la legalización de la interrupción del embarazo, el verde representa al reclamo para que sea legal, segura y gratuita. Laura recuerda cuando «los del pañuelo celeste» realizaron una movilización denominada Salvemos las dos vidas. En la escuela, a todos sus compañeros les dejaron una invitación en el cuaderno de comunicados para que acudan a la misma, excepto a ella. —Si bien esto me llamó la atención, me alegró que respeten mi postura —señala Laura con satisfacción. De igual manera, lamenta no recibir talleres de ESI. La ley atravesada por un tamiz Miranda estudia en la Escuela Secundaria Nº 35 Cesáreo Bernaldo de


Jóvenes y Feminismo

sus currículas. La activista reconoce que faltan muchas escuelas que la implementen, pero sin embargo considera que es un buen precedente que haya escuelas en que se esté desarrollando.

Quirós y su panorama es distinto al de Lucía, Denise, Florencia, Ámbar, Melany y Laura. En esa institución se brindan talleres tanto de Educación Sexual Integral, como de otros temas de interés propuestos por los estudiantes. —Desde la institución nos proveen todas las herramientas para que desde el Centro de estudiantes hagamos actividades —señala Miranda. Cuando en junio y agosto de 2018 se debatió en el Congreso de la Nación el proyecto para la interrupción voluntaria del embarazo, en la escuela convocaron a especialistas en el tema para que asistieran a la escuela y expusiera su postura: uno con argumentos a favor y otros en contra, para que no se creyera que la institución se posicionaba desde alguno de esos lugares. —Soy consciente que esto no ocurre en todas las escuelas, por ende, la obligatoriedad de la ley no se aplica, queda a disposición de las autoridades de la institución cuando no debería ser así. Detrás de Miranda un lapacho suelta flores al ritmo del viento y el suelo se convierte en segundos en una alfombra rosa. Para ella ser feminista es tratar de empoderarse y darle vuelta al siste-

ma desigual que padecen las mujeres. «Yo quizás tengo más acceso a información que otras mujeres y si desde el movimiento puedo ayudar a cambiar su realidad es muy gratificante para mi, porque es nuestra lucha y nos ayudamos entre todas». En porcentajes Los datos provenientes del Operativo Aprender que se realiza anualmente en las instituciones educativas del país, dan cuenta que el 78% de los estudiantes secundarios encuestados en 2017 aseguró que la escuela debe tratar como tema prioritario la educación sexual. El análisis de la encuesta puso en evidencia las dificultades que ha tenido su aplicación en los términos que establece la ley de Educación Sexual Integral. En mayo de 2018 en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos se desarrolló una jornada denominada ESI como derecho humano en/desde Entre Ríos. Historizaciones y debates estético-políticos. En este encuentro participó la activista de la agrupación Sexualidades Disidentes, Andrea Masco, quien comentó que de acuerdo a un relevamiento que realizaron en Paraná hay siete escuelas que incluyen a la ESI en 17

Nuevos feminismos Gabriela Holstein, es psicóloga y profesora de ESI en la escuela secundaria N°58 Carlos Mastronardi y también en la N°48 Domingo Faustino Sarmiento. En esta última, reconoce a un grupo de estudiantes muy involucradas con el feminismo. La psicóloga ve en el común de estas jóvenes una necesidad de rebelarse ante cualquier tipo de autoridad, y de esta manera pierden de vista el eje del feminismo al tener concepciones un poco extremistas. —Yo creo que el feminismo ha quedado muy atravesado por el debate por la despenalización del aborto, pero en realidad el feminismo abarca mucho más como movimiento, tales como el respeto por la diversidad, por ejemplo. Todos somos sujetos de derecho —expresa Gabriela. Asimismo, plantea que todas deben defender el feminismo y luchar por la consolidación de sus derechos pero sabiendo qué significa en sí el movimiento y la lucha de las mujeres que lo iniciaron. La socióloga Dora Barrancos sostiene que el feminismo debería ser definido en plural porque, en rigor, desde su nacimiento en el siglo XIX tuvo varias vertientes. Es una concepción política que procura los derechos de las mujeres en igualdad con los varones, su emancipación y la liberación de todo tipo de tutelas. La tarde cae y se vuelve más fría. Las calles se despejan. Mañana nuevamente las aulas serán un rincón de debate que marca el comienzo de una transformación impulsada por adolescentes feministas en búsqueda de la combatir la desigualdad de género.


Jóvenes y Feminismo

La experiencia de las movilizaciones por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito en Paraná Las movilizaciones que se realizaron en Argentina por el pedido de una ley que reconozca el aborto legal, seguro y obligatorio, logró hacerse escuchar en todo el mundo durante 2018. Si bien en los encuentros hay mujeres de todas las edades, las jóvenes se destacan por su participación. ¿Por qué se movilizan? ¿Cómo sienten la masividad de esta lucha? Por Paula Quindt

Ola verde Es 8 de agosto de 2018. La tarde está fría y gris. La llovizna es constante. Los pañuelos verdes y violetas copan cada rincón, cada mochila, muñeca o cuello. Los rostros maquillados con brillo opacan al mal clima. Las mujeres bajan de los colectivos, o llegan caminando, y se unen a las presentes en la Plaza Alvear, entre bombos y cánticos. Se hacen escuchar. Hay abrazos, besos, saltos y festejos ante cada discurso de los y las senadores nacionales a favor del Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del embarazo. El frío y la lluvia se intensifican con el pasar de las horas. Sin embargo, aún siguen ahí reclamando para que

el aborto sea legal y se refugian en el bar de la esquina donde el debate se ve en pantalla grande. A las 2.43 de la madrugada, finalmente el Senado de la Nación votó en contra del proyecto. Hubo 38 legisladores en contra de la legalización y 31 apoyaron el proyecto. Dos senadores se abstuvieron. Meses antes, el 14 de junio de 2018, los diputados nacionales habían apoyado la media sanción luego de un debate que duró 20 horas. En esa sesión en la Cámara Baja hubo 129 votos a favor del proyecto de legalizar la interrupción voluntaria del embarazo, 125 en contra y 1 abstención. Morena es estudiante de una escuela pública de Paraná. Se muestra 18

optimista sobre el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, y sostiene: —La ley no salió ahora, pero va a salir, esto recién empieza. No podemos permitir que tantas mujeres sigan muriendo en la clandestinidad como lo hacen porque no pueden acceder a un servicio de salud cuando quieren interrumpir su embarazo. No se puede mirar para otro lado. Yo tengo 17 años y tuve la suerte de nunca pasar por una situación de embarazo no deseado, pero por eso no puedo negar que exista y que muchas mujeres no pueden elegir, no las dejan, y por eso mueren en la clandestinidad. La campaña por el Aborto Legal


Jóvenes y Feminismo es una iniciativa que comenzó en el año 2005, durante un plenario de mujeres en la ciudad de Rosario en el que debatieron sobre derechos sexuales y el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. Participantes de la campaña afirman que pasaron casi cinco años repensando numerosas veces el proyecto de ley, hasta que en 2018 se presentó en el Congreso de la Nación y obtuvo media sanción en la Cámara Baja. Jorgelina Londero es parte de la Campaña por el Aborto Legal de Entre Ríos. Define a la campaña como un movimiento y explica: «La campaña somos todas las que tenemos pañuelo verde, por eso ya no nos consideramos una organización, sino un movimiento». Bajo el lema Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir la Campaña difunde información sobre el Proyecto de Ley. Además trabajan para que se respete el artículo 86 que establece que el aborto es no punible cuando está en juego la vida o la salud de la madre o si el embarazo proviene de una violación. Esta normativa está vigente en el Código Penal desde 1921. Sin embargo, muchas veces no se le permite a la mujer abortar aunque la gestación sea producto de una violación o corra riesgo su vida. Candela va una escuela católica de Paraná. Tiene 16 años y describe su vivencia en relación al debate por la legalización del aborto.

«Usar el pañuelo verde, o sea, estar a favor del aborto legal, implica pensar en la otra, no en tu realidad específicamente. Sino que ahí se pone en juego la sororidad, el pensar en la otra como un par, una persona con derecho a decidir sobre su vida y su cuerpo». (Felicitas, estudiante)

—En marzo me compré mi primer pañuelo verde, lo pensé mucho porque yo creo en Dios pero pude entender que no tenía nada que ver. Cuando fui a la escuela con el pañuelo en la mochila, me pidieron que me lo sacara porque no podía entrar con eso. Me dio vergüenza y me sentí muy mal porque mis compañeros me miraban mal, así que lo saqué y lo uso cuando no estoy en la escuela. Cuando fue la marcha de Salvemos las dos vidas, la escuela nos informó que teníamos que ir, si no, nos ponían falta. En contraposición, Lara y Abril cuentan su experiencia desde una escuela pública y laica de Paraná: —Yo llevo el pañuelo verde en la mochila todos los días, mi escuela es abierta con el tema. Este año organizaron un taller sobre el debate por el aborto y pudimos participar todos. Hay profesores con los que podemos charlar y debatir, pero tenemos compañeros que se enojan y piden no hablar del aborto, ni del feminismo. Ana sonríe mientras escucha a Nicole, asiente con la cabeza y agrega:

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—En la escuela las mujeres aunque estén en contra del feminismo te escuchan, en cambio nuestros compañeros nos tratan de exageradas y se nos ríen. A ellos no les pasa, por eso no saben lo que es. En su libro La Guerra contra las mujeres, la antropóloga Rita Segato analiza lo para ella significan las dos posturas antagónicas en torno al Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. En este marco diferencia las dos posturas y concluye: «(…) La que lucha por descriminalizar el aborto, lucha auténticamente por esta razón y con la finalidad de salvar vidas de mujeres. La otra, sin embargo, aunque antagónica, no lucha, como acabo de demostrar, como proclama, en defensa de la vida, sino dentro de lo que puede ser interpretado como una política de la identidad: para afirmar una identidad mediante su demanda, y marcar territorio dentro de la nación como dominio bajo el control de la iglesia. A pesar del antagonismo, una posición es auténtica y la otra es inauténtica con relación al contenido que invocan para su accionar político». En abril de 2018, en el marco del debate por el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, se realizaron audiencias públicas previas a la discusión en la Cámara de Diputados. El ministro de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein, estuvo presente en la última audiencia y se declaró a favor del proyecto. Informó que en 2016 se contabilizaron 43 muertes de madres gestantes por aborto, alcanzando así un 17,6% de las muertes maternas. Además, indicó que en 2014 se registraron 47 mil hospitalizaciones por aborto solamente en el sector público, y sumó a esto que entre el 2005 y 2014 hubo una disminución del 20% de los egresos hospitalarios por esta causa, fruto de las políticas de prevención


Jóvenes y Feminismo

«Es un crecimiento enorme de gente y de juventud. De repente fue ir por la calle y ver: pañuelo verde, pañuelo verde, pañuelo verde... Eso me pone la piel de gallina, porque hace un tiempo éramos pocas, y te cruzabas en el colectivo mirándote con cara de complicidad, ahora somos miles». (Zoe, estudiante)

y el uso de la pastilla de misoprostol. —Usar el pañuelo verde, o sea, estar a favor del aborto legal, implica pensar en la otra, no en tu realidad específicamente. Sino que ahí se pone en juego la sororidad, el pensar en la otra como un par, una persona con derecho a decidir sobre su vida y su cuerpo. Tal vez muchas de las que lo usamos pensamos que no abortaríamos, aunque una nunca sabe, pero estar a favor es pensar en la de al lado, y entender que no todas tenemos la misma realidad. – Felicitas hace una pausa y retoma –. La mujer tiene que ser dueña de su cuerpo y punto. Sororidad es un neologismo que se emplea para referirse a la solidaridad y hermandad entre mujeres en un contexto de discriminación sexual y patriarcado. En la marcha del 8 de marzo de 2018, uno de los

pedidos fue que la Real Academia Española agregue esta palabra al diccionario, remarcando que la palabra «fraternidad», que alude a la hermandad entre los hombres, ya está reconocida por este organismo. Las feministas remarcan y celebran la cantidad de jóvenes que se unen al movimiento. También destacan la masividad del mismo, y de esta manera, vuelven a darle reconocimiento a las jóvenes. La integrante de la Campaña por el Aborto Legal de Entre Ríos, Jorgelina Londero, considera que el gran cambio en la sociedad se debe a las jóvenes mujeres que se unen al movimiento feminista y agrega: —Ver tantas chicas que se unen a la lucha es una experiencia maravillosa y más que a tiempo, era necesaria esta inyección de energía. Las nenas son poderosas, son geniales. Tienen una formación muy diferente a la que pudimos tener nosotras, así que por fin, bienvenidas a la lucha. Zoe tiene 17 años y es estudiante de sexto año de la escuela Quirós de Paraná. Comenzó a interiorizarse en el feminismo a través de su hermana mayor, y la reconoce como su maestra en ese camino a la deconstrucción. Tiene un pañuelo verde atado en su mochila, y se emociona al hablar del movimiento feminista, y su masividad: —Es un crecimiento enorme de gente y de juventud. De repente fue ir por la calle y ver: pañuelo verde, pañuelo verde, pañuelo verde... Eso me pone la piel de gallina, porque hace un tiempo éramos pocas, y te cruzabas en el colectivo mirándote con cara de complicidad, ahora somos miles. Y esta masividad creo que también tiene que ver con lo que somos los y las que nacimos en el 2000, con toda la tecnología que hay tenemos más acceso a la información y posibilidad de formación 20

como feminista. Está re bueno formar parte de este movimiento siendo joven. Feminismo El pedido por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito tiene una historia que comenzó con un grupo de mujeres anarquistas que fundó en 1896 uno de los primeros periódicos feministas llamado La Voz de la Mujer, bajo el lema «Ni Dios, ni amo, ni marido». Este diario convocaba a las mujeres a rebelarse ante la opresión machista, sin abandonar la lucha proletaria. Después de muchos años el feminismo creció y logró deconstruir varias estructuras sociales e históricas. Las mujeres feministas consideran que se trata de una forma de vida que propone el cuestionamiento de prácticas, tanto del pasado como del presente, con el objetivo de identificar y dejar en evidencia las distintas formas en las que se oprime a la mujer por el simple hecho de pertenecer a este género. El 11 de mayo del año 2015 Chiara Perez, de 14 años, fue asesinada por su pareja a golpes, luego de enterarse que estaba embarazada y deseaba seguir adelante con la gestación. Este feminicidio fue el disparador para la convocatoria a marchar bajo la consigna Ni una Menos. El 3 de junio de 2015 se dio la primera movilización masiva en contra de la violencia machista en Argentina. El feminicidio es considerado por activistas del movimiento como la expresión absoluta del patriarcado. Es el matar a una mujer simplemente porque es propiedad del hombre, y por ese motivo considerar que éste puede decidir por ella. La Casa del Encuentro junto con el apoyo de la Fundación Avon para la Mujer, reunió los datos de casi una década de asesinatos vinculados con el hecho de ser mujer en el país, des-


Jóvenes y Feminismo de el año 2008 hasta el 2017. En ese período hubo 2.679 feminicidios, el 62% de estas mujeres fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas. —Tengo una amiga que tenía un novio violento ―comenta Carla ― por ahí no era tanto lo físico, sino en el trato. La trataba mal, como si fuese una puta por hablarse con un amigo o por vestirse con pollera o short corto, era muy controlador. Hablamos mucho con ella para que corte con él, la acompañamos y le empezamos a contar sobre el feminismo. Después de un tiempo se dio cuenta y lo dejó al novio, pero en su momento la pasó re mal. Agustina manifiesta que desde muy chica sintió la diferencia entre el hombre y la mujer. Cuenta que cuando ve esas desigualdades intenta visibilizarlas, en la escuela o en su casa. —Fuimos a la primera marcha porque nos invitó una amiga, que estaba hace rato en el tema, fue el 8 de marzo y nos sentimos muy acompañadas. Es una realidad que

nos pasa a todas, siempre sentí que había algo que no estaba bien, la desigualdad entre hombres y mujeres me molesta desde chica. Recuerdo que le preguntaba a mi mamá: «¿Má, por qué las tías y vos levantan la mesa mientras papá y los tíos se quedan charlando?». Después lo empecé a notar en la escuela, en mi casa, y hasta en un simple juego con mis primos. Como yo quería jugar al fútbol era un machito, estaba mal visto, y yo solo quería jugar, igualmente siempre pude plantarme ante esas situaciones, pero molesta y mucho. Mujeres, lesbianas, trans y travestis. En los encuentros hay de todas las edades, pero la mayoría son jóvenes. Ser mujer joven y ser feminista es, sin dudas, una apuesta política. Las jóvenes apuntan a una deconstrucción social y cultural de toda la sociedad. A través de su participación activa en este movimiento, el cambio comienza a notarse, y las chicas de hoy crean el feminismo de hoy y del mañana.

Ni una menos es el movimiento que todos los años marcha en todo el país en contra de la violencia de género y los femicidios. Surgió como una consigna en Twitter y luego llegó a las calles. La primera manifestación fue el 3 de junio de 2015. Además, el movimiento se replicó en otros países de Latinoamérica, como Chile, Uruguay, Perú y México. Como consecuencia de esa primera y masiva convocatoria que reclamaba con urgencia políticas estatales adecuadas, la Corte Suprema de Justicia de la Nación estableció el Registro Nacional de Femicidios. De esta manera se buscaba tener datos y estadísticas oficiales sobre el tema. Según el informe anual de la Corte, en 2018 hubo 255 víctimas directas de femicidios, es decir, mujeres asesinadas por cuestiones de violencia de género.

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Jóvenes y Sexualidades Diversas

Los colores de la disidencia en adolescentes En Paraná hay nuevas generaciones que militan por los derechos de la comunidad LGBT. Jóvenes secundarios hablan de sus experiencias personales y la importancia de la Educación Sexual Integral. Por Paula Pretti

Es viernes 13 de abril de 2018. Un grupo de estudiantes se reúne frente al Instituto Cristiano Evangélico Bautista de Enseñanza Media D-122 (ICEBEM) de Paraná. Personas con pañuelos y banderas de colores se plantan en la vereda de calle Basavilbaso 1.575 con la frase Love is love de fondo, pintada en las paredes de la institución con los colores del colectivo LGBT, sigla que engloba a lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero, travestis, intersex y otras personas que no se identifican con las formas hegemónicas de la sexualidad o con el binarismo mujer/varón. En el Día Internacional del Beso, las y los jóvenes convocaron a un besazo en la puerta de la escuela para mostrar su apoyo a la comunidad LGBT, ya que en los días anteriores se había difundido material escolar con contenido homofóbico en esa escuela de gestión privada. La homosexualidad fue borrada de la lista de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud en 1990, cuando se conmemoraba el Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia y la Transfobia. Sin embargo, a pesar de los múltiples avances políticos y sociales, aún siguen dándose situaciones de discriminación. En Paraná, las y los jóvenes acompañaron los festejos que se replicaron alrededor del mundo. —Convocamos a un besazo y el 17 de mayo nos reunimos frente a la Catedral para celebrar ese día —

cuenta Juan, de 17 años e integrante de la agrupación Libre Diversidad. Ya es septiembre. Meses después de la polémica y los besazos, sentado en la plaza 1° de mayo, en los bancos colocados frente a la Catedral, Juan habla sin titubear. Su voz es clara y fuerte y se eleva por encima de los otros sonidos de la calle. Las temperaturas cálidas del inicio de la primavera hacen que lleve su pelo largo recogido en un rodete. —Nos manifestamos constantemente, creemos que es importante que una organización secundaria esté al pie de la coyuntura actual en el marco de la cuarta oleada feminista, y para poder hablar de la diversidad sexual como algo normal. 22

Historia de la militancia en Argentina Fue a partir de la vuelta de la democracia que surgieron con fuerza las acciones políticas de gays y lesbianas, con organizaciones que luchaban por la visibilización de las problemáticas de las personas homosexuales. Como plantea la socióloga argentina Dora Barrancos en Géneros y sexualidades disidentes en la Argentina: de la agencia por derechos a la legislación positiva, «sin duda, el contexto de denuncia de los atropellos dictatoriales, la secuela de torturados, muertos y desaparecidos constituía también un cauce para la agencia de sujetos históricamente marginados».


Jóvenes y Sexualidades Diversas Sin embargo, los grupos de personas travestis, transexuales y transgénero tuvieron mayores dificultades, ya que históricamente fueron y son los más estigmatizados por su condición sexual. Recién se organizaron políticamente en la década de 1990 y por esos años, en 1992, se organizó la primera Marcha del Orgullo en el país. Ya en el siglo XXI se sancionaron las leyes de Matrimonio Igualitario de 2010 y de Identidad de Género en 2012, que significaron grandes avances. En la capital de Entre Ríos hay agrupaciones LGBT que trabajan, junto a organizaciones feministas, para avanzar hacia una sociedad más justa. No obstante, son pocos los adolescentes que militan estos temas en agrupaciones específicas. La mayoría lo hace dentro de partidos políticos o de manera independiente. Juan comenzó a formar parte de Libre Diversidad en 2017, cuando una amiga lo introdujo en las temáticas y preocupaciones del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST). Y es que Libre Diversidad es una rama de ese partido político, que se formó por la necesidad de las y los jóvenes de poder luchar por los intereses de las disidencias sexuales. De la misma manera se sumó María Paz, estudiante del Instituto Cristo Redentor quien comparte su experiencia en una charla que se desenvuelve en el edificio de calle Andrés Pazos donde se reúnen todas las semanas. Un poco oscuro y desordenado por las banderas y pancartas, el lugar es testigo de todas las actividades que organizan. —Creo que es muy importante que les jóvenes estemos politizados y con conocimiento sobre estas temáticas. Nosotres somos fundamentales en este proceso de cambio de la sociedad —agrega ella, sin dejar pasar la oportunidad de usar el lenguaje con la letra E. Esta tendencia es la solución que se encontró en los últimos meses para hacer del lenguaje un sistema más inclusivo. Al principio se trataba de desdoblar las frases nombrando tanto a mujeres como varones, por ejemplo «los chicos y las chicas», pero esto hace muy largas las oraciones. Más adelante se difundió

el uso del arroba y la x como símbolos de neutralidad de las palabras, que aunque sirven para la escritura, presentan una dificultad en la oralidad. Finalmente se llegó al uso de la E, que genera muchas discusiones y no es aceptado por la Real Academia Española. Sin embargo es el que más aceptación ha tenido entre los jóvenes. —El mundo está representado en forma masculina y el lenguaje lo refleja —expresa Florencia, que está en quinto año de la escuela secundaria N°48 Domingo Faustino Sarmiento y desde muy joven empezó 23

yendo a marchas del feminismo—. La E es una forma de manifestarse políticamente para no invisibilizar en el discurso a las mujeres y a las personas que no se identifican con el género binario. El closet no va más En las nuevas generaciones, las personas que se identifican dentro de la comunidad LGBT ya no sufren la misma segregación que se veía en décadas anteriores y están mucho más acompañadas por su entorno. Sin embargo, la intolerancia de algunos sectores se hace palpable a


Jóvenes y Sexualidades Diversas

«¿Por qué los heterosexuales nunca tienen que aclararle a la gente su sexualidad? Parece que por default todos fueran heterosexuales y cuando son más grandes se van descubriendo, cuando en realidad no es así. La heterosexualidad también se va construyendo. Yo no salí del closet, porque nunca estuve ahí». (Rodrigo, estudiante)

través de acciones como el caso de la escuela evangélica o la pintada de esvásticas en una escalera del Parque Urquiza que tiene los colores de la bandera LGBT. Muchos adolescentes paranaenses, más allá de reivindicarse en la disidencia, no quieren que su sexualidad los defina ante los ojos de familiares y amigos. —Soy homosexual, soy puto — aclara Juan, un poco entre risas y un poco con orgullo —. Por mucho tiempo han usado como insulto las palabras puto, torta, trava. Pero nosotres tomamos esas palabras y les damos un nuevo significado al usarlas. Una vez cuando hicimos el besazo frente a la Catedral, a mi papá, que es muy católico, le llegó una foto sobre eso. Ahí tuvimos una charla en la que me manifestó que más allá de cualquier decisión que yo tomara, él siempre iba a estar para mí. Creo que es necesario que los padres sepan entender a sus hijos en el hecho de que pueden vivir libremente su sexualidad y eso no influye en lo que son como personas. —Soy una chica bisexual. Nunca fue un problema para mí —cuenta María Paz, que a sus 16 años está muy segura de su identidad —. Pero en Argentina, siempre que hay una persona LGBT en una película o novela, se los retrata en conflicto con su orientación sexual o como si eso los definiera completamente. Es un avance que incorporen personajes diversos, pero se enfocan solamente en ese aspecto de su personalidad, y las otras cosas se dejan de lado, como su trabajo y sus preocupaciones. Por otro lado, Florencia prefiere no ponerse una etiqueta y cree que la sexualidad es un proceso y que puede cambiar a lo largo de la vida. La misma opinión tiene Arian-

na, que forma parte de la Asamblea Participativa de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans de Paraná. La Asamblea surgió en 2017 en el marco de las movilizaciones por el Paro Internacional de Mujeres que se realiza todos los 8 de marzo. Al principio estaba formada sólo por mujeres pero con el tiempo se incorporaron las disidencias sexuales. Arianna tiene 17 años y empezó a militar desde el feminismo, aunque de a poco se interesó por estas problemáticas: —Me gustan las personas independientemente de su sexualidad. Creo en el amor libre, que significa saber que tu pareja no te pertenece, que si está con vos y tiene relaciones con otras personas, no significa que te va a dejar de amar. Es un tipo de relación que funciona siempre que haya comunicación y consentimiento. Ya se pone el sol y la temperatura desciende en la plaza principal. Con Arianna conversa Rodrigo, que limpia las gotas que salpican desde la fuente y le empañan los lentes. Está sentado en el pasto, pero no se queda quieto. Estos jóvenes desafían los estereotipos de género. No hay nada en ellos que físicamente los marque como diferentes y sus gustos e intereses personales son tan variados como los que podría tener una persona heterosexual. Por eso discuten sobre los tipos de masculinidades y feminidades, y lo que la sociedad espera de ellos. —¿Por qué los heterosexuales nunca tienen que aclararle a la gente su sexualidad? —se pregunta Rodrigo, que habla con todo su cuerpo—. Parece que por default todos fueran heterosexuales y cuando son más grandes se van descubriendo, cuando en realidad no es así. La heterosexualidad también se va cons24

truyendo. Yo no salí del closet, porque nunca estuve ahí. En busca de una Educación Sexual Integral En el marco de las luchas por la visibilización de las problemáticas LGBT, una de las preocupaciones de este colectivo es la implementación real de la Ley de Educación Sexual Integral N° 26.150 (ESI) en los colegios. Rodrigo, que va a la Escuela Técnica Nº 3 Teniente Luis Cenobio Candelaria, de la Base Aérea de Paraná, aprendió sobre esta problemática por su propia curiosidad. Busca en internet o le comenta sus dudas a profesores que lo ayudan. —En las casi nulas clases que he tenido de educación sexual, nunca se tocan los temas de identidad de género o las relaciones no hetero-


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sexuales. Solamente nos dicen cómo prevenir embarazos no deseados y enfermedades. Estaría bueno que en las escuelas se hable sobre todos esos términos que la mayoría no entiende bien, sobre la construcción social del género, la identidad y la orientación sexual. Distinto es el punto de vista de las autoridades del Consejo General de Educación (CGE) de la provincia de Entre Ríos, que se muestran más optimistas en cuanto a los alcances de la ESI. En las oficinas de calle Cervantes, que funcionan en una casa antigua y laberíntica, Diana Cáceres, parte del área de Políticas Transversales del CGE, se encarga de promover la implementación de la ESI en las escuelas. «En cuanto a la diversidad sexual, tenemos una cultura muy patriarcal donde se siguen viendo modos y formas intolerantes, por eso en las escuelas se trabaja más que nada desde el respeto al género y la identidad de cada persona», explica. Martina Kaplan, socióloga y tallerista perteneciente a la Red de Educadoras de ESI de Paraná, admite que falta trabajar esos temas en profundidad porque generan muchas resistencias. Además resalta que

estos contenidos se abordan según la modalidad que prefiera cada escuela. —La diversidad sexual es un eje que se debería trabajar, pero se encuentra con muchas resistencias de la comunidad, sobre todo por este mandato de heteronormatividad que cala hondo. Generalmente lo trabajamos cuando hay comentarios discriminatorios, que tomamos de disparadores para actividades y discusiones. Minutos antes de las 8, en ese momento en que la noche reemplaza al día, el centro de nuestra ciudad se transforma. La relativa tranquilidad de las primeras horas de la tarde da paso a un frenesí de autos y colectivos que, entre bocinas, buscan acelerar el tránsito para llegar cuanto antes a casa. Florencia, que apura la charla para llegar a sus clases de piano, resalta que desde su escuela quieren que haya educación sexual integral. Sobre todo cree que ya es hora de aprender sobre los diversos aspectos de la sexualidad con una perspectiva acorde a estos tiempos. —La mayoría de los chicos de mi edad ya se inició en las relaciones sexuales pero no sabe casi nada sobre el tema. Estamos planificando 25

hacer talleres con profesores y gente externa a la escuela especializada en eso. Y también queremos que se hable de relaciones no hegemónicas. Ya no se pueden ocultar o dejar de lado a las sexualidades disidentes. Las nuevas generaciones vienen con fuerza para instalar de una vez por todas los reclamos largamente ignorados. En septiembre de 2018 Paraná fue declarada «Ciudad amigable a la diversidad sexual» con el objetivo de instrumentar políticas que promuevan la inclusión y la igualdad de oportunidades. Y si bien de la ordenanza a la acción hay una gran distancia, la norma constituye una prueba de que las y los jóvenes se hacen oír cada vez con más fuerza. 11 de noviembre de 2018. Las calles de la ciudad se llenaron de color en el día de la Marcha del Orgullo Disidente. Los chicos y las chicas se muestran entusiasmados cuando hablan de la organización de esta marcha, sonríen y levantan sus banderas arcoíris. Aún falta mucho por cambiar, pero el futuro es esperanzador en manos de estos jóvenes.


Participación de jóvenes en grupos ambientalistas y ecologistas

Cuidar nuestra tierra: una decisión política La conservación y protección del ambiente es un tema que interpela a jóvenes y que los ha llevado a unirse a grupos ambientalistas. Entre sus motivaciones a participar en estos grupos se destacan la preocupación por la acumulación de plástico en sus casas, la invitación de un amigo y el querer mejorar el presente apelando a la concientización y sensibilización mediante talleres, marchas y diversas intervenciones. Por Macarena Carlomagno

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El que habla es Víctor, alumno de la escuela Nuestra Señora de la Guadalupe sentado en chinito bajo un árbol de la Plaza Alvear (más conocida como «la San Miguel»), donde los primeros calores de la primavera ya se comienzan a sentir. Entre tanto, canciones de Sara Hebe que provienen de los parlantes de la Facultad de Ciencias de la Educación, se mezclan en la charla. Así como él, muchos jóvenes de Paraná se sienten interpelados por las problemáticas ambientales de la ciudad y de la provincia en general. El sentimiento de lucha por un futuro mejor y la convicción de que con pequeños actos se puede mejorar día a día, son algunos de los valores que los

Camila Venturini y Paula Pretti

A esto lo veo muy injusto, porque si somos un país que puede mejorar y ninguno quiere meter mano, eso es por decadencia, es por no querer hacer nada, por no querer mejorar un país que, yendo a la realidad, se va hacia la basura. Lo que producen los agrotóxicos, por ejemplo, la verdad es que están matando al ser humano. No lo veo como un objetivo constructivo seguir con los agrotóxicos porque lastiman a las plantas, a los animales y las mismas personas que respiran ese aire están muriendo».

acompañan en la construcción de un mundo mejor. En materia de producción agroindustrial, según la Dirección General de Estadística y Censos del Ministerio de Economía, Hacienda y Finanzas de Entre Ríos, esta región es una de las fuentes más importantes de Argentina. La principal actividad agropecuaria está centrada en la producción de cítricos con un 37% 26

del total, le siguen la de cereales con un 35% y la de oleaginosa con un 28%. A pesar de los altos índices de desarrollo agropecuario y de los recursos naturales, la estabilidad y el cuidado del suelo es un tema que involucra a diversas agrupaciones ecologistas que luchan para concientizar y evitar situaciones que a la larga, sean irreversibles para el suelo. Tal es el caso de la reciente


Jóvenes y Ecología victoria de la lucha contra el fracking en Entre Ríos, iniciada en agosto del 2012, convirtiéndose así en la primera provincia en aprobar una ley en contra de estas actividades. La ley nº 10.477 sancionada el 25 de abril de 2017, prohíbe «en todo el territorio de la Provincia de Entre Ríos la prospección, exploración y explotación de hidrocarburos líquidos y gaseosos por métodos no convencionales, incluyendo la técnica de fractura hidráulica». El cuidado del suelo es uno de los temas por lo que estos movimientos luchan, pero también se presenta la importancia del reciclaje y la separación de residuos entre otros. ¿Cómo y por qué surgen estos grupos? Como expone la licenciada en Diagnóstico y Gestión Ambiental por la Universidad Nacional de la Plata, Lucrecia Wagner, en la Revista Argentina de Humanidades y Ciencias Sociales (volumen 8, nº 2, 2010), los movimientos socioambientales surgen con el objetivo de denunciar las irregularidades, injusticias y daños que generan las prácticas productivas industriales y/o extractivas. El rol que ocupan los jóvenes en estos grupos ecológicos/ambientales, toma un lugar fundamental en la concientización y cuidado del ambiente: «Las organizaciones socioambientales han demostrado que el accionar de muchas empresas está lejos de ser sustentable, si consideramos que este término no sólo incluye el desarrollo económico, sino también la equidad social y la sostenibilidad ecológica», explicó la licenciada. * * * «A las 17:30 me desocupo y nos encontramos en la plaza San Miguel, ahí frente a la Facu en algún silloncito». Este es el mensaje que terminó por pactar el encuentro con Jerónimo Cuestas, licenciado en Comunicación Social y facilitador de la organización ecologista Ecoclub Paraná. El sol ya está llegando a su crepúsculo, no hace frío, pero ya se comienza a sentir su falta; enfrente se está desarrollando la asamblea estudiantil mediada por un micrófono que por momentos es molesto, pero

Canje x Cambio es una actividad que Ecoclub realiza a lo largo del año, en la que se reúnen en la plaza San Miguel bajo la consigna de que quienes tengan papel en desuso lo acerquen para luego llevarlo a las plantas recicladoras de Paraná, a cambio y en agradecimiento por la colaboración, los jóvenes les regalan plantines a quienes participan.

por otros se corta y no forma parte del ruido que interrumpe la charla. La función principal de Jerónimo es la de acompañar a los jóvenes que integran el grupo y coordinar talleres educativos sobre el cuidado del ambiente dentro y fuera de la organización. La particularidad que poseen estos talleres es que están preparados para que los jóvenes mismos sean los que estén a cargo de darlos, ya sea en una escuela, en la televisión o en una intervención. Por esto, reciben el nombre de agentes multiplicadores de cambio. Jerónimo se propone, al igual que la organización, mejorar las condiciones actuales de la ciudad de Paraná. «El objetivo que persigue la organización es utilizar a la educación ambiental como herramienta de cambio, de concientización y sensibilización para la sociedad, para mejorar la calidad de vida de las comunidades. También queremos formar jóvenes líderes, que una vez que pasen por Eco club, ya sea un año, dos, o 10 años, les haya quedado una semillita, un conocimiento y unos valores que el día de mañana los acompañen». Eco Club Paraná es una organización no gubernamental ubicada en el Centro Cultural Juan L. Ortiz sobre el Boulevard Eduardo Racedo al 250 y está conformada por jóvenes de 12 a 25 años. Mediante sus actividades, tales como talleres en escuelas y su evento característico llamado Canje x Cambio, pretenden concientizar y sensibilizar a la sociedad con respecto al cuidado del ambiente. Fabricio, de 15 años y alumno de la Escuela Secundaria Nº 21 Arturo Jauretche, concurre al grupo hace más de dos años y explica por qué es importante tener hábitos que nos ayuden a tener un cuidado más consciente del ambiente: «Más que nada por empatía, uno tendría que valorar lo que tiene y no perjudicar 27

al otro y a sí mismo. Al ensuciar la calle, eso va a un volcadero de acá de Paraná y eso les hace mal a otras personas, porque hay gente que vive alrededor de ese basural, y yo no quiero que eso pase». Ante la pregunta «¿Cómo definirías lo que es Eco Club para vos en una palabra?» sin pausas ni balbuceos y con una sonrisa responde: «Unidad». ―¿Por qué decidieron entrar a Ecoclub? ―Entré a Ecoclub porque me gustaba mucho reutilizar los objetos en casa, lo que consumía. Tenía mucho plástico, como son las botellas, tapitas y todo eso. Entonces quise entrar a esta organización para ver qué podíamos hacer para que no se convierta en basura y trabajar en conjunto. Entré queriendo hacer un mural de tapitas, nunca hice el mural pero me quedé acá y me gusta lo que hacemos ―dice Natalia, de 17 años, alumna de la Escuela Secundaria Nº 21 Arturo Jauretche e integrante del grupo hace dos años, mientras se ríe y termina por cebarle un mate tereré a Milagros. ―Conocía lo que era Ecoclub porque mi hermano venía acá. Y después me empezó a interesar el tema del ambiente, y del cuidado que hay que tener hoy en día en la sociedad. Desde mi lugar, quiero hacer un cambio ―explica Milagros, de 16 años, alumna de la Escuela Normal José María Torres, al mismo tiempo que agarra el mate cebado por Natalia. * * * Para José Eduardo Jorge, profesor e investigador en la Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Periodismo y Comunicación Social, en su ponencia titulada La Evolución de la Participación Política de los Jóvenes desde 1983, las nuevas generaciones jóvenes deciden en for-


Jóvenes y Ecología

siduos volvieran a Argentina para ser tratados acá vulnerando la constitución. También del proceso de sanción de la Ley nº 9.092: Anti Represas. Libertad de los Ríos Paraná y Uruguay 9.092 y que finalmente se sancionó el 25 de septiembre de 1997. Y ahora nos mantenemos firmes en la lucha contra los agrotóxicos». ―¿Hace cuánto formás parte del Foro Ecologista? ¿Qué te incentivó a unirte? ―Hace un año y medio que formo parte del Foro, porque dos compañeras de la escuela ya lo integraban y me incentivaron a unirme. Además, por ahí uno tiene situaciones en la vida que lo llevan a hacer y formar parte de ciertos lugares que te ayudan, y el Foro fue uno de esos lugares ―dice Paula de 19 años y estudiante de la carrera Trabajo Social. * * * Son las 19:15 y, como todos los martes, grandes, jóvenes y hasta los más pequeños, se preparan para dar la vuelta a Casa de Gobierno. El motivo de esta movilización es la de repudiar el uso de agrotóxicos por medio de carteles bajo la consigna «Los agrotóxicos Matan», y con velas que son transportadas en un frasco de vidrio. Esta actividad está organizada por el Foro Ecologista,y en la misma participan otros movimientos como EcoClub, y personas que bregan por una alimentación sana. Es así como estas dos agrupaciones se unen para pelear por lo

que creen que es injusto y para hacerse escuchar. Dos visiones sobre la participación de los jóvenes Para Jerónimo hay diversos motivos por los cuales los jóvenes se sienten motivados a participar: «Creo que lo que los motiva es ver que hay otros jóvenes, ver que las cosas pueden mejorar cuando hay unión, cuando hay ganas. Dicen: ‘¡Che! Mirá que mal estamos con el ambiente’ y se preguntan cómo pueden ayudar. Siempre le preguntamos a los chicos que entran por qué vinieron, a veces te dicen: ‘los vi en la tele’, ‘porque pasé por el canje y me pareció bueno’, ‘porque tuve una clase de ambiente en mi escuela que estuvo buena y hablaron de ecoclubes’. Cada uno viene por diferentes cosas, pero lo importante es por qué se quedan, y creo que se quedan por el grupo, porque son parte de algo, porque son distintos también en algo, o porque se sienten excluidos o familiarizados en algo, y encuentran su lugar». Sin embargo, Daniel presenta otra postura en relación a esto: «Nosotros vemos que todavía hay una gran indiferencia. Quizá los chicos no, pero no llegan a tener una decisión de participación determinante y decir ‘con mi participación defino lo que me va a pasar cuando crezca’. De igual forma no debemos subestimar la importancia de que a un chico se le enseñe a que sea prudente, a que no ensucie, que cuide la tierra. Pero creo que lo fundamental es que vayamos promoviendo formas de reconocer el consumo irracional al que nos someten. Por ejemplo el Día del Niño, ese plástico que usás como un juguete no más de una semana porque el nene se aburre y va a parar a los basurales. Esa transformación de la mirada es la que tenemos que lograr a partir de todo lo que esté a nuestro alcance». «Si vos cuidás del planeta, estás cuidando también del otro. Creo que todavía queda mucho por hacer», concluye Víctor, quien hablaba al principio, al mismo tiempo que se pone de pie para regresar con sus compañeros.

Macarena Carlomagno

ma creciente, participar de grupos para abordar cuestiones específicas, que generalmente plantean desafíos a las élites políticas y económicas. «Surgen de este modo los nuevos movimientos sociales, ONGs no tradicionales como los ecologistas. Disminuye el peso de la participación política convencional incluyendo el voto y las afiliaciones a los partidos clásicos y se difunden formas de activismo no convencional: manifestaciones, petitorios, boicots, sentadas y demás». «Hace dos años empezamos a trabajar fuertemente con las alianzas entre instituciones, empresas y ong’s porque veíamos que estábamos re bien como grupo, pero había poca intervención masiva. Por esto colaboramos con diversas agrupaciones como con el Foro Ecologista, y ahora tenemos una relación más unida con Daniel Verzeñassi», explica Jerónimo, cuando ya el sol está completamente oculto y las primeras brisas de frío empiezan a soplar. Daniel Verzeñassi es bioquímico y forma parte del Foro Ecologista de Paraná, que pertenece a la Red Nacional de Acción Ecologista de Argentina (RENACE). Daniel es uno de los pioneros en la constitución de este movimiento que se inició en diciembre de 1997 y ha participado en luchas que se dieron tanto a nivel nacional como a nivel provincial: «Formamos parte de la lucha contra el acuerdo nuclear con Australia. Eso ocurrió en 2003, donde se le quería vender un reactor nuclear a Australia a cambio de que los re-

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Una juventud con ideales presentes La militancia partidaria de los jóvenes tuvo diferentes etapas a lo largo de la historia argentina. Adolescentes de La Cámpora, de Santo Tomé y Santa Fe, comparten sus ideas e incentivos que los llevan a participar de la política actualmente.

La costanera de Santo Tomé está repleta de gente. Algunos están sentados con el mate a orillas del río Salado y otros tiran la caña y tratan de sacar algo. También están los que recorren los puestos de las ferias dentro de las largas carpas blancas, que ofrecen ropa y artesanías. El clima es agradable. La mayoría de las personas están en el sector principal, un pequeño anfiteatro en donde un grupo de bailarines comparten diferentes tipos de danzas. En un gacebo, entre las carpas y los bailarines, está un grupo de entre 20 y 25 personas pertenecientes a la agrupación política La Cámpora de Santo Tomé. Están preparando la olla popular y la bandera que en unos minutos comenzarán a pintar. También cuelgan carteles. Uno de ellos dice: «Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción casi biológica». Son estudiantes de secundaria y hay también universitarios. Exigen que el boleto estudiantil sea gratuito, y que cesen las políticas neoliberales sobre la educación pública. I Guillermina tiene 15 años y va a la escuela Inmaculada Concepción de Santo Tomé. Es referente de La Cámpora en el espacio de secundarios y está, un domingo a las cuatro de la tarde, intentando hacer funcionar la garrafa que les permite calentar la leche y llevar a cabo su «olla popular». Juan Manuel también tiene 15 y estudia en la escuela José

Camila Venturini y Paula Pretti

Por Nicolas Jacob

Manuel Estrada 443 de Santo Tomé. Está a dos metros de Guillermina, colgando un afiche celeste que en negro dice: «Hacer memoria no es congelar una imagen, sino hacer presentes los sueños y esperanzas de cada joven que luchó por un país más justo». Juan y Guillermina comenzaron a militar hace menos de un año, en 2018. Para él «la política es una herramienta de transformación social y colectiva». Fue eso lo que lo llevó a militar. Bautista tiene 17 años y milita en La Cámpora de Santa Fe desde 2016. «Comencé a militar por motu proprio, porque tengo ciertas condiciones y valores que hacen que no 29

pueda ver una injusticia y no hacer nada ante ella. Por eso siempre tomo la iniciativa de hacer y no criticar. Creo que como peronista siempre me inculcaron eso. Damos el debate, criticamos, pero también buscamos la solución e intentamos hacer algo para cambiar eso», define. II Cuando se le pregunta cómo ven su militancia otros jóvenes de su edad, Juan considera que hay muchos que no están interesados en la política. Sin embargo, él lo atribuye a que «viven en una burbuja que ellos mismos crean y que está incentivada por la sociedad en general». Para él, el discurso que dice que


Jóvenes y Partidos Políticos

«Comencé a militar por motu proprio, porque tengo ciertas condiciones y valores que hacen que no pueda ver una injusticia y no hacer nada ante ella» (Bautista, estudiante)

«todos los políticos son iguales», o «todos roban», demuestra que no tienen en cuenta que gracias a la política obtuvimos derechos a los que no se hubiera podido acceder sin ella. Guillermina, por su parte, concuerda con Juan y agrega que «los que no se interesan en la política son aquellos que se acostumbran a pasarla mal simplemente porque creen que en la política siempre es lo mismo, sin importar quién esté gobernando». Bautista disiente, y explica que en los últimos años observa cambios. «Actualmente veo un despertar de los jóvenes. Hace unos años se notaba cierta diferencia entre pibes que se interesaban en la política y otros que no, pero creo que con lo que está ocurriendo hoy en día, al ver cómo este gobierno nacional los está perjudicando, o que los padres no llegan a fin de mes, se están empezando a interiorizar en el tema. Y también el feminismo dio una gran mano para que los adolescentes se interesen en la política», reflexiona. Lucía tiene 19 años y milita junto a Bautista. Está sentada a su lado y aclara: «Además, hay una realidad que no podemos obviar, y es que muchos pibes no pueden ir a la escuela por diferentes razones: no tienen saldo en la tarjeta de colectivo, no comen, o por cualquier otra problemática. ¿Cómo se van a interesar en la política si ni tienen para comer?». III La participación de los jóvenes argentinos en la política es un fenómeno que tuvo diferentes etapas, según el contexto social que se vivía en el país. El Manual de Formación Política publicado en 2012 por el Instituto Nacional de Capacitación Política (INCaP) del Ministerio del Interior, describe que, previo a la dictadura del 76, Argentina vivía

tiempos intensos, cargados de violencia política y dictaduras. En esa época los jóvenes eran protagonistas principales de la militancia política. A partir del Golpe de Estado de 1976, se instaló el discurso de que «la política era cosa de corruptos e incapaces». Además, con la dictadura se prohibieron la participación y la formación política. Con la restauración de la democracia, en 1983, la política quedó reducida a «lo electoral», incapaz de resolver problemas de fondo. Años más tarde, en la década del noventa, se comenzó a valorizar solo la gestión «técnica» de la política, por lo que había un escaso interés en ella. A partir de 2001 se produjo una movilización masiva y popular, y desde 2003 se inició la recuperación de la política como herramienta capaz de transformar la realidad y mejorar la calidad de vida de la gente. —Hacemos varias actividades —dice Guillermina —: llevamos la copa de leche a diferentes barrios, vamos a volantear, a jugar con los chicos, a ver las distintas problemáticas, también tenemos reuniones organizativas y charlas de formación política. En el 2013, la comunicadora social Melisa Vázquez escribió una ponencia titulada En torno a la construcción de la juventud como causa pública durante el kirchnerismo. Allí explica en profundidad cuáles eran las condiciones sociopolíticas que permitieron el comienzo de La Cámpora como organización. Destaca el año 2003, cuando ingresa Néstor Kirchner a la presidencia, como momento de cambio en el que se pasa de la apatía y el desencanto juvenil, al regreso a la política. Hubo, en ese entonces, una especie de reencantamiento con la representación político-partidaria y las instituciones formales de la política. Este cambio 30

implicó un mayor compromiso de un sector de la juventud y un masivo ingreso de los jóvenes a la militancia. Además, durante los años de gobierno kirchnerista, los dirigentes de este partido siempre incentivaron a los jóvenes y los trataron como sus sucesores. —Milito porque creo que el mejor lugar para los jóvenes es la política —comenta Guillermina. —Nuestra organización —explica Bautista en referencia a La Cámpora de Santa Fe— se basa en tener muchos vértices. Tenemos una militancia gremial, que principalmente la ejecutamos en el Movimiento de Estudiantes Secundarios Organizados, en defensa de los derechos estudiantiles, que hoy lamentablemente están en un retroceso social. Después tenemos una militancia territorial, en el barrio San Lorenzo principalmente, donde vamos a empezar con una copa de leche y un taller para los nenes y las nenas. Lucía comenta que también militan con el Frente de Mujeres e Igualdad de Género. Ahora están luchando por la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral en las escuelas. Las y los pibes que militan se sienten parte del presente y del futuro. Saben que en algunos años ocuparán roles en la política, y que seguirán luchando por las injusticia que vean. Son conscientes de que están en «formación». Pero, además, están accionando hoy. Por eso, se sienten tanto parte del futuro como del presente, o incluso un poco más de este último.


Periodismo en la Universidad y las Escuelas Secundarias: las prácticas de extensión, reflexiones en torno a los procesos de apropiación de conocimientos en los estudiantes de la Orientación en Periodismo de Comunicación Social y de secundaria. Desde el Taller de Producción Periodística trabajamos la extensión como parte del currículum. En 2019 propusimos un Proyecto de Innovación para realizar el proceso de elaboración de la revista Mal de Ojos. En 2016 integramos el proyecto de Prácticas Integrales & Territorio Periodismo en la Universidad y las Escuelas Secundarias. En 2014 llevamos adelante el proyecto de curricularización de la extensión con el mismo eje. Concebimos el proceso de formación universitaria como un vínculo de aprendizaje que, en la relación con otros actores y organizaciones intermedias, nos permiten producir contenido comunicacional. Desde esta perspectiva en la que concebimos a la comunicación como un derecho y un bien público, trabajamos con la radio de la UNER, integrantes de las escuelas secundarias públicas de Paraná, la revista Mal de Ojos y la asociación Barriletes.

Va con Onda La escuela secundaria hace radio ¡Se fue la quinta…! Por quinto año consecutivo realizamos el magazine radial Va con Onda en radio UNER Paraná, FM 100.3. Estuvimos los lunes de septiembre de 15 a 16. La propuesta reúne a estudiantes de escuelas secundarias que producen una hora semanal de radio. Los acompañan los profesores de escuelas secundarias y estudiantes y docentes del Taller de Producción Periodística de la Licenciatura en Comunicación Social. En 2018 participaron las escuelas Liceo Paula Albarracín de Sarmiento; Provincia de Neuquén; Dr. Mariano Moreno; Normal José María Torres y República de Entre Ríos.

Parte del Aire Una hora de radio con los pies en la tierra Es un magazine radial realizado integralmente por los estudiantes del Taller de Producción Periodística. Cada lunes de 15 a 16 en Radio UNER Paraná FM 100.3 se proponen informes periodísticos, entrevistas, radiodramas, efemérides y agendas culturales de Paraná y Santa Fe.

Mal de Ojos, 13 años Desde hace 13 años producimos informes periodísticos sobre problemáticas de los jóvenes de Entre Ríos y Santa Fe que se plasman en una publicación gratuita financiada por la Secretaría de Extensión de la UNER a través de los proyectos de extensión. La revista circula en la Universidad, organizaciones intermedias, medios de comunicación y especialmente en escuelas secundarias, cuyos temas contribuyen al debate. Las publicaciones están disponibles en http://unertpp.blogspot.com.ar/ También en el Facebook, se puede consultar: Proyecto de Extensión «Periodismo en la Universidad y la Esc. Secundaria». 31


SUMARIO 3

Editorial - Aixa Boeykens

4

Jóvenes que luchan por sus derechos - Araceli Sosa

8

Los centros de estudiantes secundarios en la zona rural - Elizabeth Maier

10

#Quiero llegar a mi escuela Almafuerte - Tomás Bodeán

11

La fuerza estudiantil de las transformaciones - Agustín Vissio

14

La lucha por la igualdad desde las aulas - Camila Venturini

18

La experiencia de las movilizaciones por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito en Paraná - Paula Quindt

22

Los colores de la disidencia en adolescentes - Paula Pretti

26

Cuidar nuestra tierra: una decisión política - Macarena Carlomagno

29

Una juventud con ideales presentes - Nicolas Jacob

ISSN: 2524-9401

32


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