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La visión de La ComuniCaCión

LA DISCIPLINA COMO FORMA DE VIDA.

¿Qué diferencia a las personas de éxito al resto? -aunque este adjetivo es relativo dependiendo de cada persona- me refiero a la gente altamente productiva o constructiva, tranquila y funcional; creo que es, en mucho, un factor determinante: la disciplina.

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En una ocasión le pregunté a un compañero en el gimnasio ¿qué haces cuando no tienes ganas de entrenar? y su respuesta rápida fue: “lo hago por disciplina”. Cabe mencionar que tiene un cuerpo muy trabajado y es un gran entrenador; puntual, responsable y motivador.

La disciplina la aplicamos no solamente en nuestros trabajos u ocupaciones personales; sino, en todas las áreas y entornos de nuestras vidas, y muchos más que destacan en algunas también llamadas precisamente disciplinas, en el deporte, lo académico, el arte, por mencionar algunas…

Los que ya estamos en edad productiva y con bastantes compromisos familiares, personales y laborales importantes, reflejamos en la cotidianeidad el grado de disciplina que le ponemos a las mismas; creo, que hay grados o niveles por decirlo de alguna manera, y que este grado o nivel de disciplina también depende de nuestras fortalezas y debilidades, así como la naturaleza de las diversas actividades.

A continuación menciono uno de los significados más acercados a lo que pretendo enfocarme en el presente artículo: la disciplina es el conjunto de reglas o normas cuyo cumplimiento de manera constante conducen a cierto resultado.

Quiere decir entonces, que hay que seguir procesos, ser constantes y obtendremos resultados. Particularmente, el identificar primeramente las metas u objetivos, viendo también, la viabilidad y posibilidad de su realización, así como la firmeza en su ejecución, ayuda a que se obtengan los resultados esperados.

Algunas de las recomendaciones que ayudan a que seamos personas disciplinadas, son también rodearse de personas disciplinadas –valga la redundancia-, de personas u entornos que nos ayuden a mantenernos firmes. La gente que te dice: vamos, tu puedes, sigue así, o incluso, hagámoslo juntos; en general, las palabras de ánimo, pues animan; se me viene a la mente el famoso dicho “dime con quién andas y te diré quién eres”.

También, el compartir los logros ayuda a subirnos al barco de la disciplina, sobre todo con la gente que nos aprecia y para quienes es importante lo que hagamos o como nos sentimos.

Considero también, que hay algo en cada uno de nosotros que tiene que ver con nuestra fuerza interior o de voluntad. Eso que nos impulsa o detiene. Debemos trabajar en enfrentar nuestras debilidades y en reforzar nuestras fortalezas. Ver que podemos mejorar y cambiar para continuar tal vez, con algo que dejamos inconcluso.

Si sentimos que nos encontramos en zona de confort, ¿qué podemos innovar o modificar para hacer más dinámica nuestra vida? Que nos enriquecería, ¿qué nos movería de ese estado de confort?

Podemos aventurarnos a realizar o implementar actividades nuevas, cambiar de acciones que nos motive a tener avances o mejorías. Es como un circulo de bienestar.

Entonces, el estar atentos a nuestros hábitos y forma de vida, el estar atentos a las condiciones de bienestar de los que nos rodean, siendo empáticos, y a la vez, sutiles en nuestro acercamiento, creo que podemos ayudar; podemos y nos pueden ayudar.

Cito lo ya mencionado en otro momento: “observa y sigue a los mejores”. ¿Por qué no?

Ma. De Jesús Vielmas Aguilera Lic. en Ciencias de la Comunicación. Docente en el área de Español. Facebook, Instagram y Canal de YouTube “En la opinión de Marichuy Vielmas”

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