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Figura 1. Polinización manual de Passiflora
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Figura 1. Polinización manual de Passiflora Fuente: Homesteadandchill (2019)
Por otra parte, el reemplazo del servicio natural por el servicio de polinización comercial
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entomófila, que consiste en trasportar abejas en colmenas trashumantes a los sitios de
cultivo va en franco aumento, tal como ocurre en California (E.E.U.U) con el cultivo de
almendras, producción que llegó a representar un 80% del total mundial (Fitchette, 2018).
Las primeras manifestaciones de la problemática se evidencian a finales de la década de los
90, cuando se empezaron a reportar debilitamientos y pérdidas esporádicas de colonias
abejas en países europeos como: Francia, Bélgica, Suiza, Alemania, Reino Unido, Holanda,
Italia y España (UNEP, 2010). En su momento, no se mostraron signos de que algún tipo de
fenómeno especifico fuese el causante de estas diezmas o que hubiese algún tipo de factor
común en todos los casos que se presentaban. Sin embargo, no fue sino hasta entrada la
década del 2000, cuando empezaron a circular datos alarmantes del colapso de colonias de
abejas, llegando al máximo de su declive entre los años 2006 y 2007, especialmente en los
Estados Unidos de Norteamérica, donde algunos apicultores llegaron a reportar pérdidas
de entre 30-90% del total de sus colonias. A este extraño fenómeno se le denominó CCD
(Colony Collapse Disorder) (Ellis, Evans y Pettis., 2010).
Inicialmente, se atribuyó a la posible presencia de un virus, a los efectos secundarios
desconocidos aún provocados por el ácaro Varroa; y a la contaminación del polen con
agroquímicos como fungicidas y pesticidas utilizados ampliamente en la agricultura (Pettis
et al., 2013). Otras aproximaciones a la problemática apuntaron a factores varios como el
cambio de los hábitats, que influye notablemente en poblaciones de polinizadores que
requieren de medios naturales, no perturbados, donde pueden llevar a cabo sus
actividades y ciclos vitales. Se cuestionó igualmente el cultivo de OMGs (Organismos
Modificados Genéticamente), pero sobre la relación de estos con la salud de las abejas no
ha habido pruebas concluyentes, pues el CCD se ha presentado tanto en zonas donde se
cultivan OMGs como en zonas donde no hay este tipo de cultivos. Otro factor determinante
es la deficiente variedad genética, especialmente en las poblaciones de abejas utilizadas
para polinización comercial en los Estados Unidos de Norteamérica. El último factor
considerado fue la deficiencia de los sustitutos alimenticios para estas poblaciones de
abejas, lo que provocaba en teoría un déficit de los derivados necesarios para la
alimentación y salubridad de las colmenas (Valdés, 2013).
Frente al escenario de la acentuada pérdida de colonias de abejas asociadas a los modos y
prácticas de los sistemas agrícolas mundiales, se dio apertura a una serie de
cuestionamientos y espacios para el debate e investigación, enfocados algunos en la
valoración de la polinización como servicio ecosistémico vital, determinando la afectación
de la actividad humana sobre los flujos y distribución de los beneficios derivados; otros con
un enfoque del debate que se vuelca sobre elementos no-comerciales, como la
conservación de la biodiversidad y los beneficios intrínsecos en la relación humano-
naturaleza (Hanley et al., 2013).
Adicional a la discusión respecto al valor comercial y no-comercial del servicio de
polinización, se hace énfasis en el mantenimiento del paisaje haciendo necesaria la
estimación de variables como los niveles y calidad del paisaje en relación a la actividad
polinizadora, factores de vulnerabilidad y la capacidad para sostenibilidad para albergar a
los polinizadores, ya que al verse afectado este elemento, se convierte en factor disociador
en la delicada interacción planta-polinizador (Rosso y Nates, 2004).
Por último, está el efecto del cambio climático que ralentiza la actividad del polinizador
cambiando las posibilidades y probabilidades de ambas especies en espacios normales
donde se desarrollan en sus ciclos naturales. Se ha comprobado que las abejas del género
Xylocopa o común mente llamados abejorros carpinteros, tienen una respuesta sensible en
su actividad polinizadora dependiendo de factores como la temperatura, humedad relativa
e insolación, registrándose valores óptimos de 25.8 °C, 56.6% y 0.56 respectivamente;
aunque el aumento de los valores para las dos primeras variables significó disminución de
presencia, el tercer valor en aumento significó mayor presencia de Xylocopa (Da Silva et al.,
1999). Por otra parte, el incremento de la temperatura global se traduce en un significativo
impacto a nivel biológico, especialmente en regiones tropicales donde los insectos tienden
a ser más sensibles a cambios abruptos de temperatura, no siendo así para los organismos
de latitudes más templadas, los cuales, tienen una tolerancia térmica más alta. Por tanto,
se esperaría que el cambio de temperaturas conlleve a un desplazamiento a latitudes más frías y/o mayores altitudes por parte de algunas especies (Deutsch et al., 2008). Con la
probabilidad de que ambas especies reaccionaran de maneras opuestas a estos cambios
proyectados, se abre paso a una serie de asincronías espaciales significando para los
polinizadores perdida de fuentes de alimento y para los cultivos la perdida de intercambio
de polen (FAO, 2011).
Con la seguridad alimentaria mundial comprometida por su evidente dependencia del
balance que subyace en las interrelaciones planta-polinizador, proyectos como Sustainable
Pollination Services for UK Crops (Reading, 2018) realizado por el Centro de Seguridad
Alimentaria de la Universidad de Reading en el Reino Unido, consideraban, dentro de su
marco de estudio, el análisis de distribución de especies soportado en información como
datos bioclimáticos, datos de presencia de las especies, uso de polinización comercial,
apicultores, información de uso de pesticidas agrícolas y datos topográficos. Adicional a
esto, se consideró el análisis de paisaje indispensable en este tipo de estudios, pues la
preservación de corredores naturales asegura un espacio para el hábitat de las especies
polinizadoras. Por tanto, en la conjunción de éstas dos aproximaciones se esperaba obtener
herramientas para la mitigación y el sostenimiento del potencial del servicio ecosistémico
correspondiente a las demandas del sector agrícola.
Otros estudios como el de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO, 2009) se orientan sobre los recursos fitogenéticos para la alimentación y
la agricultura, dando importancia capital a la relación de los polinizadores y biodiversidad
como soporte para la alimentación y desarrollo agrícola, por su parte, la CEPAL (2016) se
enfoca en la agrobiodiversidad, la agricultura familiar y cambio climático y documentos
como el de la iniciativa colombiana de polinizadores presentan un enfoque de conservación
y uso sostenible de ecosistemas naturales y paisajes transformados con el fin de dar
soporte a la sostenibilidad del servicio de la polinización a escalas local, regional y nacional
(Minambiente, CAR y Humbolt, 2018).
Partiendo del contexto de la necesidad de entendimiento de las dinámicas de cambio en
esta mutualidad planta-polinizador, biodiversidad, desarrollo agrícola y cambio climático
era necesario la proyección de escenarios donde se han de desarrollar los futuros procesos
de adaptación a los cambios ambientales del planeta. En este sentido, se pueden destacar
dos estudios realizados en conjunto con la universidad de Leeds (Polce et al., 2013), el
primero se enfoca especialmente en el tema de lo agrícola y la polinización, aplicando
herramientas como la modelación de distribución de especies, se tomaron en cuenta los
patrones geográficos de los servicios de polinización de los cultivos de la haba común; en
el segundo estudio, se realizaron modelaciones orientadas al factor biodiversidad
examinando las asincronías espaciales entre orquídeas británicas y sus respectivos
polinizadores (Polce et al., 2014).
En el caso particular de Colombia, aunque ya desde la década de los 90 se registran estudios
acerca del comportamiento de nidificación y polinización por parte de abejas carpinteras
(Xylocopa) en torno a cultivos como el Maracuyá (Ramirez, 1993), solo fue hasta inicios la
década de los años 2000 cuando los estudios sobre polinización y su relación con los
sistemas de producción agrícola empezaron a cobrar más importancia. Se Identificaron
polinizadores de algunos cultivos y las especificidades en el proceso de polinización (Castro, 2001; Rivera, Miranda, Ávila, y Nieto, 2002), se realizó catalogación de algunas especies
abejas en la región andina de Colombia (Nates y Gonzáles, 2000; González, Ospina y
Bennett, 2005). Igualmente, se llevaron a cabo estudios sobre el efecto de la polinización