15 textos spinoza locke y rousseau

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SPINOZA Para que las supremas autoridades del Estado conserven mejor el poder y no haya sediciones, es necesario conceder a los hombres la libertad de pensamiento y gobernarlos de tal forma que, aunque piensen de distinta manera y tengan ideas manifiestamente contrarias, vivan en concordia. Es indudable que esta forma de gobernar es la mejor y la que tiene menos inconvenientes, pues concuerda mejor con la naturaleza de los hombres. En efecto, en el estado democrático (que es el que más se acerca a lo natural) todos acuerdan actuar según leyes comunes, pero no pensar igual; es decir, como todos los hombres no pueden pensar y razonar igual, han pactado que lo que recibiera más votos tuviera fuerza de ley y que podrían cambiar esa ley si encontraban algo mejor. Así pues, cuanta menos libertad para expresar su opinión se concede a los hombres, más lejos se está de lo más natural y, por tanto, con más violencia se gobierna (B. SPINOZA, Tratado Teológico-Político, cap. XX Spinoza es, junto a Descartes, representante del racionalismo continental, corriente filosófica moderna que en el siglo XVII confía plenamente en la razón como medio para conocer la realidad, en detrimento del conocimiento sensible y la experiencia que, para el mismo objetivo, ensalzaría el empirismo inglés. Aplicando un método deductivo inspirado en el proceder matemático, Spinoza expone su monismo panteísta y su determinismo en su Ética. La teoría política de Spinoza fundamenta la democracia. En su Tratado Teológico-Político este filósofo expone una teoría del pacto social que, partiendo de premisas parecidas a las de Hobbes, en sus conclusiones difiere: mientras la teoría del contrato social de Hobbes legitima el absolutismo, Spinoza concluye que la democracia es la organización política más adecuada, y que un sistema político absolutista como el propuesto por Hobbes gobernaría a través de la violencia. La clave para Spinoza es que el absolutismo no concede libertad a los hombres y, en este sentido, cualquier sistema político absolutista se aleja de la naturaleza Spinoza afirma que en el estado de naturaleza cada hombre persigue su propio provecho. La sociedad aparece como un pacto social racional dado que, a cambio de algunas restricciones de sus derechos naturales, del sometimiento a unas normas que hacen posible la vida social, el hombre consigue un bien mayor: evitar peligros, luchas y enfrentamientos. La razón le hace ver al hombre que es mejor llegar a un acuerdo con otros hombres para vivir juntos, y aunque en este pacto el individuo entrega muchos de sus derechos naturales y se somete a la autoridad del soberano, el fin del Estado es hacer a los hombres libres: Spinoza considera que el hombre racional advierte que estando sometido a leyes, y no en el estado de naturaleza, puede disfrutar de auténtica libertad. A diferencia de la teoría del pacto social de Hobbes, para Spinoza la cesión de los derechos naturales nunca es total, ya que el soberano tiene que gobernar de acuerdo con la razón. Es por ello que el Estado más racional será también el más libre, pues en él los ciudadanos soportarán menos acciones arbitrarias. Todo ello lleva a considerar que la democracia es la mejor forma de gobierno, ya que en ella se delega el poder a la mayoría de una


sociedad de la que cada individuo forma parte: las decisiones colectivas dependen, en alguna medida, de cada uno de los integrantes de la sociedad. En esta defensa de la democracia Spinoza es considerado un antecedente de Rousseau

LOCKE No es la diversidad de opiniones (lo que no puede evitarse), sino la negativa a tolerar a aquellos que son de opinión diferente (que podría ser permitida) lo que ha producido todos los conflictos y guerras que ha habido en el Cristianismo a causa de la religión. La cabeza y los jefes de la Iglesia, movidos por la avaricia y el deseo insaciable de dominar a todos, utilizando la ambición sin límites de las autoridades políticas y la crédula superstición de multitudes atolondradas, han levantado, en contra de lo que dice el Evangelio y la caridad, a las autoridades y a las masas en contra de los que tienen ideas diferentes en religión, predicando que los cismáticos y los herejes debe ser expoliados de sus posesiones y destruidos. Y así han mezclado y confundido dos cosas que son en sí mismas completamente diferentes, la Iglesia y el Estado (J. LOCKE, Carta sobre la tolerancia Locke, como padre del empirismo inglés, plantea en el Siglo XVII el problema fundamental de la filosofía moderna (el del conocimiento) de un modo distinto al racionalismo continental. Así, partiendo de la experiencia como fuente de conocimiento, analiza la capacidad y los límites del conocimiento humano. Además, en su teoría política Locke ataca el absolutismo y establece las bases del liberalismo político que a través de la revolución inglesa, la independencia americana, y las revoluciones liberales burguesas, darían lugar a la realización histórica del Estado Liberal. El modelo de estado liberal propuesto por Locke implica la separación de la política y la vida religiosa. Dado que el estado liberal tiene sentido en tanto que garante de vida, libertad y propiedad, el ámbito de lo religioso resulta ajeno a la esfera política. De hecho, la idea fundamental de la Carta será la separación Iglesia-Estado; la defensa de la tolerancia, que Locke deduce necesariamente de esta separación Iglesia/Estado, es una implicación lógica de su liberalismo político. De acuerdo a la teoría del pacto social de Locke, en la naturaleza los hombres son libres e iguales; en esta situación, existen la vida, la libertad, y la propiedad como derechos naturales. El pacto social surge como un modo de salvaguardar mejor estos derechos. La sociedad se justifica como una renuncia limitada que alcanza únicamente a cuanto es necesario para el mejor disfrute de aquellos derechos naturales (vida, libertad y propiedad) . Este modelo de estado genera, por lo tanto, un área de libertad personal, un dominio de acción exclusivo del individuo, inmune al poder político. Dentro de este ámbito exclusivamente individual se ubica la creencia religiosa. En su Carta Locke ofrece varios argumentos que justifican la separación Iglesia-Estado. Locke afirma que históricamente ha existido intolerancia, y debido a ello se ha puesto en peligro la paz social. Esta violencia ha tenido en su origen una extralimitación de las funciones del Estado, en la forma de una


invasión de lo que debiera ser un aspecto esencial de la esfera privada: la libertad de culto; ello ha generado intolerancia, injusticia y violencia. Cuando el Estado no ha respetado su separación de la Iglesia, se han cometido maldades que, falazmente, han esgrimido el interés general; sin embargo Locke revela los verdaderos motivos de esas faltas de tolerancia religiosa: avaricia, ambición, e incluso interpretación falaz de los textos religiosos. La teoría del pacto social de Locke, como la de Hobbes, parte del estado natural. Pero mientras Hobbes justifica el absolutismo, Locke sienta las bases de un liberalismo político en el que el estado tiene la única e irrenunciable función de garantizar los derechos individuales.

ROUSSEAU Si se investiga en qué consiste el bien más grande de todos, el que debe ser la meta de todo sistema legislativo, veremos que consiste en dos cosas principales: la libertad y la igualdad. La libertad, porque si permitimos que alguien no sea libre estamos quitando fuerza al Estado; la igualdad, porque la libertad no puede subsistir sin ella. Ya he dicho lo que es la libertad civil. En cuanto a la igualdad, no hay que entender por ella que todos tengan el mismo grado de poder y de riqueza; antes bien, en cuanto al poder, que nunca se ejerza con violencia, sino en virtud del rango y las leyes, y, en cuanto a la riqueza, que ningún ciudadano sea tan rico como para poder comprar a otro, ni ninguno sea tan pobre como para ser obligado a venderse (J. J. ROUSSEAU, El contrato social, libro II, cap. 11 Rousseau, pese a vivir en el siglo XVIII en contacto con filósofos y teorías ilustradas (incluso participó en la Enciclopedia), no comparte muchos de los conceptos fundamentales del Siglo de las Luces: su crítica a la civilización, y su desprecio a la idea de progreso de la humanidad basado en la razón, hacen de él uno de los pensadores más atípicos de la Ilustración, anticipándose a las tesis que posteriormente sostendría el Romanticismo. La teoría política de Rousseau fundamenta la democracia. Rousseau, como antes Hobbes y Locke, fundamenta sus teorías políticas en el pacto social. Pero mientras pesimismo antropológico de Hobbes legitimaba el absolutismo, y el liberalismo político de Locke fundamentaba estado liberal, Rousseau expone en El contrato social cómo el pacto social legitima la democracia: de acuerdo con la obra de Rousseau, el único gobierno legítimo es el que tiene como finalidad el interés público guiado por la voluntad general del pueblo soberano. Rousseau considera que el hombre en estado de naturaleza no es, en absoluto, el ser violento imaginado por Hobbes. Al contrario, considera que en un estado de naturaleza el “buen salvaje” vivía independientemente y guiado por el sano amor a sí mismo. Para Rousseau el tránsito del estado de naturaleza a la sociedad conlleva una degeneración (no un progreso) debido a las desigualdades existentes que surgen con la propiedad privada, el derecho para protegerla, y la autoridad para que se cumpla ese derecho. Así pues, para Rousseau las grandes corruptores de la inocencia y bondades naturales de los hombres son las instituciones sociales y políticas.


Dado que no es posible volver a aquel estado de naturaleza, Rousseau considera necesario mitigar los males de la sociedad realizando los cambios necesarios en la estructura política. Así pues, los hombres deben establecer un nuevo contrato social que les acerque a aquella situación natural (POR ELLO EN EL TEXTO SEÑALA QUE LA LIBERTAD Y LA IGUALDAD SON LAS METAS DEL SISTEMA LEGISLATIVO). En este nuevo contrato social, la voluntad general constituye el fundamento de todo poder político; la libertad y la igualdad deben ser fomentados por las estructuras políticas, paliando así la degeneración del estado social. Sus teorías políticas, que fundamentaron una democracia basada en la voluntad general y en el pueblo como soberano, tuvieron una gran influencia en la Revolución Francesa y en el comunismo del siglo XIX.


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