Paradigmas Vol. 6, No. 2

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Paradigmas Volumen 6, nĂşmero 2, julio-diciembre de 2014


Paradigmas Volumen 6, número 2, julio-diciembre de 2014 Bogotá, D.C., Colombia ISSN: 1909-4302 (obra impresa) ISSN: 2322-8466 (obra en línea)


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Paradigmas Volumen 6, número 2, julio-diciembre de 2014 • Bogotá, D.C., Colombia • ISSN: 1909-4302

Contenido Reportes de investigación 87-127

Factores situacionales en estudios de grupos focales: una revisión sistemática Arne Orvik, Lillebeth Larun, Astrid Berland y Karin C. Ringsberg

Artículos de reflexión y análisis 131-179 Sobre

las mediciones de corrupción y su relación con el desarrollo y el bienestar en América Latina

Carlos Enrique Hernaíz, Mauricio Phélan C. y Jonathan Camacho

Reseñas 181-188 Intelectuales:

entre un mapa de la cuestión y un programa de estudio. Reseña de Intelectuales: notas de investigación sobre una tribu inquieta Martín Retamozo

191

Colaboradores


Contents Research reports 87-127

Situational Factors in Focus Group Studies: A Systematic Review Arne Orvik, Lillebeth Larun, Astrid Berland y Karin C. Ringsberg

Analysis 131-188 Measuring

corruption and its relationship with development and wellbeing in Latin America

Carlos Enrique Hernaíz, Mauricio Phélan C. y Jonathan Camacho

Conteúdo Relatórios de pesquisa 87-127

Fatores situacionais em estudos de grupo focal: uma revisão sistemática Arne Orvik, Lillebeth Larun, Astrid Berland y Karin C. Ringsberg

Análise 131-188 Sobre

as medições de corrupção e sua relação com o desenvolvimento e o bem-estar na América Latina

Carlos Enrique Hernaíz, Mauricio Phélan C. y Jonathan Camacho


Reportes de investigaci贸n



Paradigmas ISSN: 1909-4302 http://publicaciones.unitec.edu.co/ojs/

Factores situacionales en estudios de grupos focales: una revisión sistemática Arne Orvik, Mg. Pol. Sc.

Astrid Berland, Mg. Pol. Sc.

Lillebeth Larun, Ph. D.

Karin C. Ringsberg, Ph. D.

Resumen El objetivo del estudio que presentan estas páginas fue determinar cómo se expresan, utilizan y analizan los factores contextuales en los datos recolectados a partir de las discusiones en grupos focales. El estudio incluyó una evaluación de cómo la presentación metodológica de los factores contextuales puede influir y mejorar la fiabilidad de los artículos. Se hizo una revisión sistemática para identificar los artículos que informaran —entre los profesionales del área de la salud— sobre su nivel de estrés, salud y mecanismos para sobrellevar situaciones difíciles en su lugar de trabajo, los cuales fueron utilizados en el análisis. Como punto de partida se empleó el marco de Vicsek de factores situacionales para el análisis de resultados de grupos focales y así se halló que en tales artículos los factores contextuales eran descritos con mayor frecuencia en la sección del método y con menos frecuencia en las secciones “Resultados” y “Discusión”. El marco de Vicsek para el análisis de resultados de grupos focales abarca seis dimensiones contextuales y metodológicas: los factores interaccionales, las características personales

CORRESPONDENCIA A LOS AUTORES arne.orvik@hials.no

University College Aalesund, Noruega

Norwegian Knowledge Centre for the Health Services Oslo, Noruega

Stord/Haugesund University College Haugesund, Noruega

University of Gothenburg Gothenburg, Suecia

INFORMACIÓN DEL ARTÍCULO Autorización traducción: 12.04.2014 Aceptado: 21.04.2014 • Para citar este artículo • To cite this article • Para citar este artigo: Orvik, A., Larun, L. Berland, A., & Ringsberg, K. (2014). Factores situacionales en estudios de grupos focales: una revisión sistemática, Paradigmas, 6, 87-127.

Originalmente publicado en International Journal of Qualitative Methods (2013), 12, 338-358. Copyright 2013: Orvik, Larun, Berland y Ringsberg. Traducido al español con permiso de los titulares de los derechos de autor. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de Creative Commons 4.0 (https://creativecommons. org/licenses/by-nc-nd/4.0/), la cual permite su uso, distribución y reproducción de forma libre siempre y cuando el o los autores reciban el respectivo crédito.

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de los participantes, el moderador, el ambiente, los factores de tiempo y el contenido de las discusiones. Sin embargo, se evidenció que el marco no incluye una consideración sobre la seguridad psicológica, las cuestiones éticas o la información institucional. Para profundizar en el análisis de los resultados de grupos focales, se argumenta que los factores contextuales deben ser analizados como dimensiones metodológicas y ser considerados como un concepto de sensibilización. La credibilidad, la posibilidad de confirmación, la fiabilidad y la capacidad de transferencia se pueden fortalecer al emplear, reportar y discutir los factores contextuales en detalle. El estudio contribuye a esclarecer la forma en que la presentación de informes sobre datos contextuales puede enriquecer el análisis de los resultados de grupos focales y fortalecer su nivel de confiabilidad. Investigaciones futuras deben centrarse en presentar informes claros de los factores contextuales, así como continuar desarrollando el modelo de Vicsek para mejorar la precisión y la transferencia de información. Palabras clave: grupos focales, profesionales de la salud, métodos mixtos, factores situacionales, análisis de plantillas, salud ocupacional.

Situational Factors in Focus Group Studies: A Systematic Review Summary The aim of this study was to see how contextual factors are expressed, used, and analyzed in data collected in focus group

discussions (FGDs). The study includes an assessment of how the methodological reporting of contextual factors might influence and improve the trustworthiness of articles. Articles reporting workplace health, stress, and coping among health professionals were identified in a systematic review and used in the analysis. By using Vicsek’s framework of situational factors for analysis of focus group results as a starting point, we found that contextual factors were most frequently described in the method sections and less frequently in the results and discussion sections. Vicsek’s framework for the analysis of focus group results covers six contextual and methodological dimensions: interactional factors, personal characteristics of the participants, the moderator, the environment, time factors, and the content of FGDs. We found that the framework does not include a consideration of psychological safety, ethical issues, or organizational information. To deepen the analysis of focus group results, we argue that contextual factors should be analyzed as methodological dimensions and be considered as a sensitizing concept. Credibility, confirmability, dependability, and transferability can be strengthened by using, reporting, and discussing contextual factors in detail. The study contributes to elucidating how reporting of contextual data may enrich the analysis of focus group results and strengthen the trustworthiness. Future research should focus on clear reporting of contextual factors as well as further develop Vicsek’s model to enhance reporting accuracy and transferability. Key Words: focus groups, health professionals, mixed methods, situational factors, template analysis, workplace health

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Fatores situacionais em estudos de grupo focal: uma revisão sistemática Resumo O objetivo do estudo que apresentam estas páginas foi determinar como se expressam, utilizam e analisam os fatores contextuais nos dados coletados a partir das discussões em grupos focais. O estudo incluiu uma avaliação de como a apresentação metodológica dos fatores contextuais pode influir e melhorar a fiabilidade dos artigos. Foi feita uma revisão sistemática para identificar os artigos que informaram —entre os profissionais da área da saúde— sobre seu nível de estrese, saúde e mecanismos para suportar situações difíceis em seu lugar de trabalho, os quais foram utilizados na análise. Como ponto de partida se empregou o marco de Vicsek de fatores situacionais para a análise de resultados de grupos focais e assim se encontrou que em tais artigos os fatores contextuais eram descritos com maior frequência na seção do método e com menos frequência nas seções “Resultados” e “Discussão”. O marco de Vicsek para a análise de resultados de grupos focais abarca seis dimensões contextuais e metodológicas: os fatores interacionais, as

características pessoais dos participantes, o moderador, o ambiente, os fatores de tempo e o conteúdo das discussões. No entanto, se evidenciou que o marco não inclui uma consideração sobre a segurança psicológica, as questões éticas ou a informação institucional. Para aprofundar na análise dos resultados de grupos focais, se argumenta que os fatores contextuais devem ser analisados como dimensões metodológicas e serem considerados como um conceito de sensibilização. A credibilidade, a possibilidade de confirmação, a fiabilidade e a capacidade de transferência podem ser fortalecidas ao empregar, reportar e discutir os fatores contextuais em detalhe. O estudo contribui a esclarecer a forma em que a apresentação de informes sobre dados contextuais pode enriquecer a análise dos resultados de grupos focais e fortalecer seu nível de confiabilidade. Investigações futuras devem centrar-se em apresentar informes claros dos fatores contextuais, assim como continuar desenvolvendo o modelo de Vicsek para melhorar a precisão e a transferência de informação. Palavras-chaves: grupos focais, professionais da saúde, métodos mistos, fatores situacionais, análise de modelos, saúde ocupacional.

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Introducción

E

n los últimos decenios, las discusiones generadas al interior de grupos focales (en adelante DGF) han sido utilizadas ampliamente como un método de recolección de datos en los campos de la investigación de la salud y de las ciencias sociales (Duggleby, 2005; Fern, 2001; Freeman, 2006; Twohig & Putnam, 2002; Webb & Kevern, 2001; Wilkinson, 1998). Las DGF son consideradas, por lo general, como un método adecuado para la evaluación de las actitudes, conocimientos y experiencias en el campo de la salud (Barbour, 2007; Berland, Natvig, & Gundersen, 2008; Blythe, Baumann, & Giovannetti, 2001). Dicho método se caracteriza por discusiones cuidadosamente planificadas en áreas o temas definidos, en las que las dinámicas de grupo se utilizan para explorar y aclarar puntos de vista que de otra manera podrían ser menos accesibles o evidentes mediante el uso de entrevistas individuales (Morgan & Krueger, 1998). Investigadores como Asbury (1995) han hecho hincapié en la importancia de analizar las DGF en términos de su contexto específico. En consecuencia, muchos investigadores, al redactar la sección sobre el método de sus investigaciones, se han centrado en la descripción de los criterios de inclusión de los participantes y de la ética de la investigación, o han subrayado la importancia de destacar y hacer visibles los procesos y las interacciones del grupo durante las DGF (Barbour, 2007; Duggleby, 2005; Hollander, 2004; Kitzinger, 1994; Reed & Payton, 1997; Sim, 1998).

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Aunque muchos autores han argumentado que el análisis de los resultados de los grupos focales debe ser visto en su contexto, el cual incluye aspectos tales como los factores interaccionales y las características personales, la mayoría de las disciplinas continúan omitiendo este detalle o dejan de enfatizar en él (Vicsek, 2007, 2010). Por ejemplo, una revisión de la literatura sobre enfermería indicó que el contexto de la metodología de los grupos focales rara vez se discute en relación con los hallazgos reportados (Webb & Kevern, 2001). Tales omisiones indican que hay necesidad de un mayor desarrollo analítico en la investigación relacionada con la metodología de los grupos focales, incluyendo una comprensión de cómo los aspectos contextuales pueden influir en los resultados de estos. Como profesionales de la salud e investigadores de los servicios de salud en el campo de la salud ocupacional, hemos querido examinar la manera en que los artículos en esta área expresan los detalles contextuales y metodológicos relacionados con las DGF. Por tanto, el objetivo de este estudio fue determinar el grado en que los aspectos contextuales de la metodología de los grupos focales se expresan y analizan en los artículos que recogen datos por medio de las DGF en el campo de la salud ocupacional, el estrés y los mecanismos para sobrellevar situaciones difíciles entre los profesionales de la salud, así como analizar la forma en que dicha información refleja la confiabilidad de dichos estudios. Con la inclusión de los factores contextuales en nuestro análisis, el objetivo final de este estudio fue contribuir a una reflexión adicional sobre cómo la manera en la que se presentan los datos contextuales puede enriquecer los resultados de los estudios de grupos focales y fortalecer su confiabilidad y transferencia.

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Método Para analizar los artículos incluidos aplicamos un diseño de investigación mixto, siendo principalmente cualitativo, pero con la incorporación de ciertos elementos cuantitativos (Graneheim & Lundman, 2004; Morse, 2003; Polit & Beck, 2006). Nuestro método fue inspirado también en un diseño cuanti-cualitativo para grupos focales (Grim, Harmon, & Gromis, 2006).

Marco teórico Empleamos el marco de Vicsek (2007, 2010) para analizar los resultados de los grupos focales. Este marco tiene sus raíces en la psicología social y el constructivismo social, y lo entendimos como un instrumento operativo valioso y como una base para el desarrollo de una comprensión crítica del análisis de los grupos focales. Vicsek argumenta que los datos de un grupo focal dependen del contexto y deben ser evaluados y analizados en términos de este. De acuerdo con este enfoque analítico, el contexto se examina en relación con los enunciados específicos. Esto le da un mayor énfasis al proceso por el cual las opiniones emergen y se configuran durante las discusiones del grupo, así como a la importancia de describir y analizar la situación del grupo focal como un todo. El marco de Vicsek (2007, 2010) incluye seis factores situacionales clave (tabla 1): Tabla 1. Factores situacionales de Vicsek Factor situacional

Descripción

Factores interaccionales

Mecanismos psicológicos y socio-psicológicos: influencia social, conformidad, influencia de la minoría, influencia de los individuos, prevención de conflictos, interacciones entre el moderador (investigador) y los participantes.

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Factor situacional

Descripción

Antecedentes demográficos de los participantes; conocimiento del Características personatema discutido entre los miembros del grupo; cómo se comportan y les de los participantes cómo se sienten estando allí; roles asumidos durante la DGF. El moderador

Estilo del moderador; control del grupo; profesionalismo, poder y conocimiento del problema; roles asumidos en la sesión por el moderador: el experto, el retador y el lego que busca entendimiento.

El ambiente

Características físicas del entorno en el que se llevan a cabo los grupos focales y su influencia latente sobre los resultados; características del mobiliario de la habitación, etc.; qué tan tranquilo y aislado está el ambiente en relación a otros espacios; su grado de formalidad.

Factores de tiempo

La hora del día elegida para llevar a cabo una DGF: cuánto dura, hasta qué punto los participantes son capaces de concentrarse en preguntas específicas (por ejemplo, las preguntas que surgen al final de la jornada).

Contenido

Elementos introducidos en la guía o por el moderador de la sesión; información dada a los participantes; lenguaje, orden y estilo de las preguntas; uso de técnicas; qué tan personal es el tema; expectativas de los participantes o de la sociedad.

El marco analítico de Vicsek fue elegido para este estudio ya que reconoce explícitamente los elementos metodológicos específicos que afectan a las DGF. Pocos marcos analíticos hacen hincapié en el vínculo existente entre los contextos de las DGF y el impacto operativo que dichos contextos pueden tener sobre los resultados de la investigación. Sin embargo, dado que el enfoque de nuestro análisis es principalmente cualitativo, también aplicamos e interpretamos el esquema de los factores situacionales de Vicsek de una manera más amplia, utilizándolo como una base analítica para crear conciencia sobre problemas metodológicos y contextuales dentro y fuera de aquellos especificados en el esquema original. Este enfoque, más amplio y de mayor sensibilidad, incluye una evaluación crítica y ofrece una guía más general, en lugar de dirigir a los investigadores hacia los detalles específicos del estudio (Blumer, 1954; Glaser & Strauss, 1967). En consecuencia, en este artículo el concepto de

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factores situacionales se refiere al esquema de Vicsek, mientras que los factores contextuales conceptualizan un enfoque más amplio del fenómeno. Para la organización e interpretación de los resultados, de acuerdo con el marco descrito por Vicsek, hemos utilizado una estrategia de análisis con plantillas, combinándola asimismo con un análisis de contenido. La estrategia del uso de las plantillas nos permitió describir los fenómenos ya conocidos (es decir, los aspectos contextuales y metodológicos) de maneras novedosas, empleando para ello categorías preexistentes basadas en teorías. Dicha plantilla de codificación reduce la cantidad de datos que se consideran y ayuda a establecer las conexiones entre estos (Crabtree & Miller, 1999). También se escogió al estilo de análisis de plantillas porque podía ser refinado, complementado o incluso eliminado a medida que se recolectaban e interpretaban datos adicionales (King, 2004; Malterud, 2001; Polit & Beck, 2006). Analizar los factores situacionales de manera abierta y receptiva nos permitió incorporar elementos nuevos y complementarios al marco teórico original de Vicsek, así como realizar una evaluación crítica conforme a su fundamentación constructivista.

Recolección de datos Como diseño para este estudio se empleó una revisión sistemática de la literatura (Hart, 1998; Melnyk & Fineout-Overholt, 2011). De tal manera, se incluyeron aquellos artículos que emplearan métodos de las DGF en el campo de la salud ocupacional, el estrés y los mecanismos para sobrellevar situaciones difíciles entre los profesionales de la salud. Para ser incluidos en esta selección los estudios debían ser empíricos, con un enfoque cualitativo. Las DGF también tenían que ser el único método de recolección de datos, por cuanto el uso de múltiples métodos podría haber dificultado el diferenciar entre los datos recolectados mediante las DGF y los datos obtenidos por otros métodos.

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Se buscaron registros en las bases de datos Medline, Embase y CINAHL para el periodo comprendido entre enero del 2004 y febrero del 2009, utilizando títulos relacionados con el tema de estudio (por ejemplo, en Medline se emplearon las siguientes palabras clave: grupos focales, investigación cualitativa, personal de la salud, personal hospitalario, lugar de trabajo, estrés y afrontamiento) y palabras en el texto (por ejemplo, en CINAHL se incluyeron estas palabras clave: estudios cualitativos, investigación/estudios empíricos, lugar de trabajo, estrés, estrés ocupacional/manejo del estrés, desgaste profesional, mecanismos para sobrellevar situaciones difíciles, personal de la salud, centro de salud, personal médico y hospital). Se incluyeron estudios de grupos focales publicados en idiomas inglés o escandinavo. En la búsqueda inicial se identificaron 481 artículos, incluyendo los duplicados. Dos de los autores de este artículo leyeron de forma independiente todos los resúmenes y, posteriormente, se obtuvieron los textos completos de los 55 artículos que cumplieron los criterios de inclusión (16 de Medline, 15 de Embase y 24 de CINAHL). De estos, 6 artículos eran duplicados; por tanto, en total se leyeron los textos completos de 49 artículos. Ahora, de estos artículos analizados, 35 fueron excluidos ya que no se referían a grupos focales o a temas relevantes, y de los 14 artículos restantes, se excluyeron 3 adicionales debido a que utilizaban métodos mixtos para la recolección de datos. Finalmente, uno se excluyó debido a que el tema del artículo no era directamente relevante para este estudio, lo cual nos dejó con un total de diez estudios incluidos (figura 1).

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481 artículos identificados Medline (120), Embase (213), CINAHL (148) títulos y resúmenes filtrados

55 artículos incluidos

426 excluidos: no relevantes

6 excluidos: duplicados

35 excluidos: 6 sin grupos focales, 3 sin participantes relevantes, 26 temas no relevantes

49 artículos identificados

14 artículos evaluados y analizados críticamente

4 excluidos: 3 no emplean las DGF de forma exclusiva, 1 tema no relevante

10 artículos incluidos

Figura 1. Selección de artículos

Análisis El análisis de los artículos seleccionados se llevó a cabo en cuatro etapas. En primer lugar, los diez artículos fueron leídos por los tres primeros autores de este artículo, quienes evaluaron de forma independiente su calidad metodológica según los criterios desarrollados por Malterud (2001). De tal manera, los autores evaluaron: el objetivo del estudio, su reflexividad (reflexivity), el método y el diseño, la recolección de datos, el marco teórico, los métodos de análisis, los resultados, la discusión y las referencias. Para evaluar, en términos generales, la calidad metodológica

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de los diez artículos, se emplearon los criterios antes mencionados sumados a la agenda Epicure, la cual sugiere que los criterios no deben utilizarse técnicamente sino que, de ser necesario, los evaluadores deben ser libres de introducir nuevos elementos (Stige, Malterud, & Midtgarden, 2009). Ello se realizó con el fin de establecer si los artículos que en general poseían una mayor calidad metodológica también eran más propensos a tomar en cuenta factores situacionales. En la segunda etapa los artículos se volvieron a leer para contar cada vez que se hacía mención explícita de alguno de los seis factores situacionales identificados por Vicsek (ver tabla 1) y, a su vez, tomamos nota de si estos se discutían ya fuera en la sección “Método”, “Resultados” o “Discusión” de los artículos. En esta etapa del análisis no se llevó a cabo evaluación alguna de estos temas. En tercer lugar, analizamos el significado del texto en cada uno de los artículos en las tres secciones seleccionadas. Nuestro examen incluyó hallazgos relacionados, tanto explícita como implícitamente, con los seis factores en el marco analítico de Vicsek, y estos resultados se etiquetaron como primer, segundo y tercer nivel de códigos, de acuerdo con King, Carroll, Newton y Dornan (2002). Adicionalmente, se identificaron los factores contextuales relevantes, dentro y fuera del marco de Vicsek, cuando estos tenían una posible relevancia metodológica para las DGF. Luego se examinaron los textos de los artículos utilizando una combinación de análisis de plantilla y análisis de contenido cualitativo (Graneheim & Lundman, 2004; Polit & Beck, 2006), lo que condensó el texto en un proceso de seis pasos, conservando el contenido central. El proceso fue el siguiente: 1) en cada artículo se identificaron las palabras y frases que expresaban un significado central (unidades de significado); 2) los datos se condensaron sistemáticamente, sin cambiar el significado original; 3) las unidades de significado condensadas se etiquetaron con un código que expusiese su contenido; 4) se crearon subcategorías de factores situacionales utilizando grupos de códigos; 5) a partir de ahí, estas

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subcategorías se ordenaron de acuerdo con los seis grupos principales reconocidos por Vicsek, y 6) se agrupó en temas adicionales a cualquier unidad de significado relevante dentro y fuera de los temas propuestos por Vicsek.

Confiabilidad Durante el proceso de análisis se realizaron esfuerzos para fortalecer la confiabilidad de nuestra investigación. Por ejemplo, los cuatro autores discutieron la estrategia de búsqueda utilizada para la localización de artículos y dos de los autores leyeron de forma independiente la totalidad de los 481 resúmenes originales identificados. A partir de ahí, se compararon los resultados y se encontraron los 49 artículos relevantes para el estudio. Las versiones de texto completo fueron leídas de forma independiente por las mismas personas que habían realizado la exploración inicial. A lo largo del análisis, los cuatro autores de este artículo discutieron los resultados continuamente. Asimismo, para mejorar aún más el rigor de nuestra investigación, produjimos una detallada bitácora de decisiones (decision trail) en la que proporcionamos datos claros y mutuamente acordados, relativos al proceso de análisis y documentación (Clarke, 1999; Selamat & Hashim, 2008; Whitehead, 2004) para cada uno de los pasos analíticos. Estos hallazgos e interpretaciones se discutieron en seminarios con investigadores senior y estudiantes de doctorado. En la etapa final del análisis revisamos cómo los factores situacionales identificados pudieron haber influido en la confiabilidad de los artículos.

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Resultados Presentaremos los hallazgos del análisis empleando las seis categorías definidas por Vicsek y otras adicionales, etiquetadas como los tres temas integradores emergentes. Durante esta etapa analizamos cada uno de estos factores con base en el material incluido en las secciones de “Método”, “Resultados” y “Discusión” de los artículos seleccionados. Así las cosas, factores situacionales fueron mencionados o descritos 77 veces en las secciones de “Método”, “Resultados” y “Discusión” de los artículos analizados, como se resume en la tabla 2. Se observaron 51 ocurrencias en las secciones “Método”, 9 en “Resultados” y 17 en “Discusión”. Las descripciones de los factores situacionales dentro de cada artículo se produjeron entre 5 y 13 veces (tabla 2). Tabla 2. Presencia de factores situacionales en las secciones “Método”, “Resultados” y “Discusión” de cada artículo

Artículos

Factores situacionales Factores interaccionales M

R

D

Benoit et al. (2007) Blomberg & Sahlberg-Blom (2007)

Características de los participantes M •

Grbich et al. (2008)

Kälvemark et al. (2004)

Morgan & Moffatt (2008)

Raczka (2005) Somer et al. (2004) Thomas et al. (2004)

R

Moderador

D

M

• •

R

D

M

R

D

M

R

D

M

• •

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• •

Número total de factores en cada artículo

Contenido

• •

Factores de tiempo

Ambiente

• •

R

D 5 8 9 8 8 6 13 7


Factores situacionales en estudios de grupos focales

Artículos

Factores situacionales Factores interaccionales M Watmough et al. (2006)

R •

Öhman et al. (2005) Número total de cada factor en las secciones “Método”, “Resultados” y “Discusión”.

D

4

5

Características de los participantes M

R

D

Moderador M

R

D

• •

5

10

Factores de tiempo

Ambiente M

R

D

3

6

9

1

2

8

0

M

R

D

M

3

10

0

1

Número total de factores en cada artículo

Contenido

10

R

D 5 8

0

0

77

Nota: presencia de factores situacionales (•) en cada uno de los diez artículos.

Para establecer si los artículos que en general poseían una mayor calidad tenían asimismo una mayor probabilidad de considerar los factores situacionales se realizó una evaluación de la calidad metodológica, de acuerdo con los criterios específicos desarrollados por Malterud (2001). La calidad de los artículos fue variada, pero se juzgó que tres de ellos poseían una mayor calidad en general; estos, en concreto, fueron los de Kälvemark et al. (2004), Somer et al. (2004) y Öhman et al. (2005). Por su parte, se consideró que cinco de ellos poseían una calidad media general: Benoit et al. (2007), Blomberg y Sahlberg-Blom (2007), Grbich et al. (2008), Morgan y Moffatt (2008) y Thomas et al. (2004). Finalmente, se estimó que dos artículos eran de una calidad metodológica un poco por debajo de media, a saber, los de Raczka (2005) y Watmough et al. (2006). Ahora, si se hubiesen tenido en consideración otros criterios, seguramente los resultados de la evaluación de estos artículos serían diferentes. En general, la conexión entre la calidad metodológica de los artículos y la frecuencia de los factores situacionales pareció ser influyente. Así, los tres artículos calificados como de alta calidad metodológica parecían tener descripciones más frecuentes y exhaustivas de los factores

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situacionales comparados con los demás artículos que analizamos. Por ejemplo, el artículo de Somer et al. (2004), que tenía detalladas descripciones de los datos, también mencionaba una gran cantidad de factores situacionales. Sin embargo, incluso los artículos que fueron clasificados por debajo de calidad media incluyeron datos relativos a los factores situacionales y esto, sostenemos, les ayudó a enriquecer la calidad general de sus conclusiones. Este fue el caso del artículo de Raczka (2005), en el cual el valor de los datos se vio reforzado por la inclusión de descripciones sobre cómo las sesiones del grupo focal se organizaron en escenarios conocidos para los miembros del grupo, lo que se constituyó en un contexto más seguro para que los participantes compartieran información personal. Del mismo modo, Watmough et al. (2006) plantean que las notas tomadas por los investigadores durante las sesiones sobre la dinámica y la influencia de grupo se incorporaron en el análisis de las transcripciones, contribuyendo así a fortalecer la calidad de los datos. La tabla 3 presenta un resumen de los resultados de la revisión. Tabla 3. Factores situacionales con subcategorías y ejemplos de códigos que surgieron de los análisis cualitativos Factores situacionales (primer nivel de códigos)

Factores interaccionales

Subcategorías (segundo nivel de códigos)

Unidades de significado condensadas (tercer nivel de códigos)

Atmósfera

Franqueza, empatía, compartir y apoyar, silencio, reflexión.

Poder

Tensión, dominio, influencia, angustia, ideas individuales, desacuerdo.

Dominio del investigador dentro del entorno grupal

Preguntas, grabación, monitoreo, toma de notas.

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Factores situacionales en estudios de grupos focales

Factores situacionales (primer nivel de códigos)

Subcategorías (segundo nivel de códigos)

Unidades de significado condensadas (tercer nivel de códigos)

Antecedentes sociales y demográficos

Edad, género, religión, origen étnico, grupo socioeconómico.

Experiencia profesional

Profesión, título, experiencia, tiempo completo/parcial, tiempo con los pacientes, relaciones con los clientes.

Categorización de los grupos

Muestreo, reclutamiento, voluntad de participación, exclusión, anonimato, confidencialidad, tamaño del grupo.

Procesos en las DGF

Estrés, cansancio emocional, relaciones, conflictos, emociones, llanto.

Roles del moderador y del comoderador

Introductorios y de apoyo.

Credibilidad del moderador

Imparcial y profesional.

Técnicas del moderador

Incita a más preguntas, estimula la discusión.

Contexto físico

Lugar de trabajo.

Perturbaciones

No alterado y sin interrupciones.

Limitaciones

Número de profesionales en las DGF, número de DGF por cada grupo.

Factores de tiempo

Duración

Entrevistas duraron aproximadamente dos horas, momento del día.

Contenido

Calidad de la guía de entrevista

Preguntas abiertas que permitían flexibilidad.

Características personales de los participantes

Moderador

Ambiente

* Temas emergentes e integradores: Seguridad psicológica: entorno familiar, vacilación, desapego psicológico. Cuestiones éticas: participación informada y voluntaria, consentimiento, dilemas, situaciones difíciles. Problemas de las instituciones: restricciones, apoyo por parte del empleador o de la organización, falta de apoyo. Nota: *Desarrollado durante el análisis cualitativo basado en los datos contextuales que no pudieron ser categorizados empleando el marco analítico original.

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¿Cómo se expresaron los factores situacionales? Nuestro análisis cualitativo indicó que en los diez artículos seleccionados se hizo referencia a los factores situacionales con mayor frecuencia en la sección “Método”, mientras que en las secciones “Resultados” y “Discusión” dicha mención o detalle fue mucho más limitada e, incluso, rara vez analizada o discutida en los “Resultados” de los artículos. Por otra parte, ninguno de los diez textos empleó explícitamente el concepto de factores situacionales, pero algunos mencionaron parcialmente fenómenos contextuales, que eran similares a los factores situacionales, discutiendo el impacto que estos tuvieron en la generación y la calidad de los datos (ver tabla 3). Dos de los seis factores situacionales identificados por Vicsek, a saber, los factores interaccionales y las características personales de los participantes, se expresaron y se discutieron con mayor frecuencia en las secciones “Método”, “Resultados” y “Discusión” de los artículos. Nuestro análisis cualitativo mostró que la mayoría de los factores identificados en dicho proceso podrían ser categorizados utilizando el marco de Vicsek de análisis de factores (ver tabla 3). Sin embargo, se añadieron tres temas integradores emergentes (a saber: la seguridad psicológica, los asuntos éticos y la información institucional), debido a que cierto material identificado no encajaba en el esquema original de Vicsek. A continuación se analizan cada uno de los factores situacionales por separado. Factores interaccionales

El análisis cualitativo reveló que las unidades de significado asociadas a los factores interaccionales se podrían resumir, condensar y organizar en tres subcategorías: atmósfera, poder y dominio de los investigadores dentro de los escenarios grupales. Estos factores interaccionales fueron mencionados y descritos en los artículos casi con la misma frecuencia en

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Factores situacionales en estudios de grupos focales

todas las tres secciones que analizamos. Por ejemplo, en los artículos de Morgan y Moffatt (2008), Kälvemark et al. (2004) y Somer et al. (2004) las dinámicas de grupo fueron puestas de relieve en las secciones “Método” y se las percibió como esenciales para resaltar asuntos clave dentro de los procesos de las DGF. Cuestiones presentadas en la sección “Método” de los artículos incluían el uso que el moderador hacía de los ejercicios de enfoque para desafiar los supuestos de los miembros de los grupos, así como su habilidad para lograr centrar la atención y retornar al grupo al tema de investigación que se estuviese discutiendo. La prevención de desequilibrios de poder o tensiones fue importante, así como lo fueron la facilitación y la expresión de opiniones personales, razón por la que los artículos destacaron la importancia de establecer una atmósfera cálida, libre y abierta en el proceso de la DGF. En la sección “Resultados” del artículo de Grbich et al. (2008), los investigadores observaron cómo los desacuerdos entre los miembros del grupo son a veces evidentes en las DGF y, a menudo, difíciles de separar de las preocupaciones relacionadas con la investigación que realmente se está llevando a cabo. En su artículo, los investigadores plantean que los desacuerdos estaban relacionados con el tema de investigación mismo (la forma de incluir la investigación en una cultura de atención en salud), el cual ya era motivo de disputa entre el personal del hospital y la alta dirección. Morgan y Moffatt (2008), en su estudio de las experiencias de cuatro equipos de enfermeros comunitarios, reflexionaron sobre cómo los grupos focales también pueden ser una experiencia catártica para los participantes, ayudándolos a sobrellevar las difíciles y emocionalmente agotadoras interacciones con los pacientes. Somer et al. (2004) también destacaron la importancia de las DGF, en especial en términos de su dinámica de grupo potencialmente positiva y las oportunidades que ofrecen para la franqueza, la empatía, el compartir y el apoyar, así como para el silencio y la reflexión. Del mismo modo, las notas tomadas por Watmough et al. (2006) durante las DGF reflejaron la importancia

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de las interacciones de grupo. Asimismo, Kälvemark et al. (2004) señalaron que los intereses, los valores y las jerarquías asociadas a las relaciones profesionales de los participantes también impactaron los resultados de las DGF. Estos hallazgos de aspectos interaccionales pueden ser inherentes a las DGF, pero también pueden ser resultado de tales grupos. En las descripciones de los factores interaccionales en las secciones “Discusión” de los artículos de Blomberg y Sahlberg-Blom (2007) y Somer et al. (2004), los investigadores plantean que el hecho de que los miembros del grupo se involucren mutuamente puede estimular la reflexión sobre el tema tratado. Señalaron también cómo las relaciones negativas, ya sean profesionales, laborales o de poder, pueden igualmente tener un impacto en la libre expresión de las ideas. Grbich et al. (2008) anotan que las opiniones pueden cambiar durante las diferentes etapas de una DGF y que las respuestas de los participantes pueden pasar de estar primero en contra, a estar finalmente a favor. En este sentido, Öhman et al. (2005) indican que, en el curso de las DGF, la dominancia de los investigadores cambió de ser vista como una amenaza potencial para el éxito de la discusión, a ser un problema menor. Características personales de los participantes

Identificamos cuatro subcategorías en las unidades de significado durante nuestro análisis cualitativo de las características personales: los antecedentes sociales y demográficos de los participantes, su experiencia profesional, la categorización de los diferentes grupos focales y los procesos en las DGF. En todos los artículos que analizamos los participantes fueron clasificados en función de factores como sus antecedentes sociales y profesionales en la sección “Método”. Por ejemplo, Benoit et al. (2007) y Öhman et al. (2005) mencionan la edad y el género de los participantes, mientras que Kälvemark et al. (2004) presentan sus experiencias

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ocupacionales. Por su parte, Raczka (2005), Blomberg y Sahlberg-Blom (2007) y Thomas et al. (2004) resaltaron la importancia de que los participantes tengan antecedentes similares, argumentando que esta es una forma útil para lograr el entendimiento mutuo entre ellos. De forma similar, Morgan y Moffatt (2008) recomendaron el uso de grupos ya formados previamente para facilitar el acceso a datos que ocurren de “manera natural” (en su caso particular, los datos del contexto social en el que las ideas se generan y se utilizan para sustentar decisiones clínicas reales). Cuatro de los artículos (Somer et al. [2004], Watmough et al. [2006], Öhman et al. [2005] y Thomas et al. [2004]) destacaron las consideraciones metodológicas y éticas relacionadas con la participación voluntaria e informada, el consentimiento y el anonimato. Grbich et al. (2008) utilizaron grupos de personal ya establecidos para definir el grupo focal dentro de su estudio y para reflexionar sobre el alto número de nuevos participantes que también se incluyeron en las rondas posteriores de DGF desarrolladas en múltiples etapas. En la sección “Resultados” de los artículos de Kälvemark et al. (2004), Somer et al. (2004) y Thomas et al. (2004), los investigadores describieron los desafíos que los profesionales de la salud enfrentan al tratar de permanecer distantes frente a eventos traumáticos, especialmente cuando dichos eventos involucran a clientes de su propia comunidad. Estos artículos también refirieron cómo los procesos en las DGF podían acentuar los conflictos ligados a las jerarquías profesionales o a las diferencias en puntos de vista existentes, por ejemplo, en cuestiones relacionadas con la manera de respetar la integridad del paciente. En las secciones “Discusión” de estos artículos se plantearon preocupaciones relativas a cuestiones tales como la construcción social de las actitudes de los participantes, la importancia de las emociones y la reticencia de los miembros más jóvenes del grupo para hacer comentarios delante de sus colegas más experimentados en el mismo grupo focal, o para colaborar con ellos (Benoit et al., 2007; Morgan & Moffatt, 2008; Somer et al., 2004; Thomas et al., 2004).

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Por su parte, los asuntos relacionados con el tamaño del grupo y la posibilidad de que los participantes se retirasen durante las DGF fueron planteados por Grbich et al. (2008) y Öhman et al. (2005). El moderador

Los hallazgos con respecto a los moderadores de las DGF se condensaron y organizaron en tres subcategorías: los roles de los moderadores y de los asistentes, su credibilidad y sus técnicas (incluyendo el uso de sugerencias para estimular el debate y la conversación). Los artículos enfatizaron la importancia del rol que tienen los moderadores y los comoderadores de permitir la discusión y las actividades continuas durante las DGF. Al moderador (al que a veces también se le denomina “facilitador”) se lo describe en la sección “Método” de todos los artículos, con la excepción de Watmough et al. (2006), y apenas si se lo menciona en las secciones “Resultados” y “Discusión”. En el artículo de Blomberg y Sahlberg-Blom (2007) el papel del moderador se considera importante en términos de la manera en que se formulan y presentan las preguntas introductorias, así como por su labor al motivar a todos los miembros del grupo para que participen continuamente en la discusión y en las demás actividades. Algunos artículos, como el de Benoit et al. (2007), indicaron que el papel del comoderador (al que también llamaron “asistente” en su caso) era tomar notas y participar en las DGF en curso, según fuese necesario. Los investigadores reflexionaron sobre los procesos metodológicos implicados y cómo las preguntas también podrían ser planteadas por los comoderadores dentro de las DGF. En la sección “Resultados” del artículo de Somer et al. (2004) se describe que el moderador, siendo un miembro del grupo, tenía que estar pendiente de la atmósfera general y responder según correspondiera. Esto se ejemplificó con la descripción de un grupo focal que permaneció en silencio durante largos periodos de tiempo cuando se pidió a los participantes reflexionar sobre

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los casos que requerían la notificación de la muerte de un ser querido que había sido miembro de su propia comunidad. En la sección “Discusión” del artículo de Blomberg y Sahlberg-Blom (2007), los investigadores plantean que el comportamiento de un moderador puede influir en un grupo si se utilizan preguntas abiertas, mientras Grbich et al. (2008) se refirieron al impacto que las habilidades de un facilitador pueden tener en la capacidad de las personas para responder a las preocupaciones identificadas, así como sobre la capacidad del facilitador para permanecer objetivo e impasible. El ambiente

Condensamos y categorizamos los datos situacionales relacionados con el ambiente (incluyendo factores físicos y sociales) en tres subcategorías: el contexto físico, las perturbaciones y las limitaciones (por ejemplo, el número de testimonios en cada grupo focal y el número de sesiones del grupo). Los factores ambientales fueron mencionados en las secciones “Método” de todos los artículos, excepto dos: Benoit et al. (2007) y Kälvemark et al. (2004), aunque en este último dichas ambientales se mencionaron en la sección “Discusión”. Por su parte, Somer et al. (2004) las presentaron en las secciones “Método” y “Discusión”, mientras que Öhman et al. (2005) solo incluyeron estos temas en la sección “Discusión”. Los factores ambientales no fueron mencionados en la sección “Resultados” de ninguno de los artículos. Asimismo, los artículos tampoco reflexionaron sobre la posible influencia de los factores ambientales en los procesos de investigación o sobre el tipo y la calidad de los datos obtenidos. Salvo un artículo, todos describieron DGF que habían sido llevadas a cabo en contextos laborales, pero en este caso no reflexionaron sobre las ventajas o desventajas de este tipo de contextos. Los artículos también destacaron los esfuerzos por mantener los procesos de DGF tranquilos y sin interrupciones, un reto complicado para

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algunos investigadores que operaron en ambientes laborales muy concurridos. Morgan y Moffatt (2008) señalaron que las DGF analizadas por ellos tuvieron lugar durante la hora del almuerzo, mientras Grbich et al. (2008) indicaron que las DGF evaluadas en su caso se celebraron fuera del horario habitual de trabajo y que los participantes fueron compensados ​​económicamente por su participación. Para el caso de Blomberg y Sahlberg-Blom (2007), estos señalaron que no se permitieron perturbaciones relacionadas con el trabajo durante sus DGF, mientras Raczka (2005) recomendó que las DGF se celebren en contextos físicos familiares para los miembros del grupo. Somer et al. (2004) también identificaron ejemplos de posibles limitaciones ambientales que pudieron haber comprometido la riqueza de sus datos. Estas incluyeron DGF en las cuales todos los participantes tenían la misma profesión y en las que se llevó a cabo solo una sesión con un único grupo. Factores temporales

Rara vez se describieron unidades de significado cualitativas relacionadas con la cuestión del tiempo. Por tanto, resumimos y condensamos este material en una sola subcategoría: la duración de las DGF. En la mayoría de los artículos la duración de las DGF fue mencionada en las secciones “Método”, y aunque Somer et al. (2004) incluyeron temas relacionados con el tiempo en la sección “Discusión” de su artículo, en ninguno de los otros textos se hizo mención de esto en las secciones “Resultados”. Si bien el asunto de la duración de las discusiones de grupo se menciona en dicho artículo, sus autores no exploraron las consecuencias de ello para la calidad de la recolección de datos. Cada una de las DGF en los artículos que analizamos duró entre una y dos horas, por lo general entre sesenta y noventa minutos. En el artículo de Grbich et al. (2008) se describió un enfoque de grupo focal de varias etapas, de manera tal que dichos grupos focales se llevaron a cabo por un periodo de tres años.

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Contenido

Las cuestiones acerca del contenido de las DGF se describen brevemente en las secciones “Método” de los artículos que analizamos. Por lo tanto, en la fase de interpretación de nuestra investigación condensamos y resumimos unidades de significado en una sola subcategoría: la calidad de la guía de entrevista utilizada. Blomberg y Sahlberg-Blom (2007), Kälvemark et al. (2004), Raczka (2005), Thomas et al. (2004) y Öhman et al. (2005) incluyeron en las secciones “Método” de sus artículos material relacionado con las guías de entrevista y las preguntas de las DGF. Por su parte, Somer et al. (2004) describieron el uso de una guía de temas escrita, la cual fue proporcionada por anticipado y especificaba diez preguntas abiertas que podrían utilizarse simultáneamente tanto para dirigir la DGF como para permitir la flexibilidad dentro de las interacciones del grupo focal. De manera similar, Watmough et al. (2006) informaron que la DGF presentada en su artículo involucraba temas previamente seleccionados. Benoit et al. (2007) señalaron que la DGF en su estudio comenzó con los participantes completando un cuestionario demográfico. Otros investigadores hicieron hincapié en la singularidad del tema de investigación y su importancia para el resultado de las DGF.

Conclusiones dentro y fuera del esquema de análisis: temas integrativos emergentes Como se señaló anteriormente, el análisis cualitativo de las categorizaciones reveló que no todo el material reportado en los artículos revisados ​​podría enmarcarse en los seis factores situacionales clave de Vicsek. Algunos artículos hacían referencia a situaciones de duda y distanciamiento psicológico entre los miembros de los grupos focales (Morgan & Moffatt, 2008; Thomas et al., 2004), lo cual indica una falta de seguridad

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psicológica percibida por los miembros que exhibieron dichos comportamientos; por su parte, Rączka (2005) hizo hincapié en la importancia de proporcionar un ambiente seguro para que los participantes puedan compartir información personal. Por su parte, Somer et al. (2004) plantearon que el moderador, como miembro del grupo, necesitaba estar consciente de la atmósfera general del grupo y responder en consecuencia. Unos pocos artículos mencionaron asuntos éticos, tales como la necesidad de manejar situaciones delicadas o reacciones emocionales dentro de las DGF (Somer et al., 2004) o el derecho de los participantes a retirarse de la discusión (Blomberg & Sahlberg-Blom, 2007). Por otra parte, Blomberg y Sahlberg-Blom (2007) señalaron que cuestiones institucionales también pueden influir en los resultados de las DGF: por ejemplo, las instituciones del área de la salud o los empleadores en general pueden apoyar a los profesionales de la salud en el manejo de situaciones estresantes, y esta información puede influir no solo en los procesos de grupo involucrados en las DGF, sino también en la necesidad de un análisis más contextualizado de tales resultados. Por el contrario, cuando las restricciones institucionales intensifican la angustia relacionada con preocupaciones éticas, la ausencia de debate o de apoyo de la organización en el lugar de trabajo puede socavar la capacidad de las personas para hacer frente a estos dilemas (Kälvemark et al., 2004). Como hemos sugerido, datos y detalles como estos no podían ser clasificados dentro de las categorías especificadas en el marco de Vicsek. Por tanto, resumimos y condensamos este material en tres temas: seguridad psicológica, cuestiones éticas e información institucional. La seguridad psicológica de los miembros del grupo puede ser considerada como un factor interaccional; sin embargo, factores interaccionales parece ser una expresión vaga y, al mismo tiempo, demasiado abarcadora. De tal manera, debido a que estos factores contextuales difieren del esquema del Vicsek, han sido reportados como temas emergentes e integrativos (ver tabla 3).

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Discusión ¿Qué aportan los factores situacionales al análisis de los resultados de los grupos focales? Nuestro análisis indica que una revisión exhaustiva de los factores situacionales, junto con una descripción pormenorizada de aquellos específicos, ayuda a generar detalles analíticos más concretos y permite profundizar los hallazgos reportados. Esto se debe a que una discusión de estos asuntos permite esclarecer el contexto y contribuye a lograr un detalle exhaustivo, así como una mejor comprensión. Además, el análisis de extractos del proceso del grupo ayuda a ampliar el enfoque de análisis de los datos generales y a fortalecer su impacto y validez comunicativa (Duggleby, 2005; Kvale & Brinkmann, 2009; Wilkinson, 1998). Tres de los artículos analizados en este estudio, a saber, Blomberg y SahlbergBlom (2007), Kälvemark et al. (2004) y Somer et al. (2004), describieron los factores situacionales en detalle. Por el contrario, Watmough et al. (2006) incluyeron pocos detalles descriptivos de los factores situacionales en su artículo lo cual, como resultado, debilitó sus posibilidades de contextualización. Nuestro estudio ha demostrado que, de todos los factores situacionales analizados, las características de los participantes y el papel de los moderadores son especialmente importantes. Por ende, sostenemos que estos factores deberían ser considerados explícitamente dentro de las investigaciones con el fin de aumentar su confiabilidad y la calidad de sus hallazgos. Nuestro análisis indica que aunque la mayoría de los diez artículos de nuestro estudio no tuvo en cuenta el papel de los moderadores en las DGF, este puede incidir fuertemente en los hallazgos y los productos de la investigación y, en consecuencia, debe ser analizado en profundidad. Blomberg y Sahlberg-Blom (2007) discutieron el papel de

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los moderadores en los procesos de grupo (incluyendo, por ejemplo, su función de alentar a los participantes a tomar parte en la discusión), y en relación a cómo los moderadores influyen en la generación y la validación de los datos. Morgan y Moffatt (2008) describieron la manera en la que compararon las grabaciones de las DGF con las notas escritas tomadas por los comoderadores, ello con el fin de validar los resultados; pero ningún artículo mencionó o discutió de qué manera las características personales o el género de los moderadores influyeron las DGF. Una evaluación de los procesos sociales también debe ser parte integral e importante del análisis de los datos. Por ejemplo, la presión ejercida dentro de los grupos por llegar a consensos puede dar lugar a que los participantes modifiquen sus opiniones a fin de minimizar la posibilidad de conflictos (Asch, 1951). De manera significativa, estos efectos modificadores de la conducta individual apenas si fueron descritos en los artículos que analizamos. Habiendo sido moderadores nosotros mismos, reconocemos la importancia de crear una atmósfera de grupo segura que permita la aparición de potenciales desacuerdos. En nuestra actividad profesional hemos observado cómo los participantes a veces prefieren abstenerse de expresar sus opiniones individuales con el fin de lograr consensos, a pesar de que esto puede no ser necesariamente el objetivo deseado de una DGF. En otras situaciones, hemos observado que los participantes han tratado de minimizar los desacuerdos entre si han logrado evaluar adecuadamente las diferentes opiniones o no. Esta también es una razón para resaltar la seguridad psicológica de los miembros del grupo como un tema emergente más allá del esquema de análisis. Para captar mejor y más a fondo un fenómeno como la seguridad psicológica en relación con la metodología de los grupos focales, se debería incluir en el esquema de análisis el término pensamiento grupal, descrito por MacDougall (1997). Este se produce dentro de las DGF especialmente cuando sus miembros tratan de llegar a un consenso o toman una decisión sin una evaluación crítica de los diferentes puntos de

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vista, o cuando tratan de minimizar los conflictos. Por tanto, el fenómeno de pensamiento grupal se encuentra en línea con la plataforma constructivista y psicosocial del esquema.

Aspectos de confiabilidad y calidad Nuestra investigación indicó que la presencia de un análisis o de una discusión de los factores situacionales dentro de un artículo puede ser un indicador útil de su calidad metodológica. Es así como los tres artículos calificados como los de mayor calidad metodológica incluyeron descripciones de un número importante de factores situacionales, y en todos ellos se debatieron estos asuntos en las tres secciones que analizamos. Ese fue también el caso de los artículos de Grbich et al. (2008) y Thomas et al. (2004), calificados como de mediana calidad general. Así las cosas, parece que hay una relación entre el nivel de detalles situacionales incluidos en un artículo y su calidad metodológica. Una descripción completa del contexto analítico facilita una interpretación del significado y de la importancia de la investigación (Denzin & Lincoln, 1998; Hoddinott & Pill, 1997); por el contrario, la ausencia de factores contextuales dentro de un análisis puede ser entendida como un factor que debilita la validez de la investigación (Vicsek, 2007, 2010; Waterton & Wynne, 1999). De acuerdo con un enfoque constructivista analítico en el cual se enfatizan las interacciones sociales y el contexto, los aspectos metodológicos de las DGF deben ser articulados y dilucidados (Fern, 1982; Twohig & Putnam, 2002). Al proporcionar datos más ricos, un análisis de los factores situacionales puede fortalecer la confianza, la credibilidad, la fiabilidad, la transferencia y la posibilidad de confirmación de la investigación (Lincoln & Guba, 1985; Porter, 2007; Rolfe, 2006). Asimismo, sostenemos que la credibilidad y la fiabilidad del análisis de la investigación también pueden fortalecerse cuando los detalles

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relativos a los factores situacionales se entretejen con declaraciones de los participantes, así como con transcripciones y citas contextualizadas. Sin embargo, un análisis de los contextos registrados de las DGF por medio de detalles a un nivel individual y mediante el uso de declaraciones personales seleccionadas necesitará ser complementado también con un análisis más amplio del grupo como un todo (Vicsek, 2007, 2010). Dicho análisis podría incluir, por ejemplo, los datos de las DGF relacionados con interacciones entre los miembros, que de otra manera podrían ser reportadas exiguamente (Duggleby, 2005; Wilkinson, 1998). La transferencia de los resultados de la investigación se ve reforzada cuando se ofrecen los factores situacionales que contextualizan los hallazgos a un nivel de detalle que facilite su aplicación en otros contextos, como lo han hecho Somer et al. (2004). Por otra parte, la probabilidad de confirmación se incrementa cuando el análisis y la interpretación de los datos están fuertemente fundamentadas en los datos contextuales. Por ejemplo, en los artículos de Blomberg y Sahlberg-Blom (2007), Kälvemark et al. (2004) y Morgan y Moffatt (2008) se presentan extractos de los procesos de grupo, informando explícitamente a los lectores acerca de las secuencias de interacción, lo cual fortalece la confiabilidad de los resultados de la investigación.

Las experiencias con el uso de un esquema de análisis de plantilla En un análisis cualitativo de contenido las categorías utilizadas deben ser exhaustivas y mutuamente excluyentes, evitando que se superpongan (Graneheim & Lundman, 2004). En nuestro análisis cualitativo de la categorización de los datos encontramos que los factores interaccionales y las características personales de los participantes se superponían parcialmente, aunque la mayoría de nuestros hallazgos podían

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incluirse específicamente en uno de los seis factores situacionales clave propuestos por Vicsek. En nuestro estudio hemos ampliado las categorías de los factores situacionales reconocidos con tres temas integrativos emergentes (ver tabla 3). Según King et al. (2002), los temas integrativos cumplen una función importante al posibilitar la producción de un análisis más holístico del que podría realizarse con un enfoque de plantilla. En consecuencia, creemos que estos temas adicionales deberían ser considerados como elementos metodológicos suplementarios para futuros análisis de DGF, de manera que permitan enriquecer el enfoque analítico de las investigaciones y, por tanto, de los datos generados y evaluados. Los tres temas deberían ser incorporados en el mejoramiento de los marcos para la comprensión de los factores situacionales, tales como los utilizados por Vicsek u otros enfoques analíticos de plantilla (King, 2004; Polit & Beck, 2006).

Reflexiones metodológicas y epistemológicas Los métodos para la síntesis de los estudios cualitativos están aún en desarrollo, mientras que las revisiones sistemáticas basadas en estudios cuantitativos permiten un reanálisis de los datos cuantitativos conglomerados o individuales, y sus métodos son más estandarizados. En nuestro caso, elegimos una estrategia de búsqueda exhaustiva mediante la cual intentamos identificar todos los estudios existentes en nuestro tema de interés, pero puede haber sucedido que no lo hayamos logrado por completo, porque las palabras clave y los filtros están todavía en desarrollo. No obstante, en nuestra experiencia los estudios incluidos al final no aportan mucho más a los hallazgos y, además, sentimos haber llegado a la saturación de los datos. La calidad metodológica general de los diez artículos fue juzgada por medio de los criterios específicos de Malterud (2001). Tal evaluación,

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basada en criterios, puede ser defendible solo si los estudios evaluados se basan en un fundamento epistemológico correspondiente (Stige et al., 2009) y cuando los investigadores tienen los criterios en mente al realizar y al publicar sus estudios. Pero con estándares más generales como la agenda Epicure la evaluación de estos artículos pudo haber sido realizada de manera distinta. Ya que no utilizamos la evaluación para excluir estudios sino para obtener un conocimiento profundo, nos pareció muy útil la herramienta de evaluación. El propósito de esta revisión fue ampliar el conocimiento acerca de los factores que podrían contribuir a la comprensión de los hallazgos, así como aumentar la transferencia al revelar más sobre el contexto de la investigación. Elegimos el esquema de Vicsek para los factores situacionales como punto de partida y combinamos un análisis de plantilla y un análisis de contenido para interpretar los datos de los estudios incluidos. El enfoque de plantilla es flexible y se puede adaptar a las necesidades de un estudio, pero la plantilla de codificación en sí misma también puede ser demasiado compleja para ser manejable o demasiado simple para permitir interpretación profunda (King, 2004). Así, el esquema de análisis de plantilla pudo haber reducido nuestro campo de acción en la búsqueda de datos contextuales, pero lo que experimentamos fue que el uso de tal estilo de análisis incremental demostró el valor de un enfoque abierto y flexible hacia la comprensión y el análisis del complejo fenómeno de los factores contextuales. Los factores situacionales: un concepto que posibilita la sensibilización

En el marco analítico propuesto por Twohig y Putnam (2002) los factores situacionales son también reconocidos como posibles factores que tienen un influjo sobre los resultados y los datos generados a través de las DGF. Según dichos autores, estos factores incluyen: los procesos de

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selección, los criterios de inclusión y exclusión, la especificación del número y del tamaño de los grupos, la descripción de los participantes, la tasa de participación, el papel de los investigadores, la duración de las sesiones y la configuración del espacio físico de las DGF. Al igual que el enfoque conceptual de Vicsek, el marco de Twohig y Putnam también puede ser utilizado como una herramienta para facilitar la incorporación de dimensiones contextuales y metodológicas más profundas en la investigación y en el análisis, y como una forma de validar los resultados del grupo focal. Por el contrario, los enfoques abiertos con mayor posibilidad de sensibilización permiten a los investigadores concentrarse en cuáles podrían ser todas las implicaciones de los diversos factores situacionales, en lugar de permitir que se focalicen únicamente en el contenido actual de estos factores, lo cual implica que deben ser capaces de buscar el examen de su significado latente y no solo de su significado manifiesto, y reflexionar sobre los impactos que podrían tener y que de otra manera no se reconocerían plenamente. Un enfoque más amplio y más flexible, como nuestra investigación ha puesto de manifiesto, ayuda a capturar una mayor cantidad de datos contextuales relevantes, lo que proporciona suficiente detalle como para la valoración crítica y rigurosa de las DGF. Reflexiones epistemológicas

Los datos cualitativos son influenciados por cómo las personas dan sentido a las experiencias dentro de los contextos de investigación (Denzin & Lincoln, 1998). Desde un punto de vista constructivista, los datos no pueden ser vistos como independientes del contexto en el que se encuentran; en cambio, los datos se crean en y a través de los procesos que intervienen en la construcción de sentido (Kvale & Brinkmann, 2009). En nuestro estudio se llevaron a cabo diferentes niveles de contextualización de la investigación: en primer lugar, en el análisis sobre de las percepciones de los

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participantes dentro de las DGF por parte de los investigadores originales de cada uno de los artículos (al dar sentido a las respuestas de los participantes); luego por las descripciones y análisis de los hallazgos por parte de los autores originales y, por último, por nuestras propias interpretaciones de los artículos y de sus hallazgos. Por tanto, nuestra identificación e interpretación de los factores situacionales señalados en los artículos se basa en los datos ya interpretados previamente. Giddens (1984, 1993) sostiene que existe una doble hermenéutica entre los distintos niveles de interpretación: un mutuo proceso de interpretación de doble vía, en el cual cada interpretación influencia a la otra. Estos procesos ocurren cuando, por ejemplo, los investigadores intentan describir los marcos de significado y las referencias de los participantes, y de nuevo cuando los investigadores utilizan descripciones de categorías para interpretar los datos empleando marcos de significado (Gilje & Grimen, 1995). Así, cuando categorizamos los datos contextuales y metodológicos de cada uno de los artículos en los factores situacionales específicos, nuestra interpretación representó una dimensión adicional de la interpretación y estableció, por tanto, una relación entre la interpretación y el sentido. Sostenemos que esta etapa de la interpretación puede influir significativamente en los procesos de categorización, análisis y refinamiento de los factores contextuales que, a su vez, ayuda a mejorar la confiabilidad de nuestras propias conclusiones. Los aspectos de la doble hermenéutica tienen implicaciones importantes para la investigación. En nuestro análisis encontramos que es útil enfocarse en un campo específico e incluir todos los artículos que cumplieron con los criterios de inclusión dentro de dicho campo. Sin embargo, nuestro enfoque específico de análisis en el área de la salud ocupacional, el estrés y los mecanismos para sobrellevar las situaciones difíciles, así como nuestros antecedentes como investigadores del área de los servicios de salud y de los profesionales de la salud, pudo haber influido en nuestra inclusión y en nuestra interpretación de los datos registrados. Esta restricción también pudo haber limitado la transferencia de nuestros

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hallazgos. En nuestro caso, un enfoque más amplio, por ejemplo, podría haber significado que el número de artículos incluidos hubiese necesitado ser más grande. Sin embargo, si se hubiesen incluido más artículos, el análisis cualitativo podría haber sido más desafiante o difícil de realizar. El marco analítico de Vicsek se utilizó como base para la construcción de un marco crítico de evaluación que permitió la aplicación de un diseño de investigación mixto, con un enfoque principalmente cualitativo, con elementos cuantitativos incorporados. Nuestra focalización, como criterio de inclusión, en el área de la salud ocupacional, el estrés y los mecanismos para sobrellevar las situaciones difíciles entre los profesionales de la salud tuvo un alcance limitado y ello hizo posible la aplicación de un marco de análisis profundo para evaluar cualitativamente los diez estudios que seleccionamos. Las competencias y experiencias de investigación complementarias entre los cuatro autores de este artículo nos ayudaron con la interpretación de los estudios y a reforzar la validez de la investigación, especialmente la validez comunicativa entre los investigadores implicados y, en un sentido más amplio, entre nosotros y aquellos que, a su vez, utilizarán nuestra propia investigación.

Conclusiones e implicaciones Las DGF son un método valioso para la recolección de datos relativos a las experiencias personales y a los fenómenos sociales. El reconocimiento y el reporte de los factores contextuales que inciden en las DGF, y de cómo estos influyen en el proceso de investigación, ayuda a establecer procesos de investigación más transparentes que están fundamentados en datos contextuales. Las descripciones de los factores situacionales en la investigación también contribuyen a mejorar la confiabilidad de los estudios, al ayudar a los lectores a decidir si los resultados son transferibles a otros contextos. Como hemos señalado, el grado en que se describen

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los factores contextuales dentro de los artículos puede ser una indicación de su calidad metodológica general. La inclusión de datos relativos a los factores contextuales requiere necesariamente un mayor rigor metodológico en todas las etapas del proceso de investigación. El marco analítico de Vicsek, como hemos indicado, es útil durante el proceso de investigación y se puede aplicar en ella desde la etapa inicial del diseño del grupo focal hasta la discusión de sus hallazgos. Adicionalmente, los factores situacionales también pueden ser considerados como un concepto y un fenómeno que permite la sensibilización, abierto a capturar los aspectos contextuales y metodológicos de las DGF más allá de un esquema específico. Cualquiera que sea el enfoque que se utilice, los factores situacionales deben considerarse de manera integral, así como importantes a lo largo de las secciones “Método”, “Resultados” y “Discusión”. Investigaciones futuras deben centrarse en el reporte claro de los factores contextuales, así como en el continuo desarrollo del modelo de Vicsek para mejorar la precisión y la transferencia de información reportada. Agradecimientos

Agradecemos por su ayuda profesional a los bibliotecarios de investigación Ingvild Kirkehei (Norwegian Knowledge Centre for the Health Services) y Helene Lie (Akershus University Hospital). También agradecemos a nuestros colegas por sus constructivos comentarios.

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Artículos de reflexión y análisis



Paradigmas ISSN: 1909-4302 http://publicaciones.unitec.edu.co/ojs/

Sobre las mediciones de corrupción y su relación con el desarrollo y el bienestar en América Latina Carlos Enrique Hernaíz, Mg.

FaCES/ Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela.

Mauricio Phélan, Ph. D.

FaCES/ Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela.

Jonathan E. Camacho, B. A.

IIES/FaCES/ Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela.

Resumen Este trabajo busca identificar, analizar y comparar las mediciones de la corrupción y su conexión con el bienestar en América Latina. Se revisan los diversos indicadores existentes acerca de la corrupción y seguidamente se analiza la metodología para la recolección de los datos, la elaboración y la periodicidad de los índices. Se establecen correlaciones entre las mediciones de la corrupción, el desarrollo humano y el bienestar. En conclusión, se indica que a pesar de un incremento de las mediciones de la corrupción en América Latina, no se ha logrado una cobertura total y existen inconsistencias entre estos índices. En general, el estudio de la corrupción está basado en apreciaciones subjetivas debido a la dificultad para obtener datos empíricos confiables. En otras palabras, se necesita contar con información oportuna, confiable, accesible y transparente sobre el funcionamiento de las instituciones públicas y privadas para poder medir adecuadamente este fenómeno.

CORRESPONDENCIA A LOS AUTORES carloshernaiz@gmail.com mauphelan@gmail.com camacho.jonathan.e@gmail.com INFORMACIÓN DEL ARTÍCULO Recibido: 15.08.2014 Aceptado: 28.08.2014 • Para citar este artículo • To cite this article • Para citar este artigo: Hernaíz, C. E, Phélan, M., & Camacho, J. (2014). Sobre las mediciones de corrupción y su relación con el desarrollo y el bienestar en América Latina, Paradigmas, 6, 131-177.

Este artículo fue presentado como ponencia en el IV Encuentro Latinoamericano de Metodología de las Ciencias Sociales, celebrado en Heredia, Costa Rica, en agosto de 2014. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de Creative Commons 4.0 (https://creativecommons. org/licenses/by-nc-nd/4.0/), la cual permite su uso, distribución y reproducción de forma libre siempre y cuando el o los autores reciban el respectivo crédito.

Palabras clave: Corrupción, desarrollo, bienestar, América Latina.

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Carlos Enrique Hernaíz, Mauricio Phélan & Jonathan Camacho

Measuring corruption and its relationship with development and wellbeing in Latin America

Sobre as medições de corrupção e sua relação com o desenvolvimento e o bem-estar na América Latina

Abstract

Resumo

This paper seeks to identify, analyze and compare systems for measuring corruption and its association with wellbeing in Latin America. It will review the existing indicators on corruption and analyze the methodology for collecting data, and the production and frequency of indexes. It will establish correlations between measurements of corruption, human development and wellbeing. The paper concludes that, despite an increase in the number of measurements of corruption in Latin America, coverage is not complete and there are inconsistencies among the different indexes. In general terms, given the difficulty of obtaining reliable empirical data, the study of corruption tends to be based on subjective judgments. In other words, it is necessary to have access to timely, reliable, accessible and transparent information about the functioning of public and private institutions in order to adequately measure this phenomenon.

Este trabalho busca identificar, analisar e comparar as medições da corrupção e sua conexão com o bem-estar na América Latina. São revisados os diversos indicadores existentes acerca da corrupção e seguidamente é analisada a metodologia para a coleta dos dados, a elaboração e a periodicidade dos índices. São estabelecidas correlações entre as medições da corrupção, o desenvolvimento humano e o bem-estar. Em conclusão, é indicado que apesar de um aumento das medições da corrupção na América Latina, não se consegue uma cobertura total e existem inconsistências entre estes índices. Em geral, o estudo da corrupção está baseado em apreciações subjetivas devido à dificuldade para obter dados empíricos confiáveis. Em outras palavras, se necessita contar com informação oportuna, confiável, accessível e transparente sobre o funcionamento das instituições públicas e privadas para poder medir adequadamente este fenômeno.

Keywords: Corruption, development, welling, Latin America.

Keywords: corrupção, desenvolvimento, bem-estar, América Latina.

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Sobre las mediciones de corrupción

Introducción

D

esde los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial el desarrollo se asumió como sinónimo de crecimiento económico y su medición se realizó mediante el producto nacional bruto (PNB) y el producto interno bruto (PIB). Sin embargo, dadas sus limitaciones desde el surgimiento del PNB/PIB como indicador hegemónico, comenzaron a emerger mediciones que fueron consideradas como alternativas. Desde las primeras aproximaciones de construcción de índices alternativos las dimensiones predominantes han estado asociadas a dominios o derechos sociales y económicos, con una perspectiva fundamentalmente unidimensional. Desde entonces ha sido desarrollado un conjunto de índices orientados a presentar una visión alternativa al desarrollo, entendido solo como crecimiento económico. Uno de los índices alternativos que ha logrado ocupar un puesto protagónico a escala internacional y local como brújula del bienestar, ha sido el caso del índice de desarrollo humano (IDH), fundado sobre las ideas de Amartya Sen y Mahbub ul Haq y auspiciado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Junto al IDH, otros índices similares también han hecho énfasis en dimensiones sociales, económicas y, en algunos casos, ambientales. Nuevos estudios con enfoques multidimensionales destacan la necesidad de observar y, de ser posible, medir el desarrollo. En este orden

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es representativo el estudio realizado por la Comisión sobre la Medición del Desarrollo Económico y Progreso Social (CMPEPS, por su sigla en francés),1 que recomienda de manera explícita enfocar la noción de bienestar como pluridimensional, proponien1 El estudio fue encargado por el entonces presidente de Frando para ello siete dimensiones basadas cia F. Sarkozy, por lo que es en investigaciones existentes, así como conocido como la Comisión Sarkozy, y contó con eminentomadas de numerosas iniciativas desates economistas como son Joseph Stiglitz, Amartya Sen y rrolladas a nivel mundial (Stiglitz, Sen & Jean-Paul Fitoussi. El estudio tenía como misión cuatro aspecFitoussi, 2008). tos fundamentales: 1) determiEl informe CMPEPS marca un hito en nar los límites del PIB para medir el progreso social y reexalas mediciones del desarrollo en el ámbito minar los problemas relativos a su medición; 2) identificar internacional, pues a partir de sus recodatos adicionales para memendaciones el desarrollo —o bienestar dir el progreso social; 3) evaluar la viabilidad de instrumeno progreso social— se comienza a definir tos alternativos de medición, y 4) debatir sobre formas más desde un enfoque multidimensional, inapropiadas para la presentatentando además abarcar dominios objeción de datos estadísticos. tivos y subjetivos de la vida social. En el mismo tenor y de manera paralela, la Oxford Poverty and Human Development Initiative (OPHI), de la Universidad de Oxford, está igualmente abocada al estudio de lo que se han denominado las dimensiones faltantes del desarrollo y la pobreza.2 De igual 2 Para mayor información consultar: http://www.ophi.org.uk/ forma, en varios países de América Latina se adelantan investigaciones desde este novedoso enfoque. A propósito del informe de la CMPEPS, han salido a la luz pública nuevos índices que han incorporado, total o parcialmente, las recomendaciones tanto de la comisión como de la OPHI. Por ejemplo, un índice sumamente interesante es el realizado en el reino de Buthan: el Gross National Happiness (GNH), el cual mide la calidad de vida en términos más holísticos y psicológicos que el PIB. Es un índice sintético que contempla la subjetividad en la medición del bienestar, la cual es considerada tan importante como las medidas objetivas del PIB. Se estudia el bienestar o

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Sobre las mediciones de corrupción

la felicidad de una población a partir de nueve dominios: bienestar psicológico; salud; educación; uso del tiempo; diversidad cultural y resiliencia; gobernabilidad o buen gobierno; comunidad; diversidad ecológica y resiliencia, y nivel de vida. El cálculo del GNH ha recibido apoyo del PNUD y se lleva a cabo aplicando una metodología multidimensional conocida como método de Alkire-Foster (2011). Un segundo índice es The Sustainable Economic Development Assessment (SEDA), elaborado por Boston Group, una consultora de carácter privado que apoya a inversores, empresas y planificadores. Es un índice que mide diez dimensiones del desarrollo socioeconómico, incluyendo factores tales como salud, educación, sociedad civil y ambiente. Un tercer índice es el índice de progreso social (The Social Progress Index), que fue dado a conocer internacionalmente en el 2014. Este índice mide el nivel con el que los países responden a las necesidades sociales y ambientales de sus ciudadanos, y reúne 52 indicadores en tres grandes áreas o dimensiones: necesidades básicas humanas, fundamentos del bienestar y oportunidades. La incorporación de nuevas dimensiones en la medición del desarrollo ha producido un giro bastante importante: la adopción de indicadores subjetivos. En los índices anteriores a la perspectiva pluridimensional los indicadores predominantes eran de carácter objetivo y, en su mayoría, indicadores de resultado. La mayoría eran construidos mediante el procesamiento de datos provenientes de conteos, censos o registros administrativos. Así, a los indicadores tales como esperanza de vida, alfabetismo, PNB, huella ecológica, se agrega en las recientes mediciones un conjunto de indicadores subjetivos de percepción y de opinión. La mayoría de estos indicadores es construida con datos provenientes de encuestas probabilísticas o no probabilísticas y, en algunos casos, combinados con técnicas cualitativas como entrevistas y grupos focales. Es decir, se están combinando indicadores objetivos construidos a partir de conteos y padrones, con indicadores subjetivos construidos con datos provenientes de sondeos o encuestas de opinión.

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Las fuentes de datos resultantes de censos, registros, padrones y conteos para la construcción de indicadores sociales tienen limitaciones y fortalezas que han sido ampliamente estudiadas. Cabe señalar, dentro de las principales limitaciones, aspectos como la periodicidad —en el caso de los censos de población— y la calidad de los datos, el décalage, el subregistro y la oportunidad —en el caso de los registros administrativos—. Dentro de las fortalezas se destacan la accesibilidad, la posibilidad de desagregación, así como los bajos costos.3 Por su parte, las fortalezas y las debilidades de las encuestas, las entrevistas y los sondeos como fuentes de datos para la construcción de indicadores sociales, tal vez han sido menos trabajadas. Es un tema vasto que 3 Para mayor información al respecto ver ONU (1989). precisa de estudio y ensayos sobre evidencias empíricas, más aún cuando se abordan fenómenos con ciertas dificultades en su naturaleza, composición y comprensión, por ejemplo, la medición de fenómenos o aspectos que no tienen registros oficiales como el narcotráfico, la trata de personas u otros fenómenos menos dramáticos como la felicidad o la participación. En este trabajo se ha elegido uno de ellos: la corrupción. ¿Por qué la corrupción? La primera razón es de orden metodológico y tiene que ver con la forma de medirla. La corrupción es un fenómeno borroso, difícil de registrar por su opacidad e ilegalidad. Hasta ahora han predominado las encuestas y entrevistas de opinión o de victimización al momento de estudiarla, lo que conlleva los aspectos relativos a la construcción de ese fenómeno social desde las percepciones de las personas. Este aspecto presenta particularidades y también limitaciones inscritas el planteamiento de Sánchez-Carrión (2012) según el cual la encuesta está constituida por dos bloques: uno visible, definido por los procedimientos técnico-estadísticos, y otro oculto, basado en los supuestos heurísticos y sociopolíticos sobre los cuales aquellos se sustentan. En segundo término, se trata de la inclusión de la corrupción como un aspecto a tomar en cuenta cuando se habla del desarrollo, por ser un

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inhibidor o bloqueador de las oportunidades o libertades instrumentales que deberían tener las personas. Cuando en una sociedad hay corrupción, las oportunidades no se ofrecen sobre la libertad de elegir (basadas en normas claras y transparentes), sino desde la discrecionalidad del funcionario o de la persona encargada de aportar el servicio o el bien. Esto se observa desde de lo micro hasta lo macro; desde obtener un pasaporte hasta adquirir un crédito para importar alimentos. Por otro lado, encontramos los problemas vinculados al desarrollo cuando las decisiones políticas son secuestradas por los intereses privados de unos pocos, dejando el interés público fuera del juego. Por último, vemos también cómo el sector privado mediante sobornos, por ejemplo, en ocasiones asume el papel de corruptor, cuyo efecto conduce a procesos como la asignación de concesiones que, en vez de ser transparente, se ve empañada por este tipo de prácticas. Varios estudios demuestran el efecto nefasto de la corrupción sobre el bienestar y el desarrollo humano (Rose-Ackerman, 2004). La tercera razón (también asociada a la anterior) tiene que ver con que el problema de la corrupción comienza a tomarse en cuenta en los índices multidimensionales del bienestar y el desarrollo dentro de dimensiones tales como la gobernabilidad o el buen gobierno, los derechos civiles y políticos y la ciudadanía. Índices mencionados arriba como el SEDA o el Social Progress Index, entre otros, se nutren de algunas de las fuentes que revisaremos en este trabajo. En el caso del Gross National Happiness de Buthan, la corrupción se recoge mediante su propia encuesta. Por lo tanto, el presente trabajo tiene como finalidad la identificación, el análisis y la comparación de los diferentes intentos por medir la corrupción a nivel internacional, para lo cual se seleccionó, como caso de análisis, los diecinueve países de América Latina. Se intenta responder a las siguientes preguntas: ¿cómo se mide la corrupción?; ¿quiénes la miden? Asimismo, se pretende hacer un primer análisis comparativo de la corrupción para cada uno de los países dela región. El texto se estructura en cuatro partes: en la primera se expone el problema de la corrupción

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o la corrupción como problema; en la segunda se presentan los diversos enfoques y perspectivas que se han escrito sobre la corrupción; la tercera parte, más detallada por ser el objeto del texto, se refiere a la medición de la corrupción. En esta sección se revisan algunas instituciones y, dentro de estas, los enfoques y la manera como han medido el fenómeno. Finalmente, se presenta un breve análisis comparativo de la situación de la corrupción en los países latinoamericanos incluidos en el análisis.

El problema de la corrupción La corrupción no es un fenómeno social nuevo. Demóstenes fue acusado de malversación pública en la antigua Grecia y Cicerón denunció la dilapidación de los bienes del Estado romano. Igualmente, personajes como Dante y Shakespeare hicieron mención de este fenómeno (Rico & Salas, 1996; Tanzi, 1998). La organización Avaaz en 2014, en una consulta mundial acerca de los principales retos que tiene la humanidad, presenta a la lucha contra la corrupción política en primer lugar con el 49.5 %.4 En la región latinoamericana este problema se ubica igualmente entre los primeros en ser percibidos por la población como un reto, junto a la desigualdad y la delincuencia en sus diversas manifestaciones, fenómenos que se retroalimentan. Un reciente estudio, el Global Wealth Report de 2013 4 Para mayor información sobre (estudio global de la riqueza), llevado a el estudio consultar: https:// secure.avaaz.org/en/ cabo por el Credit Suisse Research Institupoll_results_2014/?slideshow te, halló que cerca del 10 % de la población del mundo tiene el 84 % de la riqueza, mientras que la mitad más pobre de la población mundial apenas alcanza un 1 %. (Crédit Suisse, 2013). Buena parte de esta suma de dinero se encuentra en depósitos de paraísos fiscales. Según cifras del mencionado estudio, la mitad de los depósitos en estos paraísos fiscales pertenece a cerca de 91 000 personas, que representan un

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0,001 % de la población mundial, controlando así una tercera parte de toda

la riqueza mundial. La pregunta es por qué esa ingente suma de dólares se encuentra en depósitos de paraísos fiscales. Una respuesta frecuente es por la “seguridad” que ofrecen las leyes de esos países para la inversión; sin embargo, hay otra razón: por la garantía de anonimato y discreción sobre las cifras que ofrecen dichos paraísos fiscales a los dueños de tales capitales y que deben ocultarse porque su origen, en muchos casos, no se enmarca dentro de procesos lícitos. Según un estudio de Henry (2012) hay dos países latinoamericanos que se encuentran entre las diez naciones con mayor fuga de capitales: México y Venezuela.5 Estas fugas dan pie a la hipótesis de que las transferencias no operan necesariamente sobre bases regionales o intra-nacionales; más bien, son los mercados financieros mayoristas globales los que han emergido como gigantes máquinas redistributivas que juegan un rol clave en la persistente y creciente brecha entre ricos y pobres en todo el mundo. (Gaggero, Rua & Gaggero, 2013, p. 6)

Como sucede en muchos casos, la pobla5 Los otros países que integran los diez países con mayoción más pobre es la más vulnerable ante esres fugas de capital son: Arabia Saudita, Malasia, Emiratas situaciones, dado que las élites adineradas tos Árabes Unidos, Kuwait, generalmente evaden sus obligaciones impoQatar, Nigeria, China, Rusia. Para mayor información ver sitivas, obteniendo beneficios y ventajas comHenry (2012). petitivas. Además, el secreto bancario facilita el blanqueo de dinero proveniente de la corrupción, de actividades ilegales, así como de otro tipo de delitos. Todo ello contribuye a aumentar la desigualdad, afectar el empleo formal y golpear la producción de algunos países, especialmente los más pobres. En otros términos, la existencia de paraísos fiscales y la evasión de impuestos en regiones ricas y pobres limitan la recaudación impositiva de recursos que podrían fortalecer oportunidades y libertades en los países. En definitiva, estamos en una región con tres características nefastas: la desigualdad, la delincuencia y la corrupción. De estas, la corrupción tal vez sea la menos estudiada

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y son pocos los esfuerzos dedicados a cuantificarla. Ahora bien, antes de pasar a la revisión de la medición de la corrupción, es necesario mirar grosso modo los diferentes enfoques sobre este fenómeno.

Aproximaciones y enfoques sobre la corrupción La palabra “corromper” proviene del latín corrumpere y supone alterar, trastocar la forma de alguna cosa. Pero quizá la acepción más interesante es la siguiente: echar a perder, depravar, dañar, pudrir. Co-romper es un acto que supone la participación de al menos dos personas; se rompe co-participando. Pero ese acto de corromper encierra algo que quebramos en común. La definición de corrupción más difundida la delinea como el “mal uso o abuso del poder público para obtener una ganancia privada” y ha sido acuñada por Transparency International, si bien es una definición muy general que se centra en la corrupción administrativa y política. Haciendo un collage de varias concepciones se puede decir que la corrupción es todo comportamiento o acción abusiva por parte de funcionarios gubernamentales, o de algún miembro de una compañía, éticamente cuestionable y con la que se busca el beneficio individual o de un grupo específico, en detrimento del posible beneficio de otros actores (BID, 2001; PNUD, 2003). En un intento por identificar estas acciones se pueden enumerar las siguientes: sobornos, lavado de dinero, malversación, tráfico de influencias, abuso de funciones, enriquecimiento ilícito, encubrimiento, obstrucción de la justicia y corrupción política. En el ámbito académico actual, cuando se indaga sobre la corrupción como fenómeno y los intentos dirigidos a su conceptualización, sale a relucir una intensa discusión sobre cómo definirla, encontrando una fértil polisemia de desarrollos teóricos que permiten adaptar el fenómeno a

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una diversidad de perspectivas y necesidades de investigación que, a su vez, dan cuenta de variadas formas de entender y observar el fenómeno. Tal vez una de las dificultades más claras a la hora de hacer una definición concreta sobre la corrupción es que como fenómeno tiene implicaciones sociales, económicas, legales y políticas. Las definiciones sobre corrupción han tendido a orientarse hacia dos grandes perspectivas: una en la que se la trata como un problema estructural —donde política y economía están en el centro del análisis—, o bien como un problema cultural, que se enfoca en la moral individual (Andvig & Odd-Helge, 2001). En este trabajo nos centraremos en la corrupción desde la perspectiva estructural. Según Mohabbat (2004) las distintas aproximaciones a la corrupción que existen pueden ser agrupadas según la naturaleza que atribuyen a dicho fenómeno, clasificándolas en cinco categorías con base en la función que esta adquiere. Así, el autor expone las siguientes: 1) las definiciones que se centran en el beneficio público asumen la corrupción como negativa, en tanto supone que funcionarios utilizan su posición para el beneficio privado propio o de terceros; 2) las definiciones que atienden al mercado, provenientes de análisis que han estado en aumento, incluso con la aparición del concepto de corrupción corporativa, la cual incluye el soborno de funcionarios así como de los insider trading6 (Bratsis, 2003); 3) las definiciones que hacen énfasis en la función pública insisten en el hecho de que el uso indebido de recursos o influencias por parte de los titulares de cargos públicos para beneficio privado es corrupción; 4) las definiciones basadas en la opinión pública utilizan la percepción de la población sobre los políticos, las instituciones y sus niveles de corrupción, así como la honradez de los servidores públicos, y 5) están aquellas definiciones que se concentran en criterios legales para la observación de la corrupción. En los últimos años ha venido tomando 6 El insider trading supone la compra de valores en la bolfuerza otro aporte importante en la conceptualisa, haciendo uso de informazación de la corrupción: la incorporación de los ción confidencial.

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agentes corruptores en la ecuación. Como corruptores se entienden aquellos actores que ofrecen algún tipo de soborno a funcionarios públicos, bien sean políticos o burócratas, o a algún miembro de una compañía o corporación, cuyo objetivo es obtener alguna ventaja o beneficio éticamente cuestionable. En la mayoría de las definiciones se asume la corrupción como un tema de gestión gubernamental e incluso se ha llegado a hacer la distinción entre corrupción política y administrativa, asumiendo que en el caso de la primera se refiere a representantes políticos, es decir, a cargos electos e implica el estrato más alto de este tipo de corrupción, ya que involucra a las más altas esferas de la toma de decisiones. Por su parte, la corrupción administrativa compromete a los funcionarios públicos por nombramiento y supone la corrupción “aguas abajo”, hasta llegar al nivel inferior en la jerarquía de la burocracia gubernamental. Una de las consecuencias más palpables de la corrupción en este nivel es que los funcionarios tienden a complejizar o dificultar los procesos burocrático-administrativos para propiciar la oferta de sobornos por parte de quienes requieren dichos procesos (Khan, 2008). Tal vez la distinción más importante entre la corrupción administrativa y la política tiene que ver con sus implicaciones. Por un lado, la corrupción administrativa supone sobornos y desplazamiento de recursos públicos a representantes privados, lo cual es un problema bastante serio que, si bien no siempre ocupa los titulares de las noticias, crea el ambiente necesario para otras formas de corrupción (Langseth, 2006). Pero en el caso de la corrupción política el efecto es sobre las decisiones que se toman y cómo estas benefician a unos pocos, es decir, las implicaciones son mucho más profundas y permanentes. A estos dos tipos se suma la corrupción corporativa, en la que los actores principales son del sector privado y está asociada a algunas de las formas más borrosas de la corrupción, como el tráfico de influencias, por ejemplo. Según un estudio llevado a cabo por Transparency International en 2013, el soborno entre empresas parece ser tan común como aquel entre el sector privado y el público (Hardoon & Heinrich, 2011). También es importante destacar

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que la corrupción se puede dar sin la participación de un agente público, es decir, se puede dar entre actores del sector privado, organizaciones no gubernamentales (ONG) y asociaciones civiles, e incluso en las relaciones entre individuos7 (Andvig & Odd-Helge, 2001). El planteamiento de Transparency International es que la corrupción no solo es un problema moral o ético, sino que además es un gran obstáculo para el desarrollo de las naciones, con lo que la tesis desarrollista comienza a tambalearse. Quizá no es que sean menos corruptos por ser desarrollados, sino a la inversa: son desarro7 Un ejemplo de ello es la práctica de dar propinas en ocallados por ser menos corruptos. Por décadas siones en las que ya se está leímos el asunto de cabeza. Desde el enfoque cobrando por un servicio o incluso para agilizar trámide las capacidades, la corrupción inhibe el detes burocráticos por parte de funcionarios. sarrollo de la agencia o del empoderamiento de las personas. Es importante destacar que en el análisis de la corrupción se ha hecho cada vez más latente la necesidad de darle una mirada más amplia, que no se centre únicamente en el funcionario o político como transgresor, sino que incorpore los elementos sociales que hacen posible o incluso incentivan este tipo de actitudes. Esto nos lleva a un análisis de las relaciones entre corruptores y corrompidos, así como de las situaciones y circunstancias que hacen posible la corrupción. Más allá de la falta de consenso sobre el concepto de corrupción, hay un punto en el que el acuerdo es unánime: la corrupción se asume como un fenómeno nefasto e indeseable. Se ha escrito mucho sobre las causas que hacen posible la corrupción así como de algunas de sus consecuencias; sin embargo, hay pocos análisis para el caso latinoamericano que se basen en indicadores e índices para hacer patente esta relación.

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La medición de la corrupción La corrupción es uno de esos fenómenos que se pueden caracterizar por su borrosidad, por su generalidad e imprecisión. Como menciona Reyes (2008), está caracterizada por su clandestinidad: “se esconde, es velada, permanece en la oscuridad” (p. 12). Una fórmula para quebrar esta parálisis cognoscitiva es mediante la medición indirecta, pero no por ello menos confiable: medir la percepción de la gente en torno al fenómeno. Dice Reyes (2008): “Si la corrupción estaba allí, debía ir dejando huellas y estas huellas tendrían un registro en la opinión pública” (p. 12). Desde otra perspectiva se puede decir que es mediante el estudio de la víctima, mediante los casos de corrupción declarados, lo que no necesariamente ofrece información confiable y amplia acerca de la magnitud del fenómeno. Por todo ello el único método disponible actualmente para compilar datos comparativos entre países se basa principalmente en la experiencia y en la percepción de aquellos que están confrontados más directamente con las realidades de la corrupción. Las percepciones tienen un peso significativo en lo que sucede en realidad, pues estas ayudan a influenciar las políticas públicas y las decisiones de inversión. Las percepciones son en gran medida un reflejo de la realidad. La corrupción tiene diferentes maneras de ser percibida y, por tanto, expresada. Para algunos se ubica como una acción consentida socialmente, diluyéndose como una práctica asociada a destrezas o habilidades para hacer “buenos negocios” o para garantizar la sobrevivencia. En muchos casos no es penalizada sino, por el contrario, aceptada —a veces— de manera complaciente, sobre todo por los resultados alcanzados. Asimismo, es un fenómeno que no se refleja de manera explícita y está disimulado bajo mecanismos y comportamientos que van asumiéndose como naturales o normales en la vida cotidiana, como es el caso del soborno. Y es que precisamente la corrupción aflora en aquellos sistemas donde las instituciones y los mecanismos de transparencia son menos eficaces. Así, la medición o el registro del fenómeno resulta un imposible.

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Intentar recabar datos sobre actos ilícitos es una tarea detectivesca con pocas posibilidades de alcanzar algún logro. Desde el punto de vista técnico de la recolección de los datos, la dificultad para medir la corrupción como fenómeno reside en los problemas que supone recabarlos y, en los casos en los que se dispone de ellos, muchas veces son poco fiables y engañosos (Andvig & Odd-Helge, 2001, p. 1). El estudio de un fenómeno con estas características a través de la percepción de la ciudadanía nos remite a Bourdieu, quien en consideración a los sondeos de opinión destaca tres aspectos: 1) no todo el mundo tiene una opinión acerca de todo lo que se investiga; 2) no todas las opiniones tienen el mismo peso y el hecho de acumular opiniones que no tienen en absoluto la misma fuerza real lleva a producir artefactos desprovistos de sentido; 3) no hay consenso en los problemas que hay que investigar, como parece desprenderse de las preguntas de las encuestas (Bourdieu citado por Sánchez-Carrión, 2012). Así nos encontramos ante un fenómeno que puede ser percibido de muy diversas maneras por parte de la población: desde el desconocimiento, pasando por su aceptación complaciente, hasta su rechazo y criminalización. En términos de Sánchez-Carrión (2012), se trata de entender que las encuestas parten de dos supuestos, uno técnico-estadístico frente a otro filosófico-político. La composición de la muestra parte de un principio democrático según el cual todos los individuos encuestados tienen el mismo peso (en similitud está la equivalencia una persona un voto). Sin embargo, en la realidad esto no parece ser así, pues el autor citado afirma que las muestras, aun las que gozan de una mayor representatividad, no logran reproducir la estructura social en sus diferencias y desigualdades. Frente a personas (unidades de información) con diferentes niveles de educación y de información, además de valores e intereses también diversos, está el efecto del estímulo que puede producir la pregunta sobre las respuestas, más aún en sociedades con poca vocación democrática, o en términos popperianos, sociedades cerradas o con vocación de serlo.

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Se tiene entonces que la medición de la corrupción se ha realizado desde la percepción, la victimización o la experiencia, desde los mecanismos de control institucional existentes y su funcionamiento, a la confianza en las instituciones y desde las fuentes de soborno. Se han levantado encuestas a informantes calificados como funcionarios, empresarios, así como también al público en general. A continuación se presenta un análisis comparativo de las principales mediciones existentes sobre la corrupción con lo que se pretende hacer un repaso por aquellos esfuerzos que diversas instituciones han realizado para construir indicadores sobre la corrupción. Se han identificado las siguientes instituciones y sus respectivos índices o indicadores (cuadro 1). Cuadro 1. Características metodológicas de los índices/indicadores sobre corrupción

Banco Mundial

Transparencia Internacional

Institución

Nombre del índice o estudio

Instrumentos de recolección de datos

Latinobarómetro

Países de américa latina

Años disponibles

Índice de percepción de la corrupción

Encuestas de opinión a población abierta; opinión calificada empresarios y analistas

Índice compuesto de carácter subjetivo

Todos

Barómetro global de corrupción

Encuesta de opinión pública

Índice simple

Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, R. Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Méjico, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela

El índice de fuentes de Encuestas de fuentes de soborsoborno no, dirigida a 3016 ejecutivos de empresas de 30 países

Índice compuesto de carácter subjetivo

No están todos solamente Argentina, Brasil y México (Chile es consultado mas no aparece entre los 28 que ofrecen sobornos).

1999, 202, 2006, 2008 y 2011

Control de la corrupción

Indicador compuesto sobre la base de varias fuentes de información mediante el modelo de componentes no observados (UCM por sus siglas en ingles)

Todos

1996, 1998, 2000, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006,2007, 2008, 2009

Índice compuesto de carácter subjetivo

Todos

2004 2010-2011

Encuestas de percepción a organizaciones no gubernamentales, empresas privadas y públicas y organizaciones transnacionales

Índice de corrupción y ética corporativa

World Justice Project

Tipo de índice

Víctima de la corrupción; progreso reducción de la corrupción; pagar sobornos; saltar procedimientos

Encuestas por hogares, tamaño 20 000; Entrevistas

Indicadores sobre temas de corrupción

No hay datos de Cuba

Rule of Law Index

Encuesta general de población de tamaño 100 000 Combinada con entrevista a expertos (Qualified Respondent’s Questionnaires or QRQs)

Índice compuesto de carácter subjetivo

No están todos, faltan Costa Rica, Cuba, Honduras y Paraguay

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1995-2012


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Miller & Chevalier and Matteson Ellis Law

Red Latinoamericana por la Transparencia Legislativa

FUNDAR

Global Integrity

Institución

Nombre del índice o estudio Global Integrity 2011

Instrumentos de recolección de datos

Tipo de índice

Países de américa latina

Años disponibles

Información secundaria

No están todos, solamente Colombia, México, Nicaragua y Venezuela.

Índice latinoamericano Encuesta de percepción dirigiÍndice simple de transparencia preda a expertos y usuarios de los supuestaria (IGPT) presupuestos, compuesto por legisladores, comunicadores sociales, académicos y organizaciones de la sociedad civil.

México, Ecuador, Costa Rica, Guatemala y Venezuela. (Para algunos de los años anteriores la lista es más extensa)

2011

Índice latinoamericano de transparencia legislativa

Índice compuesto en base a las normativas

Argentina, Chile, Colombia, México y Perú

2011 y 2014 (el último no ha salido aún)

Índice compuesto en base a 17 Indicadores

Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela

2012

Cuestionario compuesto de 193 preguntas aplicado a los miembros de la Red

Latin American Corrup- Encuesta de percepción a ejetion Survey cutivos de corporaciones de EEUU y de América Latina

Transparency International (TI)

Tal vez la organización que más se ha dedicado a la medición de la corrupción es Transparency International, fundada en 1993 por Peter Eigen y James D. Wolfensohn, con un grupo de personas preocupadas por la corrupción y el efecto de esta en el bienestar y el progreso de las personas. Desde 1995 ha desarrollado anualmente el índice de percepción de la corrupción (Corruption Perceptions Index, CPI), el cual estudia más de 150 países. Más recientemente, y como complemento de dicho índice, se diseñó el índice de fuentes de soborno (Bribe Payers’ Index, BPI) el cual proporciona los niveles de corrupción por áreas y sectores de la industria. También se desarrolló el barómetro global de corrupción (Global Corruption Barometer, GCB), consistente en una encuesta de opinión pública que mide tanto las experiencias como la percepción de este fenómeno en más de 60 países.

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Índice de percepción de corrupción (IPC)

Este índice responde a la pregunta de cuán corrupto es percibido el sector público de un país, cubriendo desde funcionarios hasta políticos. Mide los niveles de percepción sobre opiniones y experiencias de corrupción en el sector público en los países donde es administrado. El IPC es una encuesta de encuestas; es decir, es un índice ponderado de estudios que son levantados en cada país por diferentes instituciones. Las encuestas se dirigen a tres niveles de informantes: población abierta, empresarios y analistas, y se consideran dos tipos de muestras: no-residentes y residentes. Es importante observar que la opinión de los residentes coincide bastante con la de los expertos no residentes. Como debilidad está que el IPC tiene alcance limitado, en términos de aportar datos detallados para el diseño de estrategias o para evaluar progresos específicos en la lucha contra la corrupción. Igualmente Transparency International requiere que haya al menos tres fuentes disponibles para un país antes de considerar que la base de datos sea suficientemente sólida para que el país sea clasificado en el IPC. Por tanto, el IPC es un índice compuesto y de carácter subjetivo. Barómetro global de corrupción (Global Corruption Barometer, GCB)

Este barómetro se construye anualmente desde el 2003 mediante una encuesta de opinión pública que se aplica a unas 1000 personas8 en cada uno de los 107 países en los que se lleva a cabo. Su finalidad es arrojar información acerca de las opiniones las 8 En el caso de los países cuya población es menor al millón personas sobre la corrupción en sus paíde habitantes. ses, así como de su relación y experiencia personal con el fenómeno. En lo relativo a la opinión sobre la corrupción político-administrativa, interroga cuáles instituciones son consideradas las más corruptas y la efectividad que ha tenido el Gobierno en la lucha

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contra la corrupción, así como su disposición a cometer o ser cómplice de actos de corrupción. Índice de fuentes de soborno

El índice es aplicado a partir de una encuesta de percepción (Bribe Payers Survey)9 que realiza Transparency International en 30 países (que incluyen cuatro países latinoamericanos: Chile, Argentina, Brasil y México) seleccionados con base en el monto de sus inversiones extranjeras directas (IED), el valor de sus exportaciones y su 9 El Bribe Payers Survey se aplica anualmente a ejecutivos relevancia regional. En la encuesta del 2011 se de empresas con el fin de conocer su opinión sobre el graconsultó a 3016 ejecutivos de empresas. A pardo en que las empresas de tir de los datos recabados se construyó el índilas principales economías del mundo participan en soborce considerando diferentes tipos de soborno, nos cuando hacen negocios en el extranjero. (Hardoon & calificando y clasificando a los países en estuHeinrich, 2011) dio según una escala de 0 a 10. La puntuación de 10 refleja, de acuerdo con las opiniones de los consultados, que las empresas del país no participan en sobornos de ningún tipo al momento de realizar actividades comerciales en el extranjero. El 0 representa obviamente todo lo contrario (Hardoon & Heinrich, 2011). La importancia de este índice radica en la afirmación de Reyes (2008): se necesitan dos para bailar tango. Efectivamente, para que exista corrupción debe haber corruptores. Como señala el mismo autor, a pesar de todas las limitaciones está claro que las naciones industrializadas han tenido responsabilidad en mantener la corrupción, sobre todo en los países más pobres. Esto se confirma en el índice correspondiente al 2011, que muestra que ninguna de las 28 economías estudiadas puede considerarse como transparente completamente, ni exenta de soborno, como se verá más adelante. Dados los parámetros de los países que son incluidos en el índice, para el 2011 solo aparecen en el ránking tres países latinoamericanos: Brasil, Argentina y México, de los 28 que forman parte del ránking general.

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Banco Mundial

El Banco Mundial (BM) es la otra organización a nivel internacional que se ha dedicado al estudio de la corrupción y su relación con el desarrollo y la gobernabilidad. Desde 1996 hasta el presente lleva a cabo un proyecto sobre indicadores de gobernanza (Worldwide Governance Indicators, WGI) en más de 200 países. Dentro del grupo de indicadores se incluyen el control de la corrupción y el índice de corrupción y ética corporativa (Corporate Corruption and Ethics Indices). Control de la corrupción (CC)

Los indicadores para este estudio se basan en datos que provienen de más de 31 fuentes de información, entre encuestas de percepción a ONG, empresas privadas y públicas y organizaciones transnacionales. Para ello el CC mide la percepción sobre el ejercicio del poder público para el beneficio individual, incluyendo las manifestaciones a pequeña y gran escala de corrupción. Igualmente, intenta medir la captura del Estado y de sus instituciones por élites o grupos de poder. Las fuentes de información que se utilizan para el cálculo de los indicadores provienen de diferentes encuestas que recogen la percepción individual de actores de la administración pública, el sector privado, las ONG y expertos en el área. Esta información se divide en seis clústeres, que se corresponden con las dimensiones antes mencionadas, aplicando a cada uno la metodología del Unobserved Components Model. A partir de allí proceden a: 1) estandarizar la información; 2) construir los indicadores asignando los pesos a la información confiable, y 3) definir los márgenes de error para cada dato generado. El indicador CC que ofrece el WGI está basado en una definición amplia de corrupción:

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Observar la percepción sobre las manifestaciones del uso del poder en la administración pública para beneficio privado (individual), incluyendo la corrupción tanto de pequeña como de gran escala, así como la “captura” del Estado por parte de élites e intereses privados. (Banco Mundial, 2006)

Índices de corrupción y ética corporativa (Corporate Corruption and Ethics Indices)

Estos son una serie de índices que forman parte de un artículo publicado por Daniel Kaufmann con base en el Global Competitiveness Report 2004/2005, desarrollado por el BM (Kaufmann, 2005). Uno de los aportes más interesantes de estos índices es que incor10 Al respecto el autor dice que “donde las ‘reglas del juego’ poran lo que el autor llama corrupción legal, han sido acaparadas por la élisosteniendo que dichas formas de corrupción te, las frecuentes manifestaciones de lo que se conoce como no son usualmente tomadas en cuenta en este ‘corrupción legal’ pueden prevalecer a las formas ilegales.” tipo de estudios y las cuales persisten sobre (Kaufmann, 2005, p. 1). todo en algunos de los países más ricos.10 Latinobarómetro

En América Latina está la ONG Latinobarómetro, que investiga temas asociados al desarrollo de la democracia, la economía y la sociedad en la región, adoptando para ello indicadores de opinión pública que miden actitudes, valores y comportamientos hacia esos temas. Latinobarómetro realiza anualmente estudios con una muestra de alrededor de 20 000 encuestas en 18 países de América Latina. La corrupción ha sido uno de los temas tratados, para lo cual han levantado encuestas con preguntas en las cuales se relaciona la corrupción con el desempeño institucional, con bienes públicos, con experiencias personales, con medidas y acciones para enfrentarla. La corrupción ha sido estudiada desde 1995, con cambios en las preguntas para cada año, limitando la construcción de series completas sobre algunos de los temas estudiados.

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En el 2011 Latinobarómetro abordó el tema de la corrupción mediante tres preguntas: la primera indaga sobre los principales problemas que afectan a los países, dentro de los cuales una de las opciones de respuesta es la corrupción; una segunda pregunta sobre el tema es ¿cuánto cree usted que se ha progresado en reducir la corrupción en las instituciones del Estado en los últimos dos años? La tercera trata el tema de victimización: ¿ha sabido usted o algún pariente de algún acto de corrupción en los últimos 12 meses? Y, finalmente, interroga sobre las posibilidades de que el problema de la corrupción sea resuelto por el Estado: ¿en qué medida cree usted que el Estado puede resolver…? De manera directa (en línea) se pueden estudiar, por países, las respuestas a la pregunta sobre el papel del Estado en la solución del problema de la corrupción. World Justice Project

El World Justice Project (WJP) es una organización independiente fundada por William H. Nuekom en el 2006 con el apoyo de un conjunto de organizaciones independientes. Esta organización está abocada al estudio del imperio de la ley (Rule of Law) a nivel mundial, partiendo de la idea de que este es la base de comunidades de oportunidades con equidad, las cuales ofrecen un desarrollo económico sustentable, rendición de cuentas y respeto a los derechos humanos fundamentales. Esta organización elabora el WJP Rule of Law Index, el cual ofrece un detallado y exhaustivo estudio en 99 países sobre el imperio de la ley. El índice es construido en 11 pasos y está compuesto por 9 dimensiones o factores desagredados en 47 indicadores o subfactores. La recolección de datos se hace mediante dos fuentes: una encuesta general de población (General Population Polls, GPS) aplicada anualmente a una muestra de más de 100 000 personas en los diferentes países en estudio, lo que implica aproximadamente 1000 en cada país. La encuesta es complementada por entrevistas (Qualified Respondent’s Questionnaires, QRQs) a informantes

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clave y expertos (Botero & Ponce, 2010). En el caso de la entrevista, se hacen cerca de 24 entrevistas por país. Las encuestas en los países de América Latina se realizan personalmente, por teléfono y mixtas en las tres principales ciudades. Los autores reconocen algunas limitaciones, entre las cuales señalan las siguientes: no se pueden establecer relaciones de causalidad entre las variables estudiadas; la recolección de datos se hace en las principales ciudades, dejando por fuera a las más pequeñas y a las zonas rurales; las entrevistas a expertos son pocas, dado que no hay muchos informantes clave en los países en estudio. El presente estudio tiene la limitación de no contar con información para Costa Rica, Cuba, Honduras y Paraguay, lo que hace difícil el análisis comparativo. Global Integrity

Global Integrity11 es una organización sin fines de lucro creada en 1999 y con sede en Washington. Esta organización ha diseñado el Global Integrity Index 2011, el cual tiene una pers11 Su sitio web es https://www. globalintegrity.org/ pectiva bastante interesante dado que, ante la limitación de medir directamente la corrupción, se centra en la evaluación de los mecanismos formales de control destinados a evitarla. Su objetivo principal es el de ofrecer información sobre las fortalezas y debilidades de los sistemas anticorrupción de cada país, con la intención de apuntar hacia su fortalecimiento. Para el levantamiento de información cuenta con equipos nacionales conformados por reporteros (periodistas) y por expertos en materia de corrupción. Para ello recaba información sobre tres conceptos básicos: 1) la existencia de mecanismos dirigidos a garantizar la integridad pública, incluyendo leyes e instituciones que velen por ello, las cuales promuevan la confiabilidad y pongan cota a la corrupción; 2) la efectividad de los mecanismos antes mencionados, y 3) el acceso de los ciudadanos a dichos mecanismos de control y lucha contra la corrupción. Esta batería de indicadores

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Carlos Enrique Hernaíz, Mauricio Phélan & Jonathan Camacho

sobre corrupción solo está disponible para cuatro países latinoamericanos (Colombia, México, Nicaragua y Venezuela).

Otras fuentes Se revisaron otras fuentes a modo de referencia, pero sin tomar los datos para la comparación. Se exponen a continuación: Fundar

Es un estudio promovido desde cinco países latinoamericanos que se viene llevando a cabo bianualmente desde el 2001,12 y que produce el Índice latinoamericano de transparencia 12 En ese año se contó con cinco países participantes; no presupuestaria (IGPT). Como su nombre obstante, el número de países que comprenden cada una lo indica, “es un instrumento cuyo objede sus ediciones ha variado. tivo general es evaluar y medir la transLlama la atención que para el 2009 fueron doce los paíparencia de las prácticas presupuestarias ses que formaron parte del estudio, aunque para el 2011 en los países involucrados en el estudio” retornaron nuevamente a los (CIEN, 2012, p. 9). cinco originales. Índice latinoamericano de transparencia legislativa

Este índice parte de la necesidad de atender el tema de la transparencia legislativa desde una perspectiva de “estándares de transparencia legislativa”, que complementen los datos que arrojan los abordajes de la percepción de la población sobre el tema.

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Sobre las mediciones de corrupción

Miller & Chevalier and Matteson Ellis Law

La firma Miller & Chevalier and Matteson Ellis Law, junto a otras doce firmas latinoamericanas, levantan una encuesta de percepción (la Latin American Corruption Survey) en la que se interroga a ejecutivos de corporaciones tanto en Estados Unidos como en América Latina. A continuación se presenta el cuadro 2 que resume información sobre las dimensiones recogidas por cada uno de los índices e indicadores mencionados, con el objeto de ofrecer una idea general sobre las orientaciones teóricas que impulsan a cada uno de los estudios en cuestión. Cuadro 2. Dimensiones y temas considerados por cada estudio sobre corrupción

Latinobarómetro

Banco Mundial

Transparencia Internacional

Institución

Índice/Indicador

Dimensiones/Preguntas relacionadas al tema de la corrupción

Índice de percepción • Percepción sobre la corrupción en el sector público de la corrupción • • Barómetro global de • corrupción • •

Percepción general sobre la corrupción en cada país Instituciones con corrupción severa Experiencias personales sobre sobornos Efectividad del gobierno en la lucha contra la corrupción y disposición a colaborar Percepción sobre la influencia de intereses particulares y relaciones personales en la corrupción

Índice de fuentes de soborno

• Uso de sobornos por parte de las empresas de un país • Sectores de negocios en los que se identifica el soborno como práctica a diferentes niveles

Control de la corrupción

• Selección, monitoreo y reemplazo de los gobiernos: rendición de cuentas y estabilidad política y ausencia de violencia/terrorismo • Formulación e implementación efectiva de políticas: efectividad gubernamental y calidad en la regulación • Respeto hacia las instituciones: imperio de la ley y control de la corrupción

• Componente de corrupción corporativa ilegal • Componente de corrupción corporativa legal • Índice de ética corporativa (es el resultado de la combinación de los dos components Índice de corrupción anteriores) y ética corporativa • Índice ética en el sector público • Efectividad jurídico/legal • Índice de gobernabilidad corporativa Víctima de la corrupción; progreso reducción de la corrupción; pagar sobornos; saltar procedimientos

Preguntas • ¿Usted o su familia han sabido de algún acto de corrupción? • Progreso en reducción de corrupción en las instituciones del estado (2 años) • Pagar un soborno a un funcionario público si esta es la única forma de obtener las cosas • Que las personas se salten el procedimiento regular para hacer trámites

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Carlos Enrique Hernaíz, Mauricio Phélan & Jonathan Camacho

Índice/Indicador

• ONG, información pública y medios • Elecciones • Controles sobre conflictos de interés en el gobierno y equilibrio de los poderes públicos • Administración pública y profesionalismo • Controles y vigilancia al gobierno • Red anticorrupción, imparcialidad y profesionalismo en la aplicación de la ley

Índice latinoamericano de transparencia presupuestaria (IGPT)

• • • • • • • • • • • • • •

Índice latinoamericano de transparencia legislativa

• Normatividad • Labor legislativa • Presupuesto y gestión administrativa • Atención y participación ciudadana

Latin American Corruption Survey

• • • •

Global Integrity

Global Integrity 2011

FUNDAR

Limitaciones del poder gubernamental Ausencia de corrupción Gobierno transparente Derechos fundamentales Orden y seguridad Cumplimiento regulatorio Justicia civil Justicia criminal y justicia informal

Red Latinoamericana por la Transparencia Legislativa

Rule of Law Index

Dimensiones/Preguntas relacionadas al tema de la corrupción • • • • • • • •

Miller & Chevalier and Matteson Ellis Law

World Justice Project

Institución

Participación ciudadana en el presupuesto Atribuciones y participación del legislativo en el presupuesto Información sobre criterios m acroeconómicos del presupuesto Cambios del presupuesto Asignación del presupuesto Fiscalización del presupuesto Evaluación de la contraloría interna Capacidades de los órganos de control externo Rendición de cuentas Control sobre funcionarios federales Responsabilidad de niveles de gobierno Información sobre la deuda nacional Calidad de la información y estadísticas en general Oportunidad de la información del presupuesto

Corrupción corporativa, administrativa y política Impacto de la corrupción para los negocios Efectividad de las leyes contra la corrupción y su aplicación Corrupción en las instituciones gubernamentales y en las empresas

De esta revisión se puede concluir que los estudios sobre indicadores e índices de corrupción, así como sus diferentes manifestaciones, revelan el avance en la medición de este tipo de fenómenos, esfuerzo que hasta hace poco tiempo se consideraba casi imposible. Como se afirma en un documento del BM (2004), ha habido una “explosión” en las técnicas de medición que ha puesto freno al escepticismo. Estos nuevos métodos y

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Sobre las mediciones de corrupción

técnicas se concentran en crear indicadores basados en encuestas de expertos y en medir la magnitud de la corrupción a través de encuestas de empresas y usuarios de servicios públicos. Estos nuevos datos sobre la gobernabilidad, junto con la revolución en la tecnología de la información y el deseo de muchos reformistas en los gobiernos, la sociedad civil y las organizaciones internacionales de generar datos y divulgarlos de forma transparente han dado lugar a un uso tan difundido de los datos sobre la gobernabilidad que se ha acuñado el concepto del poder de los datos. (Banco Mundial, 2004)

Continúa el documento con una pregunta pertinente: ¿por qué son importantes los datos sobre estos temas? Ante lo cual se exponen cinco razones: 1) cuestionan algunas afirmaciones de larga data como, por ejemplo, que un país tiene que ser rico para gozar de una buena gestión y de poca corrupción; 2) permiten que la gestión y la toma de decisiones se apoyen en mediciones basadas en el desempeño, tales como identificar y vigilar los factores determinantes y a las instituciones de gestión de los asuntos públicos más vulnerables de un país; 3) proporcionan información a los agentes, a la sociedad civil y a los medios de comunicación para poder influir en las políticas; 4) la información devela y desmitifica la gobernabilidad, la corrupción y el cambio institucional, lo que da lugar a un mayor rigor y a un diálogo abierto, y 5) apoyan la investigación cuantitativa basada en evidencias. Los datos obtenidos en encuestas de empresas también han ayudado a determinar, mediante el uso de códigos, los efectos de la gobernabilidad y la corrupción. Las investigaciones llevadas a cabo por el BM indican que los ingresos nacionales de los países que combaten la corrupción y mejoran el imperio de la ley pueden aumentar hasta cuatro veces en el largo plazo, y que la mortalidad infantil puede disminuir hasta un 75 %.

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La corrupción en América Latina Una vez hecho el paneo sobre los diferentes índices relacionados con el fenómeno de la corrupción, pasamos a realizar un análisis exploratorio de los resultados sobre los 19 países de América Latina, para lo cual se construyó una suerte de pauta. Es importante destacar que el análisis no sigue estrictamente la secuencia de las fuentes. ¿Hay corrupción? ¿Es un problema?

En América Latina el origen de la corrupción se puede remontar al periodo de colonización, debido al cambio de las estructuras sociales y legales y de las relaciones de poder. Ya en el siglo XX, a mediados de los años setenta se comienzan a realizar estudios sobre la corrupción desde las perspectivas criminalísticas y la democratización (García, 1987). En particular, el problema de la corrupción ha cobrado importancia a partir de los años noventa debido a sonados escándalos en países como Brasil, Venezuela, Ecuador, México, Nicaragua y Argentina (Canache & Allison, 2005). Debido a los diversos problemas de corrupción que se presentan en los países de América Latina tanto en el nivel de las personas y de los hogares, como del propio país, cabe preguntarse: ¿cómo es percibida la corrupción?, ¿cuántos reconocen la corrupción como un mal para el buen funcionamiento de la sociedad? Transparency International, mediante el IPC, nos presenta una primera aproximación a estas preguntas. El promedio del índice de percepción de la región es 38.97, el cual está por debajo del promedio mundial que es del 43.26. Los cinco países que se ubican por encima del promedio regional son: Chile, Uruguay, Costa Rica, Cuba y Brasil; los restantes están sobre el promedio o por debajo de este. Los valores máximos los tienen Chile y Uruguay con 72, los más bajos Paraguay y Venezuela, con 25 y 19 respectivamente.

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Sobre las mediciones de corrupción

Una segunda aproximación la ofrece el Rule of Law Index en relación con la ausencia de corrupción (Tabla 1). Los resultados complementan el índice revisado supra: Uruguay y Chile con mejores valores, y Venezuela con el peor resultado. La comparación entre estos dos indicadores se hace difícil por cuanto en el caso de esta última fuente no hay datos para todos los países, estando ausentes Costa Rica, Cuba, Honduras y Paraguay. Sin embargo, hay cierta consistencia entre el orden de los países que sí han sido cubiertos y sus niveles de corrupción. Tabla 1. Percepción y ausencia de la corrupción en América Latina 2012 Índice de percepción de corrupción (IPC)

Ránking de IPC 2012

Ausencia de corrupción (2012)

Argentina

35

10

0.49

4

Bolivia

34

11

0.32

14

Países

Ránking ausencia de corrupción 2012

Brasil

43

5

0.50

3

Chile

72

1

0.73

2

Colombia

36

9

0.43

8

Costa Rica

54

3

n/d

n/d

Cuba

48

4

n/d

n/d

Ecuador

32

14

0.47

5

El Salvador

38

6

0.46

6

Guatemala

33

13

0.37

10

Honduras

28

17

n/d

n/d

México

34

12

0.37

12

Nicaragua

29

16

0.38

9

Panamá

38

7

0.44

7

Paraguay

25

18

n/d

n/d

Perú

38

8

0.36

13

República Dominicana

32

15

0.37

11

Uruguay

72

2

0.78

1

Venezuela

19

19

0.30

15

Datos: Transparencia Internacional y The Rule of Law

Por su parte, Latinobarómetro aborda el tema con la interrogante: ¿cuál considera usted es el problema más importante para el país?, abarcando 29 de los problemas característicos de la región como son la delincuencia, la desocupación, los problemas financieros y la pobreza, entre otros. La corrupción ocupa el séptimo lugar como el problema más

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Carlos Enrique Hernaíz, Mauricio Phélan & Jonathan Camacho

importante ya que, en promedio, 4.47 de las personas consultadas así lo consideran. Al revisar la selección por países (tabla 2), se aprecia que de manera consistente con los índices anteriores Chile y Uruguay son los países en los que menos prioridad se le otorga a la corrupción como problema, pues ambos la ubican en el puesto 17. Tabla 2. La corrupción como problema por países 2011 % De personas que identifican corrupción como problema

Lugar de la corrupción en la escala de problemas

Argentina

4.0

8

Bolivia

6.6

6

Brasil

7.1

5

Chile

0.3

17

Colombia

12.2

4

Costa Rica

4.2

7

Cuba

n/d

n/d

Ecuador

5.2

5

El Salvador

0.6

9

Guatemala

1.4

9

Honduras

4.6

6

México

5.2

5

Nicaragua

0.8

9

Panamá

2.3

7

Paraguay

9.9

3

Perú

7.6

5

República Dominicana

5.6

6

Uruguay

0.2

17

Venezuela

2.7

7

Países

Datos: Latinobarómetro 2011

En relación específica a la corrupción administrativa, esta se estudia desde las diferentes manifestaciones de victimización. La forma más común del ejercicio de la corrupción sobre las personas es mediante la extorsión o el soborno. Dos fuentes registran este tipo de actos: la primera, Transparency International a través del barómetro global de corrupción, con el cual mide las experiencias personales de soborno; la segunda fuente es Latinobarómetro, que realiza la siguiente pregunta: ¿ha sabido usted o algún pariente de algún acto de corrupción en los últimos doce meses? Para

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Sobre las mediciones de corrupción

el primer caso (tabla 3) la comparación es limitada, pues no todos los países de la región tienen información. De los que se obtiene información, Bolivia, México y Venezuela presentan las cifras más elevadas de pago de sobornos, mientras que los más bajos son Chile y Uruguay. En el estudio de la segunda fuente, Brasil, Costa Rica, República Dominicana y México tienen los valores más elevados de victimización y Guatemala, Panamá y Honduras los que registran menos reportes de victimización. En promedio, para el primer estudio, el 20 % de las personas consultadas han pagado algún tipo de soborno; para el segundo estudio es del 11 %. Tabla 3. Personas que han pagado soborno y personas que han sido víctimas de la corrupción % De personas que declaran haber pagado soborno por algún servicio 2013 (1)

Víctima de la corrupción 2011 (2)

Argentina

13

8.0

Bolivia

36

6.6

Brasil

s/d

31.8

Chile

10

7.0

Colombia

22

13.9

Costa Rica

s/d

23.0

Cuba

s/d

s/d

Ecuador

s/d

6.8

El Salvador

12

5.2

Guatemala

s/d

4.4

Honduras

s/d

3.2

México

33

20.7

Nicaragua

s/d

7.7

Panamá

s/d

4.2

Paraguay

25

12.7

Países

Perú

20

7.4

República Dominicana

s/d

21.2

3

11.2

27

9.5

Uruguay Venezuela

Datos: (1) Transparency International, Global Corruption Barometer 2013 (2) Latinobarómetro 2011

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Carlos Enrique Hernaíz, Mauricio Phélan & Jonathan Camacho

Como primer señalamiento en esta aproximación encontramos que la corrupción es percibida como un problema que ocupa un lugar importante para las personas, incluso frente a problemas de efecto más palpable o directo sobre ellas y sus hogares, como suelen ser el desempleo, la inseguridad personal y los problemas económicos. Igualmente, sobresalen de manera consistente dos países percibidos como los menos corruptos de la región: Chile y Uruguay. En el extremo opuesto aparecen Bolivia, Colombia, México y Venezuela como los más corruptos. Entrar en el círculo perverso de la corrupción

De forma complementaria, algunos estudios indagan sobre la permisividad o la aceptación de las personas frente a las diferentes formas de corrupción, las cuales pueden manifestarse en la vida cotidiana o en la realización de algún trámite o adquisición de un servicio. La práctica de la corrupción en algunos casos termina siendo naturalizada por la población, al punto que se adopta como mecanismo de sobrevivencia en distintos ámbitos de la vida en sociedad. Se hace práctica común pagar para obtener un servicio que por derecho le corresponde, o pagar para agilizar un trámite. La organización Latinobarómetro indaga acerca de esto mediante dos preguntas que, con una escala del 1 al 4, recorre desde muy de acuerdo hasta muy en desacuerdo. La primera consulta es sobre la predisposición a pagar soborno (“pagar un soborno a un funcionario público si esta es la única forma de obtener las cosas”). Se analizan solamente las opciones extremas: muy de acuerdo o muy en desacuerdo (tabla 4). En la región, en promedio, el 5.8 % estaría muy de acuerdo en pagar soborno y el 28.9 % muy en desacuerdo. Para la primera afirmación, encabezan la lista Costa Rica, Panamá y Perú; en el extremo opuesto, Argentina, México y Chile. Los que rechazan pagar sobornos son Brasil, Argentina y Venezuela, y los que consienten son Panamá, Honduras y Nicaragua. Es importante señalar,

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Sobre las mediciones de corrupción

sin embargo, que el rechazo a pagar sobornos es mayor que su aceptación en todos los países analizados, lo que pareciese indicar que prevalece el respeto por los procesos transparentes y por la institucionalidad en la mayoría de la población. Tabla 4. Percepción sobre el pago de sobornos a funcionarios públicos Muy de acuerdo

De acuerdo

En desacuerdo

Muy en desacuerdo

Acuerdo

Desacuerdo

Argentina

1.4

10.7

50.4

36.5

12.1

86.9

Bolivia

1.9

20

45.6

23.7

21.9

69.3

Brasil

4.8

17.8

22

50.8

22.6

72.8

Chile

1.2

11.3

52.4

32.9

12.5

85.3

Colombia

3.1

17.1

41.8

29.7

20.2

71.5

Costa Rica

14.0

18.9

33.4

29.9

32.9

63.3

Cuba

s/d

s/d

s/d

s/d

s/d

s/d

Ecuador

9.7

25.6

31.3

30.2

35.3

61.5

El Salvador

9.8

23.9

39.4

23.9

33.7

63.3

Guatemala

3.1

14.6

47.8

24.0

17.7

71.8

Honduras

5.7

25.9

44

19.9

31.6

63.9

México

1.3

15.1

48.7

30.3

16.4

79.0

Nicaragua

4.7

15.4

51.1

18.5

20.1

69.6

Panamá

12.4

27.1

36.7

20.9

39.5

57.6

Paraguay

2.7

12.8

47.6

32.5

15.5

80.1

10.6

31

33.7

21.0

41.6

54.7

República Dominicana

6.7

24.7

37

27.1

31.4

64.1

Uruguay

4.2

13.8

45.3

32.8

18.0

78.1

Venezuela

7.8

14.8

39.3

35.6

22.6

74.9

Países

Perú

Datos: Latinobarómetro 2011

La institucionalidad en los países de América Latina es, en ciertas ocasiones, lenta e ineficaz para la obtención de resultados. El trámite más sencillo en algunos países de la región se convierte en una carga con altos costos, tanto en recursos como en oportunidades. Así, desde el registro de un recién nacido hasta la gestión de un crédito, pasa por la ineficiencia de los servicios de atención tanto de instituciones públicas como privadas. El proceso mediante el cual las personas actúan frente a estos métodos es abordada con la segunda pregunta sobre la disposición a saltarse trámites (“que las personas se salten el procedimiento regular para hacer

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Carlos Enrique Hernaíz, Mauricio Phélan & Jonathan Camacho

trámites”); en el mismo tenor que en la anterior, se considera solamente las opciones muy de acuerdo y muy en desacuerdo. Una primera observación (tabla 5) es que existe mayor aceptación en los consultados por saltarse los trámites exigidos en comparación con la aceptación del pago a sobornos. Desde la perspectiva de la teoría de las decisiones racionales, esta diferencia podría indicar que los individuos son menos propensos a cometer actos corruptos cuando estos acarrean un costo personal. Con los mayores porcentajes de aceptación se encuentran Argentina, Venezuela, Uruguay y Colombia; con el mayor rechazo, Honduras, México y Perú. A diferencia de la pregunta anterior, los niveles de aceptación son mayores que los de rechazo, lo que puede reflejar la debilidad institucional en términos de su eficiencia y, posiblemente, de su transparencia. Esta pregunta da pie a la siguiente pauta de análisis sobre la confianza que se tiene tanto en los empleados como en las instituciones. Tabla 5. Saltar procedimiento regular para hacer trámites (porcentajes) Países Argentina Bolivia

Muy de acuerdo

De acuerdo

En desacuerdo

Muy en desacuerdo

Acuerdo

Desacuerdo

14.4

61.4

16.7

4.4

75.8

21.1

5.8

39.8

32.9

8.9

45.6

41.8

Brasil

27.9

31.5

20.4

12.4

59.4

32.8

Chile

12.7

41.8

33.2

8

54.5

41.2

Colombia

18.2

47.2

16.5

9.8

65.4

26.3

Costa Rica

16.4

29.4

33.2

16.6

45.8

49.8

Cuba

s/d

s/d

s/d

s/d

s/d

s/d

Ecuador

16.2

36.9

29.4

14

53.1

43.4

El Salvador

9.6

33.1

38.7

15

42.7

53.7

Guatemala

3.3

27.9

39

11.6

31.2

50.6

Honduras

5.8

29

44.8

13.7

34.8

58.5

México

4.2

29.8

40.4

17

34.0

57.4

Nicaragua

6.6

33.1

34.6

11.5

39.7

46.1

13.9

38.5

33

10.3

52.4

43.3

Paraguay

7.2

36.2

33.8

12.7

43.4

46.5

Perú

8.8

31

40.7

13.5

39.8

54.2

Panamá

República Dominicana Uruguay Venezuela

17.5

42.4

26.3

8.9

59.9

35.2

15

54.2

18.3

5.8

69.2

24.1

25.8

40.8

23.3

7.6

66.6

30.9

Datos: Latinobarómetro 2011

164 | Paradigmas, jul.-dic., 2014, Vol. 6, No. 2, 131-177


Sobre las mediciones de corrupción

Confianza en las instituciones

La confianza generalizada13 es una variable que está relacionada con temas como el de la calidad de las instituciones y de la democracia en su totalidad, e implica la posibilidad de que los miembros de una sociedad tiendan a asociarse con muy diversos fines. Hay quienes afirman que incluso tiene un impacto en la tolerancia frente a la diversidad, así como en el optimismo frente al futuro (Rothstein & Us13 Rothstein y Uslaner (2005) hacen la distinción entre conlaner, 2005). Por su parte, la desconfianza está fianza particular y general. La primera supone la confianza relacionada con fenómenos como los de la insolo en aquellos que comparequidad en la distribución de recursos y oporten nuestros intereses y consideramos de nuestro grupo tunidades, así como con la corrupción. Esta (ponen como ejemplo grupos evangélicos con altos niveles desconfianza se expresa tanto al nivel de las insde confianza entre sus miemtituciones y sus procesos, como en los funciobros y poca frente al resto de la sociedad); la segunda sunarios que están a cargo de su administración. pone niveles de equidad económica y social, de manera que hay un vínculo entre los distintos grupos que les permite identificar metas comunes y que no asume las diferencias como amenaza.

Dos fuentes abordan el problema de la confianza con las instituciones y los funcionarios: la primera, WJP Rule of Law Index, y la segunda, Transparency International con el Global Corruption Barometer 2013. En ambos casos el análisis se hace difícil porque la lista de países de la región está incompleta (tabla 6). En la primera fuente se indaga acerca del uso de los cargos públicos para el beneficio personal. Se interroga sobre funcionarios de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, así como sobre la policía y los militares. Un primer análisis comparativo arroja que la mayor confianza con los funcionarios la declaran Uruguay y Chile, hallazgo que es consistente con las observaciones anteriores. En el extremo opuesto, los países que expresan menor confianza son Bolivia y Venezuela. Desde otra perspectiva, la institución que es percibida como la más corrupta es el poder legislativo, mientras que las que cuentan con el mayor nivel de confianza son

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Carlos Enrique Hernaíz, Mauricio Phélan & Jonathan Camacho

las instituciones pertenecientes al poder ejecutivo y la castrense, lo que concuerda con la tendencia latina hacia el personalismo o presidencialismo, más que hacia el gobierno de la ley. Tabla 6. Confianza en los funcionarios y en las instituciones Representantes del Policías y militares no usan poder legislativo no cargos para fines usan cargos para personales fines personales

Representantes del poder ejecutivo no usan cargos para fines personales

Representantes del poder judicial no usan cargos para fines personales

Argentina

0.49

0.56

0.61

0.31

Bolivia

0.43

0.23

0.30

0.33

Brasil

0.49

0.64

0.64

0.22

Chile

0.76

0.75

0.86

0.55

Colombia

0.50

0.49

0.56

0.18

Costa Rica

s/d

s/d

s/d

s/d

Cuba

s/d

s/d

s/d

s/d

Ecuador

0.55

0.35

0.58

0.38

El Salvador

0.50

0.46

0.59

0.29

Guatemala

0.43

0.39

0.48

0.20

Honduras

s/d

s/d

s/d

s/d

México

0.47

0.36

0.31

0.33

Nicaragua

0.49

0.28

0.48

0.26

Panamá

0.51

0.42

0.62

0.22

Paraguay

s/d

s/d

s/d

s/d

Perú

0.51

0.35

0.38

0.19

República Dominicana

0.42

0.46

0.46

0.14

Uruguay

0.82

0.78

0.80

0.73

Venezuela

0.36

0.24

0.39

0.21

Países

Datos: Rule of Law 2014

La segunda fuente revisada (Global Corruption Barometer 2013) estudia los niveles de corrupción para doce instituciones (tabla 7), para lo cual se aplica una escala del 1 al 5, donde 1 representa la institución más limpia y 5 la más corrupta. Las instituciones que se perciben como las más corruptas son, en su orden, los partidos políticos, el Parlamento y la Policía. Como las más limpias, los cuerpos religiosos, las ONG, el sistema educativo y el sistema de salud.

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Sobre las mediciones de corrupción

Partiendo de estas dos fuentes es difícil hacer un análisis comparativo ya que no interrogan sobre las mismas instituciones: el WJP Rule of Law Index solo observa cuatro instituciones gubernamentales, mientras que el Global Corruption Barometer 2013 indaga sobre instituciones tanto gubernamentales como no gubernamentales. Tomando los puntos de coincidencia se puede decir que hay consistencia entre los resultados de una y otra, en tanto en ambas se pueden apreciar las siguientes tendencias: las instituciones de carácter político o deliberativo, como el poder legislativo, los partidos políticos y el Parlamento son valoradas como instituciones corruptas por ambos índices. Esta tendencia puede estar relacionada con el efecto negativo de la corrupción política —como el clientelismo y el nepotismo— en la confianza de los ciudadanos (Andvig & Odd-Helge, 2001; Rico & Salas, 1996). También se observa consistencia en la valoración de la institución castrense como la menos corrupta.

Parlamento

Militares

ONG

Medios

Cuerpos religiosos

Sector privado

Sistema educativo

Poder judicial

Sistema de salud

Policía

Servidores públicos

Argentina

4.3

4.1

2.9

2.5

3.3

2.9

3.5

2.6

3.9

2.7

4.0

4.2

Bolivia

4.2

3.9

3.4

2.8

2.7

2.2

3.0

3.0

4.1

2.9

4.5

4.0

Brasil

4.3

4.1

2.7

2.9

3.1

2.8

3.0

2.9

3.4

3.5

4.0

3.3

Chile

4.2

4.0

3.0

2.9

3.4

3.3

3.9

3.7

3.9

3.5

3.5

3.7

Colombia

4.3

4.3

3.4

3.1

3.1

3.0

3.1

3.1

3.8

3.8

3.7

4.0

El Salvador

4.5

4.1

3.6

2.9

3.2

2.7

3.2

3.1

4.3

3.1

4.5

4.3

México

4.6

4.3

3.2

3.2

3.6

3.1

3.5

3.3

4.3

3.2

4.6

4.5

Paraguay

4.4

4.5

3.1

2.8

2.6

2.3

2.9

3.0

4.2

3.2

4.4

3.8

Perú

4.3

4.3

3.7

3.3

3.4

2.4

3.4

3.4

4.4

3.5

4.3

3.9

Uruguay

3.5

3.2

2.9

2.5

2.8

2.9

3.0

2.6

3.1

2.9

3.3

3.2

Venezuela

4.2

3.8

3.8

3.4

3.6

3.0

3.8

3.2

4.1

3.3

4.4

4.3

Promedio Latinoamérica

4.3

4.1

3.2

2.9

3.2

2.8

3.3

3.1

4.0

3.2

4.1

3.9

Países

Partidos políticos

Tabla 7. Percepción de corrupción por instituciones (2013)

Escala 1-5; 1 significa no corrupto y 5 extremadamente corrupto Datos: Transparency International, Global Corruption Barometer 2013

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Carlos Enrique Hernaíz, Mauricio Phélan & Jonathan Camacho

En relación con el control de la corrupción

Mediante los cálculos que ofrece el BM a través de los WGI y, específicamente, de su componente de control de la corrupción, se puede obtener un panorama de la percepción sobre del uso del poder para el beneficio personal. Los resultados de este indicador poseen un rango que va del -2.5 al 2.5, siendo el primero la peor valoración y el segundo la mejor en materia de control de la corrupción. Tomando los resultados que nos ofrece este índice para el 2012,14 encontramos que en Chile y 14 Es importante destacar que Uruguay se percibe que no hay muchos casos este indicador ofrece una serie temporal anual desde el en los que el poder se utilice para el benefi2002 al 2012. cio individual (con un puntaje de 1.56 y 1.32 respectivamente). Según el índice, estos dos países se destacan entre los de América Latina por ser los mejores percibidos en este sentido, seguidos por Costa Rica y Cuba, que son los únicos dos países restantes que se ubican en un rango positivo (0.58 y 0.3 respectivamente); el resto de los países se ubica por debajo de cero. Llama la atención el caso venezolano, no solo por ser el peor valorado del grupo de países seleccionados, sino porque, además, su valoración es muy alta: -1.24 (tabla 8). Por su parte, los datos que ofrece el Latinobarómetro sobre este tema nos muestran una percepción general bastante negativa acerca de los avances que se han alcanzado en el control de la corrupción, dado que todos los países acumulan entre el 45 y el 77 % de personas que califican los avances en poco o nada (el mejor calificado es Uruguay con un 40.2 % y el peor es Perú con un 77 %). Comparando los datos que ofrece el BM con los de Latinobarómetro encontramos que hay cierta consistencia en los resultados, aunque hay países que muestran una diferencia bastante significativa entre uno y otro. Tal es el caso de Perú que, según el BM, obtiene una valoración cercana a la media para América Latina, mientras que la percepción general de la gente (Latinoberómetro) es que se ha avanzado poco o nada en la lucha contra esta. En el otro extremo

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Sobre las mediciones de corrupción

aparecen Panamá y Ecuador, casos en los que más de un 50 % de los encuestados considera que se ha avanzado en la lucha contra la corrupción y los ubica entre los mejor valorados según Latinobarómetro, mientras que el BM no les otorga una valoración tan favorable (tabla 8). Tabla 8. Control de la corrupción Banco Mundial

Latinobarómetro

Control of Corruption 2013 WB

Reducción corrupción Mucho/ algo

Poco/ nada

Argentina

-0.49

29.6

68.4

Bolivia

-0.70

36.5

58.4

Brasil

-0.07

33.7

63.2

Chile

1.56

48.8

50.1

Colombia

-0.43

34

57

Costa Rica

0.58

31.3

65.6

Países

Cuba

0.30

s/d

s/d

Ecuador

-0.66

50.5

46.7

El Salvador

-0.38

33.9

61.2

Guatemala

-0.61

20.4

68.5

Honduras

-0.94

28

69.4

México

-0.41

29.4

67.6

Nicaragua

-0.78

35.7

51.6

Panamá

-0.39

51.5

46

Paraguay

-0.84

25.9

71.4

Perú

-0.39

21.3

77

República Dominicana

-0.83

36.4

62.1

Uruguay

1.32

53.8

40.2

Venezuela

-1.24

31.2

65.7

Datos: Banco Mundial Latinobarometro

Las divergencias entre las dos fuentes de datos posiblemente estén basadas en las unidades de información para cada caso. El BM basa su información principalmente en actores relacionados de manera directa o indirecta con situaciones vinculadas con la corrupción, mientras que Latinobarómetro recaba información del público en general. En este último

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Carlos Enrique Hernaíz, Mauricio Phélan & Jonathan Camacho

caso, el sondeo es susceptible a elementos coyunturales que pueden incidir en la percepción y, por ende, en las respuestas. Por su parte, Latinobarómetro interroga sobre los avances que se han alcanzado, es decir, es una pregunta que va dirigida a ver cómo se evoluciona en el tema, mientras que el BM reúne información mucho más amplia y profunda sobre el particular. Las fuentes de soborno

Finalmente, la última parte del análisis tiene que ver con el otro lado de la moneda: los corruptores o fuentes de soborno y los paraísos fiscales. El análisis de las fuentes de soborno se lleva a cabo mediante el índice del mismo nombre, elaborado por Transparency International. Este índice muestra que el promedio de los países en estudio alcanza 7.8 puntos. Los Países Bajos y Suiza obtienen las mejores puntuaciones, considerados los menos proclives a recibir sobornos. Los que obtuvieron puntuaciones más bajas son China y Rusia, percibidos como los más propensos a ofrecer o recibir sobornos. Solo tres países de América Latina aparecen en la lista: Brasil, con una puntuación de 7.7,15 Argentina, con una de 7.3, y México, con una de 7.0 (Hardoon & 15 En la que 10 significa que los Heinrich, 2011). Es importante señalar que entrevistados señalan una propensión total al uso de soboren la edición anterior del índice, Argentinos por parte de las empresas de ese país y 0 supone la auna no aparecía dado que no era señalada sencia absoluta de esta. como país cuyos empresarios recurriesen al soborno en sus negocios internacionales. En lo que respecta a los paraísos fiscales, de los 73 países que los albergan, cuatro de ellos están en América Latina (Panamá, Costa Rica, Guatemala y Uruguay). Llama la atención el caso de Costa Rica, país que tiene excelentes resultados en los diferentes índices de corrupción, pero es uno de los paraísos fiscales en la región.

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Sobre las mediciones de corrupción

Reflexiones finales En los estudios del desarrollo desde un enfoque multidimensional el tema de la corrupción constituye un aspecto clave para entender el desempeño de los países, dado que es un freno al bienestar de las personas, fundamentalmente porque se desvían recursos —que podrían invertirse en oportunidades de estudio, salud, vivienda e infraestructura— para el uso y beneficio de particularidades o de pequeñas élites de poder. El examen de este fenómeno se enfrenta a la dificultad de su medición dada su naturaleza compleja de opacidad y de ilegalidad. Una manera de aproximarse es mediante las percepciones, lo que está en sintonía con la incorporación de las mediciones subjetivas en la medición del desarrollo. Hasta hace relativamente poco tiempo, el bienestar y el desarrollo se medían predominantemente a través de indicadores denominados objetivos, con datos provenientes de conteos, registros o censos de población. Recientemente se han incorporado mediciones de carácter subjetivo, con datos obtenidos de encuestas y entrevistas. En este trabajo se revisaron diferentes instituciones y la manera como abordan el tema. En primer término podemos afirmar que el aumento de mediciones sobre la corrupción es una señal importante de la relevancia de este fenómeno en el estudio del bienestar de los países. Si se quiere saber cómo va un país, una manera es analizando sus niveles de corrupción. El comportamiento de este fenómeno da una idea de sus instituciones, de los valores de los funcionarios y de la transparencia. La corrupción es un mecanismo de presión contra las libertades funcionales que priva el acceso a los derechos fundamentales de las personas. Al ser un tema sensible, que puede comprometer a gobiernos de turno así como a intereses nacionales e internacionales y, de alguna manera, polémico, la mayoría de los estudios son llevados a cabo por fundaciones privadas, ONG o universidades. El estudio de la corrupción, a pesar de los avances mostrados, y sobre todo su relación con temas fundamentales

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Carlos Enrique Hernaíz, Mauricio Phélan & Jonathan Camacho

como la pobreza, la desigualdad o la inseguridad, sigue desarrollándose con cierta precaución; por ello instituciones públicas tales como institutos de estadística y ministerios no suelen abordar el estudio sistemático de este fenómeno. Esto es una limitación que hay que ir sorteando, dado que los estudios de percepción y opinión también tienen sus limitaciones. Apuntar hacia el desarrollo de sistemas de monitoreo, como registros administrativos, que sean lo suficientemente confiables, permitiría un análisis más detallado del fenómeno y aportaría información para contrarrestarlo. Los esfuerzos latinoamericanos por generar índices sobre corrupción —como son los ejemplos del índice latinoamericano de transparencia presupuestaria y el índice latinoamericano de transparencia legislativa—, si bien son importantes, no han logrado alcanzar una cobertura total. A un nivel más técnico, las encuestas en diferentes modalidades y para diferentes unidades de muestreo son el camino más adecuado y posiblemente más utilizado por las diferentes instituciones en distintos momentos. El estudio de la corrupción está basado en apreciaciones subjetivas, dado que es muy difícil obtener datos empíricos confiables sobre los niveles de corrupción en diferentes países. Como se mencionó, la práctica de la corrupción es clandestina y, por demás, imprecisa, lo que impide su registro a menos que se lleguen a develar casos y entren en los registros de delitos cometidos. En algunos de los estudios se combina a la encuesta —como proceso predominante de captura de datos— con técnicas cualitativas como los grupos focales y las entrevistas a informantes clave. Un asunto a considerar en este tipo de estudios es el peso que puede tener la encuesta como procedimiento que conlleva dificultades y limitaciones, sobre todo a la hora de investigar aspectos de la realidad que tienen opacidad o son poco visibles, más aún cuando los estudios se realizan en sociedades con gobiernos autoritarios o con poca vocación democrática. La libertad de opinión y la seguridad sobre el ejercicio del derecho a expresarse son condiciones fundamentales para obtener respuestas confiables y, por tanto, datos confiables.

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Sobre las mediciones de corrupción

En relación con el análisis exploratorio sobre los datos de corrupción disponibles para América Latina se ha podido constatar que, a pesar de las diferencias que puedan existir en la forma en que cada estudio aborda el tema, hay cierta consistencia entre los resultados de unos y otros. Es necesario el desarrollo de estudios más profundos sobre la corrupción, que nos permitan entender cómo están conectadas las distintas formas de corrupción administrativa, política y corporativa. Las limitaciones propias del fenómeno de la corrupción han llevado a las instituciones a utilizar formas ingeniosas de medición. Sin embargo, queda un largo camino por recorrer para poder obtener datos confiables que permitan construir indicadores e índices que reflejen de la manera más fiel posible la presencia y el impacto de la corrupción en el desarrollo y el bienestar de las personas. En otros términos, poder contar con información oportuna y confiable, accesible y transparente sobre el funcionamiento de las instituciones públicas. La opacidad debe ser traducida en transparencia y libre acceso a la información estadística.

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Rese単a



Paradigmas ISSN: 1909-4302 http://publicaciones.unitec.edu.co/ojs/

Intelectuales: entre un mapa de la cuestión y un programa de estudio Reseña de Intelectuales: notas de investigación sobre una tribu inquieta (Carlos Altamirano, Siglo XXI, Buenos Aires, 2013) Martín Retamozo1

L

a cuestión de los intelectuales es un tema que, si bien nunca abandona la escena por completo, reconoce momentos de reubicación entre las preocupaciones centrales de las ciencias sociales. En los últimos años en América Latina el interés por el asunto se ha fortalecido. La aparición de compilaciones como las que han dirigido Carlos Altamirano y Jorge Myers, bajo el título de Historia de los intelectuales en América Latina, cuyos tomos I y II se titulan “La ciudad letrada, de la conquista al modernismo” y “Los avatares de la ‘ciudad letrada’ en el siglo XX”, publicados en el 2008 y el 2010 respectivamente (Editorial Katz, Buenos Aires) son una prueba de ello. La realización del I Congreso Internacional de Historia Intelectual en septiembre del 2012 en Medellín (Colombia) —el II congreso se realizará en el 2014 en Buenos Aires— y la publicación en el 2013 del libro que aquí comentamos, una edición ampliada de la obra que el mismo autor había publicado en el 2006,2 así como la publicación de la revista latinoamericanista Nueva Sociedad que titula su número 245 “Intelectuales política y 1 Agradezco a Olga Bracco sus valiosos comentarios a la prepoder ¿qué hay de nuevo?”, confirman la acsente reseña. tualidad del debate.

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Martín Retamozo

En este contexto la aparición de Intelectuales: notas de investigación sobre una tribu inquieta introduce y ordena una discusión sobre un término polisémico y controvertido a partir de los apuntes y anotaciones que Carlos Altamirano —uno de los principales referentes del tema en América Latina— fue desarrollando tan2 El autor explica que esta segunda versión incorpora asto en trabajos de investigación como a lo pectos que habían quedado excluidos de Intelectuales: nolargo del dictado de cursos de posgrado. tas de investigación (Buenos La articulación entre la historia intelecAires: Norma). tual, la sociología de los intelectuales y los estudios sobre élites ofrecen un camino que a la vez mapea y propone horizontes para el abordaje. Los seis capítulos que componen la obra pueden leerse como un itinerario perspicaz para inmiscuirse en la cuestión, pero también —y gracias a su coherencia interna—como intervenciones autónomas sobre diferentes temas: la genealogía del término, la normatividad, el marxismo, las perspectivas sociológicas, la disputa por la definición y las mediaciones en los diferentes contextos. La pregunta de inspiración mannheimiana parece ser un intríngulis al punto que aparece dos veces y resuena en diferentes pasajes: ¿cómo tratar sociológicamente la cuestión de los intelectuales sin elaborar criterios y esquemas de clasificación para grupos, clivajes y jerarquías del mundo social que no se dejan apresar a través de la definición económica de clases y las divisiones sociales? (pp. 83 y 104). En el capítulo I, “Nacimiento y peripecias de un nombre” (también publicado como artículo en la citada Nueva Sociedad), Altamirano repasa el origen conceptual del término situado canónicamente a partir de la controversia sobre el caso Dreyfus y la célebre intervención de Émile Zola “J’accuse…!” en 1898, apoyada luego por un conjunto de hombres de las ciencias, las artes y el pensamiento. En este acto bautismal quedan planteadas dos tensiones que se consolidarán en el estudio de los intelectuales: la primera, la relación entre campo político y campo intelectual; la segunda, entre la tarea individual y la intervención colectiva. Asimismo

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Intelectuales: entre un mapa de la cuestión…

debemos incorporar una tercera cuestión: la disputa por la legitimidad, el campo semántico y el universo de referencia para el nuevo epíteto. Estos tres ejes atraviesan buena parte de los estudios sobre los intelectuales. Altamirano reconoce los reparos contra la posible universalización francófila, pero recuerda que el impacto del caso Dreyfus alcanzó a diversas comunidades nacionales y que Francia se encontraba en el sitial de la cultura occidental hacia finales del siglo XIX, por tanto, el efecto no es prescindible. Las recepciones en España (la célebre generación del 98, con Unamuno, Ortega y Gasset, entre otros) y en América Latina (en especial a partir del Ariel de Rodó) son puestas en contexto por Altamirano como un modo de articular la dimensión universal de la discusión con las apropiaciones desde espacios históricos, culturales y políticos particulares. También repasa su uso relativamente tardío en Italia, las zozobras del término en el contexto cultural británico y en la tradición germana. Altamirano extrae algunas conclusiones en consonancia con el programa de investigación sobre intelectuales, en especial la necesidad de indagar las gramáticas de la vida cultural, la formación de las élites y la historia (o las historias) intelectuales de las diferentes comunidades más allá de la genealogía del término. El capítulo II recupera el tercer nudo planteado en el antecesor: la querella por el lugar del intelectual y su valía. La pregunta por el ser y el deber ser del intelectual recupera el eje normativo del problema y reaviva las controversias. Una concepción difundida otorga a estos “seres del pensamiento” un mandato en la polis, cuyo abandono es causal de acusación de traición. Esta deontología intelectual se concreta en diferentes formas: para Julien Benda será el oficiar de “sacerdotes de la justicia abstracta”; para Jean Paul Sartre en la imposibilidad de eludir la responsabilidad con su tiempo, y para Edward Said, este debe ser “un francotirador” de verdades incómodas apostado en el pensamiento crítico. Michel Walzer, por su parte, propone a la tribu como intérpretes críticos de la moralidad vigente de la comunidad.

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El análisis de la cuestión de los intelectuales en el marxismo es objeto del capítulo III. Altamirano argumenta que si bien el tema no concitó la atención de Karl Marx, los rastros que pueden seguirse del tratamiento de la ideología y de los ideólogos han sido objeto de diversas apropiaciones. Fue Karl Kausky uno de los primeros en asumir sistemáticamente el desafío de ubicar a la intelligentsia en el escenario de la militancia socialista de finales del siglo XIX, habida cuenta de la cantidad de hombres de ideas que se acercaban al movimiento. Kausky explica que como consecuencia de la división del trabajo manual y espiritual detectada por Marx, se produce la existencia de un grupo en el seno de la burguesía que adquiere características específicas. Así, por un lado, el autor busca reducir esa nueva clase media a categorías socioeconómicas que expliquen sus intereses; por otro, se topa con la heterogeneidad al interior de esa clase y, finalmente, con la invocación de ciertas conductas esperables por el acceso de miembros de este grupo a verdades históricas o movilizaciones éticas. Antonio Gramsci, por supuesto, es el protagonista medular en este capítulo. La propia teoría de la historia que desarrolla el pensador italiano ubica a la política y la cultura en un lugar original para la tradición marxista. En esta concepción la disputa por las ideologías pasa a ser un terreno inescindible de la constitución del proceso histórico y, por ende, de la lucha de clases. Altamirano presenta la conocida preocupación gramsciana por analizar las formas de dominación en Occidente para definir una estrategia para el partido revolucionario. Allí los intelectuales, en el campo de la sociedad civil, funcionan como una instancia de organización de la hegemonía sobre los otros estados sociales. De allí se derivan dos cuestiones claves para el marxismo: la relación de los intelectuales con las clases fundamentales y los dispositivos que median entre los grupos sociales y el Estado. El análisis de la primera cuestión lleva a Gramsci a su famosa distinción entre intelectuales orgánicos e intelectuales tradicionales, el de la segunda a su concepción de la sociedad civil.

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Una vez finalizado el análisis desde el marxismo, Altamirano dedica un capítulo al estudio del modo en que la sociología abordó el tema de los intelectuales. La preocupación de la sociología se ubica en establecer las especificidades de los intelectuales realmente existentes, prescindiendo —al menos en intención— de la dimensión normativa. Si bien el texto de Karl Mannheim Ideología y utopía (1929) suele ubicarse como inicial, la tradición germana (incluido Weber) había dedicado observaciones sociológicas sobre el lugar y las características de la intelligenstiza. Los escritos de Mannheim marcan para Altamirano un hito en la reflexión sobre las nuevas condiciones sociales de emergencia de los hombres dedicados al pensamiento, las artes y la ciencia, así como su lugar en la contienda política. Esta mirada no está del todo exenta de ciertas expectativas de la labor de los intelectuales, ahora relativamente autónomos de las clases sociales de las cuales provienen, como agentes capaces de acceder a la objetividad de la totalidad social y en ese sentido portadores de historicidad. Altamirano escoge a Edward Shils como el portavoz de la preocupación funcionalista sobre el comportamiento de ciertas élites disconformes con la misma sociedad de la que son parte. Shils constata en todas las sociedades la existencia de personas con propensión a dedicarse a cuestiones que van más allá de su vida cotidiana y con la necesidad de producir acciones que exterioricen estas preocupaciones. A su vez, y esto es lo central, la necesidad de la sociedad de vincularse con los fundamentos, lo sagrado y lo trascendente. Los fundamentos del poder, la propia historia y la educación requeridos por las sociedades se incrementan cuando estas ganan en complejidad; allí los intelectuales se vuelven más relevantes como instancia de garantía de la autoridad sobre el conjunto. La producción de ciertos principios estructurantes de la comunidad y elementos de socialización son provistos por los intelectuales. No obstante, esto no exime de tensiones al interior de este grupo ni a los intelectuales y quienes detentan el poder en la comunidad. Los intelectuales para Shils, dice

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Altamirano, tienen entonces la función de definir aspectos centrales en la estructura de valores de la comunidad y de colaborar en la reproducción del orden social, de allí la necesidad de cooperación con los poderes terrenales para la integración de las sociedades modernas. Pierre Bourdieu es quizás la referencia máxima en el estudio de los intelectuales. Su apropiación de los clásicos, la inscripción de una teoría de los intelectuales en la sociología de los campos y el desarrollo de un programa de investigación empírica han contribuido enormemente a situarlo como una referencia obligada. La conformación de los sistemas de dominación simbólicos y sus gramáticas son preocupaciones que Bourdieu recupera de los clásicos de la sociología y desde allí elabora su propia concepción del campo intelectual, su autonomía relativa, sus luchas y su función ideológica en la producción de la cultura legítima. La posición de los intelectuales como fracción dominada de los sectores dominantes le otorga una particular disposición para establecer alianzas con los distintos sectores en pugna en una sociedad. Zygmunt Bauman —a juicio de Altamirano— enfatiza con su concepción del intelectual como legislador el aspecto de complicidad entre el saber y el poder en la edificación del orden moderno, en sintonía con los planteamientos de Foucault. El capítulo V es un cuidadoso recorrido por las teorías antropológicas e historiográficas sobre las concepciones de los intelectuales en diferentes momentos de la historia de la humanidad. En efecto, la pregunta por la existencia de intelectuales en las sociedades ágrafas o su ubicación en la temprana modernidad devela el interrogante sobre las condiciones sociohistóricas del surgimiento de la tribu. Antropólogos como Jack Goody y Ernest Gellner e historiadores como Jacques Le Golff debaten en la pluma de Altamirano, sobre la genealogía de los intelectuales, tarea por supuesto relacionada con la controversia sobre la definición y el alcance del concepto. En la segunda parte del capítulo Altamirano plantea algunas de sus propias coordenadas, preguntas e hipótesis sobre la cuestión de los intelectuales y la política en las que revisita las páginas anteriores.

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El capítulo final, “Contextos”, introduce una dimensión analítica que en ocasiones es soslayada: las condiciones de posibilidad y las mediaciones institucionales de los grupos intelectuales. Allí se indaga la relación de los intelectuales con el entramado institucional (religioso y estatal) pero también el lugar en las culturas nacionales y el mercado ávido de bienes culturales. La universidad, como hábitat de la mayoría de estos intelectuales, es abordada también dada la importancia que ha cobrado en el mundo contemporáneo. Sin embargo, ni una palabra hay allí sobre los avatares de las universidades en América Latina, su relación con las élites, los poderes y los procesos políticos. El lugar de las revistas, los premios, las librerías, las bibliotecas y las asociaciones de intelectuales es señalado sumariamente y el capítulo finaliza con una referencia al papel de la tradición en la conformación de la tribu y sus rituales. El libro de Altamirano, a la vez que esboza un mapa de la cuestión ofrece pistas para un programa de investigación sobre los intelectuales, además de una bitácora de los seminarios que ha dictado en los últimos años. Como el autor advierte, expone un conjunto de temas, hipótesis y líneas de trabajo. En ese plano se puede comprender, por ejemplo, que bajo un capítulo como “a la luz del marxismo” se limite a unas notas sobre Marx, Kausky y Gramsci, dejando para futuros desarrollos el abordaje de un debate que fue cobrando centralidad en la tradición marxista y cuyo estudio requiere otros esfuerzos de mayor extensión. Altamirano introduce un agregado al subtítulo de la primera obra, las notas ahora son “sobre una tribu inquieta”, pero ¿a quién inquieta esa tribu?, ¿al poder político?, ¿al poder mediático?, ¿a los buscadores de definiciones?, ¿o son esos propios intelectuales los que se mantienen activos y a la vez esquivos entre sus actividades creativas y su intervención pública? Existe lo que podemos llamar “la paradoja de los intelectuales”, que consiste en esta imposibilidad de hacer un análisis de esta tribu incómoda sin compartir su comunidad —al menos como un extranjero, para recordar a Simmel—. La imposibilidad del (auto)análisis objetivo

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implica el desafío de la honestidad (intelectual) de exponer nuestros puntos de partida teóricos y metodológicos, éticos y políticos para analizar el vínculo entre el mundo del pensamiento ilustrado, la creación artística o el quehacer científico y la intervención en el espacio público desde la legitimidad —implícita o explícita— que esta le confiere. Un debate sisifiano, ineludible y siempre urgente. Sacar provecho del libro de Altamirano requiere una lectura desplegable (en la lógica del hipervínculo), es decir, la que utiliza las notas para dirigir su atención al mundo, la biblioteca y las discusiones que se encuentran allí contenidas, condensadas, en ocasiones apenas esbozadas como un guiño al lector en medio de la sobriedad que caracteriza al autor.

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Colaboradores Carlos Enrique Hernaíz es Sociólogo por la UCV, Máster Oficial de Participación Ciudadana y Políticas Locales, de la Universidad Autónoma de Barcelona, España. Mauricio Phélan C., es Sociólogo, Universidad Central de Venezuela (UCV Especialista en Análisis de Datos para las Ciencias Sociales (UCV), Doctor en Sociología por la Universidad de Barcelona (UB), España, Profesor titular de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (UCV). Jonathan Camacho es B.A. Sociology, B.A. Ancient Languages, Minor in History de la Asbury University, Estados Unidos. Arne Orvik es Magíster en Ciencias Políticas. Profesor asociado del Department of Health Sciences, de la Aalesund University College (Noruega). Correo electrónico: arne.orvik@hials.no Lillebeth Larun es Doctora en Filosofía. Se desempeña como investigadora en el Norwegian Knowledge Centre for the Health Services (Oslo, Noruega). Correo electrónico: Lillebeth.Larun@kunnskapssenteret.no Astrid Berland es Magíster en Ciencias. Profesora asociada del Department of Nursing Education de la Stord/Haugesund University College (Haugesund, Noruega). Correo electrónico: astrid.berland@hsh.no Karin C. Ringsberg es psicoterapeuta, pedagoga, magíster en Ciencias Sociales y doctora en Filosofía. Profesora emerita en el Center of Health Promotion de la Nordic School of Public Health (Gothenburg, Suecia). Correo electrónico: karin.ringsberg@gu.se Martín Retamozo es Doctor en Ciencias Sociales (FLACSO-México). Profesor de Filosofía y Magíster en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP-Argentina). Profesor-Investigador del Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (UNLP-CONICET), Argentina. Líneas de investigación: subjetividad, sujetos y movimientos sociales, populismo y movimientos populares y epistemología de las ciencias sociales. martin.retamozo@ gmail.com.

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Instrucciones para autores Paradigmas es una publicación académica arbitrada cuya área de estudio y reflexión es la investigación. Por lo tanto, publica especialmente reportes de investigaciones científicas, tecnológicas y artísticas que, además de presentar sus avances o resultados, se centren fundamentalmente en los procesos metodológicos, epistemológicos, éticos y/o administrativos del proyecto. Así mismo, publica artículos de reflexión sobre el campo de la investigación y la ciencia. Según lo anterior, los siguientes tipos de artículos son apropiados para la revista: a)

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Preparación del manuscrito Los manuscritos deben ser presentados a espacio y medio (incluso las notas a pie), con un tamaño de letra de 12 puntos y alineación justificada. Se presentarán en tamaño carta, con márgenes de 2 cm en cada lado, sin sangrías ni encabezados. Todas las hojas del documento deben estar numeradas. Asimismo, todos artículos (salvo las reseñas) deberán adjuntar un resumen (abstract) de no más de 150 palabras y tres a seis palabras clave. Dicho resumen debe presentar el propósito, métodos y conclusiones del escrito, siendo una unidad por sí mismo. Por otra parte, se deben explicitar: el tipo de artículo presentado, el nombre del proyecto de investigación del que se derivan y las fuentes de financiación o de apoyo de éste (dado el caso). Sólo se recibirán artículos inéditos, lo que también implica que no estén siendo sometidos para su publicación al mismo tiempo en otros medios de divulgación. Manejo del lenguaje. Si bien la profundidad y los alcances del artículo dependen del autor, el lenguaje que se utilice debe ser comprensible para el lector no especializado, dado el carácter multidisciplinar de la audiencia de la revista. Por lo tanto, los términos técnicos o especializados deben ir seguidos de una definición sencilla en paréntesis o en una nota al pie. Ya que el texto es escrito en español, salvo casos excepcionales, toda la presentación, notación y empleo de signos debe apegarse a las normas de la Real Academia (2010) y no a las de otros idiomas. En la medida de lo posible, se debe evitar utilizar siglas, incluso si son de uso común. Cuando el autor considere completamente necesario su empleo, la primera mención debe ser aclarada y, dado el caso, traducida. Notas y referencias. Las notas de pié de página deben ser de carácter aclaratorio, indicándoselas con números arábigos y siempre deberán escribirse después del signo de puntuación, si lo hubiere. En el listado de referencias se debe incluir únicamente las fuentes que han sido previamente citadas en el cuerpo del texto, siguiendo para su presentación las normas APA (6ª edición, 2010). Se recomienda incluir en las referencias el Digital Object Identifier (doi) de las fuentes que lo posean. Para determinar lo anterior, se puede visitar el motor de búsqueda de Cross Ref en: http://www.crossref.org/guestquery/




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