EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE El modelo de evaluación del aprendizaje de la UDLA, se centra, en concordancia con la planificación curricular y el modelo educativo, en velar por el alcance de los resultados de aprendizaje planteados, tanto a nivel de programa de estudios, como a nivel institucional. Particularmente, asegura la recolección, sistematización, evaluación y análisis de evidencias objetivas del aprendizaje, así como el planteamiento de acciones de mejora, según se propone en los numerales 3 y 4 de la figura 1, del Ciclo del Aprendizaje UDLA. Para ello, la UDLA ha desarrollado un Plan Institucional Multianual de Evaluación del Aprendizaje (PIMEA), que consiste en la selección y planificación de evaluaciones puntuales, las cuales se llevarán a cabo en momentos clave del programa de estudio: niveles inicial, medio y final, para extraer información susceptible de análisis y valoración respecto al nivel de alcance de los resultados de aprendizaje. La metodología de evaluación implementada en UDLA, a través de su PIMEA, coincide con el Artículo 9 del Reglamento del Sistema de Evaluación Estudiantil del CES: “un sistema interno de evaluación de los aprendizajes, el mismo que permitirá la valoración integral de las habilidades, destrezas y conocimientos adquiridos por los estudiantes” (2017, p. 5). Cabe indicar que la implementación del modelo no es tarea sencilla, la evaluación centrada en resultados de aprendizaje es, en conjunto con elementos críticos del proceso de enseñanza aprendizaje, clave para migrar del paradigma de la educación centrada en la instrucción y contenidos, hacia el paradigma centrado en el aprendizaje:
(Adaptado de Higher Education in Latin America and the Caribbean, 2017 y Assessment of Higher Education Learning Outcomes, 2012).
El paradigma de educación centrado en el aprendizaje, está caracterizado por asignar especial importancia al proceso de evaluación del aprendizaje, pues la evaluación oportuna y contextualizada será componente clave para generar experiencias de aprendizaje significativo, y para medir la efectividad del programa de estudios. La evaluación del aprendizaje adquiere una dimensión integral, distinta a la de calificación, limitada a asignar puntajes para determinar aprobación o reprobación en el cumplimiento de tareas. En la siguiente tabla se muestran las principales diferencias entre ambas:
3. Establecer una metodología de recolección de información sistemática y continua que mida la efectividad de la carrera. 4. Guiar los procesos de evaluación del aprendizaje (directa e indirecta) en las carreras y programas para evidenciar el aprendizaje a nivel institucional. 5. Generar información útil para la mejora continua de las carreras, de los programas y de las áreas involucradas. 6. Proveer evidencia empírica del cumplimiento de la misión y de los resultados de aprendizaje institucionales (RI).
(Adaptado de Carnegie Mellon University, s.f., Taskstream, 2015, Crowdmark, 2014 y University of California, s.f.)
Esta migración de paradigma y el ciclo de mejora continua que surge del cambio, requiere de una activa participación de los diferentes miembros de la comunidad educativa, donde el estudiante es el actor principal, apoyado por el docente como facilitador y guía del aprendizaje. De otra parte, el cambio de paradigma requiere de una estructura que disponga de recursos humanos, técnicos y tecnológicos que permitan implementar el modelo y desarrollarlo de manera que se alcancen los objetivos planteados, en este caso: 1. Asegurar la calidad de la educación para todos los estudiantes de la UDLA. 2. Demostrar una relación efectiva entre la enseñanza y el aprendizaje.
A nivel UDLA, estos objetivos se han apoyado en la paulatina implementación de tecnologías educativas. El uso de plataformas de evaluación del aprendizaje, que permiten la simultaneidad entre la evaluación y la sistematización de resultados; además de la debida formación, seguimiento y acompañamiento a los actores involucrados, son requeridos para la viabilidad y optimización del modelo planteado.
A TOMAR EN CUENTA: El contexto de las instituciones de educación superior (IES) ha cambiado radicalmente en la últimas décadas, tanto a nivel nacional como internacional. El surgimiento de nuevos actores, de acreditación, regulación, categorización y rankings, y la disrupción de la tecnología, que facilita el acceso a emergentes ofertas educativas: programas en línea a bajo costo, cursos de libre acceso a todo público, vastedad de recursos digitales (videos, tutoriales, muestras, entre otros), exigen que las instituciones, más allá de ofertar un abanico de programas de estudio que responde al mercado, garanticen la calidad académica de sus carreras y programas. El desarrollo de un modelo de calidad propio, centrado
en el modelo educativo, misión y visión de las IES, es imprescindible para asegurar la integridad y valor agregado que la educación superior realiza a la sociedad. En el cambio de paradigma de la educación centrada en contenidos hacia la educación centrada en el aprendizaje, el rol protagónico del docente como instructor y poseedor del conocimiento, cambia al de docente como gestor del aprendizaje. Ello genera un espacio para el trabajo colaborativo y la reflexión compartida. Al ser el perfil de egreso y sus resultados de aprendizaje la brújula que guía el accionar de los programas de estudios, la sinergia y los esfuerzos comunes de los docentes son claves para acompañar al éxito a los estudiantes, quienes requieren que sus docentes sean referentes de flexibilidad y adaptabilidad en una sociedad del conocimiento, ávida de profesionales que cuenten con habilidades blandas, además de las técnicas y teóricas que exija determinada profesión. La irrupción de la tecnología en las IES, debe ser cuidadosamente gestionada, diferenciando si se trata de un medio o se trata de un fin. El delicado proceso de enseñanza aprendizaje se diversifica, se enriquece, se transforma con y a través de la tecnología, potente herramienta que optimiza el proceso y lo abstrae en cuestión de segundos en información y en datos que son útiles para obtener información instantánea, que permite tomar mejores decisiones académicas; más la decisiones en pos de la mejora continua de la educación superior, van mucho más allá de la implementación o no de la tecnología.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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