El Eafitense 120

Page 1


ISSN 0124-3624 e-ISSN (En proceso)


REVISTA

EL EAFITENSE

2021-2 / Medellín / Colombia

Nº 120

Espacio y tiempo para confiar


c.

CONTENIDO

/10

/18

¡Confiar en otros! La tarea y el desafío

/74

/32

/78

Los niños y las niñas, cocreadores de mundos posibles

/102 La confianza me salvó de…

¡A la acción!

¿Qué nos genera confianza?

/84

Urbanismo y construcción de confianza

/110 Empresarios movilizadores que inciden y conversan

La confianza como antídoto del miedo


/40 “La confianza no se reconstruye como un edificio, sino que se cultiva como un jardín”

/84 Búscala en la cocina

/116 Las U y las redes, en lo que creen los jóvenes en Colombia

/50

/60

El reto de hacer lo correcto con valor y conocimiento

/85

/70 La confianza, una marca desde el interior

Educar para crear y liderar

/90

El abrazo de la madre naturaleza

/122 Votos de confianza

Empujar mil pianos

/96 En busca de una nueva fuente de energía alternativa

/132 Tenemos que hablar, Colombia


E D I TO R I A L

UNA SINTONÍA LLAMADA

CONFIANZA

La confianza es una red invisible, frágil y, por ello, poderosa. Es un tejido construido con hilos de conocimiento, proximidad y coherencia.


Claudia Restrepo Montoya Rectora de EAFIT

4/5

e. Educar es, ante todo, un acto de confianza. El aprendiz deposita su vulnerabilidad y expectativa en el educador, convencido de la capacidad de este de cultivar y proyectar sus potencialidades. En la Universidad creemos que la confianza es motor de transformación. En esta edición de la renovada revista El Eafitense, queremos traer al centro del debate, de la necesaria conversación, la pregunta sobre el valor que tiene para una sociedad “eso de confiar”. Desde diferentes perspectivas, buscamos responder a asuntos como: qué elementos son sustanciales para crear vínculos, cuándo y cómo se rompen los lazos que tejen credibilidad y proximidad entre las personas, o para qué confiar. Un insumo clave para abordar estas cuestiones es el estudio Oportunidades para la construcción de confianza en contextos organizacionales, realizado por EAFIT e impulsado por Bancolombia y Comfama, de la mano de un equipo de profesores de la Escuela de Artes y Humanidades para comprender el fenómeno de la desconfianza, un asunto de magnitudes globales que se evidencia en ciudadanos que miran cada vez con más apatía a sus gobiernos y a las instituciones políticas diversas. Lo anterior, recogido en diferentes encuestas de percepción como el Latinobarómetro (estudio de opinión pública que se realiza anualmente en 18 países de América Latina), el Latin American Public Opinion (Lapop) o la Encuesta Mundial de Valores.


En la Universidad creemos que la confianza es motor de transformación.

Foto: Ana Fandiño

Claudia Restrepo Montoya, rectora de EAFIT.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


6/7

Confiar es, también, hacerse vulnerable. Es un pacto tácito que trae riesgo para quien lo hace. Esta comprensión, para las organizaciones, trae importantes retos: saber que en sus manos están los recursos, las expectativas o los proyectos de alguien es razón suficiente para reflexionar (y en muchos casos modificar) la forma cómo se entablan las relaciones, desde cómo le ofrecen servicios a las personas hasta el modo en el que se les incluye en la toma de decisiones. El estudio Oportunidades para la construcción de confianza en contextos organizacionales propone, además, formas en las que la confianza puede llevarse a la acción. A través de ejemplos cercanos se muestra cómo la simetría, o la capacidad de reducir brechas entre instituciones o personas, permite mayor armonía y equilibrio entre quienes se relacionan, ayudando a que emerja un entendimiento fluido, una proximidad, un vínculo que debe alimentarse y garantizarse con la coherencia entre lo que se declara y lo que se hace y que obliga, hoy como nunca antes, a mantener abierta la conversación. Con esta edición de El Eafitense seguimos cultivando conexiones. Acercamos a los lectores la mirada de líderes de Comfama y Bancolombia sobre el rol de las organizaciones en la construcción de vínculos, abordamos la perspectiva de los niños y los jóvenes frente al presente y el futuro que les espera, nos acer-


camos a territorios en los que es posible construir y pensar con otros (con muchos), nos adentramos en la sabiduría presente en la naturaleza, proponemos miradas e interpretaciones al mundo y, entre otros, nos aproximamos al asunto de la confianza desde el arte y la creación. A través de voces múltiples queremos generar en quienes se acerquen a los contenidos, más que respuestas, preguntas que aporten a la reflexión y el entendimiento de este gesto tan frágil, y por ello tan poderoso, que es confiar… ese que nos invita a hacernos también responsables del cuidado del otro. Es este el tiempo y el espacio para la confianza. Desde EAFIT, con nuestro proyecto educativo y de transformación, seguiremos haciéndolo: cumpliendo con la promesa que hacemos a nuestros estudiantes, a las organizaciones y a nuestra región. Necesitamos más conversaciones cercanas y francas, necesitamos entregarnos a los demás, crecer y tejer con los otros. Si no ahora ¿cuándo?

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


8/9

***** Por la Universidad acompañaron el estudio Oportunidades para la construcción de confianza en contextos organizacionales, además de Adolfo Eslava Gómez, decano de la Escuela de Artes y Humanidades, el docente José Antonio Fortou Reyes, y el profesor emérito Jorge Giraldo Ramírez, ambos adscritos a la Escuela de Artes y Humanidades; así como el director del Cultureplex Lab, de la Western University de Canadá, Juan Luis Suárez.

*****

Una revista que se transforma El Eafitense, en esta nueva etapa editorial, se constituye en una publicación que inspira, genera reflexión e incide. Desde sus contenidos queremos acercar las preguntas que le dan sentido a nuestra tarea en la Universidad y aproximarnos a los temas que se debaten en la academia, en los espacios de aprendizaje y en las investigaciones que hacemos, a través de otras narrativas en las que la estética y la palabra nos acerquen a las preguntas esenciales que se está planteando la sociedad


CONFIAR EN

OTROS

LA TAREA Y EL DESAFÍO

Adriana Cooper Colaboradora


10/11

Después de la pandemia, las marchas, el paro, y antes de un nuevo escenario electoral y presidencial en Colombia, surge una pregunta: ¿cómo se construye la confianza y qué tan importante es en una sociedad como la nuestra y en estos momentos?

. “

“Piensa mal y acertarás” es uno de los refranes que se escuchan, a veces, en las calles de Medellín o pueblos de Antioquia o de cualquier lugar del país. En este se invita a imaginar los escenarios más oscuros, a tener en cuenta, de entrada, la sospecha, la duda. Es un llamado a asumir que hay un evento desafortunado, listo para imponerse. Si vamos a un origen clásico, encontramos que el diccionario de la Lengua Española define la confianza como el acto de “depositar en alguien, sin más seguridad que la buena fe y la opinión que de él se tiene, la hacienda, el secreto o cualquier otra cosa”. Otra definición posterior la define como “esperar con firmeza y seguridad”. Profesores, psicólogos o

personas que trabajan y se mueven en el ámbito político han tratado a lo largo de la historia este tema. Friedrich Nietzche, uno de los filósofos del siglo XIX, pronunció una frase profunda y a la vez, cercana, sobre este tema: “no estoy decepcionado porque me hayas mentido. Lo que sucede es que de ahora en adelante no podré confiar en ti”. A él se suma Esther Perel, una de las terapeutas más reconocidas actualmente en el mundo y cuyo trabajo está centrado, principalmente, en las relaciones humanas. Esta mujer, que se mueve entre culturas, historias y relaciones diferentes, escribió hace unos días: “la confianza no consiste en la promesa de nunca herirnos. Está en el riesgo y en la seguridad de que,


aunque podamos lastimarnos, si lo hacemos, trabajaremos juntos para sanar”. La confianza es un concepto cuya ausencia o presencia sale de la vida cotidiana y entra a otras esferas: laborales, económicas o las relaciones internacionales. En espacios como la bolsa de valores, juega un punto importante. Y es que cuando alguien invierte en una empresa tiene en cuenta sus resultados financieros, su responsabilidad social con la comunidad y el medio ambiente, su compromiso, vínculo con la sociedad, prácticas, transparencia y planes a futuro. La confianza, además, se convierte en un elemento buscado y desafiante que se logra gracias a técnicas de negociación, las habilidades de expresión, la certeza de una promesa, la trayectoria de las personas involucradas, las renuncias o los compromisos, y la consistencia de un mensaje. Esto puede comprobarse al observar espacios como Camp David, un lugar a las afueras de Washington (Estados Unidos), en el que varios presidentes de este país se convirtieron en anfitriones de las conversaciones ancestrales de uno de los conflictos más desafiantes de la historia reciente: el conflicto entre israelíes y palestinos. A este ejemplo se suman las conversaciones de paz de La Habana donde intervinieron diferentes actores del conflicto colombiano y en la que el hecho de creer en los demás se convirtió en un desafío. La confianza que se construye o desaparece en la vida cotidiana se lleva a cada persona y a través de escenarios distintos: la casa, la universidad, los trabajos y la calle. confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


Ilustración: Isabel Castaño

“Los otros: tan válidos como yo” Santiago Silva Jaramillo es profesor e investigador del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de EAFIT. Es politólogo, especialista en Estudios Políticos y magíster en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad. Durante la Alcaldía de Federico Gutiérrez fue subsecretario de Cultura Ciudadana y como parte de su labor en esta posición trabajó temas como la confianza. Es consciente de la importancia de este tema en una región donde hay diversidad, y una situación social y de orden público a la que aún no puede fijársele la palabra tranquilidad. Sobre este tema cuenta que es vital “reconocer que los otros son como yo y sus intenciones y preocupaciones son tan valiosos como los míos. Es asumir de entrada un prejuicio social positivo: que las personas son buenas y es posible confiar en ellas”. Explica que esto es posible al ver las semejanzas que tenemos todos por el simple hecho de ser personas. Y agrega que “a veces necesitamos tener garantías como la reputación para romper las dificultades y asegurar esa confianza buscada”. Al mirar con detenimiento el refrán que se menciona al principio (“Piensa mal y acertarás”), anota un hecho existente en la cultura local: una desconfianza preventiva que parte del deseo de querer ser más hábil e inteligente o más “avispado” que el otro. Y con base en esta, se asume de entrada una sospecha, una incapacidad de ver lo bueno del otro. Se convierte en una invitación para estar alerta

12/13


ante cualquier señal. Agrega que en este caso “la viveza termina siendo ineficiente” porque no deja ver con certeza una situación e impide que tenga una relación genuina con los demás. Al preguntarle sobre formas de promover la confianza en estos tiempos en los que nos preparamos para elecciones presidenciales y en los que la rapidez de las noticias a veces supera nuestros ritmos de lectura y análisis, cuenta que es importante “saltar los traductores de contenidos”, aquellas personas, medios o instituciones que a veces comparten su interpretación de la realidad. A la hora de decidir la intención de voto o revisar los candidatos presidenciales, sugiere leer con atención y revisar sus programas políticos, “ir a las fuentes primarias”. También menciona un punto importante: revisar las personas que acompañan, a los candidatos ya que “los políticos no gobiernan solos” y esas personas también contienen un poder, un mensaje. Finalmente, recuerda que como personas tenemos una responsabilidad cognitiva que consiste en entender que todos podemos ser manipulables. “Ni el más inteligente es inmune”. Y por eso esta afirmación también se convierte en una invitación a la humildad, a entender que no lo sabemos todo y que corresponde a cada uno revisar el contenido de las publicaciones en medios o redes sociales. Saber que, como ciudadanos, tenemos un poder, que es necesario pensar antes de compartir información y es importante contrastar lo leído y escuchado con otras fuentes confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


TENER CONFIANZA CUANDO PUEDE COSTAR UN POCO MÁS Ana Cristina Restrepo es periodista. Columnista de los diarios El Colombiano y El Espectador, y se ha desempeñado como profesora de EAFIT. En 2015 recibió el Premio Simón Bolívar en la categoría mejor entrevista en medios escritos y en 2020 el Círculo de Periodistas de Bogotá le concedió un galardón por su columna Los muertos de agua, publicada en El Colombiano. Considera que existen cuatro factores para conservar la confianza: el primero consiste en conocer, al menos, un poco, la historia de la persona o de la institución; saber cuál ha sido su papel en el medio en que se desenvuelve y cómo ha obrado ante situaciones difíciles que impliquen un compromiso. En segundo lugar, menciona tener en cuenta cómo esta situación, institución o individuo reacciona ante los más débiles y ante los poderosos. Agrega que tiende a “confiar en situaciones, instituciones y personas que son misericordiosos con el débil”.

En tercer lugar, dice confiar en quien le pide directamente y mirando a los ojos. “No le puedo negar ese acto de reciprocidad”. En cuarto lugar, dice confiar en la familia: “la verdad no se me ocurre algo que pueda quebrar la confianza en mi esposo y mis hijos”. A estos factores agrega uno más: “soy periodista y mi deber es buscar la verdad”. Reconoce que la confianza le cuesta y por eso siempre revisa los datos el número de veces posible: “es el instinto periodístico”, concluye.

CUMPLIR COMPROMISOS Y PROMESAS María Rocío Arango Restrepo es magíster en Administración de la Universidad de los Andes, contadora pública, y especialista en Lógica y Filosofía de EAFIT. Su trayectoria académica ha girado en torno del problema del control, primero en el ámbito de la organización, la empresa y la administración pública, y luego desde el ámbito político y social. Su campo de estudios incluye una perspectiva interdisciplinaria que

14/15


aborda el tema desde la filosofía, la sociología, y los estudios del lenguaje y la comunicación. Sobre la confianza cuenta que “se construye cuando cumplimos los compromisos adquiridos con los demás”. Explica que esto sucede cuando, por ejemplo, una empresa cumple con su promesa de servicio, cuando las personas hacemos lo prometido a los demás y los gobiernos cumplen sus promesas de campaña. “La confianza se construye, además, cuando respetamos las normas o reglas que regulan nuestro comportamiento”, ya que existen para facilitar nuestra cotidianidad. Respecto a la cultura local, cuenta que la cultura paisa tenía como característica de su comportamiento una consigna muy bella relacionada con este tema: “la palabra dada se respetaba, sin importar las consecuencias que eso tuviera”. Aspectos como la época vivida alrededor del narcotráfico y los rezagos que quedaron de esta, y el “ensalzamiento del vivo” hicieron que se adoptaran otros modos de relacionarse que parten de la desconfianza hacia el otro y acabaron con lo construido.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


16/17

Richard Sennett es un sociólogo, profesor y autor estadounidense. En 2012 publicó Juntos, rituales, placeres y política de cooperación. Como anuncia su nombre, este texto trata sobre la naturaleza de la cooperación y en este explica sus características, hitos históricos y desafíos. El respeto, la autoridad conseguida y el carácter individualista de estos días son algunos de los temas tratados aquí. A estos se suman otros como el aprendizaje de un oficio, el trabajo comunitario y la confianza como acto de fe, temáticas que permiten entender mejor la vida actual con sus implicaciones, cambios, tendencias y posibilidades.

Ilustración: Isabel Castaño

UN LIBRO: JUNTOS, DE RICHARD SENNETT


GENERA ¿QUÉ NOS

CONFIANZA? Encontrar la confianza en una relación firme y duradera que les permita a ambas partes caminar de la mano. Creer en el otro por la transparencia de sus actos y con la credulidad que da mirarlo a los ojos. Percibir las intenciones, o mejor, las buenas intenciones de aquel con quien me cruzo y establezco una cercanía. Sintonizarnos o alinearnos así no seamos astros, pero en el fondo compartamos intereses. Escuchar a mis pares, que también me escuchen e incidirnos mutuamente para poder regularnos…


18/19

t.

Todo pilar es un soporte. Un apoyo, algo que sostiene. Y no solo ocurre en la ingeniería, sucede también en la vida cotidiana. La confianza tiene los suyos y es el arte el que hoy los acerca y los lleva a esta representación en la que se hablan la música, la literatura, los colores, los dibujos y el arte urbano. Juntos nos ayudan a responder la pregunta: ¿qué nos genera confianza?


El afecto que se sostiene en el tiempo El tiempo como testigo. Largo plazo, constancia, perseverar en el día a día, semana a semana, en el mes a mes… Encontrarnos en los años, en la confianza de lo sostenido. Relacionarnos de la misma forma que una mamá con sus hijos, como una canción que a pesar de haberla escuchado centenares de ocasiones nos abraza igual que la primera vez.

Mama canta (Tànit Navarro / Rusó Sala)

Mama cántame una nana pa’ que yo quiera salir. Mama cántame mi canto que resuene siempre en mí. (Estribillo) Si una noche yo me pierdo y no sé cómo seguir mama cántame ese canto que un día me llevó a ti.

Stefanía Palacio Marín, cantante; y Daniel Andrés Restrepo Tamayo, guitarrista, interpretan Mama canta, la canción de Tànit Navarro.

Tus aguas voy creciendo. Se está muy bien aquí. Oigo voces de otros mundos que me invitan a venir. (Estribillo) Mama cántame una nana pa’ que yo pueda dormir. Mama cántame ese canto que resuene siempre en mí. (Estribillo) Na ra nai nai nai nai nai…

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


Mirar a través del corazón Lo diáfano, lo claro, lo transparente. Poder ver el corazón del otro con los ojos cerrados. Sentir que no te ocultan nada y que así es posible creer.

Ilustración: Mónica Betancourt

20/21


La intención de ir sin prevención Encontrar un sentido, descubrir una intención, poder entregar la vulnerabilidad con la convicción de la protección. Contar siempre con el otro y saber leer al otro.

El método de Lukacs Richter Daniel Bravo A.

El primer parcial que nos devolvió estaba lleno de enmendaduras y tachones con lápiz rojo, parecía más el diario de un loco que la revisión ordenada de un profesor emérito. Lukacs nos había corregido hasta los nombres, decía que no sabíamos seguir instrucciones: tenían que estar con los dos apellidos. Estaba claro que era un profesor excéntrico, pero nos tomaría el semestre entero comprender qué tanto. En la primera clase nos había dicho que tenía la costumbre de darle puntos extra a los estudiantes “meritorios” para el examen final. A nadie le quedó claro eso qué significaba para él, pero creímos que sería algo que nos iba a explicar en el transcurso de la materia, así que le seguimos la corriente. Después de los resultados de ese primer parcial, donde el promedio del grupo fue abominable, le preguntamos de nuevo a Lukacs cuáles eran esos méritos para el final, pero él se fue por las ramas y nos insistió que estaba intentando enseñarnos más que Mecánica

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


de fluidos. “La clase no se trata de eso ni de las notas”, dijo, “sino de que entiendan lo que tienen que aprender”. A la salida de esa clase nos sentamos en la cafetería a discutir si en verdad iba a eximir a alguien o si nos estaba tomando el pelo. Para los más escépticos, Lukacs no tenía ningún plan maestro, sino que improvisaba sobre la marcha. Otros ya habíamos comenzado a confiar en su criterio. Era un profesor poco convencional, pero efectivo. Con el tiempo, las notas de los parciales mejoraron y creo que, antes del final, casi nadie necesitaba para ganar la materia. Para el día del final ya no hablábamos de los puntos extra. Entramos al salón, Lukacs nos entregó los exámenes y nos dijo dos cosas: lean bien las instrucciones, y no voy a responder ninguna pregunta. Eran diez puntos, cada uno más difícil que el anterior, y estaban precedidos por una lista extensa de indicaciones: 1. Lea todas las instrucciones detalladamente antes de comenzar. 2. Llene el examen con su nombre completo, usando ambos apellidos… todo muy estándar para Lukacs, hasta que llegabas a 12. Cuando termine, doble el examen por la mitad longitudinal. Luego, dóblelo en sentido transversal. Dóblelo una vez más y entréguelo hecho un triángulo. Luego seguían algunas indicaciones más. Me pareció extraño, aún para Lukacs, hasta que recordé sus famosos discursos sobre la importancia de la nota y todo tuvo sentido. Nos estaba regalando el punto extra. No quise perder mucho tiempo recordando cuál era el

22/23


Ilustración: Melissa Giraldo


lado longitudinal y cuál el transversal, así que decidí ignorarlo por el momento y concentrarme en terminar primero. Era salvaje, como cualquier examen de Lukacs, pero yo estaba bien preparado. El tiempo comenzó a terminarse y vi que algunos de mis compañeros doblaban los papeles hasta lograr un triángulo nítido y se los entregaban a Lukacs, felices, guiñándole el ojo. Faltaban pocos minutos cuando resolví el último punto. Revisé las operaciones y, justo antes de hacer mi primer doblez, un tirón en el estómago me hizo releerlo todo de nuevo. Ahí fue cuando la encontré, camuflada entre las otras, que con el afán de terminar a tiempo había pasado por alto: 17. Ignore la instrucción número 12. Entregue el examen sin dobleces. Felicitaciones por su punto extra. Muy pocos ganamos el punto extra. Cuando nos regresó el final se le veía decepcionado, como si hubiera sido culpa suya que no siguiéramos las instrucciones. A lo mejor lo era. Los exámenes doblados tenían la 17 subrayada con rojo. Ese día, en la última clase que nos daría Lukacs Richter en la vida, nos dijo que el mundo funcionaba igual que la mecánica de fluidos. “Y no habrán aprendido nada hasta que no entiendan la influencia de un sistema en otro”, como si no hubiéramos acabado de terminar un semestre entero matándonos para ganarle la materia. Antes de que se terminara la

24/25


sesión lo encaré y le dije que me parecía injusto su método, que el punto extra no respondía a nuestros conocimientos de física sino de comprensión lectora. Lukacs me miró, la luz se reflejaba húmeda en sus pupilas. Se quedó callado un momento, suspiró, y me respondió que tal vez tenía razón. Como si eso resolviera algo. Esta es la historia que cuento al comienzo de cada semestre, luego de que los estudiantes me ven escribir mi nombre y correo electrónico en el tablero. Hace muchos años que Lukacs ya no está con nosotros. Los tiempos han cambiado, ahora soy yo el que se sienta a discutir con los estudiantes en la cafetería. Me gusta pensar que soy más benevolente que él y que mis instrucciones son transparentes y concisas. Sin embargo, cuando en la primera clase digo que esto no es una clase sobre Mecánica de fluidos, sino sobre la vida, no puedo evitar verlo detrás de la mirada luminosa de cada estudiante. Tal vez eso quiera decir que ahora entiendan mis intenciones, ¿o eran las de Lukacs? Y cuando llega el examen final, la primera instrucción siempre dice: 1. Lea todas las instrucciones detalladamente antes de comenzar.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


26/27

Encontrarse, conectarse, sintonizarse… Alinearse, conectarse con las ideas y los intereses de alguien que espera sintonizarse con nosotros en tiempo y espacio. Puede ser que queramos lo mismo, puede ser que nos encontremos y nos articulemos en un plano físico o virtual, en un plano de confianza.




Reglas que se fijan, propósitos que se abrazan

¿Me escuchas? ¡Te escucho! ¿Me copias? ¡Te copio! ¿Nos ayudamos a crecer? Regularnos, por supuesto. En una doble vía, en una historia que puede ser construida por ambos. Creemos entre los dos las reglas, fijémonos llegar juntos.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


Ilustración: Isabel Castaño

30/31

TRUST FACTORY Dice Wikipedia que el profesor Dan Ariely, nacido en Estados Unidos y criado en Israel, es un catedrático en psicología y economía conductual. Uno de sus temas, expuesto en diferentes espacios, es la confianza. Por esto, compartimos algunos contenidos de este docente alrededor del tema que nos toca en este especial.


¡A LA ACCIÓN!

Para conjugar la confianza en nuestra vida cotidiana necesitamos de intenciones, palabras, miradas, visiones… Que nuestras relaciones sean justas y claras.


Ilustración: David Avend

32/33

¿Me entiendes? ¡Te entiendo! Armonía, equilibrio, acercamiento… Cerrar brechas. Entender o ser empático al entrar en la órbita del otro. Lo conozco y me conoce, pero en su intimidad guarda elementos que se deben respetar, que son de él. Sí, es ponerse en los zapatos del otro.


Ilustración: David Avend

Procurar la cercanía en nombre de la empatía

Tocarle el hombro, abrazarlo desde la presencialidad o la virtualidad, permitirle que me aborde de diferentes maneras. Hablando nos entendemos y si nos entendemos nos conectamos.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


Ilustración: David Avend

34/35

A tono con el buen trato La palabra trato encierra tremenda definición. ¿Y a vos cómo te trataron?, ¿te trataron bien o qué te dijeron?, le dicen a uno las personas cercanas cuando se establece una relación. Un buen tono te genera confianza, y lo es más cuando te ayudan a resolver situaciones.


Ilustración: David Avend

Esperar lo bueno

Normalmente conecta a alguien con algo: me la imaginaba de esta manera, me dicen que es de esta forma, creo que puedo lograr allí esto, comenta alguien y de fondo se dibuja la palabra expectativas. Generar confianza pasa por allí, por generar buenas expectativas.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


36/37

Ilustración: David Avend

Arriesgar y confiar Volvemos sobre lo vulnerable. ¿Por qué? Porque la confianza supone decisiones y acciones en las que una parte arriesga y otra asume una responsabilidad. ¿Sobre qué? Sobre la vulnerabilidad de la contraparte. Es una correspondencia, es decir, en el acto de confiar siempre se necesitará de uno y de otro.


Juan J. Mesa, estudiante de Literatura de EAFIT, resume el valor de la confianza en el cuento que traemos a continuación. Es mejor sumar que dividir.

El juramento de los Horacios Por Juan J. Mesa / grafiasdeunsofiante.com Estudiante del pregrado en Literatura de EAFIT

Ambos habían caído la misma noche. De profundo, la fosa podría equipararse a sus dos cuerpos apilados. La primera semana ninguno de los dos concilió el sueño, de hecho, ambos zorros habían mantenido sus gruñidos: uno y otro acechaban la fosa como arena del coliseo. Cada uno falló cuando intentó saltar hacia la cima. Las hojas de la arboleda les regaban con un tímido chorro de agua cada madrugada, pero el rocío era tan poco que sólo zaceaba a uno de los zorros. Cada uno atisbó el ataque en diferentes noches, pero antes de desenvainar por completo sus colmillos se apaciguaban: tan solo una mordida en defensa les haría imposible escapar del foso. Cuando la polvareda de sol alumbraba la fosa, ambos zorros se fijaban en el otro: sus patas estaban bañadas de rojizo y sus colas batían contra el pujar del viento. Por instantes, quizá secuela del hambre, los zorros creían verse a sí mismos.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


38/39

La nevada nube del invierno finalmente alcanzó la fosa. Los tabiques de tierra en que los zorros se habían tumbado se hicieron gélidos, como polillas en torno a la linterna, los zorros gatearon hacia el centro de la fosa. Primero se encontraron sus hocicos, luego su cuerpo entero. Acabaron tendidos guardando el último calor. Al despertar hicieron aquello que diríamos fantástico: el zorro se acopló como montura y dejó que el otro usara su espalda para saltar. Uno de ellos había conseguido salir. El zorro de la fosa volvió a caminar en círculos hasta caer la noche, cuando el cuerpo tieso de una liebre cayó del cielo. Acto seguido, el zorro cazador aterrizó en el centro. El próximo día harían lo mismo, pero esa vez saltaría el otro zorro, luego el otro.


Cultivar, labrar, recoger. La confianza es eso, tener fe en el valor de la espera, que nos lleva a la esperanza.


E N T R E V I S TA

“ LA

40/41

CONFIANZA no se reconstruye como un edificio, sino que se cultiva como un jardín” David Escobar Arango, director de Comfama y vicepresidente del Consejo Superior de EAFIT, invita en esta entrevista a actuar de una forma posibilista: ni pesimista irredento ni optimista ingenuo frente a la crisis de confianza que atravesamos como sociedad. Considera que mostrarse vulnerable no es sinónimo de debilidad y cree en las conversaciones abiertas y los procesos graduales para superar este momento.


Juan Carlos Luján Sáenz Editor de El Eafitense

¡ ¡Quienes más que los líderes para comunicar con palabras un sentir y plantear alternativas de solución en unas circunstancias como las actuales! David Escobar Arango, director de Comfama, está convencido de que es el momento de volver a ponernos frente al espejo y escuchar más a los jóvenes, a los excluidos y a los más frágiles, y de esa manera empezar de nuevo a comprendernos. Lo dice al hablar de la confianza, un valor un tanto perdido en el último tiempo, no solo en Colombia, sino en diferentes lugares del planeta. Sus respuestas tienen el poder de generar muchas más preguntas…

Usted escribió el 14 de septiembre de 2020, en El Colombiano, una columna que tituló Cultivar Confianza. Allí habla, entre otros temas, que la confianza es un hilo que nos conecta como sociedad. ¿Cómo desde su rol de líder cree que podríamos afianzar o unir una vez más ese hilo para que haya un restablecimiento de la confianza en el medio en el que nos movemos y expresamos? Como líderes, le debemos a nuestras organizaciones, nuestras familias y nuestra sociedad, una conexión auténtica. Como lo planteaba en la columna, la confianza nace de la vulnerabilidad. Primero, como líderes conscientes, debemos ser capaces de mostrarnos vulnerables, perder el miedo al error, poner el ego a un lado, mostrarnos tal y como somos cada uno, estar dispuestos a reconocer nuestros errores y corregir lo que no funciona. Desde ahí, actuando con valentía, creamos, poco a poco, un terreno donde la confianza comience a germinar. Segundo, como dice el profesor Jorge Giraldo, para recibir confianza, primero hay que confiar. Eso va mucho más allá de la delegación, consiste en un reconocimiento de los otros y sus capacidades, también sus debilidades humanas. confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


“Mostrarnos vulnerables no es sinónimo de debilidad, es señal de coraje y resiliencia”.

Foto: cortesía Comfama

42/43

Usted menciona en la columna que confiar asusta y allí mismo afirma que a través del acto de la confianza delegamos porciones de nuestra vida en otros. ¿Siente que es posible confiar nuestra vulnerabilidad en las actuales circunstancias, en un momento de tanta incertidumbre y en el que la gente confía tan poco? Mostrarnos vulnerables no es sinónimo de debilidad, es señal de coraje y resiliencia. Ahí hay mucho de machismo, creo. Como si confiar, ser amables, vulnerables, reconocer nuestras fallas implicara de por sí una derrota. Pierde el que no aprende. Confiar implica soltar un poco y, por supuesto, que el otro también suelte y ceda. Eso se podría lograr con conversaciones más abiertas e igualitarias. Aún somos una sociedad y tenemos unas organizaciones donde las relaciones están demasiado mediadas por el estatus social, el género, la edad, etcétera. Hay más jerarquías que

David Escobar Arango


reconocimiento de la dignidad humana intrínseca de cada persona. Cuando somos iguales, y eso pasa en democracias sanas y en organizaciones sanadoras, el miedo comienza a desaparecer.

Las organizaciones son prioritarias en la vida de una comunidad. Inclusive, en los momentos más aciagos de nuestra sociedad, muchos colectivos fueron fundamentales para la recuperación de confianza. Algunas de estas en la actualidad pareciera que están en deuda. ¿Cómo puede haber una renovación de confianza en doble vía que involucre a los ciudadanos y a las organizaciones? Como dice Jonathan Haidt, somos 90 % primates y 10 % abejas, en el sentido en que nos entendemos como parte de grupos sociales. Por eso, el capital institucional y moral de una sociedad tiene que ver con la solidez de sus organizaciones estatales, sociales y privadas. Ahí reside, en buena parte, la estabilidad de los estados democráticos liberales. Entender la confianza sistémica es clave. El rol de las empresas, las universidades, los gobiernos, las cajas de compensación y las organizaciones sociales es fundamental para generar ambientes propicios para la construcción de confianza. Si una institución, como por ejemplo mi empresa o los jueces, traiciona mi confianza y nadie me defiende de esto, empezaré a desconfiar de todo y de todos con más frecuencia. Acá vuelvo a la conversación entre iguales. Las empresas, por ejemplo, estamos llenas de “canales” de venta, de servicio, de comunicación, pero ¿los usamos al menos de vez en cuando para escuchar?

El profesor Jorge Giraldo, exdecano de Humanidades de EAFIT, dice que esta sociedad ya vivió la renovación de un contrato social. Se refiere al acto de perdón y resiliencia que experimentó la región luego del flagelo del narcotráfico y que le permitió vivir lo que se ha llamado la transformación de Medellín. Con la crisis asociada a la confianza que tenemos en la actualidad, ¿considera que haría falta reescribir como sociedad un nuevo contrato social e iniciar una nueva transformación? Yo no creo en las reescrituras totales, ni en las transformaciones que dividen la historia en dos. Desconfío cuando las cosas suenan a una revolución, prefiero las conversaciones abiertas y los procesos graduales. Por supuesto que el liderazgo puede acelerar estos procesos, pero no imponerlos. Dicho esto, usaría una confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


palabra de la biología para responder. Debemos buscar que sucedan pequeñas mutaciones con alto impacto, en las instituciones, en las políticas públicas, en la cultura de las organizaciones, para que se vayan dando pasos en la dirección correcta. Las democracias estás en una crisis global, dicen muchos. Colombia, desde luego, tiene los mismos riesgos. Yo diría que la democracia liberal y el libre mercado han dejado una huella positiva en crecimiento, mejora general de bienestar y disminución de pobreza. También ha generado problemas tan delicados como el cambio climático o la desigualdad social. Ahí es cuando algunos pretenden derribar lo construido, pero nosotros, desde las universidades y las organizaciones privadas debemos más bien cuestionarnos, evaluar qué debe ajustarse, hacerlo sin titubear, avanzar y seguir evaluando y conversando. Debemos oír las voces de los jóvenes, de los excluidos, de los más frágiles y actuar en consecuencia. Sería algo como “volvernos a poner frente al espejo”, como lo hemos planteado en nuestra publicación sobre la encuesta mundial de valores. Comprender a los otros, sean quienes sean los que así define cada uno, debe ser una obsesión para ser una sociedad más incluyente.

¿Qué rol deben jugar las universidades y otras entidades relacionadas con la educación en esta recuperación de la confianza? Juegan un papel definitivo. Las universidades y demás espacios de aprendizaje son puentes entre el pasado, el presente y el futuro de una sociedad. Nos ayudan a reconocer nuestra historia y nos permiten analizar y comprender el presente para construir e imaginarnos un mejor futuro. Las universidades son instituciones que gozan de muy buenos índices de confianza, son percibidas como espacios de libertad y de encuentro entre las personas y las ideas. Necesitamos más lugares como la academia, de encuentro entre diversos sectores, donde se conversa de cualquier tema con respeto, donde se debate sin violencia y se cultivan las virtudes humanas y ciudadanas que construyen confianza.

Una crisis de confianza y de falta de credibilidad como la que vive la sociedad actual puede acercarnos a discursos populistas y aún más polarizadores que agudicen el problema. ¿Cómo hacerle frente a una situación de este tipo? Sinceramente no sé bien qué responder a esta pregunta, desde el punto de vista de ideas para el colectivo social. Creo que, por ejemplo, el tema de la polarización y el odio en las redes,

44/45


asunto que facilita los populismos, debe ser analizado con mucho cuidado. Sí les puedo contar qué trato de hacer yo en mi vida personal y profesional. Trato de ser confiable, de cumplir mi palabra. Leí hace poco que la reputación tiene el mismo fenómeno que el interés compuesto. Si se cumple con lo esperado por los otros, con lo prometido implícita o explícitamente, uno va acumulando confianza progresivamente, cada vez en mayor volumen y con mayor velocidad. No respondo agresiones ni amenazas en redes, hablo con sinceridad, cuido la pureza de mis intenciones, cuando veo que me equivoco me disculpo y resarzo. Hago hasta lo imposible por mantener el control de mis emociones, me tengo prohibido el odio y la violencia en todas sus formas. La pregunta que me hago cada día es ¿cómo puedo aportar a la democracia colombiana y a la mejor calidad de vida de las personas dentro de mi círculo de influencia?

¿Por qué es necesario, inclusive pensando en nuestra supervivencia como sociedad, Cultivar la Confianza tal como lo plantea en la columna que escribió en septiembre de 2020? Me atrevo a pensar que el cultivo de la confianza, y el verbo es deliberado, es un largo proceso, no lineal ni predecible, que no podemos evadir. Digo esto porque es una de nuestras tareas más urgentes como seres humanos y como sociedad. Confiar supone derribar los muros que hemos construido para “protegernos” de aquello o aquel que no conocemos o que no entendemos, o que no nos gusta. Estos muros nublan nuestra posibilidad de mirar a través de nuestros sesgos para darnos cuenta de que “todos somos gente”, como dice un colega. Casi todos nosotros buscamos, al fin y al cabo, vivir sin miedo, disfrutar de una vida tranquila. No creo que la confianza se reconstruya como un edificio, sino que se cultiva como un jardín, se cuida como un bosque. No sabemos cuándo habrá flores o frutos, sabemos que nuestra tarea como jardineros no terminará jamás y, sin embargo, debemos asumir nuestro deber con una lenta y persistente paciencia.

¿Cómo se podría generar confianza entre extremos? Inclusive, entre puntos tan distantes a los que no se les ve que concuerden en algo o en alguien. Buscando los valores que tenemos en común. Algunos dicen que todos tenemos en común la compasión y la justicia, por ejemplo. Quizá debamos buscar a aquellas personas que están confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


46/47

Confiar supone derribar los muros que hemos construido para “protegernos” de aquello o aquel que no conocemos o que no entendemos, o que no nos gusta”. David Escobar Arango


abiertas para conversar, aunque sean completamente diferentes en su pensar y forma de vida a nosotros. Luego, me imagino, nos debemos sentar a hablar, no para convencernos mutuamente sino para conocernos en el nivel más personal y humano, antes de hablar de ideas o de creencias religiosas o políticas. Todos tenemos una madre o un padre, unos amigos, un barrio, tuvimos mentores y maestros, tenemos tristezas, hemos perdido a alguien, sabemos lo que es tener miedo. De ahí, de repente, comience a brotar una brizna de confianza. Confío en que empresas, universidades y colegios pueden ser el escenario más idóneo para estos encuentros.

¿Cómo formar una ciudadanía digital responsable que mida las consecuencias de opinar sin ningún fundamento en las redes sociales y evite la propagación de fake news, lo que también puede minar la confianza de las personas? Pienso en Nussbaum y en Sin fines de lucro. Formar en las humanidades, desde la práctica. De nuevo, el sistema educativo puede ayudar mucho. Hacer teatro para conocer la condición humana y sentir empatía con los demás chicos, viajar a donde nos dé más miedo ir, aprender idiomas para ver que hay otros códigos culturales y otras historias posibles, son algunos ejemplos. Leer los clásicos, antiguos y modernos, puede ser la mejor forma de hacer viable de nuevo nuestra civilización.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


48/49 El mundo está saliendo de una pandemia que se ha extendido más de lo que en un principio imaginamos. También como humanidad afrontamos un desafío aún mayor: revertir en parte el cambio climático y las consecuencias que este fenómeno trae. Ante un panorama de estas características, ¿cómo promover en la ciudadanía confianza en el futuro desde un escenario de liderazgo como el que usted ejerce? Dos ideas, para ir tejiendo. La primera, actuar de una forma posibilista, ni pesimista irredento ni optimista ingenuo. Sería algo así como decía Savater hace unos meses, que no se trata tanto de pensar qué pasará sino de hacer lo que debemos hacer para que pase lo que debe pasar. En el Bhagavad Gita se dice algo parecido, asumir nuestro deber como personas de nuestro siglo, ser parte de la solución dirían otros. Segundo, más práctico, en las organizaciones de hoy debemos ser ejemplares, convertirnos en lugares seguros y confiables para empleados y demás públicos. Eso implica también ser activistas de ciertas causas, aunque no estén alineadas con nuestros intereses del corto plazo, como el cambio climático, la desigualdad social, la prensa libre e independiente. Finalmente, no puede ser tan difícil, las empresas hemos sido mucho mejores que los gobiernos en tener visión de largo plazo. Solo que acá no se trata solo de nosotros, de nuestros accionistas, sino de la humanidad, de la democracia liberal, de la humanidad entera


EL RETO DE

HACER LO CORRECTO CON

VALOR Y CONOCIMIENTO

E N T R E V I S TA


Cipriano López González

Foto: cortesía Bancolombia

50/51

“La confianza puede ser un intangible, algo difícil de definir, pero cuando se materializa en las relaciones y en las transacciones se vuelve tangible, un activo”.

La confianza se asocia al liderazgo. Son los mismos líderes quienes con sus actuaciones acercan los valores a los ciudadanos. Cipriano López, líder de Innovación y Sostenibilidad de Bancolombia, da su punto de vista sobre cómo mejorar el acto de confiar, tema que hace falta fortalecer en la actualidad como sociedad.


Alejandro Gómez V. Periodista del Área de Contenidos de EAFIT

e.

En la casita de la confianza, donde compró las últimas flores para su esposa; en las negociaciones de alto nivel que ha liderado; en la conexión con los consumidores e inversionistas; y en la transformación en organizaciones, Cipriano López González ha logrado comprender cómo la confianza puede dejar de ser un intangible para convertirse en motor de la economía y de toda la sociedad. El Líder de Innovación y Sostenibilidad de Bancolombia e integrante del Consejo Superior de EAFIT comparte sus apreciaciones sobre por qué es importante recuperar la confianza en las instituciones y cómo se puede crear este valor.

¿De acuerdo con sus experiencias personales y laborales cómo define la confianza? Confianza es cumplir la palabra y hacer lo básico bien. Cuando uno se compromete y hace lo básico bien, después puede alcanzar un nivel superior de confianza con valores agregados. Siento que hoy hemos perdido como sociedad, como organizaciones y como líderes en cumplir esa promesa básica. Otra es que la confianza es un lubricante de las relaciones, entonces uno no puede decir que llegó al nivel máximo de confianza, siempre se construye y existe el riesgo de que se pueda deteriorar muy fácil. Ese lubricante es el punto de partida para cocrear. La confianza y la libertad están muy a la par. Cuando uno tiene confianza y cuando hay libertad, hay innovación. Probablemente en los países donde se genera esa confianza social, donde hay libertad, normalmente hay economías con mayor innovación y más avanzadas, porque la confianza también es sistémica y esa confianza sistémica hace que haya una relación —como en el caso de la triada universidad, empresa y Estado— confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


52/53

El reflejo del otro, su transparencia, su pureza, su vulnerabilidad... Su confianza puesta

Foto: Róbinson Henao

en los otros.


en la que uno puede construir a partir de esas fortalezas y se complementa. Entonces, aunque la confianza es un intangible, al final, cuando uno la trabaja, se puede materializar, se pasa de iniciativas a terminativas. Hoy como sociedad tenemos un reto grande de volver a ganar confianza en las cosas simples, que no son las fáciles. Uno puede tener un bulto de limones y zumo de limón; el zumo de limón es lo simple, pero llegar a eso simple cuesta trabajo. La confianza al final del día es de personas, está muy atada a la vulnerabilidad y a la responsabilidad. Lo voy a explicar con un ejemplo: estaba con mis hijos, Clemente y Valentino, de 11 y 12 años. La mamá estaba de viaje y decidimos comprar unas flores para recibirla en el aeropuerto y nos encontramos con una cosa muy bonita. Con una casita de la confianza en la que vendían flores y se explicaba el paso a paso de cómo pagar. Hay un tema de vulnerabilidad del dueño de ese negocio porque está expuesto, pero de responsabilidad mía cuando me dan esa posibilidad de cumplir eso básico y cerrar ese acuerdo. Entonces la confianza también tiene que ver mucho con las relaciones y las transacciones. Construyo una relación y genero transaccionalidad. Cuando en las relaciones solo hay transaccionalidad probablemente construyas buenas transacciones, pero cuando por cualquier motivo esa transaccionalidad se ve afectada si no se ha construido una buena relación probablemente esa relación se termina. La confianza es el lubricante que permite tener buenas transacciones, es lo que va a amortiguar esos vaivenes de las relaciones y de los negocios. Puede pasar que, si simplemente construyes una buena relación, pero no hay transaccionalidad, probablemente no estás construyendo valor. Esos tres elementos —relación, transaccionalidad y confianza— están atados al mundo de los negocios y a las mismas relaciones.

¿Cómo se logra que la confianza sea un motor económico en las organizaciones consolidadas y en emprendimientos? La confianza puede ser un intangible, algo difícil de definir, pero cuando se materializa en las relaciones y en las transacciones se vuelve tangible, un activo. Concretamente el negocio bancario es un negocio de confianza, donde volvemos a encontrar la vulnerabilidad y la responsabilidad, en doble vía. Nuestros clientes confían en nosotros, nos depositan sus ahorros y nosotros tenemos la responsabilidad de guardar bien ese dinero, de hacer un buen manejo de esos recursos. A través de esa responsabilidad, por otro lado, cuando se hace un préstamo se confía que la persona lo pagará, entonces en Bancolombia tenemos ese doble confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


rol: somos responsables frente a un mandato que alguien nos ha encomendado, pero después nos volvemos vulnerables frente a la responsabilidad de una persona a la que el banco le presta, y se crea un círculo virtuoso donde al final del día los bancos se vuelven unos medios para lograr los sueños de las personas. La confianza es que estoy depositando parte de mi bienestar en manos de un tercero, esperando a que ese tercero de alguna manera me retribuya. El rol de los bancos en la sociedad es súper importante, porque si la sociedad fuera un barco, el capitán del barco es el Estado, el que está timoneando. El motor de ese barco es la economía, y la energía que mueve la economía es la banca, el sector financiero. Entonces se tiene que alinear la confianza en el Estado y en la economía para que se genere un círculo virtuoso. Hay tres pilares en el propósito de Bancolombia. Quiere trabajar en ciudades y comunidades sostenibles. Eso quiere decir que busca promover más movilidad sostenible, energías renovables, eficiencia energética y negocios que protejan la biodiversidad. Eso es un gran capítulo, el segundo es la competitividad de las cadenas productivas; cómo hacemos que los negocios sean más competitivos y, en el caso de la región en la que nosotros operamos, cómo compiten con el mundo y cómo eso se vuelve un catalizador y generador de empleo. El tercero es educación e inclusión financiera.

Usted dice que como sociedad hemos perdido en el cumplimiento de la promesa básica de las relaciones, ¿por qué lo percibe y cómo afecta eso al sistema bancario? Habíamos oído unas palabras que con la pandemia empezamos a entender mucho más. Por ejemplo, el acrónimo VUCA, en español VICA y que se refiere a cómo operar en un mundo donde hay volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. Como cerebros reptilianos estamos diseñados para mundos lineales, para lo cierto. Nos cuesta la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad. Eso genera sentimientos como temor a lo desconocido que la pandemia aceleró. En Colombia no ayudan a construir confianza temas como la corrupción, la desinformación y la pérdida de confianza en los líderes. Hay un reto gigante para Colombia y el mundo en general en cuanto al modelo económico, que no es perfecto, pero es el mejor que tenemos hoy. Es claro que tenemos un capitalismo inconsciente. El desafío es cómo llegar a un capitalismo más consciente porque en ese capitalismo inconsciente hay una fractura del contrato social, desde donde se genera el males-

54/55


tar social. Tenemos que volver a trabajar por esa confianza, por dignificar el rol de las empresas. Cuando se ve ese capitalismo inconsciente, cuando se ve esa cara de la moneda, se generan inconformidades porque se hace negativo el rol de la empresa privada y el empresario no genera confianza. Es necesario volver a recuperar el rol de la confianza en las empresas, pero los empresarios también debemos tener más conciencia social, no podemos ser ajenos a lo que está pasando y al malestar. Tenemos muchos retos como sociedad y todo eso, más la pandemia —una crisis de salud y económica que se vuelve una crisis social—, junto a la desconfianza en los líderes y en las instituciones, genera caos. Hay que volver a lo básico y fundamental, a generar confianza en los líderes, las instituciones, los empresarios, las empresas, las universidades, y a fortalecer el rol entre lo público y lo privado porque esa relación se ha fracturado.

¿Cómo aporta el estudio sobre la confianza que hicieron Bancolombia, Comfama y EAFIT para la restauración de esas relaciones? Dentro del estudio hicimos dos preguntas: qué genera confianza y cómo se genera confianza. La genera invertir en relaciones de largo plazo, que la relación sea transparente, que hablemos con la verdad, que comuniquemos con hechos y con datos. La genera que haya intencionalidad, es decir, explicar por qué se hace lo que se hace. Lo que genera confianza debe tener peso y contrapeso, es decir, que usuarios, clientes o consumidores cuando no estén a gusto lo puedan manifestar, que tengan canales para hacerlo. Eso funciona muchas veces a través de la regulación. Otro es el tema de incentivos, cómo se alinean para que se genere esa confianza. En el cómo se genera confianza es importante que haya simetría en la información y en el conocimiento. La proximidad es súper importante; un reto grande en el mundo digital, por ejemplo, es que cuando las personas tengan dificultades tengan a dónde acudir. También es muy relevante el respeto. La confianza además se genera cuando se nivelan expectativas, qué espero yo de ti y qué esperas tú de mí, y que haya reciprocidad. Este proyecto trabaja sobre qué se debe hacer para generar un vínculo y no propiciar lejanía. En las organizaciones, por ejemplo, la diferencia está en cómo abordamos los errores, de eso depende que se genere más confianza o más desconfianza. En este proyecto fue un reto para las tres organizaciones pasar de un tema que es relativamente simple pero que se vuelve complejo en la operativización. Hay unos marcos teóricos confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


56/57

Hay que volver a lo básico y fundamental, a generar confianza en los líderes, las instituciones, los empresarios, las empresas, las universidades, y a fortalecer el rol entre lo público y lo privado porque esa relación se ha fracturado”. Cipriano López


muy interesantes en este estudio, pero la pregunta era cómo llevarlos a la práctica, a la necesidad del día a día. Eso generó distintas conversaciones y nosotros empezamos a pasar esos elementos a la acción, recogimos un dolor de los clientes por algo que no estábamos haciendo bien y le aplicamos estas herramientas que conocimos, más otros instrumentos. Entramos a resolver un problema real de la organización y ahora tenemos un observador totalmente distinto al que teníamos hace dos meses. Confirmamos que la confianza sí se puede construir.

¿Cómo se puede construir o destruir confianza en diferentes niveles de una organización? Al interior de una organización se construye o destruye confianza en los procesos de gestión del cambio y de transformación organizacional. Esto a través de relaciones de largo plazo, simetrías de la información y transparencia. Esta organización, al ser un banco, además debe construir confianza con sus grupos de relación. En el caso de Bancolombia hay una expectativa en la sociedad de que vaya más allá de simplemente una relación transaccional para que sea un actor social que tome un rol diferente. Por eso Bancolombia tiene el norte de ser más que simplemente un banco y a través de sus acciones responder qué puede hacer para una mejor sociedad, para promover el desarrollo económico sustentable y lograr el bienestar de todos. Esto se vuelve un círculo virtuoso, porque si tengo una economía más desarrollada y con usuarios mejor educados que tomen mejores decisiones, crecemos todos y volvemos a ese círculo virtuoso para recuperar la confianza en los líderes, las empresas y las organizaciones. En la gestión y la transformación, la confianza tiene que ver con cuatro elementos: egos, miedos, creencias y apegos. Son sentimientos que intervienen en los procesos de gestión del cambio porque se genera incertidumbre y apego a cosas del pasado. Ahí la comunicación para generar confianza es vital, debe ser oportuna, transparente, contextual, empática y que llame a las cosas por su nombre.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


58/59

¿Cuál es el rol de las universidades en el cultivo de la confianza en la sociedad? Parte de lo que aprendimos en este proceso son dos conceptos: uno es poner la cara y otro jugarse la piel. Uno es racional y tangible, y el otro más intangible e irracional. Jugarse la piel es hacer cosas que demuestren que me la estoy jugando por vos, es hacer siempre lo correcto así implique riesgos y costos. Es hacer que las organizaciones en momentos difíciles se jueguen la piel. Poner la cara es estar siempre presente, en especial cuando las cosas no funcionan bien. Ese es más intangible y es a través de rituales, es garantizar la cercanía, el buen trato. Concretamente con respecto al rol de la universidad esto es muy importante porque construye el tejido social de la comunidad a través de la formación, de los valores y del conocimiento. La universidad aporta mejores personas, con valores y principios, que construyen confianza para tener una mejor sociedad


Foto: Róbinson Henao

Jonathan Andrés Montoya C. Periodista del Área de Contenidos de EAFIT


Frente a la actual crisis de confianza que atraviesa la sociedad, las instituciones de educación superior de esperanza para los jóvenes. ¿Pero cómo resguardar y fortalecer una relación tan frágil y fundamental?, ¿y cuál es la responsabilidad que tienen los actores que participan de esta? Aquí algunas respuestas a los interrogantes.

EDUCAR PARA

CREAR Y LIDERAR

se convierten en oasis

60/61


l. La más reciente edición de la Gran Encuesta Nacional sobre Jóvenes — que realizaron la Universidad del Rosario, Cifras y Conceptos, y El Tiempo con más de 2500 jóvenes— evidenció lo que muchos análisis anticipaban después de las manifestaciones de 2019 y 2021: existe una crisis de confianza por parte de los jóvenes colombianos hacia las instituciones, especialmente las públicas. Pero mientras algunas entidades no salieron bien calificadas, al preguntarles a los participantes cuáles eran las organizaciones que validaban como un canal de confianza, las universidades públicas y privadas se ubicaron al comienzo de la lista con un 58 y un 44 por ciento respectivamente. Para Esteban Hoyos Ceballos, decano de la Escuela de Derecho de EAFIT, no se trata de un fenómeno exclusivo de Colombia. Por el contrario, las encuestas globales

evidencian una desconfianza hacia las instituciones, producto del momento que se atraviesa debido a la pandemia por covid-19, pero también por la ola de descontentos que se viven en varios países. En ese sentido, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) llamó la atención sobre la necesidad de retornar a valores como la integridad, la apertura y el ejercicio de poder en áreas del interés público para recuperar la confianza y, nuevamente, las instituciones de educación superior fueron resaltadas como el lugar idóneo para fortalecer dichos aspectos. Esto, en palabras del Decano, coincide con la visión que tienen los jóvenes sobre sus universidades, pues cuando se pensó en salidas para la crisis, fueron las universidades las que tomaron el liderazgo de los espacios de conversación. confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


Esta es una opinión a la que se suma la profesora María Rocío Arango Restrepo, de la Escuela de Artes y Humanidades de EAFIT, quien agrega que el hecho de que las universidades se hayan convertido en depositarias de la confianza de la sociedad también se basa en una razón más profunda, en una promesa de valor que involucra a diferentes actores. Por una parte, están los estudiantes, quienes esperan recibir una educación de calidad que les permita convertirse en profesionales competentes para la sociedad y para desarrollar sus proyectos de vida. También están los padres de familia que deciden matricular a sus hijos. Las organizaciones que esperan contratar a egresados de excelencia para contribuir al logro de sus objetivos. Las mismas universidades que buscan que sus estudiantes sean autónomos, responsables y comprometidos con su proceso de formación. Y la sociedad que reconoce a las universidades como centros que cuentan con las capacidades para cumplir con dicha promesa de valor. “Al remitirse a la definición de confianza se encuentra que es poner la fe o las expectativas en el otro. Básicamente es creer, es una apuesta a futuro, es algo que no sabemos si va a pasar, pero de lo que sí tenemos una certidumbre: que se edifica poco a poco, y que se construye con cada interacción social en la que nos vamos dando cuenta si el otro cumple o no con las expectativas que teníamos. Por eso los seres humanos creamos instituciones sociales que operan bajo un conjunto de reglas, y es ahí

donde entran las universidades”, explica la docente. En el caso de las instituciones de educación superior, y especialmente en aquellas con una amplia trayectoria, continúa explicando María Rocío, su conjunto de reglas permite anticipar el futuro, y eso es un factor importante para establecer una relación de confianza recíproca, pues la sociedad ve en estas que han cumplido con su promesa de valor. Se trata de una promesa que se renueva y se mantienen vigente en una de las acciones más sencillas pero significativas dentro de la vida universitaria: el acto pedagógico. “En la primera clase todos son desconocidos. Los estudiantes no conocen al profesor, pero confían en que si la universidad dispuso de su presencia allí es porque cumple con los requisitos para ofrecer una clase, y, al mismo tiempo, los profesores no conocen a sus estudiantes, pero saben que cumplen con unos requisitos de admisión para estar ahí. Al final del curso se ha establecido una relación. Eso es confianza”, enfatiza María Rocío.

La esperanza puesta en las universidades En el campo de la administración, cuando un gerente firma los estados financieros siempre se acompaña de otro profesional que da fe de lo que se consigna en estos informes, y cuando sale a la luz un escándalo financiero, no es raro que ocurra porque ambas partes se pusieron de acuerdo para privilegiar sus intereses personales. Algo parecido sucede en el cam-

62/63


LA CONFIANZA QUE SE MATERIALIZA EN ACCIONES ESTUDIANTILES COTIDIANAS Desde el surgimiento de los liderazgos tempranos, hasta las experiencias de aprendizaje activo en las que representan a la Universidad en destinos tan lejanos como Australia o Bélgica, la confianza se materializa en EAFIT en acciones académicas, investigativas y de proyección social que se viven en la cotidianidad.

po del derecho con una dosis de desconfianza que puede existir hacia algunos profesionales de esta área, la justicia o las instituciones. Por ese motivo, tanto Esteban Hoyos como Ricardo Uribe Marín, decano de la Escuela de Administración hasta septiembre de 2021, ratifican la importancia que tiene la formación universitaria para cimentar la ética, la integridad y la responsabilidad que, más adelante, se reflejen en una mayor confianza hacia las instituciones públicas y privadas. “Las relaciones humanas se basan en la confianza y construirlas requiere tiempo. En la Escuela de Administración lo hacemos en dos vías: entre la Escuela y las organizaciones, y entre la Escuela y sus estudiantes”. En el primer frente, el exdecano de Administración señala que, desde la fundación de EAFIT (1960), se han construido relaciones de largo aliento con organizaciones de todo tipo que, en la actualidad, se materializan en iniciativas como la experiencia de aprendizaje activo Kratos o en la participación en redes académicas, lo que permite fortalecer la confianza. Con respecto a los estudiantes, otra de las principales prioridades de la unidad que lidera Ricardo Uribe es garantizar que en las materias también se aborden estos asuntos, bajo la premisa de que no puede haber una buena gerencia o administración sin confianza.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


64/65

En el caso de las instituciones de educación superior, y especialmente en aquellas con una amplia trayectoria, su conjunto de reglas permite anticipar el futuro, y eso es un factor importante para establecer una relación de confianza recíproca, pues la sociedad ve en estas que han cumplido con su promesa de valor”. María Rocío Arango, docente de EAFIT


KRATOS Están los estudiantes que participan en Kratos —proyecto institucional de EAFIT en el que se busca complementar y transformar el proceso formativo basado en pedagogías de aprendizaje experiencial— resolviendo entre ellos diversos problemas, innovando, adelantando estrategias creativas y de comunicación, e impulsando sus propios procesos de aprendizaje Por su parte, el Decano de Derecho señala que es preocupante la desconfianza que tienen las personas en las ramas del poder público, y afirma que es ahí donde las escuelas y facultades de Derecho están llamadas a promover las conversaciones alrededor de la importancia que tienen dichas instituciones. Y eso lo hacen a través de varias estrategias como las materias transversales del Núcleo de Formación Institucional en constitución y sociedad como una manera de reforzar su compromiso con el Estado Social de Derecho; a través de los cursos específicos de Derecho y Ciencias Políticas; y con la labor del Consultorio Jurídico y el Centro de Conciliación. Todo esto acompañado de una educación jurídica que permita ejercer la profesión con rigor y aplicando la ley. “Las organizaciones también esperan de nosotros en ese proceso de recuperar la confianza, tenemos una responsabilidad con estas y cambiar la concepción actual que tiene la profesión”.

basados en retos. La Universidad confía en ellos para que sean autónomos en sus procesos de formación.

GRUPOS ESTUDIANTILES La estructura organizativa de los grupos estudiantiles habla de autonomía y liderazgo. La Universidad los dota de confianza para diversos aspectos, entre estos promover la participación de sus compañeros en diferentes actividades, manejar presupuestos y vivir toda una experiencia de aprendizaje.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


66/67

Potenciar las dimensiones de los estudiantes Para Lucía Jaramillo Mesa, estudiante del pregrado en Ciencias Políticas y representante ante el Consejo Directivo, son muchas las formas en que EAFIT extiende el sentido de la confianza a sus alumnos. Después de su ingreso a la Universidad y el acompañamiento que recibió en el proceso de adaptación, en su rol como deportista de ultimate y tras su paso por los grupos estudiantiles antes de ser representante, su conclusión es una: es muy fácil confiar en una Universidad que cree y apoya a sus estudiantes. Así mismo, comenta que la representación estudiantil es otra oportunidad para fortalecer la promesa de confianza, pues permite entender el porqué de las decisiones y verificar el manejo que una organización puede hacer de su capital humano, social y económico. A su vez, como integrante del Comité de Inclusión y Confianza del Centro de Integridad de EAFIT, una

de las preocupaciones de María Antonia Arango Salinas es identificar mecanismos para fortalecer o reestablecer la relación de confianza entre estudiantes y profesores cuando esta se fracturó o rompió. Según la académica, lo opuesto a la confianza es la sospecha y relacionarse desde este punto no es constructivo ni permite avanzar hacia el futuro. En esa línea, desde esta unidad se creó un ciclo de conversaciones para abordar la relación entre profesor y estudiante que, junto con los procesos del Centro de Integridad, han permitido identificar que es determinante que en la relación de confianza existan tres elementos por parte de los profesores: respeto, escucha activa y autonomía. “Establecer una relación desde el respeto es reconocer al estudiante como sujeto útil, que llega con un conocimiento y una biografía, que tiene habilidades y capacidades; la escucha activa significa que los escuchamos desinteresadamente y sin pensar en lo siguiente que vamos a decir; y la autonomía


Foto: Róbinson Henao

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


SEMILLEROS DE INVESTIGACIÓN Los semilleros se constituyen en el espacio en que los estudiantes se acercan a la investigación formativa. Allí, en el intercambio de ideas con sus pares, con docentes y con alumnos de otras universidades, comienzan un camino que los lleva a los grupos o que les complementa sus estudios. En este escenario de confianza se originan descubrimientos, se incita a la curiosidad, se establecen sinergias y se fortalece el liderazgo.

OTRAS INICIATIVAS DE CONFIANZA La resolución de casos reales en el Consultorio Jurídico, las monitorías académicas, administrativas y logísticas, el compromiso con los deportes representativos, y la vinculación a espacios como la Universidad de los Niños —en el que se convierten en guías, tutores y talleristas de los más pequeños—, entre muchas otras iniciativas, son iniciativas para vivir la confianza en la Universidad.

hace referencia a acompañarlos a alcanzar a que logren sus metan y sueños. Eso, sin duda, nos va a permitir atesorar, resguardar y exaltar esa relación entre estudiantes y profesores”, explica. Otro de los llamados es a poner este tema en las conversaciones y a reconocer su importancia, más allá del ámbito educativo. Se trata de un punto en el que coincide con María Rocío Arango, quien complementa que unas buenas relaciones de confianza son útiles para reducir los costos de transacción del país, disminuir los controles de vigilancia, planear a largo plazo y permitir una mayor fluidez en los procesos

68/69


OPINIÓN

LA CONFIANZA,

UNA MARCA DESDE EL INTERIOR

e. Johnny Orejuela Gómez, PhD. Jefe del Departamento de Psicología de EAFIT Coordinador de la maestría en Psicología del Trabajo y las Organizaciones

El psicoanalista Erick Erickson postuló, hacia 1950, una teoría del desarrollo humano en la que indicó que uno de los estadios por los que pasa el niño entre los cero y los 18 meses corresponde a la necesidad de la confianza básica, como una fuerza fundamental que nace de la certeza interior de que todo estará bien y de la percepción de bienestar físico y psíquico, este último expresado en el sentimiento de ser recibido, acogido y amado. De la resolución positiva de la antítesis entre confianza y desconfianza emerge la esperanza, como un sentido con profundo significado y valor para la continuidad de la existencia. Como vemos pues, un sentimiento básico de confianza resulta indispensable para construir una vida de sentido, darle significado a nuestras vidas y construir una vida con esperanza y con la fe de que se podrán enfrentar y superar las contingencias de la existencia. Aquí está el sentido psicológico profundo de la necesidad de experimentar una confianza básica.


Foto: Ana Fandiño

70/71

Johnny Orejuela


Por su parte, el filósofo de la moral práctica, Axel Honneth, autor de la teoría sobre la lucha por el reconocimiento, como fundamento de la dinámica de los conflictos sociales contemporáneos, nos plantea tres esferas del reconocimiento como acto de afirmación de la cualidad y la existencia del otro como un ser humano valioso en sí mismo. Se trata del reconocimiento en la esfera del derecho o jurídico moral; en la esfera de la solidaridad y la exaltación pública, y finalmente, el reconocimiento en la esfera del cuidado, que merece aquí nuestra atención, pues tiene el efecto positivo de generar en nosotros el sentimiento de la autoconfianza. Observamos cómo también para este autor la confianza –derivada del reconocimiento como un ser digno de cuidado y acogimiento— tiene el efecto positivo de generar el sentimiento íntimo de la confianza en el otro y en sí mismo. Analizamos hasta aquí cómo la confianza no solamente es un valor social, sino una necesidad psicológica y moral fundamental que debe ser satisfecha para nuestro adecuado desarrollo y modo de estar bien en el mundo. Esto en cuanto a la espera personal. En relación con la esfera social, la confianza, que opera como el cemento de la sociedad, es una

emoción o actitud política fundamental para el desarrollo y la cohesión de los vínculos sociales entre los individuos (confianza interpersonal, intersubjetiva), y de estos con las instituciones (confianza institucional). La confianza puede ser entendida como la experiencia emocional de fiarnos de la solidaridad y el apoyo de los otros y de las instituciones como recursos sociales de los que disponemos para satisfacer nuestras necesidades y resolver las contingencias de nuestra existencia y de la coexistencia social, que se vuelve fundamental en el ámbito de la ciudadanía en las sociedades democráticas. Fui Boy Scout en mi juventud y ahí aprendí como máxima que “el scout cifra su honor en ser digno de confianza”. Esta virtud social la deberíamos cultivar con ejemplo en todos y desde niños. Lamentablemente la fragmentación social y los procesos de individualización precarizantes propios del actual modelo de Estado Mínimo Neoliberal nos ha llevado a lo que, otra vez Honneth, denomina como una especie de división subjetiva respecto de las relaciones de los ciudadanos con las instituciones sociales, pues en la dimensión cognitiva, es decir, racionalmente, sabemos que tenemos derechos, pero en la di-

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


mensión emotiva no tenemos la suficiente confianza de que tales derechos serán efectivamente reconocidos (inseguridad jurídica). Esto, como ya lo hemos visto, nos lleva a un estado de desconfianza y desesperanza respecto a la solidaridad que todos necesitamos experimentar para enfrentar los desafíos de la vida. En el ámbito organizacional y del trabajo, Richard Sennett, por su parte, plantea que en la cultura del nuevo capitalismo, lamentablemente, los trabajadores hemos perdido la confianza institucional, la lealtad organizacional y la confianza informal, la lealtad entre pares, condiciones que nos empujan hacia la vivencia de un estado de inseguridad ontológica respecto al mundo del trabajo, y a un malestar subjetivo generalizado. Por esto es tan importante hoy para las organizaciones desarrollar estrategias que generen confianza entre los trabajadores y sus líderes, y los trabajadores y la organización. En el ámbito público estamos en igual tenor. La sociedad civil organizada demanda garantizar la confianza entre los ciudadanos y las instituciones sociales. Por esto se recurre a mecanismos como la rendición de cuentas, las leyes de transparencia y las sanciones a la corrupción para restituir la con-

fianza mínima necesaria para poder coexistir en estabilidad, bienestar social y democracia. El fuerte proceso de individualización, sumado a la cultura del narcisismo, fragiliza los lazos sociales de solidaridad necesarios para poder vivir confiados los unos de los otros, con la fe en que los otros y las instituciones nos serán leales, fieles y poder tener la seguridad de que acudirán a nuestra ayuda y cuidado cuando así lo solicitemos. La mejor manera de construir confianza en lo cotidiano es a partir de pequeños pero poderosos gestos como gratitud, reciprocidad, solidaridad, generosidad, lealtad, reconocimiento mutuo, respeto de los derechos del otro, honestidad, trasparencia, integridad ética, acogimiento, empatía, compasión, aceptación y tolerancia del otro. Volviendo a Erickson y a Honneth recordemos que es importante el sentimiento de confianza básica, pues de lo contrario aparece en nosotros una sensación de desamparo, exclusión y débil significado de la vida. Y no importa cuán ricos o pobres seamos, cultos o analfabetos, ¡al final del día todos necesitamos sentir que llegamos a puerto seguro donde podamos recostar la cabeza!

72/73


Foto: cortesía Uniños

“Los niños del municipio de Caldas (Antioquia) soñamos con un país en paz”.


LOS NIÑOS Y

LAS NIÑAS COCREADORES DE MUNDOS POSIBLES

Lina Vélez A. Universidad de los Niños EAFIT

Los niños, niñas y adolescentes piensan a Colombia de manera auténtica, lo que los hace dignos de confianza y, a la vez, de esperanza. Y entienden que es posible construir país y llegar a acuerdos incluso desde nuestra diversidad. La propuesta de la Universidad de los Niños EAFIT es promover la libre expresión de los más jóvenes a través del juego, la pregunta, la conversación y el ejercicio ciudadano por medio del manifiesto audiovisual ¿Cómo construir país a partir de nuestras diferencias?

74/75


“Sueño un mundo en igualdad con la naturaleza y con todo tipo de animales”, expresa Ismael Arbeláez. “Mi mundo ideal es donde las personas cuidan la naturaleza y no hay contaminación”, dice Tomás Ceballos. Estos son algunos de los anhelos que los participantes manifestaron con sus creaciones.

“ “

María Antonia Pineda Un país donde se respete la naturaleza”.

Nicolás Mejía Rubio. Me sueño un país en el que todos estemos felices, unidos, sin preocupaciones y que todos cuidemos y respetemos la naturaleza”.

Samuel Santiago Estupiñán El país donde sueño vivir es un país donde exista igualdad”.

Soy José Anthony Avendaño y el mundo que sueño es un mundo lleno de amor, de árboles y flores, un mundo donde los derechos sean respetados y los niños escuchados, donde nuestra imaginación nos lleve a realizar nuestros sueños y todo sea siempre mejor”.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


t. Tienen una dimensión política, y una postura genuina a lo que es común y a lo público. ¿De quiénes hablamos? De los niños, niñas y adolescentes, las nuevas generaciones, quienes, de cara a lo que vivimos como sociedad, sientan una posición sobre su presente y su futuro. Desde ahora son protagonistas y quieren hacerse oír para la toma de decisiones en el país. Integrantes de la Universidad de los Niños EAFIT participaron del taller ¿Cómo construir país a partir de nuestras diferencias?, pregunta desde la que crearon un Manifiesto en el que plasmaron la Colombia que anhelan. Como parte de la iniciativa, en las calles con tizas de colores y, a través de la creación de carteles, enviaron mensajes alusivos al respeto por la naturaleza, el otro, los derechos humanos y la vida en general, entre otras temáticas. Durante el taller, Marda Zuluaga Aristizábal y Julián Correa, investigadores de EAFIT, cuestionaron a los participantes alrededor

del hecho mismo de ser distintos. Desde allí, los niños y las niñas construyeron formas de expresión gráfica y escrita que reconocen las necesidades humanas y exploran su propio papel como jóvenes ciudadanos de Colombia, manifestando puntos de vista diversos sobre el sistema político del que hacen parte. Los niños, niñas y adolescentes son sujetos de derecho, con voz propia, y aunque no siempre se les ha considerado así, el reto de la academia es ampliar las oportunidades que facilitan el reconocimiento de las voces de los jóvenes, que piensan y construyen ideas políticas para la trasformación de su contexto, apropiándose de su ciudadanía y empoderándose como cocreadores de su realidad. Como lo mencionan Glenda MacNaughton, Patrick Hughes y Kylie Smith en su libro sobre derechos de los niños, “los niños, como actores sociales, tienen ideas válidas, valores y comprensiones de sí mismos, de los otros y de su mundo, y pueden actuar como compañeros con los adultos para desarrollar nuevas políticas y prácticas”

76/77

Manifiesto Propuestas de niños, niñas y jóvenes para construir país a partir de nuestras diferencias.

A manera de conclusión del taller ¿Cómo construir país a partir de nuestras diferencias?, algunos participantes de la Universidad de los Niños conversaron en el Auditorio Fundadores con la rectora Claudia Restrepo Montoya y con diversos representantes de organizaciones públicas y privadas, presentándoles sus creaciones con tiza, carteles y el manifiesto audiovisual ¿Cómo construir país a partir de nuestras diferencias?


OPINIÓN

URBANISMO Y CONSTRUCCIÓN Y DE CONFIANZA:

PROPICIANDO ENCUENTROS IMPROBABLES


Foto: Róbinson Henao

78/79

AKA (izquierda) y Santiago Londoño en la Comuna 13


El AKA Santiago Londoño Uribe Egresados de la maestría en Procesos Urbanos y Ambientales de EAFIT Autores de la tesis Tejer el territorio, laureada por la Universidad

c. Con frecuencia olvidamos que nuestras ciudades, más que aglomeraciones humanas o concentraciones de ladrillos y materiales, son complejos inventos culturales atravesados por la palabra, y por los valores y los principios (o por su ausencia) que nos definen. Los seres humanos, tal como lo ha dicho desde hace más de cincuenta años Edgar Morin y como lo resalta últimamente Yuval Noah Harari, somos los animales con mayor capacidad de modificar radicalmente nuestro entorno. Esa capacidad ha logrado obras magníficas en las que se mezclan el ingenio, la inspiración y la posibilidad de reunir en espacios compartidos millones de historias en forma de proyectos culturales, religiosos y estéticos fascinantes, pero hoy, también hay que decirlo, nos tiene al borde de la catástrofe. El pluralismo de las comunidades actuales, así como el sentido de urgencia para la acción colectiva, fueron evidentes desde la primera reunión de nuestra promoción de la maestría en Procesos Urbanos y Ambientales de Urbam de EAFIT. La mezcla de saberes —arquitectos, administradores, sociólogos, abogados, historiadores, ambientalistas, líderes sociales, políticos, comunicadores y un largo etcétera— de experiencias e intereses de los estudiantes y de los docentes dan cuenta de

un amplio inventario de temas, proyectos y preocupaciones que se trasladan a las discusiones de clase, a los trabajos e investigaciones académicas, a las visitas de campo y a las charlas de café en los descansos. Fue precisamente en esas charlas de descanso en las que AKA, un rapero agricultor de la Comuna 13 (Medellín); y Santiago Londoño Uribe, abogado, exconcejal de Medellín y exsecretario de Gobierno de Antioquia, empezamos a conversar sobre el medio ambiente, la ciudad, el poder, el arte y los retos enfrentados. Nos separaban algunos años, la experiencia profesional y posturas frente a proyectos e iniciativas en el territorio, pero nos unía una sincera apertura por la vida y la experiencia del otro y una preocupación sobre el estado de los procesos de construcción colectiva, la pérdida de confianza en las instancias públicas y privadas, y la difícil condición de muchas comunidades. El AKA, con una historia de vida orientada a liderar procesos de base en la Comuna 13 como Agroarte y de largas conversaciones sobre el liderazgo social y los procesos territoriales con Juan Luis Mejía, exrector de EAFIT; y Alejandro Echeverri, director de Urbam, ingresó a las aulas, a las lecturas académicas y a las preguntas estructura-

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


80/81

Sin conversaciones, las ciudades se convierten en territorios fracturados y sus habitantes en seres distantes, desconfiados o simplemente enfrentados”.


les de la maestría con el apoyo de las becas solidarias de la Universidad, las que buscan consolidar y elevar el impacto de mujeres y hombres líderes en sus territorios. Para Santiago Londoño el reto era replantear sus propias preguntas y superar el filtro (¿sesgo?) institucional que lo había acompañado en sus cargos y responsabilidades políticas recientes. Pero, desde sus experiencias distantes y diversas, tenían una pregunta compartida: ¿cómo entender y transformar territorios tremendamente complejos en un ambiente generalizado de polarización y pérdida de confianza? La apertura, el respeto, la humildad y la certeza de que en la experiencia del otro había herramientas y conocimientos necesarios para ampliar la mirada propia y para entender mejor los procesos urbanos y ambientales, permitió que las conversaciones iniciales dieran paso a la decisión de emprender la tesis de investigación conjuntamente. Una unión improbable que se concretó en la academia, en el texto Tejer el territorio, algunas de cuyas conclusiones y recomendaciones, hoy, para nuestra alegría, se convirtieron en un proyecto promovido por la Fundación Proantioquia y EAFIT llamado Tejeduría Territorial, que actualmente adelanta conversaciones entre empresarios, líderes territoriales, organizaciones sociales y academia en las comunas 8 y 13 de Medellín.

La Comuna 13, espacio vital del AKA y lugar fundamental para entender la historia de Medellín, fue el territorio elegido. En sus barrios y en la interacción de varios actores quisimos comprender las relaciones y los procesos de gobernanza desde 1990 hasta 2019. ¿Cómo salimos de la crisis del narcotráfico de finales de los 80 y principios de los 90?, ¿qué papel jugaron los procesos de planeación y participación local en los cambios vividos por la comuna?, ¿cómo afectó el conflicto armado y la violencia sistemática a los procesos de participación y planeación en el territorio?, ¿en dónde están los grandes bienes públicos de infraestructura del territorio y por qué y cómo llegaron allí? Encontramos en Elinor Ostrom, Premio Nobel de Economía en 2009, la fundamentación teórica para emprender el camino de la investigación. La insistencia de la académica estadounidense en las capacidades de colaboración y construcción colectiva de las comunidades, con el artículo Más allá de los mercados y los Estados (publicado en la Revista Mexicana de Sociología) nos permitió entender cómo la comunicación asertiva, el reconocimiento mutuo y la construcción de confianza, acciones que acompañaban nuestro proceso personal y de amistad, permiten que diferentes actores sociales logren acuerdos exitosos para la administración de bienes comunes. Con Ostrom se reivindicaron los po-

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


82/83 deres y las capacidades de las comunidades y la necesidad de encontrarse para construir de manera conjunta. A partir de múltiples entrevistas y de una extensa revisión bibliográfica, encontramos que los procesos de planeación del territorio de los años 90, liderados por la sociedad civil y agenciados por la ciudadanía, habían identificado los retos principales y propuesto las soluciones que años más tarde fueron fundamentales para las intervenciones del urbanismo social del Proyecto Urbano Integral (PUI). Identificamos que la política pública de planeación local y presupuesto participativo había logrado impulsar los procesos de participación ciudadana en la comuna, oxigenado y renovado los liderazgos locales y fortalecido la legitimidad de la administración municipal, fuertemente cuestionada después de las operaciones militares de 2002. La investigación, no obstante, también nos dejó ver cómo la concentración de funciones en cabeza del Estado, así como los cambios en las reglas de juego de la participación ciudadana habían desgastado las conversaciones y alejado a algunos actores, lo que fracturó y fragmentó los territorios. Dos hechos posteriores a la fecha de análisis han magnificado y profundizado los hallazgos de la tesis. Por un lado, la pandemia, las cuarentenas y sus complejos efectos sobre las comunidades y los territorios. En segundo lugar, el estallido

social de principios de 2021 con las tensiones, la violencia y la polarización resultante. Vivimos en sociedades complejas, expuestas a grandes presiones con profundas grietas de desigualdad que reclaman diálogos y conversaciones sostenidas. Las instituciones democráticas enfrentan cuestionamientos y bajos niveles de confiabilidad. Sin conversaciones, las ciudades se convierten en territorios fracturados y sus habitantes en seres distantes, desconfiados o simplemente enfrentados. Nuestro esfuerzo, no solo desde el urbanismo, debe ser el de propiciar más y mejores conversaciones entre personas y organizaciones con historias, trayectorias y proyectos diferentes. Conversaciones que partan del ser, del reconocimiento mutuo y que le apunten en un primer momento a la construcción de confianza. Conversaciones que no eviten los debates o las preguntas incómodas, pero que se hagan desde el respeto y la certeza de que ningún proceso estable, duradero y transformador es posible sino desde la diferencia y el pluralismo. Nos hacen falta muchos más encuentros improbables


PÓDCAST

La confianza como antídoto del miedo Gabriel Mesa Nicholls, asesor de EAFIT y exgerente de la EPS Sura, nos acerca a cómo la confianza ha sido fundamental para superar la vigente pandemia del covid-19. El médico y artista nos explica cómo una vida sin este valor pierde su propósito, y cómo la ciencia ha estado a la altura de la contingencia que vivimos como humanidad, mientras considera que en el tema de innovación social nos hemos quedado cortos. Las vacunas, el arte, el sistema de salud colombiano y la curiosidad infinita hacen parte de sus planteamientos. A propósito de este pódcast de la revista El Eafitense, y luego de escucharlo por completo, ¿no te gustaría aventurarte a conocer cuáles son tus superpoderes?

Búscala en la cocina Dos desconocidos (Caroline y Rafael) terminan en una trama de la que nunca pensaron hacer parte. A través de un encuentro imaginario, que navega entre el ácido y el dulce, la emprendedora y el economista nos enseñan que confiar es como cocinar. “El libro Tramas de Confianza es una muestra de las reflexiones de la Fundación Proantioquia, creada en 1975 por un grupo de empresarios, para pensar, hacer e incidir, sobre y por el progreso social tanto de la región antioqueña como de Colombia. Recoge posiciones públicas al respecto en el periodo 2015- 2019, agrupadas en cuatro grandes temas: la construcción de paz, la educación de calidad e inclusiva, el desarrollo empresarial como ecosistema para la prosperidad colectiva, y el desarrollo institucional y el buen gobierno. Es un buen ejemplo de conversaciones promovidas desde el empresariado sobre retos, pero también sobre dinámicas positivas de progreso social. Conversaciones que nuestra sociedad necesita urgentemente profundizar y ampliar si queremos construir un mejor futuro para todos”. Rafael Aubad

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


Andrés Giraldo C. Colaborador

84/85

MADRE NATURALEZA

Ilustración: César Franco

DE LA

EL ABRAZO


En la naturaleza existen ejemplos claros de cómo las relaciones de confianza son fundamentales para la supervivencia de una especie, la salud de un ecosistema y la misma vida humana. Quizá es tiempo de escucharla y apreciar su belleza.

e. En la última etapa de su vida, el naturalista prusiano Alexander von Humboldt escribió y publicó Cosmos, una obra compuesta por cinco volúmenes que presenta un panorama general del universo y reúne su prolífico pensamiento científico y humanista. A través de Cosmos, Humboldt sostiene que la naturaleza es una entidad viva, que todos los organismos están conectados en un complejo tejido y que nuestra respuesta ante esta debería basarse en nuestros sentidos, emociones y sentimientos, una postura novedosa en aquella época. Casi dos siglos después de la publicación del primer volumen (1845), su propuesta sigue siendo retadora. Por lo general, las sociedades humanas se comportan como organizaciones ajenas y lejanas al mundo natural, un mundo que se nos presenta como agreste, incluso

peligroso. En otras palabras, desconfiamos de la naturaleza, aunque somos parte de ella. Así, al preguntarnos por esta paradoja, quisimos explorar qué tiene la naturaleza para enseñarnos sobre la confianza. El hecho de confiar o desconfiar está cubierto de tanta cotidianidad que es complejo definirlo. En 1972, el filósofo israelí Nathan Rotenstreich intentó hacerlo a través de un texto titulado On Confidence. Rotenstreich plantea que la confianza es una forma de apuesta conjunta, en la que debe haber una disposición o actitud que se basa en la convicción de que otra persona se comportará de cierta manera. Esto produce en aquel que confía una actitud de confianza, que también se ve reflejada en el depositario de ella. ¿Qué tan cercano puede ser este concepto en el mundo natural? confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


La confianza dentro de la naturaleza Para Juan Fernando Díaz Nieto, docente del Departamento de Ciencias Biológicas de EAFIT, la respuesta puede estar más cerca de lo que parece: “Un perro siempre sabe a quién se le acerca”. El profesor Díaz, que es experto en mamíferos, también destaca cómo los integrantes de una manada confían en sus cercanos y eso hace posible que funcionen como sociedad. Un ejemplo es la crianza cooperativa, que se presenta tanto en mamíferos como en aves: “en algunos casos, solo una pareja se está reproduciendo, y los otros adultos (los tíos y los primos) ayudan en su crianza. Así aseguran que sus genes pasen a la siguiente generación, aunque sea en una pequeña fracción”. Otro tipo de confianza se genera frente a la pareja reproductiva. En el caso de las aves, es común que se construya en el cortejo, en el que salen a relucir plumajes y danzas vistosas. En los mamíferos, esta confianza se deposita en una pareja que tenga las condiciones para proteger a una futura familia. Así, la hembra confía en que el macho le dará unos buenos genes a su descendencia. Pero es quizá en los monos donde se encuentran los comportamientos más llamativos. Según Sebastián Orozco Montilla, biólogo y especialista en estos animales, la confianza en ellos se ve en sus estructuras sociales. Por ejemplo, los monos araña se organizan en comunidades dinámicas que pueden llegar a ser de hasta 40 inte-

86/87 grantes. Dependiendo de factores como la disponibilidad de recursos, estas comunidades se dividen y unen por periodos. “A veces no son los mismos, y claro que hay disputas y mejores amigos; pero siempre terminan confiando en el grupo como un todo”. “Para los primates todos los individuos de su comunidad son esenciales para que el grupo se mantenga unido y tenga un mejor futuro. Cada uno tiene su rol y ellos saben que cuidarse todos es cuidarse a ellos mismos. Quizá podemos aprender eso de ellos”, concluye el experto. De hecho, los monos también pueden confiar en los humanos. Los primatólogos consideran que una comunidad se habitúa a un investigador cuando se comporta de manera auténtica en su presencia. Esto solo ocurre luego de un dedicado seguimiento a las comunidades de monos, incluso por varios meses o años, por parte de los investigadores. Los monos nocturnos son otro buen ejemplo. En el Neotrópico (trópico de América), existen once especies de este tipo de monos, de las cuales ocho de ellas habitan en Colombia y tres son endémicas


(solo se encuentran en el país). Son animales monógamos, eso quiere decir que tienen una pareja para toda la vida, un tipo de compromiso que, según Orozco, se basa en cierto tipo de confianza en que es mejor permanecer juntos que separados. Con esta pareja no solo se duerme y consigue alimento; también se reproduce y garantiza la perdurabilidad de los genes. Pero también se pueden encontrar ejemplos de confianza más cercanos. Juan Fernando Díaz señala que existen estudios que demuestran cómo humanos y perros comparten rutas metabólicas que generan relaciones de confianza. “Hay un paper muy bonito en el que se describe la generación de oxitocina cuando hay un acercamiento entre humanos y perros, incluso con el solo hecho de mirarse. Puede decirse que es amor a primera vista”. ¿Nos puede ocurrir lo mismo con otras especies? ¿Somos capaces de confiar en la naturaleza?

Naturaleza, humanidad y confianza Según Rotenstreich, la confianza no nace de la nada, se basa en la expectativa de que una acción o situación tendrá lugar porque así lo sugiere la experiencia. A veces, incluso, somos capaces de confiar en otro, aunque la experiencia nos aconseje no hacerlo. En parte porque confiar no siempre es un acto racional. El hecho de confiar es en sí mismo un tipo de acto generoso y recíproco, un riesgo que se corre sobre la expectativa de cierta fidelidad futura y la esperanza de la reciprocidad presente.

A veces los humanos tomamos ese riesgo y confiamos en la naturaleza, muchas veces con base en la experiencia o nuestra capacidad para aprender y conocer de otros seres vivos. Este es el caso de la relación que podemos construir con algunas plantas. Como lo explica Alejandro Giraldo, egresado del pregrado de Biología de EAFIT, aunque no podemos esperar una acción recíproca de las plantas, sí confiamos en ellas como agentes que nos brindan salud, paz y bienestar. Esta relación parece ser más evidente en las comunidades que pueden mantener un contacto más estrecho con la naturaleza. Giraldo explica que en el Parque Nacional Natural Los Nevados aprendió que los campesinos tienen la costumbre de saludar un árbol que llaman Pedro Hernández (Toxicodendron striatum): “El árbol es supremamente tóxico; el solo hecho de estar cerca de él genera irritación. Entonces, si lo ves, te quitas el sombrero y lo saludas. Así evitas que te haga daño, evitas el riesgo y la desconfianza, pero más allá de eso, aprendes a tratarlo con respeto y a confiar en lo que se sabe de él y lo que representa”. Otra manera de confiar en las plantas, y en general de la naturaleza, es a partir de los beneficios que obtenemos de ellas. A esto se le llama “servicios ecosistémicos”, un enfoque calificado como antropocéntrico, pero que ha demostrado su utilidad. “Confiamos en que las plantas pueden limpiar el aire que respiramos, brindarnos materiales para construir nuestros hogares, fibras para vestirnos, alimento para nuestras mesas y beconfianza / el eafitense / Universidad EAFIT


tra confianza en este tejido implica garantizar un futuro posible para la humanidad; y para lograrlo, es urgente conocerla y reconocer nuestro rol en ella

88/89 Convencido de la necesidad de acercar a los niños a la naturaleza, el profesor Juan Fernando Díaz trabaja con EAFIT en un proyecto para acercar a las familias a los entornos naturales: “estamos pensando en formas de llevarlos a conocer áreas naturales de manera segura, pero muy práctica. Queremos que los niños y sus padres toquen, sientan, conozcan de cerca un murciélago, un ave, un marsupial. Es que conocer es el primer paso para confiar”, señala. Lecturas inspiradoras alrededor de este tema. Aquí te ofrecemos los títulos y los códigos para que las encuentres en la Biblioteca de EAFIT:

La invención de la naturaleza, de Andrea Wulf. Pone en contexto la magnitud del impacto que tuvo Alexander von Humboldt en la ciencia y la sociedad en general.

Biofilia, de Edward Wilson. Recomendada por el profesor Juan Fernando Díaz.

Nuestro llamado salvaje: cómo conectarnos con los animales puede transformar nuestras vidas y salvar las de ellos, de Richard Louv. El título es bastante descriptivo.

Foto: Ana Fandiño

lleza para nuestra alma. Ese disfrute estético a mí personalmente me genera seguridad”, afirma Giraldo. Sin embargo, no siempre esta relación humanidad-naturaleza se presenta tan virtuosa. Díaz explica que, a causa de la pandemia por covid-19, y de otras enfermedades zoonóticas como el ébola, se ha generado un fuerte movimiento de inseguridad y rechazo al mundo natural, un proceso que no es nuevo y que se presenta como el resultado de la modernidad. Se trata del miedo a un mundo salvaje que nos parece hoy desconocido. “La naturaleza nos provee muchos más beneficios que problemas. Nosotros somos de hecho parte de la naturaleza, lo que ocurre es que hemos generado ambientes artificiales que nos alejan de ella. Yo creo que son precisamente esos ambientes artificiales y el estar desconectados de ella lo que nos hace sentirnos ajenos y nos priva de sus beneficios. Por eso, necesitamos conocerla, interactuar con ella. Y no se trata de volvernos expertos, es cuestión de eliminar esa barrera para poder sentirla, tocarla, estar en ella”, concluye el profesor Nieto. Quizá esta sea otra de las rutas que debemos explorar para enfrentar los numerosos retos que plantea el reciente informe IPCC 2021 de la ONU sobre el clima. En últimas, se trata de revisitar posturas como la de Humboldt, que hace poco menos de 200 años se percató de que la humanidad es un hilo de un gran tejido interconectado, tejido que se basa en el orden y la belleza y que no es otra cosa que la naturaleza. Depositar nues-


Foto: Ana Fandiño

La maestra Cecilia Espinosa Arango, directora de la Orquesta Sinfónica EAFIT.


LA ORQUESTA SINFÓNICA EAFIT, UN EJEMPLO DE CONFIAR EN LOS OTROS

90/91

Para ser músico de una orquesta sinfónica se necesita confianza y entrega: a la partitura, a la

EMPUJAR

agrupación, a la batuta y al propio instrumento. ¿Cómo hace el director de una orquesta para interpretar ese gran instrumento que son los músicos?

MIL PIANOS


l. Danielle Navarro B. Colaboradora

La maestra Cecilia Espinosa Arango tiene energía como para empujar mil pianos. En concierto la ves de espalda desde el auditorio entregada a la obra musical, con el pelo gris de espuma electrizada, y los dedos elocuentes y elongados pintando en el aire una infinidad de gestos que solo comprenden los músicos.

Y sí: tiene la energía de una atleta. ¿De dónde sale tanta fuerza? La mano derecha de la directora ordena con la batuta el pulso de la orquesta: accelerando aquí, ritardando allá; tres cuartos, cuatro cuartos, seis octavos. El pulso es la ley que mide el tiempo en la música. Determina el ritmo —el latido

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


musical— y cada parte de una canción tiene su propio pulso. Un director de orquesta regula el pulso interior de cada instrumentista en armonía con el grupo. Cómo sería la vida si un director de orquesta te despertara en la mañana y con la batuta regulara tu pulso —hoy vamos tres cuartos, primero, seis octavos, después— y luego alzara o mitigara los brillos y los altos y los bajos, según cada momento del día. Cómo sería la vida si alguien al lado izquierdo de tu cama te pidiera, justo cuando despiertas, un la en frecuencia 441, o la nota y la frecuencia del día, y te pudieras afinar antes de levantarte, marcar desde el comienzo la nota guía y arrancar entonada.

dad que apenas se abría a las humanidades y en una ciudad que aún se preguntaba (y se pregunta) de qué puede vivir un músico?, ¿y cómo hizo, además, para fundar y dirigir por más de veinte años la Orquesta Sinfónica EAFIT, y para llevar a escenarios nacionales e internacionales los coros Tonos Humanos y Cámara Arcadia, aun sin aspiraciones económicas?

Como sería la vida si.

También dice que la música es esa cosa abstracta, y a la vez concreta, que escuchas y se te queda, se te mete por los sentidos y te engancha y te amarra y te invade y te lleva. Cecilia Espinosa siempre confió en la música y se dejó llevar por ella con la mentalidad de una soñadora obsesiva que poco a poco fue concretando sus proyectos. Un director de orquesta hace que cada fragmento de canción suene como suena. Mientras que la mano derecha de la directora regula el pulso de la orquesta, la izquierda ecualiza el sonido de los instrumentos. Si quieres más o menos brillo aquí, ajusta los oboes y las flautas, aumenta los violines, sube el volumen de las violas. —Y uno ve todo lo que va pintando la maestra —comenta Jor-

Pero en el mundo en que vivimos uno es su propio director, uno es quien debe tomar la batuta y regular el pulso interior y la propia frecuencia, según las demandas del día, y hacer piruetas con las manos para alzar o mitigar el volumen y los brillos. Hay que confiar en que todo saldrá bien. Y si te caes o te equivocas o algo pasa, tendrás que decirte a ti mismo, como diría el director en concierto: dacapo, otra vez a la cabeza, volvamos a empezar, no pasa nada: de nuevo, sin desfallecer, porque un músico nunca desfallece y menos en escena. ¿Cómo hizo usted, maestra Cecilia, para impulsar, junto con otros soñadores, el pregrado en Música de EAFIT en 1998, en una universi-

Sí: tiene energía como para empujar mil pianos. —¿De dónde sale tanta fuerza? —Yo digo que es el poder tan gigante que tiene la música —dice la maestra.

92/93


ge Elorza, flautista principal de la orquesta—. Todo todo, los códigos del pulso, los cambios en el ritmo y el montón de figuras que marcan la expresividad musical de una obra completa. Un director de orquesta toca ese gran instrumento que son los músicos. El público rara vez lo nota, pero es común equivocarse en un concierto. Elorza recuerda una de aquellas veces. Estaban tocando Un americano en París, esa obra de Gershwin que procura retratar las impresiones de un estadounidense en la capital francesa. —La maestra nos pidió un ritardando, como quedarnos un ratito en el pulso, y no sé bien qué pasó, pero nos confundimos—cuenta Elorza y evoca un momento disonante, una pelea entre vientos y cuerdas. Ana Cristina Rodas, la concertino de la orquesta, también estaba ese día en el concierto. En su rol de violinista principal ha de apoyar a la maestra en momentos críticos de la obra. “Cuando sentí que estábamos perdidos, recuerdo que empecé a moverme gigante y a exagerar el gesto para marcar dónde íbamos y ayudar a encontrarnos. Fue un rato de tensión, pero entre todos nos cuadramos”, cuenta Rodas. Un error en un concierto es volátil y no pasa nada. Nadie mira a nadie, nadie dice nada. No puedes parar porque nadie quiere que el discurso se interrumpa. Simplemente hay que seguir adelante. En palabras de la maestra Cecilia, “es como cuando te tropiezas, pero no te caes”.

La Orquesta Sinfónica EAFIT, y de hecho cualquier grupo musical, muestra cómo necesitas depositar tu confianza en el otro. Cada banda lo hace a su manera. Un grupo de jazz, por ejemplo, configura una armonía compleja, distinta de la de una orquesta, que no deriva de la interpretación colectiva en función de una partitura, sino de la libre expresión individual, que a la vez estimula la creación del conjunto: el músico de jazz confía en el florecimiento del otro como insumo de su propio florecimiento. Un amplísimo lenguaje de señas brota de las manos y la cara y el cuerpo de los músicos: tal es la infinita variedad de figuras que pueden formarse con ciertas partes del cuerpo. Y el oyente no tiene que entender nada: solo ha de permitirse ser tocado por la música, dejar que penetre su piel y sus sentidos. Y si eso le gusta, lo toca de verdad, dejarse llevar cada vez más hasta el fondo. No tiene que hacer nada: la música misma se encarga del trabajo

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


94/95

Hay que confiar en que todo saldrá bien. Y si te caes o te equivocas o algo pasa, tendrás que decirte a ti mismo, como diría el director en concierto: dacapo, otra vez a la cabeza, volvamos a empezar, no pasa nada: de nuevo, sin desfallecer…


OPINIÓN

LA CONFIANZA EN EL ÁMBITO DE LAS ORGANIZACIONES

EN BUSCA DE UNA

NUEVA FUENTE DE ENERGÍA ALTERNATIVA

Juan Carlos López D. Grupo de Historia Empresarial de EAFIT


q. Queremos formular, como punto de partida de esta reflexión, un axioma respecto de la cultura colombiana, de nuestro ethos o modo de ser colectivo: somos una sociedad desconfiada. En nuestras interacciones prevalece este sentimiento y actitud de incredulidad frente a las personas, las comunidades y los grupos sociales que nos rodean, en la forma de hacer negocios o de establecer equipos de trabajo y construir visiones colectivas. Por supuesto, pueden darse excepciones, las que tienden a concentrarse más en el ámbito familiar, en nuestros vínculos de sangre. Según Francis Fukuyama —observemos que el problema no es exclusivamente nacional—, “los individuos son incapaces de establecer relaciones fluidas de cooperación con personas ajenas a su familia”. Entonces, una pregunta: ¿cómo construir confianza, una que trascienda el ámbito de las personas con quienes nos criamos?, ¿que trascienda la vida familiar y se proyecte a los ámbitos cultural, económico, político y al mundo empresarial, laboral y de negocios? Respuesta visceral: Nada fácil. Pero, como diría Cantinflas: “Ahí está el detalle”. No se trata de embarcarnos en una meta de fácil consecución. Tal vez las crisis, como la actual, puedan ayudar a dar la vuelta de tuerca. Según el profesor anglo-indio Partha Dasgupta, físico, matemático y economista; y profesor de ética, sociedad y biodiversidad en Cambridge y otras universidades, la confianza es un “bien intangible, susceptible de intercambio que responde a un conjunto de expectativas positivas sobre los demás o sobre las acciones de los demás que, como el conocimiento o la información, pueden ser mecanicistas, aunque no hay unidades que puedan medirlas”. La confianza, como tantos asuntos de la naturaleza humana, es vivero de un terreno

96/97


Ilustración: Melissa Giraldo

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


viscoso, ambiguo, incluso indómito, razones por las cuales se hace necesario trabajarla y gestionarla: que se constituya en proyectos de construir confianza. ¿Podríamos asumir la confianza como una micro central de energías alternativas? Fundamentaremos la reflexión en un trabajo académico sobre la confianza. Como parte de la indagación para escribir este artículo, emergió una investigación de parte de dos profesoras de la Escuela de Administración de EAFIT que versó sobre el diagnóstico y el proceso de construcción de confianza en una pyme antioqueña del sector de la confección. Esta experiencia, que se relató sin el ánimo de presentar un escenario idílico o utópico, se constituye en un contra-ejemplo de cómo podría ser el manejo de las relaciones laborales en una empresa por oposición a la administración tradicional [taylorismo-fordismo]. Dicha experiencia empresarial, con numerosos ejemplos, se fundamenta en una maravillosa metáfora musical en el género del ‘madrigal’, composición polifónica por la cual, a través de armonías y melodías, sistemas dodecafónicos, procesos de ensamble musical y otras figuras líricas narran las dificultades y vicisitudes que se evidencian al experimentar, evaluar y reconocer el estatus de confianza entre los trabajadores y entre estos y sus superiores. Veamos un ejemplo: Un operario encargado de los despachos de la pyme entrega el siguiente testimonio de confianza mutua con sus superiores, trabajo que la autora asimila a la ejecución de un fagot: En mi puesto de trabajo […] tengo ciertas responsabilidades, criterios que debo tomar en cierta manera, entonces mis jefes me dan la confianza total [sobre] lo que yo estoy desempeñando… Por decir, hacer los despachos a nivel nacional o internacional y área metropolitana, que yo lo haga: primero, sin cometer errores; segundo, que no se vaya a perder ninguna caja y que todo el despacho esté saliendo bien.

Para trascender el caso de un solo trabajador que ha gozado de confianza, sería menester decir que esta compañía, frente a la crisis económica mundial de 20082009, definió que su mayor meta sería la de “no salir ni de un solo trabajador… lo hemos logrado y vamos a terminar el año y nos ha ido normal, no digamos bien”. De cara a unos resultados financieros no sobresalientes, ¿no compensaría lo anterior el sentido del compromiso de los trabajadores, en ese momento y a futuro? Liderazgo en tiempos de crisis. J. Esser, en un artículo de 2021 en la prestigiosa revista Harvard Business Review, manifiesta que la confianza “es el secreto de las organizaciones que se adaptan”. Si la confianza, según afirman las profesoras Luz María Rivas y Martha Reyes, constituye un efectivo medio para enfrentar la incertidumbre y gestionar el riesgo, sello evidente del covid-19, no es descabellado proponer una agenda de confianza que trabaje en generar este recurso intangible, tal como se tratan la reputación de una firma, su gerencia de marca, sus secretos industriales o su capital intelectual. Los desafíos que llegan no son pocos. Vivimos los mayores retos desde la Gran Depresión de la década de 1930. Nos preguntamos: ¿Cuántas empresas no sobrevivieron, impelidas a depositar una inusitada confianza en sus trabajadores? Depósitos de confianza, tal cual los llamó Stephen Covey en su célebre 7 hábitos de la gente altamente efectiva. La nueva normalidad podría incitar a la consolidación de esos pasos y marchar hacia adelante. Frente a nuevos e imparables modelos de producción (cuarta revolución industrial), la transformación digital, nuevas formas de trabajo híbrido, los inmensos desafíos del cambio climático y las propuestas de nuevas formas del capitalismo como un capitalismo ‘consciente’ o uno ‘progresista’, según Stiglitz, la brecha social se agranda.

98/99


Necesitamos de un nuevo capital social. Una nueva economía y sociedad, en un mundo digital amable con la naturaleza. Todo esto requiere de nuevos liderazgos, una concepción distinta sobre la conducción de grupos humanos, que emerjan de procesos colectivos y centrados en viejos valores revividos y en nuevos, por construir.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


Ante nuevas formas de energía alternativa que cogen fuerza, convendría pensar en una nueva fuente energética: intangible, renovable, limpia, creadora de nuevos futuros, al igual que volátil. Esta nueva energía psicosocial sería la confianza, que fluirá cual viento acariciando las aspas que generan la energía eólica. Existen experiencias, prototipos, ensayos. Lo importante es poder replicarlos en un frente amplio. Tal vez una parte de lo que se juegue en el decenio 2020-2030 dependerá de la manera como manejemos la incertidumbre y enfrentemos la vulnerabilidad, y descansar en estos nuevos activos de confianza-energética, más allá de que sean medibles o no, más allá de que den origen a nuevos ránquines o escalafones empresariales o de clima laboral. Para las nuevas generaciones se trataría de nuevos futuros esperanzadores que desactiven el deseo de abandonar su país. Necesitamos de un nuevo capital social. Una nueva economía y sociedad, en un mundo digital amable con la naturaleza. Todo esto requiere de nuevos liderazgos, una concepción distinta sobre la conducción de grupos humanos, que emerjan de procesos colectivos y centrados en viejos valores revividos y en nuevos, por construir. Quizás, al discurrir de una confianza familiar a una confianza organizacional y a una confianza pública, podamos sentir una razonable tranquilidad, como sociedad, al momento de enfrentar la próxima pandemia

*****

El trabajo al que hacemos referencia es El madrigal de la confianza en la interacción organizacional de una PyMe unipersonal, de Martha Eugenia Reyes. Trabajo de grado de la maestría en Ciencias de la Administración de EAFIT, 2012. Esta profesora, en tándem con su colega Luz María Rivas, presenta un capítulo sobre confianza, en un libro colectivo de próxima aparición.

100/101


Tres historias, tres maneras de vivir la confianza y de disponer de la vulnerabilidad individual en manos de otros. Diana, Francisco y Heidi confiaron, de diferentes formas, en la mano amiga de sus pares en momentos difíciles o cruciales, y hoy comparten

LA CONFIANZA

ME SALVÓ DE...

sus experiencias llenas de aprendizajes e inspiración.


Paola Andrea Cardona T. Colaboradora

102/103

Casita Rural:

una historia que se escribe a varias manos A unos cuantos metros de una carretera hay una Casita Rural llena de libros, juegos de mesa y un piano. Este proyecto educativo y cultural nació en 2013, en la vereda La Porquera en San Vicente Ferrer (Oriente de Antioquia). Su propósito: que los niños cuenten sus historias, crean en sí

Ilustración: Isabel Castaño

mismos y sueñen.


“Voy a la escuela y soy muy chiquita, pero cuando puedo me vuelvo heroína y me monto en mi caballo Morita. Me salen culebras de la cabeza para asustar villanos, resuelvo problemas en un momentico y hago tratos con el fuego para salvar humanos. Me gusta juntar a la gente, mirarme en un lago con luna y estrellas y darles comida a las gallinas. Me va bien en la escuela cuando hago tareas buenas. Mi travesura favorita es la sonrisa”. Fragmento del libro Silvestre

h.

Hablar con Diana Londoño, coordinadora de Casita Rural, es emocionarse con cada palabra. Agrónoma de profesión, con estudios de posgrado en Nematología en el exterior y un enorme sentido social, nunca dejó de pensar en los niños con los que pasó los fines de semana de su infancia en la vereda La Porquera en San Vicente Ferrer (Oriente de Antioquia): “¿Por qué mis amigos no tuvieron las oportunidades que yo tuve?”. Movida por esta inquietud, le propuso a su madre, Luz María Cardona, que transformaran “la casita de los cachivaches”, que tenían al lado de su finca, en una biblioteca, que luego se convertiría en un proyecto más grande. Diana se encontraba fuera del país, sin embargo, esto no fue un obstáculo para que Luz María y su prima Ruth impulsaran lo que hoy es la Casita Rural, un espacio acogedor, que sorprende por su sencillez, belleza y cuidado.

Sin muchos recursos, pero con un tejido social fuerte liderado por mujeres, la Casita Rural abrió sus puertas. Diana cuenta que el primer voto de confianza fue el de su madre y su prima: “Seguro pensaron que estaba loca, pero me apoyaron y creyeron en mi sueño”. De ahí en adelante, han sido ocho años de logros, momentos difíciles y sonrisas que recargan a los voluntarios. “Le damos fuerza a todo lo que nos ayuda a ser mejores juntos”. Es una premisa que resume ese espíritu que mueve el proyecto que es refugio, tranquilidad, expresión, amor, hogar. Un proyecto en el que la comunidad cree y confía. “Lo que más me gusta de la Casita es que puedo leer, jugar, escribir, tocar el piano. Es una casita muy bonita”, dice con timidez Jonier García Orozco, uno de los niños que hace parte de Casita Rural. Esta iniciativa benefició en primer lugar a los pequeños de

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


la vereda La Porquera, pero luego se abrió a más espacios. Hasta 150 niños de otras siete veredas han podido disfrutar de diversos procesos y actividades. Con la pandemia, las mujeres de Casita Rural buscaron recursos y lograron dotar distintas escuelas con 140 tabletas, para así, poder continuar con los encuentros a distancia. A esta Casita la rodea una magia, llegan donaciones de personas que confían en su quehacer, aparecen manos amigas que incentivan la creación: “Eso de creer abre la puerta para la gente. Nosotros simplemente generamos el espacio y la gente llega y se va quedando”, comenta Diana. Este fue el caso de Daissy Pérez, quien, junto con su hermana Elizabeth, llegaron con la intención de conocer el proyecto y ser voluntarias por un tiempo. Ahora son las personas que lideran los talleres de danza y escritura. De los procesos de lecto escritura han surgido dos hermosas publicaciones: Te cuento

mi historia y Silvestre, esta última salió a la luz en 2017 y reúne los textos anecdóticos y poéticos de ocho niños de la vereda, entre los 6 y los 12 años. En este momento, los niños de La Porquera y de otras veredas de San Vicente Ferrer, preparan una nueva publicación, fruto de los encuentros virtuales durante la pandemia. Para Daissy, la confianza “es necesaria en estos espacios de creación, porque compartimos nuestras historias y nos conectamos con los otros”. La escritura es uno de los ejes de trabajo de la Casita Rural, también, ha sido la oportunidad para que cada uno de los niños se reconozca como autor y protagonista. “Los niños tienen cosas importantes para decirnos”, afirma Diana con convicción, y es que gracias al trabajo amoroso de las personas que aportan a la Casita Rural, la voz de estos pequeños seguirá resonando desde las montañas. Mientras haya alguien que crea, ellos continuarán soñando

“Vivo lejos, como a tres montañas de la escuela. Para ir a estudiar camino sobre una tabla, debajo de la tabla hay una quebrada. La quebrada se crece cuando llueve. Yo soy valiente”. Fragmento del libro Silvestre

104/105


En vida, hermano, en vida En 2011, Francisco Piedrahíta, exrector de la Universidad Icesi, de Cali, se extravió durante cinco días en la reserva de Barataria, que pertenece al Parque Jean Lafitte, ubicado en Nueva Orleans, Estados Unidos. Muchos lo dieron por muerto, pero Francisco confió.

s. Sus cabellos blancos revelan experiencia y sabiduría. Francisco habla con gracia de su edad, de la vida que ha tenido y de su experiencia en mayo de 2011, cuando visitó a Estados Unidos por asuntos de trabajo y terminó extraviado por una idea fija en su mente: conocer el pato del bosque, una especie con plumas vistosas que no había podido retratar. El exrector de la Universidad Icesi es un conservacionista apasionado, practica el avistamiento de aves en cada ocasión que se le presenta, pues para él es un pasatiempo muy completo que combina emoción, naturaleza, descubrimiento, observación, actividad física, viajes y ciencia. Fue así como llegó un sábado a la reserva, contrató un servicio de taxi y le pidió al conductor que lo esperara en la

entrada del lugar. Le aseguró que tardaría una hora y media. Empezó a caminar, pero al cabo de unos metros, observó que el sendero se diluía. Decidió continuar, sin considerar mucho los riesgos. Más adelante, una de sus pisadas se hundió, había entrado en un gran pantano que lo cubría hasta las rodillas, por lo que tuvo que usar dos palos para poder impulsarse y avanzar. Llegó la noche y seguía atascado allí. Se ubicó en una pequeña isla dentro del lodazal y recordó con preocupación que ese era territorio de caimanes. Por suerte, estos no aparecieron, sin embargo, fue presa de los zancudos que picaron tanto su cuerpo que no le permitieron conciliar el sueño. Al día siguiente se dijo: “Hoy seguro me encuentran”. Gritó un par de veces y escuchó una sirena que confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


le dio esperanza, pero pasaron las horas y nadie arribó. Nunca entró en estado de desesperación, incluso aprovechó el tiempo para escribir algunas reflexiones sobre un debate que estaba en la agenda por esos días sobre las universidades con ánimo de lucro, algo que para él era inconcebible. Francisco tenía una idea de su ubicación, creía que estaba cerca de la entrada y que al atravesar el pantano alcanzaría un sendero; de todas formas, la inmensidad de la ciénaga era incalculable para él. A esto se sumó el clima cálido, nunca llovió, por eso, el lodo estaba lo suficientemente seco para impedir que se moviera con facilidad o que pudiera extraer agua. El entorno de la reserva no le ofreció mucho para comer. Afirmó el exdirectivo que el único momento en que tuvo contacto con un ser vivo (aparte de los zancudos) fue, de lejos, cuando escuchó ladridos de perros, a los que él respondió con gritos pidiendo ayuda. En las noches, Francisco alumbraba con la luz de sus cámaras por breves instantes, dormía mal y trataba de moverse poco para no agotar sus energías. Recordaba con esperanza las historias de personas que se habían extraviado en parques naturales y que las habían encontrado, y especulaba: “¿Qué estará pasando afuera?” Pensó que el servicio de parques de Estados Unidos era muy efectivo como para no encontrarlo, también que su familia debía estar al tanto de la situación. “Sé que me están buscando, pero ¿por qué no llegan?”, se cuestionó. El martes, cuarto día de su travesía, comenzó

a notar su piel desgastada, a pesar de haber comido algunas hierbas y tenía signos visibles de deshidratación que le preocuparon. Esperó hasta el miércoles y comenzó a moverse de nuevo por el pantano. Al mediodía, un helicóptero lo encontró y dio aviso de su ubicación a una patrulla de rescate, la cual tenía la capacidad de movilizarse en tierra firme y sobre el pantano. Al llegar a la entrada de la reserva, lo esperaban muchas personas que habían venido de otros estados para ayudar con su búsqueda. Su familia y amigos cercanos se habían reunido en el sitio, su preocupación era inmensa. Algunos lo daban por muerto, distintos medios publicaron la noticia, hablaron de su trayectoria y sus méritos. Para Francisco fue como “su entierro en vida”, lo que le recordó el poema de Ana María Rabatté, que se titula En vida, hermano, en vida. Al mirar en perspectiva esta experiencia, piensa que es importante creer en las personas y en las instituciones, porque “en la medida en que podemos confiar en los otros, todo funciona mejor”. El taxista fue quien dio la voz de alarma de su desaparición, una persona que acababa de conocer; el personal del Parque hizo su mayor esfuerzo, lo mismo que su familia. A todo esto, Francisco solo añade: “respondieron a mi confianza, todos ellos vinieron a mi rescate”

106/107


Soltar el control

para dejarse abrazar y sanar

La experiencia de la enfermera Heidi Cortés con el covid-19 fue atípica. Sufrió un gran deterioro en su estado de salud que le planteó un gran reto: dejar de lado sus conocimientos médicos y de epidemiología para entregarle toda su confianza a compañeros, familia y amigos.

j. Jefe de enfermería y especialista en epidemiología, con ocupados días en el servicio de hemodinámica de la Clínica Cardio VID. Esta profesional, cuya vocación es cuidar de los pacientes, se define con tres palabras: carismática, noble y llena de energía. Solo tiene 28 años y hace poco atravesó por un momento tan difícil que se vio obligada a soltar el control y aceptar que, esta vez, sería ella quien necesitaría ser cuidada. En diciembre de 2020, Heidi comenzó a presentar una intensa gastritis y, con el paso de los días, fue haciéndose peor. Se dirigió al servicio de urgencias de su lugar de trabajo y allí, tras descartar algunas enfermedades, se dieron cuenta de que había contraído coronavirus; además, vieron que su hígado y páncreas estaban sufriendo varias alteraciones.

La hospitalización y el aislamiento comenzaron el 18 de diciembre. Su madre, Milena Hernández, pidió estar con ella en la habitación, lo que significaba un riesgo muy alto. Durante casi quince días madre e hija fueron inseparables. Su mamá la abrazaba, le tomaba la mano y le repetía constantemente: “Nos vamos a ir de acá y vas a estar muy bien. Ya hemos salido de muchas cosas juntas, nunca te voy a dejar sola y las dos vamos a estar bien”. Milena nunca se infectó. A lo largo de su estancia en el hospital, el corazón de Heidi se debilitó. En cuestión de dos semanas perdió 10 kilos; su cuerpo no toleraba ningún alimento, le daba fiebre y se sentía muy frágil. En un principio, Heidi buscó sobre casos como el suyo, donde el coronavirus atacaba otros órganos, sin embargo, fue poco lo que encontró. confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


Tomó entonces la decisión de no buscar más, abandonar el rol de enfermera y entregarse como paciente a su equipo de trabajo: “Estoy en las mejores manos”, se dijo a sí misma. Aun así, también tuvo momentos de quebranto. Sentía que su cuerpo se iba deteriorando: “¿Será que sí voy a ser capaz de salir de esto?”, se preguntaba cuando no podía llevar a cabo sola acciones tan cotidianas y, aparentemente sencillas, como levantarse o bañarse. Fueron muchas las personas que rodearon y llenaron de esperanza a Heidi. Sus compañeros le enviaban detalles; quienes lo tenían permitido, iban a saludarla y la cuidaban con amor. En su memoria quedó una conversación con un colega que le entregó unas palabras que la llenaron de consuelo: “Confía en Dios. Has ayudado a muchas personas y esto es otra prueba más que vas a tener en la vida. Vas a recordar que fuiste capaz de lograrlo. Te estamos esperando para que continúes haciendo tu labor. Siéntete cuidada, luego vas a seguir cuidando a los demás”. El 31 de diciembre Heidi fue dada de alta, había salido del estado crítico. Camino a casa sintió una mezcla de tristeza y desconsuelo: “Me daba muy duro ver que un 31 de diciembre la gente estaba reunida en las calles, sin tapabocas. Lloré en el camino. Era como si nadie creyera que esta enfermedad fuera real. Ese día no pude comer nada típico de una Navidad, mi cuerpo todavía no lo toleraba”. Y es que, hasta este momento, Heidi debe mantener una dieta liviana, debido a que su páncreas todavía presenta dificultades para procesar alimentos. A pesar de la sensación de debilidad y otras secuelas del covid-19, Heidi pidió a su jefe que la reintegrara al servicio, pasados cinco días de incapacidad. Para ella, su recuperación se completaría en el hospital. Con un monitor Holter que registraba su ritmo cardíaco, se movía por la clínica y atendía pacientes. Eso sí, su equipo de trabajo permanecía atento a su estado de salud.

Heidi recuerda que, en ese tiempo, el personal de salud sentía mucho temor por los casos de coronavirus que llegaban: “El miedo era gigante (…) Sin embargo, cuando volví a mis labores, me decía: tengo guantes, bata, mascarilla… puedo darles una mano”. A su regreso, se convirtió en una voz de aliento para aquellos afectados por el coronavirus, como lo fueron para ella sus compañeros y familiares. Y tiene claro para los pacientes un mensaje que sale de su mente y de su corazón: “Tranquilos, que, si yo fui capaz, ustedes también lo van a lograr”, pues sabe lo que es estar acostada en una cama con graves síntomas, conoce de luchar y darlo todo para mejorar, entiende el privilegio de contar con un equipo de especialistas que se entrega por completo para alcanzar la recuperación de su paciente. Heidi aprendió que la vida se trata de confiar

108/109


EMPRESARIOS MOVILIZADORES QUE

INCIDEN Y CONVERSAN Laura Gallego M. Vicepresidenta Ejecutiva de Proantioquia


“Construir confianza entre la empresa y la sociedad debe reconocerse como un propósito superior”.

110/111

d.

Desde sus orígenes, Proantioquia se ha constituido como una plataforma para promover la acción colectiva empresarial en las agendas de desarrollo territorial. Su esencia ha sido el reconocimiento de los empresarios y del liderazgo empresarial como actores relevantes de la sociedad, cuando se trata de intervenir los retos más estructurales de Antioquia y del país. Desde su creación, Proantioquia ha demostrado que es posible resolver problemas mediante la creación de capacidades; la coformulación de políticas; y el establecimiento de puentes de interlocución y acción con el gobierno, la academia y la sociedad civil.

Foto: Ana Fandiño

Laura Gallego M.

En los últimos años se ha hecho evidente la importancia de entender la confianza como un activo empresarial. La encuesta de Edelman (2020) subraya cómo el 64 por ciento de los compradores eligen hoy marcas de acuerdo con su postura frente a las problemáticas sociales. Esto es, las personas basan sus decisiones en información y en la identificación entre sus propios valores y los valores de las empresas, entre sus preocupaciones cotidianas y ciudadanas, y la posición de las empresas al respecto (Edelman 2020).


En otras palabras, construir confianza entre la empresa y la sociedad debe reconocerse como un propósito superior en el primer nivel directivo de las organizaciones. Esa confianza solo se va hilando a partir de la conversación cotidiana que las organizaciones propicien y ayuden a construir entre las personas y desde el reconocimiento a la diversidad de voces: sus directivos, colaboradores, aliados, proveedores y, en general, con los ciudadanos: “las sociedades son lo que conversan, las empresas también son lo que conversan y con quiénes lo hacen”. El contexto social de hoy exige organizaciones comprometidas directamente con “hacer” y relacionarse distinto con la ciudadanía. A saber, coherentes en su acción con las preocupaciones de las personas en su día a día: el empleo, la educación, la salud, el medio ambiente, la equidad, la convivencia, la diversidad y la protección de la vida.

A eso desde Proantioquia le llamamos creación colectiva de valor público, aquel que tiene como base la movilización y la articulación de los recursos, las personas y el capital pensante desde las empresas para, en diálogo con otros, trabajar juntos por el desarrollo sostenible, territorial y con equidad. Una esencia que debe fortalecerse y promoverse en el liderazgo empresarial, aquella que entiende que no hay valor económico sin valor social y ambiental, y que las empresas y los líderes empresariales conscientes se perciben a sí mismos como parte de un contexto más complejo en el que se requiere actuar.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


112/113

Las tramas de la naturaleza simulan las tramas de la confianza. Redes que se necesitan, que se complementan. Confiar es hacer parte de una red frágil y a la vez poderosa.


Ahora bien, ninguna organización que piense en la construcción de confianza está exenta de retos, en tanto supone plantear una relación más directa con la creación de valor público y, en ese sentido, con la ciudadanía. Esto supone, adaptar la acción colectiva empresarial al momento actual: la “inversión social transformativa” que Darren Walker, CEO de la Ford Foundation, subraya, aquella en la “que todos los miembros de la sociedad reconozcan su privilegio y posición, aborden las causas profundas de los males sociales y busquen y escuchen a quienes viven en medio y experimentan la injusticia”. La sociedad espera de las instituciones, entre estas las empresas, coherencia, consciencia y capacidad de agencia pública para resolver los problemas y las preguntas que tienen las personas. Esto implica organizaciones con voz propia, deliberativas, cada vez más cercanas y abiertas a la conversación pública con actores diversos, con capacidad para incidir en el diseño de políticas públicas y siendo un puente movilizador de capacidades, iniciativas y proyectos de acción colectiva, esto es, tener un rol activista en la solución de los retos estructurales de la sociedad en la que trabajan, conectadas con los grandes problemas públicos y ampliando las capacidades sociales y públicas para intervenirlas

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


114/115

La sociedad espera de las instituciones, entre estas las empresas, coherencia, consciencia y capacidad de agencia pública para resolver los problemas y las preguntas que tienen las personas”. Laura Gallego M.


Felipe Sosa V. Colaborador

LAS U Y LAS REDES, EN LO QUE CREEN LOS JÓVENES EN COLOMBIA


Los agitados escenarios sociales, políticos y culturales de Colombia en los últimos lustros han generado nuevas posturas en los jóvenes. Sus creencias, cuestionamientos y convicciones entran a formar parte vital en el panorama actual y futuro del país. Su desconfianza en la institucionalidad es cada vez más notoria.

116/117

p. Para muchos la juventud debe ser sinónimo de rebeldía y confrontación, un momento de la vida ideal para los iconoclastas e, incluso, para la desconfianza, y esa apreciación pareciera tomar cuerpo con los cuestionamientos que gran parte de los jóvenes colombianos ha manifestado durante 2021. Dichos interrogantes evidencian una clara pérdida de confianza en las entidades gubernamentales y su credibilidad en algunas instituciones. Esto quedó evidenciado con la Tercera Medición de la Gran Encuesta Nacional sobre Jóvenes, realizada por la Universidad del Rosario, el periódico El Tiempo y la empresa de consultoría e investigación Cifras & Con-

ceptos. Esta encuesta fue realizada entre el 6 y el 12 de mayo en 13 ciudades capitales del país; la primera encuesta se había desarrollado en enero de 2020 y la segunda en noviembre de ese mismo año. César Caballero, gerente de Cifras & Conceptos, explicó que, entre toda la información recolectada, resaltaron aspectos como que los jóvenes evidencian una desconfianza generalizada. Solo las universidades públicas (58 %) y las redes sociales (51 %) tienen una apreciación mayor al 50 %, mientras que en un listado de 13 cierran la Presidencia (9 %) y el Congreso (7 %). Las universidades privadas, por su parte, tienen una apreciación del 44 por ciento.


¿En qué confían los jóvenes? Acorde con la encuesta, los jóvenes manifestaron vulnerabilidad al depositar su confianza. Sofía Villada es una estudiante eafitense de Administración de Negocios, de 22 años. Ella aseguró que “no confío en ninguna institución plenamente. Las públicas se manejan, a mi parecer, en beneficio particular del Gobierno. En las organizaciones privadas confío un poco más”. En esos nuevos paradigmas que empiezan a atraer la confianza de los jóvenes aparecen unos actores que no existían décadas atrás, y tienen que ver con la masificación de internet y todo lo que por esta red se difunde. Como ya se mencionó, la confianza en las redes sociales sobrepasa el 50 % y con ellas comienzan a consolidarse los influenciadores digitales como legitimadores, y en esta encuesta aparecen ya con un 25 % de confianza entre los jóvenes colombianos. Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, explicó en la presentación de la encuesta que las universidades y las redes sociales tienen esa aceptación entre la juventud porque “en las universidades encuentran espacios de diálogo y reflexión y en las redes sociales pueden expresar cómo se sienten y qué piensan, e incluso, pueden visibilizar las realidades de sus regiones o vidas”. En la jornada de protestas y marchas en Colombia, que tuvo su punto de mayor efervescencia a finales de abril y en mayo de este 2021, el 84 % de los encuestados manifestó sentirse representado, y entre los grupos participantes sentían mayor empatía con las organizaciones estudiantiles (76 %) y el Comité Nacional del Paro (63 %). Por el contrario, la menor representatividad y confianza la tenían en las figuras políticas de los partidos de gobierno (12 %) y el Gobierno Nacional (9 %).

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


118/119

Confiando en el futuro De la mano de la desconfianza camina a la vez la esperanza, y para el 87 % de los jóvenes participar en las votaciones de 2022 es una manera de ayudar a transformar y solucionar los problemas. Además, el 89 % manifiesta que votará en las elecciones de 2022. A la pregunta de si la coyuntura social que vive el país influirá en su decisión, el 85 % respondió que sí. Ese deseo de cambio se refleja también en la búsqueda de nuevas maneras de vivir y actuar, diferentes a las de generaciones anteriores, y gran parte de esas decisiones recaen en las organizaciones que, precisamente, necesitan de su confianza para ser reales legitimadores. Para el gerente de Cifras & Conceptos se hace evidente que la juventud colombiana busca contrapoderes. “Los jóvenes creen, por ejemplo, que los medios tradicionales están a favor del poder”, por eso cada vez les resultan menos atractivos.

Adicional a todo esto, la encuesta mostró cambios que poco a poco se han convertido en realidades y casi “normalidades” entre las personas de 18 y 32 años: pretenden un mayor nivel educativo, tienen una agenda ambiental, buscan más información y han conformado nuevas ciudadanías. Entre los cambios ya normales, y que parecerían insignificantes, pero denotan un cambio de norte, está que más fácil tienen una mascota que un hijo: el 35 % son padres de familia mientras que el 51 % convive con algún animal en su hogar. Esta nueva generación se afianza con otras concepciones, realidades y cambios. Sus planteamientos y propuestas serán vitales para las nuevas decisiones en el país, tanto en el ámbito público como privado. Llegan con deseos y convicciones que, en ocasiones, no encajan con las que tradicionalmente han sido las prevalentes. En conjunto representan un porcentaje representativo de la población y ya comienzan a ejercer en instancias de poder y decisión


¿En qué o quién

confían los

jóvenes?

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


120/121


Valeria Mejía Echeverría Directora de Narrativas y Cultura de EAFIT Juan David Orozco C. Colaborador

VOTOS DE

CONFIANZA


Disfrutar una obra narrativa implica un voto de confianza. No solo por el pacto ficcional, que da por cierto todo un universo inventado, sino porque se confía en el conocimiento previo sobre autores e intérpretes, o en el criterio de quien ofrece una recomendación.

122/123

Defínase -Soy alguien que espera Qué espera qué -En no saberlo radica el gozo… Fragmento de entrevista de Gonzalo Arango a Héctor Rojas Herazo.

e. En 1966, Gonzalo Arango entrevistaba al novelista, pintor y conversador Héctor Rojas Herazo para sus “tradicionales” reportajes de la Revista Cromos. La respuesta del hombre nacido en Tolú en 1921 recoge, además de una mirada del futuro o de sí mismo, una pequeña gran verdad: la incertidumbre frente a lo que vendrá es asunto necesario en el acto creador o en la vida de quien, como el lector, siempre expectante ante los sucesos que “atropellarán” al personaje de la novela que lee, está a la espera de los que será su existencia.

Mirar el futuro con ojos de artista, abrazar la incertidumbre, es un acto de confianza. ¿Qué tal si para dejarnos permear, al menos un poco, de gozo frente a la incertidumbre? ¿Si nos permitimos encontrar algo propio en narraciones de seres aparentemente extraños, pero en los que se expresa con frecuencia nuestro sentir, nuestro ser, nuestras dichas o frustraciones? ¿Qué tal si, a pesar de los desconciertos o temores, confiamos en nuestra posibilidad creadora: de inventar mundos y de manifestar a través de las artes nuestras frustraciones, tristezas, violencias o nuestras más genuinas alegrías?


***** Te invitamos a navegar mundos, ideas y perspectivas, a través de recomendados que incluyen películas, series, novelas, ensayos. Historias para dejarse llevar, atrapar, conmover, sentir, cuestionar, ser…

Todo es posible en la escena, la literatura, la canción, la pintura, el cine (sigue la lista). En el arte se puede retratar, entender, encarnar a los más oscuros y obscenos pensamientos humanos, a las pasiones más arriesgadas, a las más sosas o cobardes, a las absurdamente violentas, desgarradas, infames, o a las más puras y sublimes.

PELÍCULAS Y SERIES RECOMENDADAS PELÍCULAS ¿Dónde está la casa de mi amigo? Para evitar que su compañero de clases sea expulsado de la escuela por no llevar la tarea, un niño iraní viaja hasta un pueblo vecino para buscar una casa que no conoce y devolver el cuaderno que tomó por error.

Sueños de Fuga Andy confía en la posibilidad de alcanzar su meta, aunque todo esté en contra. Preso injustamente y maltratado por guardias y reos, encuentra en la amistad con Red la clave para buscar libertad en la música, el cine, los libros y el trabajo.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


El Padre Un juego de confusiones entre el espectador y la obra, y entre los personajes mismos en escena, configura una estructura de laberinto, en donde un padre enfermo y su hija cuidadora parecen perder la mutua confianza.

124/125

Silencio en el paraíso

El agente topo Ingenuidad e ingenio de un abuelo espía. Sergio es contratado para infiltrarse en un asilo de ancianos y vigilar a una mujer cuya familia está desconfiada sobre los cuidados que pagan.

Un muchacho rebuscador confía en que la vida está mejorando cuando consigue novia y le ofrecen un trabajo fuera de Bogotá, pero ese empleo es una fachada para reclutar víctimas de falsos positivos.

Parasite

Rounders Tras perder los ahorros en una apuesta, Mike se aleja del juego y se concentra en su noviazgo y su carrera. Un amigo sale de prisión y abusa de su confianza, forzando a que Mike vuelva a jugar póker para ayudarlo.

La sorpresa cinematográfica del año 2019 contrasta la vida de dos familias de clases sociales opuestas, conectadas mediante engaños. Un espejo de la inequidad y la opulencia, en donde nada es lo que parece y confiar puede ser un riesgo.


La historia oficial La desconfianza se apodera de Alicia, al sospechar que la niña que adoptó hace años es hija de desaparecidos por la dictadura argentina, crimen en que su esposo podría ser cómplice.

La vida es bella

Los Colores de la Montaña Manuel pierde su balón en un campo minado. Con sus mejores amigos emprende la misión de recuperarlo, en arriesgados intentos que ponen la amistad a prueba. Detrás de la aventura infantil, se articulan las tensiones del conflicto armado colombiano en las zonas rurales y se dibuja un paisaje humano de inocencia y desarraigo.

Guido es llevado a un campo de concentración nazi junto con su esposa e hijo. Para proteger al niño, simula un juego de fantasía y confianza en medio del horror y la desesperanza.

La Estrategia del Caracol Los inquilinos de una vieja casona bogotana reciben un ultimátum para desalojarla. Cuando la corrupción y la burocracia los ponen contra la pared, el trabajo en comunidad y la confianza en las capacidades de cada habitante les permite proteger la dignidad de sus vidas y de su hogar compartido.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


SERIES

This is us

Pose Color, ritmo y diversidad se conjugan en familias donde nadie es pariente, pero comparten la vida entera. Una mirada a la tragedia del sida en el Nueva York de los años ochenta.

Narra en tiempos paralelos las vivencias de una pareja de enamorados que conforma una familia con trillizos, uno de ellos adoptado. Conforme crecen, los contrastes se agudizan, pero también se potencian las conexiones.

Better Call Saul

Truth be told Ante nuevas pruebas, una periodista reabre un caso que le dio celebridad años atrás. Ahora debe ganarse la confianza de un hombre al que quizá hizo encarcelar por error.

El timador Jimmy quiere convertirse en colega de su hermano abogado. Se transforma en Saul Goodman, profesional sin escrúpulos, que incluso abusa de la confianza de su amada Kim, abogada del bufete rival.

126/127


Tres, cuatro, cinco segundos de un encuentro de miradas, se convierten (creador mediante) en bellas descripciones, en mundos enteros de emoción, en un centenar de páginas de una novela, de un ensayo o en una gran película. Décadas de matrimonio pueden, con la capacidad de síntesis del poeta, convertirse en tres versos de un Haikú o, incluso, en una hoja en blanco como una muestra de un olvido que todo lo arrasa. También en su capacidad para recogernos o extendernos, para definirnos e interpretarnos como seres y como humanidad, está el gran poder del arte.

NOVELAS Y ENSAYOS RECOMENDADAS NOVEL AS

Desde el jardín (Jerzy Kosinski) Alguien que siempre dice la verdad luce tan escaso, que un hombre transita de jardinero desempleado a consultor presidencial y celebridad televisiva por cuenta de una sinceridad cargada de simpleza.

El Gran Gatsby (F. Scott Fitzgerald) Un misterioso millonario revela sus secretos al vecino, primo de su enamorada, quien está casada. Es un hombre que parece tenerlo todo, menos confianza en sí mismo para recuperar el amor perdido.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


Río Muerto (Ricardo Silva Romero) Tras el asesinato del esposo, una mujer decide que no guardará silencio y, si es preciso, se hará inmolar con sus dos hijos para que la verdad sea conocida en el pueblo. Mientras la madre combate contra sus miedos y recuerdos, los niños planean una ruta de esperanza ante la muerte.

Patria (Fernando Aramburu) ¿Cómo volver a confiar en quién tanto daño nos hizo? Dos familias vecinas, dos madres amigas, se ven distanciadas por un asesinato que, paradójicamente, también las une. Relato enmarcado en un proceso de reincorporación tras el armisticio en un conflicto armado.

Ensayo sobre la ceguera (José Saramago) Hemos comprobado, más allá de la ficción, que una pandemia nos confronta personal y socialmente. Esta novela, de cierto modo clarividente, enfrenta a sus protagonistas con la oscuridad y les obliga a confiar en la única persona que no pierde la vista.

El sol que nunca vimos (Jaime Restrepo Cuartas) Obra de la Editorial EAFIT. Encarna la historia de un guerrillero y una indígena que, en medio del conflicto armado colombiano, se enamoran y atraviesan una serie de dificultades. Gracias al amor y a la confianza, vencen dificultades y problemas, y logran encontrarse y estar juntos.

Diario (Anna Frank) Para evitar ser capturados, una familia judía se esconde en la trastienda de un almacén en los Países Bajos, confiando sus vidas al cuidado de los empleados. Angustias y esperanzas narradas por una niña, que describe las exigencias de un confinamiento.

128/129


E N S AYO S

Línea Pensamiento

Otros títulos

n.º 02

Sobre la confianza (Carlos Pereda)

que transforman la historia. La línea Pensamiento, de LA HIJA DE Lecturas Comfama, ANDRÓMEDA reúne la diversidad Maria Teresa que le confiere identidad a Colombia. Uribe de Hincapié re d onda

f

Revisión integral a la f confianza, su relación fF con la dependencia y la autonomía. Reflexión filosófica que aborda las posibilidades y los riesgos de confiar en los demás. c urs iva

m ay ús c ula

ne grita

n.º 03

n.º 04 LOS AÑOS DIFÍCILES Jorge Orlando Melo

n.º 05 DEMOCRACIA Y LIBERTAD

La historia contemporánea registra el reacomodamiento de grandes fuerzas en tensión que definen la vida íntima de las personas. ¿Cómo ha influido en Colombia el ajedrez mundial? ¿Qué ha cambiado en nosotros en los últimos tiempos? ¿Qué tanto nos hemos alejado de esa comunidad tradicional que nos caracterizaba en el pasado? ¿En qué creemos? ¿A qué le tememos? ¿En qué punto del espacio espiritual estamos hoy? «La más reciente edición de la EMV nos desafía mostrándonos nuestros cambios más profundos y nuestros atavismos más resistentes. En 2020, vemos una sociedad colombiana más moderna, en la que la tolerancia, el ahorro y el trabajo son cada vez más importantes. La familia sigue siendo esencial en nuestra sociedad (…) Somos menos religiosos, pero, quizá, más espirituales».

n.º

06

Quince autores A

Un espejo para mirarnos • Quince autores

Las conversaciones en la sociedad antioqueña BAJO LA PIEL contemporánea se DE MEDELLÍN nutren de los grandes Gerardo Pérez Holguín y también de los Carla Giraldo Duque pequeños hechos

Un espejo para mirarnos 3'

2'

Colombia en la Encuesta Mundial de Valores

1

1'

Jorge Giraldo Ramírez

B

Quince autores

Participan en este título de Lecturas Comfama quince autores y autoras con gran trayectoria en sus especialidades. Nos ofrecen doce reflexiones sobre temas centrales de nuestra vida como sociedad. Son miradas plurales que nos invitan a pensar y a fortalecer nuestras opiniones sobre el rumbo de los acontecimientos en nuestro país y en el mundo. David Escobar Arango, Mauricio García Villegas, Paloma Cobo, Andrea Ramírez Pisco, Adolfo Eslava, Gustavo Duncan, Claudia Restrepo, Alejandro Álvarez Vanegas, Andrés Casas, Nathalie Méndez Méndez, Hernando Muñoz Sánchez, Patricia Nieto, Pedro Adrián Zuluaga, Camilo Herrera Mora, Andrés Aguirre Martínez.

ve rs a lita

f

Tramas de confianza (Rafael Aubad López) Texto que incita a la ciudadanía a darle vida a espacios propósitivos, a asumir un cambio y a comprender que estamos hechos de conversaciones.

l í n e a p e n s a m i e n to > > > > > > > > > > > < < < < < < < < < < < l í n e a p e n s a m i e n to

LECTURAS COMFAMA

06

Un espejo para mirarnos (Lecturas Comfama) A partir de los resultados de Colombia en la Encuesta Mundial de Valores, doce autores plantean crónicas o ensayos para dilucidar la actualidad del país. La confianza es tema central de los ensayos escritos por los docentes de EAFIT Adolfo Eslava Gómez —decano de Humanidades– y Gustavo Duncan Cruz.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


130/131

LA CONFIANZA, OTRA EXPRESIÓN DEL ARTE El arte mismo puede considerarse como un acto de confianza entre los seres humanos y la sociedad. Desde los confines de la historia, el hombre se ha manifestado, y les ha hablado a sus pares de diferentes generaciones, a través de obras, trazos e intervenciones que pueden despertar sentimientos de todo tipo. Puede ser que el arte invite a confiar, pero también a desconfiar, lo que en últimas debe generar una reflexión. ¿La invitación? ¡A que se conecten con este video y, por qué no, a que reflexionen!


TENEMOS QUE HABLAR, COLOMBIA

¡. ¡Y fue posible una conversación con espacio y tiempo! Espacio para vivir el respeto por las diferencias, con diálogos enriquecedores, diversos y con el reto por construir confianza y futuro. Hubo tiempo para mirarnos a los ojos, entendernos, escucharnos, plantearnos propuestas e imaginarnos un país mejor para las actuales y las futuras generaciones. ¡Y que la conversación continúe, Colombia! ¡Sigámonos escuchando! En nombre de las universidades EAFIT, Nacional de Colombia, Los Andes, del Valle, del Norte e Industrial de Santander, con el impulso de la Fundación Ideas para la Paz y el Grupo SURA, en alianza con Bancolombia, les extendemos el agradecimiento por una red cuya existencia es también una muestra de confianza.

confianza / el eafitense / Universidad EAFIT


132/133



EAFIT ha sido por más de seis décadas una construcción colectiva de confianza. Hoy lo ratificamos y lo declaramos de cara a los retos del futuro.


REVISTA EL EAFITENSE n° 120 Esta edición se terminó de imprimir en el mes de diciembre de 2021 en Medellín, Colombia.




Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.