Nick Cave, epifanías de un poeta y cantor.

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Dibujo por Reinhard Kleist
Dibujo por Reinhard Kleist

Nick Cave

Epifanías de un poeta y cantor

Nicholas Edward Cave (Australia, 22 de septiembre de 1957), más conocido como Nick Cave, es otro de los poetas y cantautores que en los últimos años ha enriquecido, por partes iguales e inseparables, el panorama literario y musical, muy a pesar de la ortodoxia rancia, sorda y miope de una escena que habita en distintas latitudes, y cree detentar las virtudes del buen hacer de la literatura. “Tienes que comprender tus limitaciones. Son tus limitaciones las que te convierten en el maravilloso desastre que probablemente eres”, afirma Cave.

Para aquellos que se creen ungidos por la literatura o la música de verdad, y miran con desdeño a cantautores como Bob Dylan, Leonard Cohen, Lydia Lunch, Chico Buarque, Tom Waits, Nick Drake, Patti Smith o Nick

Cave, artistas que se han hecho un lugar con fuerza y fluidez en el arte literario, cabe recordarles estas palabras del propio Cave: “No me interesa nada que no tenga un corazón genuino. Debes tener alma. Si no la tienes, no le veo sentido”

“’Inspiración’ es una palabra utilizada por personas que realmente no están haciendo nada”, recalcó Nick Cave alguna vez. El cantautor australiano no ha dado tregua a su poder creativo desde sus comienzos a finales de los setenta con las bandas Boys Next Door y Birthday Party, y hasta hoy con los Bad Seeds. Sus musas provienen de los momentos más oscuros y difíciles de su existencia; sus infiernos personales con la droga, la muerte de dos de sus hijos, sus desamores, así como universos que se debaten entre la ficción y la realidad: “Todos nuestros días están contados;

no podemos permitirnos el lujo de permanecer inactivos.

Actuar sobre una mala idea es mejor que no actuar en absoluto, porque el valor de la idea nunca se hace evidente hasta que la pones en práctica.

A veces, esta idea puede ser la cosa más pequeña del mundo, una pequeña llama sobre la que te agachas y ahuecas la mano y rezas para que no se apague con toda la tormenta que aúlla a su alrededor. Si puedes aferrarte a esa llama, se pueden construir grandes cosas que son enormes y poderosas y que pueden cambiar el mundo, todo ello sostenido por la más pequeña de las ideas”.

Sus más de treinta álbumes con Boys Next Door, Birthday Party o Bad Seeds, sus novelas Y el asno vio al ángel, La muerte de Bunny

Munro y La canción de la bolsa para el mareo, además de sus poemarios, son la prueba concluyente de la magnitud de una obra sólida y vigente en el tiempo, la cual no decae

y parece mantenerse en Wild God, su trabajo más reciente y que acredita su convicción. Al respecto aseveró alguna vez: “El deber del artista es más bien el de mantener una mente abierta y estar en condiciones de recibir información e inspiración.

Hay que estar siempre preparado para esa pequeña epifanía artística”.

Pareciera que a Nick Cave no le funcionó su pronóstico cuando afirmó: “Sospecho que cuanto más mayor te haces, más invisible te vuelves”. La interacción directa con sus seguidores en sus redes sociales lo aleja por mucho del estatus de estrella inalcanzable y ha logrado conquistar a nuevas generaciones, que valoran tanto su música como su literatura. Una prosa que ondea entre Nabokov y John Updike, pero que también evoca en su acritud a Bukowski. El mismo Nick Cave ha desacralizado su lugar de estrella: “Cuanta más información se tenga, más humanos se volverán nuestros

héroes y, en consecuencia, menos misteriosos y divinos. Necesitan ser divinos”.

Para dar cuenta de la dimensión de su obra, la Universidad EAFIT propone una somera aproximación a su obra literaria y musical a través de una exposición en su campus.

Foto por Polly Borland

Prólogo de El evangelio según san Marcos

Sin embargo, uno termina por crecer. Uno modera sus puntos de vista. El brote de la compasión comienza a germinar en las grietas que ofrece la amarga tierra negruzca.

A medida que uno aprende a perdonarse y a perdonar al mundo, deja de encontrar consuelo en el espectáculo de un Dios fuera de sí empeñado en atormentar a una humanidad desdichada. Ese Dios primigenio comienza a transmutarse en el corazón, los metales base se trocan en plata y oro, y uno se descubre admirado ante el mundo.

La muerte de Bunny Munro

“Me parece que este mundo es un lugar difícil para ser bueno”, dice Bunny, luego cierra los ojos y, con una exhalación, se queda quieto.

Dibujo por Reinhard Kleist

Wild God

Érase una vez un dios salvaje que pasó volando

Por toda su memoria en la que estaba sepultado.

Fue a violar y a saquear en el pueblo de jubilados, Pero en su mente era un hombre de gran virtud y coraje.

Y voló por la ventana con su pelo largo y suelto

Y el humo de los cuerpos ascendió directamente al aire.

Era un Dios salvaje que buscaba lo que todos los dioses salvajes buscan.

Y voló a través de la ciudad moribunda como un pájaro prehistórico.

Fue a buscar a la chica a Jubilee Street.

Pero ella había muerto en un apartamento en 1993.

Así que voló a la cima del mundo y miró a su alrededor

Y dijo: "¿Dónde está mi gente? ¿Dónde está mi gente para hacer descender tu espíritu?".

Un Dios salvaje en busca de una chica lejana Que era básicamente un espejismo, sin embargo, se alzaba imponente.

Ella se colgaba debajo de la barandilla mientras él volaba por la habitación

Y hacía el amor con una especie de tristeza eficiente.

Y la gente en el suelo gritó: "¿Cuándo empieza?"

Y el Dios salvaje dice: "Empieza con un corazón, con un corazón, con un corazón, con un corazón".

Y la gente en el suelo gritó: "¿Cuándo termina?"

Y el Dios salvaje dice: "Bueno, depende, pero casi nunca termina

Porque soy un Dios salvaje que vuela y un Dios salvaje que nada.

Y soy un Dios viejo y enfermo que muere, llora y canta".

Oh, somos dioses salvajes, nena, somos dioses salvajes.

Sí, baja tu espíritu.

Oh, bueno, él se mueve a través de las llamas de la anarquía.

Y se mueve a través de los vientos de la tiranía.

Y de las dulces, dulces lágrimas de la libertad, sí, se mueve alrededor del mundo.

Él se mueve a través de tu cuerpo como un pájaro prehistórico.

Se mueve alrededor del mundo.

Oh Señor, bueno, si te sientes solo y si te sientes triste

Y si simplemente no sabes qué hacer.

Baja tu espíritu.

Oh, somos dioses salvajes, nena, somos dioses salvajes.

Soy un dios salvaje, nena, soy un dios salvaje.

Oh, aquí vamos, vamos a la cuna de África.

Vamos a Rusia, vamos a China.

A los Estados Unidos de América.

Sí, moviéndonos alrededor del mundo.

Sí, moviéndonos como un hermoso y grandioso pájaro.

Nos estamos moviendo alrededor del mundo.

Sí, y él está nadando al final del nauseabundo muelle.

Nada hasta el final de su pútrida idea.

Nada hacia el himno, nada hacia la oración y baja tu espíritu.

Soy un Dios salvaje, nena, soy un Dios salvaje.

Bueno, aquí vamos, sí, aquí vamos.

La canción de la bolsa para el mareo

Un ángel desplegará las alas y me hablará al oído. Tienes que dar el primer paso tu solo. Después el ángel me dará un empujoncito y me enviará a lo desconocido. Así es como empezaré La canción de la bolsa para el mareo

Hemos bajado desde las montañas, hemos cruzado fronteras y ríos y praderas, nos hemos quedado en silencio ante hermosas visiones de la naturaleza, nos hemos maravillado ante algunos audaces milagros de la ingeniería, hemos viajado por inmensas autopistas de varios carriles, hemos cruzado puentes colgantes y, al amparo de la sombra, hemos entrado en las majestuosas ciudades para estar con ustedes esta noche. Hemos visto todo lo que habíamos amado y odiado y todo estaba en nuestro interior.

Foto por Martin Gardner
Foto por Jimmy Fontaine

La canción de la bolsa para el mareo

Resistir la necesidad de crear.

Resistir la creencia en el absurdo.

Resistir mediante la provocación.

Resistir mediante la enfermedad y la tristeza.

Resistir mediante la masturbación.

Resistir gracias a los libros de autoayuda.

Resistir gracias a hacer cosas por los demás.

Resistir gracias a compararse con los demás.

Resistir a través de las opiniones de los demás.

Estos son Los nueve tormentos del desarrollo.

Viven en la sangre y en la piel y en los nervios. Están tan presentes en nuestros progresos, y resultan tan catastróficos para ellos, como un tren fuera de control que avanzara tronando hacia nosotros mientras nos quedamos en las vías paralizados de miedo.

Higgs Boson Blues

Ya no recuerdo nada

Árboles de fuego flanqueaban las calles

Ya no recuerdo nada

Pero voy en coche a Ginebra

Estaba sentado en el patio de mi sótano

Hacía calor

Arriba caminaban las chicas

Sus rosas todas en flor

¿Has oído hablar del blues del bosón de Higgs?

Me voy a Ginebra, nena

Te lo voy a enseñar

¿A quién le importa?

¿A quién le importa lo que traiga el futuro?

Conduje sin parar por una carretera larga y negra

Llegué a un cruce

La noche era cálida y negra

Veo a Robert Johnson

Con una guitarra de diez dólares

A la espalda

Buscando una melodía

Ah, y ahí viene Lucifer con su derecho canónico

Y cien chicas negras salen de sus fauces genocidas

Y el auténtico ritmo salvaje.

Robert Johnson y el demonio, hombre …

Estoy cansado, busco un lugar donde dejarme caer

Todos los relojes se han parado en Memphis

Y en el motel Lorraine hace calor

Hace calor, es lo que llaman una zona caliente.

Ocupo una habitación con vistas

Oigo predicar a un hombre en una lengua completamente nueva

Que hace sangrar los catres calientes del albergue para indigentes

Mientras las mujeres de la limpieza sollozan en sus fregonas

Y el botones bota y bota

Y suena un disparo y es un ritmo espiritual

Todo el mundo sangra

En el blues del bosón de Higgs

Y si muero esta noche

Enterradme con mis zapatos favoritos de charol amarillo

Y con un gato momificado

Y un sombrero en forma de cono

Que el califato impuso a los judíos

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Foto por Petra Gall

Jesus Alone

Caíste del cielo, aterrizaste de emergencia en un campo cerca del río Adur

Las flores brotan del suelo, los corderos emergen de los vientres de sus madres.

En un agujero abajo del puente convaleciste, moldeaste máscaras de ramas y arcilla

Lloraste bajo los árboles que goteaban; eres una canción fantasmal alojada en la garganta de una sirena.

Con mi voz te llamo

Eres un joven que despierta cubierto de sangre que no es tuya.

Eres una mujer vestida de amarillo coronada por un encanto de colibríes

Eres una joven llena de energía prohibida, parpadeando en la penumbra

Eres un drogadicto acostado boca arriba en la habitación de un hotel en Tijuana

Con mi voz te llamo.

Eres un médico africano que extrae conductos lagrimales

Crees en Dios pero no obtienes favor alguno por tal creencia.

Eres un anciano sentado junto al fuego, eres la bruma que sale del mar

Eres un recuerdo lejano en la mente de tu creador; ¿no lo ves?

Con mi voz te llamo.

Sentémonos juntos en la oscuridad hasta que llegue el momento

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La canción de la bolsa para el mareo

Los nueve tormentos primarios de la creatividad son:

El aplazamiento debido al miedo.

El aplazamiento debido a la indecisión.

El aplazamiento debido al perfeccionismo.

El aplazamiento debido a que se espera la llegada de la inspiración.

El aplazamiento debido al caos y a la adversidad.

El aplazamiento debido a la enfermedad y al cansancio.

El aplazamiento debido a que se está criando una familia.

El aplazamiento debido a la superstición y a la religión.

El aplazamiento debido a la locura y al suicidio.

Mutiny in Heaven

¡Sí, salté! Y hui de este montón de mierda con alas trucadas

Mis alas vacilantes, ¡enyesado, astroso y con muletas!

(Las muy jodidas apenas revolotean)

Llagas y más llagas y un millón de pinchazos diminutos

Que parecen…

Finas cintas rojas envolviendo los brazos de una mortal nenita

(Como un plano del infierno).

¡Malditas cuerdas irritantes! ¡Y estos putos reventones!

¡Basta! ¡Ya vale de una vez!

¡Si esto es el Paraíso, yo me largo!

No aguanto más esta bañera oxidada

¡Llena de basura y ratas! Sentí que una me trepaba por el alma

Por un segundo, pensé que estaba de vuelta en el gueto

Foto por Peter Gruchot

La canción de la bolsa para el mareo

Las nueve musas esperan entre bastidores y, cuando las necesitamos, muestran sus acreditaciones y se abren paso a empujones entre los nueve coros de ángeles.

Los serafines, que nos mantienen sexys y espontáneos, los querubines, que nos impiden hacer cosas demasiado estúpidas, los tronos, que nos mantienen fuertes y viriles, las dominaciones, que nos liberan la mente, ¡adelante!, los principados, que nos impiden ponernos llorosos y nostálgicos, las potestades, que nos convierten en pequeños dioses, las virtudes, que nos mantienen humildes, los arcángeles, que tratan con los policías, y los ángeles comunes, que nos mantienen infantiles.

Los invocamos a todos, a todo este ejército de la inspiración, heterogéneo y pendenciero, para que nos infundan con sus rizados bucles las capacidades de combustión y transmutación en el escenario, de modo que podamos empezar, enamorados, y llevar de gira este puto espectáculo.

Foto por Kevin Westenberg

Dibujo por Reinhard Kleist

La canción de la bolsa para el mareo

Todo está ocurriendo y ya ha ocurrido y volverá a ocurrir. Todo lo que existe ha existido siempre y seguirá existiendo. La memoria es imaginaria; no es real. No se avergüencen de su necesidad de crear; es la parte más bonita de sus corazones. El mito es la verdadera historia. No dejen que les digan que no hay monstruos. No dejen que los hagan sentir idiotas porque son felices jugando con su linterna en la oscuridad. El mundo místico depende de ustedes y de su tolerancia al absurdo. ¡Sean fuertes, queridos míos, y crean!

The Carny

Y nadie vio cómo se iba el circo

Y las semanas pasaron volando

Hasta que desmontaron el espectáculo

Dejando atrás el carromato

Estaba aparcado en el montículo del sudeste

Y mientras la compañía cruzaba el puente

Con la primera lluvia llenando el cauce seco del río

Brillaba, allí, en el borde

Niño-perro, Atlas, Medio-hombre, los Monstruos, los empleados

No hubo nadie que no mirara atrás

Con la esperanza de que algún día el circo volviera con los suyos

Y el circo tenía un caballo, solo piel y huesos

Un rocín de lomo encorvado, al que llamaban Tristeza

Ahora está enterrado en una tumba a ras de tierra

En la entonces seca pradera

Y los enanos fueron los encargados de cavar el hoyo

Y depositar el esqueleto del rocín en el suelo

Y el jefe Bellini, ondeando su humeante pistola

Dijo: “El rocín es carne muerta

No podemos permitirnos llevar un peso muerto”

Toda la compañía estaba presente

En un silencio absoluto

Y girándose hacia los enanos posados sobre la puerta de cercado

El jefe dijo: “Entierren ese pedazo de carnada de cuervos”

Entonces la lluvia empezó a martillear

Todo el mundo corriendo a los carros

Atando las faldillas de las lonas

Los gatos sarnosos gruñían en las jaulas

La niña-pájaro batía sus alas y graznaba

Todo el valle apestaba a bestia mojada

Bestia húmeda y heno podrido

Monstruosa y bruta creación

Todo recogido y en marcha

Los tres enanos mirando desde la parte trasera del carro

Moisés dice a Noé: “Deberíamos haberlo hecho más profundo”

Sus pálidas caras como lunas moribundas

Aún sucias por la excavación

Y mientras la compañía iba del valle

A un lugar más alto

La lluvia golpeaba la colina, la pradera y el montículo

Hasta que no quedó nada, nada en absoluto

Excepto el cuerpo de Tristeza

Que surgió a tiempo

Para flotar sobre la superficie del suelo mordido

Entonces los cuervos asesinos empezaron a dar vueltas

Primero uno, después los otros, en un funesto aleteo

Y la carreta del circo aún permanecía en el borde

Inclinándose lentamente mientras la tierra firme se convertía en lodo

Y la lluvia martilleaba

Y nadie vio cómo se iba el circo

Es curioso cómo son las cosas...

La canción de la bolsa para el mareo

Nací en un charco de sangre queriéndolo todo.

La sangre era mía, bombeando de mi corazón de niño.

Me examiné y descubrí que me faltaba todo, que lo quería todo.

Quererlo todo es lo que te acaba desgarrando.

Well of Misery

Voy por riscos y grietas umbrías

Me subo a una costilla rocosa y bajo por un espinazo pedregoso

No cedo al sueño ahí donde soplan los vientos de la noche

Por temor a que su alma trepadora atenace este corazón de cardo

Ay, el mismo Dios que la abandonó

Me abandonó también a mí

Y reblandeciendo la tierra con mis lágrimas

Cavé un pozo de desolación

Y en ese pozo de desolación

Cuelga un cubo de aflicción

Que se bambolea y duele como una campana

Su tañido es hueco, toca a muerto

Foto por Fabrice Giraud

The Mercy Seat

Todo empezó cuando me sacaron de casa

Y me metieron en el Corredor de la Muerte

De lo cual soy casi inocente del todo, sabes

Y lo vuelvo a decir

No…me…da…miedo morir

Empecé a sentir calor y frío

Por los objetos y sus ondas

Una taza mellada, un mocho torcido

El rostro de Jesús en la sopa

Las cenas de negocios siniestras

Las ruedas endiabladas del carrito de servir

Un hueso curvo emergiendo entre mis viandas

Cosas todas ellas buenas o malas

Y la silla del perdón espera

Y creo que me arde la cabeza

Y en cierto modo anhelo

Dejar ya de calibrar la verdad

Ojo por ojo

Diente por diente

Y además dije la verdad

Y no me da miedo morir

Foto por Martin Gardner

Into My Arms

No creo en un Dios intervencionista

Aunque ya sé, cariño, que tú sí

Pero si creyera, me arrodillaría y lo pediría

Que no interviniera en lo tocante a ti

Que no tocara un pelo de tu cabeza

Que te dejara como eres

Y en caso de sentir que debía guiarte

Que te guiara entre mis brazos

Entre mis brazos, Señor

Y no creo que existan los ángeles

Aunque mirarte me hace dudar

Pero si creyera, a todos los convocaría

Y les pediría que te protegieran

Que cada uno encendiera por ti una vela

Para iluminar tu camino y despejarlo

Y, como Jesús, caminar en la gracia y el amor

Y conducirte entre mis brazos

Dibujo por Reinhard Kleist

Wife With Eyes Closesd

Ella duerme y sueña estar antes

Ella parece ir allí cada vez más

Ella da la espalda pero sin malicia alguna

Ella dice que sueña con bestias salvajes

Ese círculo alrededor de un niño arcoíris

Fornicando por un palacio de muchas habitaciones

Y a veces vuela por allí una bruja negra

Con una ira que ennegrece todo el cielo

Las bestias la ven a través de un telescopio especial

Y con el tiempo la dejo allí y me lanzo

Hacia el mundo arañando la ventana

Oye, no digo que no haya esperanza

Pues alcanzo a divisar un instante entre

El horror del despertar y el sueño durmiente

Donde la belleza del mundo y la suya te dejan sin aliento

Foto por Bleddyn Butcher

Where The Wild Roses Grow

Me llaman La Rosa Silvestre

Aunque mi nombre era Elisa Day

No sé por qué así me llaman

Pues mi nombre era Elisa Day.

Desde el día en que la vi supe que era ella

Cuando me miró a los ojos y sonrió

Con sus labios del color de las rosas que crecen junto al río, salvajes y encarnadas

Dibujo por Reinhard Kleist

Cuando él llamó a la puerta y entró en la sala

Mi temblor cedió bajo su firme abrazo

Era mi primer hombre, y con su mano atenta

Secó las lágrimas de mis mejillas

Al segundo día le llevé una flor

Era la más hermosa de todas las mujeres

Dije, « ¿sabes dónde crecen las rosas silvestres

Tan dulces, coloradas y libres? »

Al segundo día vino con una rosa roja.

Dijo, «¿me entregarás tu pérdida y tu dolor? »

Asentí con un gesto, tendida en la cama.

Dijo, «Si te muestro las rosas, ¿seguirás? » …

Al tercer día me llevó al río

Me mostró las rosas y nos besamos

Al final le oí murmurar algo

Cuando se irguió ante mí con una roca en la mano

El último día la llevé donde crecen las rosas silvestres

Y se sentó en la orilla, donde soplaba un viento liviano

«Toda belleza debe morir», le dije con un beso de adiós

Y me agaché y le planté una rosa entre los dientes …

People Ain't no Good

No es que en sus corazones sean malos

Hasta pueden consolarte, algunos incluso lo intentan

Te cuidan si tu salud se resiente

Te sepultan si vas y te mueres

No es que sean malos adrede

Se quedarían a tu lado si pudieran

Pero eso son solo tonterías

La gente, simplemente, no es buena -36-

Foto por David Hughes

Red Right Hand

Paséate por las afueras

Cruza las vías

Donde el viaducto asoma cual heraldo negro

Mientras se desplaza y cruje

Donde los secretos se celan en fuegos de frontera,

En los cables que zumban

Ey, hombre, sabes que ya no vas a volver

Pasada la plaza, pasado el puente, pasada la acería y las pilas

Con la tormenta inminente se viene un hombre alto y hermoso

En un polvoriento abrigo negro con la diestra mano roja

Te envolverá en sus brazos, te dice que fuiste buen chico

Reavivará esos sueños que te llevó toda una vida truncar

Hurgará a fondo en el agujero, sonará tu alma marchita

Ey, hombre, sabes que ya no vas a volver

Es un fantasma, es un dios, es un hombre, un gurú

Susurran su nombre sobre esta tierra que se extingue

Pero en su abrigo se oculta una mano diestra roja

¿Estás sin dinero? Él te dará

¿No tienes coche? Te conseguirá uno

Te falta amor propio, te sientes un gusano

Pues no te apures, colega, que ahí viene él

Por el gueto y el barrio, el arrabal y el poblado

Una sombra se alarga allí donde está

Fajos de billetes en su mano diestra roja

Le verás en tus sueños y en tus pesadillas

Surgirá de la nada, pero no es quien parece

Le verás en tu cabeza y en el monitor de TV

Y, ey, hombre, más te conviene apagarlo

Es un fantasma, es un dios, es un hombre, un gurú

Tú eres la última pieza de su catastrófico plan

Diseñado y regido por su diestra mano roja

Foto por Cat Stevens
Foto por Alwin Kuchler

De la novela Y el asno vio al ángel

Dios no es flatulento. Nunca lo pillaréis expulsando un montón de gas celestial en chanzas y ociosas confabulaciones. Y tampoco es de los que apuesta por el infierno de los predicadores, no. La línea dura de antaño ha pasado a mejor vida –me refiero al fuego de toda la vida y el pozo de azufre–. En la actualidad, Dios se ha metido a vendedor de un producto especializado. La gente siente ahora menos inclinación a prescindir de sus preciosas comodidades animales y de los placeres terrenales a cambio de la promesa de un reino celestial después de la muerte. La cartera de clientes de Dios es reducida y selecta. Es el Demonio el que trabaja a destajo.

Dios ha madurado. Ya no es el ente impulsivo y sin entrañas de los Testamentos, el vehemente buhonero de la gloria con su saco de trucos barato y carnavalescos y su voz de trueno, el agresivo mercachifle de zarzas ardientes y los bastones maravillosos. Hoy en día, Dios sabe lo que quiere y también sabe a quién quiere. Si, en Su majestad, ha creído adecuado elegirte como un instrumento de Su Gran Plan, entonces puedes creerme, uno tiene que prepararse a recibir, comprender y actuar según sus órdenes, sin preguntas ni polémicas.

There She Goes My Beautiful World

La gaulteria, el enebro

El aciano y la achicoria

Todas las palabras que me dijiste

Siguen vibrando en el aire

El olmo, el fresno y el tilo

El mar oscuro y hondo, hechizado

La luna temblorosa y las estrellas abiertas

Ahí va ella, mi hermoso mundo

Karl Marx se reventaba granos al escribir El capital

Gauguin envió todo al carajo y se la montó en plan tropical

Y Philip Larkin resistió en su biblioteca de Hull

Dylan Thomas murió borracho en el hospital de St, Vincent

Me postraré a tus pies

Me quedaré en el portal

Te acunaré en el sueño

Me arrastraré en el suelo

Y no pediré nada

Nada en esta vida

No pediré nada

Dame la vida eterna

Solo quiero mover el mundo

Ahí va ella, mi hermoso mundo

Si tienes una trompeta, levántate, hermano, y tócala

Si tienes un cultivo improductivo, levántate y ponte a trabajar

Yo te miro y tú me miras y sabemos de corazón

Que como musa eras poca cosa y como poeta yo no era gran cosa

Seré tu esclavo

Te pelaré las uvas

Arriba en tu pedestal

Con tu marfil y tus monos

Con tu libro de ideas

Con tu alquimia

Vamos

Envíame esas cosas …

Foto por Joel Ryan

Do You Love Me? (Part 2)

¡Adelante! ¡Ven! ¡Allá voy!

Donde nadie se habría molestado en ir

Hasta que mis suelas estén bien perforadas

Y todo es ir cuesta abajo con una bala

Este penduleo errante ya se puso en marcha

Estoy paciendo con dinosaurios y los viejos caballos

Y las calles de la ciudad crujen y un gran boquete

Me engulle con mi tarima, el púlpito

El techo del cine está sembrado de estrellas

Y en mi bolsillo tintinea la calderilla.

¿Me quieres?

Hay un hombre en la sala con ojos de niña

Que somete mi infancia a chantaje

Una muerte se ve en la pantalla, y algo de tela que cruje

Y una voz irritante que me llama guapo

Hay un hombre en la sala con ojos de niña

Un mono en la pantalla es un gorila

Esta ciudad es un ogro agazapado a la vera del río

Da vida, pero la quita, mi juventud

Llega un momento en que ya no puedes dar más

Es un hecho. La desnuda verdad

Foto por Marina
Foto por Peter Milne

Lay me Low

Me van a liquidar

Me van a hundir en la nieve

Van a echar la cabeza atrás y cacarear

Cuando muera

Van a saltar y gritar

Agitarán los brazos

Y todas las historias se sabrán

Cuando muera

Las estrellas brillarán más aún

Mis amigos dejarán de pelear

Y verán mi trabajo bajo otro prisma

Cuando muera

Tratarán de llamar a mi madre

Acabarán hablando con mi hermano

Que soltará el cuento sobre una novia de antaño

Foto por Larry Busacca

De la novela La muerte de Bunny Munro

«Estoy acabado», Piensa Bunny Munro en un repentino instante de lucidez reservado a quienes tienen las horas contadas. Siente que en algún punto ha cometido un grave error, pero la idea pasa de largo como una horrible exhalación y se esfuma dejándolo en paños menores y en su cuarto del hotel Greenville con nada más que él mismo y sus apetitos. Cierra los ojos y se imagina una vagina cualquiera, luego se sienta al borde de la cama y, a cámara lenta, se reclina contra el cabezal acolchado, sujeta el teléfono móvil bajo la barbilla y con los dientes rasga la etiqueta de un botellín de brandy. Se mete el botellín entre pecho y espalda, lo arroja al otro lado de la habitación, se estremece y nota una arcada.

—No te preocupes, amor, todo va a salir bien –le dice al teléfono.

—Tengo miedo, Bunny –dice su esposa Libby.

—¿De qué tienes miedo? No hay nada que temer.

—De todo, tengo miedo de todo –dice ella.

Bunny agarra el mando a distancia de la mesilla y tras varios amagos enciende el televisor que descansa sobre el minibar. Quita el volumen y se desplaza por los canales hasta dar con una filmación en blanco y negro registrada por una cámara de seguridad en un centro comercial de Newcastle. Un hombre con el pecho descubierto y pantalones de chándal se abre paso entre una multitud de compradores aterrados. Su boca abierta emite un aullido sordo. Parece llevar unos cuernos de diablo y blande un enorme palo negro.

Bunny maldice entre dientes y en ese momento toda su energía, sexual o no, lo abandona. Lanza el mando contra la tele que se apaga con un susurro efervescente. Bunny echa la cabeza hacia atrás y contempla en el techo una mancha de humedad con forma de campanilla o de busto femenino.

Escucha música de Nick Cave aquí:

Foto de portada por Anton Corbijn.

Bibliografía

Cave, Nick, La canción de la bolsa para el mareo, Sexto Piso, Madrid, 2015.

Cave, Nick, Y el asno vio al ángel, Pre-Textos, Valencia, 1991.

Cave, Nick, La muerte de Bunny Munro, Papel de Liar, Barcelona, 2009.

Cave, Nick, King Ink, Fundamentos, Madrid, 1990.

Cave, Nick, Obra lírica completa 1978-2019, Libros del Kulturum, Barcelona, 2020.

Cave, Nick, Evangelio según San Marcos (Prólogo), Muchnik, Barcelona, 1998.

Snow, Mat, Confesiones íntimas de un santo pecador, Global Rhythm Press, Barcelona, 2012.

En esta selección se respeta la ortotipografía tal como aparece en los textos consultados.

Esta exposición tiene un objetivo cultural y educativo. La selección de contenidos, de imágenes, las modificaciones a algunas traducciones así como el texto de introducción fueron realizados por Juan Antonio Agudelo V.

Esta es una creación de Extensión Cultural con el apoyo de la Editorial EAFIT, Comunicación Creativa y la Sala de Patrimonio Documental.

Universidad EAFIT. Vigilada Mineducación.

Dibujo por Reinhard Kleist
Dibujo por Reinhard Kleist

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