FELLINI: Una manera divina de narrar la vida / 1920-1993

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1920-1993

FE LLI NI

DERICO

Una manera divina de narrar la vida



FE LLI NI

DERICO

Una manera divina de narrar la vida


FE El objetivo de esta exposición es cultural y educativo. El folleto y los paneles contienen fragmentos de las obras relacionadas en la bibliografía. Todas las imágenes fueron tomadas también de dichas obras. La selección de los textos de Fellini y la autoría de la introducción es de Juan Antonio Agudelo V. Este es una creación de Extensión Cultural con el apoyo de la Editorial EAFIT, la Sala de Patrimonio Documental y Comunicación Creativa. 4-


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Siempre será el tiempo para celebrar la obra cinematográfica del italiano Federico Fellini (Rímini, Emilia-Romaña, 20 de enero de 1920-Roma, 31 de octubre de 1993), bien sea conmemorando su nacimiento, como lo hizo EAFIT en 2020 con una amplia muestra de su cinematografía, bien sea afirmando, como lo hace esta exposición, el impacto que en la historia del cine tuvo su desbordante imaginación, que develó la condición humana –en sus situaciones más cotidianas– tejiendo con la realidad, la ficción y la alucinación, y que consiguió, y sigue consiguiendo, que de ninguna de sus películas se salga siendo el mismo. “Soy un artesano que no tiene nada que decir, pero sabe cómo decirlo”, afirmaba en alguna de sus entrevistas. Sus contribuciones estéticas y culturales trascienden su obra,


con sus personajes y ambientes, a veces oníricos o surrealistas. Fellini fue dueño de una capacidad única para moverse y llevar su imaginación a meridianos del pensamiento poco predecibles, más allá de la simple provocación; por eso, ineludiblemente surge un único adjetivo para describirlos: “fellinescos”. Una muestra de ello es Paparazzo, un personajillo de su película La dolce vita, que daría pie a que comenzara a usarse el término en el ámbito de la vida cotidiana de las celebridades internacionales, y se popularizara, en su forma plural, como paparazzi. La strada, Las noches de Cabiria, 8 ½, Amarcord, La dolce vita fueron premiadas a nivel internacional, pero su amplio catálogo filmográfico va mucho más allá de los reconocimientos comerciales. La obra de Fellini es un legado que ha resistido la acción del tiempo y constituye uno de los paradigmas del cine y de la cultura del siglo xx. Fellini por Fellini, Editorial Fundamentos, Madrid, 1978. Fellini. Sueño y diseño, Círculo de Bellas Artes, Madrid, 2017.

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ME CREO

TO TO DO DO

LO QUE ME CUENTAN

Fellini por Fellini, p. 67.

Me creo todo lo que me cuentan. Me encanta oír hablar de cosas extraordinarias. Mi capacidad de admiración no tiene límites. No estoy hastiado de nada. Intento, por el contrario, no entorpecer las posibilidades de la imaginación. En cuanto a intentar ordenar todo esto, no es realmente mi problema. Mi mundo privado es confuso y variable. No soy un genio del pensamiento. Reivindico el derecho de contradecirme. No quiero privarme del derecho de decir tonterías y pido humildemente que me sea permitido equivocarme algunas veces.


En su origen, el cine era una atracción de feria, un espectáculo de plaza de pueblo, y así es más o menos como yo lo entiendo, como algo a medio camino entre una excursión con los amigos, un número de circo y un viaje hacia un destino inexplorado. Fare un film, en Fellini. Sueño y diseño, p. 48.

Mi lugar ideal, como he dicho ya tantas veces, es el estudio 5 de Cinecittà vacío. Siento una emoción absoluta, escalofriante, extática, ante el estudio vacío: un espacio que llenar, un mundo que crear. Intervista sul cinema, en Fellini. Sueño y diseño, p. 32.

UN ESPACIO QUE LLENAR, UN MUNDO QUE

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CREA


AR

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P SI PSI CO CO

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N NÁ Á LII L S IS SIS


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A Creo que el psicoanálisis debería ser materia de estudio en el colegio, una ciencia que debería enseñarse antes que las demás porque, en mi opinión, de las muchas aventuras de la vida, la que más vale la pena afrontar es aquella que te lleva de viaje a tus dimensiones interiores, la que te permite explorar la parte desconocida de ti mismo. Pese a todos los riesgos que comporta, ¿qué otra aventura puede ser tan fascinante, maravillosa y heroica?

Intervista sul cinema, en Fellini. Sueño y diseño, p. 37.


Roma, 18/2/1992

RO

Estimado señor Geronzi: En respuesta a su entusiasta invitación, he tratado de imaginar alguna historia, alguna fantasía figurativa que, de manera sugerente y divertida, transmita la noticia del nacimiento de un nuevo banco: el banco de roma. Me he dado cuenta de que resulta un poco difícil convertir en algo familiar y simpático conceptos abstractos como los procedentes del mundo de las instituciones de crédito. Tampoco la palabra roma, casi imposible de disociar de otras como política, ministros, gobierno, Vaticano, sugiere o evoca espontáneamente sentimientos 12-


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O MA de consenso y simpatía. Aun a pesar de su preciosa y colosal escenografía arqueológica, Roma suscita un respeto genérico, entre lo escolástico y lo turístico. Me parece, por tanto, que la principal exigencia de esta iniciativa publicitaria debería consistir en identificar qué sentimiento puede estimularse en la gente a favor de una institución que le resulta un tanto ajena. Un banco, con sus mármoles, su severa dimensión monetaria, su complejo aparato técnico-contable, infunde más temor que respeto y, por consiguiente, una inevitable sensación de extrañeza. Fragmento de la carta a Cesare Geronzi. Fellini. Sueño y diseño, p. 42.


Para el cine, todo es una naturaleza muerta interminable, uno puede apropiarse incluso de los sentimientos ajenos. Es un delirio, un acceso embriagador de poder, algo semidivino, es esa sensación que hermana a los aventureros, los invasores, los depredadores y los saboteadores, y que crea unas relaciones de lo más exigentes. Un regista a Cinecittà, en Fellini. Sueño y diseño, p. 126.

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NO APRUEBO LAS DEFINICIONES. LAS ETIQUETAS SOLO SIRVEN PARA LAS MALETAS

Detesto los esquemas lógicos. Me horrorizan los valores establecidos, que en vez de explicar la realidad, la domestican para un uso que se pretende que sea colectivo, pero que finalmente no sirve a nadie. No apruebo las definiciones. Las etiquetas solo sirven para las maletas. Realizar algo partiendo de una idea bien definida, clara y completa, sería para mí un método falso y peligroso. No tengo que saber lo que voy a hacer y solo encuentro salidas cuando me hallo sumido en la obscuridad y en la ignorancia. El niño está a obscuras mientras se forma en el vientre de su madre. Fellini por Fellini, pp. 67-68.


EL EL CI CI NE NE ES UNA MANERA DIVINA DE NARRAR LA VIDA

El cine es una manera divina de narrar la vida, ¡de hacerle la competencia a Dios! Ningún otro oficio permite crear un mundo tan semejante al que conocemos, pero también a otros mundos paralelos, concéntricos, que desconocemos. Intervista sul cinema, en Fellini. Sueño y diseño, p. 148.

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Cuando acabo una película lo único que quiero es huir. Me gusta la vida. Me aburren los intelectuales o esas gentes que se dicen intelectuales. Intentan dar un nombre exacto a todas las cosas. “Una buena mujer”. “Una mala mujer”. Y no son verdaderos intelectuales. En la primitiva acepción de la palabra, un intelectual era una persona que tenía inteligencia. Pero los que ahora se dicen intelectuales han empezado a interesarse por el cine. Quieren dar un nombre exacto a mis ideas. No creo que un artista tenga o necesite tener ideas precisas. Lo que dice fuera de su trabajo no significa nada. Es un conjunto de estupideces. No quiero tener una idea fija de la vida. Lo único que quiero saber es: ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué es mi vida? Fuera de mi trabajo no estoy seguro de nada. Cuanto más viejo me hago, menos sé. No sigo un método determinado de trabajo o de vida. Simplemente vivo. Simplemente hago cosas. Fellini por Fellini, p. 72-73.


EN EL 18-


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En el cine, la luz es ideología, sentimiento, color, tono, profundidad, atmósfera, cuento. […] La luz obra milagros, añade, borra, reduce, enriquece, difumina, subraya, alude, convierte la fantasía y el sueño en algo verosímil y aceptable, y, al contrario, puede sugerir transparencias, vibraciones, transformar en espejismo la realidad más gris y cotidiana. Intervista sul cinema, en Fellini. Sueño y diseño, p. 152.

CINE, LA LA

ES LUZ LUZ ES

IDEOLOGÍA, SENTIMIENTO, COLOR, TONO, PROFUNDIDAD, ATMÓSFERA, CUENTO


Soy mi propia naturaleza muerta. Soy una película. En mi trabajo, todo y nada es autobiográfico. No soy coleccionista. No conservo nada. Me gustaría nacer todos los días.

S OY SOY Fellini por Fellini, p. 9.

MI PROPIA NATURALEZA MUERTA 20-


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Nada de lo que dicen es cierto. No quiero hacerme demasiadas ilusiones sobre mí, ni me interesa hacérmelas además. No sé distinguir una película de otra; hablo de mis películas. Para mí siempre he rodado la misma película. Se trata de imágenes y solo de imágenes, que he rodado con los mismos materiales, quizá de vez en cuando empujado por distintos puntos de vista.

P UN PUN S TOS O T DE VISTA Fellini por Fellini, p. 188.


Lo que sé es que tengo ganas de recontar. No lo digo por coquetear con la modestia; sino porque francamente recontar es el único juego al que merece la pena jugar. Es un juego necesario para mí, para mi fantasía, para mi naturaleza. Cuando lo juego me siento libre, me siento desembarazado. Y en esto soy afortunado: puedo jugar con este juego que es el cine. Fellini por Fellini, p. 188.

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JU JU GAR GAR CON ESTE JUEGO


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IIM M P RO PRO V VII S A SA CIÓN

El cine se parece mucho al circo. Es posible que si el circo no hubiese existido, si no hubiera conocido a Rossellini y si el circo continuase siendo un espectáculo de cierta actualidad, me hubiera gustado mucho ser director de un gran circo, pues es exactamente una mezcla de técnica, precisión e improvisación. Al mismo tiempo que se desarrolla el espectáculo preparado y ensayado, se arriesga verdaderamente algo, es decir se vive a la vez. Fellini por Fellini, p. 115.


LO QUE TIENE QUE SER AUTÉNTICO ES LA EMOCIÓN

CINE

¿El “cinéma-verité”? Estoy más bien a favor del cine-mentira. La mentira es siempre más interesante que la verdad. Es el alma de todo espectáculo y a mí me gusta el espectáculo. La ficción puede conducirnos a una verdad más aguda que la realidad cotidiana y aparente. No es necesario que las cosas que se muestren sean auténticas. Generalmente es mejor que no lo sean. Lo que tiene que ser auténtico es la emoción que se experimenta viéndolas y expresándolas. Fellini por Fellini, p. 117.

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LOS IMPREVISTOS SON EL VIAJE MISMO

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No hay condiciones ideales para realizar una película, o más bien: las condiciones son siempre ideales puesto que son ellas las que en definitiva permiten hacer la película tal como es. Una actriz que cae enferma y hay que remplazarla, la negativa de un productor, un accidente que interrumpe el rodaje no son obstáculos sino los elementos mismos a partir de los cuales se hace la película. Lo que existe acaba siempre por prevalecer sobre lo que habría podido existir. No solo los imprevistos forman parte del viaje sino que son el viaje mismo. Lo único que cuenta es la disponibilidad interior del autor. Hacer una película no consiste en intentar conformar la realidad a unas ideas preconcebidas, sino en estar dispuesto a todo lo que pueda suceder. Fellini por Fellini, p. 118.


La improvisación es un espejismo que engaña a los ignorantes sobre la técnica necesaria que tiene todo trabajo de creación. Consideran la inspiración como una especie de milagro, de estado de hipnosis que dispensaría en cierto modo de toda preocupación material. Hay que acabar de hecho con esta leyenda del artista inspirado que vive fuera del mundo. El artista es responsable de lo que hace. Debe poner su lucidez al servicio de una puesta en marcha rigurosa, respetando a la vez la lógica de sus personajes, la dinámica de su película y los imperativos técnicos que esta supone. Fellini por Fellini, pp. 120-121.

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ES RESPONSABLE DE LO QUE HACE


La estupidez y mediocridad de los productores me han ayudado al fin y al cabo a darme cuenta de la naturaleza de mi trabajo, a hallar una especie de equilibrio sin el que me hubiera abandonado al idealismo, al desconocimiento de los problemas prácticos, cotidianos, banales, que son la realidad del cine, de todo arte y de todas las cosas.

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Sería un error creer que la producción es un hecho reciente y que solo concierne al cine. Los productores han existido siempre. Vea en qué condiciones se hizo la Capilla Sixtina: “¡Si no lo haces te corto las manos!”. ¡Este era un pretexto bien fuerte! Los Medici, los Borgia eran productores. Y el artista en el fondo se acomoda bastante bien a este tipo de situación. Tiene un carácter infantil y necesita de esta autoridad despótica. Aunque después se burle de ella en el ejercicio de su arte. Fellini por Fellini, p. 126.


Odio los festivales de cine. Todos tienen la clase de atmósfera que no me gusta, la atmósfera de una competición, que no le va bien a mi temperamento. Los festivales de cine tienen el mismo ambiente que los cócteles de Nueva York, con toda esa gente que se te acerca y habla, habla, habla. Y me miran con malos ojos. Cuando termino una película, si no se estrenara, no me importaría. Me alegro cuando mis películas tienen éxito, pero no me importaría si no lo tuvieran. El único aspecto de mi trabajo que me aburre son las cosas que me piden que haga después de acabar la película. Fellini por Fellini, p. 129.

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Entiendo fundamentalmente un festival cinematográfico como una fiesta del arte, por lo tanto las manifestaciones de este tipo tendrían que desarrollarse dentro de un clima festivo, incluso agitado, hasta tormentoso, pero vital y abierto. La cultura no tiene que ser necesariamente un hecho sombrío, lúgubre, que intimide. Si además resulta que lo que está provocando un acontecimiento cultural es una forma de espectáculo como el cine, decidir voluntariamente a priori dar a este acontecimiento un matiz de gravedad, tétrico y macilento, significa realizar una operación levemente en contra de la naturaleza. Fellini por Fellini, p. 130.


Una idéntica libertad e imparcialidad debería ser adoptada por la comisión seleccionadora del festival. Comisión que tendría que reclutar elementos de segura sensibilidad crítica, pero también que estén libres de prejuicios y de sugestiones de cualquier tipo. Vivimos en una época de inflación, atontada por el culto a la metodología; quien se deja estúpidamente intimidar por las especulaciones científicas o ideológicas de la realidad, desconfía por 38-


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principio de la fantasía, de la originalidad individual, en suma de la personalidad. Por lo tanto, cada vez con más frecuencia también los festivales y los diversos acontecimientos cinematográficos están sometidos a presiones ideológicas en un único sentido, propugnan un tipo de cultura entendida como remordimiento colectivo, sentido del deber, sufrido empeño y expiación social. Fellini por Fellini, p. 131.


No soy un buen crítico. Soy un testigo pésimo. Deformo todo, soy muy partidista. No acepto la polémica. Las discusiones me aburren. El espíritu crítico se manifiesta siempre en mí en forma de duda. Me paraliza. Ejercer la crítica equivale para mi temperamento a realizar una operación masoquista. ¿Por qué momificar lo que les ha emocionado, por qué entibiarlo, adormecerlo, apagarlo? Es un hecho físico: no soporto a los que quieren definirme de una manera demasiado concreta. Fellini por Fellini, p. 132.

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Las críticas a mi trabajo, que es el más sincero y más auténtico testimonio de mí mismo, sean estas críticas para bien o para mal, siempre me parecen inoportunas, impúdicas, como si alguien quisiese juzgarme en cuanto a hombre, tan total y completa es la identidad entre mi obra y yo. Me parece que mi obra es juzgada por unos ojos indiscretos que no tienen derecho a… sí, por supuesto, están en su derecho. Pero siempre tengo la sensación de que carecen de respeto, de consideración. Yo no me atrevo a criticar al ser humano que tengo adelante: intento por el contrario comprenderlo. Fellini por Fellini, p. 132.


Las estaciones, Matisse, los aeropuertos, el risotto, los robles, Rossini, las rosas, los hermanos Marx, los tigres, esperar a alguien deseando que no se presente (aunque sea una mujer preciosa), Totò, no haber estado, Piero della Francesca, todas las cosas bonitas de las mujeres bonitas, Homero, Joan Blondell, septiembre, el helado de turrón, las cerezas, el Brunello di Montalcino, las culonas en bicicleta, los trenes, llevarme la fiambrera en el tren, Ariosto, los cockers y los perros en general, el olor de la tierra mojada, el aroma del heno, del laurel cortado, los cipreses, el mar en invierno, las personas que hablan poco, James Bond, el one-step, los locales vacíos, los restaurantes desiertos, la miseria, las iglesias vacías, el silencio, Ostia, Torvajanica, el sonido de las campanas, encontrarme un domingo por la tarde solo en Urbino, la albahaca, Bolonia, Venecia, Italia entera, Chandler, las porteras, Simenon, Dickens, Kafka, London, las castañas asadas, el metro, tomar el autobús, las camas altas, Viena (aunque nunca he estado), despertarme, dormirme, las papelerías, los lápices Faber n.° 2, el número que va antes de la película, el chocolate amargo, los secretos, el amanecer, la noche, los espíritus, Greta Gonda también me gustaba mucho, las soubrettes, pero también las bailarinas. Fellini. Sueño y diseño, p. 161.

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Los guateques, las fiestas, los callos, las entrevistas, las mesas redondas, que me pidan autógrafos, las babosas, viajar, hacer cola, la montaña, las barcas, la radio encendida, la música en los restaurantes, la música en general (sufrirla), los hilos musicales, los chistes, los hinchas del fútbol, el ballet, los pesebres, el gorgonzola, las entregas de premios, las ostras, oír hablar a Brecht, Brecht, las comidas oficiales, los brindis, los discursos, ser invitado, que me pidan mi opinión, Humphrey Bogart, los concursos de preguntas, Magritte, que me inviten a exposiciones de pintura y a estrenos teatrales, los mecanoscritos, el té, la camomila, la manzanilla, el caviar, los preestrenos de lo que sea, el teatro de la Maddalena, las citas, los hombres de verdad, las películas de los jóvenes, la teatralidad, el temperamento, las preguntas, Pirandello, la crêpe Suzette, los paisajes bonitos, las suscripciones, el cine político, el cine psicológico, el cine histórico, las ventanas sin postigos, el Compromiso y el Desinterés, el kétchup. Fellini. Sueño y diseño, p. 161.


1950 Luci del varietà (Luces de variedades) (codirigida con Alberto Lattuada) 1952 Lo sceicco bianco (El jeque blanco) 1953 I vitelloni (Los inútiles) 1953 L’amore in città (Amor en la ciudad) 1954 La strada 1955 Il bidone (Almas sin conciencia) 1957 Le notti di Cabiria (Las noches de Cabiria) 1960 La dolce vita 1962 Boccaccio 70 1963 Otto e mezzo (8 ½), 1963 1965 Giulietta degli spiriti (Giulietta de los espíritus) 1968 Tre passi nel delirio (Historias extraordinarias) 1969 Block-notes di un regista (para televisión) 1969 Satyricon (Satiricón) 1970 I clowns (Los clowns) (para televisión) 1972 Roma 1973 Amarcord 1976 Casanova 1979 Prova d’orchestra (Ensayo de orquesta) 1980 La città delle donne (La ciudad de las mujeres) 1983 E la nave va (Y la nave va) 1986 Ginger e Fred (Ginger y Fred) 1987 Intervista (Entrevista) (para televisión) 1990 La voce della luna 46-


Una manera divina de narrar la vida


Vigilada Mineducación


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