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ALIMENTACIÓN Y SISTEMA INMUNOLÓGICO, UNA EXPERIENCIA SALUDABLE

por Raquel Pérez de León

Está en nuestras manos fortalecer nuestro sistema inmunológico por medio de hábitos de alimentación y un estilo de vida saludable.

Como ser inmune significa estar protegido, el sistema inmunológico nos ayuda a combatir enfermedades. Lo que comemos, así como el estilo de vida que llevamos, puede fortalecer o debilitar nuestras defensas.

¿Qué es el sistema inmunológico?

El sistema inmune o inmunológico es una red de órganos, tejidos, proteínas y células especiales que funcionan de manera conjunta para proteger a nuestro cuerpo de la enfermedad. Estas células, mejor conocidas como leucocitos o glóbulos blancos, se combinan para atacar a los virus, bacterias y parásitos que puedan causarnos algún problema. Existen principalmente dos tipos de leucocitos: los fagocitos, que se encargan de destruir organismos invasores, y los linfocitos, que permiten al cuerpo reconocer a los invasores anteriores.

Los glóbulos blancos se almacenan en diferentes partes del cuerpo, como el timo, el bazo y la médula ósea, así como en masas de tejido denominadas ganglios linfáticos. Circulan por medio de vasos sanguíneos y linfáticos por todo nuestro cuerpo, para que, de manera coordinada, este sistema sea nuestra mejor protección.

Los probióticos y su importancia en el sistema inmune ¿Sabías que la cantidad de bacterias que tenemos en el colon es de aproximadamente un kilo? Sí, ¡estás lleno de bacterias! Cerca de 85% de ellas son benéficas, es decir, que mantienen la salud y evitan que los microorganismos malos se multipliquen. Por eso, el intestino grueso es el órgano que tiene más importancia en la función inmunitaria, pues las bacterias ahí presentes son nuestra primera línea de defensa. Sin embargo, la flora intestinal puede desequilibrarse por muchas razones: la contaminación, el consumo de alcohol y medicamentos, el estrés, y una dieta baja en fibra y alta en alimentos procesados.

Probióticos Fuentes Prebióticos Fuentes

Proporcionan un ambiente no adecuado contra los virus y bacterias malignas

Chocolate amargo. Alimentos fermentados.

Encurtidos como aceitunas y pepinillos.

Suplementos.

No contienen esas bacterias, pero fortalecen las ya existentes y ayudan a su proliferación

• Crucíferas como brócoli y coliflor.

• Ajo.

• Cebolla.

• Leguminosas.

• Espárragos.

• Alcachofas.

• Puerro.

• Plátano.

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