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OLIVETTI: UNA EMPRESA QUE COMBINÓ NEGOCIOS, BELLEZA, CULTURA Y TRABAJO
por Enrico Gianese
La historia de la empresa italiana de máquinas de escribir, computadoras e impresoras es ejemplo de que el éxito de un proyecto de negocios puede ir acompañado de valores sociales, elegancia y creatividad.
¿Cómo una empresa italiana, nacida en Ivrea, una pequeña ciudad en la periferia de Turín, pudo ser un símbolo de disrupción durante algunas décadas del siglo XX? Esta interrogante se podría responder con una frase que se le atribuye a muchos personajes: “El abejorro tiene las alas más pequeñas que el resto de su cuerpo y por eso no puede volar, pero él no lo sabe y sigue volando”
Así pues, la fábrica de máquinas de escribir, fundada en 1908 por Camillo Olivetti, se ha convertido en sinónimo de elegancia, estilo e innovación, tanto tecnológica como social. La máquina de escribir portátil denominada Lettera 22 fue diseñada por el arquitecto Marcello Nizzoli. Su éxito en los años 50 fue tal que el Illinois Institute of Technology (IIT) la consideró en 1959 el mejor producto de diseño del siglo. Por si fuera poco, está expuesta en la colección permanente del MoMA de Nueva York.
Un hombre que encarnó el espíritu de la empresa fue el hijo mayor de Camillo Olivetti, Adriano, quien se encargó de guiar el negocio en busca de soluciones modernas sin olvidar el crecimiento laboral, cultural y humano de los trabajadores. En la fábrica laboraban poetas, artistas, diseñadores, escritores y lo hacían de la mano de ingenieros, mezclando la creatividad con la técnica.
Revolucionario para la época, como también para nuestra actualidad, Adriano Olivetti mandó construir bibliotecas dentro de la fábrica. Además, ofrecía a sus trabajadores conciertos, exposiciones y otros eventos de la misma índole, convencido de que un equipo sensible a la cultura y a las artes generaría mayor rendimiento y mejoraría el ambiente laboral.
La estética tenía un papel importante para las mismas boutiques Olivetti las que ahora llamamos store brand — en ciudades como Venecia, Buenos Aires, Nueva York y París; todas diseñadas por arquitectos de fama mundial. Las fábricas también tenían que respetar los principios estéticos de la marca, tanto que la de Ivrea es actualmente patrimonio de la UNESCO.
Los objetivos de la empresa eran, antes que nada, la innovación tecnológica y la expansión en el mercado global. Un símbolo de eso fue Programma 101. Considerada por muchos expertos como la primera PC de la historia, fue presentada en la Feria Mundial de Nueva York en 1964, donde tuvo un éxito impresionante. La sensación fue tal que tuvieron que pedir apoyo de la seguridad para manejar las largas filas que se crearon frente al stand
El producto fue tan revolucionario y eficaz que la NBC compró algunos ejemplares para calcular los resultados electorales en Estados Unidos. Inclusive la NASA optó por la marca italiana para sus misiones espaciales; el Programma 101 se utilizó para planear el alunizaje del Apolo 11.
También grandes personajes del arte utilizaron máquinas Olivetti para escribir Pensemos por ejemplo en Julio Cortázar enamorado de su Lettera 22 que lo acompañó para escribir Rayuela; Oriana Fallaci, periodista italiana de la segunda mitad del siglo XX, se sirvió de una Olivetti para narrar, entre otros, la Guerra de Vietnam y la masacre de Tlatelolco. Por su parte, la escritora mexicana contemporánea, Cristina Rivera Garza, revela en una entrevista que al inicio de su carrera se sirvió de un modelo Lettera 22, mientras que Francis Ford Coppola utilizó un modelo Lettera 32 para escribir el guión de El Padrino
El trayecto empresarial de la familia Olivetti es, indudablemente, la aventura de soñadores que, con su ingenio y creatividad, contribuyeron al desarrollo del ser humano y lo acompañaron hasta la Luna
Actualmente, Olivetti es parte del grupo TIM, la compañía más grande de telecomunicaciones en Italia. Su negocio principal es ahora la innovación digital y está enfocada en el sector IoT (Internet de las cosas), Analytics y Big data. Hoy en día su lema es Design meets technology. La historia continúa…
Enrico Gianese estudió relaciones internacionales en Italia; participó en diferentes proyectos de la Unión Europea en Bruselas y Estrasburgo. Después de trabajar varios años en Francia, es actualmente sales manager en una empresa de tecnología y domótica en México. Es un apasionado de la geopolítica, economía e innovación empresarial.