4 minute read

NODOS: DONDE EL DESTINO NOS ENCUENTRA

por Mayra Daniel imágenes de Daniil Alikov

La multiplicación de las redes sociales ha permitido crear nuevos nodos de comunicación en los que florecen las relaciones interpersonales; parece que se abren nuevos espacios para la conversación y los reencuentros son posibles, pero también representan nuevas oportunidades para colisionar con el destino y acelerar procesos, como si de una máquina de movimiento perpetuo se tratara.

En telecomunicaciones un nodo es un punto de intersección o conexión de varios elementos; en las redes de computación cada una de las máquinas es un nodo y en Internet cada servidor también es un nodo.

Daniil Alikov, Spectral Fluctuation (Fluctuación espectral), 2019. Cortesía del artista.

Por ello, el concepto de nodo está en el centro de la comunicación en redes: trabajos, personas y conversaciones que parecían lejanas están más cerca de lo que parecen.

De hecho, es el caso del origen de Facebook, cuya creación se remonta a 2003, cuando Mark Zuckerberg, el empresario detrás de esta idea, decidió que los estudiantes de las universidades podrían beneficiarse de un sistema de nodos en el que pudieran “interceptar” a las personas que eran parte de su red de conocidos. A casi 20 años, podemos reconocer los logros de la plataforma, en la que participa casi 80% de la población con internet en el mundo.

El caso de otra red competidora, X, antes llamada Twitter, es ligeramente distinto. En su estructura no es necesario que las personas estén conectadas “previamente” por algún elemento de la vida offline, ya que los nodos de conexión pueden ser palabras clave, temáticas o simple azar.

En este sentido, una plataforma como X permite nuevas conexiones que no requieren ningún punto de afinidad, ni geográfica, demográfica, ni de ningún otro tipo. Esto provocó que la dinámica de X y Facebook siguiera caminos muy distintos.

El desarrollo de algoritmos de tercera generación, es decir, de inteligencias artificiales aplicadas a plataformas de creación y distribución de contenidos, como TikTok y Pinterest, ha permitido que los nodos para encontrar la información y los usuarios se alimenten de datos más diversos, muchos de ellos no declarados por el usuario.

Por eso encontrar el contenido parece “obra del destino”, cuando en realidad son pequeñas “migajas de pan” o acciones como el tiempo dedicado a una publicación específica, la rapidez o lentitud con la que desplazas el dedo para consumir algo más e interacciones como likes y emojis van trazando el desempeño de la plataforma, la información con la que la misma trabaja y los resultados que te arroja como sugerencia.

Así, aunque creas que encontrar ese sillón con rayas celestes es obra del “destino”, decisiones previas en donde seleccionaste otras piezas de color azul celeste y una nueva búsqueda en tu plataforma de “muebles para sala” te conduce a este resultado.

Algo similar puede pasarnos en plataformas como Instagram o TikTok, en las que consumir algún tipo de contenido (de nutrición, psicología o automóviles), nos lleva a otros de la misma categoría e incluso a otros con el mismo punto de vista, reforzando nuestro pensar con un sesgo de confirmación, ya que los contenidos que nos suelen sugerir estas plataformas se parecen a lo que hemos evaluado antes de manera positiva.

Así que la próxima vez que veas un contenido, una persona o un anuncio que parece ser “obra del destino”, no olvides las palabras del escritor británico Arthur C. Clarke, autor de obras como 2001: Una odisea del espacio y El centinela: “Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”.

Mayra Daniel es periodista especializada en temas de mercadotecnia digital, responsabilidad corporativa y universidades. Colabora en la revista NEO y es profesora en la Universidad Rosario Castellanos y la Universidad del Claustro de Sor Juana. Ha publicado anteriormente en diversos medios nacionales como El Universal, La Jornada y la Revista del Consumidor.

Daniil Alikov (1980) es un artista y diseñador soviético que actualmente vive en Canadá. Desde joven se inclinó por expresiones artísticas como la poesía, composición músical, el dibujo, la pintura y posteriormente por los gráficos de computación. Su lenguaje visual conjuga su experiencia en el diseño gráfico y los efectos visuales y se inclina hacia la abstracción geométrica futurista que resulta en pinturas, esculturas y ensamblajes que buscan la belleza en las estéticas contemporáneas. www.daniilalikov.com | Instagram @d_alikov

This article is from: