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ENTREVISTA AL I NGENIERO RAFAEL OBREGÓN VILORIA : “NADIE CONSERVA LO QUE NO CONOCE”
por Capitel
fotografías de Arely López
entrevista realizada el 12 de octubre de 2023
En esta entrevista, Rafael Obregón Viloria, director general del Sistema de Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental de la Sedema en la CDMX, nos comparte su experiencia académica y profesional y profundiza sobre su trabajo para cuidar los espacios de valor ambiental en la ciudad, además de fomentar una relación positiva y virtuosa entre la sociedad y la naturaleza.
Compártanos su experiencia académica, ¿por qué se inclinó por la ingeniería agrícola y cuáles fueron los aprendizajes más significativos que adquirió en su formación?
Estudié en la Ciudad de México, pero desde muy pequeño tuve la vocación por el campo, debido a que iba mucho a la tierra de mi madre en la Mixteca alta de Oaxaca. Mis tíos eran agricultores y con ellos visitaba diferentes zonas rurales.
Entré a la Universidad Autónoma de Chapingo a la carrera de Ingeniero Agrónomo especialista en Fitotecnia, una carrera muy técnica. En ese momento tuve dos intereses, la parte agroecológica y la forma en que la agricultura se relaciona con los recursos naturales. En los ochenta se demostró que había un choque entre las actividades primarias y la conservación de la biodiversidad y, en consecuencia, empezó una búsqueda de alternativas eco-productivas. Así tuve la oportunidad de conocer a muchos biólogos de la UNAM y adquirir la conciencia de conservar los recursos naturales. Una buena parte de mi vida la he dedicado a asociar el desarrollo rural a la perspectiva de la conservación.
Cuando en 2003 tuve la oportunidad de trabajar en la Ciudad de México, entendí la relación de lo rural con lo urbano con el ánimo de conservar la biodiversidad.
Después entré a trabajar a la CONABIO en el Corredor Biológico Mesoamericano y fui responsable de la zona sureste, principalmente Chiapas.
¿Cómo inició su carrera profesional y cuáles han sido los cargos más destacados que ha tenido?
Tras la universidad pude trabajar en el Programa de Aprovechamiento Integral de los Recursos Naturales (PAIR) en Guerrero. Ahí conocí a personas que marcaron mi vida como Julia Carabias, Enrique Provencio y Carlos Toledo. En ese entonces estábamos muy vinculados a Alcozauca, un municipio en la montaña de Guerrero importante en la historia del país por haber sido de los primeros gobernados por la izquierda. No sólo buscábamos alternativas de desarrollo rural sino también de conservación. En esas épocas iniciamos la propuesta de crear la SEMARNAP, la primera estructura formal dedicada al medioambiente.
Plantear una Secretaría era una enorme posibilidad de construir institucionalidad. En ese entonces trabajé en el Programa de Desarrollo Regional Sustentable (PRODERS) y después me integré a la Subsecretaría de Recursos Naturales, que manejaba la parte forestal como director general de Conservación y Restauración de Suelos, cuyo cuidado es fundamental para el desarrollo de cualquier nación.
La conservación debe hacerse con la gente.
En 2002 empecé a trabajar en CONACYT, en el incipiente CENTRO GEO, y elaboré el inventario de áreas verdes de la CDMX. Después la doctora Claudia Sheinbaum me invitó a trabajar en la Secretaría del Medio Ambiente, cuando el Jefe de Gobierno era el presidente López Obrador. Trabajamos tres años con el ánimo de conocer los espacios verdes y la riqueza ambiental de la ciudad.
Después me integré a la CONABIO y con la llegada de Claudia Sheinbaum como jefa de Gobierno, me incorporé como director general del Sistema de Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental, mi cargo actual.
¿Cómo llegó a convertirse en director general del Sistema de Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental?, ¿qué características de su perfil lo llevaron a este cargo?
La doctora Marina Robles, Secretaria del Medio Ambiente, hizo un planteamiento con el que coincidía plenamente. Antes, ubicábamos el desarrollo de naciones con políticas que separaban a los sectores como si éstos no tuvieran relación, sobre todo en la parte rural-urbana. Con la aparición de los temas ambientales, de desarrollo social y desarrollo económico, se crearon estructuras gubernamentales para atenderlos parcialmente. Sin embargo, un territorio es una articulación, no es posible hacer conservación biológica sin la economía o las relaciones sociales, como tampoco se pueden prever cosas sin considerar que hay desigualdad y pobreza. Por eso, el gran reto era generar un enfoque que permitiera ver a todos los espacios naturales como un sistema. La mitad de la CDMX sigue siendo rural. No se trata de cuidar un aspecto sin atacar las causas que lo están provocando. Por eso crear un sistema de áreas naturales protegidas y áreas de valor ambiental significaba aprovechar la relación entre espacios cuyo valor ambiental requería de los instrumentos que los conservaran.
Empezamos por revisar qué teníamos para intentar resolver las causas del deterioro, además de ampliar la red y generar mejores servicios ambientales.
Estamos en una crisis ambiental global, y la manera en que enfrentamos los problemas específicos de la CDMX, como la falta de agua, la contaminación del aire o el ruido, contribuyen a su solución. Reforzar la red de la CDMX incidiría en diversas mejoras sociales: la violencia se reduce si tenemos mejores áreas verdes, la salud de los ciudadanos, la crisis y el estrés bajan frente a la calidad ambiental de los espacios.
La biodiversidad juega un papel importante para el desarrollo, pero nadie conserva lo que no conoce; bajo ese principio no queremos espacios naturales bardeados, sino una relación positiva y virtuosa sociedad-naturaleza.
¿Las bardas separan, los espacios verdes integran?
Sí, y hay que propiciar que integren más, por eso la gente tiene que conocerlos y en esa medida cuidarlos más, ésa es la hipótesis de mi trabajo.
¿Qué funciones y responsabilidades desarrolla en este cargo?, ¿qué es lo que más disfruta de hacer este trabajo?
Tenemos la oportunidad de gestionar lo verde de la ciudad, pero también solucionar los conflictos para potenciar los servicios ambientales. Si no lo logramos la ciudad no va a tener viabilidad. Somos responsables de dos espacios muy importantes: el Bosque de Chapultepec y el Bosque de San Juan de Aragón.
Tenemos un programa federal, “Chapultepec, Naturaleza y Cultura” que ha permitido renovar y ampliar el Bosque de Chapultepec. La Dirección de las Áreas Naturales Protegidas y las Áreas de Valor Ambiental y la Dirección de Infraestructura Verde atiende las 25 áreas protegidas de la ciudad, ocho de ellas tienen un decreto federal, el resto las tenemos que atender nosotros.
En Infraestructura Verde resolvemos problemas cuyas soluciones se basan en la naturaleza, así, arquitectos, ingenieros, urbanistas, biólogos, trabajan para buscar soluciones. Se diseña y se gestiona el programa especial y también se hace obra. Eso representa una novedad porque antes en la Secretaría del Medio Ambiente no se hacía obra pública.
¿Puede hablarnos sobre qué se entiende por Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental?
Las Áreas Naturales Protegidas establecen que un territorio va a tener una atención especial porque tiene ecosistemas en buen estado que es de interés público conservar.
Hay diferentes categorías de acuerdo con la orientación; en la ciudad tenemos varias, en función del tipo de especie de importancia primordial o si es una zona del territorio que vale la pena conservar o si el valor es el agua. Existen también las Reservas Ecológicas Comunitarias (REC), una figura que trabaja con las comunidades rurales. Muchas son federales, como el Desierto de los Leones, un parque nacional que representa una de las figuras más viejas, las ANP (Áreas Naturales Protegidas). Áreas de Valor Ambiental es una categoría reciente, orientada a atender los lugares que han sido perturbados por el ser urbano, pero que tienen valores ambientales importantes como las barrancas o los bosques urbanos. Por ejemplo, la cuarta sección del Bosque de Chapultepec era un espacio militar que se transformó en un espacio para la conservación o el Canal Nacional, era una ruta que se utilizaba para llevar productos agrícolas y lo encontramos lleno de basura. La actividad humana afecta los valores ambientales, por eso, los rehabilitamos.
Queremos que los humedales se consideren Área de Valor Ambiental, la Ciudad de México era un lago y tenemos hasta más de 120 especies de plantas acuícolas que hemos llenado de cemento. Necesitamos volver a convivir con el agua.
¿Cuál es la situación actual a nivel nacional de las Áreas Naturales Protegidas y, en caso de haber una situación para complementar su desarrollo o mejorarlas, qué propuestas podría compartir con nosotros?
Primero no existen suficientes recursos públicos para que haya todo un proceso de gestión. Muchos ecosistemas del país, como bosques y selvas, tienen dueño. Pocos son los espacios nacionales y eso genera que el modelo de conservación esté en conflicto permanente. Aunque la ley diga “el Área Natural no debe tocarse y debe ser para la naturaleza íntegramente”, cuando esos terrenos tienen dueño (comunidades agrarias, ejidos o propietarios), se necesita generar otro tipo de modelo de integración y es necesario trabajar con otras dependencias para que la conservación forme parte del sistema.
A muchos sectores de conservación les parecía bien el despoblamiento del campo mexicano. Si la gente migraba, los sitios abandonados se convertirían en sitios de conservación; esa política la vivimos desde 1982, pero la realidad es que esos espacios los invadía el narcotráfico. La conservación debe hacerse con la gente. Ahora nos cuesta más trabajo conservar áreas, debido al narcotráfico, por eso, si la ocupación de ese territorio no se hace de manera planeada y ordenada, y de la mano de todas las instituciones, no será posible.
La curiosidad nos puede dar la pauta para aspirar a buscar las soluciones […].
A mí no me gusta el modelo que separa lo forestal y la conservación. Yo propondría un cambio de modelo, articulando con el territorio el manejo forestal sostenible y generando oportunidades para que no se vaya la gente. No hay que pelear con los dueños, son nuestros aliados y no es una opción que la gente migre para poder conservar.
¿Cuáles son los proyectos más emblemáticos que están llevando actualmente?
Hicimos un esfuerzo de rehabilitación y aprovechamiento de espacios naturales con el programa interinstitucional Sembrando Parques. Otro programa importante es Reto Verde, que busca reverdecer la ciudad con 35 millones de plantas (no de árboles). Es un programa grandotote, importante, porque debemos lograr que se conserven esas plantas. Otro gran programa tiene que ver con el saneamiento de ríos, barrancas y cuerpos de agua. La ex jefa de Gobierno nos sentó y nos dijo: “A ver, señores, ustedes no se ven ni se hablan, déjense de rollos, éstos son los ríos que hay que restaurar y el dinero va a salir de SACMEX”. Nos reunimos y ya se están haciendo proyectos de tratamiento de agua mediante humedales, cuya función es purificarla por medio de plantas. La ciudad casi no utiliza el agua de lluvia, se va al drenaje. El programa de captura de agua de lluvia debería tener un mayor impacto.
Esta edición de Capitel está dedicada a pensar el concepto de curiosidad, ¿qué ideas tiene usted sobre él y cómo lo relaciona con la conservación del medioambiente?
Ser curioso es una virtud, el curioso quiere saber el porqué de las cosas. Creo que no sólo se nace con curiosidad, se hace y el sistema educativo debería generar curiosos. La curiosidad nos puede dar la pauta para aspirar a buscar las soluciones. Necesitamos muchos curiosos.
¿De qué maneras concretas considera que su trabajo ayuda a construir un país y un futuro más sólidos?
A medida que podamos sostener espacios verdes, con buena calidad ecosistémica, contribuimos a lograr, de manera sostenible, que las cosas prevalezcan.
De repente crecen vialidades de cemento, pero sabemos que pudieron ser planeadas alrededor de lo verde, con captura de agua, manejo del escurrimiento, toda una serie de elementos necesarios para avanzar. En la medida que logremos incidir, generar y gestionar propuestas, será posible crear soluciones y respetar las condiciones naturales.
¿Algo más que quiera compartir con nosotros?
Muchas gracias, pocas veces te hacen estas preguntas. ¡Gracias!