3 minute read

DÍA DEL NIÑO UNISIMÓN

La historia política migratoria de Estados Unidos ha sido racista, hubo exclusión de muchos grupos, y es una política hipócrita porque hay muchos negocios en los Estados Unidos que dependen de la mano de obra barata indocumentada, 11 millones de personas sin documentos se encuentran en este país, y nunca se sanciona a los empleadores, pese a existir una ley desde 1986 cuando Estados Unidos pasó a una reforma migratoria, la cual decía que se podía sancionar a los empleadores que no pagaban impuestos, salarios dignos y que estaban violando la ley. La política migratoria también es individualista, porque no ve a la familia como entidad unida, sino que es el individuo que pide la residencia legal, la ciudadanía y no la familia, y ese es un cambio que debería hacerse.

Las deportaciones tienen un muy mal impacto en las familias, documentado en varios estudios, entre ellos uno de Harvard, que concluye que la ambigüedad, el no pertenecer legalmente a ese país tiene un impacto negativo en el rendimiento escolar de los niños. Otro estudio de Benítez y Vargas indica que los niños viven con el miedo de que alguien de su familia puede ser deportado tienen bajo rendimiento en la escuela, pero están más propensos a que tengan un problema de aprendizaje que no pueda ser diagnosticado. En otro estudio se señala que, aunque la gente pueda obtener servicios sociales para sus niños, no los están utilizando porque no quieren llamar la atención de en cuál vivienda residen; sacrifican económicamente programas de nutrición y de apoyo para después de la escuela para cuidar a los niños.

La separación familiar en Estados Unidos es real y puede ser que a veces deporten a la persona que trabaja y aporta económicamente a la familia, puede también afectar a las mamás que son las que cuidan, las que cocinan, las que atienden a las familias y esto lleva a que muchos niños se quedan con parientes o encargados en el Estado y muchos de ellos los ponen en adopción si los padres no pueden ir a recogerlos o que el consulado mexicano intervenga para que los regrese a su familia. También hay más o menos un millón de niños conocidos como dreamers (soñadores), que llegaron a Estados Unidos desde muy niños, no conocen otro lugar, no hablan español en muchos casos, el presidente Obama sí les dio un permiso temporal, Trump se los quiso quitar, pero ahora están estos jóvenes viviendo en un estado en el limbo, sin saber qué trae el futuro para ellos.

Un gran problema en los Estados Unidos es la desigualdad que lo complica todo. La desigualdad entre las familias ha aumentado conforme va pasando el tiempo. Según Richard Wilkinson, uno de los conocidos costos de la desigualdad es que la gente se retira de la vida comunitaria y es menos propensa a sentir que pueden confiar en otros. Uno de los efectos importantes de las más amplias diferencias de ingresos entre ricos y pobres es intensificar los temas de dominación y subordinación y los sentimientos de superioridad e inferioridad.

Hay grupos de Derechos Humanos que abogan por reunir a la familia, una red de apoyo al migrante y lo que ellos han logrado es tener un evento que se llama «Abrazos en la frontera» y permite que las familias divididas por la situación migratoria puedan reunirse de 3 a 5 minutos, lo que las patrullas migratorias les permitan.

Como posibles soluciones a este problema, se podría hablar de una reforma migratoria, construir centros binacionales para visitas familiares con dignidad, para que la gente pueda reunirse realmente. También que el Estado americano otorgue más visas humanitarias y crear más empatía. Hay que tomar en cuenta a los niños, porque el impacto y daño que se le hace a los pequeños está teniendo consecuencias físicas, educativas que crean secuelas más adelante. Se debe cambiar la política exterior de Estados Unidos y combatir la desigualdad mundial.

This article is from: