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COMUNICADO: CONOCE FECHAS DE TOMA FÍSICA DE INVENTARIO EN EL ALMACÉN DE COMPRAS DE UNISIMÓN

PARTICIPACIÓN DE LA DRA. SENITH BELEÑO, MÉDICO MGTR. EN TOXICOLOGÍA

PONENCIA: URGENCIAS TOXICOLÓGICAS MÁS URGENTES EN PEDIATRÍA

Para dar inicio a la ponencia, se abordaron en primer lugar los diferentes escenarios a considerar de acuerdo al tema. Para hacer referencia a ello, se pretendió hacer un estimado de la proporción que corresponde a casos de intoxicación con respecto a todos los ingresos por urgencias pediátricas. Según un estudio que se realizó en Turquía y en el Reino Unido, se arrojaron cifras del 0.4% y del 1.46%, respectivamente, tasas muy bajas. Sin embargo, de esos porcentajes, el 56.8% y el 50%, respectivamente, corresponden a pacientes menores de 5 años. Esto, en datos del SIVIGILA, Sistema de Vigilancia en Salud Pública del Ministerio de Salud en Colombia, corresponde al 44.6% de los casos.

Entonces, la importancia de educar al personal de atención médica y en salud radica en el aumento de la tasa de mortalidad en estos casos que no suelen ser comunes según los estudios y para los cuales, en muchas ocasiones, los profesionales no se encuentra debidamente preparados o actualizados en cuanto a las técnicas y conocimientos para el control de estas situaciones.

La vía de exposición más frecuente es la oral, comprometida en el 62.3% de las veces. Esto guarda una estrecha relación con esa etapa oral que experimentan los pacientes en ese grupo etario. En cuanto a las causas de intoxicación por ciclo de vida, los niños de 0 a 5 años, en la mayoría de casos, presentan intoxicación por sustancias químicas y medicamentos; de 6 a 11 años, por medicamentos, plaguicidas y otras sustancias químicas, y de 12 a 18 años, por sustancias psicoactivas y medicamentos. Además, según un estudio del SIVIGILA en 2019, los niños menores de 5 años, a diferencia de los demás, sufren de intoxicación de forma no intencional.

Si se habla de un suceso accidental, teniendo en cuenta el grupo etario, de 0 a 5 años, donde la intoxicación es algo prevenible, tomando como referencia los modelos de enfermedades infecciosas en los que se habla de un agente o huésped, en toxicología se habla de una víctima, un agente y un entorno propicio.

Se reconoce a la víctima como un niño menor de 5 años, que está en fase oral, que tiene libre movilidad y alcance en el hogar y que no advierte situaciones de peligro.

El agente, es esta sustancia a la que la víctima es expuesta, que por lo general es ingerido, es visualmente atractivo y de fácil acceso.

Otro escenario de especial cuidado es el maltrato infantil, el cual se presenta en niños de 0 a 11 años en su mayoría. Las características del agente en este escenario es que se presenta en sobredosis masiva, puede haber incluso más de un agente intoxicante al mismo tiempo, las cuales, a su vez, pueden ser drogas ilícitas o sustancias completamente inusuales.

En cuanto a la víctima, en estos casos se presta especial atención al historial clínico, el cual puede advertir al personal de la salud si el niño ya ha presentado casos de intoxicación similares anteriores o alguno de sus hermanos.

En este escenario, se debe solicitar el servicio de protección infantil, ser muy meticulosa la historia clínica, en los estudios de laboratorio, teniendo en cuenta que estos últimos deben cumplir con la cadena de custodia de muestras toxicológicas.

Existe, además, otro escenario, el error en la medicación. Este puede deberse a un error del profesional médico o por los padres, en el cálculo de la dosis, por medicamentos sin formulación médica pediátrica estandarizada, por múltiples concentraciones o medicamentos de suspensión oral pediátrica que pueden causar confusión y, en consecuencia, una mala administración.

En cuanto a las consideraciones fisiológicas del niño, es sumamente importante tenerlas en cuenta ya que hacen al niño vulnerable en situaciones de intoxicación.

Aquí se hacen muy relevantes aspectos como la absorción. El niño tiene una absorción a nivel de la piel muy alta, esto hace que una sustancia tóxica que esté en el ambiente y que tenga contacto directo con la piel sea absorbida mucho más rápidamente, por lo que se deshidratan también mucho más rápido. Esto puede presentarse cuando hay fumigaciones en espacios cerrados.

Lo mismo sucede en la parte de inhalación. El niño tiene una frecuencia respiratoria mucho más elevada en comparación con el adulto, y la ventilación minuto es igual. Esto se traduce en un consumo mucho más rápido de los agentes tóxicos inhalados. En un minuto, un niño podría alcanzar niveles letales de un tóxico en medio de un incendio por vía inhalatoria.

Por eso es tan importante que los médicos, enfermeras y demás personal de la salud reconozca la importancia de las urgencias toxicológicas aunque estas no se presenten con frecuencia, pero que al presentarse pueden representar un alto riesgo, especialmente en la población más vulnerable, en este caso los niños entre 0 y 5 años.

PARTICIPACIÓN DE LA DRA. LORENA VELANDIA FORERO, PEDIATRA NEONATÓLOGA

PONENCIA: HIPOGLICEMIA NEONATAL

El tránsito de la vida del feto hacia la vida neonatal requiere de una serie de circunstancias que son estresantes, pero que lo preparan para poder subsistir y sobrevivir. Ese periodo neonatal temprano va acompañado de cambios hemodinámicos, respiratorios y también metabólicos, donde es normal encontrar niveles bajos de glucosa en sangre de estos recién nacidos, sobre todo las primeras 24 a 48 horas. Estos niveles bajos no producen ninguna sintomatología, son transitorios y no son patológicos, lo que es necesario saber; por el contrario, hace parte de esa preparación que tiene que sufrir este nuevo ser humano al pasar de vida fetal, ese periodo de 9 meses donde tenía un suministro continuo generado por la placenta mediante difusión facilitada con su principal combustible, que es la glucosa, para el funcionamiento de todo el organismo del recién nacido. Al sufrir este cambio adaptativo, tiene que dejar ese consumo transplacentario y someterse a un consumo intermitente que depende de la ingesta, en este caso de la alimentación entera, que recibe el recién nacido.

Para definir la hipoglicemia neonatal, se dice que es la disminución de la concentración de la glucosa debido a que el recién nacido no es capaz de ingerir, ni de metabolizar la concentración suficiente de glucosa con tal de mantener un flujo constante de glucosa disponible para realizar todo el metabolismo desde ese cuerpo humano.

La hipoglucemia se clasifica en hipoglucemia neonatal transitoria e hipoglucemia neonatal persistente. La primera, como su nombre lo indica, es la que se da por un corto periodo, no sobrepasa las 48 horas después del nacimiento, hay un relativo hiperinsulinismo. Se caracteriza por los bajos niveles de cetonas en este recién nacido que luego se resuelve como algo fisiológico de adaptación neonatal. La mayoría de los mamíferos tienen que pasar por este episodio de hipoglucemia neonatal transitoria para adaptarse a lo que es el metabolismo que posteriormente les corresponde desarrollar para la vida pediátrica y la adultez.

Diferente a la hipoglicemia neonatal persistente, que ya es definida como la presencia y la persistencia de valores por debajo de un rango adecuado luego de pasadas las 48 horas de vida, cuando el neonato ya debe presentar valores cercanos a los del adulto, que más o menos son 7080 mg/dl. Esto es muy importante porque cuando se hace la definición de la hipoglucemia transitoria se da un número, que algunos libros lo denominan como mágico, que es el 4, sobre una serie de estudios que fueron más bien de tipo observacional, donde tuvieron en cuenta recién nacidos que estaban enfermos en la Unidad de Cuidados Intensivos y que presentaban por varios días niveles de glucosa por debajo de 47, en quienes a los 18 meses se observó una relación con la presencia de alteraciones neurológicas graves. Este nivel crítico de menos de 47 para definir la hipoglucemia, hoy en día se sabe que no es el adecuado; se podría presentar este número bajo de Glucosa, pero no más allá de las 48 horas de recién nacido y que es secundario a este paso transitorio del metabolismo del recién nacido.

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