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Índice
Introducción 1. La generación Net ... 2. ...es también la Generación Debt 3. Cronología de un proceso. Contra la miopía de lo visible. 4. En el Campo. 15-M, redes sociales y participación sociopolítica de los jóvenes. 5. Lo realmente novedoso del movimiento 15-M 1. Los códigos de movilización empleados por el movimiento 15-M. 2. La Red era la Plaza. 3. La importancia del “ya” de Democracia Real Ya.
6. El “reverso tenebroso”. Tensiones, zonas oscuras, cuestiones sin resolver.
VÍCTOR MANUEL MARÍ SÁEZ
1. En el terreno comunicativo, redes sociales como twitter pueden ser apropiadas desde dos lógicas y proyectos políticos diametralmente opuestos. 2. Tecnologías de la interrupción. 3. Superación de las contradicciones de algunos movimientos de vanguardia.
7. BIBLIOGRAFÍA 8. Cuestionario para la reflexión.
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Introducción1
El fenómeno 15-M ha generado ríos y ríos de tinta, una multiplicidad de análisis desde los más diversos puntos de vista. Algunos de ellos son ejemplos de política-ficción, en los que el analista se atreve a adelantarse al futuro para vaticinar el éxito o el fracaso del movimiento. En otros análisis nos encontramos con que pesa más la proyección de la cosmovisión del analista sobre la realidad que los propios hechos analizados; en lenguaje coloquial, podríamos decir que cada uno ve lo que quiere ver. Hay análisis realizados por los propios actores sociales implicados activamente en el movimiento 15-M. Otros se ha realizado desde la distancia. Como vemos, nos encontramos ante un amplio y diverso repertorio de análisis, cada uno con sus potencialidades y limitaciones más o menos evidentes. Este ensayo tampoco se escapa a las limitaciones, algunas de las apuntadas y otras más. Pero, en estas líneas iniciales, queremos centrarnos en sugerir, humildemente, algunas de las novedades que puede aportar este trabajo a los ya existentes. En primer lugar, el título sugiere una multidimensionalidad de la que, en muchas ocasiones, carecen los análisis sobre las prácticas sociales de los jóvenes. En la bibliografía sobre la materia se suele acuñar una etiqueta que resalta solamente una de las muchas variables del análisis: los jóvenes de la generación conectada (Generación Net) o los jóvenes endeudados (Generación Debt) o los jóvenes del movimiento de los indignados. Este énfasis en la utilización de etiquetas disyuntivas hace que los análisis sean excesivamente planos y estáticos. Por el contrario, nuestra intención es establecer interrelaciones entre, al menos, estas tres dimensiones a las que remiten los términos del título. El movimiento 15-M está compuesto por jóvenes (mayoritariamente, aunque no exclusivamente) que forman parte de la generación conectada, es decir, aquella que en su proceso de socialización personal y política ha vivido el ascenso y popularización de las redes sociales virtuales (Facebook y Twitter, entre otras) y de 1 Este cuadernillo es una versión desarrollada de la conferencia pronunciada el 30 de enero de 2012 en el ciclo “Crisis y protesta social” organizado por el Foro Ignacio Ellacuría (Murcia). El trabajo de investigación que sustenta este artículo se ha realizado durante una estancia postdoctoral en la Universidad de Roskilde (Dinamarca) junto al profesor Thomas Tufte, en el marco del Ørecomm (Centre for Communication and Global Change), en el verano de 2011. V Í C T O R
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las comunicaciones móviles a través de dispositivos como los smartphones (teléfonos inteligentes). Pero estos mismos jóvenes forman parte de lo que ya se ha denominado como la generación endeudada (Debt Generation), aquella que ha adquirido su primer préstamo financiero al acceder a los estudios universitarios, y que no dejará de estar endeudada en el futuro (para la compra/alquiler de su vivienda, para la adquisición de bienes de consumo, para la suscripción de seguros de salud o de otro tipo, etc.). Muchos de los jóvenes conectados son también jóvenes endeudados. Y la toma de conciencia de su precariedad, manifestada y organizada sociopolíticamente en la calle y en Internet les ha llevado, en un proceso social sumamente interesante, a ir tomando conciencia progresivamente de su condición de sujetos políticos. En lugar de refugiarse en el ámbito privado, en vez de buscar soluciones individuales a los problemas colectivos que les afectan (vivienda, trabajo, desmantelamiento de la educación pública, etc.) han decidido manifestar públicamente su indignación (contra los mercados y los límites de la democracia representativa y de los partidos políticos) para pensar colectivamente en las propuestas alternativas a lo existente. La otra aportación que consideramos novedosa respecto a los trabajos existentes sobre esta temática viene sugerida por el subtítulo: un análisis comunicacional. Nuestro trabajo se realiza desde una perspectiva comunicativa. De nuevo hace falta una aclaración. Por motivos que ya hemos analizado en otros lugares2, la palabra comunicación suele vincularse a unos imaginarios reduccionistas que se centran en dos aspectos: en la transmisión de información y en la utilización de instrumentos tecnológicos. En consecuencia, se cae en el error de considerar, en primer lugar, que un buen comunicador es aquel que se dedica a transmitir información eficazmente a unos receptores. Cuando la comunicación es mucho más que esto. El segundo reduccionismo parte de la idea de que comunicar es una acción para la que es imprescindible utilizar un instrumento. Desde esta perspectiva, solo comunicamos cuando utilizamos tecnologías.Además, la reflexión sobre la tecnología, en este enfoque, tiene más peso que el proceso comunicativo en sí. Es decir, desde esta perspectiva tecnocéntrica (McQuail, 2000) los dispositivos tecnológicos (Internet, redes sociales, televisión), comprendidos desde unos enfoques deterministas, son como los nuevos flautistas de Hamelín, que automáticamente conducen a la población hacia la compra de algún producto, hacia el voto a determinado candidato o, en este caso, hacia una movilización en la calle. 2 MARÍ SÁEZ,Víctor Manuel:“La comunicación desubicada y las reubicaciones de la comunicación en la cultura”, Revista Periférica, nº 11 (2010), pp. 29-44; MARÍ SÁEZ, Víctor Manuel (2011): Comunicar para transformar, transformar para comunicar.TIC desde una perspectiva de cambio social. Madrid, Ediciones de la Torre. V Í C T O R
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Desde un enfoque alejado de estos planteamientos reduccionistas, creemos que es más pertinente y más sugerente un análisis comunicacional desde una perspectiva sociocéntrica, en la que el centro del análisis pasa a ser el propio proceso social, al servicio del cual los actores sociales implicados utilizan y se apropian de unas determinadas tecnologías. Por otra parte, entendemos el término comunicacional estrechamente vinculado a las dimensiones política y organizativa del movimiento 15-M. Hablamos de un énfasis en lo comunicativo más que de una campana de cristal en la que la comunicación pretenda (equivocada y ficticiamente) evadirse de lo social y de lo político. Las palabras que están en el trasfondo de esta reflexión (vínculos, redes, tramas) pretenden situar el marco del análisis en el enfoque sociocéntrico citado. Al mismo tiempo, tienen la clara pretensión de alejar el análisis de un enfoque tecnocéntrico, en el que el excesivo protagonismo de lo tecnológico nos impediría descubrir la dimensión relacional de la comunicación y de las tecnologías; la capacidad que tienen de establecer vínculos, su potencial para densificar redes, para tejer tramas, para fortalecer el tejido social.
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La generación Net …
Según los expertos que analizan a los jóvenes de un periodo determinado alrededor del concepto de generación, ya ha surgido la generación Net, la primera que está creciendo y educándose con la presencia de Internet en los principales espacios de socialización. Para Fisher esta sería la generación que llega a la adolescencia coincidiendo con la efervescencia social de Internet. La Generación Net implica una adhesión al ciberespacio y a la revolución digital, dos aspectos que han modificado nuestro mundo y que acompañan al nuevo milenio. Don Tapscott, uno de los gurús en gestión empresarial y nuevas tecnologías, es uno de los padres del término, utilizado en su ensayo “Creciendo en un entorno digital: la Generación Net”. Para él, esta generación, experta en Internet y en las redes sociales, se caracteriza, entre otros rasgos, por tener la libertad como valor absoluto, por buscar el entreteniV Í C T O R
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miento, la velocidad, la innovación y la colaboración en todas sus acciones. Los miembros de esta generación son entendidos, resueltos, analíticos y creativos. Aceptan la diversidad, son socialmente conscientes y, entre un sinfín de atributos, se puede decir que viven de cara a lo global. La filosofía de la Generación Net se resume en el eslogan:“Si no sabe, pregúntele a sus hijos”. Para este autor, los jóvenes se sienten más cómodos en el nuevo entorno digital y están más alfabetizados que sus padres. Aunque no son únicamente jóvenes los que más acceden a Internet ni quienes hacen un uso más intensivo de esta herramienta, sí es verdad que entre ellos se dan los mayores índices en estas dos variables señaladas. Factores de género, clase social, nivel de estudios y ocupación influyen decisivamente a la hora de establecer divisorias entre quienes aprovechan las posibilidades de Internet y los que no utilizan tanto esta herramienta o no explotan con tanta intensidad sus posibilidades. La divulgación de etiquetas como la de Generación Net apuntan hacia la construcción de unos imaginarios sociales que quieren asentar la fusión entre la condición juvenil y el uso intensivo de Internet. Sin embargo, presentar el factor edad como el verdadero y único creador de las brechas digitales tiene para autores como Vincent Mosco (2005:80) dos graves consecuencias. La primera guarda relación con la afirmación, en la línea de lo postulado por Tapscott, de que por primera vez en la historia los adolescentes y jóvenes están más alfabetizados que sus padres. Habría que analizar en profundidad hasta qué niveles llega, efectivamente, esta alfabetización intuitiva e innata que muchos asocian a las nuevas generaciones. El análisis de Mosco apunta no tanto a este hecho puntual como a la idea de fondo, relacionada con la erosión que tales afirmaciones ejercen sobre la autoridad y la capacidad crítica de los adultos. Estas últimas reflexiones nos dan pie para sugerir algunos de los aspectos negativos de esta asociación automática entre jóvenes e Internet. En primer lugar, presentar a la Generación Net como la más cool supone, en cierta medida, favorecer unos tipos de relaciones sociales que son altamente funcionales a las nuevas necesidades del capital surgidas en la Era de la Información. Las destrezas del joven experto en Internet son las que más va a valorar el mercado en la actualidad, y por lo tanto interesa que las nuevas generaciones lleven a cabo procesos intensos de alfabetización en este sentido. En segundo lugar, resulta contradictoria la exaltación de los vínculos sociales en una época caracterizada por la crisis y el desmoronamiento de ciertas redes sociales que, en épocas anteriores, permitían al individuo construir su proyecto personal e integrarse en la sociedad. En este sentido, Zigmunt Bauman (2002) plantea que hemos entrado en el periodo de la Modernidad Líquida, en el que se han derretido los cimientos (los sólidos) que parecían inmutables en épocas anteriores, y que V Í C T O R
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permitían conectar al individuo con las estructuras sociales. Se han derretido y evaporado instituciones (públicas), servicios sociales (que en algunos contextos eran gratuitos y universales) y valores (emancipación) sobre los que se había construido la convivencia social durante décadas en las sociedades avanzadas.
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…es también la Generación Debt
No queremos detenernos ahora a cuestionar el modo en el que autores como Tapscott pretenden rentabilizar las aportaciones de la Generación Net dentro del mundo empresarial. Solamente apuntamos, con Lazaratto, que la lógica del trabajo en red es ontológicamente previa a los diversos mecanismos de captura. Dicho de otra manera, valores como la colaboración, la horizontalidad, la conectividad o la descentralización, que caracterizan a las nuevas generaciones y a las redes sociales, son susceptibles de ser apropiados desde lógicas e instituciones radicalmente diferentes ( la empresa, pero también los movimientos sociales, la Universidad o los partidos políticos). En estos momentos nos interesa más relacionar los rasgos de la Generación Net con los elementos que otros autores han asociado a la Generación Debt. Principalmente, porque muchos de los jóvenes que forman parte de la primera también están incluidos en la segunda. Son, simultáneamente, Generación Net y Generación Debt. Para la periodista norteamericana Anya Kemenetz, la Generación Debt (2006) incluye a aquellos jóvenes que comienzan su proceso de endeudamiento al entrar en la Universidad, y que continúan sumergidos en la precariedad y en la deuda al ingresar en el mercado laboral, al acceder a una vivienda o en la compra de bienes de consumo. La Generación Debt es aquella que los expertos pronostican que vivirá peor que sus padres, a pesar de tener mucha mejor preparación y formación que sus progenitores. Forman parte de este grupo aquellas personas que intentan adquirir su autonomía (que pasa por tener un trabajo, vivienda propia y formación, entre otros aspectos) cuando el Estado del Bienestar está en un avanzado proceso de desmoronamiento debido a las presiones del mercado y a la impotencia, pasividad y complicidad de los gobiernos. Para estos jóvenes, las becas de estudio se van reduciendo significativamente a medida que van siendo sustituidas por créditos bancarios. Quienes consiguen V Í C T O R
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entrar en el mercado laboral (más del 40% de los menores de 25 años en España están desempleados) lo hacen en unas condiciones de precariedad cada vez más extremas. Como apuntaba Carlos Taibo en las primeras movilizaciones del 15-M, los actuales jóvenes ya no son mileuristas. Habría que hablar más bien de seiscientoseuristas para hacer referencia a las condiciones salariales y laborales que les son impuestas para conseguir un trabajo. Entre las primeras medidas anunciadas por el gobierno del Partido Popular al llegar al gobierno nacional figura la implantación de los minijobs (miniempleos) una fórmula que, desgraciadamente, vendrá a aumentar la precariedad laboral y vital de los jóvenes. En relación con el tema de la vivienda, a finales del año 2011, el Observatorio Joven de la Vivienda publicaba un informe en el que se señalaba que los jóvenes españoles deben dedicar un 53,5 % de su sueldo neto al pago de una hipoteca media. Los altos índices de precariedad y la prematura lógica de endeudamiento a la que se ven forzados los jóvenes españoles han sido elementos decisivos desde los que se puede comprender la eclosión del nuevo ciclo de movilizaciones.
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Cronología de un proceso. Contra la miopía de lo visible
En los anteriores epígrafes hemos ido contextualizando nuestro objeto de estudio – el movimiento 15-M como expresión de la rebeldía en red de un sector significativo de los jóvenes españoles– a partir de la reflexión sobre los enfoques tecnológicos más apropiados y de la necesaria interrelación de las etiquetas Generación Net y Generación Debt. Pasamos, ahora, a realizar una reconstrucción cronológica del movimiento 15-M, un ejercicio que consideramos fundamental si queremos superar el peligro de caer en la miopía de lo visible. Con esta expresión Alberto Melucci, teórico de los movimientos sociales, invitaba a superar el impulso de analizar los procesos de acción colectiva únicamente a partir de sus ciclos visibles. De caer en este error, el analista se olvidaría de tener en cuenta, también, las fases invisibles de la acción colectiva, en la que los movimientos sociales realizan un trabajo continuo, aunque éste no sea tan perceptible por parte de la sociedad en general y de la opinión pública. Los medios de comunicación, en su tendencia a la espectacularización de la realidad, suelen obviar estas fases invisibles, sugiriendo al espectador cierto espontaneismo de la acción colectiva, como si los procesos de movilización surgiesen por arte de magia. V Í C T O R
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Alejados de esta visión ingenua y espe(cta)cular de la realidad, creemos, con Miguel Martínez, que la construcción de redes de solidaridad como el movimiento 15-M es fruto de un lento tejer. La red no es sólo una realidad ni una metáfora tecnológica, también podemos vincular la red con el proceso humano, personal y colectivo, de ir construyendo tejido social. En otros lugares (Marí, 2004) hemos apuntado ya algunos rasgos que caracterizan el proceso de construcción de redes, desde una perspectiva sociohistórica. Desde esta perspectiva, los atributos de las redes dignos de ser destacados son, al menos, los siguientes: – La flexibilidad, porque se trata de una organización que se va construyendo sobre la marcha, y en este proceso siempre abierto y constante de construcción la red se adapta a las necesidades del entorno, de los actores sociales implicados y de las opciones estratégicas. – La horizontalidad entre los miembros de una red, que hace que distintos nodos tengan el mismo nivel de participación, la misma capacidad en la toma de decisiones. Se trata de estructuras descentralizadas, articuladas sobre el principio de igualdad. La horizontalidad está al servicio de la participación de los miembros de la red, que no tienen que pedir permiso a ninguna instancia superior para ejercer el derecho a la participación. – La cercanía es otro elemento importante en las redes de comunicación y de solidaridad. El trabajo en red no es solamente una forma más eficaz de organización: junto a la dimensión funcional – innegable y necesaria – está otra dimensión no menos importante: la dimensión relacional y vital. La mirada relacional a las redes sociales nos invita a superar visiones excesivamente mecanicistas de las organizaciones sociales. Por este motivo, Irantzu Larrañaga dirá que las redes, además de servir para intercambiar datos e información, sirven para recordar a sus miembros que no están solos en el mundo, que existe gente como ellos en su entorno cercano y lejano. Pues bien, teniendo en cuenta los elementos apuntados, se pueden establecer unos referentes lejanos y otros referentes más cercanos con los que vincular el 15-M. Para ello, tomamos como referencia una de las cartografías del movimiento elaborado por parte de sus propios actores. Es el caso del blog http://www.unalineasobreelmar.net3 que ha realizado un mapa conceptual con los antecedentes del 15-M y los distintos niveles de interrelación entre ellos. Se trata de un mapa abierto, que se va modificando y complejizando a medida que los usuarios van realizando aportaciones. Entre los antecedentes más lejanos encontramos una vinculación con el movimiento obrero y, en una conexión más próxima, con las movilizaciones de 3 Última consulta realizada el 10 de febrero de 2012. V Í C T O R
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mayo del 68. Nos parecen fundamentales estos enraizamientos, en la medida que superan una tendencia peligrosa que acompaña a los movimientos sociales, y es el riesgo del adanismo, esto es, la tentación de creer que la historia comienza con uno mismo y con las acciones que uno lidera. De caer en este error se rompería el hilo conductor que permite conectar unos ciclos de movilización con otros, como parte de un largo y discontinuo proceso de emancipación social. Más próximos en el tiempo, encontramos como referentes las movilizaciones que tienen lugar en la década de los noventa, donde destacarían el movimiento zapatista (1994), las movilizaciones alternativas alrededor del 50º de las instituciones de Bretton Woods (FMI, BM y GATT, más tarde OMC)4 y ya, al final de la década, las movilizaciones de Seattle (EEUU) que dan origen al movimiento altermundialista tal y como lo conocemos hoy. Aún más próximo en el tiempo encontramos en el gráfico referencias a las movilizaciones que, en el contexto español, tienen lugar desde el año 2002 (contra el “decretazo” del PP), 2003 (movilizaciones contra la Guerra de Irak y la entrada en el conflicto bélico de España, y el naufragio y gestión política del Prestige) y 2004 (movimiento 13-m que llevó a la ciudadanía a manifestarse delante de las sedes del PP en numerosas ciudades de España ante la manipulación informativa del gobierno del PP posterior a los atentados de Atocha y previa a las votaciones del 14 de marzo)5. En este ejercicio de irnos aproximando cada vez a los referentes más inmediatos del 15-M, pasamos ahora a ver sus conexiones con diversas movilizaciones, manifestaciones y procesos que confluyen en los meses precedentes. Como señalan Andrea Raboso y Andrés Merino, será entonces cuando se desencadene un proceso que va “de la resaca de Bolonia a la marea amarilla” (2011:22). El movimiento, mayoritariamente estudiantil, de resistencia y contestación a la mercantilización de la Universidad llevado a cabo en el marco del proceso de implantación del Plan de Bolonia, consigue aglutinar, desde el año 2009, a estudiantes universitarios y de enseñanzas medias, que encuentran un apoyo en sus reivindicaciones en movimientos sociales y sectores vinculados a la defensa de los servicios sociales públicos y de la cultura. La “marea amarilla” hace referencia al movimiento Juventud sin Futuro, nacido el 7 de abril de 2011, cuando unos 3.000 jóvenes se manifestaron por las calles de Madrid, con camisetas amarillas, para protestar contra la precariedad. Su lema era “Sin casa, sin curro, sin pensión, sin miedo”. Nada que perder, por tanto, cuando a fuerza de chocar contra la dureza de la realidad constataron la imposibilidad de conseguir, para ellos, las promesas que el Estado del Bienestar les hizo a la 4 Siglas del Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y GATT (General Agreement on Tariffs and Trade, Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio) más tarde denominado OMC (Organización Mundial del Comercio). 5 SAMPEDRO,V. (ed.) (2005): 13-M: multitudes online.Los Libros de la Catarata, Madrid. V Í C T O R
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generación de sus padres: empleo estable, servicios sociales, posibilidades para la autonomía. Además del movimiento anti-Bolonia y de Juventud sin Futuro hay otros antecedentes inmediatos del 15-M. Las movilizaciones organizadas en Internet y en la calle contra la Ley Sinde y su criminalización y estrechez de miras hacia la cultura digital5; las revoluciones árabes que tienen lugar en el inicio del año 2011, en las que juega un papel activo y especialmente significativo el movimiento de blogueros críticos árabes7; el movimiento de resistencia de la ciudadanía griega ante la imposición de una deudocracia8 que obliga a los sectores más débiles del país a pagar la factura de la crisis financiera; Wikileaks, una organización internacional que publica en su web informes y documentos de interés público, en el que quedan en evidencia “una serie de comportamientos no éticos de los gobiernos, especialmente de los occidentales y de EEUU”9. Y, finalmente, el movimiento Democracia Real Ya (DRY), nacido a inicios del año 2011, en Internet y en las redes sociales. DRY convocaba el 15 de mayo una manifestación simultáneamente en cincuenta ciudades españolas, para protestar contra el sistema especulativo-financiero y los políticos. Una vez finalizada la manifestación en Madrid, un grupo de entre 150 y 250 jóvenes se concentraron en la Puerta del Sol para denunciar la violencia policial y la detención de algunos manifestantes. Se inicia entonces una acampada que será desmontada por la policía en la madrugada del 16.A raíz de estos sucesos, el martes 17 de mayo se produce una concentración en Madrid que da inicio a la conocida acampada, y que generará un proceso similar en otras tantas ciudades españolas. Tendremos ocasión de analizar más adelante los elementos novedosos del 15-M. Ahora hemos querido respetar el hilo conductor temporal que nos permite hilvanar unos acontecimientos con otros, para dar cuenta de la forma en que se ha ido tejiendo la red de solidaridad desde sus referentes más lejanos hasta que ha eclosionado en una movilización perfectamente visible. Para comprobar que, tal y como señalan Esther Vivas y Josep María Atentas, “esto no surge de cero” (2011: 14)10. El 15-M es fruto de un proceso lento pero continuo de movilizaciones, de años de trabajo a pequeña escala de las redes y movimientos alternativos. Cada ciclo de movilización ha ido dejando un poso, un aprendizaje en la ciudadanía orga6 MARÍ, V.M.: Ley Sinde: sin descargas y sin mucho más, en Noticias Obreras, nº 1.522 (Abril 2011), pp. 40-41. 7 Un proceso muy bien contado en el libro “La revolución de la dignidad. La bloguera árabe que inició la marea árabe” (Lina Ben Mhenni, Destino, 2011) 8 Debtocracy es un documental realizado por los periodistas griegos Katerina Kitidi y Ari Hatzistefanou, y distribuido en Internet libremente por sus autores. Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=KX82sXKwaMg 9 Wikileaks, en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/WikiLeaks 10 “La rebelión de l@s indignad@s. Notas desde la Plaza Tahir de Barcelona”, en AA.VV. (2011). La rebelión de los indignados. Movimiento 15M. Democracia real, ¡ya! Editorial Popular, Madrid. V Í C T O R
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nizada. Comentan Sampedro y Sánchez Duarte11 cómo un hackactivista reconstruía este proceso en una asamblea de la Puerta del Sol:“con el No a la Guerra (2003) aprendieron a salir a la calle. Con el 13M (2004) descubrieron el potencial del enjambre en nodos de red. Con V de Vivienda (2006) confirmaron su capacidad de convocar a los demás.Y con el 15-M han demostrado su potencia para autoconvocarse y recabar apoyos sin fronteras”. No queremos cerrar este apartado sin realizar una referencia a la influencia en el movimiento 15-M del texto Indignaos, de Stéphane Hessel. Y queremos hacerlo porque el punto fuerte del libro, su papel en las movilizaciones, no reside tanto en lo pormenorizado de su análisis de la realidad: su fuerza está en el impulso ético, en la rebeldía e indignación que puede surgir desde la injusticia. La chispa que enciende la mecha de esta praxis es el sufrimiento y su fin último es el deseo impaciente de su erradicación. El texto de Hessel, que no podemos separar del testimonio vital y del trasfondo ético del que surge, es un elemento importante a tener en cuenta, en la medida en que esta vez, como en ocasiones anteriores, se puede constatar que no basta con la confluencia de factores objetivos para que se produzca la movilización social. Hace falta, además, que se active el sustrato ético ciudadano.
11 http://www.ciberdemocracia.es/articulos/RedPlaza.pdf V Í C T O R
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En el Campo. 15-M, redes sociales y participación sociopolítica de los jóvenes
El movimiento 15-M ha venido acompañado de una eclosión en el campo de la visualización de datos en Internet. Numerosos investigadores, ciudadanos y grupos de investigación han compartido en línea los trabajos dirigidos a cartografíar este movimiento de rebeldía. Por una cuestión de espacio, en este artículo no podemos dar cuenta de todas las experiencias puestas en marcha. Remitiéndonos a las más significativas, comenzamos por el estupendo trabajo de investigación llevado a cabo por el Instituto de Biocomputación y Física de los Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza12. Para realizar el estudio los investigadores del BIFI, y tomando una muestra de 581.749 mensajes de la red de microblogging twitter, siguieron a los 87.569 usuarios que emplearon alguno de los 70 hastags más utilizados por los tuiteros. Un hastag o etiqueta indica un tema ante el cual los usuarios de twitter pueden realizar aportaciones. Este sistema de etiquetado permite visualizar la cadena de conversaciones que se está produciendo en torno a esa temática.También es posible, de este modo, recuperar posteriormente las conversaciones y el tráfico de información mantenidos. Pues bien, los investigadores del BIFI colgaron en Youtube una animación gráfica en la que se muestra la evolución en el tiempo de los mensajes mandados por los usuarios observados13. Sin embargo, resulta más esclarecedora para el análisis una segunda gráfica (nº1)14 en la que se puede observar el modo en que los hastags más populares fueron evolucionando a medida que avanzaba el mes de mayo. Tomando como una primera referencia el 15 de mayo (fecha en la que Democracia Real Ya convocó manifestaciones en numerosas ciudades de España) podemos comprobar que sólo generan algo de tráfico en twitter las etiquetas #nolesvotes y #DemocraciaRealYa. La primera de ellas, tal y como figura en Wikipedia, hace referencia a un movimiento ciberactivista español que comenzó 12 Borge- Holthoefer et. al : Estructural and Dynamical Patterns on Online Social Networks:The Spanish May 15ht Movement as a Case Study, en Revista PloS ONE (2011), vol. 6 (8), pp. 1-8 13 http://www.youtube.com/watch?v=_LiUXtR1F8I 14 Para observar con mayor detalle la gráfica, se puede consultar directamente en Internet, en el sitio http://trendistic.indextank.com/acampadasol/spanishrevolution/nolesvotes/15m/nonosvamos/democraciarealya/_since-2011-04-24-23h-utc/_until-2011-05-26-23h-utc V Í C T O R
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con el afán de castigar en las urnas al PP, al PSOE y a CIU por su aceptación de la Ley Sinde, a pesar del rechazo de un sector de la población. La segunda, #DemocraciaRealYa, consigue un ligero repunte el día 15 de mayo, el día de las manifestaciones. Pero, como vemos en la gráfica, los máximos picos de tráfico en Internet no se producen este día (el 15 de mayo) sino que es el día 16 de mayo cuando la curva experimenta un rápido crecimiento, que alcanzará su momento culminante los posteriores 17 y 18 de mayo. ¿Cómo podemos interpretar este dato, el hecho de que el crecimiento en el tráfico de mensajes en twitter no corresponda al 15-M, desplazándose dos días? En el apartado anterior indicábamos, haciendo una cronología del movimiento, que las acampadas no surgieron automáticamente después de las manifestaciones del 15-M. Realmente, el proceso de movilización multitudinario se produjo tras el desalojo violento de los primeros centenares de ciudadanos acampados en la Puerta de Sol como denuncia ante la represión policial del día de las manifestaciones. Es el primer desalojo violento de Sol el que realmente dispara el proceso hasta cotas insospechadas, a partir de las redes activadas y movilizadas en los días, semanas y meses precedentes. Por ello, podemos comprobar, mirando de nuevo la gráfica, que los hastags con mayor tráfico los días 17, 18 y 19 son #acampadasol, #nonosvamos y #spanishrevolution.
Gráfico nº 1 Representación en Trendistic del tráfico generado en twitter alrededor de los principales hastags vinculados al 15-M.
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Finalmente, sorprende el hecho de que el día de las elecciones (22 de mayo), cuando quizá se esperaría un repunte de los mensajes y nuevos picos máximos de la gráfica, lo que realmente se produce es un descenso paulatino en el tráfico de mensajes. Este último dato podemos interpretarlo, desde la lógica del movimiento 15-M, como una enmienda a la totalidad al sistema bipartidista imperante; y no tanto, como algunos analistas de la derecha pretendían hacer creer, como una estrategia maquiavélica del PSOE para revertir el presumible fracaso en las urnas vaticinado por los sondeos electorales. Para seguir analizando el 15-M pasamos a ver, a continuación, la gráfica que nos muestra la evolución del movimiento en su conjunto, sin subdividir los mensajes en los diferentes hastags o etiquetas. En este caso, se puede ver un crecimiento especialmente significativo a partir del día 15, con una tendencia al alza que se va moderando a partir del día 21. ¿Cómo se podría interpretar esta curva? ¿Qué tipo de movilización está radiografiando? Gráfico nº 2 Evolución de la movilización
Fuente: BIFI Varios rasgos definen a este movimiento, a partir de lo observado en la gráfica nº 2. En primer lugar, no asistimos a un crecimiento lineal, progresivo o acumulativo, ya que se observa, a partir del día D (15 de mayo) un crecimiento abrupto. En este caso, las ciencias físicas y las ciencias sociales se dan la mano, en la medida en que el trabajo de computación del BIFI confirma las tesis de investigadores de la acción colectiva como Melucci, cuando hablan de las fases visibles e invisibles de los movimientos sociales y de la imposibilidad de releer linealmente – como impone la Modernidad dominante – el camino hacia el futuro. Este no es el único punto V Í C T O R
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de encuentro entre ciencias físicas y ciencias sociales. El tipo de fenómenos agrupados en esta modalidad de gráficas recibe el nombre de criticalidad autoorganizada. Este término, utilizado inicialmente en física, (pero posteriormente aplicado en campos tan diversos como la ecología, economía, sociología o neurobiología) se utiliza para describir los sistemas dinámicos que tienen puntos críticos en su evolución temporal15. Los fenómenos críticos autoorganizados pueden observarse en sistemas en desequilibrio, con muchos grados de libertad y con un alto grado de no linealidad. Curiosamente, estas son, también, características que se manifiestan en el movimiento 15-M. La red de solidaridad que se fue gestando a lo largo de los meses precedentes eclosiona abruptamente en los días siguientes. Desde entonces el 15-M es un movimiento autoorganizado, complejo, basado en las relaciones horizontales entre sus miembros. Ahora bien, el hecho de que esta red apueste por estos valores y rasgos no significa, en ningún momento, que el movimiento carezca de organización. Precisamente, la autoorganización es una propiedad de los sistemas complejos, donde la interacción entre los miembros es fundamental para la maduración del propio movimiento. Por otra parte, el hecho de que asistamos a un movimiento con una estructura en red descentralizada no significa que el rol de todos los miembros sea exactamente igual. Parece contradictorio pero no lo es. Estructuralmente, la red es horizontal, no hay jerarquías orgánicas. Pero no todos los miembros de la red tienen la misma capacidad de multiplicar los mensajes enviados o recibidos, ni todas las aportaciones tienen la misma repercusión en la capacidad de maduración del movimiento. Como señala el informe BIFI, muchos nodos tienen poca conectividad, mientras que unos pocos tienen un grado alto de conectividad, entendida como la capacidad de emitir o recibir muchos mensajes. El estudio refleja que más del 50% de la información fue generada por el 10% de los integrantes del 15-M. Esta tesis se confirma a partir de una nueva gráfica, esta vez elaborada por Mª Luz Congosto. En este caso, del total de mensajes de twitter analizados, la investigadora desglosa la cifra total (curva superior, con 50.629 usuarios) en dos curvas, una referida a los usuarios consolidados (línea intermedia, con 35.258 mensajes) y una tercera línea, que remite a los nuevos usuarios (15.371). Desde esta perspectiva, se puede comprobar que el movimiento 15-M se compone de un núcleo estable, especialmente activo e influyente, que se ve reforzado por un aluvión de nuevos usuarios, menor en número, en estabilidad y en capacidad de influencia.
15 http://es.wikipedia.org/wiki/Criticalidad_autorganizada V Í C T O R
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Gráfico nº 3 Evolución de la propagación del 15M en la plaza de Twitter
Fuente: Barriblog, http://www.barriblog.com/index.php/2011/05/21/evolucion-dela-propagacion-del-15m-en-la-plaza-de-twitter/ La gráfica del movimiento en twitter tiene cierta analogía con el movimiento en el espacio de los lugares (Manuel Castells) en la medida en que el 15-M es un movimiento con muchas capas concéntricas. En él podemos encontrar un núcleo muy activo y organizado, compuesto por hackactivistas procedentes de movimientos sociales, al que se suman otros ciudadanos que previamente no tenían tanta experiencia política, organizativa y tecnocomunicativa, pero que pasan a integrar un único movimiento que adopta una forma de red con un alto grado de horizontalidad y de participación.
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Lo realmente novedoso del movimiento 15-M
En los dos últimos apartados la reflexión se ha centrado en reconstruir una cronología del movimiento 15-M, desde los antecedentes más próximos en el tiempo hasta los procesos sociales de décadas anteriores con los que sería posible encontrar una vinculación más o menos próxima. Además, hemos recurrido a las representaciones gráficas del 15-M para confirmar algunas de las reflexiones a las que habíamos llegado por otras vías de carácter historiográfico, sociológico o comunicativo. Ahora damos un giro a la reflexión, en la medida en que pasamos a pensar sobre los elementos novedosos que está aportando este movimiento, haciendo especial énfasis en las cuestiones comunicativas y políticas. Desde este punto de vista, resaltamos los siguientes aspectos: 1. Los códigos de movilización empleados por el movimiento 15-M. Un elemento decisivo en el movimiento de los indignados es la dimensión comunicativa, entendida en un sentido más amplio que la mera utilización de unas determinadas tecnologías. Algunos analistas hablan del papel de las redes sociales en estas movilizaciones como si se tratase de los nuevos “flautistas de Hamelín” a los que les basta tocar la flauta para que las multitudes les sigan. En esta lectura de las tecnologías de la información, excesivamente determinista y simplista, la conclusión que se saca es que quien domine estos artilugios será quien consiga dominar a las masas. Lejos de esta opinión, habría que plantearse que, en el plano comunicativo, lo fundamental no está en el instrumento utilizado (en este caso, Facebook, Tuenti o twitter). Más bien, la clave reside en los códigos de movilización y de comunicación que activan estas redes. En cómo cuentan las cosas y quién las cuenta, en las redes de solidaridad y de confianza por las que circulan estos mensajes, de modo que estos elementos citados consiguen influir decisivamente en el hecho de que la gente preste atención a los mensajes del movimiento 15-M, los considere importantes y decida pasar a la acción. En este sentido, como apunta Iñigo Torrejón (2011) una de las claves del éxito del movimiento Juventud sin Futuro y, por extensión, del movimiento 15-M, ha residido en su capacidad de interpelar a unos sujetos sociales (los jóvenes precarios) que hasta la fecha permanecían en los márgenes de la discusión política, de modo que se ha conseguido integrarlos en una identidad política más amplia. Este V Í C T O R
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movimiento, para él, “ha demostrado una gran capacidad hegemónica de leer las condiciones sociales y, a partir de ellas, representar los intereses particulares de la juventud precaria como encarnando los de las mayorías sociales, anclándolos en términos vividos espontáneamente como positivos en el sentido común de su época” (Torrejón, 2011:77). De nuevo estamos haciendo referencia a elementos de carácter comunicativo, pero entendidos en un sentido amplio: la comunicación como la capacidad de representación y de identificación de los destinatarios con las propuestas del emisor.Y la comunicación entendida también como la capacidad de movilización y de transformación social. De este modo, los movimientos sociales están poniendo en marcha uno de sus rasgos distintivos, tal y como apuntaba Alberto Melucci: su capacidad de in-formar la realidad, de dar forma a la realidad, de presentar la realidad a partir de unos códigos alternativos a los dominantes16. De nuevo estamos ante el reduccionismo, apuntado en otros apartados de nuestro ensayo, que ha llevado a considerar la comunicación y las TIC desde una perspectiva meramente instrumental. Por el contrario, creemos que es más productivo y sugerente vincular los procesos comunicativos construidos desde los movimientos sociales con la producción cultural. Cuando un movimiento social –en este caso el movimiento 15-M– impulsa tareas comunicativas está haciendo algo mucho más complejo y profundo que la simple transmisión de mensajes. Está realizando una tarea cultural. ¿De qué modo? Entre otras cuestiones: 1. Mediante la propuesta de nuevos marcos desde los que comprender y dar sentido a la realidad. 2. Con la sugerencia de nuevos modos de relación y de interacción. 3. Creando el caldo de cultivo que, desde una instancia pre-política, sirva de cimiento para nuevos proyectos emancipadores. Si lo expresamos en la terminología del investigador en comunicación Jesús Martín Barbero (1987) los movimientos sociales dejaron de contemplar la comunicación como un acto de transmisión unidireccional de información, para pasar a convertirse en una cuestión de cultura, un acto reapropiado desde las mediaciones utilizadas por los sectores populares y por los movimientos sociales. La comunicación, entendida en un plano cultural, remite a la construcción de nuevas visiones de la realidad y al establecimiento de un combate cultural. Pero también apunta a la dimensión relacional de la comunicación, a su capacidad para establecer vínculos, de construir sentido. Los movimientos sociales, dirá Melucci (1994), tienen la misión de constituirse en retos simbólicos. En este sentido, tienen un carácter eminentemente comunicativo, al ofrecer al resto de la sociedad otros códigos simbólicos que subvierten la lógica de los códigos dominantes. El movimiento 15-M, desde esta 16 Melucci, A. (1996): Challenging Codes: Collective Action in the Information Age. Cambridge. Cambridge University Press. V Í C T O R
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perspectiva, tiene la capacidad de convertirse en signo, esto es, traducir sus acciones en retos simbólicos respecto a los códigos dominantes. 2. La Red era la Plaza. Por otra parte, creemos que en la dimensión comunicativa del movimiento 15-M es interesante resaltar, como sugieren Víctor Sampedro y José Manuel Sánchez Duarte (2011) que “la Red era la plaza”. Con esta expresión hacen referencia a la capacidad del movimiento 15-M para llevar la lógica de Internet a la plaza pública;“unas prácticas propias de la Red (autoconvocarse, deliberar en foros, consumir contrainformación, tejer redes afectivas y efectivas, generar y operar en esferas públicas periféricas y digitales) que se han hecho tangibles en las plazas. Los rasgos de la comunicación digital –cooperación, instantaneidad, realimentación, horizontalidad, descentralización, flexibilidad, dinamismo o interconexión– han aparecido cotidianamente en las asambleas y acampadas”. No deja de ser curioso el hecho de que, en los orígenes de Internet, los activistas informáticos de la contracultura (como Richard Stallman, uno de los impulsores actuales del software libre) intentasen proyectar en Internet las utopías que los movimientos sociales llevaban décadas haciendo realidad en el “espacio de los lugares”. Al inicio el proceso iba del espacio “real” a Internet.Y, ahora, asistimos a la aplicación en las plazas públicas “reales” de las lógicas de trabajo en red aprendidas en Internet. Probablemente lo que suceda es que se han ido difuminando las fronteras que separan ambos espacios. Aunque muchas personas no alcanzan a comprender lo que pasa porque desconocen los modos de relación, de movilización y de construcción de cultura propios de los entornos digitales. Estos déficits se han hecho patentes, por ejemplo, en la denominada “ley Sinde”, donde los análisis y las políticas diseñadas desde los representantes gubernamentales están bastante alejadas de las propuestas de creadores, intelectuales y artistas que están en la vanguardia de la cultura digital. 3. La importancia del “ya” de Democracia Real Ya. Tanto el movimiento Juventud Sin Futuro como Democracia Real Ya (DRY) han tenido importantes aciertos en el diseño político y comunicativo de sus propuestas, que han conducido a la movilización de sectores de la población que hasta el momento se habían mantenido autoexcluidos de la participación social y política. En el caso de DRY la novedad no reside, probablemente, en sus aportaciones en torno al cuestionamiento de los límites de la democracia representativa y a la necesidad de apuntar hacia otros modelos de democracia, más participativos, deliberativos o, directamente radicales, en el genuino sentido de la palabra. Como decíamos, en este terreno teórico se vienen apuntando en los últimos tiempos sugerentes y novedosas propuestas respecto a las que DRY no ha aportado nada nuevo. Sus aportaciones vienen, más bien, de la utilización del adverbio ya. V Í C T O R
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En este sentido, apunta Gonzalo Abril17 que, para él, el significado de este ya es muy diferente del clásico basta:“Basta tiene un carácter negativo, se refiere a la exigencia del cese de un estado de cosas. Ya es afirmativo y remite al aquí/ahora, a la urgencia intransigente del cumplimiento, no en el mañana de un futuro utópico que puede ser tan ilusorio como un paraíso religioso, sino en este presente en que vivimos, el presente tan denostado de la instantaneidad y la fluidez (las condiciones espacio-temporales de nuestra comunicación-cultura digital) en el que se conjugan, a la vez, las estrategias de la dominación y las de la resistencia”. De algún modo, la reflexión en torno a este ya y sus implicaciones entra en tensión y conflicto con la conocida expresión del “ya sí pero todavía no” del filósofo de la esperanza, Erns Bloch. No tanto por el cumplimiento en el presente histórico de la utopía escatológica anunciada desde los grandes relatos emancipatorios. Más bien, las nuevas aportaciones residen en la superación de una solapada resignación, asumida implícitamente por parte de generaciones anteriores, en cuanto a las pocas posibilidades de introducir en el presente cambios realmente revolucionarios, unos cambios que quedaban postergados a un futuro más prometedor. Paradójicamente, Juventud sin Futuro renuncia a unos tiempos venideros de los que desconfían en cuanto a la posibilidad de que sean portadores de una vida mejor. Pero esa desconfianza del futuro como espacio de cumplimiento de las promesas, como espacio de seguridad –en el que entraron más fácilmente las generaciones socializadas en el fordismo y en los relatos de la Modernidad– no implica, necesariamente, la caída en el presentismo celebratorio y evasivo de la postmodernidad triunfante. Es posible una superación de estas tensiones y contradicciones a partir de lo que Sousa Santos ha definido como postmodernismo de oposición, que toma distancia del posmodernismo relativista y celebratorio, contento de vivir en el mejor de los mundos posibles a pesar el aumento de las desigualdades e injusticias globales, y también se distancia del modernismo arrogante y dominador, incapaz de revisar sus límites a pesar de la crisis que afecta a la Modernidad. Surge, así, un presentismo de carácter positivo, cargado de posibilidades, en este caso, para la acción transformadora18.
17 https://sites.google.com/site/trestextospararesistir/ 18 Es posible releer este presentismo posmoderno transformador desde las claves propuestas, entre otros, por Michel Maffesoli (El tiempo de las tribus, Siglo XXI, 1990). Experiencias como el movimiento 15-M permiten apropiarse desde una perspectiva transformadora del potencial revolucionario del aquí y del ahora. Del presente como espacio de posibilidad para una existencia alternativa. V Í C T O R
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El “reverso tenebroso”. Tensiones, zonas oscuras, cuestiones sin resolver
Utilizamos la conocida expresión de La Guerra de las Galaxias para centrarnos en aquellos aspectos del movimiento 15-M que nos ayuden a evitar cualquier esbozo de idealización. Como toda realidad humana y social conviven elementos y tensiones positivos y negativos. Es más, los dinamismos y procesos en marcha tienen la potencialidad de superar las contradicciones, no sólo las del sistema social al que se critica –la globalización capitalista– sino también las contradicciones internas, las propias del movimiento. En este sentido, apuntamos algunos de estos elementos contradictorios sobre los que el futuro nos irá diciendo si su encauzamiento y superación han sido los deseados: 1. En el terreno comunicativo, redes sociales como twitter pueden ser apropiadas desde dos lógicas y proyectos políticos diametralmente opuestos. Junto al mundo de posibilidades tecnocomunicativas que se abren, para los movimientos sociales, con las nuevas redes sociales (como twitter), es importante reconocer que estas herramientas también están siendo intensamente apropiadas por parte de las grandes empresas, desde una lógica y un proyecto político y social radicalmente diferentes. Desde un punto de vista comunicativo la disyuntiva es la siguiente. Las redes sociales pueden servir como anticipo y expresión de unos modelos comunicativos y políticos centrados en la horizontalidad, en la participación y en la construcción de redes de solidaridad. O, por el contrario, pueden ser instrumentos para reforzar las posiciones de dominio y las capacidades de control difuso de las empresas hacia los potenciales consumidores o de los partidos hacia sus potenciales votantes. Desde esta segunda perspectiva, las redes sociales serían la sofisticación de los mecanismos funcionalistas y conductistas de regulación y control de la opinión pública puestos en marcha en el “viejo” sistema de los medios de comunicación masiva. Desde esta lógica, el modelo comunicativo seguiría siendo el mismo, ya que la participación del ciudadano (consumidor/votante) es reapropiada por el emisor (partido/empresa) para recabar más datos de su público objetivo, de modo que pueda presentarle mejor su producto. En este esquema, la capacidad del diseño de la estrategia comercial o del proyecto político sigue estando en manos del V Í C T O R
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emisor, es él quien sigue teniendo la sartén por el mango. Ahora lo nuevo son los sofisticados mecanismos de control, que se presentan bajo la aparentemente democrática versión del prosumidor, un consumidor que participa activamente en el acto de consumo. Pero su actividad no afecta a una transformación del modelo, más bien ayuda a su perpetuación. El ejemplo del tunnig, la personalización del automóvil, nos permite visualizar las ideas que estamos exponiendo, en la medida en que no entra a cuestionar el papel económico, ecológico y social de la industria automovilística, sino que, más bien, refuerza su posición como actor económico dominante, en todos los sentidos de la palabra. A los movimientos sociales como el 15-M les queda la posibilidad de comprender y utilizar estas redes desde la perspectiva que proponen Lazzarato y otros, entendiendo que la cooperación es ontológicamente previa a los mecanismos de captura. Esta idea nos parece muy sugerente, en la medida en que permite comprender que una cosa es el conocimiento social y algo radicalmente diferente es el mecanismo y la lógica de captura de este conocimiento. Dicho de otra manera, el mercado se apropia de las redes sociales para aprovechar un conocimiento y unas posibilidades que están en la sociedad, y lo hace de un modo diferente a las estrategias de apropiación puestas en juego por los movimientos sociales. La diferencia no está tanto en la herramienta (twitter, redes sociales) como en la lógica de apropiación y en el proyecto político subyacente. Como hemos apuntado en otros lugares, en el campo de la comunicación alternativa no basta, siguiendo con el conocido refrán, con cambiar el collar del perro19. Es decir, no es suficiente con cambiar el contenido de los mensajes. Hay que cambiar también “el perro”, entendiendo por esto un cambio en el modelo comunicativo y político subyacente. Un modelo que, en el caso de los movimientos sociales, sí apela al ciudadano como sujeto activo y protagonista, para implicarle en unos procesos sociales y colectivos de cambio. En este sentido, será importante discernir los modos de utilización y apropiación tecnológica específicamente propios y fecundos de los movimientos sociales, para evitar caer en la dulce trampa de las lógicas mercantiles subyacentes a las estrategias de otros actores sociales y económicos. 2.Tecnologías de la interrupción. En varios momentos de nuestra reflexión nos hemos alineado con la perspectiva sociocéntrica de las TIC, que permite contemplarlas como herramientas al servicio de procesos sociales de cambio como el que impulsa el movimiento 15-M. Son muchas las potencialidades de estos instrumentos, usados y apropiados desde unas lógicas emancipatorias. Sin embargo, no podemos dejar de hacer referencia a aquellas consecuencias negativas que el uso intensivo de las redes sociales virtua19 MARÍ, V. M.: “Un perro diferente con un collar también diferente. Comunicación para el Desarrollo y el Cambio Social”, en Noticias Obreras, nº 1.404 (marzo 2006), pp. 41-42. V Í C T O R
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les puede tener para la ciudadanía activa y las organizaciones que apuestan por el cambio social. En otro lugar, reflexionando sobre estas cuestiones, apuntaba que “hay mucho de surfeo y poco de buceo en el uso de las TIC y de las redes sociales por parte de las organizaciones solidarias”. Con este juego de palabras invitaba a reflexionar sobre una doble dinámica; por un lado, lo positivo que resulta comprobar la rapidez y la intensidad con la que estas organizaciones se han apropiado de los nuevos modos de comunicar. Por desgracia, ha habido otros periodos en los que los movimientos sociales tardaron más y se mostraron más reacios a la utilización de determinadas tecnologías de la información y de la comunicación. Este surfeo se manifiesta en la posibilidad de contactar en tiempo real con otros ciudadanos y organizaciones. En la posibilidad de organizar acciones colectivas en poco tiempo y con gran eficacia. En la recogida de firmas para promover una causa justa. En el acceso rápido a información que no siempre se publica en los medios masivos.Y muchas posibilidades más. Pero, por desgracia, este surfeo no va acompañado siempre del buceo necesario. ¿Qué entender por buceo? El buceo tiene que ver, por ejemplo, con el tiempo dedicado a la reflexión y al análisis de la realidad, dinámicas que a veces se pueden impulsar estando conectado, pero en otras ocasiones es necesario desconectarse para poder concentrarse en una sola tarea. Corren tiempos en los que la comunicación es más practicada que pensada, y habría que intentar compensar este desequilibrio, recuperando tiempo, espacios y dinámicas para tareas tan fundamentales como son la elaboración de conocimiento, para el silencio, para la reflexión y el debate colectivo. La expresión tecnologías de la interrupción ha sido acuñada por el periodista Nicholas Carr. En su libro Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? (2011) apunta hacia algunas de las consecuencias negativas que está suponiendo la incorporación intensiva de Internet a nuestras vidas. Carr (2011:116) define el ordenador como un ecosistema de “tecnologías de la interrupción”. Desde esta lógica, la elaboración de un ejercicio reflexivo con el ordenador se lleva a cabo, por parte de muchos usuarios de Internet, a la vez que se tienen abiertas otras tantas ventanas y programas: el correo electrónico, las cuentas de Facebook y Twitter o el reproductor de música. El teléfono móvil también está accesible, y posiblemente le televisión esté encendida. Sin negar las utilidades, en ciertas ocasiones y para ciertos trabajos, del denominado multitasking (multitarea), creemos que hay otras ocasiones y otras tareas que requieren concentración y profundización en una sola cosa. Por desgracia, se cuenta ya con estudios de campo que verifican las consecuencias de este uso intensivo de las TIC. Bifo (2007:68) plantea que muchos ciudadanos contemporáneos tienen cada vez menos tiempo de atención disponible porque están envueltos en un número creciente de tareas mentales que ocupan su tiempo de atención. Continúa diciendo que, si se quiere sobrevivir hay que ser competitivo, y esto pasa por estar conectado, por recibir y elaborar continuamente una V Í C T O R
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inmensa y creciente masa de datos, lo que provoca un estrés de atención constante y una reducción del tiempo disponible para la afectividad (2007:75). De un modo irónico y directo a la vez, concluye que las personas ya no disponen de tiempo para dedicar a sus vidas, al amor, a la ternura, al afecto: “toman Viagra porque no tienen tiempo para los preliminares del sexo”. 3. Superación de las contradicciones de algunos movimientos de vanguardia. Es posible identificar y releer las prácticas del 15-M desde la amplia diversidad de corrientes ideológicas y tradiciones emancipatorias que han ido fraguándose históricamente en la izquierda. Una de ellas es el situacionismo, y las diferentes versiones en las que este movimiento se manifiesta en la actualidad. El situacionismo, entendido como el movimiento iniciado en la década de los cincuenta y especialmente activo e influyente en las revueltas de mayo del 68, se centra en la creación de situaciones, momentos colectivos que se escapan a la realidad construida por los poderes hegemónicos en la sociedad, entre ellos el de los medios de comunicación. Las aportaciones del situacionismo son especialmente fructíferas en la actualidad; la obra de algunos pioneros del movimiento, como Guy Débord y su Crítica a la Sociedad del Espectáculo, sigue ofreciendo vetas sugerentes para repensar hoy la crítica y la construcción de alternativas al régimen dominante. La difusión de expresiones como semiocapitalismo20 (Baudrillard, Franco Berardi); el papel del deseo y la sensibilidad en el nuevo capitalismo afectivo y cognitivo21, pero también en la construcción de los nuevos sujetos políticos; las posibilidades de los medios de comunicación y de las redes sociales para poner en marcha tácticas de guerrilla de la comunicación22 son, entre otras, algunas de las perspectivas de análisis a las que merece la pena seguir la pista. Junto a estas aportaciones significativas, encontramos interesante rescatar alguna de las críticas que, desde el seno de la izquierda, se han realizado a los límites internos de esta corriente y a los modos en los que la nueva fase del capitalismo postfordista se ha apropiado de algunas de sus reivindicaciones y, a veces, también de algunos de sus representantes, para superar las contradicciones de la nueva 20 “Semiocapitalismo es el modo de producción en el cual la acumulación de capital se hace esencialmente por medio de una producción y una acumulación de signos: bienes inmateriales que actúan sobre la mente colectiva, sobre la atención, la imaginación y el psiquismo social”, en http://lavaca.org/notas/quien-es-y-como-piensa-bifo/ . Ver, también, BERARDI, F. (2007): Generación PostAlfa. Patologías e imaginarios en el semiocapitalismo. Tinta de Limón, Buenos Aires. 21 Blondeau, O., Dyer N., Vercellone, C., Kyrou, A., Corsani, A., Rullani E. et al. (2004): Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva. Madrid.Traficantes de Sueños. 22 Grupo Autónomo AFRIKA (2000): Manual de Guerrilla de la Comunicación. Barcelona. Editorial Virus. V Í C T O R
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etapa del sistema capitalista. Boltanski y Chiapello, en su obra El nuevo espíritu del capitalismo dedican un apartado al mayo del 68, en el que aparece el término de crítica artística. Desde su punto de vista, las propuestas de cambio social que surgen desde los nuevos movimientos sociales en la década de los sesenta son susceptibles de ser apropiadas y neutralizadas por el sistema social dominante en la actualidad. Para ellos, la crítica artística consiste en desarrollar la producción y comercialización de bienes de consumo renovados continuamente en su apariencia como mercancías, cuyo carácter novedoso apacigua temporalmente las angustias ligadas a la masificación. Continúan diciendo que “la nueva gestión empresarial propone, por lo tanto, algunas respuestas a la crítica del desencanto, promoviendo la producción de productos adaptados a la demanda, personalizados y que satisfagan “verdaderas necesidades”, así como modos de organización más personales y humanos. Del mismo modo, satisface las demandas de liberación de la empresa de la burocracia características de la crítica del segundo espíritu del capitalismo (2002:152). La crítica artística apunta hacia las estrategias de apropiación, puestas en marcha por el sistema capitalista, para incorporar las aportaciones gestadas en los movimientos sociales que son susceptibles de permitir la superación de las contradicciones propias del capitalismo. Dicho de otra manera, y siguiendo a José A. Zamora (2008), podríamos formularnos la siguiente pregunta: ¿qué es lo que no puede ser subsumido ni superado en la tendencia dominante? El mundo de la publicidad nos brinda cotidianamente ejemplos de cómo se pueden incorporar los elementos de la crítica para neutralizarlos una vez quedan subsumidos en la lógica de la marca y de la mercancía. En relación con el movimiento 15-M tenemos el caso de la campaña publicitaria puesta en marcha por Movistar en el Otoño de 2011, en la que aparece una asamblea similar en su forma a las asambleas del 15-M, pero en la que, ahora, se habla de las nuevas tarifas y ventajas ofrecidas por la compañía. En este sentido, a finales del 2011, salía publicada la versión en castellano de un texto fundamental a la hora de analizar el modo en el que el mundo de la publicidad de los 60’ se apropió del discurso revolucionario de los movimientos sociales y de la contracultura de la época. La conquista de lo cool. El negocio de la cultura y la contracultura y el nacimiento del consumismo moderno (2011)23 continúa con 23 Thomas Frank. Alpha Decay, Barcelona, 2011. El siguiente extracto es un buen botón de muestra del análisis realizado por el autor del libro:“Pese a las opiniones de los dirigentes republicanos, la cultura contestataria de la juventud continúa siendo un contexto idóneo para las empresas, que lo aprovechan para promocionar no sólo unos productos en concreto, sino la idea de cómo ha de ser la vida en la revolución cibernética. Las fantasías comerciales de rebelión, liberación y «revolución» contra las exigencias asfixiantes de la sociedad de masas se repiten hasta el punto de pasar totalmente desapercibidas en los anuncios de publicidad, las películas y los programas de televisión. Mientras para algunos el autobús multicolor de Ken Kesey es un recordatorio espantoso de una catástrofe nacional, a Coca-Cola le sirvió como perfecto instrumento para promocionar Frutopía, su línea de refrescos de fruta, y así, puso a circular réplicas del vehículo por todo el país con el fin de generar un interés por V Í C T O R
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la misma línea argumental que recorre este apartado, los modos en los que el sistema capitalista es capaz de subsumir el discurso alternativo en el discurso publicitario, de modo que se produzca un doble efecto: la desmovilización del discurso del cambio y la canalización del cambio social a través del consumo. Como consecuencia de este doble movimiento, ser “alternativo” y “revolucionario” no pasa ya por impulsar cambios estructurales en la sociedad sino, más bien, por comprar determinadas marcas que representan los valores emergentes de un consumidor que toma distancia respecto a las masas que consumen otros productos menos sofisticados, menos rompedores, menos personalizados. Surge la pregunta, por lo tanto, en torno a la capacidad del 15-M de encontrar las conexiones con aquellas tradiciones emancipatorias de la izquierda que pueden ofrecer más resistencia a ser apropiadas por la lógica arrolladora del sistema social dominante. Pienso, entre otras estrategias, en la necesidad de aquellas que permitan establecer alianzas y conexiones entre los hackactivistas de vanguardia y el precariado que no siempre tiene, como consecuencia de su posición de dominado, la posibilidad de ejercitar ni sus capacidades discursivas ni las capacidades prácticas para liberar parte de su tiempo vital para la reflexión, la crítica o el disfrute de la vida. Sería conveniente entrar en la dinámica que llevó a la filósofa Simone Weil a experimentar, en su propio cuerpo, la alienación y explotación de tantos obreros anónimos en la cadena de montaje de las fábricas de Renault, allá por los años treinta del pasado siglo XX.Tras esa experiencia,Weil pudo decir que llevaba en su cuerpo la huella del esclavo. El lugar social y vital desde el que pensar la realidad está encaminado a conectar con los ciudadanos anónimos que, más por su testimonio como víctimas que por sus palabras, son una invitación provocadora hacia los movimientos sociales e intelectuales, para que las propuestas alternativas de sociedad que éstos proponen incluyan real y prácticamente a este precariado. Que el tiempo liberado para la reflexión, del que disfrutan intelectuales, analistas, vanguardias, etc, les permita construir alternativas viables para el precariado silencioso que, con el 15-M, ha empezado a pronunciar su voz.
estas bebidas alternativas. Las zapatillas Nike se venden con las palabras de William S. Burroughs y las canciones de los Beatles, Iggy Pop y Gil Scott Heron («La revolución no será televisada») de fondo; los símbolos de la paz decoran las cajetillas de una marca de cigarrillos manufacturada por R. J. Reynolds y las paredes y ventanas de las cafeterías Starbucks de todo el país; los productos de Apple, IBM y Microsoft se venden como aparatos liberadores y la publicidad de cualquier clase de objetos incita a los consumidores a desobedecer las normas y a buscarse a sí mismos. La industria de la música continúa rejuveneciendo mediante el periódico descubrimiento de nuevos y cada vez más subversivos movimientos juveniles, por no hablar de nuestro mercado televisivo, que es un carnaval las veinticuatro horas del día, un escaparate de transgresión e inversión de valores en el que caben patriarcas humillados y puritanos horrorizados, guitarras estridentes y jóvenes libidinosos, modas siempre desafiantes, coches que atropellan los convencionalismos y zapatos que nos permiten ser nosotros mismos”. V Í C T O R
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Parece que el movimiento 15-M va a seguir siendo, parafraseando a Walter Benjamin, los frenos de emergencia de un tren que camina a toda velocidad hacia el abismo. El actual modelo económico, político, ecológico y civilizatorio –dominado por un ingobernado capitalismo especulativo-financiero– no es sostenible, hace falta una transformación radical. Seguramente, el movimiento 15-M seguirá siendo ese freno de emergencia, la voz que se alza y se reúne en las plazas públicas y virtuales para seguir demandando mejores condiciones de vida para los jóvenes y las mayorías precarizadas. La llegada de la derecha a la mayoría de los gobiernos autonómicos y al gobierno central español hace prever un cambio en la gestión gubernamental del 15-M, en el que por desgracia parece más que probable un aumento de la respuesta represiva y violenta. En este contexto, y ante el aumento de las desigualdades sociales y la pérdida de futuro para los jóvenes, los gobernantes no deberían olvidar que siempre es preferible una acampada como la Puerta del Sol de Madrid que unos disturbios sociales como los del verano de 2011 en Londres.
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Bibliografía
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Cuestionario para la reflexión
Sugerimos, a continuación, una serie de cuestiones sobre las que reflexionar personalmente y en grupo sobre algunas de las ideas centrales de este documento: 1. ¿Qué elementos te han llamado la atención de la visión de la comunicación presente en este texto? ¿Qué opinas de las visiones reduccionistas de la comunicación apuntadas en el documento? ¿Están presentes en tu ambiente? 2. En el apartado denominado “Cronología de un proceso” se reconstruyen los antecedentes cercanos y lejanos que permiten conectar el movimiento 15-M con la tradición emancipatoria. En este sentido, y pensando en tu contexto local (provincia, ciudad, barrio), ¿cuáles son estos antecedentes en tu caso concreto? ¿Con qué experiencias, grupos, movimientos sociales, se podrían conectar las movilizaciones del 15-M? En torno a esta pregunta, se puede construir, grupalmente, un mapa similar al que aparece en el texto con la red de conexiones y antecedentes cercanos y lejanos. 3. En continuidad con el apartado “Lo realmente novedoso del movimiento 15-M”, destaca tres elementos que, desde tu punto de vista, son nuevos en cuanto a las formas de comunicación puestas en marcha por el 15-M. Puedes destacar un slogan, una actividad, un cartel, una pancarta, una imagen, un mensaje de twitter, etc. 4. Finalmente, destaca algunos elementos que conecten con las ideas del apartado “el reverso tenebroso del 15-M”. Señala algunas amenazas, peligros, lógicas negativas, que podrían limitar el potencial transformador del movimiento.
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