Vivir en proceso

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Javier Garrido

Vivir en proceso Un modo de plantearse la vida

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Javier Garrido, ofm

Vivir en proceso Un modo de plantearse la vida

Instituto Teol贸gico de Vida Religiosa Erlijioso Bizitzaren Teologi Institutoa Apdo. 427 - GasteizNitoria 2006


- Capítulo 3 -

Proceso humano y gracia de Dios Con el mismo título publiqué el año 1996 en la editorial Sal Terrae, unos apuntes de espiritualidad cristiana. Aquí se establecen y justifican algunas tesis básicas sobre la relación entre naturaleza y gracia (por utilizar el lenguaje clásico), que la teología y la pastoral del siglo pasado tuvieron que revisar de la tradición. Dado el carácter más bien práctico de este folleto, no es el momento de volver sobre ello.

l. Desajustes · Vivir en proceso exige máxima atención a la realidad. Ahora bien, cuando se es adulto, joven, maduro o anciano, es necesario discernir cómo se ha desarrollado el proceso en cuanto maduración humana, en cuanto vida con Dios y desde Dios y en la correlación de ambas dimensiones. A esto llamamos discernimiento integral.

que desde hace unos meses le asaltan: "¿Por qué tengo tanta necesidad de ser aprobada por la autoridad?".

Es frecuente encontrarse con desajustes, o bien por no haber aprendido a vivir en proceso, o bien por un planteamiento reductor del proceso.

A todo el mundo le ha impresionado cómo C.B. ha encajado el diagnóstico del cáncer y está soportando las sesiones de quimioterapia. Sin embargo, sus hermanos conocen su mal carácter para la convivencia. Me comenta su superior que se comportaba como un adolescente y que a veces le confesaba con mucha sinceridad que no sabía lo que le pasaba.

C.A. se encuentra a los 43 años con una historia de responsabilidades institucionales, a las que ha atendido con eficacia y solicitud admirable. Altamente considerada en la Congregación. A raíz de un cursillo sobre personalización, ha comenzado a dar nombre a sensaciones

C.C. llamaba la atención desde estudiante por su equilibrio psicológico y su sentido de Dios. A los 29 años decidió irse a una Misión de África. Puso en marcha una obra para promocionar a la mujer. Acaba de cumplir 45, y en unos cursos de exégesis sobre los


- 28evangelios (había pedido seis meses de actualización en España), se le ha desbaratado su imagen de Jesús. ¡Tenía tan claro que Jesús era su Señor, su único amor! ¿Se trata sólo de revisión teológica, o hay más? En efecto, en unos Ejercicios espirituales, centrados en la relación con Jesús, hemos descubierto que su equilibrio afectivo le había facilitado un celibato sin sobresaltos, pero que había pagado un precio: cierta sublimación del deseo, con miedos latentes a la sexualidad. Ha sido un privilegio ayudarle a vivir con Jesús su ser de mujer de una manera normal. C.D. ha entrado en la vida religiosa para dedicarse a los más desfavorecidos. Para ello, ha escogido un instituto conocido por sus opciones sociales. Con alta conciencia de sí, ha esperado a terminar la carrera de médico, ha vivido experiencias de pareja, ha colaborado durante los veranos con "Médicos sin fronteras" ... Acaba de iniciar el noviciado y se encuentra con un maestro que le habla de la relación afectiva con Jesús a la luz de la 2a Semana de san Ignacio. Lo ha pasado francamente mal, porque ha constatado el desajuste entre su sentido ético de la fe y su afectividad espiritual.

*** Tener desajustes no es problema. Evidentemente, no es lo mismo tener que abordarlos a los 53 o a los 32. Es

más importante discernir las causas del desajuste. A veces es cuestión de formación; otras nacen del inconsciente, de mecanismos de defensa (los desajustes pueden reforzar conflictos latentes). Los psicólogos tienden a creer que todos los problemas de desajuste son de personalidad y de mala gestión de los conflictos. En mi opinión, algunos desajustes provienen de las resistencias espirituales a la conversión que atañe al centro vital de la persona. Por ejemplo, en C.F. hay pánico a la intimidad de la oración. Lleva años sabiendo que tiene que hacer oración, y la rehuye una y otra vez. La mayoría de las veces, es verdad, los desajustes combinan simultáneamente aspectos psicológicos, existenciales y espirituales.

2. Conversión antropológica En nuestros contextos, la palabra conversión tiene un contenido claramente religioso-moral. Uno se convierte a Dios y a su voluntad, iniciando un camino nuevo de vida. En la personalización, cabe hablar de conversión antropológica. Sus rasgos: - La persona inicia la búsqueda de sí mismo, diferenciando la identidad social, que hasta ahora ha configurado su yo, y la identidad personal.


- 29- La actitud básica es la de autenticidad existencial, tal como la hemos explicado. - Se vive de dentro afuera. Hablamos de conversión, porque se trata de un giro radical en el planteamiento de la vida. Y antropológica, porque atañe al espíritu humano, a la búsqueda de la verdadera humanidad, y puede darse, perfectamente, en alguien que no es creyente.

*** Sin embargo, no se opone a la conversión religiosa, que se supone teacéntrica. Ésta consistiría en afirmar que la medida del hombre es Dios, no lo humano. Por eso, a una mentalidad tradicional resulta chocante hablar de conversión antropológica, pues se inspiraría en una cosmovisión antropocéntrica. Digamos, a modo de tesis, que antropocentrismo y teocentrismo se encuentran allí donde ambos se radicalizan. ¿Es la cosmovisión cristiana teacéntrica o antropocéntrica? Basta pensar en la Encarnación para darnos cuenta que la pregunta está mal planteada. De todos modos, la perspectiva desde la que hablamos es la de proceso.

En la fase de equipamiento, si la persona ha sido educada en la cosmovisión cristiana, el horizonte último de sentido de su vida es Dios. Cuando se desencadena el proceso de transformación con la crisis de autoimagen, es cuando se necesita la conversión antropológica. Si se confunde con la autorrealización, es decir, cuando el horizonte de sentido se repliega en lo humano controlable, se opondrá a la conversión religiosa. Pero cabe ser fiel a sí mismo sin cerrarse sobre sí mismo. Por eso, la personalización habla de pedagogía simultánea: la importancia de vivir en proceso teniendo como eje la identidad personal y aprendiendo a relacionarse con Dios desde el centro personal. Así en la fase de Iniciación, porque en la de Fundamentación (conversión teologal) la conversión consiste en ser en sí más allá de sí, en darle a Dios las riendas de la propia existencia. Pero entonces, paradójicamente, deja de haber contraposición, porque el Espíritu Santo ha recreado la autonomía de la persona desde la obediencia de fe.

*** Planteamientos así sólo son posibles en una cultura, como la nuestra, en que el antropocentrismo es lo evidente. El camino de la evangelización y de la formación inicial tiene que asumirlo y darle una respuesta "desde dentro", no desde la batalla ideológica que contrapone.


- 30Hace años leí una reflexión que me iluminó y me ha ido acompañando: "Cuando un conflicto de cosmovisiones parece bloquearse, la sabiduría está en arrojar la jabalina más lejos". Traducido: más humano todavía; más divino siempre.

3. Dramática existencial

grupo de compromiso social, había escuchado repetir que Dios nos quiere libres y felices, que lo suyo es acompañarnos en nuestro camino de plenitud humana. Ha ido a hablar con el director de los Ejercicios, y todavía ha quedado más desconcertada cuando éste le ha dicho: "Sí, al principio crees que tú eliges a Dios; luego te das cuenta de que ya habías sido elegida".

La interacción entre el proceso humano y la gracia de Dios no es algo arD.C. está estrenando su relación mónico y lineal, sino profundamente afectiva con Jesús. Nunca hubiese imaginado lo real que es. dramático. No me refiero a situaciones extremas o emocionalmente límite, siD.D. ha sido siempre no a la tensión que conlleva La interacción entre alma de oración; pero no tela transformación personal. el proceso humano nía integrada la misión. Aly la gracia de Dios tamente responsable en la D.A. se ha encontrado no es algo armónico tarea, pero deseando termicon que la relación con y lineal, sino narla para retirarse a la soDios está tan condicionada profundamente ledad. Resulta que se ha por las normas, que tiene dramático encontrado en la escuela que aprender a romperlas, y con un adolescente problemático, que ha decidido no ir a Misa todos los días. al principio le tensionaba mucho, y Los demás hermanos de la comunidad ahora, sin saber cómo ni por qué, le está se extrañan, porque no deja su oración cambiando el corazón. Ya no puede personal. Pero su drama es más inteorar sin recordar los rostros vivos de la rior: ¿No estaré haciendo lo más cóclase. Lo más bonito, dice ella, es que modo? ¿No tengo el peligro de montarla intimidad con Dios es mucho más me una relación con Dios a mi medida? desapropiada y que se le da incluso cuando menos lo espera, al explicar D.B. ha escuchado en una charla de ciencias naturales a los alumnos/as. Ejercicios (primera vez que los hace) que hemos sido creados para Dios. La expresión le resulta muy chocante, por*** que parece contradecir el principio de En los procesos de transformación autonomía. Antes de entrar en la vida son de máxima importancia las religiosa, cuando participaba en un


- 31 experiencias configuradoras. En éstas percibe la persona, en el claroscuro de la conciencia, que se pone en juego la verdad íntima de su ser y la obra de la Gracia.

Son de todo tipo: mediaciones de la vida ordinaria (la oración, la Eucaristía, la vida comunitaria, las responsabilidades .. .), acontecimientos imprevistos, situaciones comprometidas .. . Tienen que ver con la advertencia repetida por Jesús: "Vigilad, porque no sabéis el día ni la hora". Conciencia despierta, en que uno se desprotege, pero tiene también la tentación de atenerse a lo controlable. Llamada al riesgo de la libertad. Llamada más honda a la confianza en la Providencia. No se sabe a priori. Sólo a posteriori se comprueba que la experiencia ha sido "configuradora", plataforma privilegiada del proceso.

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miento personal, humano y espmtual, según las luces que uno tiene, honradamente. Y poner los medios. - El de reojo es el que está atento a lo no controlable, a la "jugada" que nos hace el Señor providencialmente, para transformarnos a su modo y a su ritmo. A veces la jugada puede ser desconcertante, a través incluso de experiencias de pecado. La misericordia del Señor es así. Hay que estar vigilantes, sobre todo, al mundo afectivo. En él somos especialmente desprotegidos y se desencadena y desarrolla el proceso. En lo humano, es decir, en las relaciones implicativas; en lo espiritual, es decir, en el cara a cara con Dios, en la oración.

4. Conversión teologal Hay un proceso preteologal: - Un equipamiento sano con una cosmovisión cristiana que integre positivamente tradición y actualidad.

Nueva paradoja: en el máximo de conciencia, lo determinante escapa a nuestro análisis y discernimiento; es cuestión, más bien, de luz del corazón.

-Actitud básica y habitual de autenticidad existencial.

Para vivir en proceso es un buen consejo caminar con dos ojos:

- Factores que desencadenan el proceso de transformación.

- El derecho corresponde a la autenticidad. Es necesario trabajar el crecí-

-Trabajo de personalización de asignaturas pendientes, posibilitando crecí-


- 32miento interior con pedagogía simultánea de lo psicológico y espiritual.

- A más vida de Dios, más conciencia de pecado.

- Fidelidad a sí mismo con autonomía, que no se confunde con centrar el sentido de la vida en la autoafirmación.

Imposible justificar la propia vida desde lo que hago, ni siquiera desde la autenticidad existencial.

- Progresiva relación con Dios, integrando la experiencia de su amor incondicional y de su autoridad, como última referencia del propio ser. - Intuiciones que se aclaran y consolidan: que la vida consiste en confiar, que la libertad interior nace de Fuente de la que no disponemos, que lo esencial no es procesual. ..

*** Llega un momento/fase en que el proceso se encuentra con contradicciones sin salida: - A mayor autonomía, mayor conciencia de la imposible autoliberación. - La finitud se impone con tal fuerza que desenmascara toda pretensión de omnipotencia (sutilmente enmascarada en el crecimiento humano y espiritual). - Lo más deseado, la experiencia de Dios, no depende del deseo, sino de Su libertad.

- ¿Por qué la mayor fuente de esclavitud es la propia voluntad, aunque ésta tenga forma de generosidad?

*** La conversión teologal es obra exclusiva del Espíritu Santo. Literalmente, nuevo nacimiento (cf. Jn 3). En el proceso de personalización se le llama experiencia fundante, eje vertebrador de todo el itinerario espiritual. Lo anterior debe ser preparación; y lo posterior, el seguimiento de Jesús, se apoya radicalmente en ella. Hay un momento/fase en que Dios toma la iniciativa del proceso y me da vida de la muerte, resolviendo las contradicciones que acabamos de apuntar, pero no por equilibrio, sino por síntesis insospechadas. Las formas o modos de esta experiencia son básicamente cuatro: - Confianza en Dios más allá de lo controlable. - Liberación de la ley y sus obras por el primado de la fe.


- 33 - Libertad como obediencia de amor. -Encuentro con Jesús como ser encontrado. Las cuatro tienen el mismo núcleo: la autonomía (el ser en sí) ha encontrado su fuente más allá de sí, en el "amor primero" (1 a de Juan), creador y redentor. La existencia es gracia y consiste en entregarse confiadamente a la iniciativa de Dios. La conversión teologal se caracteriza por esta dualidad: por una parte, es totalizadora, abarcando a la persona entera (lo psicológico, lo existencial y lo espiritual); por otra, es teologal y transforma la intencionalidad inmanente de la persona. En cuanto totalizadora, promociona máximamente el proceso de personalización (su maduración humana y su dimensión de trascendencia). En cuanto teologal, no atañe directamente a la realidad psíquica, ni siquiera al comportamiento ético, sino al sentido último de la existencia y al corazón, en cuanto centro personal (el amor escatológico de Dios revelado en Jesús muerto y resucitado).

*** De lo dicho anteriormente, se deduce que el Misterio Pascual configura toda la vida teologal. Por lo mismo, tiene diversos grados, desde la fundamen-

tación inicial hasta la cristificación definitiva.

5. Vocación y proceso Al principio, la vocación es identificada con el ideal. Si éste es interpretado teocéntricamente, se habla de iniciativa de Dios. Si es visto antropocéntricamente, se habla de proyecto de vida. Esta experiencia vocacional es puesta a prueba por la crisis de autoimagen, al tener que diferenciar la identificación del deseo y la experiencia real de la iniciativa de Dios. La vocación no es negada, sino resituada en la dinámica del proceso de personalización. Necesita aclarar si su motivación es preteologal o teologal. Al cabo de un tiempo, si el proceso es fundamentado teologalmente, la vocación encuentra su fuente propia, la iniciativa de Dios vivida en obediencia de fe. El proceso consiste en vivir vocacionalmente. - En algunos casos, excepcionalmente, el talante existencial no se preocupa ya del proceso, porque uno es llamado a vivir cada día del don de Dios, dejando a Dios que haga su obra a su mre.


- 34- En la mayoría de los casos, v1v1r vocacionalmente se compagina con seguir trabajando, simultáneamente,

el proceso. Su instrumento básico, el discernimiento espiritual.

Puntos de reflexión 1) Sería conveniente una lectura pausada del capítulo, subrayando lo que tiene que ver con la dramática de la propia historia personal. 2) Aunque parezca incongruente, se puede llegar a tener 60 años en la vida religiosa sin haber tenido conversión teologal. ¿A qué crees que puede ser debido? Algunos factores serán ambientales (educación, ideologización de la fe ... ), y otros, interiores (miedos, resistencias ... ). 3) ¿Qué importancia darías al acompañamiento espiritual para esta sabiduría del proceso, que abarca lo psicológico, lo existencial y lo espiritual? 4) Recuerda casos de otras personas sobre las cuales te ilumina este capítulo.


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