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Yanet Yisela Rivero Álvarez

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Anexo

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UN LIBRO

Celina Vargas Fuentes

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Tengo un mundo en mis manos que historias me esperarán? En sus páginas, sus letras por qué rumbos me llevarán?

No conocía de princesas ni héroes, Ni de castillos, ni dragones, Ni de las fórmulas matemáticas; hasta que abrí sus páginas y con tus leras aprendí a soñar

Esculpieron la herencia de los saberes, aquellos escribidores de todas las naciones, para transportarnos a mundos diferentes, desde los kipus hasta la tinta digital; tengo en mis manos un mundo de saberes.

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YANET YISELA RIVERO ÁLVAREZ (Bolivia)

Nació en Beni, Bolivia el 13 de diciembre de 1964. Creció en Warnes, Santa Cruz, Bolivia. Abogada, periodista y poeta. Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno de Santa Cruz, Bolivia. Realizó la maestría en Historia Cruceña y la maestría en Derecho Empresarial y de los Negocios Internacionales. Fue directora del periódico “La Enconada” y “El Norte Cruceño” y directora de la revista “Pecuaria”. Tiene varias publicaciones, en varios medios de comunicación, entre ellos en “Mundo Revista”. Colaboro como analista de obras literarias. Sus poesías y cuentos forman parte de los libros digitales que editó Roberto Ágreda Maldonado el año 2021. Libros de poesía: Pasión, ternura y algo más (2001), Mas allá de la espera (2003) y Dialogo de los amantes (2005), Y tejí un sueter con tu ausencia (2013) Poemas suyos figuran en la colección Breve poesía cruceña II (2005).

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Y TE ENCONTRÉ EN LOS LIBROS Yanet Yisela Rivero Álvarez

Cuando la aburrida soledad afecto mi aliento y la ansiedad se cobijó en mi corazón, recurrí a tus páginas, las ojee en principio con marcado aburrimiento sin detenerme a valorar tu contenido, reprimiendo algunas veces el hastió, continúe buscando.

Yo te busque, explorando en la diversidad de autores investigando esa pericia de ficción o realidad que mantiene candente, expectativa y misterio, continúe experimentando, con la exigencia del chef que prueba las especies

hasta lograr la exquisitez precisa de sus recetas, reprimiendo mi empalago muchas veces.

Así te encontré, desmarañando la trama de tus líneas seducida por tus enigmas que me ofertaban más por descubrir, en esas tus entrañas sin final, siempre insaciable como el cerebro humano, iniciaste mi costumbre. Inquiriendo en el sosiego de mi alma hasta entonces triste conocí la novela, y en ella recorrí el mundo con sus diversas formas de vida, me enganche en lo curioso de la naturaleza humana, y anduve en palacios y villas miserias, en la libertad de los campos floridos y en el encierro de alguna cárcel, pudiendo sentir su paraíso o su infierno al unísono vividos a veces por un mismo personaje, 81

en la moraleja de la vida, cuando se toman malas decisiones, y pude notar la diversidad de ideas de cada autor en una fantástica tramoya de diferentes creaciones, manteniendo la intriga en cada capítulo, me hicieron presa fácil.

Y empezó mi dulce costumbre, cual vicioso que inició su perdición en un trago o un cigarro, yo, ávida de nuevas ideas quise explorar nuevos géneros literarios, hasta conocer el cuento, que me atrapo con su atractivo sortilegio, y me enamoré enseguida, encantador vicio, que me llevó a crear uno propio, y luego una saga completa de ellos, la fábula y el ensayo, despertaron de pronto mi interés, cuando aprecié el esfuerzo enorme de cada autor para crear ese paisaje nuevo y fresco que el lector busca, esa frase única que sea capaz de sembrar en el tiempo su propia antología, hasta inmortalizar su autoría, me fui adentrando en esta grata y placentera costumbre, hasta hacer de tus páginas el apéndice del cuerpo de mis codicias.

Y cuando profundicé en la poesía, ella levantó mi ánimo, despertó mis sentidos, me dio motivos para regresar a leerla sin presión alguna, con su inmenso amor, me hizo olvidar los tiempos difíciles, sacudí del todo cualquier rastro de depresión en mí vida, al mirar con otros ojos los problemas, me impulsé en ellos, como en un arco los coloqué de lanza, cambiando mi fugaz derrota o equivocación, por una oportunidad de aprendizaje, pude imaginar en sus páginas, un mundo más humano, un universo más compasivo y gentes más honestas, con mayor sentido de dignidad y amantes de la naturaleza, 82

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