Novena de San Ignacio de Loyola

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NOVENA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA DÍA UNO Fin del hombre El hombre es creado para alabar, honrar y servir a Dios nuestro Señor. De esta forma se salvará. Todo lo demás ha sido creado como ayuda para alcanzar este fin. Invocación Oración Dame Señor tu gracia, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones se ordenen puramente al servicio y alabanza de su divina majestad. Texto Bíblico: Marcos 2, 23-28 Discusión sobre el sábado Un sábado, Jesús caminaba entre los sembrados, y sus discípulos, al pasar, comenzaron a arrancar espigas de trigo. Los fariseos le preguntaron: Oye, ¿por qué hacen tus discípulos algo que no está permitido hacer en sábado? Pero él les dijo: ¿Nunca han leído ustedes lo que hizo David en una ocasión en que él y sus compañeros tuvieron necesidad y sintieron hambre? Pues siendo Abiatar sumo sacerdote, David entro en la casa de Dios y comió los panes consagrados a Dios, que solamente a los sacerdotes se les permitía comer; y dio también a la gente que iba con él. Jesús añadió: El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado. Por eso, el Hijo del hombre tiene autoridad sobre el sábado. Petición Señor, tú conoces nuestras necesidades e intenciones, pero deseas que expresemos lo que necesitamos; por eso, si es para tu mayor gloria, te pedimos… Ofrecimiento de sí: (Todos Juntos) Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer; Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno; todo es vuestro; disponed de ello, según vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta. Oraciones: Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona

nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.

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Dios te Salve María llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre,

Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Oremos: Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a San Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre; concédenos que, después de combatir en la tierra bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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NOVENA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA DÍA DOS Pecado Imaginando a Jesucristo crucificado, hablemos con él: “Señor, has querido hacerte hombre, vivir entre nosotros y morir por mi” ¿Qué he hecho por ti? ¿Qué hago por ti? ¿Qué debo hacer por ti? Invocación Oración Dame Señor tu gracia, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones se ordenen puramente al servicio y alabanza de su divina majestad. Texto Bíblico: Lucas 15, 1-2. 11-32 El padre que recobra a su hijo "Un hombre tenía dos hijos, y el más joven le dijo a su padre: Padre, dame la parte de la herencia que me toca. Entonces el padre repartió los bienes entre ellos. Pocos días después el hijo menor vendió su parte de la propiedad, y con ese dinero se fue lejos, a otro país, donde todo lo derrochó llevando una vida desenfrenada. Pero cuando ya se lo había gastado todo, hubo una gran escasez de comida en aquel país, y él comenzó a pasar hambre. Fue a pedir trabajo a un hombre del lugar, que lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Y tenía ganas de llenarse con las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Al fin se puso a pensar: ¡Cuántos trabajadores en la casa de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre! Regresaré a casa de mi padre, y le diré: Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo; trátame como a uno de tus trabajadores. Así que se puso en camino, y regresó a la casa de su padre. “Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión de él. Corrió a su encuentro y lo recibió con abrazos y besos. El hijo le dijo: Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo. Pero el padre ordenó sus criados: Saquen pronto la mejor ropa y vístanlo; pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el becerro más gordo y mátenlo. ¡Vamos a celebrar esto con un banquete! Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir, se había perdido y lo hemos encontrado. Comenzaron la fiesta. Entre tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Cuando regresó y llegó cerca de la casa, oyó la música y el baile. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. El criado le dijo: Es que tu hermano ha vuelto; y tu padre ha mandado matar el becerro más gordo, porque lo recobró sano y salvo. Pero tanto se enojó el hermano mayor, que no quería entrar, así que su padre tuvo que salir a rogarle que lo hiciera. Le dijo a su padre: tú sabes cuántos años te he servido, sin 3


desobedecerte nunca, y jamás me has dado ni siquiera un cabrito para tener una comida con mis amigos. En cambio, ahora llega ese hijo tuyo, que ha malgastado tu dinero con prostitutas, y matas para él el becerro más gordo. El padre le contestó: Hijo mío, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Pero había que celebrar esto con un banquete y alegrarnos, porque tu hermano, que estaba muerto, ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado.” Petición Señor, tú conoces nuestras necesidades e intenciones, pero deseas que expresemos lo que necesitamos; por eso, si es para tu mayor gloria, te pedimos… Ofrecimiento de sí: (Todos Juntos) Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer; Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno; todo es vuestro; disponed de ello, según vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta. Oraciones: Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te Salve María llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Oremos: Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a San Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre; concédenos que, después de combatir en la tierra bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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NOVENA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA DÍA TRES El proyecto de Dios Viendo a Cristo, Señor de todo, imaginar su proyecto para toda la creación y todas y cada una de las personas: “mi deseo es que todos participen de mi amor y gocen de la gloria del Padre. Por eso, el que quiera venir conmigo ha de trabajar conmigo, para que siguiéndome, incluso en las dificultades, participe después de mi gloria”. Invocación Oración Dame Señor tu gracia, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones se ordenen puramente al servicio y alabanza de su divina majestad. Texto Bíblico: Mateo 19, 16-22 Un joven rico habla con Jesús Un joven fue a ver a Jesús, y le preguntó: "Maestro, ¿qué cosa buena debo hacer para tener vida eterna? Jesús le contesto: "¿Por qué me preguntas acerca de lo que es bueno? Bueno solamente hay uno. Pero si quieres entrar en la vida eterna, obedece los mandamientos. ¿Cuáles? preguntó el joven. Y Jesús le dijo: No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo. Todo eso ya lo he cumplido, dijo el joven: ¿qué más me falta? Jesús le contesto: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riqueza en el cielo. Luego ven y sígueme. Cuando el joven oyó esto, se fue triste, porque era muy rico. Jesús dijo entonces a sus discípulos: Les aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Les repito que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el reino de Dios. Al oírlo, sus discípulos se asombraron más aún, y decían: Entonces, ¿quién podrá salvarse? Jesús los miró y les contestó: Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible. Pedro le dijo entonces: Nosotros hemos dejado todo lo que teníamos y te hemos seguido. ¿Qué vamos a recibir? Jesús les respondió: les aseguro que cuando llegue el tiempo en que todo sea renovado, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todos lo que por causa mía hayan dejado, casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o terrenos, recibirán cien veces más, y también recibirán la vida eterna. 5


Pero muchos que ahora son los primeros, serán los últimos; y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros. Petición Señor, tú conoces nuestras necesidades e intenciones, pero deseas que expresemos lo que necesitamos; por eso, si es para tu mayor gloria, te pedimos… Ofrecimiento de si: (Todos Juntos) Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer; Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno; todo es vuestro; disponed de ello, según vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta. Oraciones: Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te Salve María llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Oremos: Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a San Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre; concédenos que, después de combatir en la tierra bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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NOVENA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA DÍA CUATRO Dos Caminos El Camino que nos propone nuestro enemigo comienza por el deseo de riquezas, sigue por el honor, continúa por la soberbia, y desde esta plataforma se extiende a todos los vicios. El primer paso del camino de Jesús es la pobreza contra la riqueza. El segundo, el menosprecio como opuesto al honor falso. El tercero, la humildad contra la soberbia. Desde aquí alcanza a todas las virtudes. Invocación Oración Dame Señor tu gracia, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones se ordenen puramente al servicio y alabanza de su divina majestad. Texto Bíblico: Lucas 6, 20-26 Lo que realmente cuenta ante Dios Jesús miró a sus discípulos, y les dijo: Dichosos ustedes los pobres, pues de ustedes es el reino de Dios. Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, pues quedarán satisfechos. Dichosos ustedes que ahora lloran, pues después reirán. Dichosos ustedes cuando la gente los odie, cuando los expulsen, cuando los insulten y cuando desprecien su nombre como cosa mala, por causa del Hijo del hombre. Alégrense mucho, llénense de gozo en ese día, porque ustedes recibirán un gran premio en el cielo; pues también así maltrataron los antepasados de esa gente a los profetas. Pero ¡ay de ustedes los ricos, pues ya han tenido su alegría! ¡Ay de ustedes los que ahora están satisfechos, pues tendrán hambre! ¡Ay de ustedes los que ahora ríen, pues van a llorar de tristeza! ¡Ay de ustedes cuando todo el mundo los alabe, pues así hacían los antepasados de esa gente con los falos profetas! Petición Señor, tú conoces nuestras necesidades e intenciones, pero deseas que expresemos lo que necesitamos; por eso, si es para tu mayor gloria, te pedimos… Ofrecimiento de sí: (Todos Juntos) Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer; Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno; todo es

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vuestro; disponed de ello, según vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta. Oraciones: Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te Salve María llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Oremos: Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a San Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre; concédenos que, después de combatir en la tierra bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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NOVENA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA DÍA CINCO Dos Lenguajes Dios está presente cuando hay auténtica alegría y gozo interior, contrarios a la tristeza y dudas que infunde el enemigo. Este trata de presentar falsas razones, argumentos torcidos, engaños encubiertos. Invocación Oración Dame Señor tu gracia, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones se ordenen puramente al servicio y alabanza de su divina majestad. Texto Bíblico: Mateo 21, 28-32 La parábola de los dos hijos Jesús les preguntó: ¿Qué opinan ustedes de esto? Un hombre tenía dos hijos, y le dijo a uno de ellos: Hijo, ve hoy a trabajar a mi viñedo. El hijo le contestó: ¡No quiero ir! Pero después cambio de parecer, y fue. Luego el padre se dirigió al otro, y le dijo lo mismo. Este le contestó: Sí, señor, yo iré. Pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería? El primero contestaron ellos. Y Jesús les dijo: Les aseguro que los que cobran impuestos para Roma, y las prostitutas, entrarán antes que ustedes en el reino de los cielos. Porque Juan el Bautista vino a enseñarles el camino de la justicia, y ustedes no le creyeron; en cambio, esos cobradores de impuestos y esas prostitutas sí le creyeron. Pero ustedes, aunque vieron todo esto, no cambiaron de actitud para creerle. Petición Señor, tú conoces nuestras necesidades e intenciones, pero deseas que expresemos lo que necesitamos; por eso, si es para tu mayor gloria, te pedimos… Ofrecimiento de sí: (Todos Juntos) Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer; Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno; todo es vuestro; disponed de ello, según vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta. Oraciones: Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona

nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén. 9


Dios te Salve María llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre,

Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Oremos: Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a San Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre; concédenos que, después de combatir en la tierra bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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NOVENA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA DÍA SEIS Como amar más a Dios Buscando amarte más, Señor, elijo pobreza en vez de riqueza, por seguirte a ti pobre. Elijo desprecios en vez de honores, por caminar contigo despreciado. Elijo ser mal considerado en vez de buscar el honor, por seguirte a Ti, que comenzaste este camino. Invocación Oración Dame Señor tu gracia, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones se ordenen puramente al servicio y alabanza de su divina majestad. Texto Bíblico: Mateo 6, 1-6 Jesús y Zaqueo Jesús entró en Jericó y comenzó a atravesar la ciudad. Vivía allí un hombre rico llamado Zaqueo, jefe de los que cobraran impuesto para Roma. Este quería conocer a Jesús, pero no conseguía verlo porque había mucha gente y Zaqueo era pequeño de estatura. Por eso corrió adelante y, para alcanzar verlo, se subió a un árbol cerca de donde Jesús tenía que pasar. Cuando Jesús pasaba por allí, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que quedarme en tu casa. Zaqueo bajó aprisa, y con gusto recibió a Jesús. Al ver esto, todos comenzaron a criticar a Jesús, diciendo que había ido a quedarse en la casa de un pecador. Zaqueo se levantó entonces y le dijo al Señor: Mira, Señor, voy a dar a los pobre la mitad de todo lo que tengo; y si le he robado algo a alguien, le devolveré cuatro veces más. Jesús le dijo: Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque este hombre también es descendiente de Abraham. Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido. Petición Señor, tú conoces nuestras necesidades e intenciones, pero deseas que expresemos lo que necesitamos; por eso, si es para tu mayor gloria, te pedimos… Ofrecimiento de sí: (Todos Juntos) Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer; Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno; todo es vuestro; disponed de ello, según vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta.

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Oraciones: Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te Salve María llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, como era en un principio, por lo siglos de los siglos, Amén. Oremos: Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a San Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre; concédenos que, después de combatir en la tierra bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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NOVENA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA DÍA SIETE Seguir a Jesús en la Gloria Considerar la presencia de Jesucristo resucitado, y saber que si le seguimos aquí en las penas, también le seguiremos en la gloria. Invocación Oración Dame Señor tu gracia, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones se ordenen puramente al servicio y alabanza de su divina majestad. Texto Bíblico: Juan 20, 19-23 Jesús se aparece a los discípulos Al Llegar la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, los discípulos se habían reunido con las puertas cerradas por miedo a las autoridades judías. Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo: ¡Paz a ustedes! Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y ellos se alegraron de ver al Señor. Luego Jesús les dijo otra vez: ¡Paz a ustedes! Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes. Y sopló sobre ellos, y les dijo: Reciban el Espíritu Santo. A quienes ustedes perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a quienes no se los perdonen, les quedarán sin perdonar. Petición Señor, tú conoces nuestras necesidades e intenciones, pero deseas que expresemos lo que necesitamos; por eso, si es para tu mayor gloria, te pedimos… Ofrecimiento de sí: (Todos Juntos) Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer; Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno; todo es vuestro; disponed de ello, según vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta. Oraciones: Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos

ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.

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Dios te Salve María llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre,

Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, como era en un principio, por lo siglos de los siglos, Amén. Oremos: Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a San Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre; concédenos que, después de combatir en la tierra bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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NOVENA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA DÍA OCHO Miembros de la Iglesia Dejando de lado las propias opiniones, estar siempre dispuesto para seguir en todo, a la verdadera esposa de Cristo, la Iglesia. Invocación Oración Dame Señor tu gracia, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones se ordenen puramente al servicio y alabanza de su divina majestad. Texto Bíblico: Mateo 28, 16-20 La misión universal de los Apóstoles Así pues, los once discípulos se fueron a Galilea, al cerro que Jesús les había indicado. Y cuando vieron a Jesús, lo adoraron, aunque algunos dudaban. Jesús se acercó a ellos y les dijo: Dios me ha dado autoridad en el cielo como en la tierra. Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Petición Señor, tú conoces nuestras necesidades e intenciones, pero deseas que expresemos lo que necesitamos; por eso, si es para tu mayor gloria, te pedimos… Ofrecimiento de sí: (Todos Juntos) Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer; Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno; todo es vuestro; disponed de ello, según vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta. Oraciones: Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te Salve María llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. 15


Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, como era en un principio, por lo siglos de los siglos, Amén. Oremos: Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a San Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre; concédenos que, después de combatir en la tierra bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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NOVENA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA DÍA NUEVE En todo Amar y Servir Ponderar cuánto ha hecho Dios nuestro Señor por mí y cómo desea dárseme e cuanto puede. Y, con esto reflectar en mí mismo y considerar lo que yo debo de mi parte ofrecer y dar, a saber a mí mismo, para en todo amar y servir a su Divina Majestad. Invocación Oración Dame Señor tu gracia, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones se ordenen puramente al servicio y alabanza de su divina majestad. Texto Bíblico: Hechos de los Apóstoles 2, 42-47 La vida de los primeros cristianos Y eran fieles en conservar la enseñanza de los apóstoles, en compartir lo que tenían, en reunirse para partir el pan y en la oración. Todos estaban asombrados a causa de los muchos milagros y señales que Dios hacía por medio de los apóstoles. Todos los creyentes estaban muy unidos y compartían sus bienes entre sí; vendían sus propiedades y todo lo que tenían, y repartían el dinero según las necesidades de cada uno. Todos los días se reunían en el templo, y en las casas partían el pan y comían juntos con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y eran estimados por todos; y cada día el Señor hacía crecer la comunidad con el número de los que él iba llamando a la salvación. Petición Señor, tú conoces nuestras necesidades e intenciones, pero deseas que expresemos lo que necesitamos; por eso, si es para tu mayor gloria, te pedimos… Ofrecimiento de sí: (Todos Juntos) Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer; Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno; todo es vuestro; disponed de ello, según vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta. Oraciones: Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona

nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén. 17


Dios te Salve María llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre,

Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, como era en un principio, por lo siglos de los siglos, Amén. Oremos: Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a San Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre; concédenos que, después de combatir en la tierra bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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