Proyecto
ÚRSULA OCHOA
Reflexiona desde uno de los paradigmas que ha producido el arte dentro de su sistema patriarcal, utiliza el método de apropiación de los legados plásticos construidos en la abstracción geométrica que se configuró como un signo purista del pensamiento “masculino” este signo, en ese sentido, sería definido como “ Todo aquello que ha sido utilizado para mentir”
Por otra parte el estudio de los esquemas de la abstracción geométrica advirtió una extrema banalización de la imagen pictórica desde la percepción del color y la presencia espacial del objeto como máxima formal, además de encarnar una jerarquía en los discursos plásticos. Toda esa ideología de grandes artistas y mitos frente al sistema del arte, provocó que se empezara a cuestionar a finales de los años 60 estos modelos de producción. Así son subrayadas con el uso “equívoco” del color rosa y el lápiz de labios algunas formas de exclusión en los discursos dominantes donde el sujeto artista ha de tener en cuenta las jerarquías de poder que han creado el mito del “genio” creador, síntomas que afronta el arte desde siempre gracias a una mal llamada mitología de la masculinidad que aparece y re aparece en la historia de la estética y de la iconografía occidental.
Marco teórico
Podemos sospechar desde
la historia, que las categorías que han legitimado el sistema del arte y los estereotipos construidos en torno a lo femenino a través del discurso visual, han sido desarrollados por intereses que finalmente designaron el arte como un sistema político de inclusión y exclusión que dirige a la cultura y que de igual manera impone la visión masculina frente a lo femenino, teniendo en cuenta además que nuestro sistema de aprendizaje y nuestra percepción visual es sistemáticamente sexista. Por otra parte sabemos por fuentes históricas que la abstracción fue la gran aventura el arte moderno en su fase “Irruptora” original, ya sea expresionista o geométrica, formo parte de la “historia heroica de la pintura” (Jean Baudillard) en donde igualmente sus “héroes” fueron reconocidos y elevados como tal, dejando un silencio casi abismal en la inclusión de la mujer en estos legados. Si bien durante el recorrido que marcó la historia del arte hasta la modernidad, se utilizó el cuerpo femenino como objeto de representaciones e imaginarios en las obras mas famosas de cada período donde desnudos y retratos fueron la prima de la modernidad temprana, sin embargo los discursos visuales que rodeaban al arte occidental de finales del siglo XX borraron en gran parte la figura femenina, causando como respuesta, la aparición de un grupo de mujeres que empezó a cuestionar el sistema y a utilizar sus cuerpos y otra iconografía como materia central en sus obras; no como objetos si no desde la realidad matérica y corporal que encarnaría ser una mujer artista en una sociedad dominada por hombres. Al filo del siglo XXl los discursos posmodernos interrogaron al igual que algunas artistas, sobre lo que se había ido construyendo durante la historia del arte al permitir ciertas jerarquías; todo indicaba que los nombres que sobresalían en el medio artístico a partir de su ideología del yo narcisista y todopoderoso, se fueron asentando social y culturalmente etiquetando al arte “feminista” como simples golpes ciegos hacia el “gran arte” hecho por hombres. Por otra parte la idealización del cuerpo y el rostro femenino tuvo su correlato en el uso del maquillaje, entendido como una practica con finalidades puramente estéticas que habitualmente difunden, sustentan y nutren los cánones de belleza dominantes en cada período y que nuevamente pre supone el papel de la mujer como un objeto decorativo…
En esta serie de pinturas se manifiesta una paradoja entre lo que se definió como un legado en la abstracción geométrica vinculada a los nombres consagrados, y la reflexión que apunta a la falta de producción femenina en estos movimientos, cuestionando a través del color y el material que nuestra percepción visual ante cualquier obra de arte es sistemáticamente sexista.
La eficacia simbólica del maquillaje nos remite a una serie de signos extraordinariamente codificados incorporando lo que en cada periodo se entiende por feminidad. Quizá uno de los aspectos más interesantes que al maquillaje respecta es el de constatar como a partir del renacimiento, este servirá tanto para mostrar públicamente y acentuar estéticamente la diferencia sexual entre ambos…
Cuerpos sexuados y identitarias, Lourdes Méndez.
ficciones
FotografĂas de Ad Reinhadt en su estudio
Reinhardt fue conocido por sus llamadas pinturas "negras" en la década de 1960, época en la que simultáneamente comienza a aparecer el auge del “ feminismo”. Los cuadros de Reinhardt en un principio parecían ser simplemente lienzos pintados de negro, pero estaban en realidad compuestos por tonalidades de negro y cuasi negro. Entre otras evocaciones, estas pinturas se interpretan como el cuestionamiento de si puede existir algo que sea tan absoluto, incluso en el negro, un color que algunos espectadores ni siquiera consideran como tal, de esta manera en la serie se desdobla la paradoja de si puede existir algo tan absoluto como la jerarquía que impuso los legado del arte accidental…
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