la polución por plástico ocurre de numerosas maneras, incluidos el arrojar basura, desechos marinos (deshechos producidos por el ser humano que han sido arrojados a un lago, océano o curso de agua), polución del agua por partículas de plástico, redes de plástico y Friendly Floatees. Bajo estas circunstancias una solución es educar y concientizar a las comunidades sobre el tema y la grave situación, por lo que “planeta o plástico” se publica con estos objetivos. Director: Ana V. Ramos C.I. 26750072 Editor: Ana V. Ramos Redacción y fotografía: Ana V. Ramos Dirección electrónica: planetaoplasticomag.com lugar de edición: Valencia, Venezuela
Cada año acaban en el océano unos ocho millones de toneladas de plástico, un material que puede tardar siglos, o más, en desaparecer. Esto, afectando a millones de especies y grupos, entre ellos, los seres humanos. El deterioro y daño alrededor del planeta aumenta de manera exponencial cada año, pero pese a que la contaminación en general es causada por las grandes industrias y sus desechos, a escala individual, los humanos tienen un gran protagonismo en el problema. No obstante, La conciencia de las graves consecuencias de la contaminación plástica está aumentando, y los gobiernos y el público están en el deber de adoptar nuevas soluciones, incluido el uso cada vez mayor de plásticos biodegradables y una filosofía de "desperdicio cero".
EL GRAVE TERRENO GANADO DE
El plástico es un material polimérico, es decir, un material cuyas moléculas son muy grandes, que a menudo se asemejan a largas cadenas formadas por una serie interminable de enlaces interconectados. Los polímeros naturales, como el caucho y la seda existen en abundancia sin causar daño alguno, es por ello que no han sido implicados en la contaminación ambiental, porque no persisten en el medio ambiente. Dado que los plásticos sintéticos son en gran parte no biodegradables, tienden a persistir en ambientes naturales, además de que muchos productos de plástico livianos son fabricados para un solo uso y como materiales de empaque, representando aproximadamente el 50 por ciento de la total producción global, también no se depositan en contenedores para su posterior remoción a vertederos, centros de reciclaje o incineradores y en su lugar, se eliminan incorrectamente en cuanto termina su utilidad para el consumidor, ya sea dejados en el suelo, amontonados en un contenedor de basura ya lleno, o arrastrados inadvertidamente por una ráfaga de viento, siendo allí, cuando inmediatamente comienzan a contaminar el medio ambiente. Según Rob Hester, se conoce por polución por plástico a la acumulación de los productos fabricados con plástico que contaminan el medio ambiente y que provoca muchos efectos sobre la vida silvestre y sobre los hábitat de los animales, teniendo una alta repercusión sobre la flora y la fauna a nivel mundial.
Existen diferentes clases de polución, siendo el primero la polución por plástico que sucede de diferentes maneras incluidas los hábitos de arrojar desechos al mar, océanos, ríos, lagunas, etc., mientras que la segunda es la polución del agua por partículas de plástico, redes de plástico para pesca y otros, todo esto señalando que la mayor parte del plástico producido cada año es utilizado una sola vez, como por ejemplo los elementos de envolturas desechables, que luego de ser utilizados son esparcidos en toda la superficie del planeta. Si bien son numerosos los casos donde se encuentra presente la polución del plástico afectando actualmente la vida tanto humana como animal, con grandes números como más de ocho millones de toneladas de basura que anualmente desembocan en los mares y océanos, una cantidad equivalente al peso de ochocientas Torres Eiffel, es claro que el problema persiste de igual manera y aumenta mediante cada década.
publicidad
No permitas que el surf se acabe, cuida tus ocĂŠanos
No existe un método universal para determinar el impacto ambiental de un producto, que es un concepto amplio, en el que intervienen muchos factores y que puede tener diferentes interpretaciones, pero una de las metodologías de evaluación que más coherencia presenta en los últimos años es el análisis de ciclo de vida. El análisis de ciclo de vida, por su parte, es una herramienta que permite determinar el impacto de algún proceso o producto en el ambiente, generado tanto por el uso de recursos naturales y energía como por las descargas, emisiones y residuos producidos. A diferencia de los análisis tradicionales, en los cuales sólo se considera el producto ya terminado, este tipo de análisis utiliza todo dato desde su nacimiento hasta su defunción, tomando en cuenta los efectos generados desde la extracción de materia prima a partir de la naturaleza, hasta la reincorporación de los materiales al ambiente. De esta manera, se genera una visión integral de los impactos que se generan en un producto o proceso. Es a partir de herramientas como esta que se evalúa, analiza y comprueba que el factor plástico representa una alarmante cantidad de contaminación en el mundo, en donde pese a ser señalado como desechable puede llegar a poseer una durabilidad de hasta quinientos años aproximadamente, una cifra que no solo es un elemento de riesgo para las generaciones tanto humanas como animales actuales sino que se encuentra en la capacidad de provocar masivas extinciones de especies y acabar con la vida en un futuro cercano.
publicidad
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (2006) se ha declarado que “la disrupción endocrina como consecuencia de la contaminación o polución del plástico representa un gran peligro para la población humana actual, que podría desembocar en una crisis global los próximos años”. Por su parte, una disrupción endocrina es un estado en el organismo donde se encuentra presente una sustancia química que no sintetizan las células del cuerpo (disruptor) siendo esta artificial o sintetizada por otra especie, la cual a su vez se une al receptor de hormonas regulares, impidiendo que éstas puedan unirse para transmitir la información a la célula. Esto se traduce en un bloqueo o una suplantación de la transmisión de señal a las células con lo cual o la célula no responde, o responde cuando no debería. A su vez estos elementos pueden afectar a la síntesis de otras hormonas o receptores con lo cual se pueden ver modificados sus niveles, modificando así totalmente la naturaleza humana y salud humana. También se conoce que algunos de los aditivos tóxicos del plástico, como el potente bisfenol A (presente en productos empaquetados y sellados como en bolsas), contaminan la sangre de más del 90% de la población, incluidos los niños recién nacidos.
De igual forma la incorporación de los mismos, en los productos personales básicos altera también el correcto comportamiento hormonal y posteriormente causa daños a nivel pulmonar, en el desarrollo genital, alteraciones del comportamiento y cáncer de mama, entre otros. No se conoce con exactitud en qué medida los seres humanos son físicamente afectados por estos químicos, sin embargo, está comprobado que algunos de los químicos que se utilizan en la producción de plástico pueden causar dermatitis en contacto con la piel. En muchos tipos de plásticos, estos químicos tóxicos solo se utilizan en muy insignificantes proporciones, Pero pese que en algunas ocasiones son precisos ensayos específicos para asegurar que los elementos tóxicos queden retenidos en el plástico por medio de material inerte o polímero, estas partículas terminan por afectar la salud en general del individuo
El plástico dentro del hábitat de numerosas especies se va fragmentando en minúsculas partes, que atraen y acumulan sustancias tóxicas. Estos fragmentos contaminan todos los mares y costas del planeta, estando presentes en todos los ecosistemas. Desde organismos microscópicos, hasta las especies más grandes, incluso peces en la base de la cadena alimentaria de la que el ser humano depende, sufre una muerte cruel y agónica, donde según cálculos, el plástico mata 1 millón de aves marinas y más de 100.000 mamíferos marinos y tortugas cada año. No obstante, las formas y representaciones más comunes no son la única cara del problema, ya que miles de micro plásticos, entre ellos, las micro esferas presentes en algunos productos exfoliantes o utilizados en medicamentos y otros productos de uso común, se transportan en los principales conductos de agua para también uso humano, sorteando los sistemas de saneamiento hasta que llegan al mar y posteriormente contaminando en gran medida este ecosistema.
Por sus características físicas y químicas, el plástico es un material muy duradero y difícil de degradar por los microorganismos que se encuentran en la naturaleza, es por ello que se conoce su larga durabilidad en el tiempo. No obstante, la desintegración del mismo es además, una poderosa fuente de gases de efecto invernadero, ya que libera una variedad de sustancias químicas durante su proceso de degradación, sustancias altamente negativas para todo entorno, en donde por ejemplo la exposición a la luz solar de los plásticos más comunes produce la liberación de metano y etileno, dos potentes gases a la hora de generar efecto invernadero. Diversos especialistas afirman la atribución de la mayor emisión de gases de efecto invernadero a la foto degradación del plástico, así como a la formación de la capa superficial de plásticos que se forman en las grandes masas de agua, así como a las fracturas y micro fracturas que se producen dentro de su composición.
El plástico, tal como se conoce, existe desde hace siete décadas aproximadamente, sin embargo este periodo de tiempo fue suficiente para transformar por completo la vida cotidiana en elementos que van desde la ropa, la cocina y la restauración hasta el diseño de productos, la ingeniería y el comercio minorista. Se estima que desde la fecha de las primeras creaciones hasta la actualidad se ha producido una cantidad aproximada de ocho mil millones de plástico virgen en todo el mundo. Además de otros seis mil millones de plástico en residuos producidos por las grandes industrias, donde solo el 9 por ciento ha sido reciclado, un doce por ciento ha sido incinerado, mientras que el setenta y nueve por ciento restante se encuentra acumulado en vertederos o entornos naturales, afectando gravemente la vida de las especies que habitan estos entornos. Esta gran cantidad de desechos fue impulsada por la vida moderna, donde el plástico se usa para muchos artículos desechables o de uso único desde botellas de bebidas y pañales hasta cubertería y bastoncillos de algodón. Por otra parte, En 2016 se vendieron alrededor de 480.000 millones de botellas de plástico en todo el mundo, es decir, un millón de botellas por minuto. De estas, 110.000 millones fueron fabricados por el gigante de las bebidas Coca Cola, esto de acuerdo con estudios realizados por la BBC. Todo esto, estimando un promedio de diez millones de toneladas de plástico virgen y/o residual que es esparcido en todos los entornos habitables y naturales de la tierra. En los años recientes se ha desarrollado una búsqueda intensa de alternativas que permitan disminuir el impacto ambiental de los plásticos, sin renunciar a las ventajas de su utilización. En este contexto, la posibilidad de producir plásticos a partir de recursos naturales renovables se presenta como una opción viable que permitiría disminuir la dependencia de los combustibles fósiles y, en algunos casos, mitigar los impactos ambientales de estos materiales.
Los plásticos fabricados mediante procesos ecológicos y orgánicos son una opción viable, que en ciertas condiciones puede reportar ventajas ambientales. Puede esperarse que en un futuro se optimicen los procesos de fabricación y que tecnologías que al momento se han implementado a nivel laboratorio lleguen a escala productiva, aumentando con ello las opciones para la obtención de materiales plásticos. Como sociedad nos corresponderá evaluar y elegir las opciones que permitan cubrir nuestras necesidades con el menor impacto posible al planeta. Dada la escala global de la contaminación plástica, el costo de remover los plásticos del medio ambiente sería prohibitivo. La mayoría de las soluciones al problema de la contaminación plástica, por lo tanto, se centran en prevenir la eliminación inadecuada o incluso en limitar el uso de ciertos artículos plásticos en primer lugar. Las multas por contaminar en esta escala han resultado difíciles de imponer, sin embargo ahora son comunes varias tarifas o prohibiciones absolutas para los envases de alimentos espumados y las bolsas plásticas, al igual que los depósitos canjeados al llevar botellas de bebidas a los centros de reciclaje. Los llamados esquemas de responsabilidad extendida del productor, hacen que los fabricantes de algunos artículos sean responsables de crear una infraestructura para recuperar y reciclar los productos que producen. La conciencia de las graves consecuencias de la contaminación plástica está aumentando, y los gobiernos y el público están en el deber de adoptar nuevas soluciones, incluido el uso cada vez mayor de plásticos biodegradables y una filosofía de "desperdicio cero".