EL DIARIO DEL JUICIO VIDELA EN CÓRDOBA PUBLICACIÓN INSTITUCIONAL DE PRODUCCIÓN INDEPENDIENTE · DISTRIBUCIÓN GRATUITA · AÑO II · NÚMERO 15 · CÓRDOBA · ARGENTINA · 18 DE OCTUBRE DE 2010
FINALIZANDO LA ETAPA DE TESTIMONIOS, SE PREVÉ PARA DICIEMBRE EL DICTAMEN FINAL
Testimonios decisivos Las previsiones auguran un desenlace antes de fin de año. En los últimos días, se destacó la presencia como testigo
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EDITORIAL
Nada fue casual
de una ex jueza federal. La sentencia se sumará a múltiples condenas en el país en el año del Bicentenario.
Estamos a punto de ver caer las últimas gotas de la inmensa cascada de responsabilidades que quedan al descubierto en este proceso judicial. Un juicio donde fuerzas con diversos matices y concepciones ideológicas respondieron a un único y diseñado plan sistemático, que tenía entre sus objetivos la eliminación del “opositor político”. Para ello tuvieron que mentir, fraguar pruebas e incluso, elaborar estrategias para imponer el terror disciplinante dentro de la propia institución policial. Algunos de estos personajes quedaron sin trabajo y ciertas agencias de seguridad privada han sido, en muchos casos, las bases desde las cuales los represores articularon sus operaciones –legales pero también encubiertas– para enfrentar los embates del presente.
ESCOLTA. La ex jueza federal Cristina Garzón de Lascano, quien instruyó las causas por delitos de Lesa Humanidad en Córdoba, es escoltada por dos policías luego de declarar en el juicio Videla.
La imagen ocupará la primera plana de los diarios. El presidente del tribunal leerá la sentencia frente a una sala colmada, con gente manifestando en los alrededores de la torre. Es una fotografía anticipada que parece estar cada vez más cerca. Según estimaciones que hizo en esta semana el propio Jaime Díaz Gavier, la sentencia podría llegar a mediados de diciembre. Son 97 los testigos que ya declararon a lo largo de 41 audiencias, y el juicio entra en su última etapa. Faltan pocas declaraciones. Luego vendrá el momento de las inspecciones oculares en los lugares donde ocurrieron los hechos (penal de barrio San Martín, edificio donde funcionó el D2 y la sede de la Cuarta Brigada Aerotransportada) y la incorporación de las últimas pruebas documentales. Finalmente, las partes expondrán sus conclusiones en los alegatos y, previa palabra final de los imputados, el tribunal dictará la sentencia. Pero aún falta para llegar a ese momento. Sin apresurarse, el juicio Videla sigue brindando muestras de su complejidad. En estas últimas dos semanas sobresalieron las declaraciones de dos personalida-
CONTRATAPA
La guerra santa de Menéndez La urdimbre de relaciones que se establecieron entre la jerarquía eclesial y los altos mandos del Tercer Cuerpo de Ejército en Córdoba. POR HORACIO VERBITSKY
des de la justicia y la política. El actual ministro de Justicia provincial, Luis Angulo, declaró como ex abogado defensor de presos políticos, entre ellos de Miguel “Vitín” Baronetto y Marta Juana González de Baronetto, una de las víctimas de la causa. Minutos después, brindó su testimonio Cristina Garzón de Lascano, quien fue por muchos años jueza federal e instruyó las causas relacionadas con violaciones a los Derechos Humanos que se tramitan en Córdoba. Fue citada para dar cuenta de su desempeño como secretaria penal del Juzgado Federal N°1 en febrero de 1976. Las víctimas de la causa “Gontero”, con excepción de Luis Urquiza que declaró el 21 de julio pasado, completaron la ronda de testimonios. El caso tiene como imputados a nueve policías, dos militares y un gendarme. Por el momento, la causa “UP1” pasó a un segundo plano. DISPARO DE BAJA ALTURA En el pabellón 9 del Penal de San Martín, donde estaba detenido junto a otros presos políticos, Luis Urquiza se granjeó el mote de “el Rengo”. El tiro que el oficial Oscar Gontero le dio en la rodilla derecha
cuando estuvo detenido en el D2 le dejó secuelas que todavía padece. Ese disparo a quemarropa del 15 de noviembre de 1976 tuvo múltiples testigos, todos detenidos por la patota policial, que presenciaron el episodio. En las últimas semanas, algunos de ellos declararon por esta causa, que juzga el secuestro y los tormentos sufridos por Urquiza (único querellante) junto a otras cinco víctimas: Oscar Samamé y los ex policías Horacio Samamé, José María Argüello, Carlos Cristóbal Arnau Zúñiga, quienes son testigos en este juicio, y Raúl Rodolfo Urzagasti Matorrás, que no pudo declarar porque falleció en 2009. A todos ellos se les atribuía el cargo de “infiltrados subversivos” en las filas de la Policía de Córdoba. Quienes asistieron a la sala de audiencias pudieron oír los relatos de las circunstancias de su secuestro, el 12 de noviembre de 1976, y los tormentos que sufrieron en tres centros de detención. LOCADEMIA DE POLICÍA Al entrar a la sala de audiencias, cada uno de los ex policías que fue torturado en el D2 se tomó su tiempo para identificar a sus captores entre los imputados. Eran vie-
ENTREVISTA:
Claudio Orosz y Martín Fresneda Los abogados querellantes evalúan el juicio. Páginas 4 y 5
La persecución a los abogados de presos políticos (Página 2) Complicidades políticas con la dictadura en Córdoba (Página 3) Efectos judiciales de la declaración de Charlie Moore (Página 5) Testigos cordobeses declaran en juicio por El Vesubio (Página 7)
Con la introducción a la causa Gontero, el juicio adquiere la particularidad de mostrar el abanico de perfiles que tiene cada fuerza represiva y las diferencias que existen entre ellas. Parte de estas características pueden analizarse tomando en cuenta la aplicación de las torturas, los circuitos de información y los niveles de degradación e indignidad al que se terminaron sometiendo ellos mismos. Las últimas declaraciones escuchadas en la sala de audiencias van cerrando el circuito del plan sistemático de aniquilación. No hay fracturas. Fue diseñado hasta el último detalle, nada de lo que se hizo fue producto de casualidades. Secuestraron a personas de todas las edades, de todos los estratos sociales y de todas las concepciones ideológicas. También dejaron a muchos vivos, como parte de la misma lógica: la instauración del miedo. Sin embargo ahora, Videla –el ingeniero principal del diseño terrorista– está sentado junto a otros 30 imputados. Pero los juicios no son sólo testimonios. En las próximas semanas entraremos en el análisis de los cuerpos documentales y los reconocimientos oculares y con todo ese conjunto de pruebas, que son abundantes, llega el momento en que se pone en juego nuestro más profundo deseo de justicia. Con todo lo que eso implica: dar cuenta de que sólo buscamos la verdad, lo más lejos posible del rencor y la revancha. En fechas cercanas al recordatorio del peor genocidio sufrido por nuestra América, dar cuenta de la verdad no es poca cosa. Más de 500 años nos llevó recuperar la memoria de nuestros pueblos dominados. Es tiempo de justicia.