Taller de Inteligencia Emocional

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Capítulo 1: Emoción, Fisiología, Razón y Comportamiento Definimos la IE como la capacidad de:  Reconocer, entender y manejar nuestras propias emociones. 

Reconocer, entender e influir en las emociones de los demás.

En términos prácticos, esto significa ser consciente de las emociones que se hallan tras nuestro comportamiento, así como el impacto que ejercen en las demás personas (positiva y negativamente), además de aprender cómo manejar esas emociones, tanto las nuestras como la de los otros, especialmente cuando estamos bajo presión. La capacidad de expresar y controlar nuestras emociones es esencial, pero también lo es nuestra capacidad para comprender, interpretar y responder a las emociones de los demás. Imaginemos un mundo en el que no se pudiera entender cuando un amigo se siente triste o cuando un compañero de trabajo está enojado. Los psicólogos se refieren a esta capacidad como la Inteligencia Emocional, y algunos expertos sugieren incluso que puede ser más importante que el coeficiente intelectual, a tal punto que el 77% de nuestro éxito depende de ella. En los 90`s tras la inconformidad de que solo se le veía a la inteligencia como algo meramente cognitivo, gracias a las nuevas tecnologías y a la investigación en este campo, tenemos más información de cómo es el “cerebro emocional”, con imágenes de cómo operan las redes neuronales. La idea del cerebro triple de Paul MacLean se fundamenta en la idea de que en el encéfalo humano habitan 3 sistemas cerebrales distintos, con sus propias lógicas de funcionamiento, y que cada uno de ellos ha ido apareciendo en nuestra línea evolutiva de manera secuencial, el uno sobre el otro. Eso significa, entre otras cosas, que estos tres cerebros serían relativamente independientes y que se relacionarían entre sí siguiendo una jerarquía, dependiendo de su antigüedad y lo importante de sus funciones de cara a nuestra supervivencia. El complejo reptiliano, por ejemplo, al ser el primero en aparecer sería la estructura que lleva a cabo las funciones más básicas y más importantes para sobrevivir en el aquí y el ahora, mientras que el neocórtex, al ser la estructura de aparición más reciente en la línea evolutiva que lleva hasta el Homo sapiens, sería el que se encarga de las funciones más refinadas y complejas. La lógica que sigue esta concepción del cerebro humano recuerda mucho a una forma de entender la evolución como un proceso en el que lo nuevo se va jose.mora@uth.hn inteligenciaemocionahn@gmail.com

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acumulando sobre lo viejo, de manera que estas dos partes mantienen una independencia relativa entre sí, aunque se afectan las unas a las otras.

1. El cerebro reptiliano Para Paul MacLean, el concepto de complejo reptiliano servía para definir la zona más baja del prosencéfalo, donde están los llamados ganglios basales, y también zonas del tronco del encéfalo y el cerebelo responsables del mantenimiento de las funciones necesarias para la supervivencia inmediata. Según MacLean, estas zonas estaban relacionadas con los comportamientos estereotipados y predecibles que según él definen a los animales vertebrados poco evolucionados, como los reptiles. Esta estructura se limitaría a hacer que aparezcan conductas simples e impulsivas, parecidas a rituales que siempre se repiten del mismo modo, dependiendo de los estados fisiológicos del organismo: miedo, hambre, enfado, etc. Puede entenderse como una parte del sistema nervioso que se limita a ejecutar códigos programados genéticamente cuando se dan las condiciones adecuadas. 2. El cerebro límbico El sistema límbico, que según MacLean apareció con los mamíferos más primitivos y sobre la base del complejo reptiliano, fue presentado como una estructura responsable de la aparición de las emociones asociadas a cada una de las experiencias que se viven. Su utilidad tiene que ver con el aprendizaje. Si una conducta produce emociones agradables, tenderemos a repetirla o a intentar cambiar nuestro entorno para que se produzca de nuevo, mientras que si produce dolor recordaremos esa experiencia y evitaremos tener que experimentarla otra vez. Así pues, este jose.mora@uth.hn inteligenciaemocionahn@gmail.com

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componente tendría un papel fundamental en procesos como el condicionamiento clásico o el condicionamiento operante. 3. El Neocórtex Para MacLean, el neocórtex era el hito evolutivo más reciente del desarrollo de nuestro cerebro. En esta estructura tan compleja residía l capacidad para aprender todos los matices de la realidad y de trazar los planes y las estrategias más complicadas y originales. Si el complejo reptiliano se basaba en la repetición de procesos totalmente por la propia biología, la neocorteza era permeable a todo tipo de sutilezas provenientes del entorno y del análisis de nuestros propios actos. Para este neurocientífico, la neocorteza podía considerarse la sede de la racionalidad en nuestro sistema nervioso, ya que nos permite la aparición del pensamiento sistemático y lógico, que existe independientemente de las emociones y de las conductas programadas por nuestra genética. ¿Qué es entonces el sistema límbico? El sistema límbico también llamado cerebro medio, es la porción del cerebro situada inmediatamente debajo de la corteza cerebral, y que comprende centros importantes como el Hipotálamo, el hipocampo y la amígdala cerebral entre otros. Su función es regular las emociones, de ahí sus numerosas conexiones con estas estructuras nerviosas. Anatómicamente y funcionalmente el sistema límbico y el hipotálamo están íntimamente relacionados. Originalmente se ha atribuido al sistema límbico como vestigios primitivos de un primer comportamiento animal de ira y miedo y que posteriormente la corteza cerebral recubrió. Se vincula a un comportamiento agresivo. Las conductas emocionales gatilladas desde el sistema límbico tienen un claro correlato visceral que se explican por las conexiones entre el sistema límbico y el hipotálamo, región en la cual se ubican los centros que regulan esos parámetros. Inteligencia Emocional y Conducta La personalidad es el conjunto de características que posee una persona. Todos tenemos un repertorio emocional desde el que respondemos a los estímulos internos o externos. Esos rasgos de nuestra personalidad nos permiten anticiparnos a la forma de comportarnos frecuentemente frente a determinadas situaciones.

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Estos rasgos temperamentales nos dan mucha información acerca de la rapidez, energía y carga emocional de nuestras acciones.

Tipos de Conducta Hay tres tipos de conducta principales: agresivo, pasivo y asertivo. Ha de centrarse en ser una persona asertiva. La persona agresiva  Trata de satisfacer sus necesidades.  Le gusta el sentimiento de poder, pero en el fondo sabe que se está aprovechando de los demás.  Repite constantemente que tiene razón, pero oculta un sentimiento de inseguridad y d duda.  Suele estar sola, puesto que su conducta aleja a demás; no obstante, nunca admitirá que necesita amigos.  Suele ser enérgica, pero con frecuencia de una forma destructiva.  En realidad, no se gusta a sí misma, por lo tan o crea un ambiente negativo a su alrededor.  Tiene la capacidad de desmoralizar y humillar a los demás. La persona pasiva  Los demás se aprovechan de ella fácilmente (porque permite esta actitud).  Suele tener sentimientos de inseguridad y de inferioridad, que se refuerzan siempre que entra en contacto con una persona agresiva.  Está enfadada consigo misma porque sabe que los demás se aprovechan de ella.  Es una experta en ocultar sus sentimientos.  Es tímida y reservada cuando está con otras personas.  No sabe aceptar cumplidos.  Se agota y no tiene mucha energía ni entusiasmo para nada.  Su actitud acaba irritando a los demás. La persona asertiva  Se preocupa por sus derechos y por los de los demás.  Por lo general, acaba consiguiendo sus metas.  Respeta a los demás, está dispuesta a negociar y a comprometerse cuando lo considera oportuno.  Cumple siempre sus promesas.

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Puede comunicar sus sentimientos de tal modo que, incluso cuando son negativos, no fomenta el re sentimiento. Se siente en paz consigo misma y con los que la rodean. Está preparada para asumir riesgos y, si no funciona, acepta que los errores formen parte del proceso de aprendizaje. Reconoce sus fracasos y sus éxitos. Es entusiasta y motiva a los otros. Se siente bien consigo misma y hace sentirse bien a los demás. Se la puede reconocer por su típico lenguaje verbal y corporal.

Puede empezar a ser una persona asertiva encargándose primero de los problemas pequeños y recompensándose por sus logros. La visualización creativa le puede ayudar: piense en situaciones en las que no ha actuado positivamente y pregúntese qué es lo que cambiaría en el futuro. Recuerde que una persona asertiva puede hacer lo siguiente: . Expresar sentimientos positivos. . Expresar sentimientos negativos. . Decir no. . Dar su sincera opinión. . Decir que está enfadada cuando está justificado. . Defender sus derechos a la vez que permite que los demás defiendan los suyos. . Establecer metas y estar dispuesta a trabajar para conseguirlas, aunque se tengan que modificar durante el proceso. . Dar cumplidos sinceros y también saber aceptarlos. . Elegir cómo le gustaría cambiar y hacer el esfuerzo para conseguirlo. . Ser un buen comunicador. . Desarrollar la habilidad de negociar, comprometiéndose cuando sea necesario y apropiado. . Aprender a hacer frente a los desdenes. . Comprender que hay dos tipos de críticas, justas e injustas, y luego: - pasar de las que son injustas a estar de acuerdo con las justificadas (pero no responder a las que son opiniones personales) - si la crítica está justificada en parte, responder sólo en relación a esa parte. - si la crítica es personal, intentar responder con una pregunta.

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Capítulo 2: Aptitudes Emocionales de acuerdo a las Cinco Habilidades Fundamentales de la Inteligencia Emocional 

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1. AUTOCONOCIMIENTO Conciencia Emocional: Reconoce las propias emociones y sus efectos en las propias reacciones y sus consecuencias en su ambiente laboral y familiar. Sabe qué emociones experimenta y por qué. Percibe los vínculos entre sus sentimientos y lo que piensa, hace y dice. Conoce sus valores y metas y se guía por ellos. Autoevaluación Precisa: Conoce las propias fortalezas y límites. Es reflexiva y aprende de la experiencia. Está abierta a la crítica sincera y bien intencionada, a las nuevas perspectivas, al aprendizaje constante y al desarrollo de sí misma. Tiene buen sentido del humor. Confianza en uno mismo: Tiene certeza sobre sus capacidades, autoimagen y autoestima. Tiene presencia. Puede expresar opiniones objetivas y se arriesga a expresarlas cuando consideran que es correcto. 2. AUTODOMINIO Autocontrol: Maneja las emociones y los impulsos perjudiciales. Mantiene serenidad y calma, no se deja perturbar. Piensa con claridad y no pierde la concentración cuando es sometidas a presión. Confiabilidad: Mantiene honestidad e integridad actuando en forma ética. Inspira confianza porque actúa auténticamente. Admite sus propios errores y es capaz de señalar algo que no le parezca. Defiende su postura de acuerdo a sus principios, aunque no sean aceptados. Responsabilidad: Acepta y cumple con los compromisos en su desempeño laboral. Es organizada y cuidadosa en el trabajo. Adaptabilidad: Flexible para manejar el cambio y situaciones imprevistas. Encuentra solución a los problemas. Maneja con seguridad exigencias múltiples, prioridades cambiantes e inesperadas. Innovación: Genera nuevas ideas y está abierta a las ideas y enfoques nuevos y a nueva información. 3. AUTOMOTIVACIÓN Afán de triunfo: Se esfuerza en dar la milla extra y cumplir con la excelencia en todo. Se fija metas y acepta riesgos. Busca la manera de desempeñarse mejor. Busca información para hacer mejor su trabajo. Compromiso: Apuesta por las metas de grupo y de la organización. Está dispuesta a hacer sacrificios y renuncias porque está comprometida a darlo todo. Se siente satisfecha por aportar y ser útil. Busca oportunidades para la empresa. Iniciativa: Tiene disposición para aprovechar cada oportunidad o crearla. No es burocrática, sino que facilita los procesos. Es emprendedora tanto en lo interno y externo. Ante los retos no piensa en el fracaso sino en el éxito. Aún los contratiempos los mira de forma manejable.

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Optimismo: Tenacidad para buscar lo positivo en cada situación y cumplir con los objetivos pese a los obstáculos y dificultades. 4. EMPATÍA  Comprender a los demás: Percibe los sentimientos y puntos de vista de los y se interesa en sus preocupaciones. Sabe escuchar y es generosa para ayudar.  Ayudar a los demás a desarrollarse: Percibe las necesidades de los demás y fomenta las mejores aptitudes en ellos.  Orientación hacia el servicio: Prevé, reconoce y satisface las necesidades de los clientes procurando su fidelización con la empresa. Y lo logra porque lo comprende y asesora efectivamente.  Aprovechar la diversidad: Crea oportunidades enfatizando lo que une y no lo que divide, aprovechando las cualidades de cada uno. Respeta a los demás y no es clasistas ni elitista. Se lleva bien con todos. Lucha contra los prejuicios y la intolerancia. 5. LIDERAZGO  Influencia: Aplica tácticas efectivas de persuasión.  Comunicación: Escucha abiertamente y transmite mensajes claros. Busca el entendimiento mutuo y comparte información sin egoísmo. Fomenta la comunicación abierta y es receptiva.  Manejo de conflictos: Negocia y resuelve desacuerdos. Maneja con diplomacia situaciones tensas y personas difíciles. Detecta los potenciales conflictos. Ayuda a reducir desacuerdos.  Manejo de Equipos: Inspira y guía a otros en fuerza sinérgica hacia fines y resultados. Contagia entusiasmo. Les ayuda a otros a asumir responsabilidades. Guía mediante el ejemplo.  Catalizador de Cambios: Innovan con iniciativas y planes de mejora. Desafía el statuo quo para provocar los cambios, reclutando a otros para lograrlo. Sirve de modelo para mostrar a los demás el cambio que se espera de ellos. Colaboración y Cooperación: Trabaja con otras áreas para alcanzar metas compartidas. Busca relaciones que beneficien a las partes involucradas. Fomenta el compañerismo y la cooperación.

Capítulo 3: Los Cinco Pilares del Desarrollo de la Inteligencia Emocional “Nos estamos acostumbrando a explorar el espacio exterior, pero cada vez tenemos menos disposición a explorar en nosotros mismos” - Dag Hammarskjold, Ex Secretario General de la ONU. La finalidad del Taller es que aprendamos a reconocer nuestras emociones, aprendamos a relacionarnos con ellas y a través de ellas y les saquemos el mayor provecho posible, tanto en el trabajo como en la familia.

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Las 5 habilidades para desarrollar nuestra Inteligencia Emocional son:  Autoconocimiento: Conocer las propias emociones; reconocer nuestros sentimientos en el momento en que éstos ocurren.  Autocontrol: Manejar nuestras emociones, aprender a controlarnos y serenarnos.  Automotivación: Liberar nuestras capacidades y encontrar motivos para luchar.  Empatía: Desarrollar el radar y el oído emocional.  Liderazgo: Capacidad de influir en otros y motivarlos.

 Autoconocimiento: Conócete a ti mismo Todos necesitamos familiarizarnos con nuestra forma de ser desarrollando nuestro ego observador, la capacidad para autoanalizarnos con objetividad, tomar distancia para auto observarnos: nuestros sentimientos, pensamientos, reacciones, gestos, frases, etc. Para ello debemos invertir tiempo en meditar, reflexionar e incorporar un botón de pausa: antes de actuar, debo pensar en las consecuencias de mis acciones y mis palabras. La meditación y el silencio son muy reveladores. Las personas que invierten tiempo en meditar y reflexionar, tienen mayor dominio sobre sus impulsos y son personas serenas, no tienen dificultades para relacionarse en forma equilibrada con sus semejantes. Cuando tomamos conciencia de nuestras emociones, no todas las personas lo hacemos en la misma forma. Imaginemos que vamos en un vuelo y escuchamos por los parlantes la advertencia del piloto: “les pedimos que permanezcan sentados y con su cinturón ajustado...”; ante esto puede haber diversas reacciones: algunos estarán alertas, otros refugiados en una lectura, otros distraídos con unos audífonos, otros leyendo atentamente las indicaciones de emergencia y ubicando las salidas de emergencia. Pues eso mismo pasa cuando se trata de nuestras emociones: unos serán más apasionados al observarlas y otros más indiferentes. La consigna antigua de los griegos, “Conócete a ti mismo” sigue sin perder vigencia. Pues el que pretenda conducir su vida, dominarla, orientarla hacia fines productivos, debe hacer el esfuerzo cada día de conocer: sus sentimientos, sus reacciones, lo que provoca una actitud, lo que desencadena una acción. jose.mora@uth.hn inteligenciaemocionahn@gmail.com

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El Ego Observador nos convierte es autotestigos serenos y lúcidos de lo que ocurre en nuestra mente, sentimientos y actitudes. Sólo cuando nos familiarizamos no nosotros mismos agarramos el timón de nuestra vida, tenemos un control eficaz sobre nuestro actuar. Autoimagen Cuando alguien expresa una crítica negativa de nosotros, no necesariamente provoca en nosotros una autoimagen negativa, pero sí puede provocar sentimientos de ira y aversión. Y en nuestro medio, somos muy dados a expresar críticas negativas a espaldas de otro. Terminarán siempre llegando a nuestros oídos de forma mediatizada y hasta exagerada. Autoaceptarme me permitirá vivir de forma feliz, serena, en paz, útil y funcional. No se trata de crear una autoimagen ficticia, superficial o blindada, sino una imagen correcta sobre nosotros mismos, y que se va forjando desde las primeras etapas de la vida, en un ambiente familiar de afecto, de respeto y de responsabilidad. Autoaceptarme no significa ser conformista; significa que reconozco tanto mis límites como mis capacidades. San Francisco de Asís nos dejó una sencilla y bella oración que se ha popularizado: “Concédeme, Señor, la serenidad para aceptar las cosas inevitables, el valor para cambiar las que pueda; y la sabiduría para discernir la diferencia”. Cuando oramos frecuentemente de esta manera, nuestra conciencia se va adiestrando para los imprevistos, para el discernimiento, para las decisiones acertadas. Gran parte de la insatisfacción y amargura de muchas personas consiste en la no aceptación de personas y de algunas situaciones inevitables, que pueden comenzar a cambiar solo si mi actitud cambia y mejora. La aceptación nos permite evitar 2 sentimientos autodestructivos: la frustración y la ansiedad. Autoestima El amor a nosotros mismos nunca debería faltarnos. Debemos recordarnos a nosotros mismos que somos valiosos, dignos de ser queridos y valorados, en primer lugar, por nosotros mismos, a pesar de no ser perfectos. Tú eres tu mejor amigo o tu peor enemigo. Tú escoges.

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Es necesario que seamos conscientes de esas “críticas relámpagos” que cruzan por nuestra mente cuando fallamos: “qué tonto soy” “qué inútil”. Autodescalificarnos no arreglará un problema, al contrario, nos terminará hundiendo. Así que, por nuestra salud emocional, debemos sustituir los pensamientos negativos por positivos: “qué lecciones saco de este error”, “no me desanimaré y lo haré bien la siguiente vez...”. Una persona que se acepta a sí misma y tiene una sana autoestima:  Está en paz consigo misma, por lo tanto, no es conflictiva.  Guía mejor su vida y toma las mejores decisiones.  Se enfoca en objetivos porque no pierde esfuerzo ni tiempo en cosas inútiles.  No se pasa comparando con los demás, por lo tanto, no es envidiosa.

Abraham Maslow, psicólogo humanista estadounidense, después de estudiar los rasgos de personas extraordinarias en la historia de la humanidad, identificó 15 rasgos comunes en ellos. Son los 15 rasgos de las personas auto realizadas:               

Aceptan serena y activamente la realidad. Están abiertas a la novedad a través de la capacidad de admiración. Son creativos, donde otros ven problemas, ellos ven soluciones. Son espontáneos, naturales, no fingen ser lo que no son. Le dan importancia a la espiritualidad. Son fraternos y sensibles. Tienen buen sentido del humor. Son inconformistas ante situaciones de mediocridad. Son independientes y libres en su forma de pensar. Son realistas. Mantienen relaciones afectivas sanas y equilibradas. Tienen un alto sentido de responsabilidad e integridad. Meditan y valoran el silencio. Valoran y respectan a cada ser humano. Mantienen la esperanza en el cambio para mejorar.

 Autocontrol / Autodominio “Cualquier puede enojarse...eso es fácil. Pero estar enojarse con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta...eso no es fácil” - Aristóteles.

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Debemos reconocer que los seres humanos somos reactivos; hasta un cambio en la temperatura altera nuestras emociones y tolerancia. Es difícil convivir tanto con los que se creen perfectos, como con quienes reaccionan de forma impulsiva e irreflexiva. Y la emoción negativa que peor manejamos es la ira, ya que nos esclaviza y arrastra. Decía Benjamín Franklin que “a la ira nunca le falta un motivo, pero muy pocas veces se trata de un buen motivo”. Si bien la meditación nos cuesta, porque tal vez el silencio nos incomoda, cuando estamos enojados es cuando más hablamos con nosotros mismos llenando nuestra mente de argumentos para justificar nuestro enojo y preparándonos hasta para tomar venganza. A diferencia de la tristeza, la ira proporciona una energía tonificante. Cuando llegamos a ese punto, parece difícil calmarnos, pues una ola cabalga sobre la otra. Es por eso que el tiempo es decisivo: es en las primeras etapas del ciclo cuando podemos ser más eficaces en el dominio. Debemos de preguntar, buscar información, indagar, escuchar, ya que ello nos permitirá revalorar y evaluar las causas que han provocado la ira. Lo más recomendable es comenzar a enfriarnos fisiológicamente con alguna distracción permitida, ya que a medida que comenzamos a disfrutar de algo, la ira se va enfriando.

 Automotivación El ser humano no puede hacer cosas buenas, que valgan la pena, sin tener un buen motivo, algo que le impulse y mueva, que le llene de energía. Puede ser la sensación de logro y éxito (motivación interna); pueden ser los hijos o el deseo de algo que quiero obtener (motivación externa). Sin motivación, nuestras vidas se vuelven rutinarias, simples y grises. Decía Nietzche “cuando en la vida hay un por qué, uno encuentra el cómo...” Viktor Frankl, Neurólogo y psiquiatra austriaco, compartía sus vivencias en su obra “El hombre en busca de sentido”, compartiendo las 3 fases que había identificado durante sus vivencias en el campo de concentración nazi:

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El internamiento: los prisioneros judíos eran transportados en vagones y al llegar eran recibidos por otros que habían sido seleccionados por hablar varios idiomas para dar indicaciones. Inmediatamente eran clasificados: los menos saludables eran apartados y llevados a otro sitio ignominioso: a la cámara de gas y de incineración. Los que sobrevivían esa primera etapa, eran obligados a desnudarse y raparse. Es por ello, que Frankl llamó a ese primer momento “la existencia desnuda”, el ser humano era despojado no solo de sus ropas, sino de su dignidad y esperanza. La segunda etapa, la vida en el campo de concentración estaba marcada por la incertidumbre y la supervivencia. A los que trabajaban en tarea, les daban unos bonos que podían canjear por comida o cigarrillos. Frankl observó que los que elegían los cigarrillos a la comida, ya habían perdido el sentido de la vida, las ganas de vivir; pero otros se aferraban a su libertad interior para darle sentido a la vida. La última etapa llegó con la liberación. Pero por más paradójico que pudiera resultar, aún en libertad, muchos seguían infelices. Habían perdido la capacidad de ser felices, como si la experiencia en el Campo les robase su alma, y había que comenzar un proceso de psicoterapia para poder recuperar poco a poco la felicidad.

Este relato de la vida real, lo traigo a colación porque el ser humano está caracterizado por la esperanza. Tal vez hemos escuchado decir “mientras hay vida, hay esperanza”, pero en realidad, debemos reconocer que mientras hay esperanza, hay vida, deseos de vivir y de luchar. Hay 2 formas de hacer las cosas: simplemente por obligación o por convicción y entusiasmo. Los resultados serán distintos en ambos casos.

 Empatía Un componente básico de la Inteligencia Emocional es entrar en sintonía con las personas que nos rodean. Estamos especialmente dotados para captar más allá de las dimensiones del lenguaje. Con el simple contacto visual somos capaces de percibir el estado de ánimo de las otras personas y los más elementales sentimientos que el otro posee en esos momentos. Necesitamos de la empatía para valorar en justa medida y dimensión el repertorio de sentimientos que aflora en los otros.

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Y aún, más allá de saber leer su estado de ánimo, la empatía se trata de “sentir lo que el otro siente”, ponernos en el lugar del otro, intentar ver el mundo con sus propios ojos, comprender sus motivaciones y su sistema de valores. Esta vida y lo cotidiano, se asemeja muchas veces a una comedia en que todos hemos sido actores y espectadores: afectos fingidos, intenciones escondidas, historias ignoradas, temores disfrazados, etc. Pero la empatía es la llave que abre puertas. En la medida en que nos interesamos en las cosas de los demás, los demás se interesarán en las nuestras. Pero esto no es posible para los que padecen una sordera emocional voluntaria, pera los que no quieren hacer el esfuerzo por escuchar y comprender a los demás. Todos tendemos a apreciar a una persona que nos escucha con atención, respeto e interés; le abrimos nuestro corazón a quien sabemos no nos prejuzga. Sentimos admiración por quienes son solidarios. Lo que decimos, cómo lo decimos, nuestros gestos, etc., son capaces de crear un clima con especial tonalidad afectiva, un clima que puede predisponer a nuestro favor o volverse en nuestra contra.

 Liderazgo El líder es aquella persona que es capaz de influir en los demás. Es la persona que lleva "la voz cantante" dentro del grupo; su opinión es la más valorada. El liderazgo no tiene que ver con la posición jerárquica que se ocupa: una persona puede ser el jefe de un grupo y no ser su líder y, al contrario, puede ser el líder sin ser el jefe. El jefe decide lo que hay que hacer en virtud de la autoridad que le otorga su posición jerárquica. El líder, sin disponer necesariamente de esta autoridad jerárquica, tiene también capacidad de decidir la actuación del grupo en base a la influencia que ejerce, que viene determinada por la "autoridad moral" que ejerce sobre el resto del equipo. A los miembros del grupo les inspira confianza saber que al frente del mismo se encuentra el líder. El líder es seguido por el equipo porque genera confianza; su visión de futuro es exigente, pero creíble y motivadora: genera entusiasmo. jose.mora@uth.hn inteligenciaemocionahn@gmail.com

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Un empleado que ocupe una posición intermedia o baja dentro de una empresa no tiene por qué limitar su actuación a un mero conformismo o seguidismo, sino que dentro de su esfera de actuación podrá adoptar una actitud activa, innovadora, luchadora, inconformista, preocupada por el bien de la organización y motivadora para el resto del equipo

Capítulo 4: Técnicas para desarrollo de la Inteligencia Emocional Todo comienza en el pensamiento y los sentimientos que ellos provocan y que también son “provocados” por las personas y circunstancias que nos rodean. Si cambiamos o mejoramos nuestro pensamiento, cambian nuestros sentimientos y nuestra conducta. Si controlas lo que piensas, controlarás cómo te comportas. Pasos necesarios para mejorar nuestra Inteligencia Emocional 1. Detecta la emoción en el momento que se presenta. Casi todos vivimos desconectados de nuestras emociones. Nos limitamos a sentir, pero no hacemos un esfuerzo racional de analizar por qué estamos sintiendo algo y qué reacciones puede originar. No se trata de “no sentir”, sino de conectar con ellas y entender cómo van a influir en mí. Cuando algo te haga actuar o sentirte de una determinada forma, haz una pausa, reflexiona sobre la emoción que hay detrás, encuentra su origen, piensa en la forma más asertiva para actuar y hazlo con determinación. Al principio quizás no sepas por qué actúas o te sientes como lo haces. No desesperes. No estás entrenado para hacerlo. Pero a medida que vayas centrándote en tus sentimientos empezarás a encontrar las respuestas. Además, tu cuerpo refleja también tus pensamientos y sentimientos: si te cruzas de brazo es porque te “cierras”, no compartes lo que te están diciendo o estás a la defensiva. Tu pulso también se acelera cuando estás asustado o molesto. Utilizar tu radar emocional auto observando tus posturas, te ayudará a identificar la emoción que estás experimentando. 2. Amplia tu vocabulario emocional Sólo hay 6 emociones básicas a partir de las cuales se crean todas las demás: alegría, tristeza, enfado y miedo, sorpresa y desagrado. Cuando intentes reconocer tus emociones te estás preparando para dominarlas. No basta con decir “Bueno, he identificado mi emoción y es la tristeza”. No. Debes ser lo más específico posible. Los nombres que pongas a tus emociones te ayudarán a entender cómo te estás sintiendo y por qué. No digas “Estoy triste” si las palabras que mejor describirían tu estado emocional serían decepcionado, compungido, melancólico o herido. Sé concreto. Tener un vocabulario rico con el que describir exactamente tus sentimientos es muy importante. No dominar el lenguaje limita el conocimiento de lo que estás experimentando, creando la sensación de que no sabes lo que te pasa. 3. No juzgues la forma en que te sientes

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Las emociones tienen una única función: darte información sobre lo que está ocurriendo. Si pudieras reprimirlas estarías a ciegas y no sabrías cómo reaccionar. Las emociones negativas te previenen de algo malo que puede suceder. No luches en forma obsesiva contra ellas. Debes entenderlas y obtener toda la información posible para enfrentarte al reto del que te están alertando.  El miedo te avisa de que no tienes recursos para abordar lo que está sucediendo. Refleja una desproporción entre la situación y los recursos con los que cuentas.  El enfado lo sientes cuando vulneran tus derechos o necesidades. Te empuja hacia el ataque o la defensa para hacerte respetar. La tristeza te indica la pérdida de algo valioso para ti y te prepara para superar esa ausencia.  Sientes alegría cuando algo te resulta agradable. Te motiva a experimentarla de nuevo con conductas que vuelvan a generarla. Considera tus emociones no como algo bueno o malo, sino como la fuente de información que te ayudará a ser más consciente de ti mismo para luego actuar con mayor seguridad y serenidad. 4. Usa y desarrolla tu empatía: piensa en el porqué de los demás. El error que comente casi todo el mundo cuando observa una reacción o acción en alguien es solamente juzgar su acción, pero no esforzarse en conocer o escuchar los motivos que hay detrás de ellas. Acostúmbrate a pensar en qué sentimientos puede haber detrás de esa reacción. ¿Qué emociones y pensamientos puede estar experimentando esa persona? Si te está insultando, ¿es posible que exista un prejuicio o mal entendido. Buscando el porqué de las reacciones conseguirás entender a las personas. Y que cuando desarrolles el hábito de hacerlo te costará enojarte con la gente, porque comprenderás entonces que casi todo el mundo tiene motivos para hacer lo que hace. 5. Lleva un diario emocional (el efecto Bridget Jones) Otra forma muy práctica y eficaz para mejorar tu inteligencia emocional es la de apuntar en una libreta tus sentimientos diarios. Los escáneres cerebrales han demostrado que escribir tus emociones en una libreta reduce la actividad de la amígdala, responsable de la intensidad emocional. Este beneficio fue especialmente evidente en el género masculino, y todavía más cuando fueron escritas a mano en lugar de tecleadas en una computadora. 6. Cambio personal autoasumido Mientras adquieres nuevos hábitos emocionales, recuerda cada día elegir conscientemente hacer tu mejor esfuerzo desde que el día inicia. Actúa como si ya tuvieras el hábito, aunque no lo tengas: sea éste más paciencia, serenidad, seguridad, empatía, autoridad, seguridad en ti, optimismo, buen humor, comprensión, enfoque, etc. El secreto está en actuar no como eres, sino como te gustaría ser. Al hacer esto con mucha frecuencia, el hábito se irá creando hasta quedar arraigado. Sé perseverante en esta técnica y no te desanimes. Otras técnicas de emergencia que pueden ayudarte: jose.mora@uth.hn inteligenciaemocionahn@gmail.com

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1. Si estás muy nervioso o ansioso, refréscate la cara con agua muy fría e intenta que te dé el aire. Se ha demostrado que el frío puede reducir la ansiedad. 2. Evita las bebidas con cafeína. Los estudios evidencian que incrementan tu nerviosismo y niveles de ansiedad. 3. ¡Ejercicio! Todo lo que se diga sobre las ventajas de hacer deporte con moderación me parece poco. Se ha demostrado que reduce la ansiedad y mejora la confianza en ti mismo. 4. Duerme lo necesario. Cuando duermes generas endorfinas y reduces los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Por eso cuando no has dormido bien estás más irritable.

Capítulo 5: Técnicas de persuasión. Ser persuasivos, un arte y una necesidad Un problema que se nos plantea a diario en las relaciones interpersonales: cómo conseguir que los otros comprendan y asuman mi punto de vista y terminen cooperando conmigo. No se trata de aprender a discutir para vencer siempre ni de utilizar habilidades maquiavélicas para manipular mentes ajenas, sino de resultar convincente, de armar bien nuestros mensajes y opiniones. Los argumentos, intereses y necesidades de nuestros interlocutores también cuentan, y mucho. Persuadir es motivar a otras personas para que voluntariamente acepten nuestra forma de ver las cosas y respeten, aprecien y tengan en cuenta nuestros planteamientos. Podemos ejercer influencia en otra persona por nuestra forma de ser y actuar, pero quien influye puede hacerlo inconscientemente; en cambio, quien persuade sí pretende que se produzca el cambio de opinión en el otro y desea que quien asume sus posturas lo haga motu propio y haciendo uso de su libertad de elección. Tanto el mensaje persuasor como el mensajero deben ser moralmente correctos. Para que el mensaje tenga efecto, la fuente ha de ser creíble: quien pretende convencer debe tener autoridad moral y estar éticamente legitimado para hacerlo. Y la argumentación debe basarse en la coherencia lógica del razonamiento expuesto. El mensaje resultará convincente si, además de bien argumentado, moviliza emociones capaces de cambiar actitudes en el interlocutor. Por tanto, nuestra comunicación debe ser legítima, competente y emocionalmente persuasiva. La pregunta que debemos formularnos, en última instancia, es si nuestra intervención ha sido capaz de transformar opiniones o, mejor aún, conductas de otros. jose.mora@uth.hn inteligenciaemocionahn@gmail.com

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Qué puede ocurrir 

Parece que no ha habido cambio. Finalizada la discusión, el otro manifiesta no haberse convencido, pero al cabo de un tiempo defiende nuestros argumentos ante otras personas. Los hijos difícilmente reconocen que sus padres razón, pero es habitual que usen ante sus amigos planteamientos de sus progenitores.

Cambio aparente. El individuo asiente, nos da la razón, aparenta estar convencido (vencido más bien), pero sigue en sus trece.

Cambio temporal. Cambia en sus posturas, pero transcurrido cierto tiempo vuelve a sus actitudes anteriores.

Cambio sólo circunstancial. El cambio manifestado en quien hemos intentado convencer puede anularse según la circunstancia (personas, situaciones, estados de ánimo) de cada momento.

Cambio consistente. Cambia definitivamente su tipo de conducta gracias nuestro eficaz proceso persuasivo.

No se registra cambio. El sujeto manifiesta claramente que no le hemos convencido; sus opiniones y conductas no son modificadas.

Para aumentar nuestra credibilidad conviene aportar datos incontestables y testimonios de prestigio social. Resulta, asimismo, más creíble un comunicador imparcial, sin intereses vinculados a lo que está defendiendo. O quien, por fidelidad a sus ideas, llega a situarse en contra de sus propios intereses. En general, el mensaje será tanto más convincente cuando produzca en el receptor sentimientos de inconsistencia respecto de su situación actual y despierte la voluntad de cambiar en la dirección que se le propone. La persuasión puede ser aún más eficaz si se identifica con los gustos, conductas y sistemas de valores de los interlocutores. Cambiemos nosotros antes El ambiente que se crea entre los comunicantes juega un papel clave en el proceso persuasivo. En el fondo, la persuasión no es sino una forma de seducción. Esa capacidad de conducir a otras personas hacia donde uno ha previsto, de hacerles compartir nuestros puntos de vista, puede ser cultivada mediante el aprendizaje de diversas técnicas. Pero, seamos realistas, se desarrolla mejor cuando se poseen dotes para convencer. Esas habilidades, que pueden ser innatas o adquiridas son: la presencia física (las personas con buena presencia tienden a ser más convincentes), la seguridad en uno mismo (quienes se muestran firmes en sus convicciones y en su tipo de vida tienen más jose.mora@uth.hn inteligenciaemocionahn@gmail.com

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posibilidades de ser persuasivos), la autoestima (tener un buen concepto de uno ayuda a querer a los demás y a resultar más cercano y convincente), la comunicación no verbal (la influencia interpersonal se mide también por la capacidad comunicativa de nuestros gestos, posturas y miradas), y, sobre todo, la capacidad de escuchar y comprender al otro (saber captar, mediante la escucha activa y la actitud abierta, la situación de la otra persona en ese momento, qué necesita y qué es lo que le podemos ofrecer). Por tanto, la capacidad de convencer tiene más que ver con la forma de ser que con el modo de actuar del persuasor. Conviene que cambiemos nosotros mismos antes de intentar modificar las opiniones y conductas de terceros. De ahí lo efímero e improductivo de ciertas persuasiones basadas en técnicas superficialmente adquiridas que ejecutan individuos que no han puesto en práctica ellos mismos o que no han cambiado lo suficiente para desarrollar las cualidades persuasivas. Principales obstáculos de la persuasión 

El deseo de poder y reconocimiento son instintos, tan conocidos como poco reconocidos, que obstaculizan la persuasión. Nos mostramos encantados cuando alguien con prestigio social "me conoce" o alguien de nuestro entorno social, familiar o laboral "me obedece". Ese placer íntimo subyace en nuestra relación interpersonal: decimos que queremos convencer y en realidad deseamos simplemente vencer, dominar. Sólo cuando nos liberemos de estos instintos negativos podremos ejecutar procesos eficaces y honrados de persuasión.

Por otro lado, las personas se resisten a cambiar y rechazan cualquier idea que suponga una amenaza a sus creencias o costumbres. Todos necesitamos ser propietarios de un espacio para nuestra intimidad y cualquier alternativa que lo amenace se topará con el rechazo.

Cuando la persona a quien queremos convencer se muestra cansada, irritable o triste, es mejor dejarlo para otra ocasión. La resistencia será aún mayor si partimos con el handicap de la antipatía o el rechazo previo del destinatario. Por otro lado, es habitual encontrarnos con reparos para aceptar lo nuevo, lo que no se conoce o no entiende. Por ello, informemos con toda claridad de la nueva idea que proponemos a discusión. Las normas básicas para que la persuasión se produzca en un clima de autenticidad, respeto y honradez son la claridad de intenciones y el dar la oportunidad para que el otro explique sus posturas y participe en la gestión del cambio propuesto.

Si queremos ser persuasivos: jose.mora@uth.hn inteligenciaemocionahn@gmail.com

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Requieren menos esfuerzo las estrategias identificativas (se ofrece la oportunidad de hacer algo que otros hacen), que las argumentativas, más cargadas de razones. Las primeras son más fáciles de desplegar, pero producen efectos menos duraderos.

Cuanto más cualificado y racional sea el interlocutor, más argumentativa y eficaz debe ser nuestra conducta persuasiva.

Los mensajes más convincentes son los que conectan directamente con el sistema de creencias del interlocutor.

Utilizar la demostración ayuda mucho a que se produzca el efecto de imitación. Los ejemplos son más motivadores y se asimilan mejor que los mensajes teóricos.

Aportemos experiencias personales o ajenas que casen bien con nuestra línea argumentativa.

Creemos un clima de confianza para que la otra persona manifieste sus dudas y dificultades. Cuanto mayor sea la distancia, aumenta el riesgo de que se simulen los cambios y la persuasión resulte ineficaz.

Capítulo 6: Liderazgo desde los principios de la Inteligencia Emocional Muchas cosas han cambiado y siguen cambiando en la actualidad. Las investigaciones realizadas en las Empresas arrojan como resultado un dato interesante: ya no bastan las destrezas técnicas, conocimiento y experiencia. Tan importante como todo ello es cómo se maneja usted y cómo maneja a los demás. ¿Qué es más difícil: guiarme a mí mismo o guiar a otros? El Autoliderazgo es una condición previa para el Liderazgo efectivo de Grupos de Trabajo. No es fácil por nuestros “puntos ciegos”. Esencialmente, se resumen en tres: 

Saber reconocer nuestros errores: La arrogancia y prepotencia nos distancia de los demás. Si en algún momento nos equivocamos, reconocerlo no debilitará nuestra autoridad frente a los demás, sino todo lo contrario. Para poder influir, es necesario causar en la demás admiración. Tanto la seguridad que transmitimos sobre las competencias en nuestra área como la humildad en lo que hacemos y la forma en que tratamos a los demás, nos dará un poder de influencia.

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Nuestro egoísmo: Pensar en nuestro bienestar está bien. Pero cuando solo pensamos en nosotros mismos y los demás no nos importan, no podemos influir. Porque los demás se interesan en nuestros asuntos, cuando nos interesamos en los de ellos.

Nuestro temperamento: no podemos manejarnos en un estado inestable emocionalmente, porque crea incertidumbre en nuestro equipo de trabajo.

Su potencial y el de su Equipo A medida que la empresa delega en usted mayor responsabilidad, necesitará más de habilidades blandas, de las competencias de Inteligencia Emocional. Porque lo que determina la funcionalidad y productividad no es el Potencial Teórico de su Equipo sino la forma en que usted coordina todos sus esfuerzos. El liderazgo, el arte de influir en otros, no lo da automáticamente el cargo. Eso le da autoridad, pero no necesariamente influencia en la motivación de los demás. Incómodos y apresurados por resultados, muchas veces no nos damos cuenta del efecto devastador que puede tener una crítica mal planteada que se manifiesta como una humillación en público. Sus colaboradores, aunque necesiten el trabajo, desearán irse a otro lado, porque tan importante es el salario económico como el salario emocional o psicológico.

La Crítica o retroalimentación en el lugar de trabajo Patrick Lencioni, especialista en gestión del talento humano, señala que hay 3 factores que pueden hacer que alguien se sienta miserable en el trabajo:  Anonimato.  Inmedibilidad.  Irrelevancia. Si usted no les dice a los demás cuán importante es lo que hacen, se cansarán de hacerlo bien. La retroalimentación y la crítica constructiva es una de las tareas más importantes de un líder. Hay que tener mucho cuidado porque un tono irascible se percibirá como un ataque, colocando a sus compañeros a la defensiva. Las críticas mal planteadas son una fuente frecuente de conflicto laboral y la causa de que muchos colaboradores, aun teniendo la capacidad, son despedidos o renuncian. Recuerde siempre que los demás podrán olvidar lo que dijimos, podrán olvidar lo que hicimos, pero jamás olvidarán cómo los hicimos sentir en determinada situación, porque las emociones tienen memoria.

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La alternativa está en un abordaje asertivo de los problemas, buscando oportunidades de mejora más que culpables. Indique lo que está mal, pero también su confianza en que puede mejorar.

La Exposición XYZ como técnica de retroalimentación Lo que conduce al optimismo es la creencia básica de que un problema o fracaso se deben a circunstancias que podemos cambiar.

La Exposición XYZ consiste en: 

X: Diga exactamente, y con serenidad y respeto, cuál es el problema.

Y: Señale lo que ha salido mal y cómo se siente ante ello. Procuren enunciar las posibles causas.

Z: ¿Qué es lo que necesita modificarse o cómo la situación puede mejorar?

Esta técnica no solo sirve para el abordaje de problemas. También podemos utilizarla para el elogio, que provocará un reforzamiento positivo del trabajo que se está haciendo bien. Hay un vínculo entre la Inteligencia Emocional de sus líderes y el éxito de una empresa. Cuando los directivos y mandos intermedios tienen excelentes competencias en Inteligencia Emocional, sus unidades de negocio superan los objetivos de rendimiento anual. Y es que la relación que más condiciona nuestro estado de ánimo en el trabajo es la relación con el jefe: si ésta es buena, si es cordial, si me siento valorado y apreciado por mis capacidades y compromisos y me lo comunican de varias formas, me sentiré más motivado no solo a sostener la calidad de mi trabajo, sino también a encontrar formas de aportar más soluciones e iniciativas. Por el contrario, si me relación con el jefe es conflictiva, áspera, o de indiferencia, pensaré que da lo mismo hacer bien mi trabajo que hacerlo a medias. Al no sentirme lo suficientemente valorado, estaré en el trabajo cumpliendo con el mínimo, no todo mi potencial. Estaré a la espera de una mejor oferta en otro lado. Y cuando ésta llegue, sin dudarlo, me iré de ese lugar. jose.mora@uth.hn inteligenciaemocionahn@gmail.com

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Así se pierden en la Empresa muchas personas que tienen capacidad y talento, pero que no supimos sacar provecho del mismo. También perdemos todos los conocimiento y procesos que hemos invertido. La ventaja competitiva la tienen las organizaciones en las que sus colaboradores están motivados y comprometidos. Ese es el Coeficiente Emocional Colectivo con un Líder capaz de armonizar las capacidades de todos y lograr la unidad y complementariedad en medio de la diversidad.

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