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Del tradicionalismo a la eclosión multiculturalista
El pensamiento y la cultura chinos —indisolubles entre sí— nos plantean el problema de una historia (más) ancestral, cada vez inmersa en procesos a donde arriban lo moderno y posmoderno, en medio de las convulsiones propias de las últimas centurias vividas por la humanidad.
Al adentrarnos en los imaginarios y cosmovisión chinos, quizás deberíamos dejar atrás la visión eurocentrista de “lo exótico” para situarnos en el reconocimiento de un “otro” no tan distinto al “uno” caracterizador del punto de vista occidental.
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Y es que, al hurgar en esta cultura, descubrimos principios que en nada apuntan a una totalidad uniformadora de este milenario pueblo (s) que integra (n) la China. En búsqueda de la armonía, existen constantes mezclas de tradiciones y progresos; de experiencias autóctonas y extranjeras; de imágenes mundanas y religiosas. A partir de aquí, el poder de la virtud personal dominará el Universo, y la práctica iluminadora de la meditación, con planos horizontales y lejanos; la técnica de la aguada, los acantilados rocosos y el detalle de las figuras pequeñas de compleja ejecución, que da lugar a la ilusión de texturas producidas por la pincelada superpuesta.
De ahí que nuestra artista, conocedora de cuanta sabiduría ancestral subsiste en este lado antes desconocido del extremo asiático, haya decidido, cual ejercicio magistral y discursivo, a la vez, abrirnos una ventana propiciadora de un viaje hacia horizontes no siempre explorados de la praxis y reflexión interculturales, desde su in-
Margarita Guevara
La estética del arte tradicional chino serción en un contexto “otro” que ha marcado para siempre su identidad.
A Margarita Guevara, sus inspiraciones la acercan a momentos como la dinastía Yuan, en tanto que Flores y pájaros se demarcan con fuerza, sin la intención disipadora de otros momentos históricos. No importa sugerir distancia mediante la bruma, sino destacar la forma con una intención más dramática, a la vez que recortada definitivamente sobre fondos donde el papel (Xuanzhi), adquiere un protagonismo ontologizante para la tradición pictórica china. Se introducen zonas de color, con variaciones de ejecución, que destacan en el protagonismo de las líneas y aplicaciones de tintas negras, que, de otra manera producen efectos texturados. También son la clave del tratamiento del espacio, el dinamismo o el estatismo etéreo y suspendido y el concepto de asimetría y aglomeración hacia zonas preferentemente inferiores e izquierdas (desde nuestra visión), de la composición. Elementos estos diferenciadores de la perspectiva, proporción y composición occidentales. Las posibilidades infinitas del pincel están emparentadas con el carácter caligráfico de la pintura, donde esos mismos elementos tipográficos permiten una adaptación a variedad de estilos. Asimismo, nos percatamos de acercamientos a dinámicas surgidas en la dinastía Ming, en los que el trazo riguroso clarifica los temas, y la fuerza de la soledad aparece en algunas piezas, tal como Wen Zhengming patentizaba esa especie de desencanto provocado por la vertiente oficial pictórica.
El disfrute y la reflexión que despierta nuestra artista a través de diversas dinámicas de creación, atraviesa un núcleo central, como diríamos revive lo más ancestral y tradicional, reciclado y releído en nuestros entornos binacionales, desde la conversión cada vez más en un
“uno” capaz de irradiar influencias culturales en los “otros” entendido esto como las “metrópolis occidentales”
Por: Jorge Alberto Gómez Díaz Crítico de Arte Quito, 19 de octubre de 2005
Actividad artística
Después de permanecer durante casi tres años en el país asiático, regresa a tierra natal, donde continúa con su práctica artística, sin embargo, por alguna razón, comenta Margarita, no le terminaba de agradar lo que estaba ejecutando “no sabía si seguir pintando lo que hacía antes o hacer pintura china” (Guevara, 2018). Sin embargo, después de un tiempo de inseguridades y vacilaciones, y mantener una charla con un gran amigo ―crítico de arte― de origen alemán, comienza a realizar un arte con una clara influencia del arte tradicional chino, e inicia una larga serie de exposiciones individuales y colectivas, que concilia con la actividad académica.
Una de las primeras exposiciones que realiza en Ecuador es la muestra titulada Pintura Tradicional China , en la Galería Sisa de la ciudad de Otavalo, en 2003. Durante el mismo año presenta la muestra Floresypájaros , en la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Imbabura, de la ciudad de Ibarra, y en el Museo de las Culturas de Cotacachi. Es una serie de pinturas de flores y pájaros; un género específico de la Pintura Tradicional China, que describe la relación de armonía entre el hombre y la naturaleza. Una gran variedad de especies, símbolo de la naturaleza china, como la flor del crisantemo, el
Margarita