Espacios Colaborativos… Estudiantes, profesionales y emprendedores incipientes SE PUEDEN REUNIR EN UN MISMO NIDO. Es una oficina con las comodidades de una casa: tiene una ágil conexión a Internet y asientos confortables, se escucha sutilmente música de fondo, las tostadas de pan están al alcance de la mano y hasta hay café, del bueno. Modelo de negocio que apenas está gateando en el país y se describe con palabras como networking (trabajo en red) o el término “oficina abierta”. Se trata de un espacio apropiado para estudiar en solitario o en grupo, para realizar reuniones de trabajo e incluso para intercambiar conocimientos que transitan por círculos profesionales similares. Nómada Este* replica la labor que desde hace un año inició su hermano mayor: Nómada Office, que al otro lado, que al otro lado de la capital ofrece 16 oficinas permanentes y un espacio más abierto que buscaba recibir a freelancers y a pequeños empresarios independientes. La acogida fue tal que, meses después, la iniciativa se amplió al local que ya está en funcionamiento para clientes que van desde jóvenes emprendedores hasta personas profesionalmente establecidas pero que no cuentan con un espacio propio para desarrollar sus proyectos. Por medio día de alquiler personal, se cobran 3000 colones y por un día completo 5000 colones. También hay una oficina para cinco personas que cuesta 6000 colones la hora ó 10000 colones por el mismo lapso en una para 10. Esteban Pastor, gerente general de The Nómada asegura que el espacio pretende ser una respuesta hasta ahora inexistente en el país: “Nadie se había atrevido a darle una solución a los profesionales que se ven obligados a recurrir a restaurantes o casas para hacer reuniones de negocios, las cuales terminan siendo muy informales. Lo peor es que la gente está conforme con eso”. En otros sitios del mundo, este concepto se ha desarrollado bajo el modelo de coworking spaces; sin embargo, Pastor asegura que Nómada está adaptado al costarricense que busca romper con la monotonía y el formalismo que puede tener un complejo de oficinas de cuatro paredes. Pro ejemplo, entre los escritorios se cuelan cajas de juegos de mesa. De las paredes cuelgan pinturas del artista Rodney Cordero que remiten inequívocamente al conecpto de un nómada, pues aluden al viajero que se mueve para crecer y avanzar. Además, hay una sala recubierta con césped sintético y unos cuantos almohadones, para que sus usuarios se “echen” al zacate mientras estudian, descansan o ven algún material audiovisual.