Todo pende de una transparencia. Muestra de poesía mexicana reciente

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To do pende de una t ransparencia Muestra de poesía mexicana reciente Selección y notas de Iván Méndez González

Daniel BENCOMO Roberto CRUZ ARZABAL Horacio LOZANO WARPOLA Inti GARCÍA SANTAMARÍA Álvaro LUQUÍN Dante TERCERO Karen VILLEDA Marco Antonio MURILLO Eduardo DE GORTARI Juan Carlos FRANCO Pablo PICENO Clyo MENDOZA

VALLEJ

& CO


Iván Méndez González (Islas Canarias). Licenciado en Filología Hispánica con Premio Extraordinario Fin de Carrera, y estancia de investigación de postgrado en la Freie Universität de Berlín. Magíster en Literatura Española e Hispanoamericana (2012-2013) por la Universidad de Salamanca. Actualmente, es candidato a doctor en Letras Modernas por la Universidad Iberoamericana con una investigación sobre la obra de Coral Bracho. Su investigación y su escritura se centran en desarrollar y potenciar las relaciones entre la poesía y la ciencia, aprovechando los más recientes estudios de cognitive poetics y neurofenomenología. A la par, desarrolla una importante labor como traductor desde el alemán, administrando el blog de traducción Delimited Silence (www.delimitedsilence.blogspot.mx). Ha traducido a los autores Paul Celan, Ulrike Almut Sandig y Friederike Mayröcker, entre otros.


todo pende de una transparencia. muestra de poesĂ­a mexicana reciente



To do pende de una t ransparencia Muestra de poesía mexicana reciente Selección y notas de Iván Méndez González

Daniel BENCOMO Roberto CRUZ ARZABAL Horacio LOZANO WARPOLA Inti GARCÍA SANTAMARÍA Álvaro LUQUÍN Dante TERCERO Karen VILLEDA Marco Antonio MURILLO Eduardo DE GORTARI Juan Carlos FRANCO Pablo PICENO Clyo MENDOZA

VALLEJ & CO


VALLEJ

& CO

todo pende de una transparencia. muestra de mexicana reciente Primera edición: junio 2016 © Vallejo & Co., 2016 Email: vallejoandcompany@gmail.com © Vallejo & Co., 2016 Email: hexagonalsuma@hotmail.com © Daniel Bencomo • Roberto Cruz Arzabal • Horacio Lozano Warpola Inti García Santamaría • Álvaro Luquín • Dante Tercero Karen Villeda • Marco Antonio Murillo • Eduardo de Gortari Juan Carlos Franco • Pablo Piceno • Clyo Mendoza

Edición: Mario Pera

Selección y notas: Iván Méndez González

Diseño de portada y diagramación de interiores: Mario Pera

Publicación digital. Queda autorizada la reproducción de esta publicación, en todo y en parte, previa solicitud de autorización por escrito del editor.


Tras las huellas del oro perdido. Una visión a la poesía mexicana contemporánea

En la poesía mexicana hay autores imprescindibles, poetas cuyas obras son muy difíciles de relegar si se busca formar una línea o canon en la lírica hispanohablante. Y es que no podemos negar que México es una tierra fértil para grandes poetas, lo que ha forjado una tradición lírica significativa en aquella parte del mundo la que ha irradiado, a su vez, a otras partes del continente y a España. Basta con mencionar a Sor Juana Inés de la Cruz, religiosa, poeta e intelectual, para comprender el vasto alcance de la influencia de los poetas de dicho país. La poesía de Sor Juana Inés es quizá la que más destaca en un bien entonado concierto de voces, siendo frecuentemente estudiada y citada por críticos y lectores. Y no es extraño, pues resulta soberbia la manera en que de la Cruz vinculó el tópico amoroso con lo onírico, el pensamiento metafísico en su poesía, siendo magistral por citar sólo un ejemplo el poema «Primero sueño», escrito (no olvidemos) en tiempos en que aún actuaba la Santa Inquisición en tierras mexicanas. En ese sentido, la poética de la religiosa genera tal sombra, como en el caso peruano con César Vallejo, que parece haberlo hecho y escrito todo con letras de molde


[8] tan densas que es imposible siquiera imitarla pues todo lo cubre. Más adelante en el tiempo, desde inicios del siglo xx, se abrieron en México las vertientes líricas para seguir caminos diversos y entreverados, no existiendo una corriente predominante entre aquellas aunque en el siglo xx el Modernismo literario, como en otras partes del continente, tuviera mayor arraigo entre los poetas y sus lectores. La tradición Modernista rápidamente se quebró y los nuevos aires y ánimos de revolución en el país propiciaron la formación de grupos literarios que innovaron en la creación en la literatura mexicana. Los más importantes fueron el Estridentismo difundido por Manuel Maples Arce, los Contemporáneos difundido por los reconocidos José Gorostiza (de quien no podemos dejar de mencionar su estupendo poema «Muerte sin fin», capital para las letras españolas), Xavier Villaurrutia o Carlos Pellicer y quienes publicaban las llamadas «novelas de la Revolución», entre otros, Mariano Azuela, Heriberto Frías, etc. No obstante, desde aquellas primeras décadas del siglo ha corrido mucha agua bajo el puente y la poesía mexicana ha mostrado (como si fuese un abanico) un amplísimo espectro de derroteros, los más vinculados a las improntas sociales, económicas y políticas, aunque es cierto que han existido y existen esfuerzos y obras lejanas por completo a estos temas para comprometerse estrictamente con una indagación artística muy personal. La poesía, entonces, como podemos ver, se encuentra en permanente movimiento. En los últimos años ha sido preponderante en la lírica mexicana la figura de otros poetas como Alí Chumacero, Homero Aridjis, José Emilio Pacheco o Eduardo Lizalde,


[9] sin embargo, la obra de los mismos pocas veces cruzó las fronteras para lograr el reconocimiento pese a la intención cosmopolita de la misma, y no fue sino hasta hace pocos años que ésta ha comenzado a ser leída y apreciada en su magnitud. Por supuesto, una figura aparte es la de Octavio Paz, poeta, ensayista y crítico literario de gran talante, que puso a las letras mexicanas en el reconocimiento del mundo entero y cuya poesía aún marca una influencia en los poetas contemporáneos mexicanos. La figura de Paz fue por un buen tiempo uno de los faros que iluminó los senderos de la poesía mexicana en mayor o en menor medida; no obstante, las últimas generaciones de poetas en dicho país se han sabido distanciar de su figura por medio de búsquedas artísticas muy personales alejadas de los modelos líricos tradicionales para ahondar en la experimentación que nos brinda más que interesantes resultados. Y es en ese entorno que llegamos a la primera década del siglo xxi con poetas mexicanos conscientes de su tradición lírica, pero también con el ímpetu necesario y vital de todo joven artista para generar un cambio, una ruptura que los lleva a una constante exploración en pro de la originalidad o de los caminos articulados para traspasar aquellas visiones tradicionales del arte y de la poesía. Ahí está la lucha y los poetas mexicanos han optado por darla. En cuanto a la elección de la persona adecuada para realizar esta muestra, opté por un poeta afincado en México y con un profundo conocimiento de la lírica de dicho país, quien además es traductor y ensayista, el español Iván Méndez González a quien agradezco a nombre de Vallejo & Co. por aceptar el emprender esta difícil tarea, la que deja constancias de su vocación de permanente


[10] conocimiento, lectura y crítica no sólo de la tradición, sino de aquello que en lo contemporáneo se viene escribiendo y publicando por las nuevas generaciones de poetas mexicanos. De tal manera, el seleccionador de la muestra logra mostrarnos un panorama general de parte de la situación actual de la poesía mexicana más joven, puesto que sabemos que existen otros rumbos aquí no exhibidos, e igual de válidos. Lo interesante resulta así, la claridad de la propuesta de los doce poetas elegidos para esta muestra, quienes apuntando a distintas estéticas y caminos, han sabido darle forma a una lírica muy personal en cada caso siempre intentando la exploración del lenguaje para asir el hecho poético y es que, asumimos que para varios de estos autores, el poema no está en el poema sino en la sangre que mueve la pluma para escribirlo. Como es habitual, el criterio de selección de los doce poetas elegidos1 para formar parte de esta muestra se fijó arbitrariamente en los 35 años cumplidos a la fecha de solicitar el material para la misma. Están representados poetas nacidos en la década de los 80 y 90, así como se han seleccionado autores procedentes de diferentes regiones del país lo que enriquece, en mi opinión, esta muestra. No obstante, debo recalcar que la misma sólo resulta ser un ápice en el amplísimo panorama de poetas mexicanos jóvenes que vienen publicando en su país. Por tal, nuestra intención no es restrictiva ni menos aún El orden de presentación de los poetas es el establecido por el seleccionador de la muestra, quien lo ha determinado así en base al año de nacimiento de cada poeta. La muestra contiene, también, una foto personal y una biodata proporcionadas, para esta edición, por cada uno de los autores.

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[11] canonizadora, sino dirigida al difundir parte de lo que se viene escribiendo. No puedo finalizar sin agradecer a quienes han hecho posible esta muestra. A los doce poetas por su confianza, generosidad y apoyo al darnos sus textos para que conformen este e-book. Así como, evidentemente, mi total agradecimiento al poeta, traductor y ensayista Iván Méndez González por llevar a cabo esta prolongada tarea de búsqueda de los autores y de solicitud de su trabajo, lo que ha significado un trabajo constante para él en pro de la promoción de la lectura y escritura de la poesía. Para finalizar, agradecer a los lectores, que nos permiten continuar en esta labor de difusión de la poesía y de las artes en general. Los invito, entonces, a conocer o a reconocer a los poetas y a dejarse perder por los caminos generosos de la poesía. Mario Pera



Nota del seleccionador

En un muy interesante libro publicado en 2007, el teórico José Francisco Ruiz Casanova se preguntaba acerca de los elementos que caracterizan una antología. En esta obra, Anthologos: Poética de la antología poética, el autor hacía un estudio pormenorizado de las características que definen esos objetos curiosos de la literatura. Para empezar, es obvio que tiene en cuenta que para que se dé la posibilidad de llamar a estos textos antologías es menester que exista un criterio de selección, y no sólo mera recopilación de poemas y poetas. Mi criterio de selección era más bien un espacio, México, como una tradición poética más que relevante. Un espacio que en la actualidad muestra una precariedad de sentido, y de significado, por mostrarse siempre a punto de un colapso que no llega. Y esa incertidumbre casi genética atraviesa los versos que vendrán a continuación de muy diversas formas: pensamiento postmetafísico, imágenes ironizantes e ironizadas, una suerte de política y su carestía, corrosión de los viejos patrones líricos de un dios, que se quiso grande y fue cada vez menor. La idea de la muestra era presentar a un conjunto de voces, que fueran diferentes entre sí, y que aportara una perspectiva de las distintas muestras escriturarias


[14] que se están desarrollando actualmente en este país. Creo que acierta Ruiz Casanova al proponer que leamos una antología —siquiera sea tan sólo una muestra como la que se ofrece en estas páginas— como un libro más, como una lectura de la lectura; es decir, como una lectura de la tradición, que no tiene, ni debe, ser únicamente la que se malbarata en las aulas. Los textos aquí reunidos pertenecen a Daniel Bencomo, Roberto Cruz Arzabal, Horacio Warpola, Inti García Santamaría, Álvaro Luquin, Dante Tercero, Karen Villeda, Marco Antonio Murillo, Eduardo de Gortari, Juan Carlos Franco, Pablo Piceno, Clyo Mendoza. Por supuesto, se trata de una muestra que ni siquiera aspira a ser representativa. Más bien, quisiera ser una deixis que se indica al lector para atender a una serie de poetas relevantes de la más reciente poesía mexicana. Faltan otros muchos, que seguramente cada lector en particular se precipitaría a añadir a la lista. No seré yo quien cometa el dislate de señalar esas presencias ausentes. Una muestra como esta pretende reflejar un corte transversal de un cierto espacio y un cierto tiempo de la lengua poética. En medio hay multitud de opiniones dispares al respecto de lo que se hace en poesía, seguramente tantas como antologías hay, esta antología mínima pretende ser una suerte de tentativa sobre la materia poemática. Paul Celan escribió que la poesía no se impone, se expone. Eso es lo que trata de hacer este trabajo. Y está bien que así sea. Iván Méndez González


Poetas de la muestra



© Daniel Bencomo

Daniel BENCOMO (San Luis Potosí, 1980)

Sus libros de poesía más recientes son Morder la piedra (2009), Lugar de Residencia (2010) al cual le fue concedido el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino en 2010, y Alces, Rejkyavik (2014). Como traductor de poesía alemana ha publicado La calma entre el cero y el uno de Björn Kuhligk (2015) y Canon previo a la huida de Tom Schulz (2015). Además, ha traducido poemas de Hugo Ball, Hans Arp, Friederike Mayröcker y autores actuales como Ron Winkler.


[18] Sobre la poesía de Daniel Bencomo

El poeta declara sus lineamientos poéticos. El trazo que lleva desde Mallarmé hasta el último Celan, con la posibilidad interna del quebramiento, traduce su mano y su mirada. Mientras, escribe y deja en suspenso la realidad: no importa que transite alejado deliberadamente de enojosas —e injustas siempre— fluorescencias de la certidumbre. Defensor de la declaración celaniana que define mundos, «la poesía no impone, se expone», Bencomo propone una lírica generadora de inciertas disrupciones en ese organismo extraño que llamamos poesía. Observa su respiración, y le da la vuelta a todas las cosas de este mundo con el único fin de leer las instrucciones de uso. El problema radica en que el poeta para ver mejor deja al mundo y al poema del revés. Se crean espacios que nunca se completan: «Tiembla la lengua, no es de nadie, es Nadie: / es un encefalograma de sí misma». ¿Ven la [re]flexión que produce en el lenguaje? Todo pende de un hilo.


Poemas



[21]

(PODRÍAMOS MAQUILAR cuatro, seis mil, n realidades: en ellas se incinera una hebra de lo Real. Qué profusión la de lo abstracto: es un mar Muerto, flotan sobre él nuestros queridos espejismos: sal en demasía en un Yo en un Ello en un Aquello. Tiembla la lengua, no es de nadie, es Nadie: es un encefalograma de sí misma. En el E tampoco hay alguien: tres umbrales sí, ni resonancias frescas, Trivium de la ciencia lisérgica: copos de nieve perdidos en la nieve. Corren como potros las voces, hay un alce pastando en tu cerebro, crujen mecanismos de madera, hay un alce pastando en tu cerebelo)


[22]

Interior A Ausencia de un rostro definido por ejemplo un magrebí quién dijo que no podría ser banjo pez de agua abisal (brillan sus ojos) que si acaso por vid de momificación o de criogenia nada tiene un parapeto lo Real es una fuga siempre fuga con grilletes (brillan los ojos y los dientes de sable) no mencionen abducción por ejemplo un jeroglífico jamás lisérgico o una caja de Pandora con [efecto doppler soy un escalador de azoteas soy un músico de sinfonías [en hielo cocktail para mudos ojo de gato: apriétame el gatillo sólo quedan al clarear unos charcos, reflejan las nubes. (De Alces, Rejkyavik)


[23]

Coleridge La fuga es perceptible. Un vástago bombea realidad con realidad. El mar, a miles de sueños de distancia, apareció. Fueron a nado hasta su centro: pusieron una flor de dinamita. En onda concéntrica brotó una liebre, y la liebre, ama bondage del murciélago, tatuó sus fotogramas en mi espalda. La espalda no veía las consignas políticas. Sólo echaba hacia adelante. Preguntando por las rastas de la noche, por el petróleo robado de la noche, algo escupió. Alguien mordió el cogollo explosivo. Su índice nutricional marcó un exceso de amor. Saña de osos polares que eructan un salmón.


[24]

Calzada McCarthy Una tribu de apaches cruza el lago su calzada una aguja de luz heroína. Tú la miras e inflamas el iris sobre el fuego. La luz del zodiaco sobre el rostro llagando como lipstick con su brillo fósil. Se corroen las tuberías del submarino, las medusas se infiltraron en el lago: tu rostro es un mäelstrom que absorbe las noticias, las flechas saben exquisitas ahumadas, tu espalda es el dorso, minado, de Caspar David Friedrich, residuos de tiempo real en tus labios. Una horda de apaches cruza de regreso, el vaquero te sonríe mientras escupe un oráculo. Sientes el confín de tu cuerpo. Ahí espumará la teoría, ponla a freír con el sazón de polilla.


[25] La horda es olfateada por el vaquero, el vaquero se ha calzado las medusas en los ojos: alguien te ha escalpado y amanece.


[26]

Lírica viene de lirio Lírica viene delirio Deviene lírica lirio Lyrica subcortical o cortisona, espuma de bulldog en aguas ya estancadas. Lirio planta parásito, lírica basura y parasita, tabletas que recortan la distancia: del humus al nervio el soma trabaja, tiempo real es cieno poco. Lyrica en recetas de mi padre, olvido comprimido hacia [su cuerpo. Lírica es el tedio vs. el tedio de ti. Un músculo borrándose, otra vez, en sus espasmos. (De Espuma de bulldog, inédito)


© Roberto Cruz Arzabal

Roberto CRUZ ARZABAL (Ciudad de México, 1982)

Se desempeña como crítico y profesor. Su primer libro de poemas será publicado pronto por la editorial Elefanta. A la par, prepara un libro de ensayos críticos sobre poesía reciente.


[28] Sobre la poesía de Roberto Cruz Arzabal

Esto ya se sabe, pero conviene recordarlo: hay quien todo lo ve a través de la poesía, incluso el ejercicio docente o el ensayístico; en su caso, Roberto Cruz Arzabal lo ve a través de la crítica como la práctica fundamental de lo que hace. Su poesía también puede leerse como un ejercicio crítico, las referencias a otros textos (verbales y no verbales), la forma de pensar acerca de los diversos modos de la percepción, etc. Algo que intenta con frecuencia es escribir para la página sin perder el ritmo sonoro, le interesa jugar con la estructura y la fractura sonora de los versos.


Poemas



[31]

Tríptico de la simetría I No es carne el cuerpo sino geometría de la mirada; abstracción incompleta o vértice de lo que toca el dedo en el disparador. Un cuerpo echado en las baldosas es también una forma de la iluminación o del perdón del sol, (el teporocho en el umbral, la barda) en medio de los que caminan se tiende la blancura que ensucia lo que mira. II Cobijas del que se tiende, los cables de luz acaparan el plano que borroso configura el arriba del oído; ¿oyes los cables cuando zumban, vibra tu esternón bajo su paso de electrones? El tendedero también vibra cuando dos que no se miran se detienen en un tercer ojo (cristal extenso del que observa) y abren un en vilo del relato. Esto que ves es una imprecisión


[32] de la escritura: una espiral interna que se pliega bajo las fuerzas de lo impredecible, como un encuentro de dos que sin haberse conocido se miran a través del ojo de otro. III Entre estar y no estar se cuadra la simetría de los deícticos. Aquí nunca es aquí sino su vuelta, o su extrapolación fallida a un lugar que no es lugar; “tampoco” es un lugar también en donde se hallan los huecos reflejos del en vilo. Imaginar un túnel que contenga en su adentro una nada perentoria, dentro del túnel una imagen de dos personas que caminan frente a frente sin tocarse. “La concordancia. Su latido simultáneo. La forma del eco en su pecho. Su boca, manantial que escupe. Ella es abrevadero de la sangre. Voz”. “El garbo imposible de mirarlo y hacer como si nada; la imposibilidad de suceder


[33] en el mismo tiempo y el mismo espacio. Con un detenimiento semejante al de la voz que se pronuncia muy cerca del oído” Dentro del papel plegado cada cosa adquiere una dimensión sonora al tacto. Acariciar es quizá allí dentro una forma de escuchar.


[34]

La violencia del color Y tú estabas en medio de todo eso, tocando Cristina Rivera Garza y es que algo ocurre allí; quiero que me lo confiese la violencia del color Cinthya García Leyva

Mirar de nuevo los dobleces los pliegues o la carne que devora otra carne el abrazo se dice también en otra lengua la partida de ajedrez inacabada en un plano superpuesto unos ojos que se evitan se deslucen se atragantan viene y va una mano sobre otra El verde era el color de los verdugos, no aquí sino en su leviatán sonoro; en el cruce de las formas, el equilibro de los sólidos es inevitable. Se dice, también, que en otra forma caben los restos del lenguaje, se dice que una frase es una puerta pero mienten, quizá sea una rendija o un candado, pero una puerta nunca; la apertura le está dada al balbuceo. En medio de nosotros, una mesa


[35] que sostiene nuestro juego nuestras manos que se miran disimuladamente con las uñas las uñas son los ojos de los dedos, su glaucoma una imagen es imagen de sí misma, su contradicción también, también su marco; una imagen que contiene lo que sabe, que lo niega y que se dice eres mi doble o mi doblez un pliegue mapa de mis manos la ruta que confunde la línea con el trazo el gris es el color del ajedrez, el encuentro provocado por [el jaque el gris es el color de la mirada en los ojos de los perros ¿De qué color miran los dedos cuando ahogan? ¿De qué color el ojo anal, si acaso mira o se dice en el prolapso? ¿De qué color las manos del amante cuando limpias se atreven a tocar lo que se da? el verde es el color el gris la forma la línea es una nota a carcajadas a horcajadas la cabalga entre los dientes la lengua que habla del color montada a pelo sobre pelo; un dedo es el jinete Bilabial, la boca. El beso. El chasquido.


[36] bilabial también la vulva la lóbrega plegada hacia su centro ¿Será verde o gris el color de la enramada? Una imagen sobre otra, se tocan, se contienen; una imagen que se sabe al centro de otra: la violencia del color; una imagen que corta la mirada, que le impide su juntura; la violencia, del color de las imágenes depende la apertura del bastón, canal que se vierte en el desagüe. Una imagen sobre otra, sobrepuesta. La memoria es una imagen que se corta. La violencia del encabal ga miento la sílaba la bi labial es la montura beso de las imá genes tan claras impostura de la sombra es la violencia de un color que se parece a su sonido verde bilabial o gris como quien dice


[37]

Tu nombre, brújula que arde Ella, nuevamente animada, sobre un suelo de baldosas Daniel Saldaña París

¿Qué es el tacto de lo que no tocas, qué su espiral ascendente en la preterición? / Qué se fizo el rey don Juan / Escribiré en Google Maps la calle de un lugar que no conozco todavía para buscar en street view la fachada de tu casa — a tientas sobre el mapa la mirada maltrecha que te acosa — andar un mapa es tocar con las palabras que no salen— y quedarme mirando en la pantalla tu ventana // qué fue de tanta invención //en la ventana de mi computadora está la ventana de tu casa — la mirada juego de marcos ascendentes — los nombres de las calles son archivo — toco tu mano con mi ortiga que te enciende, no tengo huellas sino espinas / a glitch is a glitch is a glitch is a ghlict / y la sombra que traza la cartografía — irreconocible tránsito el mapa que simulan ser tus dedos en mi cuerpo Tu nombre, brújula que arde / sus tocados sus vestidos sus olores / para navegar sobre el mapa continente / brújula del sueño / la escritura será un gozo desgranado, en cada línea vivirá la potencia de lo adverso, una aquilatada formación de


[38] tactos y los surcos digitales, arados de carretas tiradas por los bueyes del recuerdo al pie de una misiva no habrá firma, pero buscaré tu nombre como el que busca calles desconocidas y casas que no ha visto; entre las espinas voy a perfilar tus trazos como el que mira con detenimiento una fotografía que no le pertenece, pero que también es suya porque es suyo el deseo que la enmarca : el límite esplende la idea de posesión : no brilla la parerga, sino el manto que la cubre / los castillos impugnables / no miraré, tocaré tu rostro: en lo visible se anuncia ya la aparición del tacto

(De Los castillos impugnables)


[39]

El niño es una casa El niño es una casa y la habitan los padres.2 yo de niño fui una casa habitada por fantasmas, una casa sola sin muebles pero con pintura nueva en las ventanas, con piezas sueltas de parqué, con molduras desbastadas, con fotografías; el niño, acaso otro niño, fue una casa habitada por perros callejeros, flacos que olisqueaban perras que sangraban; el niño es una casa que habitan sus padres, los fantasmas y los perros; Joseph Beuys vivió con un coyote en una casa que no era el cuerpo que habitaban sus padres, Joseph Beuys tenía una casa con coyote, mi yo niño tenía una casa cuyas paredes pintaba con eyaculaciones nerviosas, 2

Helena Sinervo.


[40] mi verga fue entonces tambiĂŠn una casa, no la habitaron coyotes, ni padres, ni fantasmas.


[41]

Fosa Fosa no, fisura en lo común — coma de los pueblos, carcoma de la losa, desierto de lo comunal, lo roto de los cuerpos en su desjuntura — abrevadero de la carne, los flujos financieros de la llave para abrir la llave de muerte basta no la suma la indolencia sobre los cuerpos dolientes — los que se quedan doloridos los que vienen muñones de su corte de su terraplén, de sudor de los que matan ¿quién mata? Tienen nombre todos tienen nombre tienen espinillas, tienen carne de cañón de la fisura, no fosa de la carne, fosa no de lo común del crimen— cavar. Encriptar cuerpos bajo llave de la aldaba de las puertas municipales de la fosa — el cuerpo es el


[42] lenguaje postverbal del cuerpo, su fragmento su fronesis bajo tierra: fosa no fisura en lo comĂşn, (InĂŠditos)


© Carlos Lang

Horacio LOZANO WARPOLA (Querétaro, 1982)

Publicó junto a Gerardo Arana y Antonio Tamez Neónidas 2006 – 2008. Ha aparecido en las antologías Besar de Lengua, Poets for Ayotzinapa y Últimos coros para la tierra prometida: 40 poetas jóvenes del Estado de México. Actualmente coordina el proyecto Cine Panorama y es editor de la revista de ilustración y poesía Gus Ultramar. Ha publicado en poesía Lago Corea, Física de Camaleones, METADRONES y Gestas. Colaboró con Mamá Dolores Cartonera en la selección y edición de Embutido de Poetas - Muestra de Poesía Mexicana Actual y Mis primeros dientes: Antología de Escritores Queretanos Nacidos en los 90. Escribe en www.warpola.tumblr.com.


[44] Sobre la poesía de Horacio Lozano Warpola

Decía Borges que la teología era la rama más excelsa de la ciencia-ficción. Tomando prestadas estas palabras, podría defenderse que la poesía es la parte más luminosa de la lingüística. La poética de Horacio Warpola está movida por una curiosidad infinita por el lenguaje —toda forma de lenguaje—, y sus formas variopintas de ocupar un espacio poemático. Explora la apropiación, el remix, mashup o la prosa que se prefiere poesía. La ciencia no se concibe aquí como posibilidad metafórica. El lenguaje científico —en tanto que lenguaje— ocupa el interés del poeta. Cualquier lenguaje le parece poético a Warpola. No importará cómo se presente: bacterias, bots, drones, mujeres, ciudades, «el pasado», gifs, postinternet o física cuántica.


Poemas



[47]

La nada es un plato de cereal a medianoche Sean cuales sean las circunstancias en algún momento podemos encontrarnos Probablemente piensas que acabarías aplastado Pero la realidad es mucho más extraña que eso la realidad se dividiría en dos En una de ellas serías incinerado Y en la otra te sumergirías en un agujero Ni siquiera la luz puede escapar El horizonte de sucesos se llena de energía Cuanto más te adentres las leyes de la física ya no son aplicables ¿qué es lo que ocurre si accidentalmente caes en uno de estas aberraciones cósmicas? Mira con horror cómo te sumerges en el agujero A medida que aceleras te estiras y contraes como a cámara lenta Podrías enviar señales con la luz de tu iPhone Pero estás siendo borrado lentamente Ahora ocurre algo aún más extraño nada Navegas directamente hacia el destino más siniestro


[48] sin ni siquiera recibir un golpe Espeluznante acción a distancia ¿Te deslizas al interior y vives una vida normal gracias a una realidad que extrañamente depende de quien la ve? ¿O nada más llegar al horizonte colisionas con un cortafuegos mortal? La verdadera naturaleza de la realidad yace oculta en [alguna parte


[49]

Rutas energéticas Mi reflejo es una filosofía de la fe Condición vinculada a la existencia física Muere cuando se desgarra cuando muere el individuo Eso significa también que la vida muerta pasa a ser [inaccesible Pero que quede claro que yo no estoy pensando ahora en el tiempo lineal Sin el que nada se puede hacer ningún paso se puede dar A mí me interesa el plano en donde el hombre se engrandece Verbalmente Junto a las condiciones mecánicas del no-ser Me interesa la ruta energética que divide al usuario de la [pantalla Me interesa la semilla del algoritmo y la semilla del reflejo Una imagen libre de simbolismo Parece que lo más difícil es elaborar una propia idea de nosotros mismos O cualquier imitación autoimpuesta Por muy despiadada que sea


[50]

Auto de los corazones que se han dejado llevar en el camino Me autonombro el rey de las moscas que se acumulan en [la fruta Reina de los cirros y de las partículas subatómicas Príncipe de los algoritmos Presidente de las abejas que perdieron un ala Ministro de los abedules deformados por los huracanes Generalísimo de las escenografías imaginarias Gobernador de las palabras que salen de mí como torrente [de pixeles Coronel del spam Basura automática A la medianoche Cuando matan a las palomas y a los indigentes A los perros callejeros Tráfico en la deepweb Toque de queda en la periferia de los mapas de papel Rey de los misterios acuáticos A la medianoche No quería romperte el corazón Príncipe de los amortiguadores No quería matarte a tiros No quería moler tu sangre Tu sangre regma Súbdito de los plásticos Donde tu autocondenación es la libertad El bosque Tu propio árbol


[51] Tu propia núcula Presidente de las hojas de otoño en Santa Bárbara Autoflagelación del lenguaje Donde la verdad histórica es un pixidio De palabras De semillas Princesa de las bayas Harás lo que yo diga No te quejarás No enviarás extraños mensajes con las pestañas Sargento del polen rojo Juez del fósforo Autómata desolado Sin nadie a quién obedecer Sin nada qué comprar Tentado al suicidio Automuerte Automuerto Gobernador de las toxinas y las bacterias y los hermosos [aminoácidos Deja que te digan cómo debes morir De qué color deber ser tu ataúd Cuánto dinero debes gastar en tu funeral Carne de la autosugestión Mamífero autosuficiente Ministro del aquenio (Fagopyrum esculentum) No te queda nada No quería matarte No quería esperar a que me descubrieras Con tu corazón en la mano Rey de las cariópsides a contraluz Presidenta de las células fosforescentes


[52] Tu corazรณn Late Sin consentimiento Late Sin que nadie se lo pida Late Hasta que quiera dejar de latir Autoritario Vive


[53]

Desenterrar a las fuerzas Cada Navidad matábamos una oveja El ritual comenzaba un día antes Hacían un hoyo en el suelo En el sueño Colgaban al animal de sus patas traseras Le rajaban el cuello Su sangre llenaba una cubeta Los coágulos Constelaciones viscosas Balidos finales Luego le quitaban la piel Primer capa de la creación Las moscas revoloteaban como ángeles Cercenar un cuerpo Enterrar un cuerpo Cubrirlo de verduras y pencas de maguey No como desligue del espíritu Como manjar culinario Después de horas bajo la tierra El animal estaba listo Lo devorábamos Como hienas Como humanos Como familia Apaguen el árbol Hasta el siguiente año


[54]

Desayuno, la comida más importante Malcolm Le Grice desayuna dos tostadas con tomate y té [negro con leche Maya Deren desayuna melón omelet de champiñones y [café con leche Jonas Mekas desayuna un croissant recién hecho untado [en mermelada de fresa y té de menta con limón Stan Brakhage desayuna huevo revuelto con salchichas [holandesas frijoles dulces y jugo de naranja Nam June Paik desayuna arroz kimchi galletas de avena [y pu erh de la china meridional Kenneth Anger desayuna tres hot cakes con tocino miel [maple fresas y café negro con dos cucharadas de azúcar Fassbinder desayuna embutidos de res pan con mermelada de membrillo queso de cabra un vaso con agua y café [espresso Peter Kubelka desayuna manzana en rodajas panceta bagel [con semillas de amapola y jugo de zanahoria Michael Snow desayuna dos huevos estrellados salchichas [vienesas frijoles pan tostado y té negro de kabul Věra Chytilová desayuna pan de centeno yogurt natural [un vaso de leche tibia y jugo de toronja Gregory Markopoulos desayuna pan con semillas de sésamo [corn flakes jugo verde y capuchino Larry Jordan desayuna waffles de microondas un plátano [y café americano sin azúcar Pipilotti Rist desayuna birchermuesli pan de trigo con mermelada de zarzamora jugo de naranja y café negro con


[55] [doble carga David Lynch desayuna quinoa papaya pan casero de nuez [y tres cafés Vito Acconci desayuna un bagel de salmón ahumado crema de queso cebollas crujientes jugo de naranja con betabel y [una coca cola Aki Sasamoto desayuna sopa de miso blanco arroz encurtidos tortilla estofado de algas sunomono de judías y té [verde Carlos Reygadas desayuna chilaquiles verdes con pollo [frijoles bolillo jugo de naranja y café soluble Apichatpong Weerasethakul desayuna jok con cerdo un [huevo cocido pepinillos en vinagre y leche de soya Hollis Frampton desayuna fruta mixta con miel de abeja [granola yogurt de durazno y café descafeinado (Inéditos)



© Ronit Guttman

Inti GARCÍA SANTAMARÍA (Ciudad de México, 1983)

Ha sido becario del programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes —fonca—. Además, obtuvo una residencia artística en Estación Pringles (Argentina). Ha publicado Nunca cambies. Poemas 2000-2010 (2011), Hasta aquí nada pudo separarme del cielo (2010) y Corazoncito (2004). Actualmente administra el blog Nueva Provenza y el canal de videos Autismo Producciones.


[58] Sobre la poesía de Inti García Santamaría

Ningún poeta hace tratos, en todo caso hace pactos, compromisos, que rompe cuando le apetece. Uno se percata de que esto es así incluso en el breve conjunto de poemas que se muestran a continuación, y que desean ser muestra de una de las muchas posibilidades de escritura en la actual poesía mexicana. «Emboscadas de la lengua, pactos verbales rotos incontables veces», ha subrayado Rodolfo Mata acerca de esta escritura. Diversas serían las formas de esta ruptura constante: ironías, juegos lingüísticos, parodias, sentido del espacio textual. En el fondo, habita en estos versos una conciencia profunda de la desaparición. La palabra poética quiere extinguirse, y el poeta lo sabe: «Donde dice piélago / debe decir pérdida». A veces juega a hacerle caso al verso y caminar por donde éste quiere, pero siempre sirve a un propósito, el de ser conato de una mirada. El poeta se oculta, siempre, detrás de sus versos. Se esconde incluso de los significados, y tal vez de los contextos (im)posibles.


Poemas



[61]

Poema estela la de la pirámide circular un rojo cono (ser otro rojo (distinguir lo granate)) el pulso del púlsar ayer hoy la tierra tronco tupí tantas palabras para “loro” y lo demás aurora la de la ladera viernes oyes viento


[62] una habla una lente habla labra veredas sin apalabrar caminos habla (De Corazoncito)


[63]

Sobre el esqueleto de un poema de Penna Tú que protagonizaste esos treinta segundos —caminabas con dos maletas lilas hacia una fila de taxis del aeropuerto— eras la pieza que equilibra la torre. En este jenga donde diferentes colores han desaparecido permanecen intactos los hilos de las costuras —esos treinta segundos— de tus maletas lilas.


[64]

Las buganvilias Frases que dijiste en un jardín botánico. Palabras para nombrar un cactus. Palabras para nombrar un camaleón. Palabras para bautizar plantas con la palabra “abuelito”. Palabras dentro de una catedral. Palabras de tus dedos sobre mi frente. Un núcleo de cristal en medio de una canción. Frases que aparecen otra vez en mi teléfono celular. Palabras para decir más palabras. Un núcleo dorado. Palabras que nombran los nuevos sabores de la nieve. Palabras aquí. Allá pétalos para hacer papel. Palabras como dibujos sobre madera. Destellos de lonas rosas al final de la calle. Un callejón tapizado de pétalos.


[65] Palabras de madrugada que regresan de día. Destellos de vetas. Un núcleo. Palabras para describir una semilla. Destellos de números para decir más palabras. Un resplandor de frío en las luces de la ciudad. Palabras para conocer un caballo de madera. Palabras para leer. Un resplandor de frío. Una noche que termina, más o menos, termina. Una noche regresa como un halcón al brillo de unos ojos. Palabras para describir las cintas sobre un cuerpo. Un halcón de electricidad. Un circuito de frases para proteger tu nombre. Un circuito de números. (De Hasta aquí nada pudo separarme del cielo)


[66]

Taller de encuadernación japonesa ¿Alguna vez encuadernaste conmigo un álbum de insectos a las tres de la mañana? Hoy dibujo escarabajos en láminas de papel arroz. La memoria es un potro enfermo que marcha forzado hacia la casa colonial donde trabajábamos con agujas. ¿Quién de los dos gustaba de sentarse en el patio y personalizar el estudio del color a través de los hilos? Si las tapas de nuestro álbum fueran anaranjadas, elegirías textiles blancos para anudar lo que nunca podrá ser atado. Es un álbum de osamentas y el óxido del cobre no ha cambiado tu rostro. (De Nunca cambies. Poemas 2000-2010)


[67]

DONDE DICE cendal debe decir clasismo. Dice veste donde debe decir castas. Donde crústula dice debe decir agrícola. Exúbero dice donde esclavo debe decir. Donde dice lábaro debe decir larva. Dice querubes donde debe decir corona. Donde sordina dice debe decir desprecio. Deliquio dice donde élite debe decir. Donde dice núbil debe decir nulo. Dice fanal donde debe decir fantasma.


[68] Donde exangüe dice debe decir extinto. Adamantino dice donde mentira debe decir. Donde dice piélago debe decir pérdida. Dice canoro donde debe decir carnada. Donde clepsidra dice debe decir clausura. Áureo dice donde ira debe decir. Donde dice do debe decir donde.

(De Crítica, 159)


© Álvaro Luquin

Álvaro LUQUIN (Guadalajara, 1984)

Estudió artes cinematográficas y filosofía. Ha publicado Praderas Silenciosas (2011), Blanco Sucio (2013) y Panóptico (2015). Ha sido becario del pecda-Jalisco (2011-12) y del Fondo Nacional Para la Cultura y las Artes —fonca—. Ganador de la Bienal de literatura Hugo Gutiérrez Vega (2014) con Panóptico. Actualmente, es miembro del consejo editorial de la revista Metrópopis.


[70] Sobre la poesía de Álvaro Luquin

Adviértase una cosa: ¿será esta una breve instrucción para tocar un poema? Alce la mano. Previamente, usted habrá visto —o no, eso no importa por ahora— que el poeta ha untado algún tipo de pegamento en la mano con la que toma la pluma o aporrea el teclado de la máquina. Allí adhiere un imán. Para mayor seguridad, aferra el objeto con una pequeña cuerda. Así no se cae nada. El poeta introduce la mano en ese montón de escarcha, en ese cúmulo de virutas de realidad. Se pegan demasiadas cosas. El poeta sacude la mano. Lo que queda es el poema. Así la poesía de Álvaro Luquin, así las cosas que pasan en el poema.


Poemas



[73]

Maquinita para desempolvar sin temor Arriba, en el cielo los satélites: el amor neurótico de John, la heroína y su esposa que se entretiene cagando enjoyada. Porque en Coney Island pasa de todo. Hay un tirano que finge ser coach y un joven cierra la herida del padre yendo a entrenar.

Volteando hacia atrás hay un letrero que dice: “Masoquistas de grueso calibre buscan rubia europea, de preferencia con voz de ultratumba”.

Dicen que la idea fue de Andy pero lo dudo, se me hace que fue Cale “el esteta” para darle en su madre a Lou. Su amistad con el rarito artista pop fue de altibajos; les enjaretó, valiéndole madre,


[74] a Nico… sí, la chica fatal europea y así nació el famoso banano. Después “Reload”, la pelea, disolución y cada uno a su respectiva chingada. Cale, “Paris 1919”, Lou y el glam “Transformer”

-maquinado junto con Bowie-, y vámonos por la senda salvaje a “Berlin” con Jim y Caroline hasta el culo de oscuridad. Volviendo a la Velvet. Fue un rempujón fugaz cachondón.

Pero el vulgo le temía al cuero, a la idea de dormir miles de años; al látigo y su Venus furiosa en pompeta que lame la punta brillosa de la bota.

Pero no olvidemos lo que escribió un periodista famoso y rockero


[75] en la Rolling Stone: “Sí, muy pocos los escucharon. Pero de aquella profusa minoría casi todos formaron una banda”.


[76]

SOBRE LA MUJER angustiada hay botellas y un cosmonauta se impulsa rumbo al ventanal a través de isósceles negros. Las altas visiones pictóricas, con el glamour que requieren las nuevas tendencias ¿son el remedio más adecuado para el asedio? El resto es esperar y ver si tus quejas son menos frecuentes, más fluidas y ojalá me hables de nuevos matices enamorada del proyecto de las apariencias.


[77]

NO LIMPIES el semen del sillón; el fantasma aún busca [huellas del suceso. Sube la persiana de la memoria y fisgonea mientras rasgan [el vestido; allana la pieza, intenta abrir de nuevo los archivos. Todo está velado; preferiste el cheque para que el Ministerio [Público cerrara el caso. Si la vergüenza martilla en tu hipocampo, sigue adelante e ignora que hay suficientes pruebas.


[78]

50 TOPOS y Epilepsia a tres segundos sobre el córtex. Su temblor padece de acné y de forunculosis y destruye el efecto de la carbamazepina. El candor existe solamente en los informes sicoanalíticos y en el Antiguo Testamento. Esos animalitos de garras rosadas que brincan y brincan frente a la pantalla mejoran las cosas. Sigue sus instrucciones, mírate saltar. No te preocupes por tu inmundicia. Los ángeles defecan sobre la espuma.


[79]

FUGA corneal del reactor busca ser remasterizada. Livideces, cadavérico espasmo más allá del martillo y la hoz. Estela mutante en la nieve fragua y ojo casi Heráclito en Glásnost. Anteideas ¿estáis entre alarmas, o huella roja antepalabra? (Inéditos)



© Dante Tercero

Dante TERCERO (Tijuana, 1985)

Escritor y editor. Dirige la editorial Ojo de Pez desde el 2013 y lleva el blog de reseñas sobre libros de poesía New Apple Key. Actualmente es becario del fonca con el proyecto #Poemojis y escribe un libro-manifiesto llamado Cute Lit. Como editor prepara Hot Babes, una colección bilingüe conformada por algunas de las voces más potentes de la poesía joven actual. Ha publicado en poesía Mi tercer ojo (2013) y Dante & Liam (2014). Bad Poetry es su blog personal: www.dante-tercero.tumblr.com


[82] Sobre la poesía de Dante Tercero

El poeta habla de su proyecto Cute Lit, que le sirve para señalar que «es la belleza más tierna y por lo tanto la más densa. Cute Lit son las visiones luminosas de los gatitos solitarios. Cute Lit es el unicornio que danza en nuestra lengua cuando estamos a punto de besar». La falta de intención como estilo. No existe una línea o un eje estilístico continuo, porque así ha decidido que sea. El precio de eso es que la mente del otro tendrá que hacer un gran esfuerzo para poder procesar esta escritura, en el sentido de los campos semánticos. ¿Son tiempos para que los poetas soporten o no que se les llame miserables? ¿Se puede proponer algo? ¿Interesa ser originales o singulares? Excluirse o experimentar: experimentar y excluirse. Ir por el mundo perdiendo talle. Implosionar en el canon y en el canon de los otros. Y hacerlo todo sin tener voz continua podría constituirse en nueva forma de utopía Y termina diciendo el poeta: «tener un estilo es actuar desde el pasado, no existir». Si los poetas tuvieran una misión, sería la de no aburrir. Una manera particular del conocimiento superior elevación del cuerpo poético.


Poemas



[85]


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[89]

(InĂŠditos)



© Amalia Area

Karen VILLEDA (Tlaxcala, 1985)

Escritora residente honoraria del Programa internacional de escritura de la Universidad de Iowa. Ha obtenido las becas del programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes —fonca—, de Open Society Foundations y del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América. Ha obtenido los premios Juventud de la Ciudad de México (2014), Bellas Artes de Cuento Infantil Juan de la Cabada (2014), Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino (2013), entre otros. Mantiene la web POETronicA (www.poetronica.net). Parte de su obra digital aparecerá en el tercer volumen de Electronic Literature Collection del Massachusetts Institute of Technology. Ha publicado el libro para niños Cuadrado de Cabeza (2015) y los poemarios Dodo (2013), Constantinopla (2013), Babia (2011) y Tesauro (2010).


[92] Sobre la poesía de Karen Villeda

Acerca de este libro del cual ofrecemos una breve muestra en estas páginas, Dodo, se han dicho palabras elogiosas. Para Antonio Martínez, la poeta «nos enfrenta a la exhibición de las miserias del ser humano, porque también es una historia de canibalismo». Por su parte, Claudia Hernández del Valle-Arizpe compara este texto con La narración de Arthur Gordon Pym, de Edgar Allan Poe, habida cuenta de que se lleva al límite la experiencia humana para mostrar el dolor y la capacidad de supervivencia. «Culpa que impregna. Diez tobillos caminando de puntillas, un quejido», escribe la autora en un momento del libro. Se pueden desgastar los libros de metafísica (incluso los de autoayuda, según la clase de críticos que se aproxime a estas páginas) para dar una idea de lo que allí se ve. Importa poco. La poesía es un ejercicio de supervivencia. Resistes o dejas de escribir, que es lo mismo que morir un poco más cada día. Esta poesía es de las que resisten.


Poemas



[95]

“Extinción” Banco de Cargados Carajos, hay dieciséis islas. Pedro de Mascarenhas, primer amante de Mauricio. Una cotorra gris, segunda amante de Mauricio. Sirenios, seis espaldas. Le estamos pisando los talones a Madagascar. “Tres macizos volcánicos levantándose en la llanura.” Mi hijito amado.

A la redonda. Puños atestados de plumas pardas levantando amarras. Cinco marineros que se toman el atrevimiento de quemar al Güeldres en sus sueños. Seis camisolas y siete, siete barriles desvencijados. Un pulgar astillado. Mauricio alongado se pierde en el horizonte. Su ocre deslumbra.

Llevamos los brazos en jarras, la cubierta. Un hilillo de saliva trenzado con sangre. Seis temores henchidos de alcohol, el mascarón. La lengua tan corta de El Mongol. Su lengua renegrida que se hizo nuestra. Burbujitas. Empápanos, por favor.

Cinco marineros suspiran. El Pelirrojo, la palma de Van Warwijck. Cinco marineros que derraman una sola lágrima. Manos toscas que abrigan a cinco esqueletos. Cinco


[96] ombligos haciendo honor a una tuerca. Algas que esclavizan. El mar babea cinco sueños, hacia 1681.

Los canales en Ámsterdam son el testimonio de la rendición del Mar del Norte. El Güeldres entra sigilosamente, cae el viento. Seis dorsos cubiertos por seis, seis camisolas. Culpa que impregna. Diez tobillos caminando de puntillas, un quejido. “Ya apesta a anchoas”, dice El Almirante. El Mar del Norte llevándose nuestra gloria.

Nadie me cantará como mamá, sus tetas. Inclinando la barbilla en mi cráneo calvo. Tú, mordisqueándole el pezón — punta de estrella guía— para hacerle ver que eras dolorosísimo. Mi hijito amado. La leche derramada y cinco alientos fétidos. “Pondremos huevos, necesitamos un par de tetas.” El Mar del Norte nos babea también.

PLUMAS, el cráneo de mi pelona enamorada. Tres o siete o catorce plumas curvadas. Garra, uñas carbonizadas. La canción de mamá, cañas de azúcar. Fiebre de cañas de azúcar, plumas pardas. Miasma de leche, guarapo, mi hijito amado. El Almirante truena los dedos, mi pelona enamorada dando a luz un dodo albino.


[97]

97. DIDUS. 98. DIDUS INEPTUS. Ineptus. Didus: utraque mandivula inflexo apice. Dodo, dronte. Cygnus cucullatus. Gallus fallinaceus peregrinus. 7. p. 49. † Raphus cucullatus, 1758. Struthio cucullatus Linnaeus, 1758. Didus ineptus Linnaeus, 1766. Corpus nigrum, albido. Alæ impennes. “Si uno mata al más joven, encontrará una piedrota en su molleja. Los llamamos aves de Nazaret.”

(De Dodo, fragmento de «Extinción»)


[98]

NADIE SABE cuándo nació ni cuando murió. Tal vez no existió más que en la boca de mil hombres y mil mujeres. Hodja le llaman. Hodja, El Maestro. Hodja montaba un burro al revés y se le veía siempre en la medersa, donde resguardó su existencia hasta agonizar. Dicen que se puede ver a Hodja enterrado desde las afueras del nada pomposo mausoleo donde reposa. Tiene herrería alrededor y hay tres puertas abiertas. La cuarta, que es el paso hacia su tumba, está cerrada. Aquí, en Estambul, vive su amigo más cercano: Tamerlán El Cojo. Tamerlán, inclinado sobre su pie izquierdo, le preguntaba a Hodja sobre los días de la luna teñida y el Maestro le respondía pacientemente que no sabía nada acerca de ese tema mientras comían ganso frito. El hombrecito detrás de esta puerta tampoco sabe cuándo nació y cuando murió Hodja, el que sacó a la luna de un pozo y la montó en el cielo nocturno. Tampoco hace preguntas desde que se mantiene de cuclillas en la oscuridad, tan ajeno a las visitas, con la puerta entreabierta y la boca adosada.


[99]

UN ROMANO, entusiasta de los ladrillos y el mortero, está caminando por Cankurtaran. Y, si no es un roman0, entonces le obsesiona vivir sobre los escombros, de la civilización. “Nadie creería que hay ciudades debajo de esta ciudad”, nos dice mientras una derruida casa de madera resiste a los edificios de hormigón. Y, si no es un romano, es una ruina por doquier. Y si no es un romano, es una de las viviendas antiguas de Estambul que parecen mariposas atravesadas con un alfiler sobre el trasfondo urbano. Y si no es un romano, entonces es el resto de una historia. Pero no, no es un romano. El que está caminando nunca es lo antiquísimo que espera una demolición. El que está caminando nunca es un esqueleto pardusco que, con sus pasos, llena de hollín lo que fue construido antes de que él naciera. El que está caminando sabe que todos los imperios se están cayendo aquí. Todos y cada uno de ellos están a la altura de los omóplatos de este hombre no ocurrido. El que está caminando tiene un porvenir brillante y la muerte se le ha atrasado.


[100]

MIENTRAS DISFRACEN a los niños menores de tres años como sultanes, tú serás mi muñeca de ojos verdemar y sea lo que sea que pienses que es el amor, yo soy eso. Justamente eso.


[101]

SEIS MINARETES sobre tu palacio, Constantino. Patas de elefante que marcharon sobre ti. Al presente, los minaretes parecen lápices a lo lejos pero fueron mamíferos laboriosos en sus mejores tiempos. Pobre de ti, San Constantino. Nunca más rezarás a la Virgen donde se han hincado varios sultanes por siglos y siglos. Todos los hombres que violaron tu palacio responden al nombre de Mustafá. Fue culpa de Sinan, el arquitecto —alguna vez cristiano— de los otomanos. Sinan, el jenízaro. Sinan, el que imprecó a la cruz para construir estos seis minaretes para Ahmed I, aquel que no asesinó a su hermano Mustafá (aunque digan todo lo contrario). Seis minaretes para desafiar a La Meca y brindarle una peregrinación falsa a los empobrecidos como los de Mauritania y, tal vez, los jariyíes de Argelia. Siete minaretes tiene La Meca pero en aquí hay mosaicos que trajeron desde İznik, la pequeña Roma. Uno de ellos ha perdido el brillo. En un candil hay un huevo de avestruz que impide la entrada a las telarañas. Solamente uno para tanta ventana ciega. Hay alfombras tejidas a mano. Sus tonos pajizo y verde esmeralda emulan a los tulipanes porque Alá es un tulipán en árabe. No hay ni una silla rota. Hay cien Coranes. Hay mujeres. Las que están enveladas. Mujeres lavadas con agua pura para rezar por cuarta vez en el día. Lavadas sus manos, lavados los brazos hasta el codo, lavada la boca, lavado todo su rostro y lavados los pies. Lavadas en agua pura tres veces. Cuando se lavan la nariz es para poder oler los lugares del Altísimo. El almuédano está por llamarlas. Orar es mejor que soñar. Todos los


[102] corazones en la Mezquita Azul son reales, laten siguiendo una misma pauta antediluviana. La oraciĂłn es mĂĄs duradera que el sueĂąo. (De Constantinopla)


© Marco Antonio Murillo

Marco Antonio MURILLO (Mérida, 1986)

Estudiante del mfa en Creative Writing por la Universidad de Texas en El Paso. Ha obtenido el Premio Nacional de Poesía Rosario Castellanos (2009), Premio de Ensayo de Crítica Universitaria —conarte—. En 2013 fue campeón del Torneo Express de Poesía Verso Destierro. Asimismo, ha obtenido la Beca de Jóvenes Creadores del foecay (2009) y la Grant de la Universidad de Texas en El Paso (2013-2015). Ha publicado en poesía Muerte de Catulo (2011; 2013) y La luz que no se cumple (2014); y coautor de la antología de poesía yucateca Casi una isla (2015).


[104] Sobre la poesía de Marco Antonio Murillo

El poeta adopta la forma de un pájaro, pero no, no se trata de la imitación del canto —o de las formas diversas de amanecer que tiene el cantor, recordando aquí a Valente—. Un poeta ante todo es un lector, tan simple como eso. Chantal Maillard afirma que al leer uno afecta un gesto semejante al del pájaro: levantar la cabeza, abrir y cerrar los ojos y volver al agua, para que se filtre en la garganta una vez bebida. La poesía no importa, importa el poema. El hálito de la palabra se asienta en el espacio de lo poemático, y allí adviene una forma delicada del entendimiento: (ad)miración, la llamaron los ancianos. Vivir y leer tienen una forma de mirar parecida, ambos carecen de luz y guía. «Si pasara, en ese instante / en que el vínculo se rompiera / y sólo quede el vuelo, la mirada perdida / y por fin no exista la distancia», asegura este poeta. El poeta capta un instante, como si se tratara de detener el vuelo de un ave, le da la posibilidad de una forma. Luego, se contenta con saber las rutas de su vuelo.


Poemas



[107]

Las palabras y el fuego Lamento haber escrito aquellas palabras sobre mi pueblo, incapaces de romper una cuerda o desnudar a una muchacha. Mi único consuelo es que mi obra ardió al lado de la mujer del César, la misma noche en que mi barco zarpaba al exilio. En lugar de escribir la hubiera amado con mayor fuerza: algo de mí en la hoguera tal vez sobreviviría.


[108]

Alfabeto de pájaros Los niños juegan con pájaros los sacan de sus jaulas amarran un hilo casi invisible en sus patas y los devuelven al viento. Entre risas la felicidad es una imagen donde el cielo coincide con la tierra y sólo existe el mirar. Entre risas los pájaros buscan cumplir su misión de semilla migratoria pero no saben que el círculo trazado de plumas y enigmas no vence la mirada de los niños. En secreto cada pájaro representa una casa entregada al aire un deseo por levantarse más allá de este arte de dibujar poemas con hilos y alas en el calor de junio. Por la noche cada pájaro vuelve a su jaula y cada hilo de la vida es devuelto cautelosamente


[109] a la madre para que lo zurza u olvide en la camisa que vestiremos mañana. Si el hilo se rompiera tal vez perdieran para siempre su ritual de todos los días su ocarina circular de cielo y de tierra. Si pasara, en ese instante en que el vínculo se rompiera y sólo quede el vuelo, la mirada perdida y por fin no exista la distancia en ese instante serían un poco más felices:


[110]

Fragilidad de la isla Los sopladores de vidrio de Murano tienen una tristeza azul en las llagas. Funden tallan dan forma a la arena la vuelven una mujer como una gota abierta o una barca que pesa menos que el aire de sus pulmones. Saben que el fuego no es metáfora de una vida profunda duele y arde los huesos en transparencias. El fuego cuando toca la piel no forma islas sino un mar que repliega sus agujas en la raíz de la lengua. Esta labor de pulir la tristeza contra un mineral de enfriar el fuego hasta encontrar la paciencia del agua es una magia que los vidrieros aprenden en el brillo y la escama mineral de algunos peces. Los hombres que trabajan el vidrio son los verdaderos ladrones del fuego tarde adivinan su acertijo los reflejos que dejan los cristales son un azul más vasto que el cerco de las llamas: El fuego es una lenta máquina que consume y evoca su propia dicha el hombre es una mano el fuego su lenguaje


[111] el cristal habla a través del aire duerme un sueño de hielo aquel que trabaja el fuego debe amar el fuego y al vidrio como a una mujer. La verdad el fuego hunde en la bruma las cosas que soñamos. Por la noche los vidrieros se reúnen junto a los hornos del taller y ante una lámpara de aceite planean su exilio y mueren bajo un puente o al salir de casa. Todo lo que una vez ardió es arrojado al agua que puede quebrar el rojo vivo de los cristales. La muerte entre llamas la muerte a orillas de un mar que no se apaga es la menos solitaria de las muertes. Los sopladores de vidrio de Murano tienen una tristeza azul en la llaga de las manos. Alguno trabaja descuidadamente los cristales y es la única venganza de aquellos que odian y preguntan la amorosa orfebrería que se cumple en el fuego. Otro más los trabaja y los pule como si fueran sílabas peces le enseñaron otra forma del mismo secreto:

los

sólo el poema permite imaginar cómo es salir de una isla.


[112]

Discurso sobre las ballenas Destrozada a golpes por los colores de la tormenta, un pedazo de madera de junio emerge y extiende sobre el aire húmedo sus islas volcánicas, no quema este ancho mar, no quema la espuma que brota [de la espalda, busca sin embargo el silbo el canto el olfato el atisbo y luego el [incendio bajo las aguas: así es su amor, como cuando niños descubrimos lo poderosas que son las [cosas del mar, amor que pesa en la nota que dejó hace días un ahogado y que ahora [vuelve a su extraño país monocorde, amor, la muchacha del muelle, preñada la boca de historias y cuentos sobre grandes peces y [mandrágoras, fue ella quien amó a todos extensamente en el lento flotar de diferentes luces y profundidades, fue ella quien habló de las ballenas, manchas de petróleo que se hunden y ensanchan las vocales del abismo en el océano, tierras sumergidas en una sola mirada; una ballena, dijo mientras se vestía, una ballena es todo el Mar


[113] de los Sargazos, nadie sabe dónde habitan o qué lentitud gobierna el pesado canto que extiende el oído sobre la [superficie, para quien la divisa, la ballena es una casa en medio del camino entre dos mares, la tierra y la lengua [no son hogar, nido de pájaro en el mástil es este oficio de hundirnos en el olor de la marea; ahora que no escucho más, que no sueño los brazos de esa mujer [de boca extensa, se que no existen las ballenas, se que esto que miro es sólo una enorme tabla del naufragio [que es junio, pero en cambio existe ella y sus muelles, ella y su cuerpo y su costa preñada en la que anclábamos por sus historias, [las ballenas no son casas en mitad del mar, ella sí: arpones, pedazos de un coral madreperla, mascarones de proa, maderas de raros barcos, collares, [oscuras riquezas habían en su voz y sus labios como un húmedo [y abierto almacén.


[114]

La luz que no se cumple Soñé con la poesía, la soñé pequeña y temblorosa como una salamandra, negra como la sed de no ver el mar desde hace años. El bosque del lenguaje ardía toda la noche en el vientre de mi madre, y la poesía corría y el fuego la alcanzaba. La piel de la salamandra era humo y después un enorme madero [que ardió como una hermosa muchacha. Como una hermosa muchacha iba corriendo con su ardoroso [nombre y cubría el otro lado del lenguaje que sólo se ve a la luz de una lámpara lunar./ Del carbón salía un lenguaje amarillo que los hombres [hablaban en secreto con pulmones perforados, y mi corazón triste estaba lejos de la palabra asfixia. No entendí lo que hablaban, ni lo que sus ojos decían contra lo rojo que aún dormitaba profundamente en las hojas de la noche. Eso rojo que era el lenguaje de todos los hombres y que al intentar hablarlo congelaba mi lengua. Soñé con la poesía, me dijeron que hablar de ella es quemarse las raíces de la lengua, estar ciego ante la palabra luz, buscar inútilmente la claridad en la


[115] [bruma de un bosque de humo. Yo busco esa orilla, esa claridad, la busco como a un diente de leĂłn. Tal vez nunca la encuentre. Tengo el presentimiento que el cielo estĂĄ a punto de partirse en una gota hacia el [ocĂŠano.



© Eduardo de Gortari

Eduardo DE GORTARI (Ciudad de México, 1988)

Estudia Lengua y literatura hispánica en la Universidad Nacional Autónoma de México —unam—. Fue becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes —fonca—. En 2013 ganó el Premio Punto de Partida, convocado por la unam. Ha publicado en poesía Singles //05/08// (2008), La radio en el pecho //covers// (2010), Código Konami (2015); en novela Los suburbios (2015).


[118] Sobre la poesía de Eduardo de Gortari

De este poeta se ha señalado que es «diverso y vital». Esto es redundante. Aquel que se considere de sí ser poeta habitará la diversidad y la vida. O mejor que no se pronuncie, que no venga, que no llegue. Mejor destacar algo evidente: aquí se ofrece una apoteosis de la mirada, más bien una teoría de la percepción. En estos poemas, los sentidos se presentan en un estado de agitación expansiva, que por lo demás tiende al contagio: «¿Sabías que intercambias átomos con todo lo que tocas y que puedes dejar un camino de átomos a tu paso sin saberlo?». Si Nicolas Bourriaud afirmaba que un radicante se aleja de hipótesis rizomáticas para hablar de un «término que designa un organismo que hace crecer sus raíces a medida que avanza», en ese caso —y más allá de si hablamos de cultura popular o no— estamos también ante una poesía altamente erradicada.


Poemas



[121]

Dr. House House se encierra en su departamento de Baker Street 221B y se mete de golpe 3 pastillas de vicodín Piensa en Hitchcock: Nada hay más temible que una puerta [cerrada Piensa: Sherlock Holmes ya lo sabía House se encierra en su consultorio y después de otras 3 pastillas de vicodín piensa en la nueva enfermedad que llegó al Princeton-Plainsboro Piensa en el método para abrirla: un candado Piensa en la forma de resolverla: un homicidio Piensa: nunca es lupus House ve porno en su computadora después de unas pastillas de vicodín y piensa: no existen los pacientes: existen las enfermedades: //Sintomatología análisis clínico diagnóstico//: a la mierda [el protocolo: si esto no es ciencia: es un arte Una enfermedad es una puerta cerrada y curar requiere trabajos de cerrajería: asir la verdad detrás de la chapa como [un detective a pesar de los regaños de Wilson de Cuddy a pesar del dolor en la pierna a pesar del receptáculo del delito:


[122] pacientes que responden a su condición humana: pacientes que responden a la condición del lenguaje: pacientes que mienten: todos mienten Ocurre más seguido de lo deseable: las llaves no son las [indicadas y aquella chapa no cede por la fuerza: no deja entender el crimen cometido en esa habitación cerrada por dentro Piensa House en los Stones mientras toma vicodín //a secas: [para qué contar si ya es otro frasco//: en lo que no tiene y lo que necesita y lo que no quiere ni [necesita pero igual lo tiene Piensa en la enfermedad como un crimen donde aún no [hay un muerto: piensa mientras piensa en abrir las piernas de Cuddy piensa mientras piensa en abrir una botella de whisky piensa que en él hay un crimen sin resolver: piensa que piensa demasiado Descripción clínica de House: El detective el cerrajero el adicto el de mal humor el médico con bastón siempre en frente de la habitación cerrada y eso que yace detrás de la puerta detrás de la puerta detrás y nunca es lupus


[123]

Astigmatismo Ella fue mis ojos una noche Las albercas me ponen cancha de local: me hacen sentir en casa Platicamos al borde buscando con los pies pedazos de mosaicos sueltos Vi sus ojos en la bruma Ella fue mis ojos una noche: dejé los lentes en el cuarto: ella me explicaba los objetos las personas: mi guía a través de la niebla a través de fantasmas en un televisor sin señal: fue mi antena Vi mis ojos en la bruma Eso busqué siempre: resolución de la pantalla: una mano para cruzar once dioptrías de astigmatismo (De Código Konami)


[124]

Lamento de amor //Rigo Tovar// El norte jugaba a Godzilla con los anuncios espectaculares y yo era el único que esperaba en la parada del camión De frente la playa, los ojos entrecerrados por la arena: No era la primera vez que una chica me botaba/ pero Dios sabe ella pudo elegir un mejor día El viento hacia discursos: un tratado de la erosión: Reconocer tu obituario en la radio del autobús porque el [walkman ya no tiene pilas: nuestros finales son de mal gusto nuestros finales son basura televisiva El viento hacia discursos: un tratado de la erosión: Llueven martillos llueven clavos: Ya no tenía dónde dormir así que fui directo al ADO/ para tomar otro camión/ a otra [ciudad: No era la primera vez que me mudaba pero Dios sabe que Dios pudo elegir un mejor día Llueven martillos llueven clavos: Madurar a putazos porque jugamos a Godzilla y me tocó ser Tokio porque los malos programas las residencias los edificios acaban y es sólo cuestión de viento porque de ese entonces no recuerdas qué escuchabas con gusto en el walkman/ sino esa canción que detestabas/ en la radio del autobús, [camino a la terminal


[125] mientras el norte arrancaba con sus garras verdes las [palmeras y los anuncios: un tratado de la erosiĂłn (De Rigo es amor)


[126]

No Cars Go //Arcade Fire// We know a place were no ship goes... No cars go were we know

Hemos salido a la carretera dejamos los inviernos subcutáneos en casa y la fe //toda// en los mapas celestes que nos habitan llenos de volátiles parvadas sobre el cableado eléctrico de la voz Con las venas a la intemperie la sangre es bitácora de batallas invisibles porque todos nuestros demonios se construyen con lo que no se ve y no tenemos más que este conjuro de explosivos caseros las palabras que entrega el recuerdo empuñando en la boca una flama diminuta y un ramo de pixeles en el cielo nocturno Todo para vencer la geometría de nuestras murallas todo para que reverdezca desde el silencio el amor amargo y sus entierros todo para revivir auroras boreales en el resplandeciente infinito de una canica de cristal como si fuera la raíz de toda la luz todo con tal de cargar de balas de shocks eléctricos el corazón de nuestras parvadas


[127] Ayer salimos y la carretera se construye en una radiografía del esqueleto del mundo que alguien soñó por nosotros //porque alguien soñó por nosotros este instante// y ningún coche puede llegar a donde vamos nosotros: He venido he venido a decirlo: somos una estampida de caballos de fuerza en un circuito para coches bomba: //espacio en blanco//: aquí fuimos la ignición posible Hemos salido a cortar con un bisturí de signos la piel que cubre el corazón de las cosas y ese corazón nos revelará su escritura como otra forma de haber nacido como otra forma de reiterar el mundo


[128]

Use Somebody //Kings of Leon// Acaso he visto mucho tiempo por la ventana del autobús: la sucesión de construcciones personas automóviles letreros apunta a que la trama presente del mundo se limita a la contemplación de un desfile: El paso de las cosas //suelen llamarle así// se mide en [parpadeos y algo de ti permanece como el tendido eléctrico de la carretera hasta volverse una línea continua maquillada por aves [ocasionales una nota de sustain indefinido Tú sabes que podría necesitar de alguien que responda [mis mensajes a las seis de la mañana antes de partir a ya no sé dónde en un camión cualquiera cuando la central de camiones reproduce a grandes escalas el movimiento de los átomos que nos enseñaron en el bachillerato y me limito a ser una partícula suspendida en la sala de [espera ¿qué habría dicho tu maestro de Física al respecto? He viajado lo suficiente para llegar a palabras que tú y yo no sabemos Práctica de lingüística: Aplico cuestionarios de mazateco:


[129] Yo: a (cortada) Tú: Ji Naranja: Rasha Él: Kui Guayaba: Tsá Nosotros: Ñia Ustedes: Jû Juan es bueno: Da ánima Chafo Sol: Tsi Luna: Tsó Adiós: Tiandé Gata: Chitushi Estrella: Shu ñio Relámpago: Shiô Día: Tajî Corazón: ánima Las palabras que hablan de nosotros no puedo pronunciarlas y hay mensajes en el buzón de elementos no enviados porque no hay señal aquí y tú no sabes dónde estoy ¿qué diría mi maestro de Lingüística al respecto? De seguir el tendido eléctrico llegaría a ti pero no hay electricidad donde me encuentro Tal vez necesite de alguien que me explique la canción que [escucho como el movimiento de los átomos y los errores de Física en la películas de ciencia [ficción lo que escucho en un desfile paralelo al mundo donde es [posible desplazarse a través de un par de


[130] botones y la función de repeat ¿Sabías que intercambias átomos con todo lo que tocas y que puedes dejar un camino de átomos a tu paso sin saberlo? y es innecesario el kilometraje si ambos escuchamos lo [mismo: un cableado de electrones (De La radio en el pecho)


© Juan Carlos Franco

Juan Carlos FRANCO (Ciudad de México, 1989)

Licenciado en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México —unam—, y graduado del viii Diplomado de creación literaria del Centro Xavier Villaurrutia del inba y conaculta. Obtuvo Premio de Ensayo de Crítica Universitaria convocado por conarte (2012). Becario del Programa de estímulos a la creación y el desarrollo artístico de Querétaro en dramaturgia (2014-2015). En 2014 estrenó Ensayos sobre el destierro, Polvo y Cómo no estar solo y, recientemente, Trayectorias líquidas y Country. Ha publicado en poesía Cómo no estar solo (2015).


[132] Sobre la poesía de Juan Carlos Franco

Asegura la poeta española Olvido García Valdés que la poesía es ritmo, esencialmente rítmica. Y por tal motivo la lectura del poema es algo más que una mera muestra de «la obra». La lectura completa el primer impulso de la mano, y no se trata de que la obra se transforme, simplemente se necesita de la enunciación. Algo de teatral tiene la poesía, y esto parece ser lo que expone en sus versos este joven poeta. Se afirma que la escritura es un trabajo solitario, y esto es como no decir nada en absoluto. Un poema es un cruce de voces, es la música que permite escuchar el ruido que nace al fondo, ahí —¿lo ves?— donde empieza el silencio. Entre el suelo y el futuro.


Poemas



[135]

Misterio número uno: suelo if you face death, for that time, for the period of direct confrontation, you are immortal. William S. Burroughs Noli foras ire, in te ipsum redi. In interiore homine habitat ueritas Agustín de Hipona

Ayer frente a mí se apareció el santo Agustín. Sus túnicas eran blancas, brillantes. Pero no las tuvo puestas [mucho tiempo. Unos días antes había sido el funeral de mi padre. Su cuerpo había muerto por la corrupción de un cáncer [tortuoso. Mi cuerpo descansaba entumido en el suelo de la sala. [Era ése el lugar donde mejor había reposado, donde el tiempo pasaba sin reparos. El suelo. Tenía los ojos abiertos, pero no veía nada excepto el polvo. Las motas de polvo invadiéndolo todo, del piso al techo, [de dentro hacia fuera, de todo eso que miramos y sabemos que está ahí a todo eso que no [nos atrevemos a mencionar por miedo a que cobre sentido. Cerré entonces los ojos. Y él ahí.


[136] No había mirado aún y ya sabía que estaba frente a la noche de una ciudad comiéndose a sí misma, con su piel morena dorada por la luz eterna, sus ojos color centeno apenado, sus pies descalzos, sucios, y su voz. Él llegó a mí en la forma de un junkie tratando de rehabi[litarse, con la mirada perdida y un aura cegadora, parecida a un viento frío. Tocó a mi puerta. Su voz sonó profunda como la voz de Dios mismo. Lo supe. Sus túnicas eran blancas. Pero no las tuvo puestas por mucho tiempo. Yo nunca había amado y estaba ansioso por amar. Y de pronto lo supe. Me tomó de la mano. En su roce, en ese contacto denso [pero lleno de nubes cabían todos los roces del mundo: en ese roce gritaban todos los amantes, gemían, ladraban, sudaban sus miradas: en esa falta de aire sollozaban todos los pájaros, oraban todas las cuevas, se daban golpes de pecho todos los deseos: en ese solo instante, un segundo en que la mano me conducía a un lugar lejano de las cosas del mundo, tuve que dar un salto antes de sentir todas las sensaciones, antes de que mi alma fuera toda cuerpo y no hubiera nada porque había todo, porque el mundo había quedado atrás, al fin, [y no éramos más él y yo sino SILENCIO Su cuerpo desnudo. Su santidad así expuesta. Su terrible piel quemada ahumándome los ojos. Su virtud erigida como una fortaleza sobre mí, sobre mi


[137] [cuerpo. Su sabiduría inclinada frente a mí, acariciándome, ofre[ciéndose a mí con una mirada. A mí, a quién más que a mí. Su santa voluntad humedeciendo los rincones de mi [resistencia hecha de pronto carne, hecha Hijo, hecha Verbo. Dos ojos que no ven, dos oídos que no oyen, piel que no [se estremece. Pero ese salto, ese abandono, ese repentino suicidio consagrado me hizo volar. «Mi amor es mi peso; allí soy llevado adonde este amor [me inclina», y al oír esto dejé la tierra y alcé el vuelo sin alas y tuve al santo frente a mí y aunque no veía ni oía ni sentía todo era y Agustín el santo era ese hombre, ese cuerpo como el mío pero tan diferente, y nuestros cuerpos fueron uno cuando la fuerza del santo me partía en dos y, de pronto, [su voz imperiosa pedía ¿Quién soy? que lo partiera en dos a él. Soy la suciedad de la concupiscencia, dijo. Las voces se confundían y los ángeles cantaban gloria a dios en las alturas y el santo aspiraba farlopa y yo trataba [de detenerlo. Y tú eres el miedo. Soy polvo, dije. Eres el insomnio, dijo. Eres la ansiedad, dijo. Eres los bosques. Eres la herida que divide la ciudad de sus depredadores. Eres el polvo blanco, dijo. Eres [el miedo. Estoy soñando, pensé, y me vi en el piso con los ojos cerrados levantándome de pronto a abrirle la puerta a ese


[138] hombre de mirada perdida y aura cegadora, el junkie Agustín, por qué tocas en mi casa vete, y vi al mismo tiempo sus ojos cafés mirándome suplicantes y lo dejé pasar, gracias dios te bendiga, aunque traía en las manos un volumen enorme de la Fenomenología del Espíritu y una botella de agua nunca abrió el libro y nunca bebió de la botella, comenzó a cantar una canción que nunca había oído y que sonaba como un coro de grillos ralentizados miles de veces, una melodía de paz ardiendo en el centro de la sala, cuando no cantaba él sólo me veía ahí, del otro lado, aterrado por su presencia, fascinado por la quietud de sus manos rozando el piso. Y él también, el junkie Agustín, en algún momento, como [mi padre, se colgó del techo de mi cuarto y yo sólo regresé al mismo lugar a mirar el polvo. (muestra para con él tu misericordia gritaban los ángeles y acógelo entre tus santos graznaban los ángeles en el canto eterno de tu alabanza cantaban los ángeles) Es sabido que los santos tocan a los desesperados, a los infieles, a los desahuciados. Pero el santo me tocó a mí, que sólo veía el tiempo pasar a ras de suelo. Vivió junto a mí, fumó junto a mí, durmió en mi cama, despertó junto a mí, miró la trayectoria de una polilla mientras yo leía (su rostro) (sus muslos) (la trayectoria que trazaba su cuerpo por el pasillo), me miró a mí mirándolo a él mirando mi cuerpo, todo el tiempo mi cuerpo, en un frenesí inextinguible, en un grito de afasia, en una noche donde no


[139] [había palabra. Como hoy. Así vino a mí el santo Agustín: en forma del junkie Agustín. «Yo nunca había amado y estaba ansioso por amar», me [susurró. LOS ÁNGELES: concede a tu siervo El santo Agustín temió dejar de tocarme porque podía caer. LOS ÁNGELES: participar con tus santos El junkie sabía mirarme mientras esnifaba. Sus miradas [me daban escalofríos. LOS ÁNGELES: y elegidos de la recompensa día y noche me estás acabando/ sollozo hasta el amanecer/ me quiebras los huesos como un león/ día y noche me [estás acabando LOS ÁNGELES: de la gloria amén Su roce cesó: un vuelco: mi cuerpo en el piso otra vez quieto mirando el polvo: el tiempo. El santo Agustín dejó el vuelo sin alas, tomó sus diez gramos y salió por la puerta. Como una aparición que espera en la calle un taxi en medio de la noche. Como un fantasma que sonríe antes de cruzar [el camellón. Ahí estaba yo. La casa vacía. La ciudad comiéndose a sí misma. La imagen de un cuerpo frío balanceándose de un lado a [otro. Mi amor es mi peso; allí soy llevado adonde este amor me [inclina, pensó mi padre. El amor sólo puede llevarnos hacia el suelo. Hacia las motas del polvo que caen al suelo.


[140]

Misterio número dos: futuro […] Necesito ser el golpe final de un acto superior que se desate sobre el mundo, la ampliación de un milagro, agitarme sobre el frío claro de otro cuerpo que no tenga salidas. Renato Gómez

I ¿quiénes somos, Ilán? ¿qué es este lugar al que miramos y sólo descubrimos moscas congeladas de congoja? Ilán, siento que te conozco sonríes y recuerdo un grito contra el cielo oscuro un mar infinitamente alto acechándonos dos hombres en medio de una multitud de metales escándalos vientos aciagos estaba escrito en la pared VIENTOS ACIAGOS SE APROXIMAN ¿era esta lengua o la otra la que hablábamos? ¿eran estos los cuerpos inútiles, sulfúricos los que usábamos (o nos usaban)? Ilán, pareces una cascada ¿recuerdas las cascadas? eran rocío en la cara, eran


[141] males terribles, eran agua II Sé que allá, el espacio está lleno de gente que pude amar y no hubo tiempo. III Caminamos mientras la guerra hacía arder los pies y los adentros del mundo. Nos reíamos entre nosotros. Leíamos las noticias y cerrábamos los ojos para sentir el sabor espeso [de esa sustancia. No éramos malos. Éramos espectros. Éramos bosques erosionados. Éramos virgilios que pedían al suelo que crujiera bajo nuestros infinitos talentos. Éramos cuerpos, siempre cuerpos pero recordábamos. esa tarde, o esa noche, en que te vi por primera vez entre los hombres y los enigmas, todo era tan brillante que nuestras pupilas alcanzaban a verse ellas mismas, la Memoria seguía con nosotros, podíamos mirar el horizonte y recordar que ése era el lugar del sol o su tálamo, pero nos miramos sin cesar como si supiéramos algo, algo de nosotros o del mundo, el mundo brillante, y entre los hombres y las ilusiones nos abrimos paso hasta llegar a las mejillas, a la barba desconsolada, a los ojos que sabíamos que contenían algo, algo, qué es ése algo, caminamos hacia el otro sin brazos y gritamos dónde están dónde están, nos


[142] arrastramos sin piernas por el pavimento y nos preguntamos qué hicimos/ para merecer/ y después nos quedamos callados hasta que al fin salió algo de nuestra boca reseca de tiempo, qué hacemos aquí, preguntamos, esperando a que termine de acabarse todo esto de una vez por todas: recuerdo ese silencio y recuerdo el vacío y recuerdo la luna desgajándose, tantas esquirlas de ternura tragándonos y nada, no había nada. O no éramos nada. Vimos todo esto volar en pedazos. Volamos nosotros, y ahora aquí nos perdemos. Olemos eso que viene del frío, del aire inextinguiblemente golpeado. Nos convertimos en tierra que desea. IV cuando cierras los ojos siento que todo se termina, Ilán que las cosas no siguen su curso que tú y yo somos dos cuerpos nada más dos cuerpos en medio del desastre que fuimos y ya no somos ¿cuándo dejó de ser esto un lugar para nosotros? y cuando apareces frente a mí sin que me dé cuenta de nada eres tú, Ilán, y no alguien más eres ése, eres él, eres


[143] todos nunca sabremos lo que fuimos antes de la luz brillante, del sol que lo cubre todo pareces el futuro, Ilán ¿sabes lo que quiere decir futuro? el futuro era una tranquilidad inmensa, era una infancia que nunca vivimos y guardamos bajo aquella piedra, Ilán era una nodriza, era la memoria


[144]

Profilaxis Hay cosas que no cumplen su función en mí, como las sonrisas de un lado a otro de la calle, los perros orinando frente a mi puerta, los vuelos de pájaros en medio de la noche. Tampoco la fiebre. Nunca he sentido la fiebre. El doctor dice que la temperatura no es la misma para todos, que vale la pena notar lo grande que es el mundo y la cantidad de gente que lo habita. Se supone que debo estar reconfortado. Pero algunos días, en la cama, mirando el techo antes de dormir, me pregunto qué será esa sensación de quemarse sin remedio, de gritar para que salga fuego de las entrañas carcomidas por un pequeño infierno fabricado a lo largo del día. Dicen que se escuchan los trenes, a lo lejos, viajando a ninguna parte sin irse nunca. Dicen que uno explota en millones de pedazos de furia y se va volando hasta el cielo y uno de esos pedazos cae en la paleta helada de un niño triste jugando con las hormigas.


[145] Dicen que uno no mira: se asoma. Dicen que uno no piensa: se desnuda. Dicen que uno no: que se sufre. Dicen, ante todo, que uno no se pregunta nada, acostado mirando el techo antes de dormir, sino que uno comprende, que uno nace, que uno toma de la mano y reencuentra y sabe del sueño y se quema, sólo se quema. (Inéditos)



© Pablo Piceno

Pablo PICENO (Wolfsburg-Alemania, 1990)

Estudiante de Literatura y de Filosofía en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Parte de su obra ha sido recogida en Poetas Parricidas (2014); así como en Los reyes subterráneos – 20 poetas jóvenes de México (2015).


[148] Sobre la poesía de Pablo Piceno

La palabra que prefigura el espacio liminal del poema puede ser entendida como un imán, que se encarga de adherir los fragmentos de eso que no se constituye hasta que es percibido: la virtual realidad. «La visión se revuelve en su propio intersticio cascado / la pequeña rendija pequeñísimo agujero de la cerradura.» Así la poesía de este joven mexicano, radicado en Puebla y nacido en Alemania. Lector casi compulsivo de Raúl Zurita, Tedi López Mills y Hernán Bravo Varela. Aquí no valen eslóganes filosóficos de otras épocas, aquí el lenguaje no es la casa del ser. Eso que parece atravesar el límite del sentido se pega al poema y hace que brote una perspectiva. Y ésta no es única ni necesaria. Ninguna poética lo es, ninguna clase de ornamento es necesario. Sí lo es en cambio lo poemático, el impulso que sobreguarda el resto magnético del sentido. Recuerden: nada de esencialismos vacuos. Todo lo que queda no es sólo silencio, es además. El poeta desordena el caos para que acontezca lo que siempre está ahí, y está siempre por acontecer. El Tamar (poema/libro inédito del que provienen todos los poemas acá seleccionado) es una indagación en torno al Shir Ha Shirim, el Cantar de los Cantares. También explora la figura de la Sulamita que atraviesa toda la historia de la tradición hebrea.


Poemas



[151]

Tamar 1. La primera vez es también la última o la única. ¿Cómo distingue un rabino su lectura de la lectura de un [rabino anterior de la Toráh? (Pero tiene tantos lados –dice– como el polígono más largo [o el agua que estalla de un pozo de un manantial latente que una vez saciados habrá que volver porque nunca nadie se saciará bien para siempre). ¿Cómo distingue, decía, un rabino con el colirio interior [de la fe milenaria que la profecía que leyó no es la profecía que ya anunciara [un rabino tal vez más capaz / más vidente y que por ello la profesión levítica vale lo que una perla [preciosa?


[152]

2. Será indignante decirlo para quien observa la ley a ultranza eunuco o salmista del coro mismísimo de David / rabino [insaciable //: Pero cuenta el Talmud en una parte que ya no recuerdo [–imperdible / muy bella– que Hashem dio al pueblo veinte dones que no dio a [ninguna otra estirpe sobre la tierra: -La sagrada Torá con sus Leyes y sus Alianzas -la Fiesta de las Tiendas -el Shavuot de la Aparición -La Cena del Péssaj glorioso Pero nada se comparará con el Día en que entregó el Cantar [del amor del Esposo por la antigua ramera Israel, a la que con su propia boca [mejor que los vinos besó / conoció / penetró y nunca más soltaré el amor del alma mía que vives en las grietas de las rocas.


[153]

3. Confiar en un Dios profundamente erotizado a quién [beneficia sino *al mercado de prostitutas que pulula en los atrios de [grandes Basílicas *al cura más casto / cuya líbido se desinhibe única [auténticamente en la contemplación del misterio *a tu poca fe que no se desarraiga ni crece *a la posibilidad de caminar sin pudor por el mundo aunque [tu madre se olvide de ti *aunque tu madre se olvidase de su hijo, yo jamás te olvidaré *lo cual no implica que -Dios te la vaya a meter -te hagas por eso más bella / más guapo [pero que igual sí: ->Dios te ama hasta querer fecundarte ->El Kerýgma es el esperma del Espíritu Santo, [decían los Santos Padres ->¿Qué te parece tan raro, mujer / dime por qué [lloras / dime a quién buscas? ->SE HAN LLEVADO A MI SEÑOR NO SE DÓNDE LO [HAN PUESTO ¿TÚ ME FECUNDARÁS? ->YO SOY BAAL TENGO SIDA / NADIE SI TU SEÑOR [NO APARECE TE FECUNDARÁ / ¡POR FAVOR! ->[aparece el Señor: ->NO ME TOQUES ANCORA / VE Y ANUNCIA A MIS HERMANOS QUE ENTRARÉ EN MI HUERTO, ESPOSA [MÍA / QUE LO VENGAN A VER:


[154] HASHEM SE PROSTITUYE SE FUNDE SE ENTREGA A [LA MUJER IMPURA COMO AL CERVATILLO DE SEXO PEQUEÑO COMO A NUESTRA HERMANA MURALLA A LA QUE [NO LE HAN CRECIDO LOS PECHOS COMO EL IMPULSO QUE SIENTE EL AMOR POR LO [AMADO O EN CADA MURO UN LAMENTO SE SIENTE POR [JERUSALÉN ES RAQUEL LA QUE LLORA A SUS HIJOS O YO TE ELEGÍ POR ALIANZA DE LOS PUEBLOS VEN A MÍ: THOU DREWEST NEAR IN THE DAY THAT I CALLED UPON THEE.


[155]

4. ruina de la ruina del jamás morir, intento una serie de poemas de la que esto forma parte sobre la procesión de pueblo montonero a la que no pudimos ir pero que habría sido entonces. lástima de convencerme de brincar la trampita del velador que nos prohibió pisar el pasto. lástima que no acabó en tu frente o en tus manos duras como un sauce. y de haberme dicho eso de lo que después te arrepentiste pero ya lo habías dicho y ya la procesión había pasado y no te puedo besar más. hablas en sueños de la remisión de qué. ¿en la vida real no lloras nunca?


[156]

5. la primera vez es también la última o la única por menos que se parezca este poema al anterior el rostro que mira la piedra caer sobre un ojo colgante salido de la máscara de piedra cuartearse en ese momento preciso en que el ojo se desborda sale de [su cauce la tímida luz se oscurece se va / poco más se podría decir la visión se revuelve en su propio intersticio cascado la pequeña rendija pequeñísimo agujero de la cerradura se oculta de sí se desmiente no hubo estremecimiento tal el amado jamás se llegó hasta mí están todos drogados amapola danzante / dios oculto ante la carne cruda vomitado menstruada que manas impuramente la sangre del [holocausto a los cuatro ángulos del altar suicidio que no cesas prolongación de la cópula inerme quién revuelve las aguas para curar la parálisis la fuente [de las ovejas Llevo años, Señor, pero cuando el agua revolotea nadie hay que me meta las piernas quebradas en el ruaj [de dios cuando abrí el amado que me estremeció con su mano [por la cerradura cuando quise repoblar tu piel ya estabas desgarrada [muy lejos ¿dónde están los que abogan por ti? ¿dónde está el cervatillo que te dejó prendado? este abismo lo había recorrido contigo


[157] lo habría recorrido por ti otra vez para siempre pero dime dónde apacientas dime para no andar vagabunda ¿eres tú la que habría de venir / de la que habla la escritura [entera? ¿en la memoria de quién se anochece tu rostro fantasma [abultado o qué nombre pondrás a la estructura de un templo a la ciudad entera que erigí en tu memoria esperando que vuelvas / que tengas piedad? Ya las palabras no me bastan para escombrar la destrucción. (De Tamar)



© Gris Cuevas

Clyo MENDOZA (Oaxaca, 1993)

Estudia Letras hispánicas en la Universidad Autónoma Metropolitana. Es becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes —fonca—. Sus textos aparecen en Poetas parricidas (2014), Asamblea de cantera (2014), Antología en Homenaje a José Emilio Pacheco (2009) y Los reyes Subterráneos. Veinte poetas jóvenes de México (2015).


[160] Sobre la poesía de Clyo Mendoza

Ser poeta, ser joven, ser mujer, en México. Tres desafíos. Es bueno que el poeta desafíe. No existe otra forma de ser poeta. O molesta, o mejor que no escriba. Si no incomoda, es sólo un poetastro más, como los muchos que abundan en la tierra mexicana, obsesionados por los circunloquios de autoayuda. Clyo Mendoza está a años luz de las zonas de confort de la lírica habitual. No lo es por ser mujer, ni por ser joven, sino por ser poeta. Afirmó Valente que quien escribe poesía debe hacer valer su opción de soledad. «Nosotros siempre compartiremos esta enorme casa- / Y señalaba el desierto blanco». Creo que esto es el gesto radical de valentía, el momento primario para empezar a llamarse a sí mismo poeta. No tiene contemporáneos, siempre está de camino a casa. La compañía es siempre instantánea. Y el instante no sabe de espacios ni tiempos. Es una sombra que se busca. ¿Resultará necesario que se halle? Nadie sabe, y quizás poco importe.


Poemas



[163]

Nombres de sombra (Fragmentos) (…) Je t'aime j'ai toute la nuit dans les veines Paul Eluard

IV El muchacho del sueño siempre fue distinto a No. Empezando porque tenía el cabello corto, pero un mechón suave cubría a medias su ojo izquierdo. Con su ojo claro podía ver a los muertos y con el otro encontraba los veneros enterrados en la llanura blanca. Heterocromía. Verlo a ambos [ojos me hacía sentir con un pie sobre el aire. -Yo te seré inútil -No lo entiendes, Nina. Nosotros siempre compartiremos esta enorme casaY señalaba el desierto blanco.


[164]

X A veces No me hacía olvidar por qué lo odiaba. A veces sus manos no eran el diapasón de acero y el viento otra vez corría entre su pelo como un ser vivo. Esos días la pasión me obligaba. Subía en su enorme cuerpo estriado y lo cabalgaba como a un animal puro. Comíamos limones dulces, veíamos crecer la enredadera plaga de la vecina. A veces con No olvidaba que el hombre no nace misericordiosamente. Me cubría con su cuerpo siempre húmedo la espalda y me ocultaba ahí, en su morbidez, de Dios y del mundo.


[165]

XI -Caminabas dormida, Nina, dónde estabas. -No lo sé Los olivos se acercaban y nosotros debíamos ser para los [tordos puntos oscuros en un plano. A veces No aparecía en la llanura como un recuerdo o [ una línea muy tenue que me hacía bajar la vista o detenerme. -Vamos, amor, ya falta poco. En el sueño tenía un nombre: Nina. Mi nombre dicho por [él sonaba como un presentimiento. Bajó el ritmo de su paso y señaló un lugar en su vientre. -Ya hay una grieta que suena, debemos llegar pronto. Se puso en cuclillas y me subió a su espalda, caminamos así hasta que su cabeza golpeó con el piso. Se detuvo y [mientras yo ponía un pie en suelo firme, dijo: -Te amo, Nina. Hubo un eco y una luz. Lo dijo y no hubo multitud que lo intentara profanar.


[166]

XII En este mundo, No poseía los sentimientos más toscos. Decía: Te amo. Y la frase era como la caída de una flor en [mis narices. Por eso me gustaba el silencio. -Sh, No. Lo sé. Yo también a ti. Lo arropaba con una sábana cubierta de mi sangre y abajo [de ella lo acercaba a mí para que me deseara. Inquieta y exhausta podía volver a él, en la llanura blanca, [que me contaba historias de un lugar amargo: -No ha existido una palabra en ese mundo que la multitud no [haya intentado profanar.


[167]

XIV El vértigo de ir y venir del sueño comenzó a darme náuseas. Hubiera dejado que No me alimentara desde su boca de cóndor toda la vida porque tenía la firme idea de que él me quitaría las heridas de la zozobra. Creía, y con esa idea se habían diluido poco a poco los recuerdos de mis sueños, [que la realidad era todo lo que me quedaba. -No confíes en los hombres que dicen amar demasiado. Me decía No mientras triangulaba todo con la medida de [mi pubis. (Inéditos)



Ă?ndice



Prólogo ................................................................................................ 7 Nota del seleccionador ................................................................ 13 Poetas de la muestra .................................................................... 15 Daniel BENCOMO (San Luis Potosí, 1980) ................... 17 Sobre la poesía de Daniel Bencomo ............................ 18 Poemas ................................................................................... 19 Podríamos maquilar… ............................................... 21 Interior A ......................................................................... 22 Coleridge ......................................................................... 23 Calzada McCarthy ...................................................... 24 Lírica viene de lirio ...................................................... 26

Roberto CRUZ ARZABAL (Ciudad de México, 1982) ......................................................................................... 27 Sobre la poesía de Roberto Cruz Arzabal ................ 28 Poemas ................................................................................... 29 Tríptico de la simetría ................................................. 31 La violencia del color .................................................. 34


Tu nombre, brújula que arde ................................... 37 El niño es una casa ....................................................... 39 Fosa .................................................................................... 41

Horacio LOZANO WARPOLA (Querétaro, 1982) ...... 43 Sobre la poesía de Horacio Lozano Warpola .......... 44 Poemas ................................................................................... 45 La nada es un plato de cereal a medianoche ..... 47 Rutas energéticas ......................................................... 49 Auto de los corazones que se han dejado llevar en el camino ................................................. 50 Desenterrar a las fuerzas ........................................... 53 Desayuno, la comida más importante ................. 54

Inti GARCÍA SANTAMARÍA (Ciudad de México, 1983) ....................................................................... 57 Sobre la poesía de Inti García Santamaría ............... 58 Poemas ................................................................................... 59 Poema ................................................................................ 61 Sobre el esqueleto de un poema de Penna ......... 63 Las buganvilias ............................................................. 64 Taller de encuadernación japonesa ....................... 66 Donde dice…................................................................... 67

Álvaro LUQUIN (Guadalajara, 1984) .............................. 68 Sobre la poesía de Álvaro Luquin .............................. 69 Poemas ................................................................................... 70 Maquinita para desempolvar sin temor ............. 73


Sobre la mujer… ............................................................ 76 No limpies… .................................................................. 77 50 topos… ........................................................................ 78 Fuga… ............................................................................... 79

Dante TERCERO (Tijuana, 1985) ....................................... 81 Sobre la poesía de Dante Tercero ................................. 82 Poemas ................................................................................... 83 Te acuerdas… ................................................................. 85 Una especie… ................................................................ 86 Un algo… ......................................................................... 87 No me gusta… ............................................................... 88 Toda la noche… ............................................................. 89

Karen VILLEDA (Tlaxcala, 1985) ...................................... 91 Sobre la poesía de Karen Villeda ................................. 92 Poemas ................................................................................... 93 “Extinción” ..................................................................... 95 Nadie sabe… .................................................................. 98 Un romano… ................................................................. 99 Mientras disfracen… ................................................ 100 Seis minaretes… ......................................................... 101

Marco Antonio MURILLO (Mérida, 1986) .................. 103 Sobre la poesía de Marco Antonio Murillo ........... 104 Poemas ................................................................................. 105 Las palabras y el fuego ............................................. 107 Alfabeto de pájaros ................................................... 108


Fragilidad de la isla ................................................... 110 Discurso sobre las ballenas .................................... 112 La luz que no se cumple .......................................... 114

Eduardo DE GORTARI (Ciudad de México, 1988) ........ 117 Sobre la poesía de Eduardo de Gortari ................... 118 Poemas ................................................................................. 119 Dr. House ...................................................................... 121 Astigmatismo .............................................................. 123 Lamento de amor //Rigo Tovar// .......................... 124 No Cars Go //Arcade Fire// ..................................... 126 Use Somebody //Kings of Leon// ......................... 128

Juan Carlos FRANCO (Ciudad de México, 1989) ...... 131 Sobre la poesía de Juan Carlos Franco .......................... 132 Poemas ................................................................................. 133 Misterio número uno: suelo ................................... 135 Misterio número dos: futuro ................................. 140 Profilaxis ....................................................................... 144

Pablo PICENO (Wolfsburg-Alemania, 1990) .............. 147 Sobre la poesía de Pablo Piceno ................................. 148 Poemas ................................................................................. 149 Tamar .............................................................................. 151 1 ......................................................................................... 151 2 ......................................................................................... 152 3 ......................................................................................... 153 4 ......................................................................................... 155 5 ......................................................................................... 156


Clyo MENDOZA (Oaxaca, 1993) ..................................... 159 Sobre la poesía de Clyo Mendoza ............................. 160 Poemas ................................................................................. 161 Nombres de sombra .................................................. 163 IV ...................................................................................... 163 X ........................................................................................ 164 XI ...................................................................................... 165 XII ..................................................................................... 166 XIV ................................................................................... 167


Este libro de terminó de elaborar el día 27 de junio de 2016, fecha en que se conmemora el 105 aniversario del nacimiento del escritor Czesław Miłosz; y en el año en que celebramos el 90 aniversario del nacimiento de los poetas Blanca Varela (1926-2016) y Alejandro Romualdo (1926-2016).


Otros títulos El hilo dorado. Muestra de poesía argentina reciente AA.VV. Destinos portátiles. Muestra de poesía venezolana reciente AA.VV. Carlos Oquendo de Amat. Homenaje 110 años AA. VV. Para retrasar los relojes de arena Nilton Santiago Sangre de spondylus. Muestra de poesía ecuatoriana reciente AA.VV. Identikit. Muestra de poesía española reciente AA.VV.

Próximos títulos Xavier Abril. Homenaje 110 años AA. VV.


To d o p e nd e d e u na transp are nc i a Muestra de poesía mexicana reciente

Y es en ese entorno que llegamos a la primera década del siglo x xi con poetas mexicanos conscientes de su tradición lírica, pero también con el ímpetu necesario y vital de todo joven artista para generar un cambio, una ruptura que los lleva a una constante exploración en pro de la originalidad o de los caminos articulados para traspasar a quellas visiones tradiciona les del arte y de la poesía. Ahí está la lucha y los poetas mexicanos han optado por darla. Mario Pera

VALLEJ

& CO


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