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HOSPITAL UNIVERSITARIO
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a Universidad Autónoma de Nuevo León desarrolló un modelo de atención centrado en la educación de los pacientes y sus familiares, que hace del Hospital Universitario un referente internacional. La hemofilia es una enfermedad hereditaria transmitida por la madre a sus hijos varones. Este es un trastorno ligado al cromosoma X y se caracteriza por la deficiencia o ausencia total de una proteína principal de la coagulación. Los pacientes tienden a sufrir hemorragias prolongadas o espontáneas; esto depende de la severidad. Los pacientes con hemofilia severa presentan síntomas desde pequeños, por ejemplo: el surgimiento de hematomas al aplicar vacunas, traumatismo al empezar a gatear o sangrado dentro de las articulaciones. Existen dos tipos: hemofilia “A” factor VIII y hemofilia B factor IX. En esta última, el síntoma principal es la hemorragia. La severidad de la enfermedad depende del nivel de factor y se clasifica en leve, moderada o severa.
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La incidencia mundial de hemofilia “A” factor VIII es de 1 por cada 5 mil habitantes y en hemofilia “B” factor IX es 1 por cada 30 mil. Síntomas: ● Aparición repentina de hematomas en rodillas, codos y tobillos ● Sangrado recurrente por la nariz ● Traumatismo en forma de hematoma grande ● Sangrado por días después de asistir al dentista ● Persistencia de sangrado después de una cirugía Las personas con hemofilia presentan alteraciones a nivel neurológico y musculoesquelético, asimismo, están en riesgo de desarrollar artropatía hemofílica, la cual es una causa de discapacidad. Todo esto puede ser prevenido con la profilaxis. “Antes, cuando no había tratamiento, los pacientes tenían una expectativa de vida alrededor de 14 años. En la actualidad, con los tratamientos en hemofilia, los pacientes que reciben tratamiento adecuado pueden tener expectativa de vida como cualquier otra persona”, comentó la coordinadora de la Clínica de Hemofilia de la UANL, Laura Villarreal Martínez. El tratamiento de profilaxis se realiza de manera intravenosa, esto le permite al paciente realizar cualquier tipo de actividad: ir a al escuela, trabajar y hasta realizar deporte, que era imposibles hacer cuando no existían estos tratamientos.
El Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, desde febrero de 2013 cuenta con el Centro Regional Multidisciplinario para el Tratamiento de la Hemofilia. Su equipo está integrado por una hematóloga-pediatra, un traumatólogo, médico rehabilitador, genetista, una química, psicólogos, dos enfermeras y una trabajadora social, quienes realizan la campaña ininterrumpida de la enseñanza en hemofilia. “Los pacientes con hemofilia que acuden a la clínica conocen cómo manejar urgencias y eso ha disminuido los internamientos. El año pasado sólo tuvimos un internamiento, esto gracias a que los pacientes tienen un tratamiento adecuado de profilaxis en casa debido a que familiares y cuidadores saben aplicar el medicamento”, comentó Villarreal Martínez. La Clínica de Hemofilia, además de dar atención médica, educa a los pacientes y familiares para conocer acerca de su padecimiento, el manejo adecuado de los sangrados y urgencias, así como la capacitación para llevar a cabo el tratamiento de profilaxis en casa; esto con el fin de reducir las visitas al hospital, los ingresos a la sala de shock trauma y el ausentismo escolar o laboral. La Federación Mundial de Hemofilia recomienda valorar cada seis meses a los pacientes pediátricos y cada año a los pacientes adultos, sin embargo, en el Hospital Universitario las valoraciones son mensuales e incluyen la parte de la educación.
“En la Clínica de Hemofilia realizamos sesiones académicas para proporcionarles información acerca de la enfermedad, para que conozcan el padecimiento de los pacientes y lo aborden oportunamente, de tal forma que los niños se educan para aplicarse solos el medicamento y en el futuro vean por ellos mismos”, comentó la trabajadora social del Servicio de Hematología, Laura Irene Páez Briseño. Este modelo de atención cercana está centrado en la educación, lo que ha permitido al Hospital Universitario convertirse en un centro referente a nivel nacional e internacional, pues implementa su modelo en Paraguay, Panamá y otros países latinoamericanos que ofrecen la capacitación con el modelo de la Clínica de Hemofilia del Hospital Universitario de la UANL.
Servicio de Hematología Hospital Universitario El Servicio de Hematología de la UANL presta atención a pacientes que padezcan enfermedades relacionadas con la sangre. Los interesados en recibir consulta pueden acudir al Hospital Universitario. Para solicita una consulta: Por teléfono o en la recepción Teléfonos: 8675-6718, 8348-8510,8348-6136 VNL/Mayo/Pág. 5
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VIENTRES DE TIERRA
VILLA DE SAN PEDRO DE
I turbide
Por Bruno Santillan
Texto e información adaptado de Martínez, F. (1999) Monografías de la Villa de San Pedro de Iturbide. México: Universidad Autónoma de Nuevo León. VNL/Mayo/Pág. 10
Cañadas profundas donde nacen arroyuelos que a lo largo del camino, alimentados por diversos veneros, formarán ríos que también marcan la geografía del estado. Altos picachos y serranías, ya áridas, ya plenas de pinares y encinos; bosques siempre verdes y fragantes. Pocos y pequeños vallecillos donde se siembra de temporal abriendo la tierra con la esperanza del mañana. Rancherías de dos o tres tejabanes esparcidas a lo largo de su territorio, pequeñas comunidades de no más de veinte familias, una villa que se va descubriendo al bajar por la sinuosa cuesta o que aparece de pronto en el recodo del camino, aire fresco y puro, agradable clima que tiende a lo frío; gente sencilla, animales y vegetación ya exuberante, ya árida y seca. Esto constituye si no el menor, sí uno de los más pequeños y el más montañoso de los municipios o jurisdicciones de Nuevo León: Villa de San Pedro de Iturbide. Sus antiguos habitantes, según las crónicas del Nuevo Reyno, fueron los “Bocala”, “los pames”, y posiblemente grupos de “negritos” que habitaban en los cañones del vecino Río Blanco. De ellos pocas noticias han quedado. Belicosos, mitoteros (en fiesta donde empinaban el codo con buen mezcal), siempre en movimiento dentro de un territorio conocido y agreste para el hispano. El cielo era su techo y la tierra su hogar. Vivían al natural en casi todos los sentidos. Las crónicas señalan los principios del 1800 como fecha de fundación de lo que hoy es la cabecera municipal. Fueron don José Ma. Moreno y Alcaraz, y don Juan Camacho los fundadores de la Hacienda de “Los San Pedros”, misma que pronto fue haciéndose congregación y, al cabo de 48 años, se emancipó con jurisdicción propia, elevado al rango de Villa, fundándose un nuevo municipio con el nombre de San Pedro de Iturbide en honor al general don Agustín de Iturbide por acuerdo del Congreso del Estado Libre y Soberano, decreto del vice gobernador don Pedro J. García; acuerdo dado el 9 de marzo de 1850 mediante el decreto No. 70 con 5 artículos. MONUMENTOS Y OBRAS DE ARTE Aún cuando lo primero supone lo segundo, en el Municipio de la Villa de San Pedro de Iturbide hay dos monumentos que son obras de arte. El primero, reciente, obra de Federico Cantú, sobrerelieve en loza de roca maciza y que representa a la Patria arropada por las alas de un águila, teniendo en ambos lados el aspecto ya antiguo, ya actual de la carretera. A su lado derecho, en el ángulo superior, se encuentran los rostros del presidente Lic. Adolfo López Mateos, del Arq.
Buchanamm y la del entonces gobernador Lic. Raúl Rangel Frías. Diversas alegorías bellamente distribuidas realzan la monumental obra de arte. La segunda fue levantada hace más de 150 años por los mismos habitantes del pueblo(la construcción total llevó cerca de 50 años); de estilo franciscano, con muros macizos de metro y medio de espesor y bloques de sillar unidos a “cal y canto”. Es una de las más grandes construcciones eclesiásticas en el sur del estado. El techo, aún de vigas, tuvo su última reparación en 1931, interviniendo el padre Pedro Martín del Campo, cura de Linares. El tapanco del coro (que conserva vigas originales) y el techo del presbítero de “cañón” con vigas. Sobre éstas va techo de terracería, cubierto de “cal y canto”. En la pared del presbiterio se encuentra todavía el viejo altar, alzándose en él cuatro columnas y seis nichos bien ocupados antiguamente. Sobre el altar hay una pintura al óleo sobre cuero, empotrada en la misma pared, del Espíritu Santo. Entre las imágenes se encuentra una Dolorosa del siglo XVII, un Jesús Nazareno de fines del XVIII; un San Pedro, rústico y viril, posible talla local y del mismo que esculpiera el San Pablo, que está en Galeana, y algunas obras más. LEYENDA El pueblo festivo Una tarde un señor y un compadre iban a caballo por un camino de la sierra cuando escucharon risas y canciones. Los dos se detuvieron para mirar hacia atrás y se dieron cuenta de que los caballos se pusieron muy nerviosos. El señor se acordó entonces de una historia fantástica y se la contó a su compadre, pero éste dijo que eran puras mentiras, pues lo que estaban viendo era tan real como ellos mismos. El primero arguyó que habían pasado miles de veces por ahí y nunca habían visto ese pueblo, por lo tanto, lo que estaban viendo ahora era obra del mismísimo Diablo. El compadre no hacía caso; estaba absorto con las imágenes frente a sus ojos. De pronto, dos hermosas mujeres se aproximaron y con voz melodiosa los invitaron a unirse a la fiesta. Don Toño, quien cuenta la historia, le dijo a su amigo Pedro que se alejaran, que no escucharan a las mujeres. Sin embargo, Pedro se bajó del caballo y caminó hacia ellas sin prestarle atención al consejo de su compadre. Las mujeres le suplicaban a don Toño que las acompañara también. Cerca estuvo de caer en la tentación, pero se sobrepuso y mejor huyó en su caballo, dejando atrás a su compadre, las imágenes fantasmas y al otro caballo. Aún a lo lejos podía
escuchar la música, las risas lujuriosas y los llamados de las mujeres. De Pedro nunca se volvió a saber. Al tercer día llegó el caballo solo y hambriento, no comió nada hasta que murió de tristeza y de hambre. Pero la historia no termina aquí. Según comentó don Toño, desde chico él había oído hablar de esa extraña leyenda por voz de su abuelo. El viejo decía que dos amigos habían visto ese mismo pueblo festivo y ambos aceptaron la invitación de dos mujeres muy hermosas. Fueron conducidos por ellas a la fiesta donde había personas de todas las edades, pero no había niños. Entre la multitud, uno de ellos creyó reconocer a un hombre que se daba por desaparecido desde hacía muchos años, pero no pudo confirmarlo. La fiesta era un verdadero bacanal, hombres y mujeres bailaban hasta el cansancio y todo mundo bebía vino en grandes cantidades. A ellos les ofrecieron pero él no aceptó, el otro sí. También les sirvieron los manjares más apetitosos que jamás había visto, pero él no comió porque estaba muy asustado. Luego, una de las mujeres se le acercó y trató de seducirlo, pero su miedo era mayor y no se dejaba arrastrar por la tentación, aunque ésta era enorme, pues la mujer comenzó a desnudarse frente a él. Sin embargo, él mostró su poder de voluntad y eso que vio cómo su amigo disfrutaba de las dos mujeres a la vez, mientras otros hacían el amor desenfrenadamente. Al cabo de un rato, y debido al cansancio, se quedó dormido y despertó hasta el amanecer. Los caballos seguían ahí, pero no encontró rastros de su amigo ni del pueblo que creyó haber visto. Después se trepó a su caballo y galopó hacia el rancho, donde le contó la historia a todos los vecinos. No hubo quién no le creyera, pues desde siempre se había contado de hombres y mujeres desaparecidos en aquel rumbo de la sierra luego de haber entrado a un pueblo fantasmal de ambiente festivo y haber aceptado las invitaciones que la gente de ahí les hacía. De su amigo nunca se volvió a saber nada. Desapareció de este mundo.
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Geografía ● Encontramos la Sierra Madre Oriental, que forma estrechos cañones y valles entre los que destacan Santa Rosa y el Alazanas. ● Las elevaciones más importantes son la Muralla y Peña Colorada. ● Cerca de la cabecera municipal se encuentra el Valle de los Tejocotes. ● Los ríos Alamar, Pablillo y Hualahuises riegan el municipio y forman la Laguna de Santa Rosa.
Arquitectura ● Entre los monumentos históricos con que cuenta el municipio de Iturbide, están la presidencia municipal, el edificio de la casa campesina y la iglesia, obras que se empezaron a construir a partir del año 1850, construcciones hechas de cantera.
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Alimentos, bebidas y dulces típicos ● Se preparan gorditas de trigo, atole de masa con aguamiel de maguey, se consume el mezcal y el quiote tatemado que se saca del maguey, también se preparan platillos con flores de Palma Yuca y nopalitos de la región. ● Se consume el aguamiel de maguey, el aguardiente que se obtiene de la misma planta; se preparan dulces de camote, calabaza, chilacayote, chayote, así como conservas de las diferentes frutas.
Tradiciones y costumbres
● Existe la tradición de festejos al Santo Patrono del pueblo el 29 de junio, Día de San Pedro, con procesión de la imagen del Santo y juegos pirotécnicos por la noche.
Turismo ● El mural denominado Los altares hecho por el escultor Federico Cantú y que representa los prohombres de Nuevo León es el único recurso turístico conocido fuera del municipio, pero cuenta con grandes recursos naturales, grutas de Las Alazanas, las Cuevas de Buena Vista y parajes bellos.
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FORTALECIENDO LOS VALORES
Recuerde que la tormenta es una buena oportunidad para que el pino y el ciprés demuestren su fuerza y su estabilidad. Hồ Chí Minh
Foto por César Salinas VNL/Mayo/Pág. 14
ESTABILIDAD Por Dayra Rojas
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l neuroticismo es un rasgo psicológico presente en las personas con un bajo nivel de estabilidad emocional, lo cual lleva a que experimenten emociones negativas. Mientras tanto en el otro extremo, la estabilidad emocional hace referencia a la habilidad de la persona para mantenerse estable y equilibrada, lo cual llega a evitar muchas situaciones conflictivas y dolorosas. Tal y como lo establece Steve Alpizar, “La culpa tiene un costo
energético y emocional muy grande” cuando las personas sienten culpa por algo, limitándolos a avanzar en esa dirección. Si quieres triunfar en un proyecto necesitas la estabilidad emocional, de modo que todas las tareas que realices impliquen alegría a pesar de los obstáculos. La culpa deja una huella profunda en el corazón y quienes la experimentan tienen una enorme atadura sobre sus espaldas. Hay que ejercer un dominio de la mente a través de las técnicas de
la meditación. Por un lado está el impulso irracional provocado por la amígdala en tu cerebro, por ejemplo cuando sientes miedo puedes huir sin siquiera pensarlo. Sin embargo al usar técnicas especiales de meditación vas obteniendo un gran control sobre tu mente, incluyendo los impulsos de la amígdala, lo cual te permite interiorizar tus razonamientos hasta alcanzar una enorme estabilidad emocional. VNL/Mayo/Pág. 15
Equilibrio, Libertad y amor Martha Herrera González es directora de Responsabilidad Social Corporativa de CEMEX y directora del Centro CEMEX-Tec de Monterrey para el Desarrollo de Comunidades Sostenibles. Su trayectoria ha beneficiado a más de 10 millones de personas y no parece tener fin. Pero el balance y la perseverancia a sus 50 años no es algo que aprendió de un día para otro. Detrás de todo este proceso, hay una reflexión e indagación personal que ha transmitido a su equipo de trabajo para reducir la barrera que nos aparta de convivir en sociedad.
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uando la asistente de la Mtra. Martha Herrera dijo “Aquí será la entrevista, pueden acomodar la sala como sea de su preferencia”, no tenía ni la menor idea de que había tomado la peor decisión de su día, la cual se convirtió en la mejor oportunidad del nuestro. La sala lounge, a pesar de estar localizada en una pequeña cafetería dentro de la sede del Corporativo CEMEX, se sentía como un aula completamente aislada, lo cual se debe en parte a que el gigante arquitectónico ubicado en el municipio de San Pedro Garza García resalta por la luz natural y la sensación de libertad que provocan los colosales vidrios en gran parte del edificio; mientras que el único vidrio en la pequeña sala es el de la entrada, que se ve consumida por una paleta predominantemente gris que juega con sus propias escalas y abraza algunos tonos de verde, naranja y azul. Su diseño era muy contemporáneo y la seguía la misma tendencia
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que ha infestado las oficinas empresariales de Monterrey. Incluso podías tomar una foto, enseñársela a algún conocido y preguntarle si creía que era alguna sala de una empresa regiomontana, de la UDEM o la biblioteca del TEC y honestamente todas podrían ser la respuesta correcta. Y a pesar de la mancha gris complementada por una luz tenue que daba una sensación de calidez, aunque adentro estaba evidentemente más frío que afuera, los muebles simulando madera y las pequeñas pinturas de colores llamativos iban bien con la vibra del lugar. Pegado a la pared frente a la puerta había un largo escritorio flotante con algunos libros y revistas de entrepreneurs, paisajes, arte, viajes y hasta el manifiesto de CEMEX. Sobre éstos se encontraban algunas pequeñas pinturas del artista plástico José Esteban Martínez, famoso por romper con el cánon académico de la representación figurativa con un estilo no
académico. Pero lo que más llamó mi atención fue una pintura arrinconada en la sala que medía de alto la mitad de la pared, fácilmente. Crosswind I es una de las obras del artista Kasuya Sakai, quien llegó a México en los 70s como inmigrante y se integró a la Generación de la Ruptura, una generación multidisciplinaria de artistas mexicanos y extranjeros que residían en nuestro país cuyas obras abstractas, cosmopolitas y apolíticas fueron una respuesta al nacionalismo de los muralistas mexicanos en busca de nuevas identidades. En la pintura Sakai combina la tradición zen de su ascendencia japonesa con el geometrismo del que fue precursor en este país a través de las bandas de colores encadenadas en círculos que forman estas figuras abstractas que uno podría asociar a primera instancia con el logo de los Juegos Olímpicos del ‘68, pero cuya estética cromática y geométricamente agradable, le permiten usar el lenguaje de una
manera libre pero controlada usando los elementos más mínimos para explotar su potencial. Solté una leve risa al leer el nombre en la cartela. Crosswind o viento cruzado es el viento que viaja en dirección perpendicular a la del objeto en movimiento. Y si bien puede ser peligroso para los aviones, ciclistas o conductores, también pueden usarlo a su favor. Como hace 25 minutos, por ejemplo, que tuvimos la fortuna de que se atravesara el tren de Las Américas. Teníamos 10 minutos para llegar de Guadalupe a San Pedro, lo cual sonaba imposible tomando en cuenta el tráfico, pero Pox le pisó al grado en que los autos en el carril express de Constitución se veían como si estuvieran atorados en Miguel Alemán. Imaginaba que éramos el color con más destello de los usados por Sakai, una bala de luz que utilizaba el viento a su favor para caer justo en su destino. Era evidente que aún no lograba descifrar la pintura pero entonces ella llegó. Estábamos todos preparados cuando Martha Herrera González entró a la sala con su saco, camisa y pantalón de vestir bañados en un blanco difícil de creer. El tono contrastaba con todo el cuarto, enfocando la atención en ella como un destello de luz, dudo que ese no hubiera sido el efecto en cualquier otra aula. Saludó a cada uno de nosotros y mientras le ajustaban el micrófono, se disculpó entre risas por la tardanza. “Me pongo en mood zen porque ando de junta en junta toda la mañana, entonces estoy toda acelerada”. Comencé a sospechar que la pintura no estaba ahí sólo por ser agradable a la vista. Martha Herrera nació en la Ciudad de México hace 50 años. Su padre llegó de México a estudiar en la UANL donde conoció a su madre. Se casaron y por cuestiones laborales, la pareja volvió a la CDMX, donde formaron una familia. Cuando Martha cumplió
6 años, todos regresaron a Monterrey y se establecieron en la Ciudad de las Montañas hasta la fecha. Desde pequeña, la futura directora fue sumamente energética, sus días consistían en actividades al aire libre, deportes y un sinfín de travesuras. “Mi vida fue treparme en los árboles. Me encantaban los deportes extremos, andar en patineta, patines y jugar en la calle. Aún conservo grandes amigos de mi colonia que conocí andando en bici. Cuando ya éramos todos amigos en la colonia, íbamos a otra”. Pero los recuerdos más vivos de su infancia los tiene con su familia. Su abuelo paterno tenía un rancho en Veracruz y se llevaba a todos los nietos a la maleza a echar piedras con huleras a botellas, andar en caballo y jugar en la maleza y el monte. La inquietud y curiosidad de Martha terminaron por orientarse hacia el conocimiento una vez que entró a la escuela. Si bien la primaria y secundaria siguieron siendo una etapa de fervor, la transición entre un colegio de mujeres a la Universidad de Monterrey mantuvo la esencia de ese entusiasmo y lo canalizó en dos preguntas, hasta la fecha, fundamentales en su vida: “¿Que debo hacer yo?” y “¿Como puedo hacerlo mejor
para ayudar a otros?”. No obstante, la mayor apreciación surgió una vez comenzada la carrera y, como cualquier otro joven, la decisión en un principio tenía cierto grado de incertidumbre. “Nunca me ha arrepentido de nada, pero sí estaba algo confundida porque en Monterrey no existía una oferta que pudiera empatarse con lo que yo tenía en mente. Hoy en día vemos que los chavos van a estudiarse de aquí para allá, pero en mi época no necesariamente estaba el terreno tan fértil como para hacerlo. Sin embargo, yo ya tenía previsto que me iba a ir a estudiar Ciencias Políticas o algo relacionado con la diplomacia por lo menos a la Ciudad de México, pues me gustaba muchísimo, pero me encontré un día un anuncio en el periódico que en una plana decía “Nace una nueva carrera en la Universidad de Monterrey.” ¿Destino o coincidencia? Martha no pudo evitar sonreír ante la pregunta. Hasta ahora, sus respuestas habían sido precisas y pertinentes. Comunicaba con bastante fluidez su sentir verbalmente y sus manos eran una extensión de ese mismo sentimiento, por lo que incluso cualquier titubeo o risa de su parte, volvía más VNL/Mayo/Pág. 19
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“¿Qué debo hacer yo?” y “¿Cómo puedo hacerlo mejor para ayudar a otros?”
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sincera la respuesta, lo cual volvió aquél breve silencio seguido por una sonrisa a lo largo de la respuesta en una duda latente que no quisiera resolver del todo. “… no sé, fue algo que dije “A ver, me están mandando un mensaje”. Porque, primero, era en la universidad donde yo estaba estudiando mi prepa y que estaba enamorada de ella; segundo, era algo nuevo, lo cual para mí siempre es un reto; tercero, era una carrera que se empataba totalmente con mi necesidad de conocer más. Yo estoy enamorada de la Historia y esa carrera tenía mucho que ver con el estudio de otros países, culturas y la historia de los mismos para poder proyectar hacia el futuro”. Martha formó parte de la primera generación de la licenciatura en Estudios Internacionales en la UDEM, creada por el Mtro. Ponciano Murillo, economista, historiador y catedrático de diversas universidades; con el fin de entender nuestra historia para, desde ahí, proyectar nuestro futuro. Conocida como la generación de conejillos de india, la primera ola de estudiantes tuvo la oportunidad de formarse académicamente bajo un plan de estudios que no tenía ninguna otra universidad del estado y su pequeña generación ayudó a formar un lazo entre los compañeros y los propios maestros.
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Una vez en la carrera, Martha comenzó a darse cuenta de la importancia de sus decisiones. Desde el qué estaba estudiando y adónde quería llegar, hasta la forma de conectar esas intenciones con un propósito de vida, lo que la llevó a apreciar aún más a sus maestros. Poco a poco fue construyendo su futuro en la mente, pero conseguirlo traería cambios muy drásticos en su realidad inmediata. “Tenía muy en claro que quería salir de Monterrey para estudiar y fui de las primeras alumnas que la UDEM mandó de intercambio. Ahorita ya no sucedería eso, pero incluso nos sacaron en el periódico porque era “Estudiantes de la universidad salen a hacer intercambio con otra universidad”. “Me fui a Penn State University con otro grupo de compañeros a estudiar un par de materias y ese fue mi primer contacto en los 80s para hacer un intercambio internacional. Desde ahí yo sabía que me quería ir a estudiar una maestría al extranjero y a partir del segundo año de carrera comencé a investigar qué era lo que se requería para eso aparte del dinero (ríe), que ya por sí solo era un tema complicado”. Parte de lo que pedían para estudiar una maestría en el extranjero era contar con experiencia laboral, pero al estar decidida de que no se esperaría a graduarse para comenzar su currículum y esperar aún más para irse, entró a Proexport Nuevo León, una organización dedicada a promover las empresas del estado en el extranjero para la comercialización. Aunque apenas ganaba para pagar el estacionamiento, Martha sabía que ahí obtendría las herramientas que necesitaba para cubrir las entrevistas que le harían en la universidad y cumplir con el requisito de la experiencia laboral. Sin embargo, las dificultades no terminaban ahí. Para que la universi-
dad la aceptara e incluso la becara totalmente, además de trabajar y estudiar, debía aprender un tercer idioma en su totalidad, particularmente el francés, por lo que su rutina consistía en ir a clases en la UDEM, trabajar en Proexport e ir a estudiar francés en la Alianza Francesa. Aunado a eso, Martha se desempeñó tanto por gusto como por necesidad en su carrera, convirtiéndose en la presidenta de la generación de Estudios Internacionales, organizó la graduación con sus compañeros y egresó con mención honorífica para que obtener la beca. Lamentablemente, vivimos en una sociedad donde han tenido que pasar años para que la brecha de la educación entre hombre y mujer fuera mínima. Pero esa reducción, a pesar de que uno pensaría que debería tener un efecto parcial en las brechas de oportunidad laboral y salariales, no suele pasar así. Según la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, en el 2011 más de una tercera parte de las mexicanas entre 15 y 29 años no estudiaba ni trabajaba comparado con 1 de cada 10 varones. Y a pesar de que los avances en la educación siguen, las brechas de género en términos de
trabajo remunerado y no remunerado en México están entre las mayores de la OCDE, según estadísticas del 2013 sobre mujeres y empresarias en México por el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección. El ámbito social aunado a la educación es, sin duda, uno de los factores más importantes en el crecimiento de los seres humanos, pero si el propio espacio pone barreras, es lógico que una parte del sector reduzca su esfuerzo e incluso crezcan sin ser conscientes de esas oportunidades. En el caso de Martha, ella tuvo la fortuna de poder estudiar algo que le gustaba en el lugar que quería, así como aprovechó las oportunidades que se le presentaron, pero el apoyo familiar fue sin duda un factor fundamental en ello. “Te mentiría si te dijiera que no [hubo barreras], pero tampoco recuerdo que hayan sido bloqueos o barreras grandes. De entrada, mi familia me apoyó. Mi papá siempre nos educó de manera muy liberal. Yo soy la mayor en mi casa y jamás recuerdo haber escuchado de parte de él un tema como “la mujer no puede”. Para mí no era una barrera interna,
sino quizá una barrera social, ya que estaba en una sociedad donde no se estilaba en aquella época que las mujeres se fueran a estudiar fuera o que trabajaran al mismo tiempo y por eso mismo nunca la tomé en cuenta, nunca lo interioricé como algo que me pudiera impedir lograr mi sueño. “Sí llegué a escucharlo: “¿A qué te vas? Estás muy cómoda aquí”. Recuerdo que mis primeros días viviendo en Montreal, Canadá, le llamaba a mi mamá en lágrimas porque la estaban pasando difícil. Para cumplir con el requisito de la beca tuve que dar clases desde que llegué. Estaba en la maestría pero tenía que dar clases en la universidad y sufrí, me gradué a los 20 años y tenía estudiantes mayores que yo a quienes les daba clases en varios idiomas en Canadá, tenía alumnos que me estabas haciendo la vida bastante cansada y todo sin alguna experiencia laboral de ese tipo. “Estaba sufriendo y en algunas ocasiones le llamaba a mi mamá y le decía “Tan cómoda que estaba allá” (ríe). Pero bueno, todos pasamos por esas, ¿no? Son subidas y bajadas, retos grandes. Ese fue mi primer reto real: vivía sola, tenía que poner las persianas de mi casa, construir mi cama, hacerme de comer sin tener la menor idea de cómo cocinar, dar cla-
ses, estudiar mi maestría, adaptarme a un clima de -32 ºC en el invierno sin coche; digamos que fueron 2 años y medio en donde aprendí a ser una sobreviviente, a adquirir todas las capacidades de residencia que podía haber adquirido para mi vida y prepararme para lo que venía”. Ayudar a los demás ha sido una parte fundamental en la vida de Martha. Su padre fue un político de carrera y su enfoque en la vida fue el servicio a los otros. Recorrió colonias para conocer de primera mano las necesidades de los habitantes del estado para tratar de servir de la mejor manera posible. Su madre dedicó parte de su vida al hogar y a sus hijos, pero con la carrera de su marido, comenzó a atender las necesidades de los niños a través del DIF. Ambos sembraron una semillita en Martha que la haría preguntarse de grande cómo podía regresarle a la gente lo que tenía de más y servir con sus talentos. Pero, ¿siempre se puede ayudar? “Siempre. La mejor forma que yo he aprendido a ayudar primero es escuchar. Pensamos que ayudar es darle algo al otro inmediatamente, pero en mi carrera me he dado cuenta que a veces escuchando al otro, sin importar el género o la edad. En la medida en que podamos escuchar, entender VNL/Mayo/Pág. 23
y ser empáticos, es que podemos en conjunto buscar cómo salir adelante”. Gracias a la UDEM, Martha realizó un servicio social tanto en preparatoria como en carrera que la llevó a primarias de comunidades con altos índices de violencia en el hogar. Al vivir esta problemática de cerca, formó parte del voluntariado que daba pláticas a los niños y a las madres que terminaría por ser un motor para impulsar su motivación de vida: ayudar. “Después de que les preguntara qué querían de Navidad, Daniel [uno de los niños] me obsequió una carta donde escribió “Yo realmente no necesito nada porque ya me lo diste. A partir de que íbamos a tus pláticas y mi mamá iba a tus pláticas, ya no tengo violencia en mi casa”. “Cuando yo leí eso me impactó muchísimo porque cuando uno está joven realmente esas cosas las pasa por alto. Pero para mí eso fue un motivador interno muy importante porque me hizo ver que con pocas competencias y pocas herramientas, pero tan sólo yendo y dando un poco VNL/Mayo/Pág. 24
de mi tiempo, pude cambiar la vida de un niño. ¿Qué pasaría si realmente me esforzaba, me capacitaba, me entrenaba y ponía todas las herramientas posibles al servicio del otro?” Aquella anécdota la terminó llevando a trabajar en organizaciones como Cámaras Industriales, la Banca de Desarrollo y, desde hace 24 años, CEMEX, donde empezó en el área de Planeación Estratégica y poco a poco fue implementando algunas de las circunstancias aprendidas tanto en México como en el extranjero. Desde la parte estratégica, logró ver cómo podía implementar algunas estrategias que pudieran tener un valor en el otro y así conectó temas como la vivienda social. A lo largo de su trayectoria, Martha ha beneficiado a más de 10 millones de personas en el país por sus programas de responsabilidad social, los cuales han sido premiados por organizaciones como la ONU y el Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI). Su contribución al bienestar social ha sido enorme,
pero su sentimiento sigue siendo el mismo: “¿El poder verle los ojos y la cara a alguien que siente que tú fuiste parte… porque ellos son los que se transforman a sí mismos, pero que tú colaboraste y que tú fuiste parte de la transformación positiva de su vida, de su familia, de su comunidad? Eso ya para mí… pues ya… ya me puedo ir satisfecha de este mundo, ¿no? Con una persona”. Martha le debe todo esto a su equipo de trabajo, a quien ha ido enseñando la importancia de romper con la visión individualista del ser humano en sociedad, que dejemos de hacer chocar el “yo” con el “ustedes” y mejor hablemos de “nosotros”. Este cambio de lenguaje y de perspectiva no se implementa exclusivamente al trabajar con comunidades, sino entre ellos mismos. No es un “voy” sino “vamos juntos”, lo mismo ocurre con el aprendizaje. Los fracasos no existen, pero los errores son inevitables y no deben de ser motivo por el cual estancarse, sino todo lo contrario. Que los errores sean errores “rápi-
dos” que le permitan a uno aprender de lo que hizo mal sin aislarse de los otros, pues entre todos aprendemos aún más. “Yo le digo a mis hijos que para mí el “No” siempre es una oportunidad de aprender y hacer mejor las cosas. Aquí he tenido muchos de esos y afuera muchos más. En la medida en que yo los he tenido es que digo “A ver, ¿entonces cómo lo tengo que hacer mejor?” para seguir aprendiendo por de esos “No” y convertirlos en “Sí”; dejar atrás ese negativismo de “Tenemos demasiados retos, mejor no lo hago”, y darle la vuelta para decir “Bueno, ese reto es una gran oportunidad para mí para hacer algo distinto, para innovar y para crear algo distinto que no me había dado cuenta que podía hacer yo por mi talento o por mis recursos”. Para eso se requiere motivación y para Martha ésta se encuentra en sus hijos, su familia y todas las jóvenes y madres de familia que tienen que levantarse a las 4 AM para hacer el desayuno para sus hijos, salir a trabajar todo el día para conseguir un ingreso con el que pueda mantenerlos, volver a casa e incluso seguir trabajando. Son quienes la levantan de la cama todos los días no porque tiene la oportunidad de hacerlo, sino por sentir una responsabilidad de que su talento es una herramienta que permitirá encontrar una solución a un problema de nuestra propia sociedad. Pero ese apego a la familia puede resultar en la pregunta de cómo divide el trabajo y su rol como madre. “Yo no me divido. La verdad me encanta esa pregunta porque siempre nos las hacen a las mujeres, me encantaría preguntársela a un hombre. A ellos no se les hace esa pregunta porque parece que no tienen que hacerlo. Es un tema de los seres humanos, de todos: hombres o mujeres queremos estar con nuestros hijos, hombres o mujeres queremos vaca-
ciones, hombres o mujeres queremos trabajar y tener un propósito de vida. “Así que yo no me divido, mi propósito de vida es lo que hago. Mi propósito de vida y mi quehacer y mi vocación y mi profesión son la misma; cuando necesito tiempo para mí, me lo tomo; cuando veo que mis hijos me necesitan más, se los doy; mi familia, mis amigas, se los doy; y mi profesión, se la doy. Entonces, al final del día lo que uno busca es que en el largo plazo uno pueda tener un equilibrio”. Para Martha el equilibrio y la libertad son dos aspectos primordiales para el ser humano. Somos personas autónomas y tener nuestros propios pensamientos, dejar que nuestro ser, nuestra alma y nuestro cuerpo actúe libremente. Que la influencia que tengamos en el otro sea igual de positiva, que le permita mantener esa libertad de decidir lo que quiere y no quiere en su vida, lo cual refleja en su fe. “La fe es esa fuerza interior que sí me hace pensar y creer que hay un ser supremo pero que vive en mí
y esa fuerza que me da es el amor, que es el que yo me doy a mí misma, porque si no me lo doy a mí misma no puedo transmitirlo a los demás ni apoyar a la transformación de otros”. Los grandes sueños deben ir de la mano del actuar. Si tuviéramos que describirlo metodológicamente, nos daría algo así según la maestra: soñar, escuchar y ser empáticos, aprender y actuar. Pero ese actuar puede contrastar con el sueño, quizá porque queremos que se vuelva tangible de manera inmediata, pero incluso el paso más pequeño mueve la aguja, nada lo vale si no hay una consistencia en ese movimiento. Los sueños no son cosa de los jóvenes, pueden llegarnos en cualquier etapa de nuestras vidas, lo que sí hay que saber es aprovecharlos. La entrevista estaba prácticamente terminada, cuando le hicimos una última pregunta: ¿Cómo quiere ser recordada? Hasta este punto, la sala había sido una serie de risas por las anécdotas contadas y sonrisas por las palabras motivacionales, pero por primera vez, tuvimos un largo y denVNL/Mayo/Pág. 25
so silencio que dio paso sólo al ruido del aire acondicionado. Una vez más, Martha se volvió el centro de la habitación, el punto de fuga de toda nuestra atención, mientras veíamos una dificultad en su habla al pensar en la remota posibilidad de que dejara este mundo y qué quisiera dejar atrás, causante de algunas lágrimas. “Pues… yo te diría primero que nada… como una persona muy agradecida”. Una vez más, silencio total, quizá aún más que el anterior. “Es demasiado lo que he tenido, las bendiciones en mi vida. He tenido la oportunidad de llevar una educación privilegiada, de tener una familia maravillosa, hijos, amigos, un equipo de trabajo y participar en una empresa global que es respetada internacionalmente. He tenido muchas bendiciones y lo más importante es que la gente sepa que estoy muy agradecida. Y como alguien que logró poco a poco ir cerrando la brecha entre “aquí estamos nosotros” y “allá están ellos”, los más vulnerables, los que más lo necesitan, sino ser una sola comunidad que logra entre todos fortalecer a una comunidad más grande que se llama México”. Crosswind o viento cruzado es el viento que viaja en dirección perpendicular a la del objeto en movimiento. De no tener cuidado, sus efectos pueden ser catastróficos, pues descarrilan el trayecto del objeto. Pero al hacer buen uso de él, podemos incluso utilizarlo a nuestro favor, como un impulso hacia nuestro destino cuando vamos tarde a nuestra entrevista o recordar nuestra trayectoria y hacia dónde vamos con todo y la certeza de que algún día dejaremos de estar aquí. Sakai utiliza el geometrismo con colores cromáticos como un estilo que no muestra el trazo del pincel o alguna imperfección para romper con la subjetividad del arte al menos VNL/Mayo/Pág. 26
desde el punto de vista de la forma, destruye la barrera del individualismo y nos hace ver a todos una misma figura que, colectivamente, sabemos de su abstracción a pesar de no poder interpretar lo que es sin darnos cuenta que estamos dialogando con la obra y los que nos rodean. Martha y su equipo de trabajo parten de estas mismas reflexiones, de un aprendizaje que le ha ido dejando su carrera y un aprendizaje que obtiene en su día a día, un equilibrio. No se trata de cosas paralelas, estamos acostumbrados a buscar ser el mejor en algo, lo cual tiende a cambiar el enfoque de los objetivos que nos proponemos. Ya no es un asunto de armonía y felicidad con uno mismo, sino una constante búsqueda de mejoría que puede desprestigiar nuestro propio valor. Se confunde a menudo con una visión conformista, pero al momento de ser conscientes de la importancia de volvernos la mejor expresión de nosotros mismos, es que alcanzamos una felicidad que no desaparece si seguimos en vigor de ese mantenimiento, ser las mejores personas que podamos ser.
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LOS COLUMNISTAS VE DONDE OTROS NO VEN NISTAS Por Magda Salinas
Las madres
especiales
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El amor de una madre no admite parangón en este mundo. No conoce ley, ni piedad; se atreve a todo y aplasta cuanto se le opone. AGATHA CHRISTIE
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esde el nacimiento de su hijo, ella ha tenido que ser fuerte y confiar en que todo va a estar bien, ha tenido que afrontar lo que le dice el doctor inclusive cuando las expectativas no han sido favorables. Desde el nacimiento de su hijo, ha superado sus miedos en la educación del pequeño, inculcándole valores, control de emociones y respeto hacia los demás; ha aprendido a dar terapias, a ser maestra cuando los problemas de salud o las condiciones climáticas no han favorecido en su asistencia en la clase sin dejar de brindar la estimulación necesaria en el hogar. Desde el nacimiento de su hijo, ha aprendido a enfrentar las miradas de la gente en el centro comercial, la fiesta infantil, el camión o el metro cuando a su hijo le ha dado una crisis, aunque los demás crean que sólo se trata de un berrinche; a sonreír cuando quería llorar, a levantarse cuando se sentía mal.
Desde el nacimiento de su hijo, ha tenido que trabajar desde casa porque el matrimonio se disolvió, la pensión no cubre los gastos de las terapias y en ningún lugar la dejarían entrar con él. No deja de observar cómo su hijo intenta jugar y es rechazado por otros niños, ni de llorar en silencio cuando él pasa por un proceso médico, quirúrgico o de algún otro tipo. Pero desde el nacimiento de su hijo, su visión de los logros ha cambiado. Festeja el primer paso después de no haber podido caminar, la primer palabra en 5 años, la primer evacuación solo a los 7, su primer libro a los 10. Ha aprendido a amar y aceptar día con día y a seguir haciéndolo aunque él la haya dejado tan pronto. Por eso y muchas cosas más, agradezco a cada una de las madres con la que he coincidido y me han permitido aprender y crecer con ellas y con sus hijos en mi labor como docente. VNL/Mayo/Pág. 29
LOS COLUMNISTAS
Cultura y cambio social
Por Arminda García
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S
e puede decir que la sociedad demuestra sus cualidades a través de su cultura, por esta razón dichos aspectos van a determinar el surgimiento de los valores culturales que la identifican y, por lo tanto, influirán en los cambios que exige su desarrollo. Sin embargo, esto comprende un proceso en donde la sociedad debe tener la decisión de participar activamente en esas transformaciones. Algunas de las consideraciones que se deben analizar para lograr cambios es que la cultura abarca diversos aspectos como la evolución histórica, la naturaleza de sus problemas, la forma de engranar sus procesos de producción, sus manifestaciones artísticas, sus tradiciones y costumbres, los principios que comparten como colectividad, el comportamiento colectivo o hábitos de conducta individual, la relación entre sus integrantes,
el desarrollo de la ciencia, sus creencias espirituales, entre otros. Se debe tomar en cuenta que la sociedad se encuentra siempre en un continuo cambio al igual que los individuos, sus necesidades y sus instituciones. Esta evolución es una consecuencia de los procesos y su éxito o fracaso dependerá de las políticas, los programas, del nivel de la economía, del estilo democrático, los paradigmas y la innovación. En este sentido, los individuos se envuelven en este contexto y deben manifestar acciones, pues el cambio social depende de la evolución en todos sus ámbitos, incluyendo el aspecto cultural. A su vez, una transformación implica adaptaciones como los avances tecnológicos y muchos otros elementos que se acumulan con el tiempo, pues todo consiste en un proceso paula tino.
Hoy en día, los cambios culturales y sociales son influidos por los avances dinámicos que se perciben a través de los medios masivos de comunicación tradicionales, de la influencia de los recursos tecnológicos como el internet o de las redes sociales, en donde la trascendencia es global e inmediata, difundiendo situaciones que impactan al mundo rápidamente. La cultura y el cambio social van de la mano y se acompañan en el proceso de transformación necesario para hacer avanzar a la sociedad, junto a esa energía que motoriza todos los niveles y que se van consolidando en un cambio social que promueve los aspectos culturales. Por esa razón, los individuos deben tomar las acciones necesarias para entender y defender aquellos cambios culturales positivos para evolucionar.
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Por Santiago Vargas
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an sólo tres años después de la detección de las arrugas en el espacio y el tiempo, producidas por la fusión de dos agujeros negros, el mundo se vuelve a sorprender, esta vez con la primera imagen real de un agujero negro. En 2016 se confirmó el efecto que tienen los agujeros negros sobre sus alrededores, creando pliegues en el espacio y el tiempo al moverse aceleradamente. Éstas son las llamadas ondas gravitacionales, una nueva herramienta para “escuchar” el universo, que no depende de la luz, cuyo hallazgo abrió una nueva ventana para medir el universo y sus extraordinarios fenómenos. Ahora nos sorprendemos con la fotografía de un agujero negro, la vívida imagen de los efectos de la deformación del espacio producida por su enorme masa. La imagen revelada en abril deja ver una silueta gracias a la luz que logra escapar del foso, es decir, de la atracción ejercida por el agujero. La sorpresa que genera esta foto no es para menos, pues desde hace casi 250 años, cuando se comenzó a concebir la idea de un cuerpo tan denso que ni siquiera la luz escapa de él, estamos pensando en estos objetos cósmicos y teorizando sobre sus efectos. Destacados científicos han investigado los posibles efectos que tienen los agujeros negros. En particular, Albert Einstein, el gran genio de la física del siglo
XX, lo hizo con su teoría general de la relatividad en 1915, cuando supuso lo que les sucedería al espacio y el tiempo al sentir la presencia de un objeto con masa. Se añade una nueva confirmación de esta teoría: el espacio en la vecindad de un agujero negro experimenta una deformación que hace que incluso la propia luz se desvíe tanto que el agujero no la deja escapar. Lograr este hito científico no fue nada fácil, pues requiere una colaboración internacional y varios radiotelescopios en diferentes lugares del mundo para combinar sus observaciones con una técnica llamada interferometría. Sólo así es posible ver este agujero negro tan lejano y que desde nuestro planeta se vea tan pequeño como una naranja en la superficie de la luna. Más de 200 científicos de 40 países hacen parte del consorcio Event Horizon Telescope. Su nombre proviene del horizonte de eventos, el límite de la zona alrededor del agujero en donde la materia y la energía ya no pueden escapar y son tragadas por éste. Con ayuda de ocho radiotelescopios y un trabajo de dos años, se pudo espiar el agujero negro que habita el centro de la galaxia M87. Lo que se observa es literalmente materia caliente a una temperatura miles de veces superior a la de la superficie solar emitiendo luz al borde del abismo, que logra escapar a la acción succionadora del agujero. Esa luz tardó 55 millones
de años en llegar a nuestros telescopios, es decir, que el reflejo salió de M87 cuando en la Tierra apenas se estaban formando las grandes cadenas de cordilleras como el Himalaya. Al observar la estructura de la región brillante alrededor del agujero y compararla con simulaciones de las ecuaciones de la teoría de Einstein, se estima que M87 tiene una masa de 6, 500 millones de veces la de nuestro sol, un verdadero monstruo cósmico con un tamaño comparable al de nuestro sistema solar. Aunque el análisis de la imagen permite concluir que el agujero negro gira, hasta el momento no se ha podido medir su velocidad de rotación ni la inclinación. Se piensa que los agujeros negros supermasivos ocupan el centro de las galaxias. El de nuestra galaxia, la Vía Láctea, se denomina Sagitario A y tendría una masa mucho menor, de unos pocos millones de veces la masa del sol. Nuestro agujero supermasivo sigue siendo esquivo. Su observación se complica al ser más pequeño, lo cual hace que la materia en su interior gire más rápido y por ende tenga cambios de brillo en cuestión de días, dificultando el análisis de datos. Sumado a esto, la gran cantidad de polvo que hay en la dirección en que lo observamos desde la Tierra introduce una enorme dispersión de la luz; pero seguramente obtener una buena imagen de él gracias a estas novedosas técnicas será cuestión de tiempo. VNL/Mayo/Pág. 37
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ValorEsCultura
AMOR DE PRIMAVERA
U
n martes por la tarde estando sentado en una banca del parque, vi pasar como surgida de la nada a una muchachita caminando erguida con una mochila en su espalda y pelo largo, unos ojos verdes y luminosos y una hermosa sonrisa. Se alejó de mí y yo seguí sentado viendo cómo se iba convirtiendo poco a poco en una silueta lejana que terminaría por perderse. Volví a la realidad y me puse a pensar en mi pasado, mentalmente retrocedí muchos años de mi vida, me vi en la secundaria mandándole cartas y dibujos con sus amigas a una niña de la que estaba enamorado, su nombre me lo quisiera guardar pero vamos a bautizarla como Primavera, que es lo que representa para mi estos re cuerdos. Primavera era una tierna niña de pelo largo y trenzado, tenía una sonrisa de Gioconda y unos grandes ojos verdes que cuando me veían sentía que moría de amor. Después de una declaración amorosa, aceptó ser mi novia y nos veíamos en todo momento. Le enseñaba mis dibujos y le platicaba que por ella quería llegar a ser un gran artista. Cuando la recogía en su casa, tomábamos el camión y al llegar juntos a la escuela nos sentábamos en frente, donde platicábamos y esperábamos que abrieran. Javier, un compañero de la secundaria que tenía fama de mujeriego, acostumbraba observarnos y en alguna ocasión me dijo “Zamu, estuve viendo a Primavera y a ti y se la pasan platicando tomados de las manos. Si quieres conservarla como tu novia debes besarla, a todas las mujeres les gusta eso, si no se alejan de uno”. Ese día no pude concentrarme en la escuela.
Dibujo y memoria de Cuauhtémoc Zamudio Nunca había besado a Primavera y, como decíamos en aquellos tiempos, andaba bien pelotas por ella y no quería perderla. Así que me propuse que después de llevarla a su casa buscaría la manera de besarla. Tras salir de la escuela nos despedimos de nuestros compañeros y Javier me cerró un ojo y me hizo una seña deseándome suerte. Primavera y yo nos subimos a un camión y yo casi ni hablaba pues iba planeando en qué momento le daría el beso. Cuando llegamos a la esquina de su casa, no me aguanté: la abracé y le planteé un beso en la boca tan largo que ella me separó y se fue corriendo. Al día siguiente le platiqué a Javier lo que había pasado y me dijo “No Zamu, cometiste un error. Es que no
te dije que a las mujeres se les besa en un cine que está obscuro y no en la calle. Mucho menos en la esquina de su casa”. Ese día estaba tan mortificado que le mandé una carta a Primavera con una de sus amigas en la cual le pedía perdón y le decía que más que besarla, lo que quería era conservar su amor. Una vez que salimos, nos dirigimos a su casa en camión, pero yo no la llevaba de la mano. Bajamos del camión y cuando estaba por despedirme, me miró fijamente con sus hermosos ojos verdes y me dio un beso en la boca. Sentí como si cientos de mariposas se posaran en todo mi cuerpo. En ese entonces yo solía usar un anillo que tenía una herradura, la cual le decía a mis amigos que era la “C” de “Cuahtémoc”. VNL/Mayo/Pág. 39
AMOR DE
INVIERNO Dibujo y memoria de Cuauhtémoc Zamudio VNL/Mayo/Pág. 40
Me lo quité rápidamente, tomé una de las manos de Primavera y se lo puse para sellar aquel pacto de amor. Ella de nuevo corrió y se metió a su casa sin voltear la cara. Tomé un camión para volver a mi casa y me dormí temprano pues quería soñar mucho, soñar con dos grandes ojos verdes y una sonrisa tierna como la de los ángeles. *** Pasó el tiempo y llegó el momento de decirle adiós a nuestra escuela y decidir qué sería de nuestro futuro. Yo deseaba ser artista y Primavera contadora. Vinieron los preparativos para el baile de graduación y nos reuníamos todos los grupos para ensayar en el auditorio de nuestra escuela, los muchachos en un lado y las muchachas en el otro. Ellas cantaban “Yo soy rielera y tengo mi Juan” y se movían de un lado para otro al ritmo de la canción. Mi cabeza se movía como péndulo de reloj siguiendo el ritmo del piano que tocaba nuestro maestro de música pero yo sólo tenía ojos para ver a Primavera flotando entre las nubes. Por desgracia, mi maestro de grupo tuvo que citar a mi madre en la escuela. Había reprobado dos materias y debía presentarlas para obtener mi título, por lo que no podía participar en la graduación. Me entristeció no poder participar en los ensayos de la fiesta y no ser pareja de baile de Primavera, sin embargo recuerdo que me las ingeniaba para ir a ver los ensayos por la ventana del auditorio. El maestro, sin embargo, se atrevió a decirle a mi mamá que yo no iba a llegar a nada en la vida, pues me la pasaba dibujando en el salón y de seguir así moriría de hambre. Qué curiosa es la vida, tanto así que muchos años después, ya posicionado como un escultor famoso, me encontré a ese maestro. Se acercó para darme un abrazo y me dijo que quería que yo asistiera a la escuela para presentarme salón por salón con los alumnos, de-
seaba expresarles el orgullo que sentía que un alumno egresado de esa escuela tuviera mi trayectoria artística, para que tomaran ejemplo de mí. Miré al maestro y le dije que con gusto regresaría a mi escuela, pero que recordara que él me reprobó y que le dijo a mi madre cosas negativas sobre mi futuro. El hombre se puso nervioso y no hallaba dónde meterse, pero yo inmediatamente lo abracé y le dije que tenía bonitos recuerdos de mi secundaria, de mis compañeros y de mis maestros, incluyéndolo, por lo que acepté su invitación. Pero lo cierto es que lo que más me intrigaba era recordar mi amor por Primavera. Un día antes de la graduación, Primavera me citó en un salón de la escuela y estando solos los dos, comenzó a hablarme mientras miraba fijamente mis ojos. Habló sobre nuestros estudios, el futuro, la economía, la familia, cosas que yo no entendía pues la escuchaba vagamente y sólo le presté atención a sus enormes ojos verdes y su boca que por algún motivo ya no me sonreía como antes. Primavera regresó mis cartas y mis dibujos y dio por terminada nuestra relación argumentando que eso era lo mejor para ambos. Se levantó con sus libros en las manos y se alejó de mí para siempre. No volví a ver a Primavera, ya que después de que terminó la secundaria, ella se fue lejos y no me quedó más que el recuerdo de mi primer amor y ese primer beso que nunca olvidaré. Pasaron los años y un día, ya establecido como escultor, sonó el teléfono de mi estudio y escuché la voz de Primavera por primera vez en años. Vinieron a mi mente tantas cosas como aquella canción de Nat King Cole, Aquellos ojos verdes. Siguieron otras muchas llamadas que yo le hacía y que duraban horas de recuerdos. Primavera estaba muy lejos y decidí ir a verla, tenía esa necesidad de ver a mi primer amor y a la niña que le di mi primer beso, pues todavía sentía en mí el calor de sus manos. Me emo-
cionaba volver a sentir sus mejillas de color rosa, le platiqué a mi familia y me dijeron que no me ilusionara, pues había pasado bastante tiempo y probablemente las cosas ya no serían como en la secundaria. En palabras de mi madre: “Hijo, no es bueno reverdecer viejos laureles”. Aún así tomé un avión y me fui a la ciudad en que ahora vivía Primavera. Llegué a su casa y al tocar el timbre de la puerta, salió una mujer que su rostro denunciaba el paso de los años: el verde de sus ojos ya no tenían el brillo de cuando era niña, se veían cansados. Salieron tres jóvenes, dos varones y una niña, hijos de Primavera y me invitaron amablemente a pasar. Comí con ellos y les prometí que iba a regresar, pues estaría varios días en la ciudad. Primavera era una mujer sola dedicada a su trabajo y a sus hijos, pero el poco tiempo que le quedaba me lo dedicó a mí en salidas a comer, al cine, a pasear como los viejos tiempos de la secundaria y en algunas ocasiones nos tomamos de las manos, incluso puso su cabeza en mi hombro. No la quise besar, quería conservar el recuerdo del primer beso que me dio una niña de grandes ojos verdes. Llegó el momento en el que decidí despedirme de Primavera y sus hijos y cuando ya venía de regreso en el avión, sonreí tras recordar que no le vi a Primavera en ningún dedo de sus manos aquel anillo con una herradura que le obsequié en la secundaria, sólo observé que en el dedo anular de la mano derecha quedaba una mancha blanca donde hubo un anillo de matrimonio. Ahora, sentado en la banca del parque de la colonia y con el caminar lento, mi cabello blanco y mi rostro cansado denuncian que ya pasó la primavera y estoy viviendo el invierno. Hoy añoro esos años en los que amé por primera vez. VNL/Mayo/Pág. 41
Potrero Chico Escrito por Cuauhtémoc Zamudio III Para limpiar el alma hay que ensuciar el cuerpo, las risas estallan todas mientras se consumen palabras al fuego. Las montañas te darán respuesta, muchos confunden los ecos con voces, pero ellos tan sólo reafirman lo que la mente embelesa. Volveremos a casa pero jamás al mismo sitio. Volveremos los mismos pero jamás iguales. El alma del dios que nos brinda abrigo, cobijados en sus llamas, fue quemando la piel y dejando la carne viva. ¿Quiénes son ustedes? ¿Quién soy yo? Nadando en el mar de estrellas, el onírico océano azabache, descubres que en esencia todos somos iguales. Con corazones rotos y alegrías que te hacen destrozar la quijada, pues en un grito se nos escapa el alma que ya no cabe en el cuerpo. Tal vez despertemos mañana, cada uno con distintos recuerdos de aquella noche en que fuimos uno. Un solo ente con el mundo y contra el mundo. En el universo, mentes perdidas que se encontraron por un momento. ¿Qué es lo que en verdad nos queda? Arena en las piernas, labios secos, la piel tostada y el olor al leño. Sólo queda lo que siempre estuvo ahí, pero jamás habíamos observado; almas que dichosas nos cuidan, amigos que a nuestro alrededor deambulan y un corazón que palpita. Somos la sangre del cosmos y el latir del universo, que en este momento estalla. Realmente estalla. VNL/Mayo/Pág. 42
Ilustración por Silvestre Madera
LIENZO DE LIBERTAD
TE ESPERO Te espero porque vienes, porque sé que vas a llegar. Por mí y por todas esas cosas tuyas que han llegado primero: promesas, cuento, paloma y mar y no puedo dejar de calcular cómo será besar tu cuerpo entero y tridimensionar toda la ternura que me diste anticipada.
Nostálgica me definen mis paredes, pero sin cielos grises, sin fantasmas, sin ausencias, sin pretextos, sólo los dulces textos que me escribiste en la distancia.
Te espero porque vienes, no creo que vienes, vas a llegar. Y eso le quita rabia a la espera Inmaculada me parece la lluvia en esta espera y la semilla en mis entrañas ya anda arando sus raíces, y sus pies fríos y su lengua larga bajo la luna anda ondeando mi paloma y le quita el cuándo, y el hervor de los suspiros clausurando cicatrices. tenemos el por qué, Más claro se convierte tu rostro porque tenemos dónde. cuando le dobla las piernas el tiempo a la distancia, Yo también voy a llegar para que no me esperes, aunque la ansiedad de verte llegar sea más grande para que vivamos como soy estando cerca, y el hormigueo en mi cuerpo para que vivamos de cerca y como eres. haga que el sueño se arrepienta.
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EL VALOR DE LA HISTORIA
Alfonso Reyes: Saber y arraigo Dr. Fernando Vazquez Alanis
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ste año se conmemora el 130 aniversario y el 60 aniversario luctuoso del gran escritor, filósofo y poeta regiomontano don Alfonso Reyes, mejor conocido como “el regiomontano universal”. El noveno de una docena de hijos que Bernardo Reyes y Aurelia Ochoa trajeron al mundo, nació por la calle de Padre Mier, esquina con Cuauhtémoc, en el lugar llamado Placita Bolívar un 17 de mayo de 1889. Poco sabían en aquel entonces que en la cuna yacía quien se volvería un brillante literato que dio a conocer el nombre de Monterrey en el mundo entero entre los años de 1920 a 1960, periodo de gran producción de su obra. Reyes vivió su infancia por la calle de Bolívar, hoy Padre Mier, y también por la calle de Hidalgo, antes llamada Calle Real, en el tramo entre Cuauhtémoc hacia el Barrio de La Purísima. Ahí se encontraba la casa del comandante militar del estado y de todo el noreste de México, el general don Bernardo Reyes, que fue gobernador de Nuevo León entre 1885 y 1910 y al que debemos el
principio de la industrialización del estado, así como también la modernización urbana de la ciudad. Reyes recuerda su infancia con cariño al Monterrey de entonces, el cual lo hizo exclamar: “Cada vez que cierro los ojos, veo a Monterrey; sus montañas, su sol claro y amarillo, ese sol que sueño que sigue a los niños”. Amó tanto su ciudad que incluso declamó: “¿Por qué en mi nombre y en mi apellido no se agrega a Monterrey junto al nombre mío?”. Alfonso Reyes fue un brillante literato, escritor y conocedor de la lengua española como pocos en el mundo. Reconocido por escritores de varias generaciones como Jorge Luis Borges y Pablo Neruda, entre muchos otros, Reyes fue considerado el mejor prosista de América, pues supo integrar a la cultura mexicana el saber universal siendo un fiel creyente de que todo lo escrito por mexicanos pertenecía a la literatura universal, y todo lo universal también debe de ser considerado mexicano. “Nada nos es ajeno de
lo que se ha vivido y escrito en el mundo, nosotros somos parte de él y, por tanto, nos pertenece y también lo nuestro forma parte del saber universal de todos los tiempos”. A partir de 1930, publicó su correspondencia con muchos de los grandes escritores de aquel tiempo y lo tituló Monterrey desde el Cerro de la Silla. Este correo literario forma parte de sus obras completas publicadas por el Fondo de Cultura Económica en 1994. Le rendimos homenaje al regiomontano universal, quien quiso entrañablemente a su tierra y demostró siempre sabiduría y arraigo. Conviene buscar sus libros para leer sus obras completas y se recomienda a los jóvenes el texto Parentalia y Albores, en donde narra sus años de infancia y primera juventud. Asimismo, lo recordamos con los siguientes versos llenos de simbolismo y amor al estado de Nuevo León: Hermoso Cerro de la Sía quién estuviera en tu horqueta una pata pa Monterrey y otra pa Cadereyta. VNL/Mayo/Pág. 45
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s r o l o C g Sprin
TURISTA URBANO
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ativa es una plaza comercial en San Pedro que a simple vista es como cualquier otra, pero cuando subes a su segundo piso, tiene un hermoso y gran jardín llamado Skypark, donde puedes encontrar un gran arenero, inflables y pequeñas cabañas con mercadito. Lo mejor de todo es que la entrada es gratuita y tienen diversas actividades y talleres para los niños, como burbujas gigantes, huevos de pascua escondidos, proyecciones de películas, entre muchas otras. El ambiente es tan relajante que se puede descansar en el gran jardín y el paisaje es digno de admirar. La plaza está ubicada en Av. Alfonso Reyes y abre los fines de semana en un horario de 2 a 6 PM. Dado que las actividades varían cada fin de semana y algunas tienen un horario especifico, te recomiendo revisar primero su página de Facebook. VNL/Mayo/Pág. 47
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