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Editorial

Este cuatrimestre está siendo un poco complicado. Entre que muchos de la revista se han ido y lo complicado que está resultando animar a los que ya estamos, está siendo un cuatrimestre algo duro. Pero bueno, eso no quita que le hayamos puesto la misma ilusión que siempre a esta revista. La temática de este número es ‘Emociones y sentimientos’, un tema muy importante a tratar en esta Escuela. Como sabéis, la salud mental es súper importante, igual que la gestión de emociones, algo que académicamente no se enseña. Y la salud mental tampoco es una prioridad en esta universidad, ya que no hay ninguna clase de servicio de ayuda psicológica; como mucho se puede recurrir a los recursos de la Complutense. En ese aspecto agradezco mucho que haya tan buen ambiente entre los estudiantes, al menos en mi experiencia, y nos apoyemos entre nosotros. Luego está el tema de la productividad tóxica, de sentirnos mal por no estar trabajando, no ser productivos o por descansar durante el curso. Vamos tan rápido dando todos los contenidos que es imposible disfrutar de ninguno. Por eso me apunté yo a V de Vigueta y a otras asociaciones, para tener vida aparte de la carrera porque sino veía que me estaba consumiendo. Puede parecer que no te da tiempo, pero de verdad que si lo dedicas a algo que te gusta lo disfrutas y lo sacas de donde sea. Y aún queda camino por recorrer para las asociaciones de esta Escuela. Estamos escondidos, marginados, como en el instituto de la peli Lemonade Mouth (dime porfa que has pillado la referencia), y la gente está tan centrada en sí misma y en lo que tiene que hacer (que no les culpo), que no tienen tiempo para mirar a su alrededor. Por último está el problema de la capacidad de trabajar en grupo, habilidad que no se fomenta en las clases. En toda la carrera habré hecho 4 ó 5 trabajos en grupo. No es nada realista trabajar tanto individualmente, cuando durante toda nuestra vida laboral vamos a trabajar en grupo; y no es fácil tener las habilidades sociales que requiere trabajar en un equipo, saber escuchar a todos y adaptarse al nivel. Por no hablar de los estudios interdisciplinares, ya que los estudios de arquitectura se están quedando obsoletos. Si sabes trabajar en grupo, bien; sino, te haces un curso y ya. Pero ellos no te van a enseñar; y me da pena porque esto lleva a generar un ego tremendo pensando que los arquitectos somos los mejores y no necesitamos a nadie, y estar en una burbuja desconectados del mundo real. Para terminar quería agradecer a la gente que tiene iniciativa para hacer actividades que mejoren la vida universitaria durante los horarios lectivos, aunque mucha gente acabe tan harta de las clases que esté deseando irse de la ETSAM lo antes posible. MUCHAS GRACIAS, DE VERDAD. Con cariño, Alba Ruiz Gangoso, presidenta de V de Vigueta

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