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Defensa de la literatura romántica y erótica

defensa de la literatura romántica y erótica

¡Hola Vigueters! by Red Velvet Este artículo busca defender la literatura romántica y erótica contra los ataques que recibe como ‘literatura de segunda’ o incluso como basura y pérdida de tiempo. No busca ofender a nadie, solamente dar una opinión y buscar argumentos para sostenerla. Autoras como Alice Kellen (‘Nosotros en la luna’, ‘El mapa de los anhelos’) están entre las más vendidas de los países hispanohablantes; Elísabet Benavent (‘Fuimos canciones’, saga ‘Valeria’, ambas adaptadas por Netflix) ha vendido más de 2 millones de ejemplares (fuente: El País); y Megan Maxwell (saga ‘Pídeme lo que quieras’) ha vendido más de 5 millones de libros (fuente: El Confidencial). Entre los 20 libros más vendidos del siglo XXI están ’50 sombras de Grey’, de E.L. James, con 31 millones de ejemplares vendidos, ‘Crepúsculo’ de Stephanie Meyer, con 30 millones y ‘Bajo la misma estrella’, de John Green, con 18.5 millones de ejemplares, supera en ventas a ‘La sombra del viento’ de Carlos Ruiz Zafón (fuente: actualidadliteratura). Todos libros romáticos o eróticos. ‘Orgullo y Prejuicio’, de Jane Austen, (la novela romántica por excelencia) están entre los libros más leídos de todos los tiempos, con 20 millones de copias vendidas y 1480 ediciones. ¿Acaso el amor no es el sentimiento más grande del ser humano? ¿Acaso no ha inspirado canciones, libros y películas? Sin embargo, la literatura romántica sigue siendo infravalorada por grandes críticos y en las listas de mejores libros o de libros recomendados aparecen muy pocos. El amor y el sexo aparecen constantemente en nuestra vida cotidiana: en los anuncios, en las películas, en las series. Vivimos en una sociedad sexualizada, donde en muchas películas hay escenas de sexo explícitas. Y no me hagáis hablar del éxito del porno. En el siglo pasado el sexo era un tabú, pero ahora se está normalizando. Lo queramos o no, es así. Los anuncios cada vez son más explícitos y sexuales, aunque se pongan en horario protegido (apto para todas las edades). Un príncipe rebelde y una prostituta que quiere dejar de serlo se embarcan en una aventra con un joven mago para salvar a la princesa del reino vecino. ¿Qué podría salir mal? Todo, pero es un libro precioso sobre las relaciones sanas. ‘Sueños de piedra’, Iria G. Parente y Selene M. Pascual Nocturna ediciones

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Entonces, ¿por qué sigue estando mal visto que un libro trate explícitamente el sexo? ¿Es una herencia cultural y social? ¿Es una mala publicidad?

Dentro de la literatura romántica y erótica se engloban muchos libros, como es lógico, y cada uno muestra la forma de ver y de pensar de la escritora. Evidentemente, la trama principal es la historia de amor entre dos protagonistas, pero también se tratan otros temas. A veces incluso la trama romántica es una excusa para hablar de temas mucho más profundos. Se tratan temas como el duelo, la pérdida, la búsqueda de uno mismo, la importancia de confiar en los demás y de comprender que además de ser personas independientes, somos seres sociales y eso implica que necesitamos a los demás para sobrevivir. (RECOMENDACIÓN: LIBROS DE ALEXANDRA ROMA)

Gracias a la novela romántica se puede conocer cómo era la Inglaterra del siglo XIX, la Escocia Medieval o el imperio musulmán sin necesidad de leer grandes tratados. Al final leer es un acto intelectual, independientemente del género literario.

‘Nosotros en la luna’ Alice Kellen Editorial Planeta Rhys y Ginger (sí, como ‘jengibre’ en inglés) se conocen por casualidad en el metro de París, y tras una noche maravillosa se hacen amigos a distancia. ¿O algo más?

Un libro que abarca los cambios que se producen en la vida, el valor de saber lo que quieres y atreverte a ir a por ello. Siempre colgando bocabajo de la luna, con una gran sonrisa.

carse a la literatura es empezar por libros cortos, de lectura ágil y fresca, como los libros románticos.

Estos libros son lo que más se acercan al gran público, además de tener personajes con los que es más fácil empatizar (y por lo tanto sumergirse en la historia); al estar escritos mayoritariamente por mujeres saben mejor lo que les gusta a sus lectores (en su mayoría mujeres, lo que no quiere decir que no haya hombres que lean literatura romántica), y son inclusivas en el colectivo LGTBIQ+ al hablar de personajes queer o centrar la historia en ellos.

Por añadidura, también centran el punto de vista y las relaciones sexuales en la mujer, al contario que las películas pornográficas, centradas en el punto de vista masculino (esto ha creado enormes problemas de insatisfacción en muchos jóvenes, que no distinguen la realidad de la ficción y cuyo único referente en temas de educación sexual son estos vídeos). Igual más de uno debería probar a leer desde

‘Arrivederci, amor’ Susana Rubio Editorial Montera Cloe se va de Erasmus a Roma con dos amigas y allí conoce a Adriano, su vecino ARQUITECTO medio italiano medio español que casualmente está tribueno.

No es un gran libro, pero es divertido, transcurre en Roma y el chico es arquitecto. Vamos, es que lo tiene todo para echarse unas risas.

Dácil odia al mejor amigo de su hermano, Thiago, pero siempre le toca pasar los veranos con él. Así que tras muchas dicusiones, deciden hacer una tregua quizás demasiado amistosa…

Bienvenid@ a las Islas Canarias, a la música de Cruz Cafuné y la pasión que llega con el calor del verano…

el punto de vista femenino.

Leer este tipo de libros ayuda a segregar serotonina (la hormona de la felicidad), y a explorar la propia sexualidad de manera menos agresiva que con el porno. Además es portátil, fomenta la imaginación y te ayuda a mejorar tu cara de póker en el metro).

¿Acaso leer no es un medio para evadirse de la realidad y de entretenimiento? ¿o es que solo son válidos los tratados de filosofía, historia y arquitectura?

No digo que no haya que leerlos, solo que no se rebajen los libros cuyo objetivo es entretener, porque dentro de un libro puede haber múltiples subtemas; e igual que hay novelas negras, de ficción o de fantasía pésimas también hay novelas románticas sublimes que te hacen llorar y plantearte muchas cosas, y pueden ser el primer paso para iniciar al amor por la lectura.

Todos los ‘grandes clásicos’ tienen historias de amor, ya sea como trama principal o secundaria, y dependiendo de quién lo lea (el editor, el empleado de la FNAC…) lo puede considerar romántico, erótico, de misterio, de ficción histórica… así que no te alejes corriendo de la estantería de ‘romántica’ como de la peste, mira a ver si algún libro te llama la atención. Nunca se sabe lo que puedes encontrar dentro.

Además, ¿quién decide si un libro es buena literatura o no?

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