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Pide un deseo…

¿Recuerdas tus cumpleaños pasados? Listo para apagar las velas y que me dijeran: «Pide un deseo», como mi hija aquí cuando tenía tres años. En ese entonces se tomó mucho tiempo para considerar su mejor deseo, su sueño de algo en el futuro. En ese entonces, sus deseos podrían haber sido un juguete nuevo o un viaje a la playa.

Ahora, 13 años después, le pregunto con qué sueña. Ya no quiere un juguete y ni siquiera el último teléfono móvil. Ahora se pregunta por su futuro, en un mundo de inteligencia artificial (AI) y realidades virtuales. Ella piensa que tal vez la vida normal se volverá virtual. Ella sueña con ser una artista usando sus talentos para comunicarse visualmente. Ella ya es una buena artista, pero se pregunta si su talento será eclipsado por la «AI Arte».

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¿Recuerdas lo que pasó con los discos de vinilo? Llegaron los CD y dijeron que el vinilo estaba muerto. Ahora nadie compra CD, pero el vinilo sigue vivo... Yo digo que siempre habrá un lugar para la originalidad y la creatividad humana y por eso el sueño de mi hija sigue siendo una posibilidad…

Ed Braidwood hiyafotostreet Londres (Reino Unido)

Remember your past birthdays? Ready to blow out the candles and being asked to «make a wish», just like my daughter here when she was three years old. Back then she took a long time to consider her best wish, her dream of something in the future. Back then her wishes might have been for a new toy or a trip to the seaside.

Now 13 years later, I ask her what she dreams of. She no longer wants a toy and not even the latest mobile phone. Now she wonders about her future, in a world of Artificial Intelligence and virtual realities. She thinks perhaps normal life would become virtual. She dreams of being an artist using her talents to communicate visually. She is already a good artist, but she wonders if her talent will be overshadowed by «AI Art».

I say remember what happened to vinyl records? CDs came along and they said vinyl was dead. Now no-one buys CDs, but vinyl lives on… I say there will always be a place for human originality and creativity and so my daughter’s dream is still a possibility…

El abrazo

Sintió que no podía dejarla escapar. No existía en su mundo nada ni nadie como aquella pequeña criatura que le miraba más allá de la luz desprendida por sus pupilas.

Rodeó su cintura con un fuerte abrazo atrayéndola hacia sí, a la par que, en su afán de poseerla, abría en cremallera su propio cuerpo. Sin soltar el brazo izquierdo de su talle, le rodeó la espalda con el derecho, oprimiéndola lenta y suavemente para que penetrara dentro de sí. Más... un poquito más... otro poco más... hasta que quedó completamente «absorbida» por él. –Ya no te escapas –afirmó su sonora voz metálica–. A continuación, deslizó cuidadosamente la cremallera hacia la parte superior de su cuerpo –apenas más abultado ahora que antes de poseerla– y ajustando bien su traje, se lanzó velozmente por la tobera hasta el centro de la nave.

Al estruendoso golpe de su caída le siguió una estridente alarma, que trató de ahogar tapándose los oídos. Turulato, permaneció tendido sin inmutarse, y boca abajo. El descenso había sido violento, por lo que le dolían la frente, la cara, el pecho y, en general, todo el cuerpo.

Pensó que con su propio peso podría aplastar a la criatura embutida en él; aunque por mucho que lo intentó, no pudo reaccionar: estaba totalmente «grogui»...

Fue entonces cuando comenzó a sentir golpes y quemazón en la espalda.

–«¿Quién me golpea? –reflexionó– ¡Oh...! ¡Nooo! No pueden arrebatarme mi criatura... Tengo derecho a disfrutarla, por y para siempre; esta «pequeña diosa» forma ya parte indivisible de mí al poseerla con mi cuerpo».

Se repitieron los golpes: ¡Uno...! ¡Dos...! ¡¡¡Tres...!!! Completamente asustado, reaccionó como si le hubieran acoplado un imponente resorte, que le enderezó a la vertical aún sin poder distinguir el entorno claramente.

–¡¿Qué pasa...?! ¡¿Qué quieres...? ¿Quién eres...?! –conminó confundido.

–¡Quién va a ser, Bruno...! ¡¡¡TU MADREEE!!! –gritó la mujer entre divertida y disgustada– ¡¿Es que también hoy quieres llegar tarde?! ¡Diablo de muchacho...! –remachó– ¿No has oído la alarma del despertador...? ¡Mira que es bien sonora! ¿Qué hacías aquí en el suelo? ¡Di...! ¡Anda! Espabílate de una vez y baja a desayunar.

–Lo siento, Mamá... Estaba... Estaba en «otro mundo»...

–¡Ya..., claro! ¡A ti te voy a poner yo a caldo! Mañana te acuestas conmigo, verás cómo te levantas a tu hora.

–¡Oh...! ¡Nooo!

Dely Huelva

#delyhuelva

Madrid (España)

(Incluido en su libro de relatos: Quédate conmigo... una página más, en Amazon)

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