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Sueños Perdidos

Sueños perdidos. Gritos del silencio Ilusiones caídas y llantos que recorren las venas heridas de pasiones que moldean la frágil vida.

Sueños que arrancan desafíos imposibles. Pateras que se hunden con palabras mudas e ignorancia consentida. Hambre que se nutre de muertes homicidas.

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Sueños hundidos en tormentas fratricidas que engañan, que ocultan, temblores suicidas de un mundo arrogante donde la huida nos estremece en cada sacudida.

Sueños que se evaporan en la inmensidad del mar, en el río de la esperanza, donde solo la verdad permanece inerte en nuestro caminar.

Sueños, ilusiones, universos donde cada estrella alumbra un corazón, un destino final, unos versos donde solo exista: AMAR.

Pedro Pozas Terrados

pedropozasterrados

Tres Cantos (España)

Las redes sociales y los sueños ficticios

Las redes sociales se han convertido en un narcótico que ensueña a los usuarios y los aleja de la vida real. La cantidad de horas que se consumen por día crece de manera proporcional a la pasividad e hipnotismo en las personas.

Hace unos días viajaba en tren y me dediqué todo el viaje a observar a los otros pasajeros. Para mi asombro descubrí entristecida, algunas realidades. No encontré a nadie con un libro entre sus manos, todos mantenían una relación umbilical con su móvil y, lo más triste, no se miraban entre ellos. Ninguna sonrisa, ningún comentario para hacer más leve el viaje. Adormecidos y dependientes de una pequeña pantalla rectangular que dispara estímulos constantes. A los días recordé una novela del escritor inglés Aldous Huxley: Un mundo Feliz. El libro fue escrito en el año 1931 y publicado un año después y de una actualidad visceral.

El autor habla en esta novela del soma, una medicina que toman los individuos para no sentir dolor ni melancolía ya que el sistema no admite frustraciones ni emociones negativas.

¿Y no son acaso las redes sociales un soma para las personas? Una relación que se ha establecido para ver todo lo magnifica que es la vida a través de esa pantalla. Mujeres muy bellas, perfectas. Jóvenes con cuerpos de elfo, paisajes paradisíacos y sonrisas permanentes: la vida perfecta. Todo está preparado para que se consuma: imágenes y productos. El sistema capitalista ha encontrado el elemento perfecto para parecer inocente.

Las plataformas y sus contenidos amplifican esta ideología. Todo está conectado y durante meses se escucha la misma canción repetida hasta el infinito. Se habla de una serie o película a cada instante y se repite el mismo video como una cinta sin fin. Adormecen a los usuarios reducidos a consumidores y los convierten en seres pasivos que reciben contenidos como lactantes de un pecho artificial.

Las otras redes sociales no se quedan muy lejos pero se sigue escuchando «lo busqué en Google», como si eso significara la verdad absoluta. ¿Quién se atreve a cuestionar a este nuevo tótem idealizado? Todos tienen cuentas en las redes y hacen un diario de cada día desde que se levantan. ➤

El aroma del café

Al olor de un buen café, con el aroma del negro líquido, el sabor amargo del negro grano endulzado con partícula blanca; comienza un sueño que me transporta al más allá de mis sueños dorados.

El laberinto por donde me arrastra el poema hace que me subleve ante lo amargo y que me sume en un mar de dudas con respecto al lugar por donde he de transitar.

El aroma del café me devuelve al presente, el sueño no puede hacerse realidad porque lo impide el amargo día y la impura noche con su cielo negro y denso que, con su velo impenetrable hace que desista de intentar traspasar mi vida de un lugar frío y duro al lugar que le corresponde, cálido y dulce, la noche.

La noche esconde sus negros ojos, cáliz transparente de pureza, olor a incienso que se consume inundando mi pecho henchido.

➤¿Puede haber algo más agotador? Parece que no, porque hay un público que lo consume. Y la fórmula cierra perfectamente. Hay oferta, hay demanda y mercancía. Es un terrible sueño donde el capitalismo es el único que se beneficia, aunque haga creer que todos son felices.

Necesitamos despertar de este sueño artificial. Descubrir que la vida está fuera de esa pantalla. Salir a caminar y sentir, tocar y oír. Todo

Humo que se eleva hacia la nada, que se pierde y se consume como el fervoroso sueño de vida.

Estrellas que aparecen con sus rutilantes puntas doradas, plateadas, de mil colores a la vez. Haced clara la noche para que el nuevo día nazca preñado de luz y vida, de color púrpura y alegría.

Que el nuevo sol aparezca por un horizonte limpio de impurezas que impidan disfrutar de tu luz y belleza. Luz y belleza que son como un sueño de vida, como un amor sin dueño, al que no se puede acceder.

Una estrella rutilante se posa en mi cabeza, desafiante, y me insta a partir en busca de mi sueño.

José Navarro Pardo

está para ser disfrutado y es absolutamente real. Porque si la vida es sueño, vosotros sois los únicos que podéis despertar para vivirlos con toda intensidad.

Betina F. Mattio

bethmathius

St. Albans (Reino Unido)

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