¿Y DESPUÉS DEL CORONAVIRUS QUÉ? En estos momentos en que por fin vislumbramos el final del túnel y todos nos sentimos esperanzados y deseosos de la vuelta a la normalidad, tal vez sea una buena ocasión para hacer algunas reflexiones y comprender mejor este proceso que estamos viviendo. El tiempo que hemos pasado confinados ha representado un desafío para nuestra necesidad de expresarnos. Todo lo que ES necesita expresarse, las plantas lo hacen floreciendo, los animales juegan, se cortejan y cazan, el ser humano necesita expresar lo que es y de forma natural lo hacemos a través del movimiento. La necesidad de movernos es un aspecto imprescindible del desarrollo de lo que somos, desde que nacemos, hasta el momento final de la muerte, en que nos paramos definitivamente. Esta parte fundamental de nosotros, es lo que en la Medicina China llamamos el elemento Madera, y está relacionado con nuestro Hígado, los músculos, los tendones y el sentido de la vista. Cuando hablo del Hígado (con mayúscula), me estoy refiriendo a todo un sistema de funciones, que aunque tienen mucho que ver con nuestro querido órgano, abarca más aspectos. Es todo lo que supone movimiento y dinamismo en nuestra vida, desde lo más físico, como es el movimiento corporal, lo que implica la acción de los músculos y tendones, y los impulsos nerviosos que llegan desde nuestro cerebro para dirigir el movimiento. A lo que es más propio de la imaginación, la creatividad, la extroversión, las respuestas ante las situaciones
28 | Junio 2020