AUTOCONOCIMIENTO
Hay un interés creciente por actividades y terapias que propicien el autodesarrollo y el autoconocimiento. Cada vez es más frecuente escuchar acerca de la importancia de conocerse a uno mismo para vivir la vida con mayor armonía y felicidad. Sin embargo, en muchos casos no nos detenemos a pensar qué significa esto de conocerse a uno mismo y qué implicaciones tiene.
Llegados a este punto, el advaita vedanta tiene una interesante aportación que ofrecernos: el reconocimiento de que lo que somos en verdad, no es lo que creemos ser habitualmente. Pero vayamos por partes. ¿Qué queremos decir con “conocer”? Se puede conocer de muchas maneras y no conoce igual quien conoce los nombres de distintas especies botánicas, que quien conoce como hacer un buen cocido, o la madre que conoce profundamente a su hijo. Cuando hablamos de conocer, en este contexto, no hablamos de la adquisición de información o de ciertas habilidades sino que nos referimos a un conocimiento sentido, un conocimiento que no se tiene sino que se es. Este conocimiento se produce en la parte más refinada de la mente, en la mente aquietada y serena, que puede ver sin juzgar, reposando lo que contempla tanto en la acción como en el descanso. El verdadero conocimiento tiene que ver con la sabiduría, que a su vez hace referencia a la capacidad de saborear y por lo tanto de integrar aquello que se conoce, es decir, ser lo que se conoce.
sobre el pasado o los rasgos de la personalidad equivale a conocerse bien.
Al hablar del conocimiento de uno mismo, podemos caer en el error de creer que tener mucha información
¿Quién es ese uno mismo al que aplicamos el conocimiento? La otra parte de la palabra autoconocimiento, es la que hace referencia a uno mismo. Y surge entonces la pregunta de oro: ¿quién soy yo?
34 | Junio 2020